La enfermería es una disciplina fundamental en el equipo de salud, su creciente
aportación en los procesos de mantenimiento o recuperación de la salud del individuo, familia o comunidad en las diferentes etapas de la vida, ha demostrado la importancia del papel que desempeña. La formación académica del personal de enfermería, evoluciona a la par del avance tecnológico de los servicios de salud del país y al orden internacional, con el objetivo de ofrecer servicios de salud de calidad, acorde a los diferentes roles que ejerce en su contribución a la solución de los problemas que afectan a la población. (Diario Oficial de la Federación, 2013)
En el Diario Oficial de la Federación (2013) se menciona: “es de suma importancia
situar de forma clara y organizada, el nivel de responsabilidad que el personal de enfermería tiene en el esquema estructural de los establecimientos para la atención médica en los sectores público, social y privado […] “y es que dentro de esta “responsabilidad” de manera implícita se debe tocar un punto muy importante dentro de la labor diaria del personal de enfermería: la ética profesional.
La mayoría de las personas comprenden lo que es aceptable en una sociedad y lo
que es considerado antiético. La ética profesional incluye los estándares que la sociedad espera de los que les proporcionan servicios. La ética médica define la conducta de los profesionales sanitarios. El comportamiento ético en salud se basa en unas pocas directivas muy poderosas. Estas directivas tienen implicaciones de largo alcance: Respetar la individualidad y la singularidad del individuo. No dañar. Actuar con caridad y beneficencia. Actuar con justicia. Respetar los secretos que nos confían. Ser leal con el paciente y con nosotros. Actuar con honestidad. Respetar el libre albedrio del paciente. Comprender que la prioridad es el bienestar del paciente (Fuller et al., 2012).
Por lo antes expuesto, desde mi perspectiva es necesario envolvernos en los
lineamientos que rigen el comportamiento ético en la salud para poder formar nuestra conciencia quirúrgica, ya que será esa conciencia la que nos permita identificar ante nuestros ojos lo que está bien y lo que está mal en nuestro hacer profesional, será esa voz interna que nos guiara por el camino correcto en la toma de decisiones, siempre en pro de cada uno de los pacientes que pasen por nuestra vida profesional como futuros especialistas en enfermería quirúrgica. BIBLIOGRAFÍA
Diario Oficial de la Federación. (2013). Norma Oficial Mexicana Nom-019-Ssa3-
2013, Para La Práctica De Enfermería En El Sistema Nacional De Salud. Diario Oficial de La Federación, 1–31. https://doi.org/10.1152/ajprenal.00013.2008 Fuller, K. J., BA, BSN, RN, & RGN. (2012). Instrumentacion Quirurgica: Principios y practica. (Quinta Edi).