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Disfunción eréctil

Índice

 1Consideraciones estadísticas
 2Causas
 3Tratamiento de la DE
 4Los términos impotencia sexual y disfunción eréctil (DE)
 5Otros usos médicos del término  impotencia
 6Causas de la disfunción eréctil
 7Factores de riesgo
 8La DE y el envejecimiento
 9¿Cómo ocurre una erección en condiciones no patológicas?
 10Metodología de estudio en la disfunción eréctil
 11Diagnóstico de la disfunción eréctil
o 11.1Historia clínica
 12Cuestionarios
o 12.1Pruebas de laboratorio
o 12.2Técnicas de radiología diagnóstica
 13Tratamientos de la disfunción eréctil
 14Prevención de la DE
 15Véase también
 16Referencias
 17Enlaces externos

Consideraciones estadísticas[editar]
La disfunción eréctil (o DE) puede ser, aunque no necesariamente, una incapacidad para
alcanzar una erección satisfactoria, una capacidad inconsistente para hacerlo o bien la
tendencia a tener únicamente erecciones breves.
Estas variaciones hacen difícil definirla y calcular su incidencia.
Los cálculos varían desde 20 hasta 30 millones de casos, según la definición que se
utilice. De acuerdo con la encuesta de Atención Médica Ambulatoria Nacional (NAMCS,
según sus siglas en inglés), por cada 1.000 hombres en Estados Unidos, hubo un total de
7,7 visitas al consultorio médico por DE en 1985. En 1999, la frecuencia casi se había
triplicado a 22,3. El aumento se produjo de modo gradual, presuntamente a medida que se
pusieron a disposición más ampliamente tratamientos tales como los dispositivos de vacío
y los medicamentos inyectables y comenzó a aceptarse la discusión de la disfunción
eréctil. Es posible que el avance más publicitado haya sido la introducción del
medicamento oral citrato de sildenafil (Viagra) en marzo de 1998. Los datos de NAMCS
acerca de medicamentos nuevos muestran un cálculo de 2.6 millones de menciones de
Viagra en visitas al consultorio médico en 1999, y un tercio de esas menciones tuvieron
lugar durante visitas para un diagnóstico no relacionado con DE.

Causas[editar]
En los hombres mayores, la DE generalmente tiene una causa física, como una
enfermedad, una lesión o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que
cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar
DE. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5 por ciento de los hombres de 40
años de edad y entre el 15 y el 25 por ciento de los hombres de 65 años de edad
experimentan DE. Sin embargo, la disfunción eréctil no es necesariamente una parte
inevitable del proceso de envejecimiento.
Debido a que una erección requiere una secuencia precisa de eventos, la DE puede
presentarse cuando cualquiera de tales eventos se interrumpe. La secuencia completa
incluye los impulsos de los nervios en el cerebro, en la columna vertebral y en el área
alrededor del pene, así como las respuestas de los músculos, los tejidos fibrosos,
las venas y las arterias en y cerca de los cuerpos cavernosos del pene.[cita  requerida]
La causa más común de DE es el daño a los nervios, a las arterias, a los músculos lisos y
a los tejidos fibrosos, a menudo como resultado de una enfermedad. Enfermedades tales
como la diabetes, las afecciones del riñón, el alcoholismo crónico, la esclerosis múltiple,
la arteriosclerosis, la psoriasis, las enfermedades vasculares y las enfermedades
neurológicas son responsables de alrededor del 70 por ciento de los casos de DE. Entre el
35 y el 50 por ciento de los varones con diabetes padecen DE.
Una cirugía (especialmente la cirugía radical de próstata, debido a cáncer) puede lesionar
también nervios y arterias cerca del pene y causar DE. Una lesión en el pene, en
la columna vertebral, en la próstata, en la vejiga y en la pelvis puede llevar a DE y producir
lesión en los nervios, en los músculos lisos, en las arterias y en los tejidos fibrosos de los
cuerpos cavernosos.
Además, muchos medicamentos comunes —medicamentos para la presión
arterial, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, supresores del apetito
y cimetidina (un medicamento para la úlcera)— pueden causar DE como efecto
secundario.
Factores emocionales tales como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión, una
baja autoestima y el miedo a no funcionar bien en el coito como se espera causan del 10 al
20 por ciento de los casos de DE. Los hombres con una causa física de DE experimentan
a menudo el mismo tipo de reacciones psicológicas (estrés, ansiedad, culpa, depresión).
Otras causas posibles son el tabaquismo y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y
el consumo excesivo de la marihuana, que afectan el flujo sanguíneo en las venas y en las
arterias, y anormalidades en las hormonas, como, por ejemplo, una cantidad insuficiente
de testosterona. El incremento de prolactina que pueden producir algunos fármacos, como
los ansiolíticos y antipsicóticos (risperidona, olanzapina, haloperidol), puede provocar
también disfunción eréctil. Las causas hormonales suelen afectar también la libido.
[cita  requerida]

Tratamiento de la DE[editar]

Anuncio con la cura para la impotencia, en el periódico La Democracia, en 1891


La DE es tratable a cualquier edad, y el conocimiento de este hecho ha ido creciendo. Más
hombres han buscado ayuda y regresado a la actividad sexual normal debido a
tratamientos mejorados y exitosos de la DE. Tradicionalmente los urólogos, quienes se
especializan en problemas de las vías urinarias, han tratado la DE; sin embargo, los
urólogos sólo son responsables del 25 por ciento de las menciones de sildenafilo en 1999.
En general, los especialistas en medicina familiar (médicos de cabecera especializados)
son, junto a los urólogos, los cardiólogos y los psiquiatras, los mejor formados para la
valoración, manejo y tratamiento de la disfunción eréctil. Las principales ventajas que
aportan frente a los demás especialistas son la visión integral del paciente, la proximidad,
la accesibilidad y la capacidad para la entrevista clínica.
En la actualidad estudiando la aplicación de la terapia con células madres en el tratamiento
de la disfunción eréctil. La mayoría de estudios en animales modelo se han hecho a partir
de células madre de la médula ósea, del tejido adiposo u obtenidas del cordón umbilical.
Los resultados indican que la inyección de células madre beneficia la restauración de la
función eréctil y la fisiología del pene. Estas mejoras parecen deberse a
factores paracrinos secretados por las células inyectadas: crioprotectores, anti-fibróticos y
moléculas anti-apoptóticas, más que por la diferenciación de estas células madre. El único
estudio preclínico llevado en pacientes fue a partir de células del cordón umbilical que
fueron inyectadas en pacientes con disfunción eréctil asociada a la diabetes. Los pacientes
experimentaron una mejora en la erección y un aumento en la rigidez del pene,
especialmente cuando se combinaban con las clásicos inhibidores de la fosfodiesterasa. 23

Los términos impotencia sexual y disfunción


eréctil (DE)[editar]
Aunque el término impotencia (del latín impotens, "no poder") se usa coloquialmente para
describir los problemas que interfieren con la relación sexual y con la reproducción, tales
como la falta de deseo sexual (véase libido) y los problemas con la eyaculación o con
el orgasmo, los especialistas en sexología y educación sexual concuerdan, sin embargo,
que el uso del término disfunción eréctil resulta mucho más adecuado, pues no implica una
calificación ni un prejuicio de la persona que presenta esa dificultad.
Es la incapacidad del varón para obtener o mantener una erección suficiente y realizar un
coito satisfactorio. La DE es una situación muy frecuente; se ha calculado que afecta en
mayor o menor grado a la mitad de los hombres entre los 40 y los 70 años. Pero no es un
tema que se trate abiertamente, pues forma parte de la vida íntima de los individuos y de
las parejas. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a
muchos varones buscar ayuda para un trastorno que puede beneficiarse, en la mayoría de
los casos, de un tratamiento relativamente sencillo.
Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre experimenta de vez en cuando
dificultades para mantener la erección, la disfunción eréctil se define como la incapacidad
para mantener una erección suficiente para el coito al menos en el 25 por ciento de los
intentos.
Impotencia sexual es el nombre con el que se sigue conociendo a la disfunción eréctil. Ya
no se considera el nombre técnicamente correcto, sin embargo. Es la incapacidad
constante de mantener la erección suficiente para el coito. Los hombres tensos, con
ansiedad y sobreocupados en ocasiones no pueden lograr esa concentración necesaria, lo
que genera dificultad para obtener y sostener la erección del pene. Existen otras causas,
como los problemas vasculares. También sigue usándose el término latino impotencia
erigendi, es decir, la incapacidad para la erección del pene.

Otros usos médicos del término impotencia[editar]


El término impotencia se aplica también, médicamente, en los siguientes casos:
 Impotencia coeundi: Imposibilidad para el coito.4
 Impotencia generandi: Incapacidad de procrear, aunque la penetración sea posible.
Es sinónimo de esterilidad.4
 Impotencia psíquica: Para los casos en los que la disfunción eréctil se debe a
factores emocionales y no orgánicos antes se clasificaba con este término.

Causas de la disfunción eréctil[editar]


Pueden aparecer combinadas:

 Orgánicas: son las de origen anatómico, genitourinario, urológico (lesiones


congénitas del pene), endocrino (diabetes), infeccioso, neurológico (lesiones
cerebrales, lesiones medulares), vascular (arteriosclerosis) o farmacológicas (por el
consumo de sustancias adictivas: alcoholismo, tabaquismo, algunos medicamentos,
sustancias adictivas ilegales) (constituyen el 15 por ciento de los casos). 4
 Traumáticas: una fractura de la pelvis, por ejemplo.4
 Psicológicas: debido a factores afectivos, de desarrollo, interpersonales, de
conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso, sentimientos de culpa,
infidelidad, eyaculación precoz previa, inseguridad emocional, etc.4 Solamente el 18%
de las personas que la sufren lo consulta con su médico, mientras que únicamente el
33% de los pacientes se comunica con su pareja. Todo ello provoca una reacción
negativa de su pareja y un aislamiento que acaba por agravar el problema,
aumentando el estrés, disminuyendo la autoestima y dificultando la solución a la
disfunción eréctil psicológica. También se le conoce como disfunción eréctil psicógena 5
.
La DE se puede presentar por alteración de uno o varios de los tres mecanismos
responsables de la erección: bloqueo de las arterias; incapacidad de los vasos sanguíneos
dentro del pene para almacenar la sangre, o daño en los nervios del pene o del área
pelviana. También pueden ser responsables de una DE otras disfunciones fisiológicas,
como bajos niveles de hormona masculina (testosterona).
Las situaciones que más frecuentemente producen DE son: enfermedades que afectan a
los vasos sanguíneos y restringen el flujo sanguíneo hacia el pene, como la diabetes, la
hipertensión (tensión arterial alta), el exceso de colesterol o las enfermedades cardíacas.
Situaciones que interrumpen la conexión entre el sistema nervioso y el pene, como la
cirugía de próstata o lesiones traumáticas en la zona. Muchos medicamentos (algunos de
ellos empleados para tratar la hipertensión y las depresiones) causan DE entre los efectos
secundarios no deseados. Depresión nerviosa.

Factores de riesgo[editar]
Los hábitos de riesgo que pueden conducir a que se desarrolle DE son: el consumo de
sustancias adictivas legales (tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol) o ilegales, el
estrés. Un indicador de la DE física, en contraposición con la psicológica, es la incapacidad
de experimentar o mantener una erección al despertarse por la mañana. La DE que
persista por más de tres meses y que no sea debida a un suceso estresante evidente, al
consumo de sustancias adictivas, al consumo de alcohol o a afecciones médicas
transitorias que causan DE señala la necesidad de recibir atención médica por parte de un
urólogo.

La DE y el envejecimiento[editar]
Existen muchos malentendidos en este tema. Como resultado del proceso de
envejecimiento, suele haber un periodo refractario mayor —tiempo necesario para una
nueva erección después de un orgasmo. La edad también parece afectar el tiempo
necesario para excitarse y para la erección y la eyaculación. Todos estos se consideran
cambios no patológicos. Sin embargo, la sexualidad no tiene fecha de caducidad. Si la DE
se da más en personas mayores, es sólo porque es más probable que sufran
enfermedades asociadas a la DE y que usen más medicamentos que alteren la función
eréctil.

¿Cómo ocurre una erección en condiciones no


patológicas?[editar]
Cuando no hay estimulación sexual, el flujo de sangre dentro del pene es muy bajo, lo que
lo mantiene en estado flácido o no erecto. Cuando se recibe estimulación sexual (a través
de cualquiera de los órganos de los sentidos o incluso de la imaginación), las arterias del
pene se relajan y se dilatan, y el flujo sanguíneo hacia el pene aumenta mucho. A medida
que el pene se expande, las venas del pene —que tendrían que devolver la sangre del
pene hacia la circulación de retorno— se comprimen, y la sangre no puede salir. Con un
aumento en el flujo sanguíneo que entra y una reducción en el flujo que sale, el pene se
vuelve cada vez más grande y se pone cada vez más duro (véase cuerpos cavernosos).

Metodología de estudio en la disfunción eréctil[editar]


Al ser causada por diversas enfermedades, se impone un estudio multidisciplinario
integrado en un mismo equipo de trabajo. Se realiza una exhaustiva historia clínica del
caso, se realizan estudios bioquímicos y hormonales, un perfil psicológico, pruebas
vasculares y estudios radiológicos. Todo esto, sumado a un examen físico uroandrológico,
cardiocirculatorio y neurológico, conduce al diagnóstico.

Diagnóstico de la disfunción eréctil[editar]


Historia clínica[editar]
Interesa recoger problemas médicos actuales y previos, medicamentos que se estén
tomando y antecedentes de problemas psicológicos (estrés, ansiedad, depresión). El
médico también requerirá antecedentes sexuales —inicio de la DE, frecuencia, calidad y
duración de cualquier erección, etc.— e investigará la motivación para el tratamiento y las
expectativas del paciente. La DE es lógicamente cosa de dos, y puede ser apropiado
entrevistar a la pareja sexual (cualquiera que sea la preferencia sexual del paciente).
Examen físico. Incluye una exploración del área genital y un tacto rectal (examen del recto
con un dedo enguantado). Deben buscarse evidencias de otras enfermedades —
hipertensión, diabetes, ateroesclerosis, daño nervioso, etc.—.

Cuestionarios[editar]
Los más utilizados son el IIEF (International Index of Erectile Function, es decir, el Índice
Internacional de la Función Eréctil) y su versión más sencilla: el test SHIM (Sexual Health
Inventory for Men, es decir, el Inventario de Salud Sexual para Varones).

Pruebas de laboratorio[editar]
Se requieren análisis de sangre para medir los niveles de testosterona y, si es necesario,
los de prolactina para determinar si hay problemas del sistema endocrino. Pueden ser
necesarios diversos exámenes específicos para detectar la DE, como pruebas de
respuesta eréctil tras inyección de medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos del
pene o detección de erecciones nocturnas mediante diversos dispositivos.

Técnicas de radiología diagnóstica[editar]


Véase también: Radiología diagnóstica
La cavernosometría y la cavernosografía de infusión dinámica (DICC) es una prueba en la
que se induce una erección con medicamentos, se mide la capacidad de almacenamiento
del pene, se hace una ecografía de las arterias del pene (para medir la presión arterial) y
se realiza una radiografía del pene erecto para obtener datos anatómicos precisos. Sólo es
necesaria en algunos casos de DE.

Tratamientos de la disfunción eréctil[editar]


Menos del 10 por ciento de los hombres que sufren DE buscan ayuda médica. Al
enfrentarse con la DE, es frecuente que se desmoralicen, que se depriman o que busquen
tratamientos milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben
considerar con toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos
eficaces y muy seguros, aunque en ningún caso mágicos.
La modalidad del tratamiento viene dictada por el problema específico que causa la
disfunción eréctil. El primer paso es definir la causa, si es posible, y luego intentar la
solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas alternativas
terapéuticas incluyen una o varias de las siguientes:

 Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: dejar de
fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer algo de ejercicio y aprender
a relajarse.
 Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando DE, como
algunos antidepresivos, diuréticos y betabloqueantes.
 Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la DE, se
recomienda para todos los pacientes alguna forma de terapia psicológica,
conductual, sexual o de combinación, generalmente en compañía de su pareja.
 Terapia transuretral y de inyección. Consiste en inyectar medicamentos en el tejido
eréctil para relajar los músculos lisos del pene y permitir que tenga lugar la erección.
Está indicada en algunos casos de DE. Los medicamentos inyectados suelen ser
asociaciones de papaverina-fentolamina, o bien alprostadil (prostaglandina E1). Las
reacciones adversas son generalmente menores, pero pueden incluir erecciones
prolongadas y dolorosas (priapismo; véase príapo). Una alternativa a las inyecciones
es un dispositivo de plástico para aplicar estos medicamentos a través de la uretra.
Aunque más seguras y menos costosas que los tratamientos quirúrgicos, estas
terapias tienen una tasa alta de abandono, ya que la pérdida de espontaneidad hace
perder interés en el procedimiento. Las sustancias vasoactivas son sustancias que,
introducidas a través de la uretra o inyectadas en los cuerpos cavernosos del pene,
producen una erección que permite una buena relación sexual. Pueden utilizarse una
o dos veces por semana. Antes de empezar el tratamiento, es importante hacer las
pruebas necesarias para conocer la respuesta a dichas sustancias.
 Los medicamentos orales que estimulan la actividad de la dopamina en el cerebro
pueden aumentar el deseo sexual y con ello facilitar la erección. Con este fin se han
comercializado pastillas sublinguales de apomorfina.
 Sildenafilo (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y en los Estados Unidos, es
el medicamento oral que ha mostrado resultados más prometedores en la DE. En los
estudios realizados, el sildenafilo mejoró las erecciones en 3 de cada 4 participantes
(~75%), comparado con sólo 1 de cada 4 que mejoraron al tomar un placebo; con
sildenafilo, uno de cada tres intentos de coito fue un éxito —comparado con sólo 1 de
cada 5 intentos en pacientes con placebo—. El sildenafilo aumenta la concentración
del GMP cíclico, que se produce en el pene durante la actividad sexual y que
incrementa el flujo sanguíneo. Así, el sildenafilo eleva el flujo peneano de forma
natural, de modo que la estimulación sexual causa erección. El sildenafilo no es, pues,
un afrodisíaco ni una hormona ni un producto que cause por sí mismo erección, sino
que sólo ayuda a conseguir una erección cuando existe estimulación sexual. El
sildenafilo se toma "a demanda" —sólo cuando se desea—, y su acción comienza en
30 minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de una tableta al día. Los efectos
colaterales incluyen molestias digestivas, dolores de cabeza, enrojecimiento facial y
dolores musculares, y, en un tres por ciento de los pacientes tratados, alteraciones de
la visión. Como otras sustancias para tratar la DE, el sildenafilo está contraindicado en
caso de enfermedades cardíacas y, sobre todo, jamás debe asociarse con los
medicamentos llamados nitratos (por ejemplo, la nitroglicerina que se usa bajo la
lengua para tratar la angina de pecho); en asociación con sildenafilo, los nitratos
pueden bajar la tensión arterial bruscamente hasta niveles peligrosos.
 Tadalafilo (Cialis®) y Vardenafilo (Levitra®). Dos fármacos de la misma familia del
sildenafilo (inhibidores selectivos de la fosfodiesterasa tipo 5). Vardenafilo es el
nombre del segundo medicamento para la disfunción eréctil aprobado para su uso y
comercialización en Europa y Estados Unidos. Al igual que el sildenafilo, se administra
por vía oral. A pesar de que en líneas generales su actuación sea muy similar, el
vardenafilo ha sido el tercer fármaco para la disfunción eréctil en llegar al mercado
internacional. Al igual que el sildenafilo y el vardenafilo, el tadalafilo 6 mejora la
circulación al relajar los músculos que rodean el pene para lograr que sus vasos
sanguíneos se dilaten. Sin embargo, Cialis presenta una característica diferencial
frente a Levitra y Viagra. Su rapidez de actuación y la duración de sus efectos hacen
de esta pastilla un tratamiento de referencia en esta materia, en competencia directa
con Viagra. El tadalafilo puede durar hasta 36 horas en el organismo. Además de las
dosis de 10 y 20 miligramos, también está disponible en pastillas de 5 mg bajo el
nombre de Cialis diario. Tanto el vardenafilo 7 como el tadalafilo son susceptibles de
provocar reacciones adversas en el organismo. Las pruebas de laboratorio han
revelado, entre los efectos secundarios más frecuentes, los dolores de cabeza, el
malestar o la acidez estomacal, las náuseas o el rubor. Rara vez se han constatado
otras consecuencias de mayor envergadura como erecciones de más de 4 horas
(priapismo), problemas de visión, inflamación de distintas zonas del cuerpo,
desvanecimientos y dificultades para respirar o tragar.
 Yohimbina. Empleado como medicina popular durante años, actualmente existe
evidencia de que puede mejorar la erección en un tercio de los hombres con DE leve,
sobre todo en combinación con el antidepresivo trazodone.
 Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en
hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterona, la hormona masculina).
Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se recomienda nunca
para hombres con niveles no patológicos de hormona masculina; en éstos puede
mejorar el impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre la próstata y el hígado,
a veces irreversibles. Cuando la DE se debe a niveles excesivos de la
hormona prolactina, puede ser útil el medicamento bromocriptina.
 Otros: se han utilizado, con distintos grados de éxito, medicamentos
como pentoxifilina (Elorgan®), naltrexona —un antídoto de la heroína y la morfina— o
el antihipertensivo minoxidil.
 Dispositivos de aspiración (bombas de vacío). Colocación del pene en un cilindro
plástico hermético, donde se crea a continuación un vacío, lo cual causa que la sangre
fluya hacía el pene. Después se asegura una banda alrededor de la base del pene
para retener la erección, y el cilindro se retira. La falta de espontaneidad de este
método es el inconveniente principal.
 Implantes peneanos. Tres tipos de implantes se emplean actualmente para el
tratamiento de la disfunción eréctil; todos ellos deben implantarse quirúrgicamente:
implantes hidráulicos, prótesis e implantes plásticos hinchables. Aunque muchos
pacientes se han beneficiado de la cirugía del implante, éste es un procedimiento
irreversible; el tejido eréctil se lesiona de forma permanente cuando se implantan estos
dispositivos. En el momento actual ha caído en relativo desuso, a expensas de
métodos menos arriesgados y menos costosos. Son unos cilindros
de silicona (sustancia no rechazada por el organismo), de estructura anatómica, dos
de los cuales se introducen en los cuerpos cavernosos del pene y producen la rigidez
necesaria para una buena y adecuada relación sexual. Existen diferentes vías y
técnicas para implantar la prótesis; la intervención dura aproximadamente 45 minutos.
Mediante una incisión de la piel de 3-4 cm en la parte inferior del pene y en la raíz
del escroto, se llega a los cuerpos cavernosos, donde se colocan las dos prótesis
correspondientes, con un porcentaje de complicaciones mínimo. Todo ello con
anestesia local o regional. Al ser una cirugía poco agresiva, el postoperatorio no
requiere cuidados especiales; el paciente puede abandonar la clínica entre 12 y 24
horas después de la intervención, y a las 3-4 semanas de adaptación se puede
reiniciar la vida sexual sin dificultades en la erección.
 Cirugía vascular. Para los hombres cuya disfunción eréctil sea causada por
problemas de las arterias o las venas del pene, la cirugía vascular puede ser una
opción. Se practican dos tipos de operaciones:
 Cirugía de revascularización (anastomosis): conexión de una arteria de la pierna
con las arterias del dorso del pene, con lo que se desvía cualquier bloqueo y aumenta
el flujo sanguíneo.
 Ligadura venosa: se realiza cuando el pene no puede almacenar una cantidad
suficiente de sangre para mantener una erección. Se atan o se extirpan las venas que
están causando un drenaje excesivo de sangre del pene.
 Afrodisíacos y tratamientos alternativos. Los afrodisíacos son sustancias que
supuestamente aumentan el impulso, el deseo y el desempeño sexual. La leyenda ha
atribuido cualidades afrodisíacas a alimentos como los chiles, el chocolate, el regaliz,
la manteca, las anchoas, las ostras y las vieiras. El "Spanish fly" o cantáridas, hecho
de escarabajos secos, es el afrodisíaco más "famoso" y es particularmente inútil y
nocivo.

Prevención de la DE[editar]
Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: no fumar,
moderar el consumo de alcohol y de grasas (particularmente grasas saturadas), hacer algo
de ejercicio y aprender a relajarse.
Muchos especialistas opinan que una de las medidas preventivas más efectivas consiste
en hacer el amor frecuentemente con una pareja afín, buscando el placer. Aunque no tiene
que ser necesariamente con una pareja estable, recomendación que sí es necesaria para
reducir las probabilidades de contagio de una infección de transmisión sexual, pero no un
requisito absoluto para el buen desempeño en el coito.

Referencias[editar]

1. ↑ Erectile dysfunction glossary - MUSC Health

2. ↑ Vassena R, Eguizabal C, Heindryckx B, Sermon K, Simon C, Van Pelt AMM, et


al (2014). «Stem cells in reproductive medicine: Ready for the patient?». Hum
Reprod. doi:10.1093/humrep/dev181.

3. ↑ Bahk JY, Jung JH, Han H, Min SK, Lee YS (2010). «Treatment of diabetic
impotence with umbilical cord blood stem cell intracavernosal transplant:
preliminary report of 7 cases.». Exp Clin Transplant. PMID 20565373.

4. ↑ Saltar a:a b c d e Instituto de Medicina Sexual. «Impotencia». Centro de urología,


andrología y salud sexual. Madrid, España. Consultado el 20 de octubre de
2011.

5. ↑ «Disfunción Eréctil Psicológica: Causas y Tratamiento». devigor®. 4 de


septiembre de 2019. Consultado el 13 de septiembre de 2019.
6. ↑ MedlinePlus. Información de salud para usted. "Tadalafilo". Biblioteca
Nacional de Medicina de EE.UU. Consultado el 15 de agosto de 2013

7. ↑ MedlinePlus. Información de salud para usted. "Vardenafilo". Biblioteca


Nacional de Medicina de EE.UU. Consultado el 15 de agosto de 2013

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