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Antonio y Juanito

“Juanito laguna es un niño de extramuros de Bueno Aires o de cualquier capital de América Latina.. Y por qué el
collage o pegamento y no lo exclusivamente pintado con pincel en el tema de Juanito? Porque de esta manera logro
una mayor intensidad expresiva, esos materiales son equivalentes a su ámbito habitacional, los materiales con los
que hago mi obra, no los busco muy lejos de los barrios, en los baldíos, en los senderos, encuentro los cajones y cajas
vacías, las latas y los plásticos del rezago de la gran industria que son recuperados por esa población aledaña de
inmigrados del interior argentino o de los hermanos de países vecinos. Juanito Laguna forma parte de una narrativa
hecha con elementos de su propio ámbito. Juanito laguna surge en buenos Aries cuando comencé a hacer una serie
de apuntes en los barrios pobres, al ver ese conjunto de chicos y sentir que yo no los había personalizado lo
suficiente. Si bien es un arquetipo del gran Buenos Aires, podría ser un arquetipo de todos los niños, te todos los
changos de las ciudades de Latinoamérica, es un chico pobre, pero no un pobre chico, no es un vencido por las
circunstancias sino un ser lleno de vida y de esperanzas que supera su miseria circunstancial, porque intuye vivir en
un mundo cargado de porvenir ” Antonio Berni

Museo Malba (2014) “Antonio Berni- La historia de Juanito Laguna.” Disponible en: https://youtu.be/m9deXF8viyw

xilocollage relieve: xilo por que está trabajado en plancha de madera, collage porque hay elementos pegados, y
relieve porque tiene una altura/espesor

Antonio Berni
Juanito y Ramona
31.10.2014— 01.03.2015 
Inauguración: Jueves 30 de octubre, 19:00
Curadores: Mari Carmen Ramírez y Marcelo Pacheco

Primera exposición de Antonio Berni (Rosario, 1905 - Buenos Aires, 1981) que presenta en forma exhaustiva sus
célebres series de Juanito Laguna y Ramona Montiel e incluye a los Monstruos de sus pesadillas. Producida en forma
conjunta por MALBA y el Museum of Fine Arts, Houston (MFAH) –como parte del acuerdo de colaboración que
ambas instituciones mantienen desde 2005–, la muestra reúne un conjunto de 150 obras (pinturas bidimensionales,
grabados, xilocollages y xilocollage-relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas), creadas entre 1958 y 1978,
cedidas por la familia del artista y por veinticinco colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay, Estados
Unidos, España y Bélgica.

Por primera vez se exhiben en nuestro país piezas prácticamente desconocidas como el conjunto de obras
provenientes de Bélgica, compuesto por ensamblajes de gran tamaño como Ramona bebé (1962), La apoteosis de
Ramona (1971) y La familia de Juanito emigra (1972). También se presentan obras emblemáticas de carácter
monumental como El mundo prometido a Juanito Laguna (1962) –una de las grandes obras maestras de este
período, de la colección de Cancillería Argentina–; Juanito aprende a leer (1961) y Pesadilla de los injustos (1961) –
ambas del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires-; Juanito lleva la comida a su padre peón
metalúrgico (1961) del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Juanito va a la ciudad (1963) de la colección del
MFAH; La gran tentación (1962) de la colección de MALBA y La pampa tormentosa (1963), entre otras.

Se destaca además el conjunto de cinco grabados sobre Juanito Laguna –préstamo de la colección del Museo
Castagnino+macro de Rosario–, que Berni presentó por primera vez en 1962 en la Bienal de Venecia y por el que
obtuvo el Gran Premio de grabado y dibujo.

Antonio Berni: Juanito y Ramona intenta situar a Berni en su contexto internacional, destacando la diversidad de su
producción, fruto de una constante búsqueda por expandir las preocupaciones centrales de los movimientos
artísticos de posguerra.

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Juanito, Ramona y los monstruos

A fines de los años 50, la figura de un niño empezó a aparecer como tema reincidente en la obra de Berni. Juanito
Laguna surge como el primer personaje berniano. Está inspirado en los cientos de niños que el artista encontró en
las villas miseria o barrios periféricos humildes que existían en la ciudad de Buenos Aires desde los años 30 y que
incluso habían crecido en los últimos años.

Berni concibe a Juanito como hijo de un trabajador obrero, peón de la industria metalúrgica que vive en el barrio
ubicado en el bañado de Flores y que pasa el tiempo jugando libremente en la calle. Como aclara el propio Berni:
“Juanito es un chico pobre pero no un pobre chico. No es un vencido por las circunstancias sino un ser lleno de vida y
esperanza, que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir”.

Internacionalmente apareció por primera vez en la Bienal de Venecia de 1962, en la que Berni obtuvo el Gran Premio
de grabado y dibujo. En sus construcciones y ambientes, Berni lo muestra celebrando la Navidad, aprendiendo a leer,
remontando un barrilete, jugando, nadando en una laguna con su perro y llevándole la comida a su padre a la fábrica
en la que trabaja. Su mundo está hecho a partir de retazos de tela, hojas de metal, latas aplastadas, contenedores
plásticos, maderas, cartones y chatarra, desechos industriales que el artista ensambla magistralmente en
construcciones monumentales.   

En la serie de Juanito a Berni le interesaba trabajar el entorno, el paisaje, los rincones de la villa miseria con
acumulaciones desbordantes de desperdicios. “El collage y el ensamblado de Juanito funcionaban en su reciclaje real
sobre grandes soportes de madera donde el artista pegaba, atornillaba y clavaba los desechos”, explica Pacheco.

Berni comenzó a desarrollar el personaje de Ramona Montiel mientras vivía y trabajaba en París, a partir de 1962.
Ramona es una joven de barrio que vive en el corazón de la gran urbe: Buenos Aires. Agobiada por su trabajo de
costurera y seducida por los lujos y los esplendores, así como por las falsas promesas de “una vida mejor”, se vuelve
prostituta.

Para esta serie el artista hurgó en los mercados de pulgas parisinos buscando materiales con los cuales componer su
nuevo personaje: viejos vestidos de lentejuelas, pedazos de encaje, cordones, pasamanerías y demás accesorios con
los que se engalanaban las mujeres de la Belle Époque. Aunque en la obra berniana aparecen fotografías de
prostíbulos rosarinos ya en los años 40, y luego una figura muy similar a Ramona hacia finales de los 50 (en su
óleo La boda), Ramona es producto de una concepción parisina del artista, alimentada de la tradición del cabaret
francés y de su figura principal: la corista.

A través de Ramona, el artista sondea diferentes aspectos de las presiones sociales e históricas que recaen sobre la
mujer, así como la influencia de la televisión y los anuncios publicitarios en la configuración de la sensibilidad social
femenina y del deseo consumista. El artista la representa acompañada de su poderoso círculo de influyentes amigos
de todos los sectores de la sociedad: un general, un marinero, un criminal, un embajador y un obispo, entre otros,
como una estrella del circuito del café concert y en sus viajes a España.

Mientras que para retratar a Juanito realizó más de treinta ensamblajes, sobre Ramona hizo menos de diez, la mayor
parte de los cuales se extraviaron, o cuyo paradero hoy se desconoce. En cambio, ella se convirtió en la protagonista
de una larga serie de innovadores grabados en los que el artista llevó a cabo sus más osados experimentos con esta
técnica. 

Los monstruos creados por Antonio Berni en un primer momento, en escala bidimensional representaban los
temores que acechaban a Juanito en su paisaje o entorno cotidiano, pero luego, ya en escala tridimensional, son
producto de las pesadillas en relación al incumplimiento de los deseos de Ramona. Igual que los ensamblajes que
narran la historia de Juanito, estas criaturas fantásticas surgen de objetos de desecho y de materiales reciclados;

2
pero, a diferencia de aquellos, transfieren las investigaciones del artista a la escala de grandes objetos. Por eso Berni
los bautizó “construcciones polimatéricas”.

Desde 1964, Berni dividió sus monstruos en dos grupos: Monstruos cósmicos y Monstruos infernales que desafían a
Ramona Montiel. El carácter humorístico de estas bizarras creaciones provocó gran revuelo al ser expuestas por
primera vez en su retrospectiva en el Instituto Di Tella en 1965. No sólo ponían en jaque las nociones conservadoras
del “buen gusto”, sino que además mostraban la imaginación y el virtuosismo del artista en la técnica del
ensamblaje, que acercaba la obra al objeto escultórico. La estética de los monstruos surge de fuentes tanto de la
historia del arte como de la cultura popular: remite a las festividades callejeras y carnavalescas latinoamericanas,
con influencias freudianas, de la religión católica y de otros cultos paganos como los de la diablada boliviana y los
carros alegóricos del carnaval carioca, entre otros.

Texto de Victoria Giraudo

A fines de los 50, Antonio Berni, quien ya era reconocido en el medio por haber creado el Nuevo Realismo en los
años 30, y siempre preocupado por la realidad social de su país, concibió un personaje: Juanito Laguna, un niño que
vivía en una villa miseria, que sería protagonista de una larga serie que culminó en 1978, con obras como
este Juanito dormido.

Berni mismo pensó y personificó la historia de Juanito como si fuera un cuento:

Juanito Laguna surge en Buenos Aires, en el Gran Buenos Aires. Cuando yo comencé a hacer una serie de apuntes en
los barrios pobres, y al ver ese conjunto de chicos, sentía que yo todavía no lo había personalizado lo suficiente.
Entonces se me ocurrió ponerle un nombre; ponerle un nombre a un personaje que viene a ser el arquetipo de todos
esos chicos, de todos esos niños del Gran Buenos Aires. Pero si bien es un arquetipo del Gran Buenos Aires, podría
ser un arquetipo de todos los niños o todos los “changos” de las ciudades de Latinoamérica. Podría ser de Santiago
de Chile, de Lima, de Río de Janeiro, de Caracas. Es decir, que es un personaje típicamente americano, aunque yo lo
localizo en Buenos Aires. Juanito Laguna es un niño de extramuros de Buenos Aires o de cualquier capital de América
Latina. Es un chico pobre, pero no un pobre chico. No es un vencido por las circunstancias sino un ser lleno de vida y
esperanza, que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir…1

La línea de fuerza de toda su trayectoria fue la temática, y en este sentido Juanito, y luego Ramona Montiel, son
pretextos para hacer señalamientos y cuestionar la realidad. Berni, vinculado al Partido Comunista, denunció a
través de Juanito las consecuencias de la industrialización impulsada por el desarrollismo americano, con el
consecuente crecimiento exacerbado y no planificado de las grandes urbes y la precaria situación de vivienda en los
barrios marginados. Estas “villas miseria” eran asentamientos sin instalación de servicios de infraestructura (agua
potable, electricidad, cloacas, centros de salud y educación) y muchas veces afectados por incendios o inundaciones.
En los años 50, Berni realizó numerosos viajes al Norte Argentino, donde la pobreza en el campo es extrema, pero
situó luego a Juanito en sus paisajes informalistas de villas del Gran Buenos Aires, como Villa Tachito, Villa Piolín o el
Bajo Flores.

Durante casi dos décadas, Berni contó la historia de Juanito, un niño de alrededor de 8 a 10 años,2 a través de
distintos episodios de una gran tira de capítulos aislados, que lo muestra en diferentes momentos de su vida. Se lo
ve retratado, jugando con sus amigos, cazando pajaritos, llevando comida a su padre, peón metalúrgico, yendo a la
ciudad, mirando televisión, con su familia, en Navidad, en Carnaval, de vacaciones, bañándose en la laguna, tocando
la flauta, aprendiendo a leer, con sus dos perros, con sus juguetes, o incluso dormido, cansado de jugar tal vez.

Para personificar a Juanito Laguna y su entorno, el dibujo y la pintura no le bastaban. Retomó el collage de los años
30 y el grabado en madera, pero de una manera diferente, utilizando materiales “reciclados” del propio entorno de
Juanito, resignificándolos. Transformó el collage ortodoxo, al utilizar chatarra, rezagos, objetos recogidos de la
basura arrojada por el consumo de la sociedad burguesa, en una nueva forma de expresión ideológica.
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Sus assemblages atentan contra el buen gusto, y pueden ser antiestéticos por esto, porque, justamente, buscan
denunciar la explotación y hacer un señalamiento.

Sus series de Juanito y Ramona se inscriben en la línea narrativa del folletín, la novela en episodios, la serie policial,
las tiras cómicas iniciadas en los 60 y el culebrón típico del radioteatro argentino, que empezó en los 30, pero luego
en gran auge y traspasado a la televisión. También esta narrativa en cuadros con actos es típica de la construcción
pictórica de la iglesia grecorromana, en sus viacrucis y escenas de episodios bíblicos, que se utilizaban con función
didáctica e incluso propagandística para una gran audiencia popular analfabeta.

Berni presentó por primera vez a Juanito en la galería Witcomb, en 1961:  Berni en el tema de Juanito Laguna,
auspiciada por el MAMbA. Al año siguiente, fue el primer argentino en recibir el Premio de Grabado y Dibujo y una
mención especial a la totalidad de sus obras expuestas en la XXXI Bienal de Venecia, por su conjunto de grandes
xilografías sobre Juanito. Ese año comenzó a trabajar en otro personaje, Ramona Montiel, quien ocuparía su
producción completa de 1964 a 1972, aproximadamente, cuando retomó el tema de Juanito. Mientras tanto, éste se
convirtió en un personaje de la iconografía popular argentina, que inspiró a poetas y músicos de la talla de Astor
Piazzolla, Horacio Ferrer, César Isella y Mercedes Sosa, que lo homenajearon en sus obras.

A partir de 1972, importantes ensamblajes muestran a Juanito en medio de paisajes extraños, que mezclan cielos
realistas pintados al óleo con collages de elementos cotidianos como panes, juguetes, ropa, un televisor u objetos
con marcas comerciales, y, sobre todo en esta época, se lo ve entre medio de basurales, en obras de denuncia
ecológica y del imperialismo (economías dependientes), a través del uso de latas abolladas de derivados del
petróleo. En el caso del Juanito dormido de Malba, Berni también utilizó este tipo de latas y prendas de vestir, como
una camisa, medias, alpargatas, un avión de juguete de la TWA, de hojalata, y una revista de cómics, como
elementos simbólicos, elegidos expresamente para denunciar la tensión de la realidad diaria y la historia urbana del
momento.

Berni realizó un primer Juanito dormido en 1974, de similares medidas y composición que el de Malba. En ambos hay
mezcla de pintura y objetos, los rostros tienen expresiones serenas –están dormidos en paz y durante el día, como si
fuera una siesta–. Los cielos denotan la horizontalidad de la pampa, están pintados en óleo (atardecer rojizo en
1974, celeste pálido en el 78), y un horizonte bien visible marca su lugar en el mundo, una villa miseria separada de
la ciudad, aislada por la basura (1974) o por una muralla de madera (1978), como si fuera un corral, con un piso de
tierra. Estos Juanitos, sobre todo el de Malba, difieren del Juanito ciruja, también de 1978, en donde ese niño lleno
de porvenir que anhelaba Berni en los 60 es una víctima de la explotación infantil.3

El Juanito dormido de Malba es posterior a la experiencia de Berni en Nueva York en 1977, en la que estaba
interesado en retratar la realidad cotidiana de aquella ciudad, con otro tipo de obras y algunos Juanitos, como Shoe
Shine Juanito Laguna o Juanito Goes to the Factory, donde el personaje está rodeado de residuos de marcas
americanas, como latas de cerveza Miller y Budweiser, Ginger Ale Canada Dry y Tab.

 Notas

1. De una grabación hecha a Berni (disponible en http://www.youtube.com/watch?v=XdweLTzaUvQ).

2. Esa edad aproximada tenía su hijo José Antonio al comenzar la serie sobre el personaje.

3. Ver libro ficcional de Berni, sin editar, sobre una historia de Juanito en la cual éste y su madre se vuelven
militantes revolucionarios. En Fundación Espigas, Buenos Aires.

Juanito y Ramona, dos invenciones extinguidas,


por Marcelo E. Pacheco

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Aquí presentamos un fragmento del ensayo de Marcelo E. Pacheco incluido en el catálogo de la exposición Antonio
Berni: Juanito y Ramona, MALBA (2014), con el título "Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos invenciones
extinguidas". Leer texto completo (PDF) aquí.

En 1962, Antonio Berni llegó a la XXXI Bienal Internacional de Venecia, como parte del envío oficial argentino. El
artista presentó una serie de tintas con la imagen de interminables pampas y cielos, y un conjunto de óleos con
collage, unas xilografías y unos xilocollages, todos con el motivo de Juanito Laguna, un chico de una villa miseria,
personaje inventado pocos años antes. La primera aparición pública de Juanito había sido en Buenos Aires, la
temporada anterior, en Galería Witcomb, con doce piezas.

El rosarino obtuvo el Gran Premio Internacional de Grabado y Dibujo, y una mención destacada del jurado por la
calidad de todos los trabajos expuestos. Berni era consagrado en la bienal más antigua y célebre del mundo. El
personaje, la calidad del oficio y los valores estéticos, y quizás ideológicos, de las obras habían conseguido atraer la
atención de crítica y especialistas internacionales.

Terminados los actos y ceremonias de Venecia, el pintor viajó a París, donde trabajó unos meses. En 1962 la
comunidad de artistas latinoamericanos que producían en la capital francesa era numerosa, y actuaba en varias de
las líneas de avanzada de la escena: arte objetual, performances, arte cinético, alrededor del nouveau réalisme, la
Nueva Figuración y el Arte-Vivo.

Se podían ver artistas venezolanos, brasileños, colombianos, chilenos, peruanos, mexicanos, cubanos y argentinos,
que no sólo frecuentaban las vanguardias, sino que eran protagonistas centrales de ellas, como, en el arte óptico y
cinético, Jesús Soto, Alejandro Otero, Carlos Cruz-Diez, Julio Le Parc, Martha Boto y Gregorio Vardánega, de Caracas
los tres primeros y Buenos Aires los demás. La intensidad del fenómeno era tal que, ese mismo año, el Musée d’Art
Moderne de la Ville organizó la exposición L’art latino-américain à Paris, donde Berni estuvo presente junto a otros
argentinos como Marta Minujín, Jorge de la Vega y Alberto Greco.

Visitando los mercados de pulgas de la ciudad y las casas de viejo, Berni fue encontrando materiales para un
segundo personaje que estaba imaginando hacía tiempo: Ramona Montiel, una muchacha de Pompeya o Villa
Crespo que, seducida por los falsos oropeles del “gran mundo”, se había convertido en prostituta. En París,
realizó Ramona espera, el primer collage y ensamblado de la serie, y La gran tentación, su antecedente directo.

En ese momento, el artista ya tenía en acción a los dos personajes que fueron los protagonistas del ciclo más extenso
e importante de su producción. Hasta 1977, de manera casi excluyente, Juanito Laguna y Ramona Montiel
concentraron su atención, y dieron origen a pinturas, collages, ensamblados, construcciones y objetos, cajas,
xilografías, xilocollages y xilocollages-relieves, ambientaciones y un espectáculo con instalaciones y medios
audiovisuales.

EXPOSICIÓN TEMPORARIA ANTONIO BERNI: JUANITO Y RAMONA 31.10.2014 - 23.2.2015 Inauguración: jueves 30 de
octubre, 19:00 Curadores: Mari Carmen Ramírez y Marcelo E. Pacheco Sala 5 (nivel 2) – Sala 3 (nivel 1) – Sala 1 (nivel
-1) El jueves 30 de octubre MALBA inaugura Antonio Berni: Juanito y Ramona, la primera exposición de Antonio
Berni (Rosario, 1905 - Buenos Aires, 1981) que presenta en forma exhaustiva sus célebres series de Juanito Laguna y
Ramona Montiel e incluye a los Monstruos de sus pesadillas. Producida en forma conjunta por MALBA y el Museum
of Fine Arts, Houston (MFAH) –como parte del acuerdo de colaboración que ambas instituciones mantienen desde
2005–, la muestra reúne un conjunto de 150 obras (pinturas bidimensionales, grabados, xilocollages y xilocollage-
relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas), creadas entre 1958 y 1978, cedidas por la familia del artista y
por veinticinco colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay, Estados Unidos, España y Bélgica. Por primera
vez se exhiben en nuestro país piezas prácticamente desconocidas como el conjunto de obras provenientes de
Bélgica, compuesto por ensamblajes de gran tamaño como Ramona bebé (1962), La apoteosis de Ramona (1971) y
La familia de Juanito emigra (1972). También se presentan obras emblemáticas de carácter monumental como El

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mundo prometido a Juanito Laguna (1962) –una de las grandes obras maestras de este período, de la colección de
Cancillería Argentina–; Juanito aprende a leer (1961) y Pesadilla de los injustos (1961) –ambas del Museo Nacional
de Bellas Artes de Buenos Aires-; Juanito lleva la comida a su padre peón metalúrgico (1961) del Museo de Arte
Moderno de Buenos Aires; Juanito va a la ciudad (1963) de la colección del MFAH; La gran tentación (1962) de la
colección de MALBA y La pampa tormentosa (1963), entre otras. Se destaca además el conjunto de cinco grabados
sobre Juanito Laguna –préstamo de la colección del Museo Castagnino+macro de Rosario–, que Berni presentó por
primera vez en 1962 en la Bienal de Venecia y por el que obtuvo el Gran Premio de grabado y dibujo. Antonio Berni:
Juanito y Ramona intenta situar a Berni en su contexto internacional, destacando la diversidad y multiplicidad de su
producción artística, fruto de una constante búsqueda por expandir las preocupaciones centrales de los
movimientos artísticos de la posguerra. En palabras de Mari Carmen Ramírez: “Berni es uno de los grandes maestros
y pioneros del ensamblaje y al mismo tiempo uno de los grandes exponentes de la pintura narrativa. La importancia
de las series de Juanito y Ramona radica en el modo en que Berni utilizó este nuevo medio para enfrentar las
circunstancias sociales de su tiempo. Sus grandes ensamblajes, objetos polimatéricos y xylo-collage-relieves
constituyen una de las propuestas artísticas más innovadoras al arte del siglo XX”. Activo desde fines de los años 20,
Berni desarrolló una larga y prolífica carrera marcada siempre por su visión social y política de izquierda, que abarcó
diversas variantes del surrealismo y del realismo, como el que él mismo acuñó, a mediados de los años 30, bajo el
nombre de “Nuevo Realismo”. A fines de los años 50, cuando ya gozaba de gran reconocimiento en la escena local
con importantes vínculos intelectuales en París, Berni dio un giro radical a su concepción del arte que lo posicionó
como un artista de pensamiento contemporáneo. “Este realismo, actuando dialécticamente, encontró en el ciclo de
Juanito Laguna y Ramona Montiel su campo más provocativo. El uso del collage y el ensamblado puso en juego el
problema de lo `real real´ y fortaleció las conexiones subyacentes de la actividad social que se oculta en el mundo
concreto de los objetos”, reflexiona Marcelo Pacheco en su ensayo del catálogo. La exposición se centra en este
período singular e innovador de la producción de Berni, en el que narra la vida y las andanzas de dos personajes
ficticios, el chico de la villa miseria y la prostituta, como arquetipos de una realidad social posindustrial, en la
periferia de la ciudad de Buenos Aires, pero que podrían haber surgido de cualquier gran urbe latinoamericana. La
exposición Antonio Berni: Juanito y Ramona es el resultado de tres años de investigación y producción de los equipos
de MALBA y el MFAH, junto a diferentes especialistas que trabajaron en la puesta en valor de las obras, con tareas
de restauración, limpieza, consolidación y enmarcado. También contó con la colaboración de la Fundación Espigas y
de José Antonio e Inés Berni, que abrieron sus archivos especialmente para la investigación. Se despliega en tres
salas del museo y está organizada en grupos temáticos, que siguen el desarrollo de las series de Juanito y Ramona.
Una característica especial es la inclusión de aproximadamente 20 tacos de xilografías, que sirvieron como matrices
para los xilocollagerelieves y también fueron exhibidos en una retrospectiva de Antonio Berni en el Centro de Artes
Visuales del Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires, en 1965. La exposición está co-curada por Mari Carmen
Ramírez, curadora Wortham de Arte Latinoamericano del MFAH y Directora del International Center for the Arts of
the Americas (ICAA); y Marcelo Pacheco, curador en jefe de MALBA entre 2002 y junio 2013. El equipo se completa
con Michael Wellen, curador asistente de Arte Latinoamericano del MFAH; y Victoria Giraudo, coordinadora
ejecutiva de curaduría, MALBA. Se presentó por primera vez en el MFAH de noviembre 2013 a enero de 2014 y
después viajó al Phoenix Art Museum de junio a septiembre pasado. Se trató de la primera exposición de carácter
retrospectivo de Antonio Berni en los Estados Unidos después de 40 años. Catálogo Junto con la exposición, se editó
un catálogo de 400 páginas publicado por el Museum of Fine Arts, Houston y MALBA, en asociación con Yale
University Press. Esta publicación es el primer estudio académico exhaustivo sobre las series de Juanito y Ramona.
Editado por Héctor Olea y Mari Carmen Ramírez, el libro incluye seis ensayos críticos, una selección de documentos
del propio Berni y de destacados curadores y críticos de su época, y una cronología ilustrada de la producción
artística de Berni de 1957 a 1981. La lista de escritores invitados incluye a Mari Carmen Ramírez, Marcelo E. Pacheco,
Andrea Giunta, Héctor Olea, Guillermo David, Michael Wellen y Victoria Giraudo.

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