Usamos las matemáticas diariamente, ya que son fundamentales para la
economía diaria (ir al supermercado, pagar o dar el cambio correctamente...), interpretar el tiempo (calendario, horario…), orientarse en el espacio (recordar direcciones, número de la puerta…), incluso son necesarias para cocinar atendiendo a las cantidades marcadas por una receta, además de muchas otras situaciones cotidianas. Así pues, la discalculia afecta a la vida cotidiana de las personas que la padecen y, por lo tanto, es muy importante tratarla.
TIPOS
La mayoría de autores identifican cuatro áreas de deficiencia en la discalculia
que se corresponden con los cuatro grandes tipos comúnmente aceptados:
Deficiencias lingüísticas. El problema reside en un déficit en la compresión
de los enunciados de los problemas matemáticos.
Problemas de compresión. Dificultades para reconocer y entender símbolos,
así como también para ordenar y seriar grupos de números.
Problemas con las operaciones. El alumno no es capaz de seguir el ritmo
medio de la clase en las operaciones básicas y sus secuencias.
Problemas de atención. En este caso, se observan problemas en la copia de
figuras geométricas y símbolos operacionales.
CAUSAS
La discalculia, la incapacidad para comprender y realizar cálculos aritméticos y
matemáticos, es producida por anormalidades en las conexiones cerebrales que se encargan de este tipo de aprendizaje. Los neurocientíficos creen que la región del cerebro encargada de esta capacidad es el lóbulo parietal. DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la discalculia se efectúa a partir de los resultados obtenidos
en la evaluación neuropsicológica, en la que se evalúa, además de las capacidades numéricas y de cálculo, otras funciones cognitivas como la memoria, la atención, las capacidades visuoperceptivas y visuoespaciales y las funciones .EJECUTIVAS.
Emplea ejercicios para fortalecer el sentido numérico. Se trata de
ejercicios básicos de números, tales como operaciones sencillas, cantidades, etcétera. Utiliza juegos numéricos. Emplear el juego aporta un sentido lúdico que favorece la estimulación y el aprendizaje. Trabaja con tu hijo conceptos matemáticos básicos, como cantidad, proporción (mayor, menor, mucho, poco, etcétera) y la seriación. Apóyate de referentes visuales que les ayuden a la comprensión de las matemáticas (ábacos, dibujos, esquemas, etc.) Muéstrale la correspondencia entre las operaciones y el lenguaje matemático (sumar: unión; restar: quitar; multiplicar: sumar el mismo número; dividir: reparto). Ayúdale a visualizar los problemas y a secuenciarlos en datos y cuestiones. Entrena el cálculo mental mediante repetidas actividades. De este modo dotarás al niño o niña con discalculia de estrategias cognitivas para las matemáticas. Dale su tiempo para aprender y crear el sustrato neural pertinente. Cuida su bienestar emocional. Es fundamental que le ofrezcas tu apoyo emocional para evitar problemas derivados. Adapta el proceso de aprendizaje a cada niño o niña. Su nivel, sus conocimientos, sus necesidades, etcetera.