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UNIVERSIDAD ESPECIALIZADA DE LAS

AMERICAS

FACULTAD DE CIENCIA DE LA EDUCACIÓN

POSGRADO EN DOCENCIA SUPERIOR

ASIGNATURA: MIS COMPETENCIAS DOCENTES

Y EL USO DE LA EVALUACIÓN

EDUCATIVA

TEMA: ENSAYO DE MIS COMPETENCIAS

ELADIO MARTÍNEZ 6-717-2069

TUTOR: MAYDEÉ TUÑÓN


MIS COMPETENCIAS DOCENTES Y EL USO DE LA EVALUACIÓN
EDUCATIVA
Con el pasar del tiempo mi persona ha logrado alcanzar un nivel de competencias muy satifactorio, como
profesional la docencia, como la educación, está inspirada en la ética de la responsabilidad. Somos
responsables de la formación de seres humanos, así que en la personalidad moral del docente deben concurrir
la equidad, la compasión y el compromiso social.

Las competencias docentes son el conjunto de recursos -conocimientos, habilidades y actitudes- que
necesitan los profesores para resolver de forma satisfactoria las situaciones a las que se enfrentan en su
quehacer profesional.

La educación es comprender lo que sucede en el mundo, pero también elaborar juicios para entender, dar
respuestas y valorar los acontecimientos.

Enseñar es una tarea intelectual y moral que responde desde el aula a la falta de liderazgo moral de otros
integrantes de la sociedad. En estos tiempos, la docencia es una profesión de riesgo y un compromiso social y
político que requiere mucha valentía.

Es necesario que comprendas los contenidos de la enseñanza con un nivel exhaustivo como para disponerlos
de tal modo que tus alumnos puedan desarrollar mapas cognitivos poderosos de eso que estudian.

El docente del siglo 21 tiene necesidad de mucho más que una comprensión superficial o mecánica de las
ideas fundamentales de una disciplina. Debe penetrar, además, en las estructuras profundas del conocimiento
y sus relaciones, así como en los métodos para someterlas a prueba, evaluación y ampliación. Precisa
habilidades pedagógicas para hacer un uso flexible del conocimiento, pues es así como pueden prestar
atención a las ideas que van surgiendo en el curso del proceso de aprendizaje.

Al docente actual no le basta con eso que ya domina: debe responsabilizarse por su formación continua a lo
largo de su trayectoria profesional. En otras palabras, debe apostar constantemente por la actualización.
Las Competencias Básicas corresponderían al conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes propias de
la labor de un profesor, y que conforman los requisitos o las condiciones mínimas necesarias para el ejercicio
de la docencia, pero, por sí solas no dan cuenta de un desempeño destacado o de excelencia. Tienen relación
con el conocimiento de las materias que se enseñan, la habilidad de expresarse y dar a entender sus ideas,
teorías y conceptos, la capacidad de trabajar junto a otros docentes, mostrar responsabilidad y compromiso
con el que hacer.

Las Competencias Específicas se refieren a las que son parte fundamental del proceso de enseñanza
aprendizaje y distinguen a un docente cuya enseñanza está centrada en el aprendizaje de los estudiantes.

n tanto en cuanto las competencias docentes implican la interrelación entre formación teórica y aplicabilidad
de lo aprendido, este conjunto de

recursos solo adquieren sentido cuando se ponen en práctica, orquestados al contexto en los que se aplican, y
determinados por la eficacia del

aprendizaje de los alumnos en esas circunstancias específicas.

Los futuros docentes han de recibir una formación inicial acorde con las competencias que la profesión
requiere, de forma que estén preparados para ella, pero no se puede esperar que esta formación –caso de que
fuese ideal- se traduzca en un acerbo competencial inequívoco y fijo. Las competencias docentes se irán
manifestando y construyendo a lo largo de toda la carrera profesional, a partir del contexto, de circunstancias
cambiantes, de la evolución del propio docente, de su formación continua, y del conocimiento que da la
experiencia.

En la formación continua de los docentes serán determinantes la actitud individual del profesor hacia la
experimentación y la puesta en práctica de lo aprendido y el apoyo de las instituciones para fomentarla y
premiarla.

Dado que la calidad de la enseñanza es un factor clave en la calidad educativa, los sistemas educacionales
necesitan desarrollar mecanismos confiables y evaluaciones rigurosas para identificar las fortalezas y
debilidades de sus profesores. Este artículo presenta una revisión del propósito y el contenido de los
instrumentos para la evaluación de profesores, para establecer los elementos para pensar qué es deseable para
países como el nuestro, con tal de asegurar que cada uno de los salones cuente con un profesor debidamente
entrenado. Se hace énfasis en la idea de que la evaluación de los profesores debe emplearse siempre para
mejorar la enseñanza, y proporcionar la retroalimentación debida a los mismos profesores para que mejoren
su práctica. Se cuestiona el uso de mediciones sobre los estudiantes como un indicador de la efectividad del
profesor.

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