- Ensayo Final.

- Camila Vargas Naranjo

- ID: 532894
- Programa MVZ.
- Sede Ibagué-Tolima

Dilema entre morir o hacer el bien.

(Ensayo Rashomon.)

Esta es una historia con un tema profundo, los hechos transcurrieron en una ciudad donde
ocurrieron varias catástrofes naturales, en la ciudad de Kyoto se menciona que había sufrido
una serie de terribles calamidades como lo son terremotos y hasta incendios que llevó a todos
los que la habitaban a una desolación.

Un caso específico es el de un sirviente que se encontraba allí, todo era oscuro y con un
ambiente de tristeza profunda, la misma melancolía lo hacía pensar en de qué iba a vivir si
nada le quedaba. En su mismo desesperó pensó en convertirse un ladrón, salió a relucir su
lado humano de supervivencia, era eso o morir literalmente de hambre. Y a veces nos pasa
eso, ¿no creen? Decidimos hacer “el mal” por estar “bien” yo. Claro está que el caso del
sirviente es algo de muerte o vida. Así tal cual le pasó a una anciana con la que se encontró
arrancándole los cabellos a unos muertos, según ella para hacer pelucas. El sirviente decide
robarle a ella dudando siempre de su actuar; ¿está bien hacer el mal al otro, por mi bienestar?
¿Qué primará más, mi bienestar o el del otro?

Trayendo a colación la frase: “El amor supone la capacidad de amar y ser amado. Si eliges
este camino de doble dirección es probable que vivas más que otras personas.” - G. Vaillant.
Podemos llegar a justificar el actuar de éste hombre. Pero, ¿no creen que es relativo? Si estoy
en la posición de la mujer anciana, soy vulnerable y el malo de la trama es el hombre. Se
aprovechó de cierta manera de la vulnerabilidad de la misma. Y asi es con todo en la vida. A
veces prima más el bienestar personal, ¿Por qué? Porque olvidamos que juntos somos más
fuertes. ¿No creen que el actuar correcto de este hombre era buscar una ayuda reciproca para
ambos? Fácilmente se pudo haber buscado una solución para ambos, pues se encontraban de
cierta manera en la misma posición. Ese “dilema” a veces se nos ahueca la cabeza, miramos
nuestra posición y olvidamos que somos seres sintientes y juntos se logra más.