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DIOS ES TU SOCIO, APUESTA EN GRANDE.

Jesús insistió una y otra vez en comunicar su experiencia de Dios como «un misterio de bondad
insondable» que rompe todos nuestros cálculos.

Su mensaje es tan revolucionario que, después de veinte siglos, hay todavía cristianos que no se
atreven a tomarlo en serio.

Para contagiar a todos su experiencia de ese Dios bueno, Jesús compara su actuación con la
conducta sorprendente del propietario de una viña.

Hasta 5 veces sale él mismo en persona a contratar jornaleros para su viña.

No parece preocuparle mucho su rendimiento en el trabajo. Lo que quiere es que ningún


jornalero se quede un día más sin trabajo.

Por eso mismo, al final de la jornada, no les paga ajustándose al trabajo realizado por cada grupo.
Aunque su trabajo ha sido muy desigual, a todos les da «un denario»: sencillamente, lo que
necesitaba cada día una familia campesina de Galilea para poder sobrevivir.

Cuando el portavoz del primer grupo protesta porque ha tratado a los últimos igual que a ellos,
que han trabajado más que nadie, el señor de la viña le responde de manera contundente y
legal: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y
vete. Acto seguido, se desmarca de cualquier identificación comercial, legal o poderosa para
mostrar su verdadera naturaleza que supera toda justicia: «¿Vas a tener envidia porque yo soy
bueno?». En otras palabras: ¿Me vas a impedir con tus cálculos mezquinos ser bueno con quienes
necesitan su pan para cenar?

Ojo pues, con lo que nos está sugiriendo Jesús: Dios no actúa con los criterios de justicia e
igualdad que nosotros manejamos. Dios, más que estar midiendo los méritos de las personas,
como haríamos nosotros, busca siempre responder desde su bondad insondable a nuestra
necesidad radical de salvación. Dios es tu socio, apuesta en grande.

Creer en un Dios Amigo incondicional puede ser la experiencia más liberadora que se pueda
imaginar, la fuerza más vigorosa para vivir y para morir.

Por el contrario, vivir ante un Dios justiciero y amenazador puede convertirse en la neurosis más
peligrosa y destructora de la persona. Ejemplo de esto fue una publicación que hice que días….
“algo haría Cristo para que lo crucificaran, gente de bien no tiene problemas con la ley” , y un
antiguo alumno me respondió: algo hicieron los “falsos positivos para que los mataran.

Hemos de aprender a no confundir a Dios con nuestros esquemas estrechos y mezquinos. No


hemos de desvirtuar su bondad insondable mezclando los rasgos auténticos que provienen de
Jesús con trazos de un Dios justiciero tomados de aquí y de allá.

Ante el Dios bueno revelado en Jesús, lo único que cabe es la confianza total, el dejarme poseer,
habitar, saturar de él y esto no es más que dejarme hacer, dejarme crear. ¿Como hacer esto?

Haciendo un tratado de paz que me comprometa ante todo conmigo mismo, luego con mi familia
y después con mis amigos.
Primero hare un cese al fuego, dejare de estar atacando mis sueños con creencias que ya no me
sirven;

Dejare de sentirme separado entre la razón y la intuición, dejare atrás las balas que alguna vez
salían de mi boca,

Dejare atrás el secuestro de querer tener siempre la razón,

Dejare a un lado las granadas del chismorreo que cuando explotan se fragmentan en esquirlas de
dolor,

Dejare atrás los cañones de la crítica, y sembrar semillas de humildad,

Quiero firmar el tratar bien a los demás comenzando por mis familiares, quiero firmar una nota
que diga: que así como me amo te amaré amigo, amiga.

Adelantare las negociaciones de paz con mi pareja y firmare acuerdos mutuos donde nos
perdonemos por haber hecho la guerra por tanto tiempo, donde nuestros hijos fueron quienes
murieron tantas veces cuando nos vieron pelear,

Firmaré la paz entre el taxista, el conductor del bus y el motociclista, y dejare de estar peleando
por quien lleva la vía, quiero firmar un acuerdo de paz con el miedo, para vivir mi vida en sana
armonía, firmare un acuerdo de paz con mis amigos, para evitar que un día seamos enemigos,

Firmare un acuerdo de paz para que nos veamos como humanos y no como blancos, negros,
amarillos y mestizos.

Firmare un acuerdo de paz con mi ego, para que cese el fuego de la duda en mi interior.

Solo así, las palabras de Pablo a los filipenses tendrán sentido en mi vida y en mi iglesia hoy:
compórtense como es digno del evangelio de Cristo, de esta forma Cristo será glorificado en
nuestras vidas, sea por la vida o por mi muerte.

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