0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
13 vistas16 páginas
Este documento habla sobre la importancia de la pureza y castidad según el sexto mandamiento. Explica que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo y deben glorificar a Dios manteniéndose limpios y puros. Relata la historia bíblica de Jesús salvando a la mujer adúltera de ser apedreada y dice "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". Finalmente, da consejos para cultivar la pureza como recibir los sacramentos y evitar ocasiones de pecado.
Este documento habla sobre la importancia de la pureza y castidad según el sexto mandamiento. Explica que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo y deben glorificar a Dios manteniéndose limpios y puros. Relata la historia bíblica de Jesús salvando a la mujer adúltera de ser apedreada y dice "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". Finalmente, da consejos para cultivar la pureza como recibir los sacramentos y evitar ocasiones de pecado.
Este documento habla sobre la importancia de la pureza y castidad según el sexto mandamiento. Explica que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo y deben glorificar a Dios manteniéndose limpios y puros. Relata la historia bíblica de Jesús salvando a la mujer adúltera de ser apedreada y dice "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". Finalmente, da consejos para cultivar la pureza como recibir los sacramentos y evitar ocasiones de pecado.
Tú has visto un cielo sin nubes, tan azul que parece recién pintado. Y un paisaje nevado donde nada ni nadie ha dejado una huella. Y un lago en la alta montaña, de aguas limpias y transparentes.
Todo eso es una maravilla.
Pero hay algo más resplandeciente y más bello que todas esas cosas.
Es tu alma tal como Dios la dejó el día de tu
Bautismo: Sin mancha de pecado, llena de luz y de gracias. Además, por el Bautismo, tu cuerpo y tu alma se han convertido en Templo de Dios.
Eres como un Sagrario donde vive Dios. ¿Ves por
qué merece tanto respeto nuestro cuerpo? Ocurre que el cielo, a veces, se cubre de nubarrones, la nieve se mancha con las pisadas y las aguas claras se contaminan cuando en ellas se vierten basuras. ¿Y el alma puede mancharse? Sólo si nosotros queremos. El alma sólo se mancha con el pecado. Para conservar tu alma limpia, pura, como el cielo sin nubes, como la nieve que nadie ha pisado, todo en ti tiene que ser limpio: tus palabras, tus pensamientos y tus acciones. Escribe San Pablo: ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros y que habéis recibido de Dios y que no os pertenece? ¡Habéis sido comprados a gran precio! Glorificad, por tanto a Dios en vuestro cuerpo. (1 Corintios 6, 15, 19-20) Aprendemos
¿Cuál es el sexto mandamiento de la Ley de Dios?
El sexto mandamiento de la Ley de Dios es: No cometerás actos impuros. Aprendemos
¿Qué nos manda el sexto mandamiento? El sexto
mandamiento nos manda que seamos puros y castos en obras y palabras. Una historia de la Biblia
Un día, mientras Jesús paseaba con sus discípulos, una
multitud le trajo a una mujer que no había sido limpia con su cuerpo ni fiel a su marido. Según la ley de entonces de los judíos, esa mujer debía morir apedreada. Se la llevaron a Jesús porque querían saber qué es lo que pensaba y algunos también para ponerle en un aprieto. Pero Jesús, en vez de aprobar la conducta de los fariseos, dijo: — «El que esté libre de pecados que tire la primera piedra».! Todos los que estaban allí comenzaron a irse poco a poco, comenzando por los más viejos. Cuando se habían quedado solos Jesús y la mujer pecadora, le dijo:
«Yo tampoco te condeno. Vete y no peques más». Y todos
suponemos que esa mujer, desde aquel día, vivió pura y casta. Lo que Dios me propone para ser feliz:
Amar la pureza como regalo de Dios.
Cuidar el pudor y la delicadeza en el vestir y en el hablar. Huir de las ocasiones que pudieran hacernos pecar. Evitar las malas amistades. No ver los programas sucios en la TV, Internet, en DVDs, en el cine, etc. Decir no a lo que nos pudiese llevar a pecar. Cultivar un gran amor a Cristo y Maria. Los que les aman, aman lo que ellos nos dieron como ejemplo: la pureza. Recibir los sacramentos con frecuencia: confesarse y comulgar a menudo. Pedir ayudar a Dios y a la Virgen: rezar tres avemarías al acostarme. Imitar a Jesús, que vivió la castidad sin ensuciar su cuerpo con la impureza. Lo que me aleja de Dios
Leer libros o revistas que
dañan nuestra pureza. Asistir a diversiones poco convenientes como algunas fiestas, películas, etc. Tener conversaciones sobre temas impuros. No respetar nuestro propio cuerpo, ofendiendo a Dios con actos impuros. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. FIN Amén.