Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las virtudes cristianas como melodía que nos impulsan a realizar el bien
Nuestra reflexión está enfocada en la exposición que Pinckaers O.P hace de las virtudes
según la teología moral de Santo Tomas de Aquino 1 y el video de "Twinkle, Twinkle"
Piano Variations- Evolution of Popular Music. En este video el pianista ejecuta la
misma canción, pero a medida cambia la época cambia de acuerdo a la generación que
la interpreta.2 Por lo tanto, analógicamente entendemos el entendimiento de la virtud se
ha ido perfeccionando hasta alcanzar su culmen a Luz de la Fe en Jesucristo, quien es la
nueva virtud evangélica que orienta a la persona a realizar el bien por medio de sus
acciones.
Pinckaers explica que para Santo Tomas es necesario que el discípulo de Cristo cultive
virtudes, que le ayuden a ser libre y capaz de realizar acciones de calidad con el
objetivo de alcanzar la visión beatifica (la felicidad)3. El punto de partida de Santo
Tomas es darle un nuevo sentido a las virtudes griegas clásicas por medio de la fe. “La
luz de la fe posee, según él, un poder de unificación más grande que el de la razón
humana.4” Y encontramos sabiamente que Tomas ubica las virtudes como parte de los
principios interiores del obrar moral.
Luego, de acuerdo a los principios de las acciones humanas que mueven a la persona en
el actuar, encontramos que: las virtudes pueden ser adquiridas por la práctica y también
son un don de Dios. Es imprescindible aclarar, que para que las virtudes den vida es
necesario que estas sean perfeccionadas por la presencia Divina, es decir, deben ser
perfeccionadas por los dones del Espíritu Santo, las bienaventuranzas y los frutos del
Espíritu Santo. Por lo tanto, la invitación para todos los cristianos es vivir la nueva ley
evangélica, la cual se encuentra en la persona del Verbo Encarnado , quien con su
presencia nos va guiando para realizar acciones de calidad que nos acercan a la visión
beatifica.
Reflexionando sobre la historia nos damos cuenta que las virtudes siempre han estado
en el entendimiento de la humanidad, analógicamente como la canción, Cristo es himno
o canción divina por excelencia. De una manera u otra cada generación las ha
practicado, por medio de ellas han transformado el contexto que les ha tocado vivir. Han
practicado las virtudes conscientemente y han hacer el bien. Las virtudes expresan la
bondad del ser humano. Pinckaers argumenta que es necesario practicar las virtudes
cristianas como uno medio para participar de la felicidad en Dios. Para que una melodía
sea armoniosa y conquiste el oído y el corazón de sus oyentes, es necesario la práctica
constante. Uniendo el argumento de la necesidad de practicar las virtudes y la ejecución
de las melodías encontramos el modo de unificar ambas. Analógicamente, debemos de
dar una mirada profunda al instrumento que nos ayuda a tocar la canción de nuestra
vida, este instrumento es la Luz de la Fe que transforma y perfecciona nuestro actuar
1
Pinckaers Servais, O.P., Las Fuentes de la Moral Cristiana. (Navarra, España: Eunsa, 2007)
2
PostmodernJukebox, “Twinkle, Twinkle" Piano Variations- Evolution of Popular Music. Visto
Noviembre, 01, 2016 https://www.youtube.com/watch?v=-jDR14y19fQ
3
Pinckaers Servais, O.P., 276.
4
Ibid, 272.
Dependiendo cuanto la usemos nos volveremos virtuosos y buenos discernidores de la
presencia de Dios.
En nuestro dialogo, hemos encontrado que en un principio se hablaba las virtudes desde
la filosofía griega como un concepto intelectual. Jesucristo el verbo encarnado nos
muestra con su humildad que él es la Virtud. Con su vida nos muestra como vivir las
virtudes y vivir en comunión con el Padre, es decir llegar a la visión beatifica. Jesucristo
nos muestra el camino por medio de sus acciones virtuosas, su humildad, fe, esperanza,
caridad, justicia, fortaleza, templanza, prudencia, obediencia, valentía, misericordia,
perdón, etc. Su toma de decisiones siempre implica la práctica de la oración por la cual
está en intimidad con el Padre y discierne su voluntad.
Conviene mirar a algunos autores cristianos, los cuales han abordado las virtudes con
métodos diversos teniendo como modelo a Jesucristo. Tenemos así a San Pablo, que
escribió a las diversas comunidades para que cambiaran su modo de comportarse. Para
lograr este cambio es necesario practicar la virtud de la humildad en Cristo en nuestra
propia vida. En una de sus cartas (Fil 2,3-5) los exhorta con las siguientes palabras “no
hagan nada por ambición o vanagloria, antes con humildad estimen a los otros como
superiores a ustedes mismos. Nadie busque su interés, sino el de los demás. Tengan los
mismos sentimientos de Cristo Jesús5.
Los Padres de la Iglesia mirando las Sagradas Escrituras instruían a sus fieles para ser
caritativos consigo mismos y los demás. La inspiración Agustiniana nos recuerda que
al realizar el bien y rectamente nos encontramos con la fuente de las virtudes, que es
Jesús. El reto hoy en día, es que ya no se ve entienden las virtudes religiosamente sino
secularmente, y se les ha quitado su vinculación religiosa, se les llama valores he aquí la
diferencia al tratar las virtudes desde a luz de la fe y el modo secular. Creemos que
podemos vivir los valores sin la ayuda de la gracia. Llamamos valor a cualquier cosa, a
veces estos valores son en realidad anti-valores que no llevan al bien y no nos
encaminan a la visión beatifica.
Las discusión sobre el tema de las virtudes, nos llevó a recordar cómo nuestros padres
nos educaron y también reflexionamos sobre las virtudes que hemos adquirido en la
formación Oblata. Damos gracias a nuestros padres y familiares que sembraron la Luz
de la Fe. Creemos que las virtudes cristianas son esenciales para crecer en santidad.
Resuenan con fuerza en nuestros corazones las palabras de San Eugenio de Mazenod .
“¿Qué han de hacer a su vez los hombres que desean seguir las huellas de Jesucristo?
Deben trabajar seriamente por ser santos, y caminar resueltamente por los senderos que
recorrieron tantos obreros evangélicos, que nos dejaron tan buenos ejemplos de virtud…
Deben trabajar sin descanso por hacerse humildes, mansos, obedientes, amantes de la
pobreza, penitentes y mortificados, despegados del mundo y de la familia, abrasados de
celo, dispuestos a sacrificar bienes, talentos, descanso, la propia persona y vida por
amor de Jesucristo, servicio de la Iglesia y santificación de sus hermanos6.
5
Schokel Luis Alonso, La Biblia de Nuestro Pueblo(Bilbao España: Mensajero y Claret, 2013)
6
San Eugenio de Mazenod, Prefacio , Constituciones y Reglas Oblatas: Roma, 2012.