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INTERCESIÒN DE
LOS SANTOS
Apóstol).
5:25).
amigos…”
Señor:
existencia, la celestial.
glorificaban al Señor.
y se encuentran en el cielo.
de años después.
de Santiago: “especialmente
nosotros.
denominaciones protestantes
la iglesia celestial.
conmigo os saludan.
y diáconos:
en santidad y honor;
no necesitan
arrepentimiento. ¡Cuán
templo la Iglesia a
nuestras caídas.
esperanza en el Antiguo
Dios
(Luc. 23:43).
20
31).
ángeles.
pasaje.
Tobìas 12-12:15
ALGUNAS FRASES DE LOS
NUESTROS SANTOS y
“Los ángeles escriben el nombre de todos los que entran a la iglesia sin
enojo y sin maldad, así como el nombre de todos esos que oran y
ayunan”.
Entonces, hombre, no permitas que tu ángel deje de escribir tu
nombre, por culpa de tu propia dejadez, porque a cada fiel Dios le dió
un ángel, que escribe todas sus buenas acciones. Y en cada pueblo de
no-creyentes, Dios dejó un sólo ángel custodio, así como lo dice la
Escritura:
Este ser racional, espiritual y libre, nos fue dado por Dios al ser
bautizados, para que nos ayude a andar la senda redentora. Tal es la
razón por la cual el sacerdote, en la ceremonia del Bautizo, dice:
“Acompaña su vida con un ángel de luz que lo libre de los ataques del
malvado, del acecho del astuto, del demonio del atardecer y de
apariciones malignas”.
La misión del ángel guardián presupone también un llamado a la
persona humana, para que tienda a buscar a Dios, así como nos lo
enseña San Basilio el Grande: “Cada creyente tiene un ángel como
protector y pastor, para que lo guíe en esta vida”. Sin la protección
permanente de su ángel guardián, el hombre queda vulnerable ante
toda clase de demonios. San Juan Crisóstomo presenta los ángeles
como modelos a seguir.
Padre, ¿es verdad que nuestro ángel guardián nos ayuda en todo
momento?
Al escuchar todo esto, el stárets ordenó que nadie dijera nada hasta
que volvieran los dos monjes. Horas después, cuando finalmente
aparecieron, se dirigieron inmediatamente al stárets y le
recriminaron que aquel joven les había embaucado. Ante tanto ardid
y perfidia, el anciano los tomó del brazo y se los llevó a la iglesia, en
donde estaba reunida toda la comunidad de monjes, con el muchacho
en cuestión al centro.