Esta es otra teoría, la que te explico tu papa. LEE, ESTUDIA Y ME EXPLICAS.. Jeje
El Santo Ungido de Dios; el Santo sufrió por los pecados; el Justo por los
injustos. también—Así como vosotros (v. 17). Comp. el 2:21; allí se exponen
sus padecimientos como ejemplo para nosotros; aquí, como prueba de la
bienaventuranza de sufrir a causa del bien hacer. una vez—por todas; para no
sufrir más para siempre jamás. Nos es mejor también sufrir una vez con Cristo
que sufrir para siempre sin Cristo [Bengel]. Ahora estamos sufriendo la “una
vez” nuestra; pronto esto será pretérito; un buen consuelo para experimentar.
por los pecados—como si él mismo los hubiera cometido. Se expuso a la
muerte al dar su “confesión”, así como se nos exhorta a “responder al que nos
pide razón de nuestra esperanza”. Como él sufrió “el justo”, así debiéramos
estar dispuestos a sufrir por amor a la justicia (v. 14; comp. vv. 12, 17). para
llevarnos a Dios—
juntos consigo en su ascensión a la diestra de Dios (v. 22). Nos lleva a
nosotros “los injustos”, justificados, juntamente al cielo. Así es el resultado de
su muerte “traer a sí a todos”; espiritualmente ahora, por cuanto tenemos
acceso al santuario, abierto por la ascensión de Cristo, literalmente más
adelante. “Llevarnos” además por los mismos pasos de la humillación y
exaltación por los que pasó él. a Dios—el caso dativo, complemento indirecto,
que expresa que Dios lo desea [Bengel] siendo—… muerto—fué muerto,
como medio de llevarnos a Dios. en (la) carne—eso es, con respecto a la vida
de carne y sangre. vivificado en espíritu—“en espíritu”, antitético con “en
carne”, sin artículo ambos. “Muerto” cuanto al anterior modo de vida, y
“vivificado” en el nuevo. No que su Espíritu muriera jamás y fuese vivificado,
ni hecho vivo de nuevo, sino que mientras que había vivido según la manera
del hombre mortal en la carne, él empezó a vivir una vida espiritual de
“resurrección” (v. 21). por lo cual tiene poder para llevarnos a Dios. Se nos
ofrecen dos modos de explicar los vv. 18, 19: I. “Vivificado en espíritu”, eso
es, inmediatamente después de ser librado de la “carne”, la energía de su
inmortal vida espiritual “fue hecha viva” por el Padre para nuevos modos de
acción, a saber; “en el espíritu descendió (como subsecuentemente ascendió al
cielo, v. 22, el mismo verbo griego) y
proclamó no la salvación, según Alford en contra de las Escrituras, las que en
todas partes representan como
irrevocable el estado del hombre, sea de salvado o de perdido, después de la
muerte. Ni hay mención hecha de
conversión alguna de los espíritus encarcelados. Véase Nota, al v. 20. Ni dice
la frase, predicó el evangelio, evangelizó, sino proclamó (ekeruxe), o predicó;
dando sencillamente el anuncio de su obra acabada; así el mismo griego en
Marcos 1:45, anunció, confirmando el testimonio de Enoc y de Noé, y
declarando así la virtual condenación de la incredulidad de ellos, y la
salvación de Noé y los creyentes; un ejemplo de los similarse efectos
contrarios que la misma obra tiene sobre todos los incrédulos y los creyentes,
respectivamente; también un consuelo para los lectores de Pedro, en sus sobre
todos los incrédulos y los creyentes, respectivamente; también un consuelo
para los lectores de Pedro, en sus sufrimientos a manos de los incrédulos,
especialmente elegido (el ejemplo) a causa del bautismo, su antitipo (v. 21),
que, como sello, marca a los creyentes como separados del resto del mundo
condenado, proclamó a los espíritus (su espíritu hablando con los espíritus) en
la cárcel (que en Hades, o sea Sheol, esperaban el juicio, 2 Pedro 2:4), los
cuales fueron en otro tiempo desobedientes …” II. El punto más fuerte a favor
de I. es la posicion de “en otro tiempo”, es
decir, de antiguo, en conexión con los “desobedientes”; mientras que si la
predicación o anuncio fuese cosa de mucho tiempo atrás, esperaríamos que el
adverbio de tiempo se relacionara con “fué y predicó”. Pero esta transposición
podría expresar que la desobediencia de ellos precedió a la predicación de él.
La partícula griega expresa la razón de la predicación, “por cuanto fueron una
vez desobedientes” (4:6). También el “fué” parece significar una ida personal,
como en el v. 22, no meramente en espíritu. Pero véase la respuesta abajo. Las
objeciones son: “vivificado” debe referirse al cuerpo de Cristo (v. 21), por
cuanto su Espíritu nunca dejó de existir, y no se puede decir que fuese
“vivificado”. Comp. Juan 5:21; Romanos 8:11, y otros textos, donde
“vivificar” indica la resurrección corporal. Tampoco fué al Hades su Espíritu,
sino su alma. Su espíritu, a su muerte, fue encomendado por él al Padre, y
estuvo luego en el “Paraíso”. La primera teoría entonces ¡requiriría que su
descenso a los espíritus encarcelados fuese después de la resurreccion! Comp.
Efesios 4:9, 10, que hace que el descenso preceda al ascenso. También la
Escritura calla en toda otra parte tal proclamación, aunque posiblemente la
muerte de Cristo tuviera efectos inmediatos sobre el estado, tanto de los
piadosos como de los impíos en el Hades: las almas de los justos hasta
entonces en comparativa reclusión, siendo acaso trasladados entonces, como
algunos padres creyeron, a la presencia inmediata y celestial de Dios; pero
esto no puede probarse por la Escritura. Comp. con todo, Juan 3:13;
Colosenses 1:18. Cárcel siempre se usa en las Escrituras en sentido malo.
“Paraíso, y “el seno de Abrahán”, la morada de los espíritus buenos en el
Antiguo Testamento, están separados del infierno o hades “por una grande
sima”, y no puede llamarse “cárcel”. Comp. 2 Corintios 12:2, 4, donde el
“paraíso” y “el tercer cielo” se corresponden. Además, ¿por qué deberían ser
elegidos en particular los incrédulos antediluvianos como recipientes de su
predicación en el Hades? Por tanto se explica que “Vivificado en espíritu” en
el que (a diferencia de en persona; las palabras “en el cual”, es decir, en
espíritu, obviando expresamente la objeción de que “fué” indique una ida
personal) él fué (en la persona de Noé. “predicador de la justicia,” 2 Pedro 2:5:
la nota [PAG. 705] propia de Alford, Efesios 2:17, es la mejor replica a su
argumento sobre “fué”, de que se trate de una ida local al Hades en persona).
Como “vino y predicó la paz”, por su espíritu en los apóstoles y ministros
después de su muerte y ascensión, así antes de su encarnación predicó en
espíritu por Noé a los antediluvianos (Juan 14:18, 28; Hechos 26:23, “Para
anunciar luz al pueblo y a los gentiles”), y predicó a los espíritus encarcelados,
a saber, a los antediluvianos, cuyos cuerpos a la verdad parecían libres, pero
sus espíritus estaban “en cárcel”, encerrados en la tierra como en una celda
grande condenada (un paralelo exacto con Isaías 24:22, 23. “Sobre la tierra …
serán amontonados como encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán
encerrados,”—precisamente como los ángeles caídos están tenidos
judicialmente “en cadenas de oscuridad”, aunque están por un tiempo libres
ahora sobre la tierra, 1 Pedro 2:4—, donde (Isaías 24:18) tiene clara alusión al
diluvio: “de lo alto se abrieron ventanas:” comp. Génesis 7:11); de dicha
cárcel el único camino de escape era aquel anunciado por Cristo en Noé.
Cristo, que en nuestros tiempos vino en carne, en los días de Noé predicó en
espíritu, por Noé, a los espíritus entonces en cárcel (Isaías 61:1, “El Espíritu
del Señor Dios me ha enviado a predicar … a los presos abertura de cárcel”).
Asimismo en el 1:11 se dice, “el Espíritu de Cristo” testificaba en los profetas.
Como Cristo sufrió hasta la muerte a manos de sus enemigos, y fue luego
vivificado en virtud de su “Espíritu” (o naturaleza divina, Romanos 1:3, 4; 1
Corintios 15:45), que de allí en adelante obró en su plena energía, el primer
resultado de la cual fue la resurrección de
su cuerpo (v. 21) de la cárcel de la tumba, y de su alma del Hades; así el
mismo Espíritu de Cristo dió el poder a Noé en medio del escarnio y
tribulaciones de predicar a los desobedientes espíritus firmemente
encadenados en la ira. El mismo Espíritu en ti también puede darte a ti el
poder para sufrir con paciencia ahora, esperando la liberación de la
resurrección. 20. una vez—Griego, “hapax”, “de una vez”, “una vez por
todas”, omitido de los mejores manuscritos. cuando—corresponde a “en otro
tiempo”. esperaba la paciencia—Continuó esperando (por si acaso en los 120
años se arrepintiesen) hasta que llegó el fin de su espera, con la muerte de
ellos por el diluvio. Esto refuta la idea de Alford de que se les diese un
segundo día de gracia en el Hades. Se escogen los días de Noé, por cuanto el
arca y el diluvio destructivo corresponden respectivamente al “bautismo” y la
venidera destrucción de los incrédulos por fuego. cuando se aparejaba el
arca—(Hebreos 11:7.) Un largo período de “paciencia” (Griego.,
“longanimidad”) y de “espera”, por cuanto Noé tenía pocos que le ayudasen,
lo que hace más inexcusable la incredulidad del mundo. en la cual—eis con el
acusativo, que denota que tuvieron que entrar para ser salvos. pocas—como
hoy en día. ocho—Siete (el número sagrado) y el impío Cam. personas—El
griego, “almas”. Como este vocablo aquí indica personas vivientes,
¿por qué no debe hacerlo también “espíritus”? Noé les predicó al oído; mas
Cristo, en espíritu, a los espíritus de ellos, o sea, a sus naturalezas espirituales.