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Los dos banquetes

Cuento sufí
Cuento sufí

Los dos banquetes


Tenía el califa de Bagdad dos visires y ambos eran fantásticos en su trabajo. Elegantes, con
un gusto exquisito y tan buen trato, que no conseguía averiguar cuál de ellos era mejor.

Un día, los cortesanos pidieron al califa que les pusiera a prueba, para comprobar cuál de
ellos era el mejor.

– Muy bien- dijo el califa- Ambos tendrán que organizar un banquete. El que consiga el más
elegante y refinado, se ganará el título de mejor visir.

Al cabo de unos días, llegó el momento. El primer visir en organizar el primer banquete,
dejó a todos asombrados por la perfección. Desde la selección de los invitados hasta la
elección y ejecución del menú… no había nada fuera de lugar. La música perfecta en el tono
correcto… los poemas, la decoración.

– ¡Es insuperable!- dijeron los cortesanos.

De hecho, eran muchos los que le daban ya por vencedor. Pasó una semana y llegó el turno
del banquete del segundo visir. Para sorpresa de todos, era exactamente igual que el de la
semana anterior: los mismos invitados, el mismo menú, la misma música…

Los cortesanos estaban desilusionados, porque consideraban este banquete un plagio del
anterior. Y estaban convencidos de que el califa nombraría al momento al primer visir como
el ganador. Sin embargo, para mayor sorpresa de todos, el califa dijo:

– Tenemos ya un ganador de esta prueba y es el califa que ha organizado este segundo


banquete, que jamás olvidaremos.

Los cortesanos no pudieron ocultar su expresión de extrañeza y desaprobación. El primer


visir se adelantó, extrañado. ¿Cómo nombraba vencedor a alguien que había copiado todo
lo que él creó?

– Permítame, gran califa- dijo entonces el primer visir- Debido a su gran inteligencia,
debemos tomar como ironía lo que acaba de decir… o tal vez sus ojos hayan visto aquello
que nuestros humildes ojos no han sido capaces de percibir…

El califa entonces, respondió:

– La razón de mi decisión es muy sutil. Se debe sobre todo a que el visir segundo ha
conseguido rememorar de golpe aquello que ya habíamos olvidado. Recreando de nuevo
el mismo banquete, ha conseguido devolvernos a todos la felicidad que había pasado. El
segundo visir nos ha aportado tres nuevos tesoros a lo que ya vivimos en el pasado
banquete: el recuerdo, el reconocimiento y la victoria de la aniquilación del pasado. No
puede haber nada más dulce que esto.

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