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Por un 10% real y en favor de los chilenos

Los últimos 12 meses ha sido sin duda alguna, días muy duros para el mundo en general,
pero para Chile, lo ha sido aún más. Un estallido social, una guerra comercial y para
terminar una pandemia, nos ha golpeado con mucha fuerza. Nadie se podría haber
imaginado que tres hechos que ocurren cada 100 años nos golpearían sin darnos tiempo ni
siquiera para prepararnos o superar una y saltar a la otra.
Esto nos ha llevado a tomar medidas restrictivas en materias sociales, económicas y de
salud; cerrar comercio, perdidas de trabajo y tener que entender una nueva forma de vida,
que lo más seguro, nos acompañe por mucho tiempo más. Y como es de todo sentido
común – no solo en Chile, sino que en todo el mundo – los gobiernos se están volcando en
concurrir con ayudas económicas para sus ciudadanos.
Chile, durante mucho tiempo, creció de forma medianamente estable; los economistas de
algunas academias y expertos en Excel hablaban que el país tenía bases sólidas y que en
caso de algún tipo de catástrofe o emergencia tendríamos la capacidad como nación de
poder ayudar a todo chileno, desde Arica a Magallanes sin distinción, hecho para el cual
nos habíamos preparado y sentíamos orgullosos.
Pero la realidad nos golpeó con la verdad, como una novela griega; nos mostro lo débiles y
lo poco preparados que estábamos, no solo por el tema de salud que hoy vemos, sino que a
consecuencia de hechos que han marcado a nuestro país, sembrando desconfianza y la
abismal distancia entre nuestra clase política y la sociedad, cuya manifestación fue el
estallido social de hace ya un año.
La realidad es que el Estado por medio del Gobierno, (nuestro gobierno) no llegó a tiempo;
las ayudas fueron con letra chica y muy confusas porque debiesen haber estado enfocadas
para todos por igual, ya que el país está sufriendo completamente y por todos lados. La
ayuda no puede ser fragmentada porque la necesidad y sufrimiento no son medibles.

Para muchos si no es que, para casi todos los chilenos, este fue el “peor año de su vida”
porque en muchos casos, no existía la seguridad de tener algo para comer al otro día;
ingresos parados, temor a la enfermedad, violencia en las calles, entre otros generaba una
mezcla de sensaciones que nadie merece tener.
Hoy nos preguntamos qué pasó con las certezas que teníamos ,sobre las bases sólidas, los
ahorros, la responsabilidad económica-social de la cual se habló; o un país fortalecido para
hacer frente a cualquier adversidad, al parecer no era tal ya que hoy vemos un país
golpeado por la pandemia sanitaria y económica donde se perdieron vidas y también la
credibilidad.
Hoy nos enfrentamos a un segundo retiro desde las AFP. El Gobierno presenta un proyecto
con indicaciones que por decir lo menos son llamativas; y dentro de una de las
indicaciones, la más llamativa son las impositivas, referida a todos aquellos que ganen más
de 700 mil pesos y que deseen retirar sus fondos deberán pagar impuestos.
Convengamos que aquellos que ganan esa cantidad o un millón de pesos, no son
millonarios. Ellos son la golpeada clase media, los que pangan impuestos por todo.
Sabemos que los ciudadanos no deben pagar esta crisis con el dinero de sus pensiones, pero
en el entendido que el Estado llega tarde con ayudas a la población y que son insuficientes,
¿qué hacer? No podemos y no debemos permitir esto.
Si el Estado quiere recaudar más dinero, está en su legítimo derecho en hacerlo, pero
usando otros mecanismos como más impuestos territoriales por ejemplo a las casas de
veraneo en zonas de altos ingresos o subiendo los impuestos a los que tienen más y que
claramente no ganan $700 mil al mes.
Nosotros que votamos a favor del 10%, a diferencia de aquellos que llevan 30 años en
cargos públicos y que no vieron venir nada, sabemos que no es la mejor solución; pero
nuestra decisión fue a base de tener estabilidad política y social, lo cual se logró y ahora
esperamos que el gobierno trabaje rápido que mejore esta indicación de impuesto o la
retire, no podemos golpear más a los que más han dado por el país.
Creemos que se pueden cobrar impuestos a aquellos que deseen retirar ese 10% pero
excluyendo a quienes están entre el primer y cuarto tramo del impuesto de segunda
categoria, que, sin duda alguna, no son millonarios sino que son chilenos que ganan un
sueldo que les permite llegar a duras penas a fin de mes para darle una buena calidad de
vida a sus familias.

No estamos dispuestos a votar el proyecto de retiro del 10% tal cual como salió del Senado
porque es una burla para esos chilenos que más lo necesitan. Es no entender nada y carecer
de un evidente sentido común sobre la realidad que se está viviendo en Chile.
Si no hay un cambio real y un acuerdo en base a lo que requieren los chilenos, sin letra
chica de por medio, votaremos en contra.

Diputados firmantes:

ALVARO CARTER SANDRA AMAR


VIRGINIA TRONCOSO NORA CUEVAS

ANDRÉS CELIS ERIKA OLIVERA

EDUARDO DURÁN TOMÁS FUENTES

ROLANDO RENTERÍA

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