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El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para recibir USD 4 200 millones, contempla el compromiso de que el

Ecuador realice cambios laborales para impulsar la generación de más empleo, reducir la rigidez laboral y mejorar la
competitividad. En la carta de intención con el multilateral, difundida el pasado 21 de marzo, el Gobierno informó que el país
requiere una reforma laboral; sin embargo, esta no se llevará a cabo durante el 2019. La reforma se enfocará en tres aspectos:
nuevos tipos de contratos que permitan más participación de mujeres y jóvenes en la fuerza laboral; el incremento del período
de prueba y la reducción de los costos de contratación y despido, lo que implicaría eliminar las indemnizaciones por despido
cuando los trabajadores renuncien voluntariamente. En el primer eje -nuevas formas de contratación- el Ministro de Finanzas
adelantó que se podría incluir una reforma para normar el teletrabajo. Esta se refiere a las actividades laborales no
presenciales, en las cuales el trabajador cumple con sus obligaciones apoyándose fuertemente en el uso de las tecnologías de
información y comunicación. Esta modalidad está regulada mediante un Acuerdo Ministerial, pero no está incluida en el Código
de Trabajo como una forma de contrato. “Sería necesario reglamentar muy bien las normas de seguridad y salud en este tipo
de trabajo”, acotó Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral. Recalde añadió que las nuevas
formas de contratación no son suficientes. Cree que son necesarios incentivos para que las empresas abran más espacios a
mujeres y jóvenes. “Por ejemplo, la reducción del porcentaje en el pago del impuesto a la renta o devolución del IVA por
contratar jóvenes”. El Gobierno tiene actualmente dos programas con los que busca aumentar la participación de los jóvenes
en la fuerza laboral: Mi Primer Empleo y Empleo Joven, mediante los cuales devuelve a las empresas que contraten a jóvenes,
una parte de la remuneración, aporte al seguro social y otros beneficios según el programa. USD 19,1 millones del primer
desembolso del FMI que recibió el Fisco este mes se destinarán a estos dos planes. Para que las empresas contraten más
personal joven se deben crear facilidades para que ellos ingresen primero como pasantes, de manera que sea más fácil su
desvinculación si no cumplen con el perfil requerido, dijo Patricio Alarcón, vocero del Comité Empresarial Ecuatoriano. Añadió
que es necesario que se modifique el horario de trabajo de 40 horas laborales en cinco días. “Se deben permitir jornadas de 40
horas en tres días y medio. Así el empleado puede ocupar el resto del tiempo en otras actividades que le generen más
ingresos”. Otra propuesta del sector empresarial es que las jornadas de 40 horas a la semana puedan extenderse hasta los
días sábados, sin que eso implique que el empresario tenga que pagar más por las horas complementarias. Sobre el
incremento del período de prueba previo a la firma del contrato fijo, los empresarios proponen que este se extienda hasta por
dos años en el caso de compañías nuevas. “Cuando los negocios están comenzando no tienen los recursos necesarios para
pagar la desvinculación de una persona”, señala Alarcón. El Ejecutivo no ha difundido la fecha para enviar la reforma laboral al
Legislativo, pero esta no formará parte de la Ley de Fomento Productivo 2, que se enviará este año. La prioridad en la agenda
del Gobierno para el 2019 será las reformas fiscal y tributaria, las cuales se enviarán entre mayo y octubre. En el documento de
análisis de la economía que realizó el Fondo este año, conocido como Artículo IV, se proyecta que el desempleo en el país
crecerá de 3,7 % en el 2018 a 4,3% en el 2019. De ahí que el sector empresarial considera que es un error que el Gobierno
posponga un año los cambios laborales. “Hay que incentivar la productividad en el sector privado, y sin la reforma eso no
sucederá”, sostuvo Alarcón. Para José Villavicencio, presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), los cambios
planteados atentan contra la estabilidad laboral, la libertad sindical y el derecho a la contratación colectiva. Teme, además, que
se pretenda eliminar la jubilación patronal. “Es preocupante que las consecuencias de las condiciones del FMI las paguen el
trabajador y el pueblo. En la práctica, lo que se requiere es una política laboral que genere empleo y que, a la par, exista
incremento general de sueldos y salarios ”.

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