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Albín Eser
ALBINESER
Director del Instituto Max-Planck de Derecho Penal Extranjero e
Internacional. Catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Friburgo de Brisgovia (República Federal de Alemania), Doctor en
Derecho, Doctor h. c. , Master of Comparative ]urisprudence.
TEMAS DE DERECHO
PENAL Y PROCESAL
PENAL
�
IDEMSA
LIMA- PERU
TEMAS DE DERECHO
PENAL Y PROCESAL PENAL
©IDEMSA
Importaciones y Distribuidora
Editorial Moreno S.A.
IMPRESO EN EL PERU
PRINTED IN PERU
PRÓLOGO
DERECHO ECOLÓGICO
*
Conferen cia pronun ciada en el Sem inario de Dere cho Penal del Colegio Universitario
San Pablo (CEU) el l de junio de 1987. Versión castellana de Enrique Bacigalupo,
Catedráti co de Dere cho Penal.
P ubli cada en la Separata del "Boletín del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid ",
número 411987.
l. B A S E S Y T E N DE N C I AS DE L DE R E C H O P R O C E S A L
P E N A L VIG ENTE
1 . Objetivos
Los derechos y las posibilidades me ncionados s i rven real
m ente poco al inculpado si éste , e n caso de conoce rlos , no sabe
usarlos e n el momento adecuado y con conocimiento. Y esto
es, lamentablemente , casi el caso normal . Ya q u e , dejando de
lado raras excepciones, faltarán al inculpado generalmente los
necesarios conoci m ientos de Derecho, as í como la capacidad
de expresarse a los efectos de poder discuti r su inculpabil idad y
ejercer adecuadamente sus derechos . Además, e l inculpado está
a men udo exigido en sus facultades ps íquicas, tanto en el acto
d e d e c l a ra c i ó n c o m o e n l a s i t u a c i ó n d e l a d e te n c i ó n .
Consiguientemente no apreciará en forma correcta el resultado
de las investigaciones, dejará de lado los pedidos oportunos no
podrá decidir acertadamente si debe declarar o no. Además será
Mnl Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
medio pod ría resu ltar que el inculpado tomara conoci m i ento
de las piezas en cuestió n . Esto resu ltará i m p rocede nte , s i n em
bargo, puesto que el derecho a examinar las piezas p rocesa
les le pertenece sólo al defensor; pero por <;>tra parte , el defen
sor no está i m pedido, según la opinión general , de i nformar a
su mandante, en forma oral , sobre . el �ontenido de l as piezas
p rocesales, tal com o es el caso de u n a d e fensa adecuada� En
la misma medida, se le permite l a · confección y entrega de fo
tocopias de las piezas p rocesales . S i n em bargo, el defensor
no deberá hace r uso de l as mismas, si de esa manera se le
diera al i ncul pado l a posibil idad de coordinar s u declaración
con la de los otros· i ncu lpados o de cualquier forma pueda fa
vorece r al oscu reci miento de la situación .
Por lo demás , el defensor tiene, natu ralmente , los m ismos
derechos a hace r pregu ntas, a entregar declaraciones o a pedir
pruebas , que tiene el inculpado (arriba IV) . Ello tiene una signi
ficación práctica especial cuando se trata del derecho de solici
tar pruebas puesto en manos de u n sagaz defensor. Y, por su
puesto, también tiene el defensor el derecho del alegato final .
*
Como el mismo autor lo explica, la versión inicial del presente trabaj o fue presentada
al "Symposium Internacional sobre la Transformación de la Administración de Justicia
Penal" de 1 988, y publicada en Hacia una nueva Justicia Penal (compliación de los
trabajos presentados en el Symposium), Presidencia de la Nación, Consejo para la
Consolidación de la Democracia, Bs. As. , 1 989, pág. 173 y ss. (Traducción de Beatriz
de la Gandara Vallejo). De más está decir, entonces, que el Proyecto de Código
Procesal Penal al que Eser hace referencia al tratar la situación jurídica de la víctima
en la Argentina es el Proyecto de 1 986 (o Proyecto Maier) , y no el que fuera
recientemente sancionado por el Congreso de la Nación (ley 23.984). (N de los T.).
Publicado en el Libro "De los delitos y de las víctimas" varios autores, ed. Ad-hoc,
Buenos Aires, 1 992, p. 16-52
l. E N OCASI Ó N D E UN N UEVO P R OYECTO D E C Ó DIGO
PROCESAL P ENAL ARG ENTI NO
cha para dicho coloq uio a su home naje, y u n i rla a las demás,
agradecido por su pensamiento e i nfl uencia que han traspasa
do las fronteras .
1
Por ejemplo, Francia: arts. 2 a 5, y 1 0 del Code de Procéd ure Pénale; Italia: arts. 9 1
a 1 06 del Codice di Proced ura Penale; España: arts. 1 00, y 1 07 a 1 1 7 de l a Ley de
Enj uiciamiento Criminal. Cf. En partic ular infra IV. 1 , 4.
2
Cfr. Binding, Die Nonnen und ihre Übertretung, Vol, 1 , 3ra ed., 1 9 1 6, pp. 3 84-290,
en especial, p. 266: en ig ual sentido ya en la 1 ra ed. De 1 872, pp. 1 66 - 1 72, en
especial, p. 1 69.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
••
resarci m iento, por el contrario, es la anul ación de una situación
reparable contraria a derecho"3•
Aun cuando esta fundamentación pueda resultar atacable ,
es como consecuencia de esta separació n , concebida como
principio, entre pena y resarcimiento , incl uso dentro del procedi
m iento penal , que se ha empujado a la víctima cada vez más a
l a perife ria del derecho p rocesal penal, en donde le queda sola
mente el rol de mero objeto del procedimiento. En varios proce
dimientos se ha aceptado, dentro de esta constelació n , tenden
cias casi absu rdas: cuando, por ejemplo, vícti mas de del itos
sexuales han sido p rácticamente "expri m idas" como testigos ,
pasando a veces, de ser vícti mas del del ito a ser víctimas, i nclu
so, también del p rocedimiento penal - por cierto, aún queda por
ser escrita una "H istoria de la víctima del hecho como víctim a
del procedi m iento".
En este sentido, p recisamente en los ú lti mos años se ha p ro
ducido, satisfactoriamente , un cambio: el restring ido rol del ofen
dido es percibido, cada vez más - sobre todo bajo el efecto de la
creciente i m portancia de la victi molog ía - , como i nsatisfactorio4•
Recientemente, el legislador, mediante la - as í denominada de
l iberadamente - "Primera Ley para el Mejoramiento de la Situa
ción del Ofendido e n e l Procedimiento Penal" (ley de P rotec
ción a la V íctima)5 ha i ntentado tomar en cuenta esta exigencia
de reforma6• Si bien este paso ya es criticado por i nsuficiente7,
constituye , de todos modos , una señal para ulte riores leyes de
protección, que, esperemos, no tardarán en sucede rse .
8
Kaiser, Kriminologie, 2da ed., 1988, p. 159 y ss.
* * El derecho alemán distingue entre delitos perseguibles de oficio (Offizialdelikten),
delitos dependientes de denuncia o solicitud penal (Antragsdelikten), y delitos
perseguibles únicamente mediante acción privada (Privatklagedelikten). Se ha
optado por utilizar en la traducción los conceptos equivalentes en nuestra legi slación
positiva: delitos de acción pública, delitos dependientes de instancia privada y
delitos de acción privada, respectivamente. (N de los T.).
***Strafgesetzbuch: Código Penal. De ahora en más, CP.
Mf:W Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
9
Cf. Eser, en: Schonke/Schroder, Kommentar zum StGB, 23ra ed. , 1 988, § 248a. ,
núms. 25 y s.
10 Cf. Stree, en: Schonke/SchrOder, § 232, núm. 5.
11 Cf. Stree, en: Schonke/SchrOder, § 303c., núms. 6 y s.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
••
2. La acción privada
Particul armente fuerte parece ser la posición del ofendido
mediante la posibilidad de un procedimiento de acción privada.
Pero esta apariencia engaña. Por cierto, en u n procedimiento de
acción privada, e l ofendido obtiene, en cierto modo, el papel del
min isterio público, y, por consiguiente, tam bién en buena medida
sus derechos (§ 385, párrafo 1ro OPP) , con la consecuencia de
que la incoación y tram itación del procedimiento penal se encuen
tra principalmente e n sus manos , Sin embargo, este rango proce
sal puede también resu ltar una carga insoportable, puesto que el
actor privado carece de facultades coercitivas propias; por ello, l e
resulta sumamente difícil reunir la evidencia necesaria. Para tal
fin prácticamente le queda sólo el derecho de solicitud de prue
ba. Pero incl uso, cuando é l , con ese fin , desea consu ltar los even
tuales actos real izados, no lo puede hacer por sí mismo, sino que
se debe valer de u n abogado (§ 385 , párrafo 1 ro, OPP). Por lo
demás, la posibil idad de sustanciar u n procedimiento de acción
privada, de todos modos, se mantiene sólo para un número res
tringido de del itos menos g raves (§ 374, párrafo 3ro, OPP), que
aunque tampoco por completo - coinciden e n buena medida con
los "del itos dependientes de instancia p rivada" (Supra 1 1 1 . 1 ) .
Pero a u n en estos del itos d e acción p rivada, la puerta no se
encuentra com pletam ente cerrada para e l ministerio público, y ,
por tanto, no se l e conceden al ofendido poderes excl usivos de
persecución. Por cierto , en los delitos de acción p rivada u n a
acusación públ ica ( a través del m i niste rio públ ico) se encuentra
e n principio, exclu ida; s i n e mbargo , ella continúa siendo permi
tida cuando la acusación del fiscal se base en u n "interés públi
co" (§ 376 , OPP): así sucede en aq uel los casos donde, más allá
de la esfera de damn ificados di rectos , la paz j u rídica general es
alte rada, como, por ejemplo, en la i nj u ria d i rigida a u n c írcu lo
amplio de personas, o por motivos racistas12• En tal caso, e l
12 Cf. Kleinknecht/Mayer, StPO, 3 8 a ed. , 1 987, § 376, nota 2 , como así también las
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
3. La acción adhesiva
Si se quiere caracte rizar con u na sola frase su d iferencia
con l a acción privada, se debe resaltar lo siguiente : mientras
que, por un lado, en el procedi m iento de acción privada instado
por el ofendido, el mi nisterio públ ico no se encuentra com pleta
m ente excl uido, en los "del itos de acción pública" , cuya perse
cución se encuentra, en sí, sólo en manos del ministe rio público
(Sup ra, 1 1 1 . 1 ) , le son concedidos al ofendido ciertos derechos de
cooperación, precisamente mediante la l lamada acción adhesiva.
En un p roced im iento de esta natu raleza , el m i nisterio públ ico
permanece, por cierto , como pri ncipal órgano acusador; sin em
bargo, e l ofendido puede, en cierto modo , p resentarse com o
acusador adicional (§ 3 95, O P P ) . Para una acción adhesiva d e
este tipo, s e encuentran facu ltados , en l o esencial , l o s sigu ien
tes g ru pos de personas:
- por u n lado, quienes hayan sido afectados po r alguno de
los hechos pun ibles enumerados en el catálogo de del itos
del § 3 96, párrafo 1 ro N ros 1 y 2 de la O P P (como, en
particular, tentativa de homicidio, lesiones, del itos sexua
les, delitos graves contra la propiedad , i nj u rias) .
- por otro, parientes ce rcanos de una vícti ma de homicidio
(§ 3 95, párrafo 2do, N ro 1 , OPP) .
- además , se encuentra facultado para l a acción adhesiva
aquél que mediante u n , as í llamado , procedimiento de p ro
vocación de la acción penal (i nfra 1 1 1 , 4) haya instado la
acusación públ ica (§ 3 95, párrafo 1 ro, N ro 3 , OPP) .
- finalmente, en caso de difamación de ciertos ó rganos cons
titucionales , se le concede derecho a la acción adhesiva al
particular dam n ificado (§ 3 95, párrafo 2do, N ro 2 , OPP) .
La acción adhesiva tiene lugar en dos pasos: en primer lugar, el
titular de la acción debe manifestar, mediante una declaración de
adhesión escrita, que él desea ingresar al procedimiento penal ofi
cial (§ 3 96, párrafo 1 ro, OPP). Acto seguido, el tribunal - una vez
oído el ministerio público - debe decidir sobre la admisión de la
acción adhesiva. Si es desestimada, el damnificado puede apelar
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal ••
la resolución (§ 304, OPP) . Si , por el contrario, él es admitido como
querellante adhesivo, obtiene, en lo esencial , los mismos derechos
procesales que el actor privado (§ 397, párrafo 1 ro, OPP), sobre
todos los derechos de reclamación , interrogación y solicitud de prue
ba, pero además , desde hace muy poco tiempo, también el dere
cho a ser asistido por un abogado (§ 378, 397a, OPP) . Además, el
querellante adhesivo se encuentra autorizado para la interposición
autónoma de recursos (§ 401 , OPP) . En cuanto a las costas, se
encuentra incl uso, en mejor situación que el actor privado. Ello
porque mientras éste último, en caso de sentencia absolutoria, debe
cargar con todos los costos del procedimiento y los abogados (supra
1 1 1 , 2} , el querellante adhesivo sólo tiene que soportar sus propios
gastos; las costas del procedimiento, así como los gastos del im
putado absuelto, son , en cambio, soportados exclusivamente por
el fisco, Sólo en el caso de que el querellante adhesivo haya inter
puesto por sí solo y sin éxito un recurso, debe cargar con las cos
tas correspondientes (§ 473, párrafo 1 ro, OPP}17•
En l o ati nente a l a evaluación práctica de l a querella adhesiva,
ella, en s í, se ría un i nstrum ento com p letamente atinado para
fortalecer la posición jurídica del ofendido. Sin e mbargo, lamen
tablemente , e l querellante adhesivo con frecuencia no contribu
ye en nada por sí m ismo a la i nvestigación de l a verdad . Ello
porque su p ri ncipal i nterés se circunscribe, e n genera l , a d ejar
que los elementos de prueba requeridos para un posterior p ro
cedimiento civil sean reu nidos por el aparato estatal de perse
cución, sin soportar él m ismo u n considerabl e riesgo de cargar
con las costas. Por ello, ya ha sido d iscutida en reiteradas oca
siones una reforma de la acción adhesiva1 8, sin q u e se haya
encontrado, no obstante ello, una solución genera l aceptabl e .
17 Para más detalles sobre la posición jurídica del querellante adhesivo, que es mejorada
de manera no poco importante en la ley de protección a la víctima (supra, nota 5),
cf. Riess/Hilger (nota 6), p. 1 54 y s.
18 Cf. Jung (nota 4), p. 1 1 64 y s.
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
2° Cf. Grebing, Die Moglichkeiten der Entschadigung des Opfers einer Straftat im
franzosischen Recht, en Rev. Int. De Droit Penal, 1973, pp. 3 38-354, así como
infra IV.4.2.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
..
este esfue rzo adicional . E i ncluso, si a l g u n a vez se llega a tal
pu nto , los tribunales penales tem e n , frecuentemente un retra
so o com p l i cación del p roced i m iento , y por tal m otivo hacen
uso, no pocas veces, de la posibil idad j u rídica de rechazar el
p rocedim iento de adhesión por "inadecuado" (§ 405, O P P)21 •
Lamentablemente , tam poco la Ley de P rotección a la V ícti ma
de 1 986 ha i ntroducido a l g u na mejora e n este sentido22•
5.2. M ucha mayor trascendencia, por lo p ronto, le corres
ponde a la indemnización del ofendido por medios estatales:
esta vía fue abierta mediante la "Ley sobre la I ndem nización de
Víctimas de Del itos Viole ntos ( IVD)" del 1 1 . 05 . 1 97623• Sin em
bargo, bien comprendida, se trata no tanto de u na ley civil de
resarcimiento , como el que debería efectuar e l ofensor, sino s i m
plemente de u n seg u ro social para aquél que h aya s ufrido g ra
ves daños para su sal ud o capacidad laboral por un hecho vio
lento, y no pueda, por otra vía , obtener compensación alguna
(confr. § 1 , IVD)24• Por ello, l a indemnizació n es p restada por el
Estado (§ 4 , IVD) : dado que el ciudadano deja su p rotección en
m anos del Estado , parece legítimo que u n ciudadano lesionado
por un delito pueda esperar la correspondiente asistenci a a tra
vés del Estado en aquel los casos en que l a p rotección estatal
contra el delito haya fal lado25• Si bien son posibles otras , y tal
vez mejores, soluciones para el resarcim iento de la víctima26,
con la consegu i da hasta el momento se ha i n i ci ado, en todo
caso, un cambio fundamenta l : si hasta ahora el Estado se hab ía
21
Cf. Peters, Strafprozess, 4ta de. , 1 985, p. 586 y ss., Jung (nota 4), p. 1 170 y s.
22
Cf. Weigend (nota 7), pág. 1 1 76.
23
BGB l , 1 976, p. 1 1 8 1 ; nueva edición en BGB ! , 1 9 8 5 , 1, p. 2.
24
Kleinknecht, StPO, 3 5ta de. , 1 985, apéndice A 5, adv. Prel. 1 , acerca del § 1 OEG.
25
Sobre otros detalles acerca de este proceso público de indemnización jurídica, cf. Schultz-
Lüke/Wolf, Gewalttaten und Opferentschiidigung, 1 977, así como el comentario de
Kunz, Gesetz über die Entschiidigung für Opfer van Gewalttaten, 1 98 1 .
26 Acerca de tales esfuerzos cf. Jung (nota 4), p. 1 1 70 y ss., así como el informe de
derecho comparado de Grebing, Die Entschiidigung des durch die Straftat Verletzten,
en: "ZStW" 87 ( 1 975), p. 472 y ss.
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
IV. B R E V E E X P O S I C I Ó N D E D E R E C H O C O M PAR A D O :
VIEJOS Y N UEVOS MODELOS
28
Así también la evaluación de Riess/Hilger, "NStZ" 1 987 , p. 1 55, quienes en su
carácter de funcionarios ministeriales, tomaron parte de manera no poco importante
en la génesis de estas nuevas leyes procesales.
29 V é a s e , a tal fi n , para la s i t u a c i ó n g l o b al a l e m a n a : Frehsee,
Schadenswiedergutmachung als Instrument strafrechtlicher Sozialkontrolle, Berlín,
1 987, con algunas observaciones de derecho comparado.
30 El Proyecto de Código Procesal Penal de la Nación, con una introducción de Julio
B. J. Maier, en: Cuadernos de la Revista Doctrina Penal, Núm. 1 , Buenos Aires,
1 987, pp. 645, 776.
31 Acerca de las dificultades de la transición hacia un modelo de procedimiento penal
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
acorde con las exigencias democráticas, después de una dictadura salvaje, informa
el constitucionalista español Andrés lbañez. La justicia argentina. Dereclw después
de la barbarie, en "El País", Nro 4.082, del 1 5-06- 1 988, pág. 1 2.
32
Además según el art. 4 1 1 , CPMP, ya con la orden de prisión preventiva se puede
disponer, con el fin de asegurar la pretensión resarcitoria del ofendido, el embargo
sobre los bienes del autor. En el mismo sentido, el art. 496, CPMP, prevé - en
verdad, sin mayores precisiones - que se deberá resolver en la sentencia acerca de
la responsabilidad civil.
33
Arts. 1 70- 1 77 CPMP.
34
Acerca de las reglas procesales, ver arts. 374-382 del Proyecto.
35
Acerca de los derechos individuales de los querellantes por adhesión, cf. Arts. 269
y s . , del Proyecto.
36
Así, por ejemplo, el art. 400 del Proyecto (extinción de la pena por perdón del
ofendido, en algunos de los delitos vinculados con el ámbito privado), el art. 327,
referido a la determinación de la responsabilidad civil en la sentencia, y el art. 403 ,
que prevé la ejecución de la condena civil ante los tribunales civiles, y conforme
las reglas procesales civiles.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
., .
remotas, pero, no obstante, relevantes en l a p ráctica, como por
ejemplo l a inclusión en e l procedimiento penal de un te rcero , no
ya pena l , sino civi lmente responsable37, o el deber del tribunal
de decidir, aun en u na sentencia absol utoria, sobre lo atinente a
l a resposabil idad civi l38. Esta reg u l ación d iferenciada para la
acción civil en el p rocedi miento penal sugiere la posibil idad de
que se busque una de las causas del fracaso del procedim iento
de adhesión alemán , conforme lo regula el § 472a, O P P, en la
falta de disposiciones análogas e igual mente clarificadoras39•
45
Supra, nota 40
46
§ 88 del CPaust, pero también, por ejemplo, las lesiones graves según el §
84 del CPaust.
47 Código penal suizo del 2 1 / 1 2137, en vigor desde el 111/42.
•m• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
48
Rehabilitación para desempeñar una profesión, empleo o cargo (art. 77), para ejercer
la patria potestad y recobrar la aptitud para ser. tutor (art. 78). En este último caso,
la obligación de resarcir el daño se encuentra condicionada por su exigibilidad.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
reparar el daño en forma i n med iata, el derecho su izo prevé " tra
bajo a favor del perjudicadd' (art. 60, C P suizo) , que consiste en
la posibilidad de conceder al perj udicado objetos incautados o
el respectivo p roducto de su liquidación (inc. 1 ro) , hasta satisfa
ce r el derecho de resarci miento , o i ncluso - en caso de pen u ria
económica de la vícti ma causada por el hecho - l a m ulta pagada
por el condenado (inc. 2do)49•
La discusión nacional en torno a la reforma se caracteriza
por la tendencia a p remiar los i ntentos de reparación del autor
en aun mayor medida que el derecho vigente hasta el momen
to . De este modo, Sch ultz, en su proyecto de reforma de marzo
de 1 985, p ropone p rescindir de la persecución penal en aque
l los casos en que "el autor haya l l evado a cabo un esfuerzo
económico i m portante y haya reparado el daño por él causado,
o cuando el autor, mediante un i m portante esfuerzo que haya
repercutido de modo relevante en su modo de vida, ha p rocu ra
do compensar el i nj usto por él cometido"50•
El aspecto interesante , desde el derecho com parado, de esta
propuesta reside en el énfasis puesto en el especial "esfuerzo"
económico que debe significar para el autor la restitución a la
víctima. De este modo, se evita una crítica a la que se ha visto
expuesto, sobre todo, el derecho austríaco; sus disposiciones ,
anteriormente deescriptivas (en I V. 2) , contenidas en los § 42 y
1 67 del C Paust, favorecen con claridad a los autores de mejor
situación económica o, expuesto de otro modo: las ventajas de
estas normas resultan i nalcanzables para autores carentes de
medios o con una situación financie ra déb i l . Visto de otra mane-
49
Acerca de similares usos restitutivos del comiso y la confiscación de ganancias en
el derecho alemán. Cfr. Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen gegen das Eigentum,
Tübingen, 1 969, p. 1 1 7 y ss., 3 8 1 .
50
Schultz, Informe y anteproyecto para la revisión de la parte general y el libro tercero
"Einführung und Anwendung des Gesetzes" del código penal suizo, marzo 1 985,
Berna, 1 987, art. 55. En igual sentido también el anteproyecto (suizo) de ley federal
sobre ayuda a la víctima de hechos punibles contra la integridad física y la vida, del
1 2/8/86, alli art. 66.
•«• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
4. 1 . Italia
El derecho ital iano vigente presenta aspectos favorables al
ofendido, particularmente en el derecho p rocesal , aunque tam
bién en el derecho mate rial la consideración de la reparación
j uega u n cierto pape l .
En primer lugar, debemos referi rnos, en cuanto al derecho
material, al art. 62, N ro 6 del Código Penal ital iano (C Pit) , segú n
el cual la reparación del daño representa una causa general de
atenuación de la pena cuando tiene l u gar antes del debate51 , o
cuando e l autor toma, con anterioridad a ese momento, medi
das vol u ntarias y efectivas destinadas a reduci r el daño causa
do. La atenuación de la pena mediante reparación fue regulada
de este modo desde un principio en el CP vigente de 1 930, el
cua l , por lo demás, también regula en detalle, desde hace tiem
po, l as consecuencias del del ito para el derecho civi l (arts . 1 85-
1 98 del CPit) , incluyendo hasta una h ipoteca legal obligatoria y
u n derecho de secuestro sobre los bienes m uebles, entre otras
medidas , con el fin de asegurar la p retensión resarcitoria del
ofendido y sus costos procesales (art. 1 89) .
Ade más de estas reg las , tam bién favorables al ofendido, del
d e recho material vigente , existe un proyecto de reforma del
31
Acerca del significado del elemento: "prima del giudizio", cf. Crespi/Zuccala/Stela,
(Hrsg), Comentario breve al Códice Penale, Padua, 1 986, nota VI, núm. 5, acerca
del art. 62 (p. 1 9 1 ).
Acerca del renacinúento de la víctima en el procedinúento penal
..
mayor i nterés , que contempla una forma de reacción penal n ue
va para Italia para los casos de defraudación mediante cheque,
y que se funda en el hecho de que en Ital ia los cheques circulan
con mucha facilidad , y, por lo tanto , estos delitos suceden en
g ran escala. El art. 1 del p royecto, ya tratado en el Parlamen
to52, obliga al l i b rador del cheq ue a pagar al perjudicado una
m u lta del 1 0% de l a suma del cheq ue, si éste no estaba cubierto
o el autor no se encontraba autorizado para extenderlo. En el
caso de cheq ue sin fondos, el hecho, conforme el art. 7 del p ro
yecto , se tiene por no cometido si el autor, dentro de los 60 d ías
posteriores a la i nti mación del cu m p l i miento, se allana a la ya
mencionada m ulta, los intereses y todos los gastos del perjudi
cado. De este modo, el fracaso del acuerdo entre e l autor y
vícti ma ofrecido por la ley - cuyo efecto es la satisfacción a tra
vés de la m u lta - resu lta u n presupuesto de la persecución pe
nal , y, por lo tanto esta regla, más amplia que los casos ya men
cionados de atenuación o excl usión de la pena por la repara
ció n , conforma una auténtica alternativa a la sanción penal53.
En el derecho procesal italiano, el centro neurálgico de la
protección de los i ntereses del ofendido reside, desde h ace tiem
po (Codice di Procedu ra Penale de 1 930}*, en la acción civi l en
el procedi m iento penal (azione civi/e * * - arts. 9 1 - 1 06 CPit) . El
Antep royecto de Código Procesal de febrero de 1 98854 mantie-
52
Nuova disciplina sanzionatoria degli assegni bancari. Disegno di legge presentato
el Senqto il 5 ottobre 1987, en: L 'Indice penale, 1 988, pp. 1 06- 1 08.
53
Sobre propuestas de sustitución de la pena por medio de instrumentos de reparación
de derecho civil en el ámbito de los delitos contra el honor, véase Manna, La
disciplina d,ell 'informazione fra diritto civile e diritto penale, en: // diritto dell'
informazione e dell 'informática, 1 988, pp. 57-67 (en especial 65-67).
* El autor se feriere al viejo CPP italiano. El Anteproyecto que se menciona en el
artículo, como el mismo autor lo aclara, ya hya sido sancionado, aunque con
modificaciones con relación al texto original, que es el citado en el trabajo (N. de
los T. ) .
* * E n italiano e n e l original, al igual que las demás citas e n idioma extranjero que se
hacen a lo largo de la exposición (N. de los T.).
54 Progetto Preliminare del Codice di Procedura Penale, en: Speciali Documenti
Giustizia l . Instituto Poligráfico e Zecca dello Stato, Roma, 1 9 8 8 , pp. 4 1 -342.
-
•a:• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
4.2. Francia
También a l l í se da u n cuadro análogo: expresiones de una
protección de los i ntereses del ofendido se hal lan, en primer
l ugar, en el derecho procesal . No obstante . También el derecho
material presenta disposiciones cuya tendencia apu nta, también,
en todo caso, a la protección de los i nte reses del ofendido.
Así, en el derecho material el arrepenti m iento activo condu
ce en algu nos casos a una atenuación de la pena (como por
ejemplo, según el art. 343 , párr. 2 del Code penal [C Pfr] , en el
caso de la liberación vol u ntaria de u n rehén) o , tal vez , a la
exención de la punibil idad de u n m iembro arrepentido de una
asociación i l ícita, que colabora con los órganos de persecución
penal con otras revelaciones (art. 768 CPfr) . Sin embargo, so
bre todo en este ú lti mo caso , las consideraciones de rep a ración
apenas deben haber contado en los motivos del legislador.
Mayor significación tienen los criterios de reparación en al
gu nas disposiciones de derecho procesa/ del Code de procédu re
pénale (CP Pfr) relativas a la aplicación de la pena. As í, la repa
ración puede conduci r, en los del itos menos g raves y en las
contravenciones, a una aten uación de la pena (art. 467- 1 ) y, si
otras circunstancias concu rren con ella, a la exención de la pu
nibil idad (art. 469-2) . Del mismo modo, la reparación cumple u n
rol en el marco de la suspensión de la decisión sobre la i m posi
ción de una pena (469-3) , a cuyo efecto - análogamente a como
en la propuesta de Schultz para Suiza (supra I V.3) - se debe
tener en cuenta la capacidad económica del autor ("com pte ten u
des ressou rces du préven u") .
58
Art. 1 879 del Code général des impots.
59
Art. 350 del Code des douanes de 1 948.
60
Art. 1 05 del Code forestier de 1 952.
61 Art. L. 457 del Code rural.
62 Más detalles acerca de la transaction: Stefani.Levasseur/Bouloc, Procedure pena/e.
1 3ra ed./ Paris, 1987, Nro 1 37.
63 Art. 2046, párr 2, Code Civil : la transaction n' empeche pas la poursuite du ministere
public. Cf. También art. 2 párr. 2 del CPPfr.
64
Véase supra, nota l.
65 Grebing, (nota 20), en especial pp. 341 -349.
66 lbidem, p. 348
67 lbidem, p. 349.
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal •••
4. 3. España *
No se da u n cuad ro esencialmente diferente e n este país.
En efecto, apenas se encuentran criterios de reparación en el
82
Jung, Compensation order - Ein Modell der Schadenswiedergutmachung ? En:
"ZStW" 99 ( 1 987), pp. 497-53 5 . Antes ya Huber, Die Entschiidigung des Verletzten,
Losungen im Common Law Bereich, en Revue lntemationale de Droit Penal 44
( 1 973), pp. 3 2 1 -337.
83
Cf. Jung (nota 82), p. 53 1 .
84
Schilling, Die Rolle des Opfers in der englischen Strafprozessordnung, en: Kühne
(Hrsg), Opferrechte, (nota 89), pp. 46-63.
*
El artículo traducido es cronológicamente anterior a la unificación entre la RFA y
la RDA, que ha borrado de un plumazo a las normas procesales y sustantivas de
esta última (N. de los T. ) .
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
•+•
tribunal, por lo p ronto, anal iza la posi bilidad de l a delegación
en un tribunal de la sociedad (§§ 28 R . D .A.-CP, 58-60 R . D .A.
O P P)85, cuya potestad para sancionar i ncl uye , bajo e l concep
to de "medidas de enseñanza" , e ntre otras , la i m posición al
ciudadano de la obli gación de disculparse con e l damn ificado
o con la colectividad (§ 29, párr. 1 , n ú m . 1 , R . D .A.-C P) , o de
entregar una indemnización dinera ri a , conforme a las pautas
legales, o de reparar l os daños ocasionados mediante su tra
bajo personal ( n ú m . 2) .
Si no se llega a una delegación en el tribunal de la sociedad ,
pero los fines educacionales del p roceso penal pueden ser al
canzados mediante una condena de indemnización de daños y
perj u icios, entonces , se debe dar al p roceso esta clase de con
clusión y presci ndir de la pena (§ 24, párr. 2 del R . D .A.-CP) . En
l a m isma d i rección apu nta la p rescripción del § 25, n ú m . 1 del
R . D .A.-C P, seg ú n e l cual se debe p resci n d i r de medidas de
responsabildiad j u r ídico-pe nales, cuando e l autor demuestra
mediante se rios esfue rzos, p roporcionales a la g ravedad del
hecho punible, tendientes a la eliminación y a la reparación de
sus consecuencias dañosas , o medi ante otras prestaciones
positivas, que ha sacado las conclusiones fundamentales para
u n comportamiento responsable, y que es de esperar por eso
de él, que respetará la legalidad socialista.
Como se puede reconocer del estilo de las reglas p receden
tes , estas disposiciones, que sustituyen la reacción jurídico-pe
nal frente al comportam iento desviado por obligaciones de re
paración o esfuerzos para reparar, deben ser vistas en conexión
con la final idad del derecho penal social ista, que, de acue rdo al
p reámbulo del R . D .A.-C P, está orientado , ante todo , a enseñar
V. PANORAMA
86 Así, por ejemplo, con respecto a las desventaj as de una contínua flexibilización de
la protección del derecho penal, cf. Eser (nota 85}, pp. 43-46.
87 Así por ejemplo se podría haber hecho mención a las nuevas reflexiones en los
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal ••
Verletzten im Strafverfahren, en: NStZ 1 984, pp. 385-39 1 ; Schünemann, The future
of the victimological approach to the interpretation of criminal law: The use of
victimological considerations as a comprehensive, regulative principie for limiting
the scope of certain crimes, en: Miyasawa!Oya, Victimology in comparative
perspective. Papers given at the "Fourth lnternational Symposium on Vtctimology ".
1 982 in Tokyo-Kyoto, 1 986, pp. 1 50- 1 59, Ders., Zur Stellung des Opfers im System
der Strafrechtspflege, en: NStZ, 1 9 86, pp. 1 9 3 -200; Sessar/Beurskens/Boers,
Wiedergutmachung als Konfliktregelungs-paradigrna ? En: Kriminologisches Journal,
1 986, pp. 86- 1 04, y en respuesta a éste: Bes te, Schadenswiedergutmachung - ein Fall
für zwei? En: Kriminologisches Journal, 1 986, pp. 1 6 1 - 1 8 1 .
89 Por ejemplo, e l Kühne (Hrsg.), Opferrechte im Strafprozess. Ein europiiischer
Vergleich.
90
Kühne, Einführung, (nota 89), pp. 1 - 1 5.
91 Cf. Eser (nota 85), p. 5 1
92 Cf. , en particular, Roxin, Die Wiedergutrnachung im System der Strafzwecke (nota
88); Schünemann, (nota 88), NStZ, 1 986, en especial, pp. 1 94- 1 96; Kühne, (nota
89), pp. 3-7.
93 Cf. Schünemann y Kühne (respectivamente, nota 92); así como Hi11en Kamp, Der
Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento penal
••
mayor consideración de la vícti ma desembocaría en una ten
dencia hacia una "privatización del derecho penal"94• G uiado por
el pu nto de vista de que las vícti mas y las vícti mas potenciales
de hechos punibles p refiere n , al parecer, una mayor participa
ción en el p roceso penal y su reemplazo por procesos regidos
por conceptos de mediación, en l ugar de un proceso rígido, úni
camente en manos del estado95, el renacimiento de la víctima
en el p rocedimiento penal podría conduci r también a u n renaci
m iento de la pena privada96; y retrotraer con ello el desarrollo de
la historia del derecho penal97 nuevamente a l as penas de en
miendas de derecho germano, y - guiado por la esperanza de
que las sol uciones p rivadas a los confl ictos j u rídicos pod rían
restablecer la paz j u rídica mejor que las estatales - relativizar,
de n uevo, claramente el papel del estado en el derecho penal .
Es m ás - en idéntico sentido al de Hegel - , tal vez sea nece
sario un tercer paso en la h istoria del pensamiento: después de
que la faida privada p róxi ma al autor y a l a víctima, debió ser
superada, y no en último término, a causa de los abusos en su
ejercicio, en una especie de contragolpe, por el derecho penal
estatal . El distanciamiento generado por este' último (también)
e n tre el autor y l a v íct i m a req u i e re n u evame n te un c i e rto
reencuentro, aunque sin renunciar, por cierto, en este p roceso
de reindividualización , a las funciones transindividuales y a los
mecanismos de control público de la sanción estata l . Por cierto ,
aún resu lta una incógnita si nos encontramos frente a una p u ra
utop ía o a las l íneas esenciales de u n derecho penal futuro.
Einfluss des Opferverhaltens auf die dogmatische Beurteilung der Tat - einige
Bemerkungen zum Ver/Uiltnis zwischen Viktimologie und Dogmatik, B ielefeld, 1983.
94 Hassemer, Rücksichten, (nota 88), p. 226 y passim.
95 Así, Sessar/Beurskens/Boers (nota 88).
96 Cf. , a tal efecto: Grosssfeld, Die Privatstrafe. Frankfurt a. M ./Berlin, 1961 (Arbeiten
zur Rechtsvergleichung N ro 9); Stoll, Schadenersatz und Strafe, en: von Caemmerer/
M entschikoff/Zweigert (Hrsg . ) , lus privatum gen tium, Festschrift für Max
Rheinstein. Tübingen, 1 969, pp. 569-590; Hirsch, Zur Abgrenzung von Strafrecht
und Zivilrecht, en: B ockelmann/Kaufmann/Klug (Hrsg.), Festschrift für Karl
Englisch zum 70. Geburtstag, Frankfurt/M. , 1 969, pp. 3 05-338.
97
Al respecto, Rüping, Grundriss der Strafrechtsgeschichte, Munich, 1 98 1 .
REFORMA DE LA REGULACIÓN
ALEMANA SOBRE EL ABORTO
DESDE UNA PERSPECTIVA DE
DERECHO COMPARADO*
*
Versión ampli ada con anotaciones de una conferencia pronunciada en las
Universidades de Zaragoza (2- 1 1 - 1 993) y de San Sebastian (5- 1 1 - 1 993). Traducido
por Isidoro Blanco de San Sebastian.
Publicado en "Actualidad Penal" No 4, Madrid, 1 994, n. mar. 55-70.
1 . EN B USCA D E U N N U EVO D E R ECHO DE ABO RTO
Para una comparación detallada de las dos normativas alemanas sobre l a interrupción
del embarazo ver: A. Eser en : A. Schonke/ H . Schroder, Kommentar zum
Strafgesetzbuch, 24, Aufl. München 1 99 1 , del § 2 1 8 Rn 4 1 -49 (pp. 1 568- 1 57 1 ).
Para más detalles sobre el derecho alemán del aborto ver: A. Eser, Reforma de la
regulación del aborto en el Derecho Penal Alemán: Evolución y Primeras
Experiencias, en: Criminología y Derecho Penal al Servicio de la Persona, Libro
Homenaje al Profesor Antonio Beristain, S an Sebastian, 1 989, pp. 7 1 9-739 ; (en
inglés) Reform of the German Abortion Law : First Experiences, en América Joumal
of Comparative Law 34 ( 1 986), pp. 369-383
1:11 Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
2
Ver A. Eser, Deutsche Einheit: Übergangsprobleme im Strafrecht, en: Goltdammer' s
Archiv für Strafrecht 1 3 8 ( 1 99 1 ), pp. 24 1 -268, en particular p. 249 y s . , 253 y ss.
3
El título completo de esta ley es: "Ley para la protección de la vida prenatal/gestante,
para el fomento de una sociedad favorable a los niños, para la ayuda en los conflictos
del embarazo y la regulación de la interrupción del embarazo (Ley de ayuda a la
embarazada y a la familia)" de 27 de julio de 1 992 (Bundesgesetzblatt 1 p. 1 398).
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
Para más detalles sobre la nueva ley así como sobre su parcial declaración de
inconstitucionalidad, ver ínfra 8 y 9.
Publicado en A . Eser/H. - G. Koch (eds ) , S c h w angerschafts abbruch im
internationalen Vergleich. Rechtliche Regelungen - soziale Rahmenbedingungen -
empirische Grunddaten. Teil 1 : Europa, Baden-B aden 1 9 8 8 ; Parte 2: AuBereuropa,
idem 1 989. Los siguientes informes sobre el derecho extranjero proceden de esta
obra colectiva. Primero el resultado de derecho comparado ver: H. - G. Koch, Recht
und Pra�is des S chwangerschaftsabbruchs im internationalen Vergleich, en:
Zeitschrift für die .Gesamte Strafrechtswissenschaft (ZStW) 97 ( 1 985) pp. 1 043-
1 073, así como A. Eser/H. - G. Koch, Schriftliche Stellungnahme zur Anhorung vor
dem Deutschen Bundestag-SonderausschuB "Schutz des ungeborenen Lebens" vom
1 3 , 1 5- 1 1 - 1 99 1 in Bonn; esta opinión está también en los protocolos del comité
extraordinario también publicado bajo el título: Pladoyer für ein "notlagenorientiertes
vereintes Deutschland, Tübingen 1 992, pp. 2 1 -79, también publicado en: A. Eser/
M:tM Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
3.2. El m o d e l o de i n d i c a c i o n e s s o b re la base de
enj u iciamiento de u n tercero
Para la posición contraria es característico que la i nte rrup
ción del embarazo se haga depender de una determi nada clase
de estado de necesidad p reexistente , cuyos p resupuestos de
ben ser comprobados por u n tercero (un médico cuando no una
com isión de expertos) y además susceptibles de un u lterior con
trol j udicial .
En este modelo, que es el adoptado por los §§ 2 1 8-2 1 9 del
CP de la R FA hasta la reforma de 1 992 y característico en aná-
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto WJM
(B)Art. 350 del Código Penal belga en la redacción de la ley de 3-4-1990 (extracto):
(1) Punibilidad general de la embarazada.
(II) Sin embargo no existe delito cuando la embarazada se encuentre por razón de
su estado en una situación de necesidad, y haya solicitado a un médico que efectúe
la interrupción del embarazo y esa interrupción se realice bajo las si�ientes
condiciones:
.,, Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
1 ...
2. . .
L a evolución d e la firmeza d e la decisión y d e la situación d e necesidad d e la
embarazada que autorizarán a los médicos a efectuar una interrupción del embarazo,
es incontestable con tal de que se tengan en cuenta los requisitos previstos en este
artículo.
Para el campo alemán se había presentado un modelo de tal reforma en prominente
manera particularmente por la presidenta del Parlamento alemán Rita Süssmuth,
Diskussionsentwurf eines Gesetzes zum Schutz des Lebens - Lebensschutzgesetz -
auf der Grundlage des Vorschlags eines "Dritten Weges" zur Verbesserung des
Schutzes des ungeborenen Lebens im geeinten Deutschland, en: S. Heil (ed.), §
2 1 8 - E i n G renzfall des Rec h t s , Zur zukü nftigen Regelung des
S chwangerschaftsabbruchs i n Deutschland. Tutzinger Materialien Nr. 6 8 ,
Evangelische Akademie Tutzing 1 99 1 , pp. , 1 1 7- 1 22, con una aclaración del mismo,
Schutz des ungeborenen Lebens im geeinten Deutschland-Ein Dritter Weg, ídem
pp. 36-44. Sobre mi propia postura, que apunta en el mismo sentido ver A. Eser,
Schwangerschaftsabbruch zwischen Grundwertorientierung und Strafrecht, en:
Zeitschrift für Rechtspolitik 24 ( 1 99 1 ) , pp. 29 1 -298. También publicado en: A.
Eser/H. - G. Koch, Schwangerschaftsabbruch: Auf dem Weg zu einer Neuregelung,
Baden-Baden 1 992, pp. 85- 1 07.
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
••
mente si la i nterrupción era l ícita o no y en el últi mo caso formu
lar una acusación. Se daba excl usivamente un control adicional
de la resolución ex post.
En l ugar de esto se observa recientemente u n control de
creciente influencia más preventivo a través de determi nados
p rocedimientos , en particular una doble vía: por un lado porque
es indispensable antes del aborto u na comprobación de una
indicación; por otro porque - junto o en lugar de una comproba
ción de la indicación - la i nterrupción está conectada a un ase
soramiento ex post.
La comprobación de la licitud mencionada en primer lugar
se encuentra por ejemplo en los países escandinavos , donde
hay que presentar una solicitud de i nterrupción del embarazo y
decide una determi nada com isión . Au n en los países con nor
mativa de plazos puede también darse lo anterior a través de un
procedi m ie nto de control preventivo de manera que una i nte
rrupción del embarazo no sea completamente "p rivatizada", esto
es, no se contemple como un puro asunto entre el médico y la
paciente - por-ejemplo comparable a una operación de apendicitis
- sino que conti nue siendo al menos un "asu nto público" en la
medida en que el Estado exige la observación de un determina
do procedimiento y de esta manera puede preven i r, en caso de
necesidad, g randes abusos .
Esto se sitúa natu ral mente más cerca del modelo de indica
ciones, en el que por ejemplo - como en la R FA h asta la reforma
de 1 974 - una com isión de expe rtos tiene que deci d i r sobre la
legalidad de la i nterrupción. Esto ciertamente tiene la desventa
ja de que la decisión se eleva a una tercera i nstancia, cuya apro
bación pod ría ser apreciada como una especie de "absolución"
que excl uye la p ropia responsabil idad de los participantes in
mediatos - concretamente la embarazada y el médico q u e real i
za l a i nterrupción - , y al mismo tiempo la debilita , lo que moral
mente pod ría incl uso ser más g rave, en cuanto "descarga" de la
propia responsabi lidad . Frente a ello se ha i m p uesto e ntre no
sotros - y yo creo que con razón - la opinión de que en caso de
- Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
8 Así en Dinamarca, Italia y Suecia con diferentes disposiciones penales en cada ley
especial).
9 Así por ej emplo en la antigua RDA, así como en B ulgaria, Checoslovaquia,
Finlandia, Francia, Yugoslavia, Holanda, Noruega, Polonia, Rumania, la antígua
URSS, Turquía y Hungría.
10 Bélgica, Grecia, Luxemburgo, Austria, España, Inglaterra e Irlanda no pueden
incluirse en este sistema por falta de una codificación completa, comparable al CP
del Derecho Penal nuclear.
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
.,.
mayor medida al asesoramiento, contemplado a veces en parte
como elemento adicional a una ve rificación de la i ndicación1 1 ,
en parte prescrito oblígatoriamente12 en s u l ugar o p ropuesto en
cada caso facultativamente1 3 14•
Los modelos de i ndicaciones tradicionales se encuentran l i
gados bien a la uti lización volu nta ria del ásesoramiento , bien a
normativas más perm isivas con la obl igación de asesoramiento .
Hay excepciones no obstante en am bas d i recciones: así por
ejemplo en la R FA (hasta la reforma de 1 992) se incl uyó la solu
ción de las indicaciones con obligación de asesoramiento, m ien
tras por otro lado en Suecia se p revió exclusivamente una ofer
ta de asesoramiento facultativo en relación con la sol ución de
los p lazos .
Se encuentran ciertas diferencias con respecto a l a p regun
ta de quién debe asesorar (sólo el médico o algún centro de
orientación) , y sobre qué hay que asesorar (solamente i nforma
ción médica o también asesoramiento contraceptivo, as í como
sobre cuestiones sociales) . Con ello alcanza n atu ralmente sig
n ificación la cuestión del objetivo del asesoramiento, esto es s i
y en caso afi rmativo, con qué tendencia debe asesorarse. Tam
bién esta p regunta fue y sigue siendo muy cuestionada en la
RFA. Conforme al texto del anterior § 2 1 8.b CP alemán con ca
rácter previo a la i nterrupción la em barazada debía ser "aseso
rada" sob re los medios de asistencia a la mad re y n i ñ o a su
disposición, y en concreto "especialmente sobre las ayudas que
facil itan la conti n uación del embarazo y la situación de la madre
y del h ijo". Mientras esta formu lación fue i nterpretada por u nos
de una parte como que el asesoramiento deb ía d i ri g i rse a la
contin uación del embarazo, otros sosten ían que tal visión u n i la
teral no era adm isible y - según me parece - con defendibles
argumentos j u rídicos; porque si la ley hablaba de "especialmen
te" con respecto a la "conti nuación" del embarazo, no pod ían
con ello ser totalmente excl uidos otros objetivos del asesora
m iento en cada caso, de modo que también la exposición del
modo en que se puede l legar a obtener una i nterrupción legal
del embarazo pertenece al ámbito del asesoramiento .
También desde u n a perspectiva i nternacional el asesoramien
to p revisto tiene como principal objetivo i nformar a la m ujer am
pliamente de modo que pueda tomar una decisión bajo su pro
pia responsabilidad, expl icándole también los p ros y los contras
de una i nterrupción , sin i m p ulsarle en una determinada di rec
ción 15. En una palab ra: con ello la embarazada tiene que ser
puesta en condiciones de pensar en todo lo relativo a los g raves
problemas que i nteresan no sólo al estado actual sino también
al futu ro y cómo tiene que comportarse en relación con ello.
Respecto a la aplicación y evaluación del asesoramiento, fal
tan en verdad suficientes i nvestigaciones emp íricas, aunque de
todos modos se puede deci r lo siguiente: en Francia, donde a
pesar de una regu lación de situación de necesidad con plazo
para apreciación autónoma por la embarazada las cifras de la
i nterrupción son bajas, el asesoramiento juega evidentemente un
gran papel . También se exige a la embarazada u n largo p roceso,
todas las abortistas e i ncl uso también las que en todo caso es
taban decididas a dar este paso. En S uecia, donde el asesora
m iento es facu ltativo, se reclama siempre por el 30% de las
m ujeres, sobre todo las m ujeres menores de 20 años, mientras
que las m ujeres mayores de 40 no acuden al asesoram iento y
también por eso apenas se ven i nflu idas . En Israel se da cuenta
como problemática que el asesoramiento es uti lizado frecuen
temente más bien en beneficio de la i nterrupción del embarazo.
En m uchos países - sobre todo en Italia - se quejan de la falta
de asesores buenos y capaces. Por otra parte hay que señalar
respecto del asesoram iento, que nosotros hemos encontrado
en nuestros estudios sorp rendentemente poco material emp íri
co y - por lo evidentemente nuevo, falta hasta ahora u n apoyo
científico de la p ráctica de asesoramiento -. Respecto de todo
ello habría m ucho que hacer en el futuro .
18 Así, también en Finlandia donde al padre del esperado hijo "se le da la oportunidad
de manifestar la propia opinión cuando hay razones para ello". Según una decisión
de la Comisión Europea para los Derechos Humanos de 1 3-5- 1980 el derecho del
marido y posible padre al respeto de su vida privada y familiar, no abarca el derecho
a una interrupción del embarazo que su mujer desea realizar (caso Paton; Europaische
Grundrechte-Zeitschrift 198 1 , p. 20 y ss.). Este punto de vista, según el cual no se
puede inferir de la Convención Europea de Derechos Humanos un derecho del
padre a la participación en un procedimiento de interrupción del embarazo, fue
confirmado nuevamente también en el caso Hercz contra Norvay, decisión de 19-5-
1 992 (en: Tijdschrift voor Gezondheidsrecht juni 1993, pp. 235-239).
1 9 Esto es deseado expresamente por algunos países como por ejemplo en la RFA e
Italia.
20 El CDU (Unión Cristiano Demócrata) mantiene notoriamente en la cuestión del
22
Para la RFA existe a tal efecto igualmente un estudio del grupo de investigación
criminológica de nuestro Max-Planck-Institut de: K. Libl, Ermittlungsverfahren,
Strafveifolgungs - und Sanktionspraxis beim Schwangerschaftsabbruch. Materialien
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto IIIW
ESQUEMA 2
EXTENSIÓN DE LA INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO
Y MODELOS DE REGULACIÓN JURÍDICA
Muy restrictivas
Medianamente
restrictivas
Permisiva
Por consigu iente , tanto las expe riencias nacionales como in
ternacionales perm iten concl u i r que de la amenaza con rigu ro
sas sanciones penales a la i nterru pción del embarazo no se
deriva en la moderna sociedad ningún efecto considerable de
prevención especial ("resocialización" y aseguramiento del ac
tual de l i n cuente) y de p revención general ("inti m i dación" del
delincuente potencial) . En los sistemas con normativa restricti
va es característico el abismo entre las exorbitantes esti macio
nes de cifra negra por un lado, y una m ínima cifra de condenas
por otro. La percepción pública de g randes p rocesos individua
les di rigidos a la aplicación de las normas , que fueron perci bi
das en parte como actos arbitrarios , ha fomentado m uy recien
temente en algu nos países - retrospectivamente observado -
tendencias descrim i nalizadoras, en lugar de tener el efecto de
man ifestación de estabilización normativa de la autoridad legal .
Los déficits de apl icación de las reglas restrictivas de la i nte
rrupción del embarazo pueden a veces estar en relación con el
abismo entre la severa ley y la opinión social liberal . El las están
en todo caso inevitablemente l igadas con una imagen de la in
terrupción del embarazo. Los principios del Estado de Derecho
se enfrentan con regularidad a los órganos de persecución en
este del ito ante el p roblema de que no hay ninguna vícti ma ca
paz de denunciar, q ue el hecho es tramitado con excl usión de la
publicidad y que con regularidad todos los participantes en el
hecho se esfuerzan igualmente por no l legar a ser conocidos .
Las complicaciones médicas, a través de cuyo tratamiento pue
de ser conocido con posterioridad el ataque suplementario, han
llegado a ser escasas23•
zur Implementation des reformierten § 218 StGB, Freiburg 1990, así como H. - J.
Albrecht, Schwangerschaftsabbruch - empirische Untersuchugen zur Implementation
der strafrechtlichen Regulierung des Schwangerschaftsabbruchs, en: A. Eser/H.
G. Koch/E. Weigned (eds.), Zweites deutsch-polnisches Killoquium über Strafrecht
und Kriminologie, Baden-Baden, 1 986, p. 206 y ss.
23 Un control regular de política sanitaria de todas las mujeres en edad de concebir
que sirva a la consiguiente prevención de la interrupción del embarazo - como la
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
8. E L N U EVO D E R E C H O A L E M A N S O B R E LA
INTERRUPCI Ó N D E L EM BARAZO D E J U LIO DE 1 992
25
"Proyecto de ley para la protección de los hijos no nacidos" del diputado Wemer (y
otros) Bundestags-Drucksache 1 212875.
26 "Proyecto de ley sobre la legalización de la interrupción del embarazo y para asegurar
standards mínimos para las mujeres que interrumpen el embarazo" del diputado
Bliiss (y otros) y del grupo del PSD/Lista Izquierda, Bundestags-Drucksache 1 21
898.
27
"Proyecto de ley para asegurar la libre decisión de la mujer en relación con el
embarazo no deseado" del diputado Ch. Schenk (y otros) y de los grupos Pacto 90/
Los Verdes, Bundestags-Drucksache 1 21696.
28
"Proyecto de ley para la protección de la vida no nacida" de la fracción del CDU/
CSU. Bundestags-Drucksache 1 21 1 1 78.
29
"Proyecto de ley para la protección de la vida en gestación mediante el fomento de
una sociedad favorable a los niños mediante ayuda jurídica garantizada para la
familia y las embarazadas así como la educación sexual y la regulación de la
interrupción del embarazo (ley de ayuda a la familia y a la embarazada)" de la
fracción del SPD, Bundestags-Drucksache 1 2184 1 .
30 "Proyecto de ley para l a protección de l a vida en gestación, el fomento de una
sociedad favorable a los niños, para la ayuda en conflictos de embarazo y para la
regulación de la interrupción del embarazo (ley de ayuda a la embarazada y a la
familia)" de la fracción del FPD, Bundestags-Drucksache 1 2155 1 .
31
"Proyecto de ley para la protección de la vida prenatal en gestación, el fomento de
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
'''*'
porque también reconocía determ inadas exigencias de protec
ción de la vida, y que alcanzó también una sorprendente mayo
ría parlamentaria de 355 votos afi rmativos contra 283 negativos
y 1 1 6 abstenciones32 •
El espacio aqu í disponible no permite lamentablemente es
tudiar todas las disposiciones de esta completa "Ley de ayuda a
la embarazada y a la familia" , que se dedica - como también se
deriva del títul o completo -33 no sólo a la i nte rrupción del emba
razo, sino i ncluso con más i ntensidad a d iferentes p roblemas
de plan ificación familiar y anticoncepció n . Pero al menos se hará
mención a las disposiciones penales en las que se trata de l a
admisibilidad de la i nterrupción d e l embarazo en l o s 3 primeros
meses y que, análogamente a m uchos otros países, fueron es
pecialmente controvertidos.
Al final del (en lo esencial inalterado) § 21 8 C P alemán en el
que se establece la p rohibición general de la i nterruppción del
embarazo, se encuentra en el p. 1 . º § 21 8 a la siguiente excepción:
"La interrupción del embarazo no es antij urídica s i :
1 . L a embarazada solicita la i nterrupción d e l embarazo y ha
notificado al médico a través de una (determi nada) certifi
cación que se ha dejado asesorar por lo menos 3 d ías an
tes de l a i ntervención (consulta de la embarazada en una
situación de necesidad y de conflicto) .
2 . La i nterrupción del embarazo se efectúa por u n médico y
3 . No han transcurrido m ás de doce semanas desde l a con
cepción".
La ratio que descansa tras esta reg ulación es esencialmen
te la siguiente :
Por de p ronto no fue ninguna sorp resa que el Tri bu nal Cons
titucional federal paralizara con base en una "orden p rovisio-
Reforma de la regulación alemana sobre el aborto
DERECHO ECOLOGICO
DERECHO ECOLÓGICO (*)
puede ser p rete nsión de este artícu lo la superación (incl uso sólo
de modo aproximativo) de tales déficits. Por el contrario, lo que
se i ntenta es, más bien, contribuir de la manera más i mparcial
posible a l a clarificación de la p roblemática fundamental . Por
ello se trata m enos de detalles técnico-j urídicos que de las tres
consideraciones básicas siguientes :
- la cuestión del merecimiento de protección: por qué y en
qué medida, la natu raleza y el ambiente son , en general ,
dignos de p rotección ;
- la cuestión de la necesidad de protección: hasta qué punto
esta p rotección debe ser de tipo ju rídico ;
- la cuestión de la capacidad de protección: en qué medida,
y con qué i nstrumentos ju rídicos , parece finalmente alcan
zable la p rotección req uerida.
1
Para los criterios de protección de las especies, cfr. § 22, pár. 1 BNatSchG.
Críticamente, al respecto, ERZ, 1 978, p. 75 1 y ss.
ltlil Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
2
Cfr. también BETIERMANN, 1 980, p. 1 2, que niega al bienestar animal todo
valor jurídico autónomo.
Derecho Ecológico lt)l
que las criatu ras vegetales sólo sean p rotegidas de modo ex
p reso frente a "enfermedades y organismos dañinos" (cfr. § 1 ,
pár. 1 Pflanze n Sch G ) . P e ro acaso tam b i é n deba cambiarse
le ntame nte de orie ntación a este respecto : los se res h u manos
comparten con l as p lantas determi nadas "necesidades" bási
cas , como , por ejemplo, l a dependencia del agua, aire y sus
tancias n utritivas. Si pudiera , además, demostrarse que en las
p lantas se dan reacciones q u ím i cas y eléctricas cuyas funcio
nes fueran bastante análogas a l as de las sensaciones h u ma
nas (BAC KST E R , 1 968, pág . 329 ; TRI B E , 1 980, pág. 61 ) , en
corto tiempo no pod ría quedar ya com pletamente fuera de dis
cusión , tam poco para las p lantas , la p rotección i n mediata de
s u bienestar conforme a s u especie (cfr. ya ROCK, 1 980, págs.
94 y ss . ; en contra debido a l a conocida carencia de deseos y
fines autónomos, F E I N B E RG , 1 980 , pág. 1 53)3•
Que todos estos i ntentos (recogidos aqu í sólo a título i l ustra
tivo) de buscar vías de escape normativas ( E P P L E R , 1 980, pág .
1 45) constituyen desde u n p rincipio obras impe rfectas , parece ,
sin embargo, incontestab le: los objetos de p rotección ambiental
y la i ntensidad de p rotección dependen mucho m ás del resulta
do de esfuerzos particulares de tipo técnico-j u r ídico que de con
sideraciones rel ativizadoras existenciales, sociales, estéticas e
incl uso antropocé ntricas (en l os m i s mos té r m i nos, MAYER
TASC H , 1 978 pág . 1 2 ; M Ü LLE R-STA H E L , 1 973, pág. 547;
WÁ LDE, 1 974, pág. 585) .
8
Así, cuando se entiende la protección del ambiente como "conj unto de medidas
que protegen el ambiente natural frente a las consecuencias dañinas de la
civilización . . " (HOPPE, 1 9 80, p. 2 1 5 y ss. , cfr. , también, KLOEPPER, 1 97 8 ,
.
p. 70).
Derecho Ecológico
•••
se d i rigió d u rante largo tiempo tan sólo al aseguramiento de
los recursos naturales. Se disti ngu ía entonces, e n u n p ri m e r
momento (como, de alguna manera , lo siguen haciendo toda
vía los Principios básicos de la Declaración de Estocolmo so
b re el ambiente h u mano, de 1 972}9, ú n icamente entre medios
ambientales renovables por s í m ismos - como el aire, el agua,
la tie rra, los ani males y plantas- y fuentes de recu rsos no reno
vables -como l as riquezas del subsuelo y los m i n e rales-, y la
p rotección se d i ri g ía sobre todo hacia la explotación modera
da y el aseguramiento de la regeneración del bien ambiental10•
No obstante , la capacidad de regeneración resu lta, e n buena
medida, asegu rada sólo en tanto quede garantizada la corres
pondiente dive rsidad de potencial genético, de la reserva de
mate rial h e red itario ( B U R G E R , 1 982 , pág. 52; RAUSCH N I NG ,
1 980 , pág . 1 69) . Merced a ello s e acentúa y s e h ace avanzar
al primer plano u n n uevo aspecto p rotector: e l ase g u ram iento
de u n a reserva genética .
Debido a lo anterior aparece también la conservación de la
diversidad de especie a la luz de una nueva perspectiva: no
sólo como potencial genético para "cultivos de resistencia" e n e l
ámbito de la flora o con fines d e l ucha biológica antiparasitaria
( Óko-Aimanach, 1 982/83, página 272, 342 y ss.) , sino también
de cara a la i nvestigación en el campo de la tecnolog ía genéti
ca, cuyas consecuencias no se nos alcanzan todavía plenamen
te . Con la posibilidad existente, desde 1 973, de aislar elemen
tos defin idos de la i nformación hereditaria (DNS) de cualquier
organismo y tomarlos para su combi nación , han quedado de
molidas las barreras naturales entre organismos1 1 • Ciertamente ,
9
Cfr. Principios 1 -5 de la Declaración de Estocolmo sobre el ambiente humano, de
1 6-6- 1 972. UNDoc./Conf. 48/ 1 4, p. 2 y ss.
10
Para evitar malentendidos: no se trata de la relativización del modelo de reciclaje o
procesos alternativos de ahorro de energía, sino de la integración y coordinación lo
más óptima posible de medidas que aseguren el éxito.
11 Acerca d e las posibilidades, pero también riesgos d e esta dirección investigadora,
cfr. B ATELLE INSTITUT, 1 979; GOEBEL, 1 979, p. 265 y ss.
''ª Temas d e Derecho Penal y Procesal Penal
17
Cfr. , a este respecto, la opinión disidente del Juez Douglas, Sierra Club v. Mortonn,
92 S. Ct. 1 36 1 ( 1 972); MAURER, 1 960, p. 12 y s,; TRIBE, 1 980, p. 20 y ss.
18 Recuérdese, por ejemplo, la discusión acerca de las condiciones de la instalación
de gallinas; cfr. , por un lado, BETfERMANN, 1 980, passim; de otra parte v.
LOEPER, 1 980, p. 420, así como LEYHAUSEN, 1 98 1 , p. 1 308; LOLINGER/
HARTMANN 1 980, p. 2762.
Derecho Ecológico IQI
dría ven i r a colación el efecto socialpsicológico de que cuanto
más g rande es la utilidad esperada, tanto menor resu lta la dis
posición a tomar en cuenta los daños para l a natu raleza y el
a m b i e nte sob reven idos como fe nómenos acompañantes no
deseados (cfr. M Ü LLE R-STAHEL, 1 973, pág. 535) . ¿ No debe
r ía n e n t o n c e s , p a ra la re l a t i v i z a c i ó n d e l f u n c i o n a l i s m o
antropocéntrico, tomarse e n consideración los valores d e l a na
tu raleza y el ambiente , al menos en cuanto exigencias l i m itativas
de la explotación?
Si se buscan más apoyos para el reconoci miento j u rídico de
titulares no h u manos de i nte rés , puede ser úti l , al respecto, el
sistema clásico de bienes jurídidos. A los bienes jurídicos, en
cuanto punto de partida de cada norma material de comporta
m iento , les incumbe la función de destacar p lásticamente los
bienes reconocidos socialmente como valiosos , se rvi r de g u ía
en l a i nterpretación normativa y precisar conductas (BAU MAN N ,
1 977 , págs. 1 37 y ss .) . Para l a i ntegración d e las necesidades
protectoras ecológicas se ofrece la disti nción, desde hace tiem
po conocida en Derecho penal , entre bienes jurídicos i ndividua
les y generales. Seg u ramente, también en los bienes jurídicos
colectivos (como pueden ser la segu ridad del Estado, la Admi
nistración de J usticia o la segu ridad del tráfico rodado) se deja
senti r en ú ltima i nstancia u n fin protector del ser h u mano. Pues
en cuanto protección de las bases existenciales com u nes a to
dos los ci udadanos, constituyen p resupuesto del ejercicio de
los derechos individuales (NOLL, 1 971 , pág . 1 022) : no sólo, pues,
que se viva, sino también cómo se vive debe ser fundamental
mente la meta de todo ordenam iento jurídico. Claro que, a pe
sar de esta relación última con el ser h umano, es asi m ismo co
rrecto otorgar a estos bienes un valor p ropio supraindividual , en
cuanto despuntan por encima de los seres humanos individua
les (C RAM E R , en SCH Ó N KE-SC H R Ó D E R , 1 982 , anotación 8 ,
p revia al § 324; R Ü D I G E R , 1 976, págs . 8 4 y ss. ) . De modo s i m i
lar, e n el caso de l o s bienes ambientales no debe rechazarse
tam poco de antemano una posible p rotección en razón de s í
m i s m os (as í también NOLL, 1 97 1 , pág. 1 022 ; TI E D EMAN N ,
• v• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
6. Resultados provisionales
En la medida en que los bienes ambientales , en su calidad
de medios ambientales, sean i m putados al espacio vital biológi
co en sentido estricto -como el aire , agua, suelo y, también, la
calma (R Ü D I G E R , 1 976, página 92)- , el merecimiento de p ro
tección debería quedar fuera de toda duda porque se trata , en
este caso, de fuentes de existencia insustitu ibles y absol uta
mente necesarias para la vida tanto de los seres humanos como
de los animales y plantas (KU NZ, 1 973 , pág . 87; NOLL, 1 973,
página 394) .
Al lado de estos bienes biológ icos de la comunidad se en
cuentran los bienes ambientales bióticos - como los ani males,
las plantas y demás seres vivos - me recedores de p rotección
con independencia de consideraciones humanas de orden utili
tario, a cuyo respecto sólo se ha recordado aqu í l a imperiosa
necesidad de la rese rvas genéticas , que, por su parte, p recisan
de la protección de especies y clases , as í como del equ i l i b rio de
un ecosistema. Aun cuando, consiguientemente, se aluda ya a
111. N E C E S I D A D D E P R OT E C C I Ó N : A C E R C A D E L A
IN DISPENSABILIDAD DE LA PROTECCI Ó N J U R ÍDICA D E L
AM BIENTE
23 Acerca del presente desarrollo técnico-legal, cfr. infra IV, núm. 1 y ss.).
Derecho Ecológico
26
Estamos preparados para aceptar éste y otros reveses es una pregunta cuya respuesta
presupone una amplia discusión acerca de la calidad de la vida que, en sentido
propio, sólo acaba de comenzar.
Derecho Ecológico '"'
28
Para otras posibles causas, cfr. B UCKENBERGER, 1 975, p. 2 1 6 ; MAYER-TASCH,
1 978, p. 9 y ss. ; Oko-Almanach 1 982/83 , p. 23 y ss.
Derecho Ecológico
,, ,,
la afi rmación de que el actual derecho del ambiente no puede
cu m p l i r adecuadame nte s u cometido , pero sería equ ivocado
querer extraer de ah í la concl usión de que para garantizar una
mejor protección del ambiente habría que dejar que rigieran, en
l ugar del ordenamiento jurídico, solamente las leyes y mecanis
mos del mercado (as í, al parecer, CAN S I E R , 1 975 , pág. 1 06) . El
hecho de rechazar una forma de derecho no es ningún a rgu
mento para que tenga que rechazarse toda forma de derecho.
Ahora bi e n , qué apariencia pod r ía y d e b e r ía te n e r u n tal -
pretendidamente efectivo- derecho del ambie nte? Aunque se
ría osado querer presentar ya un concepto defi n itivo, vayan por
delante al menos algu nas pe rspectivas y l íneas d i rectrices que
hab ría de seguirse para una fructífera mejora del derecho del
ambiente . De modo general , es i m portante tomar aqu í en consi
deración la com plejidad de los factores que determinan la cali
dad del amb iente, las variadas formas de aparición de los da
ños al m ismo y la insuficiente capacidad de d i rección de los
elementos de control extraj u rídico. Tampoco deben pasarse por
alto las expe riencias que i ndican que una aplicación escrupulo
sa, prefe rente me nte represiva, de la normativa protectora del
ambiente , ha carecido hasta ahora de éxitos decisivos (M Ü LLER
STAH EL, 1 973, pág . 548)
30 Sobre las causas, cfr. DELLMANN, 1 975, p. 588 y ss.; KÓLBLE, 1 977, p. 1 ;
LÜCKE, 1 976, p. 289; MAYER-TASCH, 1980, p. 1 5 y s . ; RAUSCHNING, 1 980,
p. 178.
Derecho Ecológico 1@1
bos y perj u icios de hipotética escasa i ntensidad permanecen
por debajo del umbral de los derechos fundamentales, no debe
ría la Ley Fundamental , en cuanto acto de formación de la vo
l untad estatal del más alto rango dejar de j ugar su baza en rela
ción a su potencial de ordenación j u rídico-ecológica.
3 . P ro f i l ax i s d e l a m b i e nte m e d i a n t e e l D e re c h o
administrativo
Si no se quiere apl icar la terapia sólo cuando los daños al
ambie nte ya se han p roducido, sino que se aspi ra a evitar la
producción de tales daños ya de manera preventiva, habrá que
aumentar la contu ndencia del derecho p rotector del ambiente ,
en primera l ínea, con los medios del derecho público ad m i n is
trativo. Ello, sobre todo, en una triple d i rección:
- mediante medidas j u rídicas de planificación de aprovecha
mientos y estructu ración económica, como p rotección ante
amenazas abstractas a la cal idad del ambiente ;
- a través de medidas de gestión atentas y garantes de la
protección del ambiente como defensa frente a peligros
concretos;
- as í como por medio de la participación del ciudadano en la
puesta en práctica del derecho de protección del ambiente . ,
tanto a través d e u n a mayor transparencia en las decisiones
como mediante la ampliación del acceso a la J usticia.
33
Sobre las posibilidades de una integración de intereses vecinos, cfr. OPPERMANN/
KILIAN, 1 98 1 , passim, así como infra IV. 6.
Derecho Ecológico ••
portados en parte por los particulares, en parte por el sector
públ ico o por la generalidad. Si por ejemplo, se levanta u na i ns
talación de p rod ucción con emisiones, las consecuencias , a
pesar de las cargas adm i n i strativas -pues éstas fijan ya valores
máximos de em isión- no se lim itan a la empresa. As í, por ej . ,
puede dis m i n u i r e l i nterés recreativo d e los bosques afectados
por los residuos de la emisión, descender la cal idad de las aguas
o incl uso aumentar e l número de las enfermedades. Los costos
de ello no aparecen , en la mayoría de los casos, en el apartado
de costos de la contabi lidad empresarial (de entre las numero
sas causas cabe citar aq u í p roblemas de causalidad y déficits
de ejecución) . Con la i nternalización de los efectos externos debe
i ntentarse una reconducción de las consecuencias de aquellas
decisiones que afectan al ambiente al cálculo de costes de la
u nidad decisoria responsable. Como consecuencia de ello, l a
empresa -esti m u lada p o r el principio del beneficio o éxito- s e
verá obligada a reduci r al m ínimo aquellos efectos que ahora
aparecen como costes (CAN S I E R , 1 975, págs. 35 y ss . ; WÁLDE,
1 974, pág . 601 ) .
Punto d e partida d e esta reflexión e s l a opinión d e que, en
tre todos los impl icados en la estructu ra causal de los daños al
ambiente , son l as e m p resas las que mayores alternativas de
actuación poseen , las que controlan el origen i n mediato de los
daños y las que disponen de la mayor i nformación. Los s ujetos
económicos reaccionan en m uchos aspectos de manera más
sensible a las i n iciativas i mpositivas estatales y son por ello, en
cuanto m i n i m izadores de costos sociales , e l p unto de arranque
apropiado para una reducción de los daños. Según el principio
de l a opti mación económica, es necesario cargar a la empresa -
en su caso con ayuda estatal para su adaptación- con los cos
tes sociales marg inales que surgen cuando se i ncrementa una
producción de modo g ravoso para e l ambiente34•
35
Sobre la controversia en torno a las condiciones de mantenimiento de las gallinas,
cfr. BETI'ERMANN, 1 980, así como supra, nota 1 8.
36
Considerando las relativamente escasas posibilidades de que se haga realidad la
Derecho Ecológico
••
3.4. El elevado g rado de intensidad de la regulación planifi
cadora en la Repúbl ica Federal de Alemania está en manifiesto
contraste con la escueta capacidad pol ítica de actuación y con
el escaso éxito en la consecución de los fines ( Óko-Aimanach,
1 982/83, pág. 1 45) . Todas las medidas p rofi lácticas sirven de
poco si no pueden ser puestas en práctica de modo coactivo en
los casos necesarios, pues sólo con la planificación y la i nciden
cia sobre el sistema de precios no puede establecerse una ba
rrera infranqueable a los daños al ambiente. De ah í que cobre
especial relevancia práctica la imposición coactiva de leyes pro
tectoras del ambiente, especialmente allí donde se trate de la
defensa frente a peligros concretos -por ej . , el no rebasar l ím i
tes de contaminación determinados-. En este campo de la eje
cución hay, sin embargo, algo que deja m ucho que desear, pues
las autoridades competentes -pese a que son , como tales, el
primer ejecutor- se cuentan el las mismas entre los m ayores pe
cadores en materia ambiental. Una parte considerable de los
daños a éste se basa p recisamente no en la falta de leyes, sino
en que las leyes existentes no se toman en consideración n i se
apl ican de manera suficientemente estricta, debido a conside
raciones pol íticas y económicas .
La conciencia de q ue la actual concepción j u r ídica individua
l ista posibil ita sólo de manera muy limitada una protección del
ambiente en vía judicial es la causa de la exigencia de una legi
timación procesal de ciudadanos y asociaciones en el derecho
ambiental (MAYEA-TASC H , 1 974 , páginas 4 1 y ss; R E H B I N D E R
y colaboradores, 1 972; U LE/LAU B I N G E R , 1 978, passim). D e
38 Sedes materiae son los §§ 905, 906; 823 1, Il; 8 1 2, 677; 1 007; todos ellos del BGB
39 Así, sin embargo, SPAEMANN, 1 980, p. 204; W ÁLDE, 1 974, p. 6 1 9.
40
A tal efecto, el reparto de la carga de la prueba podría configurarse de forma flexible:
el causante podría, por ej . , correr con la carga de la prueba de que las emisiones no
Derecho Ecológico '"'
43 Ley de reforma del Código Penal de 28-3- 1 980, en vigor desde el 1 -7- 1 980.
44
En todo caso, el concepto de ambiente parece concebido todavía en términos
Derecho Ecológico 1(;1.-1
mediante el reconocim iento de bienes jurídicos ecológicos i nde
pendientes podrían salir del anonimato las víctimas , podría fre
narse la creciente desconexión entre el ser h umano y la natu ra
leza, pod rían , en fi n , abandonar la naturaleza y el ambiente su
aislada posición (FRI ELI N G HAUS, 1 972, pág . 1 70; NOLL, 1 97 1 ,
pág. 1 024) . Esto va siendo reconocido también de forma cre
ciente por la ju risprudencia, por ejemplo, cuando i ntenta desa
rrollar un concepto autónomo de sufrimiento en la p rotección
j u rídica de los ani males (OLG Frankfurt, NJW 1 980, pág . 409 ;
OLG Düsseldort NJW 1 980, pág . 4 1 1 ) o califica i ncluso al am
biente como bien j urídico en s í independiente (LG Bremen N StZ
1 982 , págs. 1 64 y ss. ) . El hecho de si (y en qué medida) hab ía
que conceder por encima de ello también a los seres vivientes
no h umanos - sobre todo a los animales - ciertos derechos p ro
pios, p recisará de u lteriores consideraciones45, entre otras co
sas con el fi n de relativizar el principio antropocéntrico, excesi
vamente estrecho, y acentuar el peso de aquélla en l a pondera
ción del hombre y la natu raleza.
Por lo que se refiere a las direcciones de protección, habría
que complementar la existente frente a la contaminación - ya
relativamente elevada -46, a través de las penas existentes con
tra el despilfarro ( H E R RMAN N , 1 979, pág. 296) . Frente a una
desdeñosa sociedad consumista y derrochadora, teniendo en
cuenta e l carácter l i mitado de los bienes naturales reproduci
bles y en i nterés asi mismo de una simbiosis pacífica de natu ra
leza y civilización , tendría que hacerse patente , mediante los
correspondientes tipos penales, que no se trata solamente de la
V. CONCLUSI Ó N
51
Sobre el desarrollo de la praxis informativa de actividades que menoscaban el
ambiente, cfr. LANG, 1 980, págs. 529, notas 76 y ss.
'*''' Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
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SOBRE LA EXALTACIÓN DEL
BIEN JURÍDICO A COSTA DE LA "
VICTIMA *
*
Conferencia pronunciada en el paraninfo de la Facultad de Derecho de la Universidad
Peruana Los Andes con motivo del otorgamiento del título "honori s causa" al autor,
en Huancayo, el 8 de noviembre de 1 997.- Esta conferencia se basa en el artículo
"Rechtsgut und Opfer: Zur Ü berhohung des einen auf Kosten des anderen",
publicado en: U. Immenga et al. , Festschrift für Emst-Joachim Mestmacker, Nomos
Verlag, B aden-B aden 1 996, pp. 1 005- 1 024. La traducción fue reali zada por el
profesor MANUEL CANCIO MELI Á de la Universidad Autónoma de M adrid.
Debo especial gratitud a los señores HAEUSERMANN, licenciado, y MARIUS
KOHLER, cand. jur. , por su contribución en la recogida y preparación del material.
UN COM ENTARIO PERSONAL PREVIO
1
Respecto de la expresión y del contexto de dos afirmaciones de KA NT en este
sentido, cfr. infra en el texto correspondiente a la nota 20.
2 Cfr. últimamente E.-J. MESTMÁCKER "Aufk:liirung durch Recht" en: H.-F.Fulda/
R.P. Horstmann (ed.), Vernunftbegriffe der Moderne, Stuttgart 1 994, pp. 55-72, así
como el trabajo mencionado en la nota 3.
lf;tl Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
El D E LITO C O M O R E S C I S I Ó N DE LA CO M U N I DA D
HUMANA
21 KANT (nota 1 7), p. 333: "¿Pero qué significa: 'si le robas, te robas a tí mismo'?
Quien roba, produce inseguridad respecto de la propiedad de todos los demás; se
priva a sí mismo, por tanto (conforme al derecho de la retribución) de la seguridad
de cualquier propiedad posible; no tiene nada y nada puede adquirir, pero quiere
vivir; siendo esto sólo posible de modo que otros le alimenten".
''*' Temas d e Derecho Penal y Procesal Penal
22
Cfr. respecto de la teoría del Derecho penal de KANT sobre todo A. DYROFF, "Zu
Kants Strafrechtstheorie", Archiv für Rechts- und Wirtschaftstheorie 17 ( 1 923), p.
3 5 1 y ss. ; H. MAYER, "Kant, Hegel und das Strafrecht", en: P. B ockelmann et al.,
Festschrift für Karl Engisch zum 70. Geburtstag, Frankfurt/Main 1 969, pp. 54 a
80, especialmente p. 56 y ss. ; O. HÓFFE, lmmanuel Kant, 2• edición, München
1 988, p. 234 y ss.; respecto de la teoría del Derecho de KANT cfr. G. DULCKEIT,
Naturrecht und positives Recht bei l. Kant, Aalen 1 987: B . LUDWIG, Kants
Rechtslehre , Marburg 1 9 8 5 ; P. UNRUH, Die Herrschaft der Vernunft - Zur
Staatsphilosophie /, Kants, Baden-Baden 1 993.
23
El hecho de que aparentemente hasta el momento ni siquiera se haya intentado un
análisis de este punto en los escritos de KANT respecto de su concepción del delito
- a menos que haya pasado por alto un trabaj o en ese sentido, lo que en tal caso
ruego que me sea perdonado y que puede resultar comprensible respecto de un
juri sta en atención a las ingentes dimensiones de la bibliografía sobre KANT -
quizás esté motivado por que la teoría del Derecho de KANT estaba orientada de
modo primario a garantizar la posibilidad de una conducta moral. Esto, sin embargo,
no tiene porqué excluir una cierta tendencia hacia una "desindividualización" del
Derecho penal. Si se parte de que el imperativo categórico cumple dentro de la
filosofía moral de KANT la función de criterio ético conforme al cual se determina
la conformidad (necesaria para una actuación moralmente buena) de la acción
planeada con los mandatos morales de la razón, entonces también existe la
posibilidad de imaginar la actividad planeada - siguiendo el mismo esquema de
comprobación - como acción susceptible de ser realizada por todos, de modo que a
continuación puede ser analizada en atención a que pueda ser concebida sin
Sobre la exaltación del bien jurídico a costa de la víctima lf:PJ
Por otra parte, sin embargo, hay que deci r - para evitar ya en
este punto posibles malentendidos - que la concepción del deli
to de KANT, incl uso interp retada como antes se ha expuesto ,
protegido por e l Derecho: la libertad. Por lo tanto, también en la teoóa del Derecho
de KANT cabe observar primeros puntos de partida de una abstracción desde lo
individual hacia lo general-objetivo, sin que por ello debiera perderse de vista su
ubicación histórica.
24
Desde una perspectiva general sobre la influencia de KANT sobre FEUERBACH,
cfr. K. AMELUNG, Rechtsgüterschutz und Schutz der Gesellschaft, Frankfurt/Main
1 972, p. 33 y s., y FISCHL (nota 1 6), p. 1 46 y s.
25
Así la versión inicial - que, sin embargo, fue objeto de varias modificaciones en
posteriores ediciones - en la primera edición de P.J.A. FEUERBACH, Lehrbuch
des gemeinen in Deutschland geltenden peinlichen Rechts, GieBen 1 80 1 , § 26 (p.
21 y s.), mientras que la 3• edición ( 1 805) comete un delito "quien lesiona la
libertad garantizada por el contrato ciudadano y asegurada por leyes penales" (p.
22), y finalmente en la 1 3" edición ( 1 840) se habla de "la libertad garantizada por
el contrato del Estado asegurada en leyes penales" (p. 45).
26 FEUERBACH, ibidem
Sobre la exaltación del bien jurídico a costa de la víctima 1p11
tos para no ser olvidada en el Derecho penal , i ncluso aunque
en la pun ición del asesinato, de l as lesiones corporales, de las
i nju rias y del h u rto o robo se trate también de obtener la p rotec
ción de la vida, de la i ntegridad corporal, del honor o de la p ro
piedad como tales. Pero ya FEU ERBACH fue incapaz de man
tener de modo pleno su punto de partida basado e n una lesión
de u n derecho subjetivo, al incl u i r más adelante entre los del itos
en sentido amplio también meras i nfracciones de policía, las
cuales - desde su pe rspectiva - tan sólo lesionaban el derecho a
la obediencia del Estado, es decir, atribuyendo de este modo
i n cl u s o acci o n e s q u e s ó l o e ra n i n m o ra l e s o f o rm a l m e nte
antij u r ídicas al g rupo de las lesiones del Derecho27• De este
modo, su posición i n icial , orientada en principio hacia la p rotec
ción de la libertad individual , ofrecía un flanco desprotegido por
el que pronto penetró el n uevo paradigma de una concepción
más general de la protección y del i njusto, que es el que domi n a
hasta e l d ía de hoy.
34
BIRNBAUM (nota 33), especialmente p. 1 78.
35 Cfr. BIRNBAUM (nota 33), p. 1 69, en donde critica la clasificación incorrecta de
FEUERBACH.
36 Cfr. AMELUNG (nota 24), p. 35 y ss.
37 Cfr. respecto de esta cuestión infra en el punto relativo a las perspectivas político
criminales.
38 Así, por ejemplo, al constatar - si bien de modo poco claro, como ha resaltado también
1@1 Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
SINA (nota 29, p. 21) - que "el concepto más natural de lesión parece ser aquel en el
que lo referimos a una persona o a una cosa, especialmente a una cosa que pensamos
como nuestra, o a algo que para nosotros es un bien, que puede sernos sustraído o
disminuido por la acción de otro" (BIRNBAUM, nota 33, p. 1 50).
39
Por ejemplo, cuando B IRNBAUM - en una formulación que probablemente tampoco
hubiera podido ser más liberal de haberla realizado el propio FEUERBACH, como
afirma SINA (nota 29, p. 27) constata (nota 33, p. 1 80): "Especialmente, la
-
53 Cfr. AMELUNG (nota 24) , pp. 82 y ss., 94; SINA (nota 29) , p. 47 y ss.
54 ZStW 8 ( 1 888), p. 1 4 1 y SS.
55 Lehrbuch, 3' edición, p. 20.
56 Lehrbuch, 6a edición (Berlín 1 894), p. 49.
57 Cfr. con más detalle acerca de la historia del desarrollo de la misma SINA (nota
29), p. 54 y ss. ; AMELUNG (nota 24), p. 85 y ss., 1 02 y ss. ; HASSEMER, Theorie
(nota 29), p. 1 7 y s . ; respecto de mi propia posición - que, sin embargo, posiblemente
necesite de revisión en función de una nueva reflexión sobre la cuestión - cfr.
ESER, Harm (nota 28), p. 3 8 1 y ss.
58 Cfr. respecto de los detalles AMELUNG (nota 24), p. 9 1 .
qw:w Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
tatal"64.
I ncluso en aquel los casos en los que se recogieron dentro
de la escueia helegiana las sugerencias de B I R N BAUM en tor
no a una doctrina del bien jurídico, como especialmente por parte
de HÁLSC H N E R , en la especial forma y confi g u ración del Dere
cho en cuanto objeto p róximo del delito se ve "tan sólo el medio
en el que toman apariencia aquellos i m pulsos de voluntad que
contravienen el Derecho en s í"65•
También en el p resente siglo - conectado ahora con la ulte
rior evolución después de V. LI SZT66 -, a ú n con menor razón
cab ía esperar una m aterialización de tendencia i ndividual del
paradigma de bien j urídico - que ahora ya h ab ía logrado i mpo
nerse - de aquellas teorías del delito que (de modo similar a la
73 Cfr. en detalle SINA (nota 29), p. 79 y ss.; AMELUNG (nota 24), p. 2 1 6 y ss.,
especialmente p. 226 y ss., 25 1 y ss.
74 Cfr. infra texto correspondiente a la nota 87.
75 Cfr. , por ejemplo H.-H JESCHECK, Lehrbuch des Strafrechts. Allgemeiner Teil, 4•
edición, B erlín 1 9 88, p. 6 y s s . ; ROXIN, Strafrecht (nota 6), p. 1 1 y s s . ; R.
MAURACHIH. ZIPF, Strafrecht Allgemeiner Teil, vol, 1, 8• edición. Heidelberg
1 992, p. 266 y SS.
76 Cfr. RUDOLPHI (nota 30), p . 1 5 1 ; cfr. también TH. LENCKNER, en: A.
SCHONKE/H . S CHRODER, StGB, 25• edic i ón, M ü nchen 1 996, números
marginales 8 y ss. previos al § 1 3, con ulteriores referencias.
77 E. SCHMIDHÁUSER, "Der Unrechtstatbestand", en: Festschriftfür Karl Engisch
(nota 22), pp. 433-455, especialmente p. 445 y s . , aunque la separación entre objeto
del bien j urídico y del hecho al principio tan solo se insinuó, siendo desarrollada
más tarde en su Parte General (Strafrecht Allgemeiner Teil, Tübingen 1 970, p. 24
y SS.).
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
S O B R E E L R E Q U I S ITO D E L B I E N J U R ÍD I C O C O M O
LIMITACI Ó N D E L DERECHO PENAL
quien emprende un intento en ese sentido con un concepto previo al Derecho penal
y antropocéntrico de bien jurídico. Que, sin embargo, tal coherencia liberal no es
en absoluto obligada fue demostrado ya por BIRNBAUM , al servirle la superación
de la lesión del derecho de FEUERBACH por medio de la lesión del bien
precisamente para poder aprehender penal mente la lesión de "bienes comunitarios",
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
como las ideas religiosas y morales del pueblo (cfr. supra texto correspondiente a
la nota 34).
87 Así el planteamiento de SCHAFFTEIN (nota 70), DStR 2 ( 1 935), pp. 97, 1 0 1 . Más
en detalle al respecto SINA (nota 29), p. 80 y ss. y AMELUNG (nota 24), p. 23 1 y
SS. , 235 y SS.
88 Es mérito particularmente de AMELUNG (nota 24, especialmente p. 330 y ss.) el
de haber ofrecido una contribución fundamental a esta "doctrina de la ' lesividad
social ' del delito"; cfr. además C. ROXIN, "Sinn und Grezen staatlicher Strafe",
JuS 1 966, p. 377 y ss. , así como RUDOLPHI (nota 30), p. 1 54 y ss.
89 Cfr. especialmente H. JAGER, Strafgesetzgebung und Rechtsgüterschutz bei
Sittlichkeitsdelikten, Stuttgart 1 957; además C. ROXIN, "Franz v. Liszt und die
kriminalpolitische Konzeption des Altemativentwurfs", ZStW 81 ( 1 969), p. 6 1 3 y
SS., 622 y SS.
90 Cfr. sobre esto, por ejemplo, ROXIN, Strafrecht (nota 6), p. 14, partiendo de
RUDOLPHI (nota 30), p. 1 58 y ss. , quien tomaba como punto de referencia el
principio de la constitución en Estado de Derecho.
Sobre la exaltación del bien jurídico a costa de la víctima
Pero por muy ace rtados e importantes que sean estos pos
tu lados , no cabe espera r de el los un efecto ! i m itador demasiado
i mportante . Pues mientras la lesividad social se equi para a la
lesión de u n bien j u rídico, o bien la lesividad social depende de
lo que en primera i nstancia se haya defi nido como bien juríd ico,
o bien , a la i nversa, resultará necesario - para siquiera poder
alcanzar algún efecto de descri m inalización - partir de una defi
nición prejurídica de la lesividad social, respecto de la cual , a su
vez, habrían de determ inarse los criterios mate riales decisivos .
En este contexto, tampoco cabe esperar que el Derecho consti
tucional ofrezca u nas l i m itaciones de especial relévancia. P ues
aún l i m itando la cri m i nal ización a aquel las conductas que de
ben considerarse socialmente lesivas , por menoscabar i nte re
ses individuales o generales socialmente reconocidos, y que
deben valorarse como lesivas de bienes j u rídicos, por afectar al
ámbito de protección jurídico-constitucional91 , el ámbito suscep
tible de ser abarcado por el Derecho penal sigue siendo m uy
amplio92• N i siquiera los bienes juríd icos colectivos93 - que se
encuentran en u n proceso de constante expansión, sobre todo
en el ámbito del Derecho penal de la econom ía y del medio
ambiente - podrán ser excluidos de este modo, a menos que se
quiera l i m itar por vía de una decisión legislativa al Derecho pe
nal por p ri ncipio a los bienes individuales , como ha sido p ro
puesto - en contra de la tendencia general de la legislación -
91 Cfr. con más detenimiento acerca de tal concepto de bien jurídico, basado en un
interés fáctico en cuanto substrato valorativo, reconocido por ciertas normas sociales
y que se encuadra en el ámbito de la Constitución, ESER, Harm (nota 28), p. 376
y SS.
92 También de acuerdo con el escrito de habilitación de O. LAGODNY, Strafrecht
vor den Schranken der Grundrechte, Freiburg (§ 7 B D , § 1 6 B ) , de próxima
-
94 Cfr. al respecto ya HASSEMER, Theorie (nota 29), pp. 68-86; idem, "Kennzeichen
und Krisen des modemen Strafrechts", ZRP 1 992, pp. 378-3 83; además, HERZOG
(nota 93); W. NAUCKE, "Schwerpunktverlagerung im Strafrecht". KritV 1 993.
pp. 1 35- 1 62; P.A. ALBRECHT, "Erosionen des rechtsstaatlichen Strafrechts", KritV
1 993, pp. 1 63 - 1 82.
95 Aparte del trabaj o mencionado en la nota 30, lo dicho es aplicable a H . -J .
RUDOLPHI, "Der Zweck des staatlichen Strafrechts und die strafrechtlichen
Zurechnungsformen", en: B. S chünemann (ed . ) , Grundfragen des modernen
Strafrechtssystems, Berlín, 1 9 84, pp. 69-84.
96
Cuando HASSEMER, Theorie (nota 29), habla de "lesión", ello sucede en cada
caso en relación con la lesión del derecho, cosa que no aporta nada a la cuestión
que ahora interesa. Cfr. , sin embargo, respecto de una valoración más positiva por
parte de HAS SEMER del papel de la víctima en el desarro llo del concepto de bien
jurídico infra nota 1 07.
Sobre la exaltación del bien jurídico a costa de la víctima fB!iJ
dente hacia la víctima. Para evitar la impresión de que ello pu
diera estar relacionado de modo exclusivo con la h istoria del
bien j u ríd ico, i ntentaré i ntroducir e n la consideración - antes de
l legar a una s íntesis final - algunos otros factores que han con
tribuido a hacer de la víctima del delito también una víctima de
la dogmática de l a teoría del delito.
Es uno de esos factores , por u n lado, la fijación primordial
en el autor que se ha constituido en l ínea rectora de la evolu
ción reciente del Derecho penal y de los esfuerzos e n materia
de reforma. Esta fijación comenzó ya en la época de la Repúbli
ca de Wei mar, entre otras cosas, mediante la i ntroducción de la
Ley de Tribunales de Menores, y se prolongó - s i bien con una
i ntención opuesta - bajo el nacionalsocialismo. En efecto, mien
tras en la época de la República de Weimar los esfuerzos se
d i ri g ían a la obtención de mejoras para el delincuente, especial
mente en el ámbito penitenciario97, el n acionalsocialismo puso
en el punto de m i ra al autor desde la perspectiva del "perturba
dor de la paz" que debía ser combatido98• El punto álgido de la
orientación hacia el autor se alcanzó más adelante sobre todo
en la discusión de reforma de los años sesenta, cuando ( espe
cial mente con el p royecto alternativo, en cuyos "principios" el
mandato de resocialización se u bicó con igual rango j u nto a la
protección de bienes jurídicos como fin de la pena99) las conse
cuencias del hecho para el autor ocuparon una posición central
en la discusión100• Esta fijación de los fines de la pena en e l
97 Más e n detalle al respecto R . SEIDL, Der Streit um den Straftweck zur Zeit der
Weimarer Republik, Frankfurt 1 974, p. 1 86 y s . ; H.-H JESCHECK, Strafrecht.
Allgemeiner Teil, 2• edición, Berlín 1 972, p. 75.
98 Cfr. , por ejemplo, R. FREISLER, "Willensstrafrecht"; "Versuch und Vollendung",
en: F. G ÜRTNER (ed.), Das kommende deutsche Strafrecht, Allgemeiner Teil, Berlín
1 934, pp. 9-36, especialmente p. 1 2.
99 Altemativ-Entwurf eines Strafgesetzbuches. Allgemeiner Teil, 2• edición, Tübingen
1 969, § 2, párrafo 1 °.
1 00 También la criminología - que fue posteriormente la primera en ocuparse de la víctima
- en aquel momento aún mostraba una orientación puramente dirigida hacia el autor.
Cfr. G. KAISER, Kirminologie, Heidelberg, 2• edición 1 988, p. 406 y ss.
En:l Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
PERSPECTIVAS POLÍTICO-CRIMINALES
3 Así la sentencia del OLG Karlsruhe NJW ( Neue Juristische Wochenschrift) 1982, 394.
=
MIR PUIG, Derecho Penal, Parte General, 2• ed. , 985, p . 424; RODR ÍGUEZ
DEVESA, Derecho Penal español, Parte General, 1 1 ' ed. , 1988, p. 5 1 4.
9 Así se expresa la jurisprudencia. Cfr. CEREZO MIR, Curso de Derecho Penal
español, Parte General I, 3' ed. , 2' reimpresión, 1 988, p. 1 74.
10 Como el .supuesto de la causa supralegal para la justificación de un aborto de
indicación médica, que en su día aún no se encontraba recogida y qu � se planteó en
una sentencia del Landgericht de 1 927 (RGSt 6 1 , 24 1 ), o el "riesgo permitido" que
actualmente tampoco está recogido legalmente. En términos generales TH.
LENCKNER, en SCHO NKE/SCHRO DER, StGB - Kommentar, 23• ed. , 1 988, notas
previas §§ 32 y SS., n° 25 , J OQ y SS.
11 Así en lo principal tanto la jurisprudencia civil como la penal: cfr. en detalle la
Lesiones deportivas y Derecho Penal
liD
Pero esta solución del consenti miento ha sufrido ya u n im
portante revés, en lo que a la responsabilidad civil se refiere, en
la sentencia del Bundesgerichtshof en BG HZ 34, 355 "Beifahrer
Fall"12. En este supuesto se trataba ciertamente sólo de resolver
la cuestión de si confiando en un conductor que obviamente no
está en condiciones de conduci r uno consentía como causa de
justificación en una lesión. Pero la argumentación , con la que el
BG H denegó el consentimiento, ha encontrado su aplicación en
todo tipo de actuaciones con riesgo, en las que naturalmente
hay que incl u i r el deporte. Pues si el BHG , en su i nte rp retación
de una "actuación a propio riesgo", entendía que al i nterpretar
el consenti miento como justificación en supuestos de posibles
daños de bienes j u rídicos se adoptaba una "posición artificial y
ajena a la vida real" y que, a su vez, por razón de su "incardinación
negocia! i nadecuada" (req uisito de capacidad contractual, ca
rácte r recepticio) no se pod ía considerar oportuno para alcan
zar soluciones adecuadas (BGHZ 34,355/360 ss.), por lo tanto,
hab ía que cuestionar consecuentemente también en otros su
puestos de actuaciones con riesgo la convenienci a de l a figura
del consentimiento .
La sentencia B G H Z 63 , 1 401 3 "PreBschlang-Fall" y a ha dado
pie a ello en el ámbito del fútboP4• Si partimos del hecho, dejan
do a u n lado la problemática de la prueba1 5 de que ambos juga
dores hayan golpeado a la vez el balón y u n o de el los haya
errado el golpe i nfringiéndole un daño al otro jugador, no se
16 Cfr. especialmente la cótica de W. GRUNSKY, Zur Haftung bei Sportunfii llen, JZ,
1 975, 1 09 y SS.
17 Cfr. en resumen TH. LENCKNER en SCH ONKE/SCHRO DER, StGB- Kommentar,
23 de. , 1 988, nota preliminar 39 y ss. ante § 32.
18 Cfr. infra nota 52.
IIAfll Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
19 Cfr. H.-H. JESCHECK, Lehrbuch des Strafrechts, AT, 4• ed. 1 988, p. 226 y ss. ;
LENCKNER, loe. cit., nota preliminar 1 07a ante § 32.
2° Cfr. E. DEUTSCH, VersR 1 974, 1 045/7 ss. ; H.J. HIRSCH en Leipziger Kommentar
al StGB (= LK), 1 0 ed. , 1 985, nota preliminar 93 ante § 32.
21 BGH VersR 1 976, 775/6.
Lesiones deportivas y Derecho Penal
'**'
4. Antes de seg u i r q ueda por mencionar u n aspecto de la
responsabil idad del que suele hacer uso la j u risprudencia civi l :
la culpab i lidad. Para no tener q u e decidi rse n i sistemática n i
materialmente22 en la discusión en torno a l a adecuación social,
a la acción a propio riesgo o al consenti miento, trata de desviar
la p roblemática al ámbito de la culpabilidad23• En parte se niega
que ese comportamiento sea una i nfracción de un deber (como
sería el caso de conductas adecuadas a las reglas de conducta
reglamentaria)24 y en parte se opta por determ i na r que en casos
de i nfracciones reglamentarias de carácter leve pueda exig írse
la al lesionado hacerse cargo de las consecuencias25•
Cierto es que con ello se han nombrado crite rios i mportan
tes de la responsabi l idad . Pero no puede dejar de resu ltar u n
tanto i rritante e l parecido fatal de esta solución de l a culpabili
dad con lo que en e l fútbol se denom i n a "freno de segu ridad"
para la defe nsa (entendido como recu rso ú ltimo a la falta in
tencional para evitar u n gol seg u ro) . S i n cubri r seriamente el
campo delante ro y central de l a ti p icidad y la justificació n , no
se hace uso del l ím ite de la responsabi l idad más q u e en e l
ámbito d e la culpab i l i dad . Esto q u i zás s e a posible en el dere
cho civi l pues aq u í al s ujeto que ha i nfe rido los daños sólo le
interesa saber si es responsable o no. Claro q u e también el
derecho civi l ha de te ner e n cuenta que no p u ede desvi rtuar
su sistema de responsabilidades por l a i n h i bición en l a resolu
ción de cuestiones tanto de fondo como estructu rales. E n el
Derecho penal , en cambio, el autor - s i n entrar e n cuestiones
22 Determinante para ello la sentencia del BGHZ 63, 1 40/4 ss. "PreBschlag-Fall".
23 Ya así en la sentencia del OLG Neustadt MDR (= Monatsschrift für Deutsches
Recht) 1 956, 550 "Vorwartssprung-Fall", así como también en la sentencia del
BGH NJW 1 976, 957 y ss. "Gratschsprung-Fall". En la misma línea E. DEUTSCH.
VersR 1 974, 1 045/8 ss.; P. M. FRIEDRICH NJW 1 966, 75/7.
24 Así especialmente DEUTSCH y FRIEDRICH, loe. cit.
25 En virtud de ello se negó en la sentencia del BGH NJW 1 976, 957 "Gratschsprung
Fall", una responsabilidad por rotura de tibia al ser bruscamente detenido un jugador
en un encuentro con otro.
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
26 Con razón BGHZ 63, 1 40/6 ss., BGH VersR 1 976, 755/6.
'PI Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
TI
Hasta aquí correctamente BGHZ 63, 140/6; cfr. también W, SCHILD, Jura, 1982, 523.
38 En este sentido OLG Neustadt MDR 1 956, 548/9 , B ayOLG JR (= Juristische
Rundschau) 1 96 1 , 72/3 , NJW 1 96 1 , 2072/3 ; J. BAUMANN, Strafrecht, AT. 9• ed.,
•• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
45 Cfr. sentencia del "Gratschsprung-Fall" BGH NJW 1 976, 957/8, sentencia del
BayOLG NJW 1 96 1 , 207213 "Torwart-Fall".
46 Cfr. sentencia del BayOLG JR 1 96 1 , 72 "BarfuB-Fall".
47 Cfr. E. DEUTSCH, VersR 1 974, 1 045/50; P. M. FRIEDRICH, NJW 1 966.755/60;
H. ZIPF, Einwilligung, p. 94 y ss.
IJnl Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
48
A este respecto no puede aplicarse otra cosa que en el supuesto del consentimiento
en un peligro; cfr. BayOLG JR 1 96 1 7214, NJW 1 96 1 , 2072/3 , TH. LENCKNER
en SCHO NKE/SCHRODER, nota preliminar 1 04 ante § 32; véase además infra
nota 52.
49
Instructivo sobre ello las sentencias sobre "Torwart-Fall" OLG Neustadt MDR
1 956, 548/9, y B ayOLG NJW 1 96 1 , 2072/3.
Lesiones deportivas y Derecho Penal fJII
este tipo sea siempre y obligatoriamente punible. Pues en el ámbi
to de la culpabilidad habrá que analizar hasta qué punto se podía
predecir subjetivamente la lesión llevada a cabo y, por otro lado, si
el lesionado hubiese podido actuar de otra manera dentro de una
exaltación común del juego50• Todo ello son preguntas que habrá
que resolver en función de las circunstancias de cada caso particu
lar y que conllevan innumerables problemas de prueba.
Dicho sea de paso, que incluso en supuestos de infracciones
de alto contenido de riesgo, no se puede excl uir de antemano
una justificación antepuesta al examen de la culpabil idad. Ello,
en efecto, no basado en el "riesgo perm itido", cuyos l ímites se
traspasan justamente aqu í, pero sí en el consentimiento indivi
dual en la lesión concreta51 • Al contrario de la aceptación general
del riesgo en los supuestos de "riesgo perm itido", aqu í no sería
suficiente la predisposición al enfrentamiento deportivo como tal ,
sino q u e más bien e l jugador tendría q u e consenti r una jugada
concreta que claramente conlleva riesgo. Esto puede darse cuan
do el portero se avalanza bruscamente sobre el atacante . De
pende, en última instancia, de si el afectado solo es consciente
del riesgo o de una lesión inevitable, para saber si nos encontra
mos ante un "consentim iento en el riesgo" o u n "consentimiento
en la lesión", si bien esta diferenciación termi nológica no tiene
ni nguna relevancia ju rídica, como ha puesto acertadamente de
manifiesto la sentencia del BayOLG en el "BarfuBspiei-Fall": "Quien
acepta el comportamiento causante del peligro, tiene que acep
tar también todas sus consecuencias"52•
IV. RESUMEN
I N ST I T U C I O N A L I ZA C I Ó N D E L A R B IT R A J E D E L
CON FLICTO Y D E LA I N D E M N IZACI Ó N D E DA Ñ OS V
PERJ UICIOS
na? Sin embargo res ulta dudoso que el citado autor se haya
man ifestado com pletamente en serio, habida cuenta de que
aspi ra a buscar "alternativas a la pena" y no a una abolición
radical del derecho penal . P retende, en defi nitiva, una reti rada
del i nstrumento pun itivo al l í donde la compensación y la preven
ción puedan ser suficientes para lograr el respeto a los bienes
j u rídicos del inte resado. Pero esto sólo parece posible en deter
m inados ámbitos delictivos , como en el caso del derecho penal
económico y del medio ambiente. Ahora bien, incluso en el su
puesto de que se tenga que recu rri r, más allá de la p u ra i ndem
n i zación , a l a i m posición de obligaciones adicionales como
"punitive damages" (incremento del resarcimiento en función de
la pena) o "community service" (trabajos en beneficio de la co
m unidad) , por más que se i ntitule a semejante forma de sanción
como "dere ch o de in te rve n ción s o cia l" ( " S o z i a l e m
l nterventionsrecht") , n o s e habrá encontrado tam poco u n susti
tutivo real para el derecho penal . Y esto es as í puesto que, sea
el que fuera el nombre q u e se le quiera dar, siempre que se
trate de la sanción con un mal adicional a causa de la lesión de
un bien jurídico, nos estamos refi riendo a la postre al derecho
penal. En cualquier caso, debe valorarse este tipo de esfue rzos
que, en contraste con la tendencia expansionista actual del de-
Una justicia penal "a la medida del ser humano"
••
recho penal , se d i rigen p recisamente a restringir su ámbito , acer
cando en mayor medida la solución del conflicto al sujeto i ntere
sado .
Este loable i ntento de contrarrestar la expansión actual del
derecho penal puede conducir, e n contra de lo p retendido, a
p ropuestas de solución erróneas como, por ejemplo, el esfuer
zo por asegurarle u n ámbito de existencia autónomo al derecho
penal, mediante la restricción del mismo a la sanción de los de
litos "clásicos' , reforzando, sin embargo, en estas constelacio
nes restri ngidas de supuestos , el monopolio de la violencia es
tatal, particularmente en relación a la retribución y al distancia
miento entre auto r y vícti ma. Quizá no haya otra posición que
demuestre con mayor n itidez en qué puede l legar a desembo
car un derecho penal orientado p ri mordialmente al Estado en
lugar de al ser humano. Para p reservar e l derecho penal como
i nstrumento de poder estata l , éste amenaza con convertirse en
fin en sí mismo, con la consecuencia de que en su reforma pa
rece producirse más una p rotección del derecho penal que la
p rotección a tra vés del derecho penal .
PE RSPECTIVAS
3 Confr. BINDING. Die Normen und ihre Ubertretung (Las normas y su infracción),
vol. 1 , 1 " ed. 1 872, pp. 1 66- 1 72.
WJ:nl Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
4 Confr. del área de habla alemán, entre otros, SCH NEIDER, Vikti mologie
(Victimología) . Tübingen 1 975, así como las antologías de KIRCHHOFF/SESSAR,
Das Verbrechensopfer (La víctima del delito), Bochun 1 979, y de SCHNEIDER,
Das Verbrechensopfer in der Strafrechtspflege (La víctima del delito en la justicia
penal), B erlín 1 982; además JUNG, Die Stellung des Verletzten im StrafprozeBss
(La posición del ofendido en el proceso penal), en: ZStW ( Zeitschrift für die
=
5
Confr. en particular JUNG (nota 4).
6 Erstes Gesetz zur Verbesserung der Stellung des Verletzten im Strafverfahren
(Opferschutzgestz) de 1 8. 1 2. 1 986, BGB I . (=Bundesgesetzblatt - Teil) I, p. 2496.
Acerca de los trabajos preparatorios y modificaciones puntuales de esta ley confr.
RIES S/HILGER. Das neue Strafverfahrensrecht (El nuevo derecho procesal penal),
en: NStZ (= Neue Zeitschrift für Strafrecht) 1 987, pp. 1 45- 1 57, 204-209.
7 WEIGEND. Das Opferschutzgesetz - k1eine Schritte zu welchem Ziel? (La ley de
protección a la víctima - pequeños pasos hacia qué meta?), en: NJW (= Neue
Juristische Wochenschrift) 1 987, pp. 1 1 70- 1 1 77, y en respuesta a ello TENTERI
SCHLEIFENBAUM , Opferschutz - Fortschritte in kleinen Schritten (La protección
de la víctima - progreso en pequeños pasos), en: NJW 1 988, pp. 1 766- 1 768.
IJ:tj Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
9
Confr. ESER en: SCH ONKE/SCHR ODER, Kommentar zum StGB (Comentarios
al Código Penal), 23• ed. , München 1 988 § 248a Rn. 25 y s.
10 Confr. STREE, en: SCH O NKE/SCHRODER, § 232 Rn. 5.
11 Confr. STREE, en: SCH ONKE/SCHR O DER, § 303c Rn. 6 y s.
La víctima en el proceso penal
12 Confr. KLEINKNECHT/MEYER, StPO, 3 8' ed. München 1 987, § 376 Anm. 2 así
como las "directivas para el proceso de pena y de multa (RtStBV)" allí impresas en
apéndice A 14 de 1 del 4 de 1 986, núms. 86 párr. 2, 229 párr. 1 , 232 párr. 1 , 233,
260 párr. 1, 26 1 .
13 Hoy sin embargo esto ya no ocurre automáticamente (como aún era el caso según § 377
Abs. 3 StPO derogado a través de la ley de protección a la víctima), sino que necesita
de una especial "declaración de adhesión" (§ 396 StPO) y, además, limitado al círculo de
autorizados a ejercer la acción accesoria mencionados en § 395 StPO (confr.
KLEINKNECHT/MEYER, StPO § 377 Rn. 1 2, RIESSIHILGER NStZ 1 987, 1 53).
14 Confr. JUNG (nota 4), pp. 1 1 58 , 1 1 66 y s.
IJ:{;I Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
17
Para más detalles sobre la posición jurídica del actor accesorio que es mejorada de
forma no poco i mportante a través de la ley de protección a la víctima (supra nota
5), confr. RIES S/HILGER (nota 6), p. 1 54 y s.
La víctima en el proceso penal
18
Confr. JUNG (nota 4), p . 1 1 64 y s.
IJlll Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
2° Confr. GREBING, Die Moglichkeiten der Entschadigung des Opfers einer Straftat
in franzosischem Recht (Las posibilidades de indemnización de la víctima de un
delito en el derecho francés), en: Rev. Int. de Droit Pénal 1 973, pp. 33 8-354 así con
infra IV.4.2.
•n• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
21 Confr. PETERS , Strafprozess (El proceso penal), 4" ed. , Karlsruhe 1 985, p. 586 y
SS., JUNG (nota 4), p. 1 1 70 y S.
22 Confr. WEIGENG (nota 7), p. 1 1 76.
23 Gesetz über die Entschadigung für Opfer von Gewa1ttaten (OEG), en: BGBl, 1 976
1 p. 1 1 8 1 ; nueva versión en BGBl. 1 986 1 p. 2.
24 KLEINKNECHT, StPO, 25" ed. 1 98 1 , apéndice A 5 comentario preliminar 1 a § 1
OEG.
25
Sobre ulteriores detalles acerca de este proceso de indemnización jurídico-público
confr. SCHULTZ-LÜ KE/WOLF, Gewalttaten und Opferentschadigung (Actos de
violencia e indemnización de la víctima), 1 977, así como el comentario de KUNZ,
Gesetz über die Entschadigung für Opfer von Gewalttaten (La ley sobre la
indemnización de la víctima de actos violentos), München 1 98 1 .
La víctima en el proceso penal
'*'
Aunque también puede haber otras y quizás i ncluso mejores
sol uciones para la indemnización de la víctima26, sin embargo ,
con l a alcanzada hasta ahora se ha i n iciado en todo caso un
cambio fundamental . Si hasta ahora el Estado había permane
cido demasiado u n i l ate ralmente fijado en la punición del del ito
abandonando a la vícti ma a sus propios recursos, en la actuali
dad , justamente se le dedica más atención , puesto que la paz
j u rídica, la cual se ha visto afectada por el del ito, tan sólo es
restablecida de verdad cuando se haga justicia no sólo al autor,
sino también a la vícti ma.
26 Acerca de tales esfuerzos confr. JUNG (nota 4), p. 1 1 70 y stes. así como el informe
de derecho comparado de GREBING. Die Entschadigung des durch die Straftat
Verlezten (La indemnización del lesionado a través del delito), en: ZStW 87 ( 1 975)
p. 472 y SS.
27 Con más detalle a este respecto WEIGEND (nota 7), p. 1 1 72 y s.
MI Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
28
Así también la valoración de RIESS/HILGER, NStZ 1 987, 1 55, los cuales como
funcionarios ministeriales participaron de forma no poco importante en la
preparación de estas nuevas leyes procesales.
29 Véase a este respecto abarcando la situación alemana: FREHSEE, Schadenswie
dergutmachung als Instrument strafrechtlicher Sozialkontrolle (La reparación del
daño como instrumento de control social jurídico-penal), B erlín 1 987, con algunas
indicaciones de derecho comparado.
30
Véase en este tomo p. [se refiere a la fuente argentina] .
La víctima en el proceso penal
'*'
ción , ya q ue- con el "Proyecto de Cód igo P rocesal Penal de la
Nación"31 se presenta a la crítica i nternacional una obra de refor
ma que, en comparación con la situación j u rídica hasta el mo
mento , pretende mejorar sensiblemente la situación del ofendi
do en el proceso penal . El derecho vigente hasta el momento -
aunque sólo en el campo federal -, el "Código de Procedi m ientos
en Materia Penal para la J usticia Federal y los Tribunales Ordi
narios de la Capital y Territorios Nacional" (C P M P) de 1 889, con
cede al ofendido por u n delito perseguible de oficio en lo esen
cial32 el derecho a presentar una querella33.
Frente a esta situación, el proyecto p revé regulaciones esen
cialmente más diferenciadas . El campo de aplicación de la que
rella (ahora: querella excl usiva) se l i mita a los delitos de acción
privada puros (art. 86 del P royecto)34 mientras que se instaura
una querella ad hesiva (Arts . 78-85 del P royecto) para todos
los delitos perseguibles de oficio, que i ncl uye el derecho de so
l icitud del ejercicio de la acción públ ica (Art. 78)35. Para el p roce
dimiento de la querella exclusiva se p ropone un acto de conci
liación (Art. 377 del Proyecto) anterior al j u icio oral en el sentido
estricto, simi lar al del § 380 StPO.
Además de algu nas otras propuestas refe ridas a la víctima36,
se prevé una regulación exhaustiva de la reparación privada
31
Véase supra nota l .
32
Además, según el art. 4 1 1 CPMP, ya con la disposición de la prisión preventiva
puede decretarse el embargo de los bienes del autor para asegurar las pretensiones
de resarcimiento del ofendido. Al mismo tiempo, el art. 496 CPMP prevé - sin más
aclaración - que la responsabilidad jurídico-civil debe regularse en la sentencia.
33
Artículos 1 70- 1 77 CPMP.
34 Acerca de las reglas del proceso véase arts. 374-382 del proyecto.
35
Acerca de los derechos individuales del actor accesorio confr. art. 269 y ss. del
proyecto.
36
Así por ejemplo el art. 400 del proyecto (exención de la pena con ocasión del
perdón de la víctima de algunos delitos que afectan la esfera privada), el art. 3 27
sobre la determinación de la responsabilidad jurídico-civil en la sentencia y el art.
403 , que atribuye la ejecución de la pena a los tribunales civiles en aplicación de
reglas procesales civiles.
•• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
48 La rehabilitación para ejercer cargos públicos (art. 77), la rehabilitación para ejercer
la patria potestad y para ser tutor (art. 78). En el último caso la obligación de
resarcir el daño está sujeta a la condición de la exigibilidad.
IJ!HI Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
4. 1 . Italia
El derecho ital iano vigente p resenta aspectos favorables al
ofendido, sobre todo en el derecho procesal, aunque en el de
recho m aterial el punto de vista de la reparación también tiene
cierta i m portancia.
En pri mer lugar, es necesario hacer respecto del derecho
material, una referencia al art. 62 n ú m . 6 del Codice Penale
(CPit) , seg ú n el cual la reparación del daño representa u na
circunstancia aten uante general si tiene lugar antes del j uicio
oral51 , o si el autor toma antes de ese momento medidas volun
tarias y efectivas para l i mitar el daño ocasionado. Esta atenua
ción de la pena en caso de reparación estuvo contenida desde
el principio en el Códice Penale vigente de 1 930, que además
también regula, desde el principio, de manera detal lada las con
secuencias j u r ídico-civi les del hecho punible (Art. 1 85-1 98 C Pit)
i ncluyendo hasta u na h ipoteca legal obl igatoria y u n derecho a
confiscar el patrimonio m ueble para aseg u rar, entre otros fines,
la satisfacción de la pretensión de resarcim iento y de las costas
procesales del ofendido (Art. 1 89 C P it) .
Además d e estas disposiciones favorables a l ofendido, en e l
derecho m aterial ital iano vige nte ofrece especial interés u n pro
yecto de reforma que p revé una reacción modelo a los casos
de estafa de cheq ue, que en Italia tienen lugar con frecuencia,
ya que all í los cheques son muy fáci les de obtener. El art. 1 del
proyecto52, que ya ha sido tratado en el Parlamento , obliga al
librador del cheque a pagar al perj udicado una m u lta del diez
por ciento de la suma del cheq ue, si éste no estuviese cubierto
o si el l i b rador no estaba autorizado a extenderlo. En el caso del
cheq ue al descubierto, el hecho se tiene - según el art. 7 del
proyecto- por no cometido si el autor satisface la p restació n , l a
m u lta mencionada, los intereses y todos l o s gastos d e l perjudi
cado en un plazo de 60 d ías desde que se exigiese e l cu mpli
miento de l a p restación. El fracaso del acuerdo legalmente ofre
cido entre v ícti ma y autor -con efecto satisfactorio para la v ícti
ma a través de una multa- se convie rte as í en un presupuesto
de la persecución penal y, por lo tanto, el acuerdo config u ra, e n
mayor medida que los casos y a mencionados de atenuación o
exención d e la pena en caso de reparación, una ve rdadera al
te rnativa a l a sanción penal53.
En el derecho procesal italiano el peso p ri ncipal de la p ro
tección de los intereses del ofendido, se encue ntra desde e l
Codice di P rocedura P e n a l e de 1 930 e n l a acción civi l e n e l
p roceso p e n a l (azione civi le)54• Estas disposiciones se mantie
nen e n lo esencial e n el antep royecto de código de p rocedi
m iento penal de febrero de 1 98855 • De todas maneras , la com i-
56 Progetto Preliminare (supra nota 55), Libro 1 - Ti tolo VI; Persona offesa del reato
57 Arts. 90-94 Progetto (nota 55).
I"QI Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
4.2. Francia
También en Francia existe una situación s i m i lar: la p rotec
ción de los i nte reses del ofendido se ubica fundamental mente
en el derecho p rocesal . De todas maneras , también se encuen
tran en e l derecho material disposiciones cuya te ndencia se di
rige hacia la p rotección de los i ntereses del ofendido.
As í, en el derecho material el arrepenti miento activo puede
conl levar en algu nos casos la atenuación de l a pena (as í por
ejemplo según e l art. 343 párr. 2 code pénal (C Pfr) en caso de la
liberación espontánea de u n rehén) o la exención de la punibili
dad de u n m iembro arrepentido de una asociación cri m i nal que
colabore con los ó rganos de persecución penal (art. 768 CPfr) .
Pero sobre todo en este último caso, es muy poco probable que
consideraciones de reparación contasen entre los motivos del
legislador.
U n a mayor i m po rtancia desde e l pu nto de vista de la repa
ración se reg istra en algunas disposiciones de derecho pro
cesal ace rca de la g ra d u a c i ó n de la p e n a en e l Code de
P rocéd u re pénale (C P Pfr) . As í por ejemplo, la reparaci ón pue
de con l l evar l a aten uación de l a pena en e l caso de faltas y
del itos m enos g raves (art. 467- 1 ) y, si concu rren otras circuns
tancias , i ncluso a l a exención de la p u n i b i l idad (art. 469-2} . La
reparación también j uega u n papel e n e l marco de l a suspen
sión de l a decisión ace rca de l a i m posición de una pena (art.
469-3) , para lo cual , de m a n e ra s i m i la r a l a p ro p uestas de
SCH U LTZ para l a reforma su iza (supra I V. 3) , deberá tenerse
en cue nta e l pode r eco n ó m i co del auto r ("com pte te n u des
resso u rces d u p réven u") .
A la primera vista, la transaction (art. 6 párr. 3 CP Pfr) - una
especie de consenso acerca de la acción en el proceso penal -
también podría ser de interés desde el punto de vista de una com
pensación entre auto r y víctima. Pero la exti nción de la acción
pública después de una transaction, sólo es posible en los casos
previstos por la ley; éstos solamente se encuentran en el derecho
La víctima en el proceso penal
4. 3. España
El panorama no es esencialmente distinto en este país . De
todas maneras, en el derecho material no aparecen apenas
consideraciones de reparación : seg ú n e l art. 9 n ú m . 9 del Có
digo Penal (CPesp) , se deberá atenuar l a pena s i el auto r p ro
cede a repara r el daño espontáneamente mediante arrepenti
miento activo , antes de conoce r la apertu ra del p rocedi m iento
j udicia l . Además de esto, debe mencionarse la causa de exen
ción de la pena por perdón (art. 1 1 2 n ú m . 5 C Pesp) , que, sin
e m bargo, sólo e ntra e n consideración en los tipos que no sean
del itos perseg u i b l e s d e oficio (sob re todo d e l itos sexuales -
m enos la violación - s e g ú n e l a rt. 443 , o del itos contra el honor
69
Naturalmente, también puede ejercerse ante el tribunal civil.
70 DESDEVISES , Les associations d' aide aux victimes (Las asociaciones de ayuda a
las víctimas), en: Revue de S cience criminelle 1 985, p. 541 y ss.
71 ibid., pp. 542 con ulteriores referencias y 547.
La víctima en el proceso penal
.,.
según el art. 467 C Pesp) . Es i nteresante - como en ltal ia72 - la
reg u lación detallada de la responsabi l idad j u r ídico-civi l del au
tor en la ley penal (art. 1 0 1 - 1 1 1 C Pesp) .
La propuesta del anteproyecto del nuevo Código Penal de
1 98373 tam poco aporta respecto a la reparación i nnovaciones
especiales74•
Aspectos favorables al ofendido se encuentran, sin embar
go, - al igual que en los otros países de cultura j u rídica de in
fluencia romana, as í como también en G recia75 - igual mente en
España, sobre todo en el derecho p rocesal penal mediante la
acción civi l , cuya reg ulación legal es m uy exhaustiva76• Llama
particularmente la atención en com paración con las acciones
civiles de otros países de cultu ra ju rídica romana (Italia, Fran
cia) que el ofendido no necesita p resentar n i defender l a acción
civil77, al esta r obligado el M i n isterio fiscal, a entablar la acción
civi l ante e l tribunal penal , a no ser que e l ofendido h u biese
renunciado exp resamente a ella (art. 1 08 Ley de enj uiciam iento
crimi nal) . De esta manera se presenta una solución alternativa
a la posibilidad de conceder ayudas económicas para el pago
86 Así, por ejemplo, con referencia a las desventajas d e una amplia flexibilización de
!a justicia penal apartándose de los escritos principios procesales confr. ESER (nota
85), pp. 43-46.
La víctima en el proceso penal MUI
V PERSPECTIVAS
87 Así, por ejemplo, aún s e podóa haber hecho referencia a nuevas reflexiones e n los
Países B aj o s , donde la comisión estatal de reforma (Kommi ssion-Terwee)
recomienda la introducción de la obligación de reparación como pena accesoria:
Wettelijke voorzieningen Slachtoffers in het Strafproces, Rapport von de Commissie
wettelijke voorzieeningen slachtoffers in het strafproces, SDU untgeverij , 's
Gravenhage 1988, O de Finlandia se podóa haber informado acerca del community
conflict resolution program (programa comunitario de resolución de conflictos)
existente desde 1 984 en la ciudad de 50.000 habitantes de Vantaa, en el cual profanos
actúan de mediador entre autor de delito y víctima: confr. IIVARI, Mediation as an
alternati ve resolution on crimes and disputes, Paper presented in the 5th International
Symposium on Victimology (La mediación como una resolución alternativa de delitos
y disputas, trabajo presentado en el 5" simposio internacional sobre victimología),
Zagred, agosto 1 8-23 1 985. No en último término, de la República Federal de
Alemania se podría haber informado que el conocido círculo de trabajo "Proyecto
Alternativo de un Código Penal" actualmente delibera sobre un proyecto de ley
orientado en ideas de reparación.
88 Confr. por ejemplo - junto a los ya mencionados - HASSEMER, Rücksichten auf
das Verbrechensopfer (Deferencias a la víctima del delito), en: KOHLMANN (Ed.),
Festschrift für Ulrich Klug zum 70. Geburtstag, KO!n 1 983, Vól. II, pp. 2 1 7-234;
HILLENKAMP, Moglichkeiten der Erweiterung des Instituts der tatigen Reue
(Posibilidades de ampliación de la institución del arrepentimiento activo) , en:
SCHOCH (Ed.), Wiedergutmachung und Strafrechet, Symposium aus Anlass des
80. Geburtstag von Friedrich Schaffstein, München, 1 987, pp. 8 1 - 1 06; MULLER-
••• Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
DIETZ, Zur Befreiung des Strafrechts vom zivilistischen Denken - a m Beispiel der
Schadenswiedergutmacnung (Acerca de la liberación del derecho penal del
pensamiento civil - tomando como ejemplo la reparación del daño) (§ 56b II núm. l
StGB), en: JAHR (Ed.), Gedachtnisschóft für Dietóch Schultz, Koln!Berlín!Bonn/
München 1987, pp. 253-269; NEUMANN, Die Stellung des Opfers im Strafrecht
(La posición de la víctima en el derecho penal ) , en: H A S S EM ER (Ed . ) ,
Strafrechtspolitik B edingungen der Strafrechtsreform, Frankfurt a . M ./Bern/New
York 1 987, pp. 225-25 3 ; ODERS KY, Schadensausgleich zwischen Tater und
Verletztem - ein Anliegen der Strafrechtspflege (La compensación del daño entre
autor del delito y ofendido - una preocupación de !ajusticia penal), en: HEBERERI
OPDERBECKE/SPANN (Ed . ) , A rztliches Handeln - Verrechtlichung eines
Berufsstandes, Festschóft für Walther Weissauer zum 65. Geburtstag, Heidelberg/
Berlin/New York 1 986, pp. 96- 1 03, RIESS , Die Rechtsstellung des Verletzten im
Strafverfahren, Gutachten zum 55. Deutschen Juóstentag (La posición jurídica del
ofendido en el proceso penal, dictamen para el 55. Congreso del Deutschen
Juóstentag) en: Verhandlungen des 55. Deutschen Juóstentages Hamburg 1 984 V ól
1, München 1 984, p. C 1 - C 1 36, y Vól II (acta de la reunión a este respecto), pp. L
1 - L 1 95, ROXIN, Die Wiedergutmachung im System der Strafzwecke (La reparación
en el sistema de los fines de la pena), en: SCH Ó CH (Ed.). Wiedergutmachung und
Strafrecht, Symposium aus AnlaB des 80. Gerburtstags von Fóedóch Schaffstein,
München 1 9 87, pp. 37- 5 3 ; SCH Ó CH, Die Rechtstellung des Verletzten i m
Strafverfahren (La posición jurídica del ofendido e n e l proceso penal), e n NStZ
1 984, pp. 385-39 1 ; SCH ÜNEMANN, The Future of the Victimological Approach
to the Interpretation of Cóminal Law: the Use of Victimological Considerations as a
Comprehensive, Regulative Póncipe for limiting the Scope of Certain Cómes (El
futuro del método victimológico de interpretación del Derecho Penal : el uso de
consideraciones victimológicas como un póncipio comprehensivo y regulativo para
limitar el alcance de determinados delitos), en: MIYAZAWA/OYA, Victimology in
Comparative Perspective, Papers given at the "Fourth lntemational Symposium on
Victimology" 1 982 in Tokyo-Kyoto, Tokyo 1 986, pp. 1 50- 1 59; EL MISMO, Zur
Stellung des Opfers im System der Strafrechtspflege (Acerca de la posición de la
víctima en el sistema de la justicia penal), en: NStZ 1 986, pp. 1 93-200; SESSARI
BEURSKENS/BOERS, Wiedergutmachung als Konfliktregelungsparadigma? (La
reparación como paradigma de reglamentación de conflictos?), en: Kóminologisches
Joumal 1 986, pp. 86- 1 04.
89 Por ejemplo en KUHNE (Ed.), Opferrechte im SprafprozeB Ein Europaischer
Vergleich (Los derechos de la víctima en el proceso penal. Una comparación europea),
KehVStrassburg/Arlington 1 988; DUNKELIR Ó SNER, Tater-Opfer-Ausgleich in
der Bundesrepublik Deutschland, Ó sterreich und der Schweiz (El arreglo entre
autor del delito y víctima en la República Federal Alemana, Austóa y Suiza), en:
ZStW 99 (987), pp. 845-872.
La víctima en el proceso penal
••
Alemania90• A través del derecho comparado aparecen en parte
i nstrumentos tradicionales de p rotección de la víctima - como la
acción civi l en los países de cultu ra jurídica romana - , pero en
parte también vías nuevas, como la amplia sustitución de penas
en caso de reparación en e l derecho penal austríaco.
Aunque los n uevos modelos son p rometedores, plantean al
mismo tiempo cuestiones fundamentales , de manera que aún
parece largo el cam i no hacia un acto sancionador único y coordi
nado, que combine las consecuencias j u rídico-penales y civi les
del del ito: una espe ranza que ya formulé, al menos para la delin
cuencia de bagatela91 , y queda fuera de l ugar demasiada eufo
ria. Debería aclararse , por ejemplo, la i ntroducción de la repara
ción en el sistema de las funciones de la pena92, o también la
cuestión fundamental acerca de si una m ayor i mportancia de la
vícti ma en un derecho penal dirigido hacia la resocial ización no
seguiría siendo un cuerpo extraño sin correcciones fundamenta
les del sistema93• Igualmente parece casi i rremediable que la
mayor importancia de la víctima llevaría tendencialmente a una
"privatización del derecho penal"94• Teniendo en cuenta la pers
pectiva de que las víctimas y vícti mas en potencia del delito apa
rentemente p refieren una mayor participación en el proceso pe
nal y su sustitución por vías de mediación fre nte a un proceso
rígido y exclusivamente en manos del Estado9S , el renaci miento
de la vícti ma en el p roceso penal pod ría conducir también a un
renaci miento de la pena privada96 y, por lo tanto , reconduci r la
h istoria del derecho penal97 hacia las penas de pen itencia del
derecho germán ico . De esta manera , la espe ranza de que la
solución p rivada de confl ictos pudiera restablecer la paz j u rídica
mejor que la estatal , relativiza el papel del Estado en el derecho
penal .
Qu izá sea e sto u n tri ple paso necesario - en e l se ntido
Hegeliano - en la h istoria del pensamiento. Primero l a faida o
venganza, que había e nfrentado d i rectamente al autor y la vícti
ma, fue relevada, también por su abuso excesivo , por el derecho
penal estatal. El distanciamiento, entre autor y víctima, causado
por este contragolpe del Estado , exige ahora que se produzca
un nuevo acercamiento entre éstos. En cuanto a esa re-indivi
dual izació n , no hay que olvidar los mecanismos públicos de con
trol del poder sancionador estatal. De momento, es de todas
maneras i m posible saber si esto es una mera utop ía o si configu
ra los rasgos de u n futu ro derecho penal .
* Artículo traducido por Julio PÉREZ GIL, Profesor Ayudante de Derecho Procesal
de la Universidad de Valladolid.
Publicado en la revista "Justicia 94" número IV, 1 994, p. 941 y ss., España.
* * N. de T. : Nos servimos del concepto gramatical "adversativo " para traducir el
término "adversatorisches System", el cual, procedente del inglés "adversary
system " , es utilizado por el autor en referencia al modelo acusatorio norteamericano.
*** Estoy obligado a agradecer especialmente al Rechtsreferendar D. ROLF WALZ su
Ésta no es infrecuente, dicho sea de paso, puesto que además de en el proceso penal
encontramos también j ueces honorarios, que sin embargo no tienen que ser
necesariamente juristas y que en parte disponen de conocimientos especializados
no jurídicos, también en otros tipos de procedimientos, tales como el proceso ante
los Tribunales de Trabajo, §§ 14 y ss. ArbGG, el Contencioso Administrativo, § §
1 , 1 9 y ss. VwGO, el proceso ante los Tribunales e n lo Social 1 2. 1 , 3 3 . 1 , 40. 1 SGG
y el procedimiento ante las Cámaras de Comercio, § § 1 05 y ss. GVG, así como el
procedimiento ante lo s Tribunales Financiero s , § 5 . 3 FGO. S obre o tras
particularidades cfr. M. WOLF, Gerichtsverfassungsrecht alter Verfahrenszweige,
6" edición, Munich 1 987, p. 227 y s. Por el contrario deben permanecer totalmente
al margen de este artículo los Tribunales Sociales, tal y como fueron instaurados en
la antigua RDA en forma de Comisiones de conflicto (de empresa) y Comisiones de
arbitraje (vecinales) para la resolución de la pequeña criminalidad (cfr. en particular
llfll Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
14
BENZ, op. cit. (nota 2), p. 43.
15 BENZ, op. cit. (nota 2), p. 44.
16 Son famosas, por ejemplo, las ingerencias de Federico Guillermo 1 de Prusia en el
proceso del Príncipe Heredero y de Federico II de Prusia en el proceso Müller
Amold. Al respecto KERN, op. cit. (nota 7), p. 44 o 47.
17
MONTESQUIEU, De / 'Esprit des Lois, T. ! , ed. par. R. Derathe, París 1 973, p.
! 68 y S .
18 Así ya MONTESQUIEU, op. cit. (nota 1 7), p. 1 70.
19 En estrecha relación funcional con ello se encuentran las exigencias de publicidad
y oralidad del proceso y de abolición de las reglas de prueba del proceso desarrollado
por personas letradas en favor del principio de la libre apreciación de la prueba.
Cfr. E. SCHWINGE, Der Kampf um die Schwurgerichte bis zur Frankfurter
Nationalversammlung, B reslau 1 926, p. 74 y ss.
Jueces legos en el proceso penal lt)l
aqu í en suma junto a la garantía de la independencia de los tribu
nales como presupuesto de la l ibertad del individuo frente al Esta
do, también una participación del pueblo en la actividad del Esta
do20. A partir de ah í, mediante esa actividad se debería mejorar de
nuevo entre el pueblo el conocimiento del Derecho y de la Ley, el
cual hab ía ido cayendo en el olvido desde la Recepción21 . Cierta
mente tuvo que transcurrir medio siglo más hasta que en la Cons
titución de la Iglesia de San Pablo de 1 848/49 arraigaran la sepa
ración de poderes y la participación de los legos22• A pesar de que
la revolución de 1 848/49 no triunfó, desde aquella época la mayo
ría de los Estados alemanes adoptaron alguna forma de participa
ción de legos en la Administración de Justicia penal23. Desde en
tonces, la participación de los legos es una sólida parte i ntegrante
del derecho procesal penal alemán24.
27 Vid. al respecto en una visión general BENZ, op. cit. (nota 2), p. 49 y s.
28
A.v. FEVERBACH, Betrachtungen über d.as Geschworenengericht, Landshut 1 8 1 3 ,
p. 47 y S S . , 6 4 y SS.
29
FEUERBACH, op. cit. (nota 28), p. 1 78.
30
FEUERBACH, op. cit. (nota 28), p. 1 90 y ss.
31
El decisivo cambio de orientación tuvo lugar en la convención de germanistas de
Lübeck de 1 847; al respecto SCHWINGE, op. cit. (nota 1 9), p. 1 46 y ss.
32
Cfr. en particular BENZ, op. cit. (nota 2), p. 5 1 y s.
Jueces legos en el proceso penal
WJI
En cualquier caso , los elementos del j u rado puro fueron a
conti nuación siendo desplazados de forma absoluta por el sis
tema de escabinado. Con posterioridad , com o elemento más
i mportante de la Reforma de la Justicia E m mi nger de 1 924 en
esta mate ria33, el j u rado p u ro fue sustituido por u n g ran tribu nal
de escabinos , manteniéndose a estos efectos básicamente sólo
el nombre "Sch wurgerícht" (Tri bunal de J u rado pu ro)34• En lo
sucesivo, tras la Segunda G uerra M u ndial , se retoma de nuevo
en la Repúbl ica Fede ral Alemana el sistem a del Decreto de
E m m i nger35, de fo rma que la participación de los legos en el
proceso penal rep resenta hoy u n mero sistema de escabinos.
42
Cfr. § § 36 a 58 GVG y § § 77, 78 GVG.
43
Para los Juzgados de menores asume esta función un Comité Tutelar de Menores
(JugendwohlfahrtsausschujJ) formado en la oficina de protección de menores
(Jugendamt) (§ 35 GVG).
44
WOLF, op. cit. (nota 1 ), p. 233 .
45
WOLF, op. cit. (nota 1 ), p. 233 .
46
Según los datos aportados por un reciente estudio empírico, cerca de una cuarta
parte de los 1 095 escabinos preguntados se esforzó para ser incluido en la lista de
escabinos, mientras que por el contrario sólo cerca del ocho por ciento habrían
rechazado su elección como escabinos en el caso de que esto hubiera sido
jurídicamente lícito. Vid. al respecto C. RENNING, Die Entscheidungsfindung durch
SchOffen und Berufsrichter in rechtlicher und psychologischer Sicht, Marburg 1 993,
p. 495.
Jueces legos en el proceso penal
ltjl
cuando menos sean cercanos a éstos . Pero puesto que todos
los partidos tienen un derecho de propuesta, no pod rá ocu rri r
n u nca en l a práctica que los escabinos de u n a demarcación
judicial sean sólo m i e m b ros de u n único partido, p uesto que
cada partido está sujeto a l a colaboración de los otros partidos
para hacer prosperar a sus candidatos47, ya que todas las deci
siones en el p roce d i m i e nto de selección deben tomarse por
mayoría de dos tercios. Por otra parte, la neutralidad pol ítica
aqu í no se de riva tampoco de que cada j uez i ntente olvidar sus
convicciones pol íticas , l o cual con todo y con eso sería i nfruc
tuoso, sino que una neutralidad tan sólo pod rá ser más bien el
resultado de un típico p roceso p l u ral ista de formación de la opi
nión, normal para la democracia de partidos48• a este respecto
no debería sobrevalorarse e n el proceso penal el papel de la
fil iación partidista en la toma de decisiones, puesto que no jue
ga n i n g ú n papel e n los del itos normales tales como e l h u rto o la
estafa pero tampoco básicamente en los del itos contra la vida
normales; los procesos con fuerte carga pol ítica son más bien
escasos .
La ley conecta la i nclusión en la lista de propuestas a la ausen
cia de determinados motivos de exclusión (§§ 32 a 34 GVG). Así,
u na condena anterior puede llevar aparejada la inhabilitación para
el ejercicio como escabino. Por el contrario la ley no exige básica
mente características o capacidades especiales, si excluimos la
nacionalidad alemana (§ 3 1 GVG), así como, en el caso de los
escabinos de menores y en la medida de lo posible una previa
experiencia y aptitud en la educación de los menores (§§ 35 JGG) .
47
Por lo demás esta forma de selección de los escabinos es tolerada también por el
B undesge richtshof (Tribunal S u premo) ( Cfr. B G H S t (En tscheidung des
Budesgerichtshofs in Strafsachen) (Sentencia del Tribunal Supremo en materia
penal) 1 2, pp. 1 97/200 y s.
48
Sólo de esta manera puede comprenderse que también en el Tribunal Constitucional,
debido al procedimiento de selección ( § § 5 y ss. Bundesverfassungsgerichtsgesetz)
y al objeto procesal, la adscripción a un ámbito partidista se convierta incluso en la
excepción.
''ª Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
49
Los escabinos también son independientes externamente en la misma medida que
los jueces profesionales.
so
Pero no en el Tribunal de escabinos ampliado según el § 29.2 GVG ni en las
apelaciones dirigidas contra sus sentencias (§ 76.3 GVG, § 3 3 . 2 JGG). Vid. al
respecto también § 1 96.4 GVG.
Jueces legos en el proceso penal
"*'
penal pueden superar en votos al j uez p rofesional p residente .
En la G ran Cámara penal , por el contrario, la mayoría está al
lado de los j ueces p rofesionales . Aq u í les resta a los escabi nos
solamente una m i noría de bloqueo en las resol uciones desfavo
rables sobre la cuestión de la culpabil idad y sobre las conse
cuencias j u rídicas del del ito; puesto que estas decisiones re
quieren una mayoría de dos tercios de los votos (§ 263 StPO) ,
de una com posición de tres j ueces p rofesionales y dos legos
son necesarios m ás de tres votos del total de cinco j ueces y as í
los tres j ueces p rofesionales necesitan u n voto m ás de u n j uez
lego para el p ronu nciamiento sobre la culpabil idad y la pena51 •
Al escabino, al ig ual que a los demás jueces del tribunal, l e
asiste el derecho a fo rm ular p reg untas a l o s i nte rvenientes en el
p roceso (§ 240. 1 y 2 StPO) . Por contra, seg ú n la opinión domi
nante , los j ueces legos no tienen u n derecho de examen i n me
diato de los autos52 • También el derecho de los jueces legos a
form u lar pregu ntas les está l i m itado más estrictamente que a
los jueces por el § 24 1 . 1 StPO . Seg ú n éste , pod rán ser recha-
51 En cualquier caso, cuando la Gran Cámara penal actúa compuesta por dos jueces
profesionales y dos jueces legos ( § § 76.2 GVG, § 3 3 . 2 JGG), lo cual desde hace
poco representa el supuesto legal habitual, los escabinos pueden alcanzar la igualdad
de votos con los jueces profesionales, supuesto en el cual , en tanto baste la mayoría
simple para una decisión, el voto del presidente inclinará la balanza. En el caso de
las sentencias desfavorables sobre la cuestión de la culpabilidad y sobre las
consecuenci as j urídicas del delito en el sentido del § 263 S tPO es necesaria, como
hasta ahora, la aprobación de un escabino, puesto que una mayoría de dos tercios
s o b re una c o m p o s i c i ó n de c u atro j u e c e s y una res p u e s t a afi rm a t i v a al
pronunciamiento sobre la culpabilidad y l a pena por parte de los dos j ueces
profesi onales sólo concurriría s i por lo menos un j uez lego comparte s u s
apreciaciones.
52 Así sobre todo la juri sprudencia constante, acaso con razón al menos para asegurar
mej or por los j ueces legos el principio de inmediación (cfr. infra C.l.l.c). (cfr. en
particular BGHSt 1 3 , p. 73 con comentario favorable de Eb. SCHMIDT, Juristische
Rundschau (JR) 1 96 1 , p. 30, además de las referencias contenidas en la nota 80),
mientras que la opinión dominante se pronuncia también al respecto en favor de la
igualdad de las posiciones de los escabinos con los jueces profesionales (cfr. TH.
KLEINKNECHT/L. MEYER-GOBNER, Strajprozej3ordnung, 4 1 edición, Munich
1 993, GVG § 30 marginal 2 con las ulteriores referencias.
.,. Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
53
Cfr. H. R ÜPING, Funktionen der Laienrichter im Strafveifahren, JR 1 976, p. 269
(274) ; H. LIEBER, SchO!fen in der Bundesrepublik Deutschland. Der Schoffe 1 990,
pp. 238 (242).
54
S obre los deberes y obj etivos del proceso penal cfr. por todos C. ROXIN,
Strafverfahren , 2 3 edi c i ó n , Munich 1 9 9 3 , p . 1 y ss. a s í como A . ESER,
Funktionswandel strafrechtlicher Prozej3maximen, en : K. Kroeschel (Coordinador),
Jueces legos en el proceso penal
IN'
penal son perseguidos con diferentes m edios e n el p roceso penal
i nquisitivo (o i nstructorio)55 y en el adversativo. También la for
ma de la participación de los l egos , que en últi mo térm ino sirve
a estos objetivos, ha de contemplarse en estrecha relación con
la configuración del proceso penal en cada caso.
1 . La a p l i c a c i ó n del d e re c h o p e n a l m ate r i a l a l o s
verdaderos hechos
Tanto la ave riguación de los hechos como la aplicación del
derecho mate rial siguen en el p roceso inqu isitivo y e n el adver
sativo diferentes p rincipios, i ncl uso también desde el p u nto de
vista de la partici pación de los legos .
1 986, p. 7 1 y ss. Allí tiene el juez en efecto el derecho a preguntar, así como a
convocar a sus propios testigos y en la práctica, también a los miembros del jurado
se les otorga ocasionalmente la posibilidad de hacer que el juez plantee las preguntas
que ellos formulen por escrito. De esta posibilidad se hace ciertamente un uso
escaso. Cfr. al respecto W. PERRON, Das Beweisantragsrecht im deutschen
Strafprozej3, Freiburger Habilitationsschrift (en imprenta), en § 6 II B .
57
Aquí y en lo sucesivo nos referimos al jurado de calificación, no así al jurado de
acusación tal y como existe todavía en parte en los EE. UU. ; cfr. J. HERRMANN,
Die Reform der deutschen Hauptverhandlung nach dem Vorbild des anglo
amerikanischen Strafverfahren, Bonn 1 97 1 , p. 1 93 .
58
Cfr. K. WERDING, Schwurgericht in den USA, Kassel 1 975, p. 1 3 1 y ss. En
cualquier caso de esta manera en la mayoría de los Estados federados americanos;
vid. D. KARLEN, Anglo-American Criminal Justice, Oxford 1 967, p. 1 9 1 . S i n
embargo e l juez puede también admitir, e n especial ante l o s Tribunales Federales,
la trascendencia de las pruebas en particular y valorar las declaraciones de los
testigos. Sobre su frecuencia en el proceso vid. H. ZIESEL, en: G. Casper/H. Zeisel.
Der Laienrichter im Strafprozej3, Heidelberg 1 979, p. 1 62. Algo similar es válido
para Inglaterra, donde el presidente resume el resultado de la práctica de la prueba
y con ello toma en cuenta puntos de vista materiales y jurídicos, vid. en ambos
casos KARLEN, op. cit.
59
Desde la segunda mitad del siglo XIX el proceso penal j aponés fue acuñado
inquisitivamente, en principio bajo la influencia francesa, y más tarde hasta bien
entrada la pri mera mitad del siglo XX de forma cada vez más intensa bajo la
influencia alemana. Al respecto J . HERRMANN, Strafprozej]recht, en: P. Eubel et.
Jueces legos en el proceso penal
••
sino sólo a i nstancia del fiscal o del inculpado (§ 298. 1 Ley de
Enj u iciamie nto penal japonesa) . La práctica de la p rueba se l le
va a cabo en la vista oral mediante el denomi nado i nterrogatorio
cruzado de fiscal y defensor (§§ 1 99-2 y ss del Reglamento de
P rocedimiento)60 • Pero el tribunal puede también practicar prue
bas de oficio (§ 298.2 Ley de E njuiciamiento Penal japonesa) y
tiene derecho a i nte rvenir conj u ntamente en el interrogatorio de
los sujetos de la prueba.
De esta forma, puesto que en la competencia para la prácti
ca de la prueba en Japón se encuentran tantos elementos de
uno como de otro sistema, en atención a la participación de los
legos no puede extraerse ninguna conclusión final n ítida e n fa
vor de uno u otro sistema en lo que respecta a la adscripción
funcional de la ave riguación de los hechos61 •
Pero posiblemente desde p u ntos de vista funcionales po
dría llegar a afi rmarse cómo pueden ser mate rial izados de la
forma más eficiente los objetivos de la participación de los le
gos, sobre los cuales se tratará poste riormente . En este sentido
pod ría ser decisivo cómo está configu rada la relación entre j ue
ces p rofes ionales y jueces legos , esto es, qué d isposiciones
organizativas han sido tomadas para que la participación de los
legos l legue efectivamente a ser provechosa.
al., Das japanische Rechtssystem, Frankfurt 1 979, p. 255 (256 y s.); S. DANDO,
Japanese Criminal Procedure, Sourth Hackensack 1 965, p. 14 y s. Después de la
Segunda Guerra Mundial se superponen de forma creciente elementos estructurales
del proceso de partes norteamericano (HERRMANN, op. cit., p. 257). Por eso se
designa con razón al derecho procesal penal j aponés de la actualidad como sistema
mixto, que enlaza el proceso de oficio continental europeo con el proceso de partes
angloamericano (DANDO, op. cit. , p. 17 y s.). En general sobre la comparación
entre si stemas también S. SAlTO, Der japanische StrafprozejJmodell, en: M. Irle,
sozialwissenschaftliche Entscheidungsforschung, Mannheim 1 984, p. 362 y ss.
60 Éste regula las particularidades técnicas del proceso penal; cfr. SAlTO, op. cit.
(nota 59), p. 363.
61 A pesar de que en Japón existía la ley N° 50 de 1 923 un limitado sistema de jurado,
éste fue suspendido en la Segunda Guerra Mundial mediante la ley N° 88 de 1 943;
cfr. DANDO, op. cit. (nota 59), p. 1 8.
- Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
62
Sobre la posición de los escabinos en el proceso penal alemán vid supra B III.
63
Cfr. WERDING, op. cit. (nota 58), p. 1 3 1 y ss.
64 Tienen únicamente la posibilidad de solicitar una información suplementaria o una
lectura de partes del acta de la sesión, vid. H . KALVEN/H. ZEISEL, The American
Jury, Boston 1 966, p. 1 5 5 .
65
Al respecto supra A II.
66
Cfr. BENZ, op. cit. (nota 2), p. 5 1 . Contra el jurado puro en razón de la i nfluencia
del juez profesional en la vista oral también FEUERBACH, op. cit. (nota 28), p.
1 90 y SS.
67
Se prevé una mej ora parcial de la posición de los legos en relación a este respecto
en una modificación de los § §56 GVG y 24 1 . 2 StPO. Al respecto supra B III. Cfr.
R. KÜ HNE, Die Zusammenarbeit zwischen Berufsrichtem und ehrenamtlichen
Richtem, Deutschen Richter-Zeitung (DRiZ) 1 975, p. 390 (394 y s.).
Jueces legos en el proceso penal
68
Cfr. HERRMANN, op. cit. (nota 57), p. 1 5 8 y ss. , 1 1 5 y s. con ulteriores referencias.
69
HERRMANN, op. cit. ( nota 57), p. 1 58 y ss. Cfr. aquí también PERRON, op. cit.
(nota 56) § 3 II C 2a.
•t!l Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
81
B . TERH O ST, lnformation und A ktenkenntnis der Schoffen i m Strafprozej3,
Monatschrift für Deutsches Recht (MDR) 1 988, p. 809 ; B. ATZLER, Das Recht
des ehrenamtlichen Richters, die Verfahrensakten einzusehen, DRiZ 1 99 1 , p. 207.
82 B . SCH Ü NEMANN, Vor- und Nachteile des deutschen Strafverfahrens gegenüber
dem anglo-amerikanischen StrafprozeB, en: Irle, op. cit. (nota 59), p. 368.
83
Así SCH Ü NEMANN, op. cit. (nota 78), p. 368; va en la misma dirección PERRON,
op. cit. (nota 56), § 3 II C 2a.
84
La teoría psicológico-social de la disonancia cognitiva se remonta a L. FESTINGER;
de él es básico al respecto: A theory of cognitive dissonance, Stanford 1 957.
''"' Temas de Derecho Penal y Procesal Penal
a) La adscripción funcional
Para la aplicación del derecho en el sistema adversativo de
cuño angloamericano son com petentes los j u rados , que van a
recib i r del juez una instrucción j u rídica sobre los hechos92• E n e l
93
KALVEN/ZEISEL, op. cit. (nota 64), p. 474. Vid. también A. P. SEALY. Decision
Process in the Jury Room, en: Wegener et. al. , op. cit. (nota 78), p. 1 63 y ss.
Jueces legos en el proceso penal WQI
los jueces p rofesionalese4• En esta medida los l egos p roporcio
nan una especie de control de la real idad para la argumentación
jurídicaes . A esta argumentación se adhieren e l 56 por ciento de
los e s c a b i n os as í c o m o el 4 2 por c i e n to de los f i s ca l e s
encuestados p o r R E N N I G , mientras q u e , s i n que sea total men
te sorprende nte , sólo escasa m e nte un te rci o d e los j u eces
encuestados ven en ella u n argumento en favo r de la participa
ción de los legos en el p roceso penales.
En ocasiones se ha form ulado la petición de que se p repare
a los legos para su función más intensamente que hasta ahora ,
con el objeto de m i n i m izar la diferencia de i nformación con res
pecto a los jueces p rofesionalese7. En este sentido seg u ramen
te ha de considerarse necesario que e l escabino antes de em
pezar a desempeñar su función sea i nformado pormenorizada
mente sobre sus derechos y obligaciones y conozca los rasgos
fundamentales del proceso penal y los p rincipios significativos
del Estado de derecho. Además podría celebrarse repetidamente
en inte rvalos determ i nados un i nte rcambio de experiencias en
tre escabi nos bajo la d i rección de un juez p rofesional . Pero pues
to que una de las tareas de los escabi nos es la intermediación
de la realidad a los j ueces p rofesionales ha de ren u nciarse a
una formación en los conoci mientos fundamentales del dere
cho material puesto que ésta conllevaría una pérdida de la im
parcial idad que justamente se p retende de los l egos y con e l l o
s e frustraría el control de plausi bilidades. P o r lo demás también
digno d e pensarse por contra e n l a introducción d e legos peritos, por ejemplo para
delitos económicos; así KLAUSA, op. cit. (nota 76), p. 89; en contra sin embargo
H.-H. K Ü HNE, Laienk.ompetenz gegen Expertenkompetenz im Strafrecht?, en: H.
Jung (Coordinador), Altemativen zur Strafjustiz und die Garantie individueller
Rechte des Betroffenen, Bonn 1 989, p. 175 ( 1 78).
99
Vid. al respecto supra B III. El sorteo para adjudicar las sesiones de vistas en
particular se fija cada vez para un año.
1 00 Por el contrario, los jurados en los EE.UU. tenderían a hacer de sus propias ideas
del derecho correcto el fundamento de su resolución. Vid. al respecto ZEI SEL, en:
Casper/Zeisel, op. cit. (nota 58), p. 1 66 y ss.
101 Cfr. RENNIG, op. cit. (nota 46), p. 543 y ss.
Jueces legos en el proceso penal
••
adversativo, casi no desem peñaría por completo esa fu nción ; es
deci r, que en relación a la com petencia exclusiva que tiene hasta
ahora para la aplicación del derecho debería de ceder menos.