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No penséis ni digáis
q ay un Dios en el cielo y otro en la tierra y en el mar.
No digáis q ay un Dios del mayz y otro del trigo,
uno que truena y otro q hace llover,
y otro q quita enfermedades
y da salud a los hombres.
No ay un Dios de Españoles y otro de Indios.
Vuestros viejos no sabían nada;
para conocer a Dios eran
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En las notas finales de Reducciones se aclara que este poema es una recreación lírica de pasajes provenientes
del libro Sermón en lengua de Chile, de los misterios de nuestra Santa Fe Cathólica, para predicarla a los
indios infieles del Reyno de Chile, dividido en nueve pequeñas partes, acomodados a su capacidad, el cual
fue publicado en 1621. Su autor, el sacerdote jesuita Luis de Valdivia, también fue invocado en el poema
“Preguntas del misionero”.
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Otros textos que tratan el tema de la evangelización colonial son “Preguntas del misionero” y “Plática sobre
la muerte y el infierno”.
como niños sin razón.
Haveys de hazer burla de lo q sin fundamento dezían,
cosa de burla es quanto
referían y contavan.
E1 diablo engañó a vuestros viejos
diciendo q se llamaua Pillán y Huecuvoe.
Ni el Pillán ni el Mareupuante ni el Huecuvoe
pueden quitar los pecados,
ni pueden salir con la sangre q se hazen vuestros hermanos
los pecados de los hombres.
No hay Mareupuante ni Huecovoe ni cosa alguna
q sea Pillán.
El sol no tiene vida,
pues lo q no tiene vida
¿cómo puede tener hijo?
Y lo q no vive en sí:
¿cómo puede dar vida a otros?
Tú lo que no tienes
no lo das a otro.
Pues ¿cómo el sol q no vive ni tiene vida
puede dar vida a los hombres enteramente?
El sol no vive
ni si tuviera hijo viviera su hijo.
Y si el Mareupuante no tiene vida
¿cómo os avía de dar la vida a vosotros?
Mentira muy grande es dezir q el sol tiene hijo.
Y como no hay Mareupuante,
assi es mentira dezir que ay Pillán (Huenún 36-37).
Mientras que el binomio “cristianismo=civilización” en contraposición con el par
“paganismo=salvajismo” funciona como una fórmula de ejercicio del dominio colonialista,
según Césaire, otro mecanismo, la cosificación, se desarrolla objetivizando y
deshumanizando al otro colonizado al mismo tiempo que el colonizador también pierde
sensibilidad humana. El teórico martiniqués amplía:
A partir de esta cita, se puede determinar que la bestialidad del colonizador que se
retrata en Reducciones se exhibe por medio de la destrucción y de la percepción del
indígena como un objeto científico. Sobre el primer concepto, Huenún describe en el texto
“Entrada a Chauracahuin” cómo los colonizadores arrasaron con las tierras de los mapuche-
huilliche y desalojaron y masacraron a tales habitantes originarios para fundar la ciudad de
Osorno y desarrollar fundos destinados a la agricultura y la ganadería en los alrededores de
dicha ciudad. Este proceso, si bien tuvo sus inicios en el siglo XVI, tuvo mucho mayor
impacto en el siglo XIX, momento en que el Estado chileno republicano favorecía
ampliamente la inmigración criolla y europea.
Para finalizar este apartado acerca de los efectos de la colonización en los pueblos
colonizados, se debe analizar el vínculo entre la colonización, el sistema económico y la
estructura de organización y políticas públicas del Estado. Según Enrique Antileo, el
proceso colonizador no sólo puede manifestarse desde el exterior (“colonización
internacional”), sino desde las entrañas de un país (“colonización interior”). Este último es
el que predomina actualmente en Chile, el cual, siguiendo a Antileo, es favorecido por el
Estado neoliberal y por las empresas privadas relacionadas con el sector forestal,
hidroeléctrico, ganadero, etc. Desde la Ocupación de la Araucanía del siglo XIX hasta
nuestros días, continúa el crítico, grupos mapuche se vieron obligados a dejar sus hogares y
terminaron viviendo en reductos rurales de tierra, pues sus territorios ancestrales fueron
destinados a la agricultura y ganadería extensiva y a la explotación de los recursos
naturales. Otros grupos migraron hacia las grandes ciudades, donde allí se ubicarían en los
sectores periféricos. En ambos tipos de población los indígenas vivían en condiciones de
marginalidad y pobreza. Frente a este fenómeno en crecimiento, el Estado emprendió una
campaña de “multiculturalidad”, la cual, enfatiza Antileo en gran parte de su estudio,
pretende incluir por medio de políticas públicas al indígena en el mercado y en la sociedad
chilena sin solucionar el problema de fondo, la expoliación territorial. Asimismo, la
multiculturalidad, en palabras del crítico, está dirigida por la colonización interior que
despolitiza, desmoviliza, deforma la cultura y desvincula al mapuche de su tierra. De ese
modo el indígena abandona su sentido de identidad y pertenecía original para ser parte del
sistema eurocéntrico y capitalista que domina en Chile.
Este es un libro en crecimiento arbóreo. Las hojas que hoy salen de las prensas
esconden otras voces y visiones; buscan un camino en la escritura y su reverso: el
coro oral de las lenguas y los ritos invisibles. Ningún poema termina en su última
palabra; más bien con ella recién empieza a urdir la tupida trama de los eternos y a
la vez cambiantes símbolos íntimos y colectivos. Y ese trabajo no tiene descanso
ni final. Un libro, sobre todo un libro mestizo –y este, por cierto, lo es– le debe a
cada santo una vela, a cada tótem un culto, a cada antepasado una costumbre, una
opaca pero persistente moral. Aquí el lenguaje y la memoria son tributarios, como
siempre, de congéneres vivos y congéneres muertos (181).
Referencias bibliográficas
Mora Curriao, Maribel. “Poesía Mapuche del siglo XX: escribir desde los márgenes del
Campo Literario”. Ta iñ fijke xipa rakizuameluwün. Historia, colonialismo y resistencia
desde el país Mapuche. Temuco: Comunidad de Historia Mapuche, 2012. 299-334.
-----------------------------. “Poesía mapuche: la instalación de una mismidad étnica en la
literatura chilena”. A Contracorriente. 10, 3 (2013): 21-53.