El Galvanómetro surge por uno de los mayores problemas a los que se
enfrentaron los científicos una vez que el mundo comenzó a funcionar con electricidad fue el hecho de poder controlarla. Y es que todos sabemos que, si un componente eléctrico sufre una sobrecarga, este recibirá un daño irreparable, es por eso de la importancia de controlar la corriente eléctrica y uno de los instrumentos más importantes para esto es el galvanómetro.
Así mismo, podemos definir al Galvanómetro, como el instrumento de medición
eléctrica que se utiliza para determinar y detectar la intensidad y también el sentido de una corriente eléctrica. Es un aparato muy práctico, pues para esto aprovechan la desviación que una aguja magnética produce y cuya función principal del galvanómetro es la de detectar y medir la intensidad de pequeñas corrientes eléctricas y también determinar el sentido.
Ahora bien, nos preguntamos ¿cómo funciona este instrumento de medición?,
muy sencillo. Esta se basa en una aguja indicadora que se conecta mediante un resorte al eje de una bobina rectangular, la cual se encuentra suspendida gracias al efecto de dos polos opuestos de un imán permanente. Pues la corriente que se quiere medir comienza a circular por la bobina rectangular plana, esta bobina al encontrarse entre un campo magnético de un imán permanente comienza a girar sobre un eje vertical, haciendo desenroscar el resorte en espiral. En cuanto a este movimiento, es proporcional a la corriente que pasa por la bobina, haciendo que el movimiento de la aguja también lo sea, con una escala apropiada la aguja marcara el valor de la corriente. De allí que la desviación de las agujas de una brújula magnética mediante la corriente en un alambre fue descrita por primera vez por Hans Oersted en 1820 y los primeros galvanómetros fueron descritos por Johann Schweigger en la Universidad de Halle el 16 de septiembre de ese año.
También, el físico francés André-Marie Ampère también contribuyó a su
desarrollo, los primeros diseños aumentaron el efecto del campo magnético debido a la corriente mediante el uso de múltiples vueltas de alambre; estos instrumentos fueron denominados multiplicadores debido a esta característica de diseño común.
En cuanto al término galvanómetro, de uso común desde 1836, se deriva del
apellido del investigador italiano Luigi Galvani, que descubrió que la corriente eléctrica podía hacer mover la pata de una rana. Primariamente, los galvanómetros se basaron en el campo magnético terrestre para proporcionar la fuerza para restablecer la aguja de la brújula; estos se denominaron galvanómetros tangentes y debían ser orientados, según el campo magnético terrestre, antes de su uso. Luego, más tarde los instrumentos del tipo estático usaron imanes en oposición, lo que los hizo independientes del campo magnético de la Tierra y podían funcionar en cualquier orientación.
En síntesis, esta herramienta usada comúnmente para detectar y medir la
corriente eléctrica se ha perfeccionado para incluir los usos del mismo dispositivo en aparatos para grabación, para que la corriente eléctrica que es necesaria no sea menor (porque no funcionaría apropiadamente el equipo), pero que tampoco se exceda (porque podría dañarlo).
Igualmente, en equipos de posicionamiento, de servo mecánicos, así como para
la indicación de la intensidad sonora de un equipo de música, para calibrar la corriente eléctrica de los vehículos de motor.
Llegado a este punto es esencial mencionar que instrumentos de medición
conocidos como el amperímetro, el voltímetro y el ohmímetro, son derivaciones del dispositivo de medición que aquí tratamos: el galvanómetro.