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La revolución francesa tuvo un carácter liberador, acabó con el régimen feudal que

caracterizaba a la Francia del siglo XVIII, una Francia dividida en nobles, clero y campesinado;
clases que quedaron abolidas. También acabó con la monarquía de Luis XVI, instaurando así la
república como sistema de gobierno, con un sofisticado sistema de separación de poderes a
través de Asambleas y Convenciones.

Además, esta revolución supuso la proclamación de los primeros derechos universales, con el
lema “libertad, igualdad y fraternidad”. Se escribió una ley de derechos humanos que no
entendía de distinciones económicas ni de ningún otro tipo.

La revolución francesa sirvió también de referencia para la independencia de las colonias


americanas. Así como todas las distintas revoluciones del siglo XVIII se retroalimentaron y se
inspiraron unas en otras, Francia fue un ejemplo para las colonias, tanto a nivel ideológico
como en la forma de proceder.

Por último, y como consecuencia más destacable que de hecho inicia una nueva etapa
histórica, el paso al bonapartismo. Esto es, la formación del imperio francés napoleónico a raíz
del Consulado vitalicio.

Iria López Costas, grupo 1 A del Grado de Filosofía.

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