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17 DE SEPTIEMBRE DE 2006

DOMINGO 24 DEL TIEMPO ORDINARIO


TEXTO: MARCOS 8, 27-35
“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (8, 29)

1. INVOCACION AL ESPIRITU SANTO


Ven Espíritu Santo, envíanos desde el Cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven, dador de los dones, ven,
luz de los corazones. Oh Luz santísima, llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles. Amén

2. LECTURA (Qué dice el texto?)


A. Proclamación y silencio
- Es importante proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada
acción relatada-
- Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio

B. Reconstrucción del texto


Si es posible, alguna persona puede relatar el texto de memoria. Para profundizar y entender mejor, se pueden
utilizar las siguientes preguntas:
- ¿Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, ¿qué preguntó Jesús a sus discípulos?
- ¿Qué pensaba la gente sobre Jesús?
- ¿Qué pensaban los discípulos sobre Jesús?
- ¿Qué responde Pedro? ¿Qué orden les dio?
- ¿Cuáles son sus enseñanzas acerca del Hijo del hombre?
- ¿Por qué reprende a Pedro?

C. Ubicación del texto


- Qué dicen los versículos antes y después de nuestro texto?
- Recordemos que al principio del Evangelio de Marcos, el proyecto mesiánico de Jesús se había originado en la voz
de Dios que le decía en el Jordán: “Tú eres mi hijo” (Mc. 11,11). Respondiendo a esa voz y haciendo la voluntad
de su Padre, Jesús había realizado su tarea de Reino. Ahora, a partir de este texto propuesto para este domingo,
vemos que El necesita de una voz humana para replantear el camino a seguir. Sabe lo que Dios dice; ha
escuchado la respuesta de los judíos que están fuera; ahora quiere conocer la postura de sus discípulos y, en ese
contexto se sitúa la pregunta: “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mc. 8, 29)

D. Algunos elementos para comprender el texto


- Paralelos del texto
Comparar con Mt. 16, 13-23; Mt. 21, 42; Lc. 9, 18-24; Mc. 9, 9-10; Mc. 9, 31-32; Mc. 10, 32-34; Mc. 4,13.
Comentar.

- Ideas fundamentales
Cuando Jesús preguntó a sus discípulos qué pensaba la gente de El, había cantidad de ideas equivocadas. Nadie se
había dado cuenta de quién era Jesús. Unos pensaban que había resucitado Juan Bautista, otros creían que había
regresado alguno de los Profetas que habían predicado siglos antes.

San Juan Bautista había impresionado mucho a la gente, pero nunca había dicho que él fuera el Salvador, sino que los
había preparado para cuando llegara el Mesías. Sin embargo, mucha gente ya se sentía conforme con el Bautista y no
esperaba a otro más.

Elías había vivido hacía muchos siglos, y la tradición decía que no había muerto, y que volvería para anunciar la
llegada del Salvador. Elías se había enfrentado con fuerza a la gente poderosa. Realizó milagros asombrosos. El
pueblo judío vivía momentos muy dolorosos. Tenían muchos motivos para desear que volviera Elías e hiciera lo
mismo que en tiempos pasados.

Jeremías llamó a convertirse, antes de que los terribles castigos cayeran sobre Israel. Sus anuncios se cumplieron;
ahora que oían predicar a Jesús, pensaban que sería otro profeta más, igual que los anteriores, un enviado más de Dios.
La respuesta que Pedro da en nombre de los discípulos “Tú eres el Cristo”, hace referencia a Jesús como Mesías.
“Mesías” significa, literalmente, “ungido con óleo”. En los tiempos de la Antigua Alianza fueron ungidos los sumos
sacerdotes y los reyes. La unción que penetra la piel, era un símbolo de una especial presencia de Dios en el ungido,
por medio del cual realizaría la salvación del pueblo.

Llama la atención que Jesús les haya prohibido terminantemente a los Apóstoles divulgar que El era el Mesías. Fue
simplemente para no promover falsas expectativas. Jesús inmediatamente completa y aclara la profesión de fe de
Pedro. Los Apóstoles todavía el día de la Ascención no habían entendido bien lo del Reino de Jesús. “Señor, ¿es ahora
cuando vas a restaurar el reino de Israel?” (Hch. 1,6), le preguntaron, mientras imaginaban el restablecimiento de la
monarquía de David.

Jesús no era el Mesías en el sentido que muchos lo esperaban: un héroe victorioso, con todo el poder de este mundo,
premiando a los buenos y castigando severamente a los malos, poniendo inmediatamente orden en este mundo. No
recorre el camino que la gente espera, sino el que Dios quiere de El. Jesús es el humilde “Hijo del hombre”, que tiene
que tomar el camino de la cruz. Es el “Servidor de Dios sufriente”, anunciado y descrito ya detalladamente en el libro
del Profeta Isaías.

Jesús impone silencio a los Apóstoles justo antes de anunciarles su muerte próxima. Sólo ésta despejará todos los
conceptos equivocados. Sólo después de la muerte y Resurrección de Jesús y la venida del Espíritu Santo, los
discípulos podrán proclamar claramente que Jesús es el Mesías. (Hch 2,36).

Jesús se manifiesta firme: antes de pensar en la gloria es necesario pasar por el dolor. Solamente aparece
la idea de gloria cuando se habla de salvar la vida una vez que se la ha perdido por Cristo. Quien quiera pertenecer a
Cristo, tiene que estar dispuesto a seguir el mismo camino que El recorrió, y eso cargando con su cruz “cada día”. Es
ordinariamente en la vida de todos los días, y no sólo en la persecución o el martirio, donde se manifiesta la fidelidad en
el seguimiento a Cristo. Esto está dicho a todos: el que renuncie a sí mismo en una vida de servicio constante a los
demás, ganará la vida gloriosa con Cristo.

3. MEDITACION (Qué me dice el texto?)


Jesús exige ser el primero en nuestra vida y, por lo tanto es necesario tomar una posición frente a El. Todos tenemos
que responder a la pregunta decisiva: “Quién digo yo que es Jesús?” La respuesta tiene que ser del todo personal;
exige mi propia decisión, estar implicado y comprometido con El.
- Cómo puedo imitarlo?
- Qué puedo aprender de El?
- Por qué se necesita pasar por el dolor para llegar a la gloria?.

4. ORACION (Que me hace decir el texto?)


La única manera de dar repuesta acerca de la pregunta: ¿Quién es Jesús para mí?, se da en un contexto de oración.
Hagamos plegarias espontáneas pidiéndole a Jesús que nos conceda el don de tener una experiencia con El, viviendo
sus enseñanzas y compartiendo esa experiencia con los otros. A cada petición respondemos: Señor, auméntanos la fe
en Ti

5. CONTEMPLACION (A qué me compromete el texto?)


Admiremos a Jesús, que en cada circunstancia particular de nuestra vida, continúa preguntándonos acerca de la fe en El
y de la práctica de sus enseñanzas, por tanto, a qué me compromete el texto? Ejm. Encontrarse con Jesús en la oración
diaria, la Eucaristía, la confesión, la colaboración con el pobre, la participación constante en el grupo bíblico, etc.

CANTO: JESUCRISTO ME DEJO INQUIETO (M.P.C. No. 247)


24 DE SEPTIEMBRE DE 2006
DOMINGO 25 DEL TIEMPO ORDINARIO
TEXTO: MARCOS 9, 30 – 37
“Si uno quiere ser el primero, sea el servidor de todos” (9, 35)

1. INVOCACION AL ESPIRITU SANTO


Eterno Padre, en nombre de Jesús Cristo y por la intercesión de Santa María Virgen Inmaculada, envíanos el Espíritu
Santo. Espíritu Santo, Dios de infinita caridad, danos tu santo Amor. Espíritu Santo, Dios de las virtudes,
conviértenos. Espíritu Santo, fuente de luces celestiales, disipa nuestra ignorancia. Espíritu Santo, eterno amor, ven a
nosotros con tus ardores, ven, inflama nuestros corazones.

2. LECTURA (Qué dice el texto?)


A. Proclamación y silencio
- Es importante proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción
relatada.
- Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio

A. Reconstrucción del texto


Si es posible, alguna persona puede relatar el texto de memoria. Para profundizar y entender mejor, se pueden utilizar
las siguientes preguntas:
- Por dónde pasaron Jesús y sus discípulos? ¿Por qué Jesús no quería que nadie se enterara de su presencia?
- Jesús les anunció a sus discípulos la segunda vez su muerte y Resurrección. ¿Qué aspectos son distintos
comparando este segundo anuncio con el primero (8, 31-33)? Los discípulos entendían lo que Jesús les anunció?
- Dónde se encontraban cuando Jesús preguntó a sus discípulos sobre que hablaban en el camino? Por qué ellos
callaban no contestando nada a la pregunta de Jesús?
- Qué hizo entonces Jesús? Qué les enseñó a los Doce? Qué debe hacer el que quiere ser el primero?
- Qué hizo entonces Jesús con un niño? Recibiendo uno de los pequeños, a quién se recibe?

B. Ubicación del texto


La entrega del Hijo del hombre abría ya un camino para el seguimiento en (Mc. 8, 27-9, 1); desde ese fondo se ha
podido estudiar la relación entre el encuentro con Dios en la montaña (transfiguración) y la ayuda al muchacho
enfermo (9, 1-29). Así, en 9, 30-32 se formula de nuevo el mismo tema de pasión y entrega para construir desde esa
base, un modelo concreto de vida comunitaria en el servicio y la humildad resaltando la importancia de los más
pequeños, con la actitud de Jesús tan cercana a los niños (Mc. 9, 36. 42 y 10, 13).

C. Algunos elementos para comprender el texto


 Paralelos del texto
Comparar con Mt. 10, 40; Mt. 17, 22-23; Mt. 18, 1-5; Mc. 7, 24; Lc. 9, 43-48; Jn. 7, 1 Comentar
 Ideas fundamentales
Una lamparita se fija siempre en lo más grande, y se olvida que tiene su valor propio, y que así como es, tiene una
misión importante que cumplir. Los doce cometen el mismo error: discuten sobre quién es el más grande entre
ellos.

En toda sociedad humana el orden jerárquico es lo más normal del mundo. En todo grupo humano se reparten los
roles y servicios. Tiene que haber personas que ocupan puestos de conducción: los padres frente a sus hijos,
director de escuela, ministros, párrocos, obispos y el Papa... Lo que importa es que nadie intente escalar a costa de
otros, y que los que tienen autoridad, la ejerzan para el bien de los que les fueron confiados.

Si bien, tenemos todos la misma dignidad, hemos recibido distintas cualidades, según la misión que cada uno debe
cumplir. Jesús no piensa en anular el orden o la jerarquía. No predica una falsa humildad. Quien tiene verdadera
humildad no niega los talentos que Dios le regaló. Pero no se pone orgulloso. Sabe que todo lo que es y tiene, lo ha
recibido gratuitamente. “Humildad”, tiene que ver con la palabra latina “humus”, que significa “suelo, tierra”. El
humilde pisa la tierra. No se infla, ni se apoca. Vive en la verdad.
Nadie necesita esconder sus cualidades de líder. Se trata de una actitud. Tener poder y autoridad y servir no se
oponen. Se puede ser muy bien el primero, y sin embargo el último y el servidor de todos.

“No aprendieron nada de mí y de mi Padre celestial”, parece decir Jesús sin muchas palabras. Toda la historia de
Dios con su pueblo elegido, y la vida de Jesús mismo, están llenas de sencillez y humildad.

Aquí Jesús anuncia la segunda vez que va a ser entregado en manos de los hombres, que lo matarán, pero que
resucitará. Esta vez, Pedro no le contradice, y ni la tercera vez (10, 32ss), los discípulos igualmente no lo
entienden. Y no quieren saberlo más exactamente porque temen que les esperará la misma suerte.

A lo largo de la historia de la Iglesia muchos seguían a Jesús quien no vino a ser servido, sino a servir. Y no fue
necesaria una degradación social, sino únicamente la disposición de servir. Entre los santos, por eso, hay grandes
Papas como también gente pequeña, como por ejemplo, San Martín de Porres. Tan diferentes que fueron sus
posiciones sociales, el espíritu de servir fue igualmente grande en todos. Donde los primeros se hacen los últimos
sirviendo a todos, surge una comunidad nueva.

Jesús pone como modelo a un niño. En aquel tiempo un niño no fue tomado muy en cuenta. Ese niño representa de
algún modo a toda la gente pobre. Un niño no tiene por qué temer perder su poder o su posición social. No los
tiene todavía.

El mensaje de Jesús es claro: quien se preocupa por los “pequeños”, los débiles, enfermos, quien los acepta y los
trata como hermanos, es ante Dios realmente el primero, y en última instancia, recibe a Jesús y a Dios Padre mismo.

3. MEDITACION (Que me dice el texto?)


Es necesario reconocer que aunque todos los bautizados tenemos la misma dignidad, Dios nos ha concedido dones
diferentes. Así se concluye que tener un poder (un cargo), no se opone a la humildad cuando se está en función de
servir al otro. Por tanto:
- Qué significa para mí la humildad y el servicio?
- Las cualidades recibidas por Dios, las he puesto al servicio de los demás?
- Por qué el poder hace que la persona sea soberbia y orgullosa?
- Cuál es el ejemplo de Jesús en este sentido?

4. ORACION (Qué me hace decir el texto?)


Después de orar por la iglesia, los gobernantes, enfermos y pobres, laicos comprometidos, para que coloquen sus
cualidades al servicio de los demás, de acuerdo con la función que desempeñen en la sociedad, terminar con la oración
de San Francisco de Asís.
Oración: Señor, hazme un instrumento de tu paz. Haz que donde haya odio, siembre yo amor, donde haya injuria,
perdón; donde haya duda, fe; donde haya desaliento, esperanza; donde haya sombras, luz; donde haya tristeza,
alegría. Oh, divino Maestro: Concédeme que no busque ser consolado, sino consolar; que no busque ser comprendido
sino comprender; que no busque ser amado sino amar; porque dando, de ti recibimos; perdonando, tú nos personas; y
muriendo en Ti, nacemos a la vida eterna.

5. CONTEMPLACION (A qué me compromete el texto?)


A la luz de la oración de San Francisco, que hemos hecho, contemplar a Jesús, que hoy nuevamente nos invita a ser
humildes y servidores en una sociedad que clama justicia y paz y que exige nuestra colaboración en el servicio.
Respondámonos a la pregunta: A qué me compromete el texto? Ejm. Servir, comenzando por el hogar; cuál puede ser
mi servicio en la parroquia? (liturgia, catequesis, pastoral social, etc.); ayuda en la solución de los problemas del
barrio, de la vereda, etc.

CANTO: HAZME UN INSTRUMENTO DE TU PAZ (M.P.C. No. 218)


1 DE OCTUBRE DE 2006
DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO
TEXTO: MARCOS 9, 38-41
“No hay nadie que obre un milagro en mi nombre y luego hable mal de mi” (9, 39)

1. INVOCACION AL ESPIRITU SANTO


Concédenos, Padre misericordioso, que Tu divino Espíritu nos ilumine, nos inflame, nos purifique, de modo que pueda
El penetrar en nosotros con su celestial rocío y llenarnos de obras buenas. Manda tu Espíritu y será una nueva creación
y renovarás la faz de la tierra.

2. LECTURA (Qué dice el texto?)


A. Proclamación y silencio
- Es importante proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción
relatada.
- Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio.

B. Reconstrucción del texto


Si es posible, alguna persona puede relatar el texto de memoria. Para profundizar y entender mejor, se pueden utilizar
las siguientes preguntas
- Qué le dijo Juan a Jesús? ¿Qué habían observado los discípulos de Jesús? Por qué trataron de impedir que
alguien expulsara demonios en Nombre de Jesús?.
- Qué le contestó Jesús a sus discípulos? ¿Por qué no le deben impedírselo?
- Por qué uno no quedará sin recompensa si da de beber un vaso de agua a un cristiano?
- Qué otras recomendaciones hace Jesús?

C. Ubicación del texto


La escena que presenta nuestro texto se realiza en los viajes que Jesús hace fuera de Galilea, más exactamente en
Cafarnaúm. Juan, el zebedeo, rechaza a los que están fuera de la comunidad, pero actúan en nombre de Jesús; ya antes
Pedro había demostrado también su oposición frente a la debilidad y muerte de Jesús (Mc. 8, 32).

D. Algunos elementos para comprender el texto


 Paralelos del texto
Comparar con: Nm. 11, 28; Mt. 10, 42; Mt. 12, 30; Mt. 18, 6-9; Lc. 9, 49-50; Hch. 3, 16; 1Co. 3, 23; 1Co.
12, 3 Comentar.

 Ideas fundamentales
La joven comunidad cristiana de la época en que se escribió este texto bíblico, ya experimentó que, por un lado, no
todos sus miembros eran justamente buenos ejemplos, y que, por el otro lado, también fuera de ella hubo gente que hizo
muchas cosas buenas. Lo hacen en Nombre de Jesús, en su Espíritu, pero no quieren tener nada que ver con la Iglesia.

Jesús invita a no levantar muros sino a reconocer gustosamente el bien que se realiza “fuera” del propio grupo o
Comunidad.

“El que no está contra nosotros, está con nosotros”. No es tan fácil mantener siempre ese espíritu abierto. En los
Evangelio según San Mateo y según San Lucas, aparecen estas palabras en una formulación diferente: “El que no está
conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. (Mt.12, 30; Lc. 11, 23). Jesús combate
decididamente el mal, pero cuando se trata de las personas, no conoce ningún fanatismo estrecho.

El Espíritu Santo sopla donde él quiere (ver Jn 3, 8). El no está atado exclusivamente a instituciones y ministerios.
Actúa también fuera de los 7 Sacramentos y fuera de la Iglesia visible. Habita también en los corazones de los
“cristianos anónimos”; inspira a todas las personas de buena voluntad aunque no se confiesen explícitamente
cristianos. Y hasta en aquellos que combaten el cristianismo, no siempre todo es maldad. Tal vez combaten solamente
aquello que nosotros injustamente presentamos como “cristianismo”, y en verdad no se ajusta al Evangelio.
Recuerda Juan Pablo II: “El Espíritu se manifiesta de modo particular en la Iglesia y en sus miembros; sin embargo, su
presencia y acción son universales, sin límite alguno ni de espacio ni de tiempo. El Concilio Vaticano II recuerda la
acción del Espíritu en el corazón del hombre, mediante las “semillas de la Palabra”, incluso en las iniciativas
religiosas, en los esfuerzos de la actividad humana encaminados a la verdad, al bien y a Dios. ... Toda auténtica plegaria
está movida por el Espíritu Santo, que está presente misteriosamente en el corazón de cada persona.

“Dios no deja de hacerse presente de muchas maneras, no sólo en cada individuo, sino también en los pueblos mediante
sus riquezas espirituales, cuya expresión principal y esencial son as religiones, aunque contengan lagunas,
insuficiencias y errores. Todo ello ha sido subrayado ampliamente por el Concilio Vaticano II y por el Magisterio
posterior, defendiendo siempre que la salvación viene de Cristo y que el diálogo ni dispensa la evangelización... El
diálogo debe ser conducido y llevado a término con la convicción de que la Iglesia es el camino ordinario de salvación
y que sólo ella posee la plenitud de los medios de salvación”.

Dice el Papa Pablo VI: “La Iglesia respeta y estima las religiones no cristianas, por ser la expresión viviente del alma de
vastos grupos humanos. Llevan en sí mismas el eco de milenios a la búsqueda de Dios; búsqueda incompleta pero
hecha frecuentemente con sinceridad y rectitud de corazón... La Iglesia piensa que estas multitudes tienen derecho a
conocer la riqueza del misterio de Cristo., dentro del cual creemos que toda la humanidad puede encontrar, con
insospechada plenitud, todo lo que busca a tientas acerca de Dios, del hombre y de su destino, de la vida y de la muerte,
de la verdad”.

Y, respecto a los cristianos no – católicos expresa: “La Iglesia se siente unida por muchas razones con todos los que se
honran con el nombre de cristianos a causa del bautismo, aunque no profesen la fe en su integridad o no conservan la
unidad de la comunión bajo el sucesor de Pedro”. Con todo derecho y justicia debemos reconocerlos como “hermanos
en el Señor”. Consuela saber que el Señor traza el círculo muy amplio. El Reino de Dios es mucho más grande que la
Iglesia visible.

A nosotros, los que pertenecemos a la Iglesia Católica, el Concilio nos advierte: “No se salva el que no permanece en el
amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, porque está en el seno de la Iglesia con el “cuerpo”, pero no con el
corazón” (LG 14).

3. MEDITACION (Que me dice el texto?)


Es necesario comprender que el Espíritu Santo se manifiesta en la Iglesia, pero su presencia es universal, pues otros
grupos fuera de la iglesia, son expresión del amor de Dios siempre que se viva auténticamente el Evangelio. Por tanto:
¿Procuro realizar mis actividades en nombre de Jesús?; ¿Soy signo para que otros reciban el Espíritu Santo, ya sea
fuera de la Iglesia o dentro de ella?; ¿Cuál es mi actitud frente a las “sectas” protestantes?; ¿Me siento preparado para
un diálogo con ellos?; ¿Reconozco que Dios actúa en cualquier circunstancia, sin límites?

4. ORACION (Qué me hace decir el texto?)


Orar por la unidad de todos los cristianos católicos, que en la Iglesia vivan la coherencia entre fe y vida; Por quienes
practican religiones diferentes a la católica, que el Espíritu Santo los ilumine y luchen por la salvación del hombre; Por
los grupos de nuestros hermanos separados, especialmente los de nuestra parroquia; que el Espíritu Santo los ayude a
llevar a los hombres a Dios y que nosotros, católicos, podamos tener una actitud justa y correcta hacia ellos.

5. CONTEMPLACION (A qué me compromete el texto?)


Reconocer que el Espíritu de Dios, hoy nuevamente actúa dentro de la Iglesia y fuera de ella para que el mensaje de
salvación llegue a todos los pueblos. Esa es nuestra tarea. Por tanto, a qué me compromete el texto? Ejm. Como
católico: dar testimonio en el hogar, crecer en la práctica de las virtudes cristianas y medios que la Iglesia ofrece;
mejorar mi actitud con los hermanos separados; luchar por mi conversión dejando lo que me aparta de Dios.

CANTO: A EDIFICAR LA IGLESIA (M.P.C. No.6)


8 DE OCTUBRE DE 2006
TEXTO: MARCOS. 10, 2-12
“Lo que Dios unió, no lo separe el hombre” (10, 9)

1. INVOCACION AL ESPIRITU SANTO


Eterno Padre, en nombre de Jesús Cristo y por la intercesión de María Virgen Inmaculada, mándanos el Espíritu Santo.
Espíritu Santo, eterno amor, Ven a nosotros con tus ardores, ven, inflama nuestros corazones. Amén

2. LECTURA (Qué dice el texto?)


A. Proclamación y silencio
- Es importante proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción
relatada.
- Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio.

B. Reconstrucción del texto


Si es posible, alguna persona puede relatar el texto de memoria. Para profundizar y entender mejor, se pueden utilizar
las siguientes preguntas:
- ¿Quiénes se le acercaron a Jesús? ¿Con qué intención? (Qué cuestión le plantearon?
- ¿Moisés permitió al hombre divorciarse de su mujer? ¿Por qué?
- ¿Dios permite el divorcio? ¿Cuál es el plan original de Dios sobre el hombre y la mujer?
- Habiendo regresado a casa, ¿Qué le preguntaron los discípulos a Jesús? ¿Qué les contestó Jesús? ¿Qué comete
el que se divorcia de su mujer? Y, ¿qué comete la mujer que se divorcia de su marido?

C. Ubicación del texto


En el camino que lleva por los límites de Indumea y Transjordania, fuera ya del territorio de Galilea, los fariseos
quieren tentar a Jesús preguntándole sobre el estatuto eclesial de la mujer. Básicamente parece que el texto trata sólo
de los fieles de Jesús, pero la discusión sobre la mujer trasciende el campo de la Iglesia y viene a interpretarse en forma
más extensa desde el sentido original del ser humano que ofrece Gn. 1, 27; 2, 24. El texto incluye dos partes: la
primera de controversia con los fariseos en plano más externo (10, 2-9) y la segunda de iluminación o ley eclesial para
los discípulos (10, 10-12).

D. Algunos elementos para comprender el texto


 Paralelos del texto
Comparar con: Gn. 1, 27; Gn. 2, 24; Dt. 24, 1; Mt 5, 32; Mt. 19, 1-9. Comentar

 Ideas fundamentales
Los fariseos no discutían el derecho al divorcio. La formulación de la pregunta en este texto responde a las inquietudes
de los primeros cristianos. La forma diferente de la pregunta en el Evangelio según San Mateo (19, 3) refleja mejor la
posición de los judíos: ellos discutían solamente sobre cuáles podían ser las razones suficientes para que un hombre
pudiera despedir a su mujer. Algunos permitían el divorcio por cualquier cosa que desagradara al marido, por ejemplo,
que la mujer no cocinara bien. Otros creían que tenía que haber de por medio una falta moral grave, como el adulterio.
Los fariseos estaban convencidos que el varón tiene ese derecho y no hay más discusión. Si Jesús decía lo contrario,
quedaría en ridículo.

Efectivamente, en el libro del Deuteronomio (24, 1ss) está la ley sobre el divorcio. Allí, para que un hombre pueda
despedir a su mujer, no se exige más que la escritura de un documento, para que así conste que la mujer ya es libre, y
no se la acuse de adulterio en el caso de que se una a otro hombre.

Cuando a Jesús le preguntaron sobre el divorcio, el Señor volvió a asentar firmemente el plan original de Dios para el
matrimonio: un solo hombre casado con una sola mujer, para toda la vida. Esta clara voluntad de Dios ya aparece en
los primeros capítulos de la Biblia (Gn 1,27; 2,24).

Jesús no niega que el divorcio sea tolerado en el Antiguo Testamento. Y explica la razón, atribuyéndola a la dureza del
corazón de los hombres. La expresión “dureza de corazón” se usa frecuentemente en la Biblia para designar la actitud
rebelde del pueblo que se niega a obedecer la voluntad de Dios. La ley de Moisés no presenta en nada el ideal, sino
trata de regularizar una triste situación que es consecuencia del pecado. F Pero para nada se trata de los que Dios quiso
cuando creó al hombre y a la mujer.

La intención de Dios es que el hombre y la mujer se unan por amor en el matrimonio, de modo que ya no sean dos
personas, sino una sola. La unión de los esposos no debe darse solamente en el nivel genital, sino que tiene que llegar a
todos los niveles de la vida en común. En una unión de esta clase ya no queda lugar para pensar en el divorcio. Donde
los fariseos hablan de causas de divorcio, Jesús habla de la fuerza del amor que une.

Fiel al Evangelio, San Pablo manda: “A los casados les ordeno – y esto no es mandamiento mío, sino del Señor – que la
esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que
tampoco el marido abandone a su mujer”. (1Co. 7, 10ss).

De allí, la postura pastoral de la Iglesia. Por una parte, comprensiva con los que incurren en la contradicción de tener
un pie en el Nuevo Testamento para seguir a Jesús, y otro en el Antiguo Testamento para aferrarse a la ley divorcista de
Moisés. El divorcio no es compatible con la adhesión plena al Evangelio. Si existe una ley civil que autorice el
divorcio, ésta no tiene validez alguna para un cristiano.

Por otra parte, fiel al Señor, la Iglesia es intransigente. La sumisión a la verdad del Evangelio no se ha de interpretar
como un atropello a los derechos de los fieles, ni como un desprecio por sus personas, sino como una defensa del bien
de los mismos esposos, de sus hijos y de la Iglesia y de la sociedad toda.

Para los que se han separado, sin dejarse implicar en una nueva unión, no existe obstáculo alguno para acercarse a los
Sacramentos. Y si bien, los divorciados casados de nuevo no son admitidos a la Sagrada Comunión, no están
excomulgados. Siguen siendo cristianos, miembros del Pueblo de Dios y hermanos nuestros. No están separados de la
Iglesia, menos aún excluidos del amor de Dios. Pueden, y aun deben participar en la vida de la Comunidad cristiana.
Pueden obtener de Dios la gracia de la conversión y de la salvación, si perseveran en la oración, en la penitencia y en la
caridad.

Dijo Jesús: “El que no tenga pecado que arroje la primera piedra” (Jn 8,7). Todos somos pecadores, y necesitamos de
una constante conversión y de la misericordia de Dios..

3. MEDITACION (Qué me dice el texto?)


Podemos ver que en el ambiente materialista en que vivimos, el matrimonio por la Iglesia tiende a perder su
importancia y las parejas se acostumbran a la unión libre o al matrimonio civil.
¿Soy consciente que el único matrimonio válido para los católicos es el sacramental? ¿Comprendo que el matrimonio
por la Iglesia es base de estabilidad para la familia cristiana? ¿Por qué es tan común el divorcio? ¿Qué significa para
mí la espiritualidad familiar? ¿Conozco la posición de la Iglesia sobre el divorcio y sus fundamentos? En nuestra
comunidad, los que se encuentran en alguna irregularidad matrimonial, ¿son queridos como hermanos en la misma fe?
¿Cómo podemos preparar mejor y apoyar más a los matrimonios?

4. ORACION (Qué me hace decir el texto?)


orar por la unidad y estabilidad de las familias. Luego, hacer la siguiente oración:
Señor Jesús. Tú viviste en una familia feliz. Haz de nuestra casa una morada de tu presencia, un hogar cálido y
dichoso. Venga la tranquilidad a todos sus miembros, la serenidad a nuestros nervios, el control a nuestras lenguas, la
salud a nuestros cuerpos. Que los hijos sean y se sientan amados y se alejen de ellos para siempre, la ingratitud y el
egoísmo. Inunda, Señor,, el corazón de los padres de paciencia y comprensión y de una generosidad sin límites. Danos
el pan de cada día y aleja de nuestra casa el afán por exhibir, brillar y aparecer. Que la alegría brille en los ojos, la
confianza abra todas las puertas, la dicha resplandezca como un sol; sea la paz reina de nuestro hogar y la unidad un
solo entramado.. Te lo pedimos a ti que fuiste un hijo feliz en el hogar de Nazaret junto a María y José. Amén.

5. CONTEMPLACION (A qué me compromete el texto?)


Que los participantes del grupo contemplen a Jesús que hoy se hace presente en nuestras familias, invitándonos a imitar
su familia de Nazaret, en la oración, fidelidad, diálogo y estabilidad. A qué me compromete el texto a nivel personal,
familiar y comunitario?

CANTO: UN DÍA DE BODAS (M.P.C. No. 439)

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