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Tercera tarea de Filosofía de la educación. Estudiante: Gabriela Véliz.

15/4/2020

¿es posible generar una escuela que permita a los que la habitan
encontrar las condiciones para que logren su propia emancipación?

Para dar comienzo a esta reflexión primeramente se intentará aclarar en qué


sentido se tomarán algunos de los conceptos expresados en la pregunta
disparadora.,
Cuando referimos a emancipación se entiende a la misma como la posibilidad
de cada individuo de liberarse, de lograr su autonomía. En este caso puntual,
cuando refiero a individuo refiero a aquellos actores que habitan la escuela y
principalmente el aula de clases, es decir estudiantes y docentes.
No me animo a afirmar si es posible o no lograr esta emancipación pero si
pensar algunas cuestiones que intenten generarla, considerando desde ya que
es un gran desafío.
Desde mi rol como docente de filosofía me centraré en el trabajo de aula, en
las posibilidades que pudieran abrirse allí para intentar este camino.
Tomo para comenzar la afirmación que realiza el profesor W. Kohan en el video
“… el aprendizaje, por suerte, aún sigue siendo un misterio…”. Esta
afirmación me resulta muy interesante para tenerla en cuenta si como docentes
queremos intentar generar esas condiciones para la emancipación ¿Por qué?
Porque es sumamente importante la concepción que tengamos sobre el
aprendizaje y enseñanza ya que está guiará en gran parte nuestra accionar
educativo.
En nuestra formación vemos diferentes teorías psicológicas, didácticas,
epistemológicas y pedagógicas sobre ¿qué es el aprendizaje y cómo
aprendemos? , sin dudas estás teorías son pertinentes para nuestro rol pero
también podrían ser un tanto peligrosas en el sentido de que nos puede llevar a
pensar por sistemas, es decir a una estandarización del aprendizaje que no nos
permita ver más allá de dichas teorías y nos lleven a cerrar puertas para
nuevas formas de aprender y enseñar . El ver al aprendizaje como un misterio
nos mantiene dispuestos a seguir aprendiendo, a permitir sorprendernos,
inventar nuevos caminos, experimentar, ensayar y errar, pensar por ideas a
tener en cuenta. Estar convencidos de que todos podemos aprender y no hay
una única forma de hacerlo nos permite abrirnos y abrir oportunidades a
Tercera tarea de Filosofía de la educación. Estudiante: Gabriela Véliz. 15/4/2020

nuevos saberes, nuevos conocimientos, nuevas experiencias. Por otro lado, al


posicionarnos desde esta concepción del aprendizaje como un misterio
también nos lleva a concebir la enseñanza como un proceso de horizontalidad,
de ida y vuelta entre los actores de la clase, todos podemos aprender y todos
podemos enseñar, enseñamos y aprendemos uno con el otro, juntos.
Esto nos lleva a plantearnos un aspecto aún más profundo ¿Qué es el otro
para mí? ¿Qué concepción antropológica mueve mi acción educativa? ¿Qué
docente quiero construir en mí?
Pensando también en lo que venimos reflexionando en el curso sobre la acción
de educar y ¿qué es lo escolar? Considero que un buen paso, quizá, para
generar esas condiciones que busquen la emancipación es replantearnos estás
preguntas que a su vez nos permiten también guiar nuestra practica, nuestra
acción.
Si como docentes vemos la educación únicamente como un agente
socializador, como una herramienta para “adquirir” conocimientos, como una
etapa de preparación estrictamente académica probablemente sigamos
reproduciendo ideas, pensamientos y acciones y no parecería que ese
escenario permita emanciparnos ¿ no? .
Ahora bien, pensando nuestra acción de educar quizá como una oportunidad
para enseñar y aprender con el otro y tomando al aula como un espacio para
generar esa oportunidad, para vivir nuevas experiencias y generar nuevas
relaciones con el saber, quizá nos aproximemos. Para ello se vuelve
indispensable generar en el aula un clima de respeto y escucha, presentar
propuestas que permitan problematizar estas relaciones, que estimulen nuestra
visión crítica y promuevan el diálogo entre todos los actores.
Es fundamental aquí no solo la postura o posicionamiento del docente, sino
también el compromiso, las ganas, la empatía, el amor que el mismo le dedique
a este camino del educar.
Por último, un aspecto muy importante, es el promover el deseo de aprender, el
deseo de pensar, el deseo de emanciparse. En lo personal creo que es una de
las tareas más difíciles. En mi corta experiencia me he encontrado con
muchísimos estudiantes donde el deseo se encuentra en la aprobación del
curso y no en el aprender, donde no interesa mucho pensar sino las
soluciones, donde se prefiere la reproducción memorística de los contenidos y
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no su producción y sus problemas. Ese es mi gran desafío, si realmente se


quieren generar las condiciones para emanciparnos es una tarea de todos.
¿Cómo recuperar el deseo de aprender? ¿ por qué habrá individuos que
prefieren seguir sujetos? ¿ Será miedo , comodidad? .
En fin, podremos ensayar, errar o acertar en esta tarea del educar y en este
camino de intentar generar las condiciones para la emancipación pero como
bien afirma el profesor Kohan no es posible emancipar a otro porque el propio
acto de emancipación es autónomo. Si, podemos ayudar, podemos aportar,
podemos impulsar, pero la decisión es nuestra.

Fuentes de consulta:

 . Artículo: FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN. ALGUNAS PERSPECTIVAS ACTUALES de Walter


Kohan

 Video: Infancia y educación filosófica. Walter Kohan (26 minutos)

https://www.youtube.com/watch?v=rVO6lwpuXPs

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