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Tal como definimos en nuestra primera clase, el sistema de gestión de personas está
inserto en un contexto que es propio de cada organización. Se ha insistido en que los
procesos que hemos definido deben estar siempre alineados con los objetivos
estratégicos de la organización. Esto ya comienza a darle un sello a la estrategia de
gestión de personas.
En este último punto ahondaremos en esta clase. En este caso, al referirnos al contexto
hablaremos principalmente de tres conceptos: la cultura de la organización, el clima
laboral y la ecología de las relaciones interpersonales.
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Cultura organizacional
¿Puede una organización tener personalidad? ¿Es distinto hablar de Lan que de Sky?
¿Cuál es la cultura de su organización?
Majluf (2011), define la cultura como la forma de ser y actuar de una organización. Por un
lado, le da estabilidad a la organización, pero por otro puede ser un obstáculo para
desarrollar la creatividad y la toma de decisiones. De todas formas, cualquier decisión que
se tome cuando hacemos gestión, debe considerar la cultura organizacional.
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La cultura cumple ciertas funciones dentro de la organización:
Robbins (2009) indica que las culturas nacen principalmente como un reflejo de los
fundadores de las organizaciones. Luego, hay tres fuerzas que permiten fomentar y
mantener viva la cultura entre las personas:
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Cultura y clima
Previamente nos referimos a clima, en nuestra primera clase, para dar cuenta de su
importancia con la gestión de personas. Ahondaremos un poco más en este concepto y
en su relación con la cultura.
Vergara (2015) define el clima como el ambiente generado por las emociones de los
miembros de la organización, el que se relaciona con la motivación de las personas. Es
un conjunto de percepciones que se tienen respecto a la organización y que determina el
ambiente emocional, influyendo en la forma en que las personas se relacionan con la
organización, sus jefes y con el mismo trabajo.
Majluf (2011) agrega que cuando el clima es bueno las personas reciben sin esperar y la
organización entrega sin que le pidan. Hay una estrecha relación entre las características
propias de la persona y las características de la institución. Hay dos dimensiones del
clima organizacional: la salud y la apertura.
Cuando el clima es saludable, las relaciones interpersonales son agradables, existe apoyo
y compañerismo. Cuando es abierto, hay mucha comunicación y la información está
disponible, existe equilibrio entre el trabajo y la vida personal, existe compromiso y
confianza. También existen climas opuestos: poco saludables y cerrados. ¿Se ha sentido
trabajando en un clima así? ¿Qué se puede hacer en esos casos?
Es interesante entonces comparar clima y cultura, hemos visto que ambos se refieren a
ciertas actitudes propias de la organización que trascienden a las personas. Vergara
(2015), hace una interesante analogía. El clima es a las emociones como la cultura a los
estados de ánimo. Las emociones pueden variar en el corto plazo, mientras que los
estados de ánimo tienden a permanecer más estables. Lo mismo ocurre con el clima y la
cultura.
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Cultura
organizacional
Clima laboral
El clima laboral se relaciona con muchas otras variables propias de las relaciones
interpersonales: liderazgo, confianza, motivación, entre otras. Veremos esta trama de
relaciones a continuación.
La ecología de la relación
Hemos señalado anteriormente que las actividades del sistema de gestión de personas se
relacionan entre ellas. De la misma forma, cuando analizamos las variables que afectan
las relaciones entre las personas, nos damos cuenta que todas ellas están estrechamente
relacionadas entre sí. Por esto, Majluf (2011) habla de la ecología de la relación laboral.
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Cultura organizacional Ambiente laboral
Liderazgo
Clima
Confianza
Compromiso Reconocimiento
Motivación Oportunidades de participación
Satisfacción
Disposición participar
Las variables del ambiente laboral influyen directamente en las percepciones que tienen
las personas. Por ejemplo, el estilo del líder va a tener efectos sobre la motivación de las
personas, una relación de confianza va a generar mayor compromiso o un clima laboral
positivo va a influir en la satisfacción de las personas. Del mismo modo, el reconocimiento
también tiene incidencia sobre la motivación de las personas o las oportunidades de
participación que se brinden pueden aumentar la satisfacción de las personas con el
trabajo.
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Las variables que asociamos con lo que la organización hace son, a su vez, un reflejo del
clima organizacional (qué incentivamos y cómo), del liderazgo (la apertura, cercanía, las
formas de reconocer de las personas) y de la confianza (espacios sinceros de
participación).
Como vemos, las interacciones son muchas. Si tocamos una tecla en este sistema de
relaciones, el resto de las variables se verá impactada. Nos referiremos a continuación a
los aspectos más destacados de cada una de estas variables, con excepción del clima del
que ya hemos hablado en la primera clase y anteriormente en este mismo documento.
Liderazgo
Es innegable que los líderes cumplen un rol crucial en las organizaciones. Se espera
mucho de ellos: que guíen a las personas hacia la visión de la organización, que logren
las metas estratégicas, que sean intachables en su actuar, que inspiren con su ejemplo,
que administren eficientemente los recursos, etc.
Ancona et al. (2007) postulan que se debe dejar atrás esta ilusión de un líder con
capacidades ilimitadas y dar paso a un liderazgo más distribuido. La tendencia a construir
organizaciones menos jerárquicas y el alto número de profesionales de alto nivel que las
integran es el escenario propicio para que los líderes comiencen a delegar funciones.
Estos autores definen el liderazgo a través de cuatro capacidades:
La literatura en liderazgo es extensa, hay muchos estilos que se han estudiado y múltiples
enfoques, por ejemplo (basado en Majluf, 2011 y Robbins, 2009):
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• El liderazgo situacional que establece que el líder debe adaptarse a su contexto.
Esta adaptación puede ser en base al nivel de madurez de sus colaboradores
(Hersey y Blanchard) o al nivel de participación que otorga (Vroom).
• El líder carismático (House) que posee características como: una visión clara y
convincente de la organización, está dispuesto a correr riesgos personales por
ella, es sensible a las demandas de las personas y tiene comportamientos fuera
de lo común en su gestión.
• El líder servidor de Greenleaf que se preocupa primero de servir a las personas y
luego de liderar. Se asocia a características como la escucha activa, la empatía,
el compromiso con otros.
• El liderazgo sensato que propone Majluf y que se resumen en dos habilidades:
leer el contexto (del entorno, de la organización, de las personas) y saber cómo
actuar y llevar a cabo sus planes (siendo experto en su tema y distribuyendo su
liderazgo). Todo en un marco ético.
Ciertamente no hay una receta de liderazgo que sirva para todas las organizaciones. Pero
claramente el líder debe conocer muy bien el contexto, su organización, sus personas y a
sí mismo. Tiene que tener una visión clara, desafiante y cautivante para desarrollar su
gestión con y centrada en las personas.
Confianza
De acuerdo a Robbins (2009), “la confianza es una expectativa positiva de que otra
persona no actúa de manera oportunista: con palabras, acciones o decisiones. Los dos
elementos más importantes de la definición son que implica familiaridad y riesgo.” Majluf
(2011) plantea que cuando se confía, uno se vuelve vulnerable a la otra persona y que la
confianza puede ir cambiando en el transcurso de una relación.
Los motivos por los que una persona confía en otra pueden tener diversos orígenes. Unos
están en la dimensión cognitiva, hay un juicio que hace confiar: se evalúa la
competencia, consistencia y similitud del otro. También se confía por variables que son
propias de una dimensión afectiva: la benevolencia, la apertura y la justicia. Existe, por
último, una dimensión valórica: confiamos si sentimos que el otro es íntegro.
En las organizaciones más productivas se ha estudiado que los jefes confían en sus
subordinados basándose en lo racional, en sus competencias por ejemplo. Pero los
subordinados depositan su confianza en los jefes más por lo afectivo y valórico.
Los beneficios de que exista confianza en las organizaciones son muchos. Ciertamente
genera un clima positivo porque las relaciones se vuelven más sólidas. Se abren espacios
de comunicación y colaboración. Aumenta la identidad.
Puede ser difícil generar esta confianza, pero una vez obtenida hay que cultivarla y
mantenerla porque es aún más difícil recuperarla.
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Compromiso
Satisfacción
¿Qué hace que una persona se sienta satisfecha? Ciertamente una combinación de
factores, por ejemplo:
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• El trabajo en sí mismo (las labores que realiza)
• La remuneración
• Oportunidades de desarrollo
• La relación con el jefe o líder
• La relación con sus compañeros
Participación
Para analizar la participación se deben mirar las dos caras de la moneda. Por un lado
están las oportunidades que brinda la organización y, por otro, la disposición que tienen
las personas a participar. La clave está en reducir esta brecha.
Si las personas perciben que sus aportes serán relevantes y que tienen las competencias
para aportar, existirá disposición a participar. Es importante entonces revisar qué espacios
de participación se están dando y qué disposición a participar tienen las personas.
Mientras más ajustadas estén estas diferencias, mayor satisfacción, compromiso y
actitudes positivas habrá hacia el trabajo.
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Reconocimiento
¿Cuándo fue la última vez que lo felicitaron? ¿Cuándo fue la última vez que usted felicitó
a alguien?
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Motivación
Dejamos para el final una de las palancas más importantes de la gestión de personas: la
motivación. Podríamos definirla, de acuerdo a Robbins (2009) como “los procesos que
inciden en la intensidad, dirección y persistencia del esfuerzo que realiza un individuo
para la consecución de un objetivo”. Es interesante esta definición. Primero habla de
procesos, es decir, es una variable compleja que puede ir cambiando en el tiempo. Habla
de intensidad, dirección y persistencia, la motivación puede variar en una persona de
acuerdo a la tarea. La intensidad del esfuerzo varía, por ejemplo, en ver un video de una
clase online versus un capítulo de su serie favorita. Y, finalmente, desde la perspectiva
laboral, es clave asociar la motivación a conseguir los objetivos de la organización.
Han surgido indudablemente múltiples nuevas teorías. Por ejemplo, la teoría del
establecimiento de metas que plantea que un buen diseño de las metas en cuanto a
especificidad, dificultad y retroalimentación tiene un efecto en la motivación y desempeño
de las personas. La teoría de la eficacia personal que se refiere a la convicción que
tiene la persona de poder realizar una tarea. Es entonces, tarea de la organización
aumentar la eficacia personal de sus colaboradores. También, la teoría de la equidad (o
inequidad como vimos en la clase 5) que se basa en que las personas comparan su
esfuerzo con el de otros y actúan para eliminar cualquier desigualdad. Otra teoría que ha
sido estudiada es la de las expectativas de Vroom, que plantea que las personas harán
un mayor esfuerzo cuando perciban que éste tendrá consecuencias positivas (evaluación
de desempeño, premios organizacionales, aumento de sueldo, desarrollo profesional) y
que le permitirá alcanzar sus metas personales. Esta teoría se representa en el siguiente
esquema:
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Esfuerzo Desempeño Recompensas Metas
individual individual organizacionales personales
Nos detendremos en una última teoría, principalmente por su vinculación con el sistema
de gestión de personas. Esta teoría publicada por Noria et al. (2008) plantea que existen
cuatro fuerzas que impulsan a las personas a actuar:
Estos cuatro impulsos pueden gestionarse a través de los procesos del sistema de
gestión de personas, como muestra la siguiente tabla:
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• El estilo del castor: es importante el control sobre el cumplimiento de las metas.
Si la organización hace su parte, la persona hace la suya
• Un campo de juego con el territorio claramente demarcado
• Los líderes definen el juego pero no son los jugadores, dejan jugar
• Los pensamientos, los sentimientos, las necesidades y los sueños se
respetan, se escucha y generan acción
• Capaces y concientes del desafío
• El don del ganso: Alentar a los demás para seguir adelante. Felicitar y celebrar.
• Sin marcador no hay juego
• Sorprenda a otros haciendo las cosas bien y felicítelos
• Celebre el progreso y no solo los resultados
Cierre
En esta clase nos ocupamos del contexto en que se desarrolla el sistema de gestión de
personas. Analizamos la importancia de la cultura organizacional y de las relaciones que
se dan entre éstas.
Las relaciones entre las personas son una verdadera ecología: están estrechamente
relacionadas y cualquier efecto sobre alguna de sus variables va a impactar al resto.
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La motivación de las personas resulta clave para la consecución de los objetivos de la
organización. Hay que conocer a las personas y entender sus motivaciones. Gestión es
motivación.
Bibliografía
• Ancona D., Malone, T., Orlikowski W. y Senge P. (2007). Elogio del líder
incompleto. Harvard Business Review
• Blanchatd K., Bowles S. (2004) ¡A la carga! (Gung Ho!): cómo aprovechar al
máximo el potencial de las personas de su empresa. Norma, 2004.
• Majluf, N. (2011). Los desafíos de la gestión. De lo formal a lo sutil. El Mercurio –
Aguilar.
• Nohria N., Groysberg B., Lee L. (2008). Employee motivation: a powerful new
model. Harvard Business Review.
• Robbins, S y Judge, T. (2009). Comportamiento Organizacional. Decimotercera
edición. Pearson Educación. México.
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