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lIIRA TU PASADO A IA IFZ DE

m QUE ERES EN CASTO

¿(;6mo quiere Dios que resuelvas las experiencias del pasado? De


dos maneras. Primera, comprende que ya no eres producto de tu
pasado. Eres nueva criatura en Cristo: un producto de Cristo cn la
cruz Tienes el privilegio de evaluar tu cxpcriencia dcl pasado a la
luz dc lo que eres hoy, cn oposición a lo que eras entonces La
intensidad de la emoción primaria fue establecida por la
pcrcepaón de los hechos en el rnnmento que ocurrieron. Las
personas no son esclavas de los traumas del pasado. Son esclavos
de las mentiras que han creído acerca de sí, acerca de Dios y de]
modo de vivir como resultado del trauma. Por eso la verdad te

hace libre (véame Juan 8:31, 32).


(bmo cristiano, cres literalmente una nueva criatura en Cristo.
Lu cosas viejas incluidos los trRUrnas dcl pando, pasaron (2 C:o-
rintios 5;17). Tu viejo hombre "en Adán", pasó; la nueva criatura
"cn Cristo" ha llegado para quedarse. Todos hemos sido víctimas,
pero si seguimos siendo víctimas depende de nosotros. las emo"
dones primarias están arraigadas en mentiras que creímos cn c]
pasada Ahora podemos ser transformados por la renovadóp de
nuestro entendimiento (Romanos. 122). 1ns moldes carnales aún
están incrustados en nuestra mente cuando llegamos a scr nueva
criatura cn Cristo, pero nosotros podemos crudficar la carne y dc-
ddirnos por andar en el Espíritu (Gálatas 5:22-25).
Ahora que estás en Cristo puedes mnsidcrar los hechos de]
pasado desde la perspectiva de lo que eres cn el presente. ' tc
preguntes: "¿D6nde estaba Dios cuando ocurría todo eso?' El ll)ios
omnipresente estaba allí y envió a su Hijo para redimirte de M pa-
sado. Lo cierto es que ÉI está en tu vida ahora para liberarte de tu
pasadcl Eso es el evangelio, las buenas nuevas que oisto vino .a li-
berar a los cautivos La percepa6n de aquellos sucesos desde la
perspectiva de tu nueva identidad en Cristo es lo que inicia el pro'
ceso de curación de las emociones dañadas
Una apreciada misionera cristiana que conozco sufría con su
pasado porque descubrió con horror que su padre practicaba la
homosexualidad. l.e pregunté: Ahora que sabes eso acerca dc tu
padre, ¿cómo afecta tu herencias?
Ella comenzó a responder con referencia a su aprenda neu-
ral, luego se detuvo abruptamente. Repentinamente compren:dió
que nada había cambiado en su verdadera herencia cn Cristo. Sa-
bido esto, ella pudo enfrentar los problemas de su famila terrenal
sin scr emocionalmente abrumada por ellos. Su alivio vino cuando
comprendió el grado de segun(!ad que disfrutaba cn su rclación
con Dios. su verdadero Padre. Las cmodones resultantes refleja-
ban la realidad porque ella creyó de sí misma lo que correspondía
a la verdad.

PERDONA A LOS QUE TE HAN PENUDI(:ADO


EN EL AMADO

El segundo paso para resolver los conflictos pasados es perdonar a


los que te han ofendido. Después de animar a (:ndy para tratar cl
trauma emocional de la violación, le dije:
-Cindy, es necesario que perdones al hombre que te violó.
Su respuesta, típica dc muchos creycntes que han sufiddo do-
lores fisicos sexuales o emocionales dc parte de otros, fiaca
-¿Par qué debo perdonarlo? Parece que no entiendes t«lo
el dario que me ' .
Quizás te hagas la misma pregunta ¿Por qué debo perdonar a
los que me han dañado en el pasado?
Primero, Dios requiere el perdón Después de decr Amén cn
el Padre Nuestro --que incluía una petición del perdón de
Dioe-- Jesús comentó: 'porque si perdonáis a los hombres sus
ofensas, os perdonará tambén a vosotros vuestro Padre celestial
mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro
Padre os perdomrá vuestras ofcnns" (Mateo 6:14,15). Nuestra re-
lación con los demás debemos basadas en los mismos criterios en
que Dios basa su relación con nosotros amor, aceptación y perdón
(Mateo 18:21-35).
Segundo, el perdón es necesario para las trampas de Satanás.
En mis consejeríás he descubierto que la falta de perdón es la ave-
nida principal que Satanás usa para echar en la vida del creyente.
Pablo nos exhorta que perdonemos "para que Satanás no gane
ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquma-
ciones" (2 Corintios 21 1). He tenido el privilegio de ayudar a en-
contrar la libertad en Cristo a personas de todo e]
mundo. En cada caso, el perdón era un problema y
en muchos casos era c'/ taha que había que resolver. .,;
NUESTRA RELACLÓN CON LOS DEMÁS
DEBEMOS BASARLA EN
LOS MISMOS CRITERIOS EN QUE
DIOS BASA SU RELACIÓN CON NOSOTROS:
AMOR, ACEPI'ACIÓN Y PERDÓN.

Tercero, el perdón se requiere de todos los cre-


yentes que deban ser como Cristo. Pablo escribe:
'X2uítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicenda, y toda masha Antes sed
Innipnns limos fnn ntrnc. micprii'ardiaa-ic r,,.rln.

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