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Referencias bibliográficas 4050

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SC11ouRuP, LAwRENCE (1983): •Common Discourse Particles in English Conversation•, Worki11g Papers 63. 1.3.3. Marcas de entonación
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University Press. ·
VINET, M.' THÉR~SE (1991): • French non-Verbal Exclamatives., Probus 3:1, págs. 77-100.
63.1.3.10. Autonomía
63. 1.3. 11. Incidencia
63.1.3.12. Otras vinculaciones sintácticas
63. 1.3.13. Conjuncio11es y adverbios
63.1.4. Significado de los marcadores del discurso
63. 1.4.1. lntroducción
63. 1.4.2. lnsuucciones sobre el significado de conexión
63.1.4.3. lnstrncciones argumentativas
63.1.4.4. lnstrnccio11es sobre la estrnetura informativa
63.1.5. Efectos de sentido
63. 1.6. Clasificación de los marcadores del discurso
63 Índice 4052 4053 Índi ce 63

63.2. Estructuradores de la información 63.3.4.2. En cambio


63.2.1. Generalidades 63.3.4.3. Por el contrario
63.2.2. Comentadores 63.3.4.4. Al contrario
63.3. 4.5. Por contra
63.2.2. J. Pues 63.3.4.6. Antes bien
63.2.2.2. Pues bien 63.3.4. 7. Sin embargo
63.2.2.3. Así las cosas 63.3.4.8. No obstante
63.2.2.4. Dicho esto; dicho eso 63.3. 4. 9. Con todo
63.2.3. Ordenadores 63.3.4.10. Empero
63.3.4.1/. Ahora bien
63. 2.3.1. Definición 63.3.4./ 2. Ahora
63.2.3.2. Clasificació11 63.3.4./3. Eso sí
63.2.3.3. Características de algunos ordenadores del discurso
63.4. Reformuladores
63.2.4. Digresores
63.4.1. Generalidades
63.2.4.1. Definición 63.4.2. Reformuladores explicativos
63.2.4.2. Por cierto
63.2.4.3. A propósito 63.4.2. J. Definición
63. 2.4. 4. A todo esto 63.4. 2. 2. O sea
63.2.4.5. Otros digresores 63.4.2.3. Es decir
63. 4.2.4. Esto es
63.3. Conectores 63.4.2.5. A saber
63.4.2.6. Otros refonnuladores explicativos
63.3.1. Generalidades
63.3.2. Conectores aditivos 63.4.3. Rcformuladores rectificativos
63.3.2. J. Generalidades 63.4.3. /. Definición
63.3.2.2. Además 63.4.3.2. Mejor dicho
63.3.2.3. Encima 63.4.3.3. Más bien
63.3.2.4. Aparte 63.4.3.4. Digo
63.3.2.5. Por añadidura 63.4.4. Reformuladores de distanciamiento
63.3.2.6. Incluso e inclusive 63.4.4.1. Generalidades
63.3.2. 7. Es más 63.4.4.2. En cualquier caso
63.3.3. Conectores consecutivos 63.4. 4.3. En todo caso
63.4.4.4. De todos modos y otros reformuladores semejantes
63.3.3. J. Definición
63.3.3.2. Pues 63.4.5. Reformuladores recapitulativos
63.3.3.3. Así pues 63.4.5. J. Generalidades
63.3.3.4. Por tanto 63.4.5.2. En suma y otros reformuladores semejantes
63.3.3.5. Por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente 63.4.5.3. En resumidas cuentas y otros refonnuladores semejantes
63.3.3.6. Por ende 63.4.5.4. En fin
63.3.3.7. De ahí 63.4.5.5. Total
63.3.3.8. En consecuencia 63.4.5.6. Al fin y al cabo y después de todo
63.3.3.9. De resultas
63.3.3.LO. Así 63.5. Operadores argumentativos
63.3.3. /J. Entonces
63.5.1. Generalidades
63.3.4. Conectores contraargumentativos 63.5.2. Operadores de refuerzo argumentativo
63.3. 4.I. Generalidades 63.5.2.1. Definición
63 Índice 4054 4055 El concepto de marcador del discurso 63.1.1

63.5.2.2. En realidad 63.1. El concepto de marcador del discurso •


63.5.2.3. En el fondo
63.5.2.4. De hecho 63.1.1. La aportación de las gramáticas españolas
63.5.3. Operadores de concreción En casi todas las gramáticas de la lengua caste llana o española , desde Nebrija
en adelante -aunque ello no se exponga de modo sistemático-, se percibe que las
63.6. Marcadores conversacionales llamadas panículas, es decir, las tradicionales partes invariables de l discurso: adver-
63.6.l. Generalidades bios, preposiciones y conjunciones, y o tros elementos gramaticali.zados, pueden de-
63.6.2. Marcadores de modalidad epistémica sempeñar, en ciertos contextos, funciones que no se ajustan a las que cumplen ha-
bitualmente en el marco de la sintaxis oracional. 1 Así, si bien no se reconoce pro-
63.6.2.1. Generalidades
piamente la existe ncia de lo que hoy denominamos 'marcadores del discurso', se
63.6.2.2. Marcadores de evidencia: funciones pragmáticas y tipos de
atribuye a ciertas unidades lingüísticas que puedan presentar usos discursivos, e m-
unidades
pleos enfatizadores, valores expresivos, etc.
63.6.2.3. Marcadores de evidencia (1): en efecto y efectivamente
63.6.2.4. Marcadores de evidencia (II): desde luego, por supuesto, Un buen ejemplo del planteamiento tradicional lo constituye Garcés (1791), quien reúne un
naturalmente, claro, sin duda gran número de adverbios, preposiciones, conjunciones, interjecciones, etc., ordenado alfabética-
63.6.2.5. Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje mente, y mueslra cómo emplean cada partícula los escritores clásicos, para lo que apona gran
cantidad de ejemplos. ' Garcés da cuenta de la vigencia de los usos que presentan, o de la expre-
63.6.3. Marcadores de modalidad deóntica sividad - •.fuerza y vigor,,- que aportan, numerosas partículas, describiendo la función elocutiva
63.6.3.1. Bue no que ellas cumplen: para qué sirven, qué efectos quiere conseguir con ellas el hablante, es decir,
63.6.3.2. Bien indicando una especie de las actuales funciones pragmáticas; señala valores expresivos en las ínter~
jecciones, y los aduce igualmenre para ciertos adverbios como bien, bueno, cierto1 claro, etc., y para
63.6.3.3. Vale algunas conjunciones, como y, pues, etc. Este autor proporciona, de este modo, una fuente de
63.6.3.4. De acuerdo y otras expresiones equivalentes inspiración a los primeros gramáticos del español moderno, Salvá y, sobre todo, Bello. '
63.6.4. Enfocadores de la alteridad
Ya en este siglo, es en los tratados gramaticales de Gili Gaya (1943: §§ 250-
63.6.4.1. Hombre 253) y de Alcina y Blecua (1975: §§ 7.3.6 y 8.5) donde se identifican más claramente
63.6.4.2. Bueno los elementos que denominamos marcadores discursivos y donde se describen al-
63.6.4.3. Vamos gunas de sus propiedades más características. Gili Gaya los reúne dentro de los
63.6.4.4. Mira, mire 'enlaces extraoracionales' (cf. la n. 6 del presente capítulo) y presenta algunos de
63.6.4.5. Oye, oiga sus rasgos esenciales: a) su vinculación con nociones externas a la relación de pre-
63.6.4.6. Fomws verbales de segunda persona como marcadores de dicación oracional; b) su carácter invariable; e) la heterogeneidad de su entidad
alteridad categorial (conjunciones, frases conjuntivas, interjecciones, etc.); d) la versatilidad
63.6.4. 7. Apéndices comprobativos
63.6.4.8. Por favor
63.6.4.9. Perdón, pe rmiso • Siendo el presente capítulo fruto de la colaboración de am~ autores, que han revisado y discu1ido su contenido
de forma conjunta (particularincnte. el §63.1), ha de constar que son obra, esencialmente. de María Antonia Manín
63.6.5. Metadiscursivos conversacionales Zorraquioo los f§ 63.1.1 y 63.6. mientras que se deben, esencialmente, a José Porlolés, los§§ 63.1.2 y ss., 63.2, 63.3, 63.4
y 63.5. La investigación de este autor ha sido sub•.tencion.ada Por una ayuda de la DGICYT al proyecto PS94-0038.
63.6.5.1. Ya 1 Uno de los primeros testimonios. con referencia a la lengua csi> añola, sobre algunos de los que hoy se consideran
'marcadores del discurso', lo encontramos en el Di61í>go dt:' la lel(gUQ de Juan de Valdés, escrito a finalc.:s de 1535, donde
63.6.5.2. Sí se indica la existencia de ..ciertas palabrillas, que algunas personas en su hablar usan ordinariamente,. como -aqttt.St~. pues,
63.6.5.3. Bueno n.ss( etc..., y a las que el autor denomina ·bordones', por cuanto algunos las emplean «quando, estando hablando, no les
63.6.5.4. Bien vil:ne a la memoria el vocablo tan presto como sería menester,. (Valdés 1535: 186-188). Valdés Sé refiere a unidades que
cumplen, principalmt=nte. lo que hoy llama,lam05 funciones fáticas y me1adiscursivas.
63.6.5.5. Eh 2 Garcés incluye bajo el lérmino 'panícula' no sólo a las tradiciom1le::s partes invariablc.'i del discurso. sino 1ambitn a

63.6.5.6. Este los pronomttres, artículos, etc.. CQincidiendo con 01ros tratadistas y estudiosos -pOr ejemplo, con su contemporáneo,
también jesuita, el P. E. Terreros y Pando, en su diccionario de 1786 (cf. Terreros y Pando 1786-1788; \'OI. 111, 49).
' En el capítulo L de su Cmmótica, Dello incluye, como Garcés (cf. Uiteras 1995), un elenco de partículas ordenadas
ÍNDICE DE MARCADORES DISCURSIVOS ESf UDIAD0S nlfobéticamentt= (si bien se trata ahí, de manera exclusiva, de adverbios, locuciones ad"crbiates., preposiciones., conjunciones
y locuciones conjuntiv.-s., que -.-en modificado su estatuto gramatical carac.terístlOO). Se reconocen partículas de «:afirmación
T EXTOS OTADOS reforzada• (sí), de •oposición• (pero, em~ro, ame.s b~n. mós büm, por ti contrario. cte.). de tipo •continuativo,. (ahora
JJ(U'.S. usf. asi a que. con que, puu), que sil"en, en algunos casos. para Cltprcsar «consecuencia.. (con qut:. pi.a), ele. Para
REPERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS la con1ribución de las gramáticas tradicionales en la descripción de los ·marcadores del discurro', véase Martín Zorraquino
1992, y. sobre todo, Pons 1994, 1995a y 1996-1997.
63.1.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4056 4057 El concepto de marcador del discurso 63.1.2

distribucional de muchos de ellos (ocupan la posición inicial, medial o final del 63.1.2. Definición de marcador del discurso 5
mie mbro discursivo en el que comparecen); e) su peculiaridad significativa: contri-
buyen a establecer lo que el autor denomina 'coherencia', y alcanzan una pluralidad Los ' marcadores del discurso'• son unidades lingüísticas invariables, no eje rcen
de valores semánticos, en combinación, frecuentemente, con los rasgos supraseg- una función sintáctica en el marco de la predicación oracional -son, pues, e le men-
me ntales adecuados (la entonación, sobre todo); f) pueden adscribirse a registros tos marginales- y poseen un come tido coincidente en el discurso: el de guia r, de
distintos (son, en unos casos, más propios del discurso escrito -sin embargo, no acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las
obstante, por consiguiente, etc.- y, en otros, más comunes en el discurso oral -pues, infe re ncias que se realizan e n la comunicación.
as( que, con que, e tc.-); g) llegan a constituir meros apoyos de la elocución ('mu-
letillas') en el habla coloquial (Gili Gaya 1943: § 251). Para iluminar esta definición, vamos a detenernos en los conceptos básicos que aparecen en
ella. '
Alciaa y Blecua incluyen entre dichos ele me ntos a los 'ordenadores del discurso'
(por tanto, etc.), que vienen a coincidir con muchos de los marcadores que se ana- 63. / .2 /. Entendemos por 'discurso' la acción y el resultado de utilizar las distintas unidades que
lizan e n el presente capítulo. Más adelante, distinguen también los 'ordenadores facilita la gramática de una lengua en un acto concreto de comunicación; por ello, todo discurso
léxicos', los cuales podrían también incorporarse al ámbito de los 'elementos peri- se compone de una pane puramente gramatical y de otra pragmática. ' La oración Tengo mucho
féricos' de carácter invariable (Alcina y Blecua 1975: § 8.5). trabajo es gramaticalmente la misma en (la) y en (l b):
Pese al interés de los datos que ofrecen las gramáticas citadas para la descrip-
ción de los marcadores discursivos, lo cierto es que apenas se le ha dedicado espacio ( J) a. A: ¿Quieres venir al cine?
B: Tengo mucho trabajo.
a este tipo de palabras en los tratados gramaticales. Ahora bien, desde hace ya b. A: Tengo mucho trabajo.
treinta años, a partir del desarrollo de la lingüística del texto, de la gramática del B: Lo siento, no puedo ayudarle. He quedado y me tengo que marchar.
discurso y, sobre todo, de los diversos enfoques de la pragmática - y la consiguiente
incorporación de los factores pragmáticos a la gramática-, el estudio de estas uni- Pero desde la perspectiva pragmática son intervenciones muy distintas: en (la) se recha,.a una
dades ha recibido una atención extraordinaria, desde orientaciones teóricas muy invitación anterior, y en ( lb) se solicita una ayuda.
distintas y con aplicación a lenguas muy diferentes.• Contrariamente a la explicación más tradicional, la comunicación no constituye únicamente un
proceso de codificación y descodificación de enunciados, sino también, y muy principalmente, una
A pesar de las contribuciones aludidas, debe destacarse que los marcadores del labor de inferencia. ' Cuando alguien dice: Tengo fr{o, en una habitación con la ventana abierta, no
discurso son muy difíciles de sistematizar. No estamos ante una clase uniforme de sólo desea que el oyente entienda el enunciado, que lo descodifique, sino que concluya que quiere
palabras (pretender establecer una relación biunívoca entre el concepto de 'marca- que se cierre la ventana. Hechos como este no son extraños, todo lo contrario: si una niña en un
dor del discurso' y una categoría gramatical determinada es algo así como intentar cine susurra iPapá! Tengo sed, el padre infiere que su hija le está pidiendo agua, aunque no lo haya
ajustar el término 'deíctico' a una sola clase de palabras). Con todo, en el presente
capítulo tratamos de ofrecer una descripción siste mática de los marcadores del dis- , Para una exposición más detenida de los H 63.1.2-63.1.S, Portolés 1998c.
curso en español. Ya que acometer esta empresa de un modo exhaustivo resultaría - Esta denominación es habitual en la bibUografia (Schiffrin 1987; Fraser 1990; Traugott 191)5). Ahora bkn, el mismo
concepto o conceptos cercanos también han recibido otros nombres en español: 'enlaces extraoracionalcs' (Gili Gaya 1943:
casi tan utópico - hay que admitirlo de entrada- como «ponerle puertas al campo», 32>331; Fuentes 1987a), 'conectores' (Martínez 19')7; Pons 1998b), 'conectores cxtraoracionalcs" (Cortés 1991), 'conectores
ha de advertirse que hemos tratado de acotar, dentro del conjunto de dichos ele- argumentativos' (Portotés 1989), 'conectores discursivos' (Montolío 1992), 'conectores pragmáticos' (Briz 1993a, 1993b y
mentos, un amplio grupo que a) compartiera propiedades gramaticales homogéneas 1994), 'conectores enunciativos' (Lamiquiz 1994, 183-191), 'conectivos' (Medcros 1988), 'partfeulas discursivas' (Martín
Zorraquirto 1992), 'ertlaces textuales' (López García 1994, 107-116), 'rclacionarttes supraoracionales' (Fuentes 1996), 'ele-
(§ 63.1.3) - los marcadores que hemos analizado se ajustan, e n general, a las cate- mentos de cohesión' (Manfn Zorraquino 1991), 'operadores discursivos' (Casado 1991 y 1993), 'ordenadores del discurso'
gorías tradicionales de los adverbios, de las locuciones adverbiales y de ciertas in- (Alcina y Blecua 1975, § 7.3.6), o 'muletillas' (OuisLI 1996). Nuestra preferencia por 'marcador del discurSO' se basa en
terjecciones- y b) cuyas características semánticas -la forma de significar o de que este tfrmino se ajusta de un modo más adecuado que las otras denominack>nes al objeto que queremos describir.
Como se \'erá a lo largo del capítulo: sólo una parte de los marcadores conectan, no lo hacen, por ejemplo, los operadores
configurar su significado- fueran las propias de los ma rcadores discursivos (los argumentativos (§ 635) y muchos de los 'marcadores conversacionales' (§ 63.6). Ciertamente, los marcadores pueden re-
cuales son elementos que no presentan un contenido referencial o denotador sino lacionar una oración con otras unidades externas a ella, pero también es frecuente que relacionen unidades intraoracionales
-ejemplos de (56)- o unidades que pertenecen a otras categorías sintagmáticas distintas de la oración (§ 63.1.3.11 ). Los
que muestran un significado de procesamiento: § 63.1.4). , marcadores, en fin, cohC$ionan el discurSO, pero esta es sólo una de sus posibles propiedades. Hay que decir, de otro lado,
En lo que sigue, presentamos, en primer lugar, la definición de 'marcador del que buena parte de fos marc.adores tienen cap¡cidad modalizadora, pero también otros sigri~ que no son marcadores
discurso' (§ 63.1.2); tratamos a continuación, sucesivamente, de las propiedades gra- comparten estas prop~des y, por otra parte, para muchos de lo.\ marcadores, la modalización no comtituye su principal
catacterística discursiva: por eso no hemos utilizado un término como 'particulas nlOdales' o 'palabras modales' par.t
maticales de dicha clase de elementos (§ 63.1.3) y de su tipo de significado (§ 63.1.4), designar a las unidades de que tratal1l05 (a diícrencia de lo que se sugi\!re, por ejemplo, en Martín Zorraquino 1992. cuyo
así como de los efectos de sentido que aquel puede actualizar con regularidad en título reza • Partkulas y modaHdad•).
el discurso (§ 63.1.5), para ofrecer, en fin, una clasificación de los marcadores del , Para un estado actual de las investigaciones sobre marcadores, Foolen 1996: y limitánd~ al ámbito hispinico Martín
Zorraquino 1992 y 1994a y C.sado 1996a. Una rica bibliogra({a es la de Cortés 1995a y IWSb.
discurso (§ 63.1.6) que se describen a lo largo del presente capítulo. • El término 'discurso' se refiere a una noción sobre la que se han propuesto muchas definiciones y s.obre cuyo estudio
existen numerosos enfoques; vianse, por ejemplo, Schiffrin 1994: 20-43 o Catsamig.lia y Tusón 1999, Tt ngasc en cuenta,
de otro lado, que hemos preferido el término 'discurso' al de 'texto'.
• Véase Martín Zorraquino 1992 y 1994a; Portolés 1993; Cortés 1995a y IW5b, y Foolcn 1996. Los primeros trabajos • Esta exposición del proceso comunicaüvo se fundamenta en la Teoría de la Pertinencia (o Relevancia) de Sperber
deconjunto sobre los marcadores del discurso en español se deben, fundamentalmente, a Fuentes Rodríguez (~ase Fuentes y Wilson (1986). Para más bibliografía sobre esta teoría y algunH precisiones, Porto~s 1994a, 1994b; y para una explicación
1987a). del estudtO de los marcadores discursi\105 den1ro de esta 1eorl'a, Montolío 1997 y 1998.
63.1.2.2 WS MARCADORES DEL DISCURSO 4058 4059 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.1

dicho expresamente; rechazamos la invitación a un helado contestando Me duele la gargama; y sucede con muchas palabras invariables. No tienen las mismas condiciones de verdad los enunciados
sugerimos un cambio de canal de televisión diciendo E11 la Primera empieza u11a película. Los ha- (a) y (b) de los siguientes pares:
blantes nos comunicamos presentando lo dicho como un estímulo que permite al oyente obtener
por medio de inferencias lo que pretendemos comunicar. Las 'inferencias' constituyen procesos de (4) a. Viene a Santiago.
razonamiento y, para que se produzca este proceso inferencia), además de lo dicho, se ha de tener b. Viene de Santiago.
en cuenta el contexto de los participantes en la conversación. Dicho 1contexto' es siempre mental (5) a. Vive lejos.
y está formado por las creencias que residen en la memoria, pero también por aquellas que se b. Vive cerca.
derivan de la percepción inmediata de la situación o, simplemente, de lo que se ha dicho antes. (6) a. No viene porque estás triste.
Dentro de esta concepción de la comunicación, considerar que los marcadores 'guían las in- b. No viene para que estés triste.
ferencias· significa que los procesos inferenciales no son independientes de la forma lingüística del
discurso. Supongamos que miembros de una comisión de contratación realizan el siguiente inter- EUo indica que las prepo5iciones a y de. los adverbios lejos y cerca. y estos usos de las conjun-
cambio después de una entrevista: A: Es poco hablador; B: Ademó.,, es de Guada/ajara. Por nuestro ciones porque y JXl'ª qut no guían únicamente las inferencias, sino que también contribuyen a la
desconocimiento del contexto que comparten estos hablantes. no sabemos si están a favor o no de construcción de la propo5ición que subyace en cada uno de los enunciados. Sin e mbargo, tienen las
contratar al entrevistado. No obstante, sí se advierte que el marcador del discurso además fuerza a mismas condiciones de verdad:
la consecución de inferencias de un modo determinado. Vincula los dos enunciados y nos obliga a
obtener de ellos conclusiones comunes. Quien acaba de escuchar Además, es de Guadalajara está (7) a. Es hablador y. además, es de Guadalajara.
obligado a colegir de ello alguna conclusión idéntica a alguna de las posibles a partir de «ser poco b. Es hablador. Eso si. es de Guadalajara.
hablador>. Si reemplazamos el marcador además por e.so si, obtenemos: c. Por un lado, es hablador y, por ocro lado, es de Guadalajara.
d. Es hablador... Por cierto, es de Guadalajara.
(2) A: Es poco hablador.
B: Eso s4 es de Guadalajara. Por tanto, podemos considerar marcadores del discurso: además, eso sí, por un lado, por otro
lado y por cierto.
Contrariamente a además, el marcador eso si presenta «ser de Guadalajara» como un enunciado
del que se han de obtener conclusiones distintas a las de «ser poco hablador>. Supongamos que se 63. 1.2.3. Desde un punto de vista estricto, si los marcadores han de carecer de significado con-
trata de emplear a un representante de comercio para vender cierto producto en Madrid. Si «ser ceptual, quedarían fuera de nuestra lista los adverbios en función incidental del tipo: francamente,
poco hablador>. por lo que conocemos de los representantes, se puede considerar desfavorable para sú,ceramente o en serio [--+ § 11.5). Las condiciones de verdad de:
obtener el trabajo, con además se debe inferir de «ser de Guadalajara• conclusiones también con-
trarias a la concesión del empleo. Por ejemplo, sus comerciantes conocidos serán también guada- (8) a. Es una buena película.
lajareños y conseguirá pocas ventas. Por el contrario. con eso sí las inferencias son distintas; así. el b. Sinceramente, es una buena película.
segundo enunciado, si el primero se muestra contrario a la contratación, deberá comprenderse como
favorable a esta: conviene que sea de Guadalajara para, por ejemplo, ampliar en un futuro las no parecen variar: los dos enunciados serán verdaderos si la película tiene calidad y no lo serán si
ventas a esta ciudad. carece de ella. No obstante, el significado de sinceramente es conceptual. Se puede negar que sea
cierto que se hable con sinceridad.
63.1.2.2. Con todo, en un análisis minucioso se comprueba que son muchas las palabras y las
construcciones lingüfsticas que guían las inferencias en el discurso por sus peculiares propiedades (9) A: Sinceramente, es una buena pelfcula.
lingüísticas. B: Eso no lo dices sinceramente, lo dices porque sabes que a mí me gusta.
Veamos el siguiente ejemplo:
Aunque sinceramente no modifica las condiciones de verdad de es una buena película, no posee
un significado estrictamente procedimental (Wilson y Sperber 1993). De todos modos, no siempre
(3) a. Juan tenía recuerdos de su infancia. es sencillo discernir si una unidad lingüística contribuye o no a las condiciones de verdad de un
b. Juan acam:aba recuerdos de su infanda. discurso o si su significado es de procesamiento y no conceptual; por ello, la lista de los marcadores
c. Juan atesoraba recuerdos de su infancia. del discurso, aun coincidiendo en los criterios de delimitación de la clase, puede presentar varia-
ciones.
Con (3a) dependerá exclusivamente del contexto que concluyamos si estos recuerdos eran o
no placenteros. Sin embargo, en (3b) el verbo acamar nos fuerza a concluir que los recuerdos eran
desgraciados, y en (3c) el verbo atesorar nos los presenta como felices. Estos dos últimos verbos 63.1.3.. Propiedades gramaticales de los marcadores del discurso '"
guían de un modo opuesto las po5ibles inferencias que se puedan realizar de su objeto.
A causa de ello, y para conseguir un objeto de estudio abarcable, se ha de constreñir el tipo 63.1.3.1. Gramaticalización de los marcadores
de unidades que se clasifican como marcadores del discurso por medio de un nuevo criterio: sólo
serán marcadores del discurso aquellos signos que no contribuyen directamente al significado con-
ceptual de los enunciados, sino que orientan y ordenan las inferencias que cabe obtener de ellos. Como ya se ha expuesto en la definición de marcador del discurso, se trata de
Esto cs. el significado de los marcadores contribuye al procesamiento de lo que se comunica y no uaidades lingüísticas invariables. Esta propiedad distingue nuestros marcadores
a la representación de la realidad comunicada (véase Blakemorc 1987).
Este criterio impide que consideremos marcadores a los nombres, adjetivos y verbos, ya que '° Sobre la importancia del oonocimiento de las propiedades gramaticales para el estudio de marcadores, Martín
estas categorías léxicas reflejan una realidad -aunque en ocasiones sea imaginaria- . Esto también Zorraquino 1998, Portolés 1995b. 199& y en prensa d.
63.1.3.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4060 4061 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.1

de los sintagmas que conservan las capacidades de fl exió n y combinación de sus bueno o claro nacen de adjetivos; hombre, de un nombre; entonces, bien o así, de
miembros. Comparemos: adverbios; en cambio, por consiguiente o en fin , de sintagmas preposicionales; con
ahora bien o así pues se fijan en una unidad dos adverbios contiguos; y es decir, es
(10) a. Lucía está lesionada y, por consiguiente, no puede formar parte del más o no obstante tienen su origen en sintagmas verbales.
equipo.
b. Lucía está lesionada y, por este motivo, no puede formar parte del No iodos los marcadores que se estudian en estas páginas están igualmente gramaricalizados.
equipo. Tomemos, por ejemplo, cuatro marcadores que hemos agrupado como conectores conrraargumcn-
tativos: sin embargo, e11 cambio, ,w obsta11te y eso si (§ 63.3.4). En la primera mitad del siglo XIX,
sin embargo podía recibir comple mentos y conservaba una relación de significado con el nombre
Mientras que por consiguiente es un mareador del discurso, no lo es por este embargo (•obstáculo•, «im pedimento•):
motivo. Ello se manifiesta en q ue el primero se encue ntra gramaticalmente fijado
-es un adverbio-- ('por consiguientes), mientras que por este motivo conserva su (18) Adviértase, con todo, que sin embargo de esta equivale11cia de sentido entre «a1mq11e» y
capacidad de flexión y de recibir especificadores y complementos (hasta por estos «siquiera>, son diversos sus oficios [... ). !Bello 1847: § 1072c]
pequeños motivos). De acuerdo con esta propiedad de los marcadores, tampoco se
estudiarán dentro del presente capítulo otros sintagmas que poseen un comporta- Esta posibilidad ya se ha perdido en el espaiiol actual y sólo e n casos de arcaísmo manifiesto
miento gramatical semejante al de por este motivo, por ello, por eso, por esto, por la utilizan algunos escritores. Sin embargo se ha especializado como marcador discursivo y, de csle
modo, su distanciamiento del significado original de representación es casi completo [ - § 59.2.4).
esta razón, por esta causa, a causa de esto, etc. [- § 56.4.1.3). El marcador en cambio en la segunda mirad del siglo x1x todavía podía ser un sintagma pre-
Ahora bien, se ha de advertir que la mayor parte de las formas que se utilizan posicional plenamente integrado en la oración.
como marcadores discursivos pueden aparecer con distintas funciones lingüísticas,
esto es, sin ser marcadores. (19) Doña Robusriana fiaba mucho en la a mistad de aquel joven de tanto poder entre las
turbas realistas, y por nada del mundo la diera en cambio de la de un principe. [B. Pérez
(11) Lo haré bien./ Bien, lo haré. Galdós, El terror de 1824, 65)
(12) Lo haré en cualquier caso. / En cualquier caso, lo haré. Y, aunque poco frecuente, no es imposible documentar este uso en el español actual.
(13) No tie ne por qué responder así. / Así, no tiene por qué responder.
(14) Q uie ro una hamburguesa con todo. / Con todo (y co11 eso), quiero una (20) lQué puede darle en cambio? [O. Paz, La hija de Rappaccini, 76]
hamburguesa.
(15) Lo dijo en una palabra. / En una palabra, lo dijo. Por otra parte, el significado de •cambio•, que se ha perdido en la mayor parte de sus usos
(16) En ese momento él se iba por un lado y su muje r por olro. / Por un como conector en favor de un simple contraste entre dos miembros, se conserva en algunas oca-
lado, é l se iba y, por otro, tambié n su mujer se tenía que marchar. siones:

(21) Me temo que la ola de jóvenes derechistas que dan el tono actualmente en el Parrido
En las parejas de ejemplos precedentes, sólo e n los de la derecha bien, en Republicano va en !al dirección. Quieren acabar con todas las regulaciones de lo pú-
cualquier caso, así, con todo, en una palabra, por un lado y por otro tienen la función blico y multiplicar, en cambio, los controles sobre la vida privada. [F. Savater, en El
discursiva de marcadores. Como tales, carecen de las posibilidades de flexión o de Pa/s Semana~ 10-111-1996, 14]
combinación que se dan en los ejemplos de la izquierda [-+ § 11.5].
Menor todavía es la gramaticalización de no obstante. En español actual es marcador del dis-
Si reciben modificadores, estos marcadores dejan de serlo y se convierren en sintagmas pre- curso en:
posicionales o adverbiales; esto sucedería en los siguientes ejemplos (véase, no obstante, el
§ 63.1.3.4). (22) No se puede ir al Dios que se ama con las piernas del cuerpo y, 110 obstante, amarle
es estar yendo hacia Él. [J. Ortega y Gassct, Obras completas, V, 556]
(17) a. Ya bien de salud, lo haré.
b. En cualquier caso de estos, lo haré. Pero también conserva sus originarias cualidades verbales como .participio presente del verbo
c. As/ de enfadado, no tiene por qué responder. obstar en cláusulas absolutas:
d. Con casi todo, quiero una hamburguesa.
c. En una palabra malsonante, lo dijo (23) No obstante todo lo anterior, en los últimos años la crítica al PRI se ha vuelto más y
f. Por uno de los lados, él se iba y su mujer se marchaba por el otro má• lejano. más acerba, hasta llegar al denuesto y a la diatriba. [O. Pa,, en ABC, 15-V-1995, 57)

Otro problema en la aplicación del criterio de invariabilidad de los marcadores Si bien en estas cláusulas ha perdido su capacidad de concordancia con el sujeto, lo que, a su
vez, es consecuencia de su proceso de gramaticalización como adverbio.
se presenta con su distinto grado de gramaticalización. Los mareadores del discurso
proceden de la evolución de una serie de sintagmas que, de una parte, van per- (24) No obstante las diferencias señaladas en todos estos casos de contac10, el castellano re-
diendo sus posibilidades de flexión y combinación, y, de otra, van abando nando su gional adopta rasgos de la lengua o dialecto vernáculos, ya en la entonación, ya e n la
significado conceptual y se especializan en otro de procesamiento. Los marcadores fonética, léxico, sufijos y sintaxis. [R. Lapesa, F.I español modemo y conUmporánw, 333)
63.1.3.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4062 4063 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.2

La pervivencia de usos verbales en no obstante explica que su significado de procesamiento (28) a. Juan estaba cansado. No obstante, continuó su camino.
tenga estrecha relación con el significado de representación del verbo obstar. De este modo, no b. Juan estaba cansado. Continuó, no obstante, su camino.
obstante se utiliza, principalmente, en los casos en los que el primer miembro discursivo se pudiera c. Juan estaba cansado. Continuó su camino, no obstante.
comprender como un auténtico «obstáculo• para el segundo.
Con eso sí, conviven en el español actual usos como marcador con aquellos en los que es
simplemente un demostrativo y un adverbio afirmativo. Como marcador: Cuando Cervantes escribe:

(25) Cheese y Patata son dos palabras mágicas para salir sonriente en una fotografía. Eso si, (29) (...] y os la pusiera en vuestras manos, para que hiciérades della a toda vuestra voluntad
con una sonrisa forzada. [El País, 15-11-1995, 36] y talante, guardando, pero, las leyes de la caballería. [M. de Cervantes, Don Quijote,
Parte 1, cap. Lll]
Y sin gramaticalización:
La localización de pero en el interior de la oración no se explica por causas semánticas o
discursivas, sino por motivos morfosintácticos: pero en el siglo xv, podía ser una conjunción y, más
(26) Hablar de crispación, aquí, tiene muy poco sentido. Malhumor, fastidio, anorexia, en- raramente, un adverbio. Aquí la posición de pero se jusLifica por ser adverbio. 0
vidia, miedo laboral, incultura, malos modales: eso, si. [E. Haro Tecglen, en El País,
18-Xll-1994, 56]
Esta movilidad, no obstante, tiene limitaciones; así, por ejemplo, un marcador
Por añadidura, su significado como marcador es transparente a partir del de los elementos que se puede situar entre categorías mayores: "
lo componen. Algo que no sucede con sin emba,go y que presenta sus dificultades con en cambio "
y no obstante. (30) a. Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. En
Se advierte todavía un menor grado de gramaticalización en los agrupamientos de los adverbios cambio, los de adobe resultan más oportunos para los cálidos.
más o menos, y atín, que, por su significado, se hubieran podido encuadrar dentro de otro tipo de b. Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los
marcadores - los conectores aditivos (§ 63.3.2)-. Las mismas posibilidades de combinación que de adobe, en cambio, resultan más oportunos para los cálidos.
muestran son un reflejo de esta falta de fijación gramatical. c. Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los
de adobe resultan, en cambio, más oportunos para los cálidos.
(27) a. Cada máscara tenía una identidad diferente, un modo de ser propio, una voz irrenun- d. Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los
ciable. Y más aún: tenía corazón. [G. García Márquez, NOlicin dt un secuestro, 72[ de adobe resultan más oportunos para los cálidos, en cambio.
b. Yo ya estaba enamorada de él, aún más, ya habíamos empezado con nuestros es-
carceos. [G. Martín Garzo, La vida nueva, 78] Ahora bien, la construcción es agramatical si se sitúa entre un núcleo y sus
c. Prullas no juzgó oportuno aducir que había visto aquella mi,ma película unos días adyacentes especificativos: "
antes en compañia de Mariquita Pons y menos aún proclamar la opinión que había
merecido. [E. Mendoza, Una comedia ligera, 64)
d. No veáis en estas palabras, reverendo padre un intento de reprobar la forma de ser (31) a. 'Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los,
de los hombres ni, aún mtnos, el germen de un propósito de transformados. [F. en cambio, de adobe resultan más oportunos para los cálidos.
Savater, Criaturas del aire, IO] b. • Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los
de adobe resultan más, en cambw, oportunos para los cálidos.
c. • Los tejados de pizarra son especialmente adecuados para los climas lluviosos. Los
Nótese que estas son las mismas unidades que encontramos en Trabaja {más/menos} arín y de adobe resultan más oportunos para, en cambw, los cálidos.
Estudia aún {más/menos} con la diferencia de desempeñar aquí una función intraoracional.
De todos modos, es difícil documentar algunos marcadores del discurso en una
posición que no sea la inicial de su miembro discursivo, sólo precedidos, en su caso,
63. 1.3.2. Posiciones sintácticas por una conjunción. Esto sucede con a propósito, a saber, ahora bien, así las cosas,
de ahí, es decir, es más, esto es, pues -cuando es comentador- y pues bien.
Dentro de las unidades invariables que guían las inferencias, se han de dife-
renciar por sus propiedades gramaticales las conjunciones del resto de los marca- (32) a. A propósito, lpor qué, en la última Junta, cuando discutieron el tema de los supli-
dores del discurso. ' Las conjunciones siempre preceden al sintagma que introducen, catorios (...], usted ocultó su parecer y no votó? [El Mundo, 25-IX-1995, 8]
mientras que las unidades que analizamos en el presente capítulo tienen, por lo
general, una mayor movilidad. 11
• El ¡xro adverbio se documenta en la actualidad en algunas zonas hispanohablan1cs por influencia del ca1alán
(Español 1996).
•~ Sobre este 1ipo de propii:dad gramatical -y sobre las propiedades grama1icak!s de las particu1as discursivas, en
" Compárese su signifteado con a cambio, donde C$ manifiesto el significado de «cambiar»: Piensas qut no te puetk general-, as( como respecto de algunas de las caractcrfstkas semánticas de dichas unKIAdcs, d. Martfn Zorraquino 1994c.
ptmJr 11ada bueno sin qu~, a cambio, le suceda algo malo p. J. Millá~ El ""-sorden de 1u nombrt, l58J. 1998.
11
Estas profundas diícreñci"ásgramaticales y el hecho de que otros capítub de esta gramática !---11> Cap. 41 y Cap. " Sí pueden silual'5C los marcadores enlre un núcleo y un adyace!nte explicativo: Aquellos anticuarios mt. wndieron
591 se ocupen de conjunciones como ptro, y o awfl/ut nos excusa aquí de su estudio. una silla rQla. Eno.s gitano.~. ~n cambio. que nndon mó.r opwodos «on6micamtnle., nunca me han engañado.
63.1.3.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4064 4065 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.4

b. La aparente contradicción que encierra ese «haz lo que quieras~ no es sino un En (34a) bien no puede ser un marcador del discurso por no encontrarse li-
reflejo del problema esencial de la libertad misma: a saber, que no somos libres de mitado por una entonación especial. Lo contrario sucede en (34b). Por otra parte,
no ser libres, que no tenemos más remedio que serlo. [F. Savatcr, Misterios gozosos,
25]
esta e ntonación no es enfática contrariamente a como sucede con otros sintagmas
c. Dicen que toda opinión es respetable. En absoluto. Lo respetable es que todo el con función intraoracional pero destacados por este tipo de entonación. Así, se ha
mundo se exprese. Ahora bien, una vez que han opinado, no tengo por qué respe- de distinguir:
tarlos. Sólo faltaba. [El Pals, 23-Vl-1996, 34)
d. Desde que en 1972 se firmó en España el decreto de la sequía, que aún está en (35) a. BIEN haré el trabajo (no mal).
vigor, la mitad del país sufre de sed crónica. Ni llueve. ni nieva. Así las cosas, desde b. Bien, haré el trabajo (y después ¿qué?).
hace más de una década, los zahories andan pegándole palos a la tierra como
queriendo soltarle las últimas gows. fABC, 20-111-1995, 64[
e. El animal tiene una inteligencia cautiva porque una rutina biológica determina sus En (35a) bien es un compleme nto circunstancial destacado por una entonación
comportamientos. De ahí su existencia estancada. [J. A. Marina, Teoría de la inte- enfática [ - § 64.3.2], en (35b) se trata de un marcador.
ligencia creadora, 19] Un caso especial es el de pues comentador (§ 63.2.2.1 ), ya que carece de acento
f. En eso hemos madurado un poco a lo largo de todos estos días; es decir, que somos propio, lo que le impide la movilidad e n su miembro discursivo y también que esté
más conscientes. p. J. Millás, en E/ País, 10-111-1995, 72[. destacado por pausa. Esta doble excepción podría hacer pensar en que este pues
g. No tenía que contcsuules ahora. Es más, quería que se lo pensara, que lo decidiera sea, e n realidad, una conjunción; ahora bien, si se incluyera entre las conjunciones,
en !unción de su propio interés. [G. Martín Garzo, El lenguaje de las fuenres, 38]
h. Me ponía en ridículo ante las gentes, diciéndoles que yo era una buena persona, no se podría explicar que aparezca en la oración principal con la subordinada an-
un infeliz y una alma de Dios, esro e.,, casi un idiota. fJ. Camba, El destierro, 2351 tepuesta:
i. Entonces, ya no sabes qué hacer... iY no haces nada! Te quedas paralizado. Pues
eso fue lo que me pasó a mí, y lo que me sigue paralizando. [F. Aya la, El Hechizado, (36) a. No pudo ser de otra manera. Si Brasil contra Brasil era el partido en el que se
1161 jugaba el oro en la final del sábado de volcy playa, pues ganó Brasil. [ABC, 30-VII-
j. Parecía difícil que Antonio Tabucchi pudiera ir más allá del magistral Réquiem, su 1996, 105]
obra anterior. Pues bien: ha ido. según acredita este relato [... ]. [M. García-Posada, b. Como el P[artido) P[opular] anunció tan pronto la candidatura de Luisa Fernanda
en El País Babelia, 20-V- 1995, 5] Rudi, pues nosotros hemos tenido que agilizar la elección del candidato. [El País
Domingo, 5-11-1995, 91
Otros marcadores tienen también una clara preferencia por esta posición inicial,
muy especialme nte a todo esto, antes bien, así pues y o sea, aunque en raras ocasiones En la escritura, la entonación peculiar de los marcadores del discurso se refleja
se puedan documentar en posiciones mediales o finales. habitualmente situando el marcador entre comas, 1• aunque no sea extraño que en
ocasiones no se escriba ningún signo de puntuación.
(33) a. Dejándonos de freudismos y psicoanálisis, convengamos en que los yanquis (supon-
go que Barbie es yanqui, a todo esto) van siempre por delante [... ]. [F. Umbral, en (37) a. Me encontré pues en una situación terrible - sin poder fumar y en consecuencia
El Mundo, 9-1-1995, 80] escribir- [ ... ]. [J. R. Ribeyro, Cuentos, 9]
b. No son problemas inherentes a la modernidad con su movida. ni siquiera a la dro- b. Pero es grande e inesperada la impresión que he recibido al descubrir al potente
gadicción con sus secuelas de delincuencia. Son, antes bien. las amargas consecuen- narrador que además era. JF. Lázaro Carreter, en ABC Cultural, 7-X-1994, 7]
cias del abuso, la prepotencia, la insolidaridad y los malos modos de una parle no c. La l.ibertad moral de la que Joaquín gustaba hacer exhibición tenía 110 obstante sus
pequeña de la ciudadanía. [J. Vida!, en El País Mt1drid, 14-111-1995, 2) fisuras [... J. [L. Goytisolo, Teoria del conocimiento, 201]
c. Los sindicatos respondieron ayer que la negociación en curso se rompe si se pre- d. La carrera se convierte en una especie de ordalía o juicio de Dios que va a de-
tende introducir mayor flexfüilidad, y anunciaron movilizaciones. Aznar se encuen- mostrarme si estoy bien sintonizado o por el contrarú, «desenchufado• del orden
tra, así pues, ante el dilema de todo gobernante: elegir, <!e entre varios males, el misterioso del cosmos. (F. Savater, Misterios gozosos, 57)
menor. [El Pals, 24-Xl-1996, 12]
d. Sólo me interesa comentar la espectacularización de la realidad. La diversión como
mínima utopía. O sea. [J. A Marina, en ABC Cu/rural, 14-11-1997, 61]
63. 1.3.4. Modificadores y complementos
63.1.3.3. Marcas de entonación Los marcadorés discursivos que estudiamos -a diferencia de los adverbios que
funcionan como compleme ntos circunstanciales- carecen de la posibilidad de re-
Los marcadores que estudiamos se encuentran limitados como incisos por la
entonación. En una pronunciación esmerada, se percibe una pausa posterior al mar- 11, No obstante, pueden utilizarse 01ros signos de puntuación, incluso, se documentan los dos puntos:
cador y, a veces, también una anterior. Así, se puede dife renciar:
(i) a. Se ha sometido usted a mi voluntad para que yo dirija sus acciones cooforme a la doctrina cvangéltca.
P11u bit11: yo le mando a usted que no haga resistencia a la autoridad. !B. Pérez Gakiós. Gloria. 474)
(34) a. Haré bie11 el trabajo. b. Acepte u.sted que el ser es ticmp0: pasar, declinar. madurar, envejecer. E.rt suma: caducidad. [J. A. Marina,
b. Bie11 , haré el trabajo. &ica paro náufragos, 331
63.1.3.5 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4066 4067 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.9

cibir especificadores y adyacentes complementarios. Compárese el adverbio lejos con 63.1.3.6. Negación
el marcador discursivo en todo caso: 17
Los marcadores discursivos no pueden ser negados [-+ § 40.2]:
(38) a. Vive lejos.
b. Vive lejos de aquí. (43) a. No vino, pues, Juan a la fiesta, sino Antonio.
b. No !i!!!!, pues. Juan a la fiesta , sino que se quedó en casa.
c. Vive muy lejos. c. No pues, Juan a la fiesta, sino que ya estaba.
(39) a. En todo caso, vive lejos. d. No vino, pues, Juan a la fiesta, sino a la cena de después.
b. •En todo caso de esos, vive lejos. c. •No vino, l!.Y9., Juan a la fiesta, sino por tanto.
c. • Muy en todo caso, vive lejos.

Exislen variantes de marcadores que consisten en el marcador originario más un especificador 63. l.3. 7. Foco
o algún tipo de complemenlo: con iodo/aun con lodo/con lodo y con eso; es más/atín es más; por el
conlrario/antes por el contrario. Ahora bien, en estos casos se trata de marcadores distintos, ya que Cuando se encuentran en una unidad sintagmática, los marcadores del discurso
estos especificadores o complementos no se pueden sustituir por olros semejantes, lo que es prueba tienen una relación sintáctica con la totalidad del sintagma, y, en caso de ser este
de que se ha formado y fijado un nuevo adverbio (adviértase la agramatiealidad de •incluso con
todo, •con todo y con aquello, •todavía es má~ *después por el contrario). una oración, se puede comprobar que no dependen sintácticamente del verbo que
constituye su núcleo [-+ §§ 11.4-5 y 40.2.2]. Comparemos por este motivo -sintag-
No obstante, hay excepciones. Así, los marcadores además, encima y apane pue- ma preposicional integrado en la oración- y por consiguiente - marcador discursivo.
den recibir complementos con de [-- §§ 9.3.1 y 9.4.5.2] y, a la vez, permanecer con (44) a. Antonio renunciaría al premio por una razón de peso, pero, por este motivo, no.
el mismo significado y en la misma posición de inciso. De todos modos, una dife- b. •Antonio renunciaría al premio por una razón de pe so, pero, por consiguiente, no.
rencia esencial consiste en que pierden en estos casos su capacidad de conexión
entre dos miembros del discurso, ya que el elemento al que se hacía referencia Por este motivo tiene una función intraoracional, ya que permite la elisión del
anafóricamente con el marcador es el que aparece ahora en el complemento: resto de la oración; mie ntras que por consiguiente no pe rmite dicha elisión
[-+ § 43.2.2].
(40) a. Es muy simpático y, además, cocina muy bien.
b. Además de ser muy simpático, cocina muy bien.
63.1.3.8. Perífrasis de relativo
Otros ejemplos:
Los marcadores discursivos no pueden ser destacados por perífrasis de relativo,
(41 ) a. Hablar con ellas al respecto hubiera sido, adem6s de inútil, bastante inoportuno. [A por tratarse de unidades no integradas en la oración [-+ § 65.1 ).
Mutis, Empresas y 1ribuú,ciones de Maqro/1 el Gaviero, 1, 188]
b. Si encima de 110 donnir no te alimentas, acabarás criando malvas[ ... ]. [E. Mendoza, (45) a. Fue por este motivo por el que Antonio .tenunció al premio.
Una comedia ligera, 26 l] b. ' Fue por oonsiguie/1/e por lo que Antonio renunció al premio.
c. Dicen que el periódico quema, pero yo creo que sólo quema al que es excesiva-
mente combustible, al que de todos modos se iba a quemar. Aparte de que en algo
hay que quemar.,,. [F. Umbral, Ramón y las vanguardias, 208]
63.1.3.9. Otras dependencias sintácticas
Las relaciones de los diversos marcadores discursivos con respecto al miembro
63.1.3.5. Coordinación del discurso que los sigue no siempre son iguales. Partamos del siguiente par:
Los marcadores discursivos no se coordinan entre sí [-+ § 41.2.8] (por ejemplo, (46) a. Bue110, peor sería tener joroba o una enfermedad molesta.
*bueno y por tanto), pero se pueden coordinar con sintagmas que se sitúan en inciso b. Sin em/ia,go, peor sería tener joroba o una enfermedad molesta.
en el caso de ser adverbios marcadores (por ejemplo sin embargo) y carecen de esta
posibilidad si se trata de unidades interjectivas (por ejemplo hombre). El marcador bueno tiene una independencia mayor que sin embargo con res-
pecto al miembro discursivo que lo sigue. De hecho, bueno puede ser un .enunciado
(42) a. La cultura es además, y sobre todo, actualidad. [E. U edó. Días y libros, 92] por sí solo, mientras que nunca lo es sin embargo (§ 63.1.3.10). Ello explica que en
b. De hecho, y a pesar de que se verlan infinidad de veces, nunca se referirlan a aquel el discurso indirecto se pueda anteponer la conjunción que tanto a buellO como al
hecho sobrenatural, aunque podía asegurar que ninguna lo había olvidado. IG. Mar- enunciado siguiente:
tín Garzo, La vida nueva, 171.J
c. Un universo y unos adentros que, sin embargo y como no podla ser menos, tuvieron
aquí, en esta Ávila, su manantial y su nacimiento. IJ. Jiménez Lozano, Ávila, 981 " Marcamos con subrayado los elementos ncgadnt.
63.1.3.10 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4068 4069 El concepto de marcador del discurso 63.1.3.11

(47) Uno se va acostumbrando a convivir con su cadáver. Es incómodo pero a todo se hace Pero algunos pueden hacerlo. Dentro de estos últimos se han de distinguir dos
uno. Piensas bueno, peor sería tener una joroba o una enfermedad molesta. tipos principales.
[F. Umbral, Mona/ y rosa, 2241 En el primer grupo figuran marcadores como además y eni:ima (§ 63.3.2). Estos
marcadores con entonación exclamativa pueden ser autónomos en casos como:
Esta distribución de que es agramatical con un marcador del tipo de sin em-
bargo: (52) A: Es rica y le ha tocado la lotería.
B: /Además!
(48) • Piensas sin embargo, peor sería tener joroba.

La autonomía de bueno también se refleja en que puede preceder a una con- Aquí además se comprende como si se añadiera al último miembro del discurso
junción como pero, mientras que esto es imposible con sin embargo. Documentamos anterior, esto es, «además, le ha tocado la lotería».
Bueno, pero... (49a) y Pero, bueno (49b), y únicamente Pero, sin embargo (49c) y no
*Sin embargo, pero... Lo mismo sucede con encima en:

(49) a. Dice: •Bueno, pero ltú quiere... o sea, quieres ser tú la que vas... la, la que quieres (53) A: Me ha pedido dinero prestado y después me ha dicho que no piensa devolvérmelo.
saber el resultado?• [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de la ciudad de B: iEncima!
Madrid, 3261
b. [...] no iba a aprobar, de ninguna manera iba a aprobar yo mi..., a la primera mi Se comprende como «encima, no piensa devolverte el dínero».
pase. Pero bueno, me suspendieron el de... el específico, y estaba contenta y todo
[...1. [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid, 3251
c. Algo rara me parece a mí esta familiaridad de los silícidos. Pero. sin embargo repito En otro grupo pueden aparecer adverbios marcadores que solicitan al interlo-
mentalmente estas frases punto por punto. [Azorín, Las confesiones de un peque,io cutor una conclusión o una explicación de lo que acaba de decir. " Algunos ejemplos
filósofo , 47) son:

(54) a. -La vida sería imposible sin la mentira. Si dijéramos siempre la verdad no sería
63.1.3.10. Autonomía posible la convivencia...
--/,Entonces... ?
En cuanto a la autonomía de los marcadores en un turno de palabra, no todos - Yo huyo de estos tipos que te saludan diciendo: «Como somos muy amigos, te
se comportan del mismo modo. Frente a las conjunciones (pero, porque, aunque, voy a decir la verdad...• [ABC, 5-Vl-1996, 62)
para que, etc.) que no son autónomas en español," ciertos marcadores del discurso b. [...] En este sentido, la Justicia es la Justicia y debe actuar de forma inexorable
-sobre todo, aquellos que denominamos conversacionales (bie,~ bueno, hombre, sobre aquellos que delinquieron. Otra cosa es la valoración política que un Go-
bierno haga, después de que termine su trabajo la Justicia, y las actuaciones que
etc.)- aparecen frecuentemente solos en un turno de palabra. disponga.
....¿es decir?
(50) a. A: Vale. / Me alegro. -Es decir que donde acaba la Justicia' empieza la política [...]. (ABC, 30-V-1996,
S: Bueno. 11]
A: Hala. / Hasta otro rato.
S: Adiós.
A: Adiós. [B. Gallardo, Análisis conversacional y pragmdtica del receptor, 91 J
b. -i.Cuatro millones de discos vendidos no cambian una vida? 63.1.3.11. Incidencia
-La nuestra, no.
- Hombre... Los marcadores pueden situarse en miembros del discurso que constituyen ca-
-Nos estamos haciendo una casa frente a donde vivimos ahora. Y desde siempre,
peseta que ganamos, peseta que invertimos. Estamos tiesos siempre. [ABC, I I-Vl- tegorías léxicas y sintagmáticas muy diversas -no sólo oraciones. Así, se encuentran:
1996, 96)
" Un caso particular es el del operador por ejt:mplo (f 63.5.3). Cuando se afirma. se comprende de un modo semejante
En el resto de los marcadores se dan mayores variaciones. La mayoría no pue- • ad<rnás.
den ocupar ellos solos un turno de palabra. (i) p,__.¿Lo harf cuando lo cite la juez?
R.- Portj<mpio. ¡El Mundo, 3-V-1994, 6).
(51) A: No te gusta el pescado. •Por ejemplo. lo haré cuando me cite la juez• . Pero cuando se pregunta se comprende de un modo similar a tn1onca:
B: •Por el contrario.
(ii) -i,Hay en su vida muchos actos de rebeldía?
-Unos cuantos.
11
' CJlccpci(m hecha de i.yl. que en ocasiones se emplea para pedir al inlerlocutor que llegue a alguAa cOflClusión a ~ Po, ,j<mplo?
,,.,rtir lk 1ms prupim~()11luhr11~. - Dedicarme a esta profesión, separarme ... (ABC, IS.lX-1996-. 64J.
63.1.3.12 LOS MARCADO RES DEL DISCURSO 4070 4071 El concep10 de marcador del discurso 63.1.4.1

Con nombres: En primer luga r, es habitual hacer una pausa entre el marcador y la conjunción -algo impo-
sible, por ejemplo, en conjunciones como aunque [-+ §§41. 1.1 y 59.2.3), ya que, porque
(55) a. Ilusión, imaginación y en definitiva arte, son los componen1es que la familia Aragón [-+ § 56.4.1] o para que.
presenta en su esperado Circo del Arte. fABC, 17-X-1996, 137]
(57) a. [No me creo que los extraterrestres se hayan llevado a los niños para experimentar
Con adjetivos: con ellos) si... quisieran experimentar no se conformarían con un niño ni con dos,
se llevar ían muchos niños, y además, que dejarían también alguna pisla...
b. Con cán1abros, al Madrid siempre le ha ido bien. Con Genio y San1illana siempre [M. Esgueva y M. Cantarero, eds. El habla de la ciudad de Madrid, 88]
b. El mundo sentimental es brillante y oscuro, cálido y gélido, tierno y violento, geo-
hubo títulos; además, europeos. [E/ País, 12-VII-1995, 53]
métrico y embarullado. O sea, que también yo he caído en la descripción paradójica.
[J. A. Marina, El laberilllo sentimental, 27]
Con adverbios:
c. Puede ocurrir que el adjetivo se sustantive, es decir, que pase a funcionar en el
enunciado como lo hace un sus1antivo. [E. Alarcos Uorach, Gramática," 80]
c. Entonces los periódicos eran de opinión. no de información. Aquellos periodis1as d. Quedan muchos porque se plantaron recientemente: por cierto, que son madroños
se arrimaban al sol que más calentaba, y así funcionaban. O sea, mal. fABC, 24-1- procedentes de Caialuña. [ABC Madrid, 1-Xll-1995, 62]
1995, 59]
Por otro lado, las conjunciones subordinantes favorecen un modo verbal en su oración. Esto
Con sin1agmas preposicionales: no sucede con es1as combinaciones de mareador y que, ya que pueden aparecer con indicativo o
subjuntivo por motivos independientes a la supuesla conjunción.
d. - lHa pecado de ingenuidad?
-Nunca. En todo caso, de sinceridad. JABC, 8-X-1996, 58]. (58) a. Hoy hace frío, o sea, que debes ponerte el abrigo.
b. Espero qu e te calles, o sea, que no se lo digas al primero que te lo pregunte.
Con sinlagmas verbales:
Proceso mayor de gramatiealización presenta de ah/ que (§ 63.3.3.7), pues, contrariamenle a
e. [...] el autor de esos pasos tan separados tiene, no obstante, una allura escasa. lo que acabamos de ver, obliga a que el verbo de la oración con que se use en modo subjuntivo
fM. Vicent, en El Pals, 6-X-1996, 60] [-+ §50.2.2.7) (Álvarez 1995: 50-51). "

Con oraciones: (59) La Pascualina fue la única persona que ya entonces supo captar el verdadero significado
de mis palabras. De ah/ que haya tertninado por convertirse en mediadora única entre
la gente del pueblo y yo. [L. Goy1isolo, Teorú, del conocimiLnto, 253]
f. Sólo el mediocre eslá convencido de las bondades de su obra: el poeta de juegos
florales se cree mejor sonetista que Quevedo. Quevedo, en cambio, duda de sus
De todos modos, no se ha gramaticalizado por completo, pues se introducen incisos entre de
dotes poéticas. (ABC Culturo/, 21-XJ- 1996, 22]
al,/ y la conjunción (Álvarez 1995: 5 1):

(60) a. De ahí, y de que la represión no haya conducido a nada positivo sino al contrario,
63. 1.3. 12. 0 1ras vinculaciones sintácticas que se empiece a considerar la despen;<]ización del consumo [...]. [A. Ga la, en El
Pa/s Semanal, 15-1-1995, 90]
Algunos marcado res puede n relacio nar miembros d iscu rsivos incluso denlro de b. De ah/, por ejemplo, que e l problema filosófico de Dios no haya avanzado un mi-
una misma oración: líme tro desde Plalón. [J. Jiménez Lozano, la ronquera de Fray Luis, 243]

Y se puede coordi nar la oración con que y un sintagma nominal:


(56) a. Un pórtico tan pobre nos da paso, sin embargo, al apasionado vaivén de los colores.
[J. A. Marina, Ética para náufragos, 234] ·
(61) El género de la novela da eso y lo subraya o lo trae a nuestra memoria y a nuestra
b. Mi estupor ante el fenómeno no significa, no obstame , ningún tipo de rechazo a los conciencia, de ahí UJI vez su perduración y que no haya muerto, en contra de lo que
avances de la modernidad. [J. Uamazares, en El Pals Madrid, 15-1-1995, 1~] tanlas veces se ha a nunciado. [J. Marías, Mañana en la batalla piLnsa en mi, 419]
c. La idea de que los inmigrantes son, además, analfabetos también puede ser rebatida
con encuestas que demuestran que un 21 % de los extranjeros establecidos aquí
desde 1990 1ienen títu lo universilario f... ). [El Pals Domingo, 24-111-1996, 2]
63.1.4. Significado d e los marcadores del discurso

63.1.4.1. Introducción
63.1.3.13. úmjunciolUls y adl'erbios
La forma de significar de los marcadores d el discurso constituye, asimismo, un
Con algunos mareadores es frecuen1e que el miembro del discurso que preceden eslé inlro-
ducido por la conjunción que 1-+ § 9.4.5 y 32.1 ]. De esle hecho se podría concluir equivocada-
aspecto muy importante d e su descripción. Ya hemos indicado, al señalar la inva-
mente que combi naciones del tipo además que, o sea que, es decir que, por cierto que, cte. son
conjunciones. Existen, sin embargo, pruebas de lo contrario. 111
Aunque se puede encontrar algún raro ejemplo en indicativo (Man ínez 19117: 51-52).
63.1.4.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4072 4073 El concepto de marcador del discurro 63.1.4.3

riabilidad de estos elementos, que no tienen un significado conceptual. En efecto, Por tanto, en este uso vincula, por su significado, el miembro del discurso en
el significado de los marcadores del discurso es un significado de procesamiento. el que se encuentra con los anteriores.
Consiste e n una serie de instrucciones semánticas que guía las inferencias que se Su evolución hacia el uso como 'operador' consiste en la supresión de los miem-
han de efectuar de los distintos miembros del discurso en los que aparecen estas bros recapitulados. El operador en definitiva se limita ahora a presentar como un
unidades (Ducrot 1980a). Por tanto, el buen uso de un marcador, dependerá no argumento fuerte el miembro e n el que se encuentra y de este modo condiciona
sólo de las propiedades gramaticales (§ 63.l.3), sino también de cuál sea nuest ro sus pos.ibles relaciones dentro del discurso. Ya no vincula por su significado dos
esfuerzo para lograr la comprensión de un discurso. Todos los marcadores discur- miembros del discurso, la relación de su miembro del discurso con el anterior es, si
sivos compelen al oyente por su significado a realizar las inferencias de un modo no hay otro relacionante gramatical, puramente pragmática (Portolés: 1996, en pren-
determinado. Cuando el oyente no lo consigue -o le produce excesivo esfuerzo- sa e).
diremos que se trata de discursos gramaticales, pero 'costosos' de comprender. 21 En
el dicho festivo #Era de noche y, sin embargo, llovía, 22 el marcador del discurso sin (63) a. Pero hay otra razón más rigorosa y delicada para separar amor y deseo. Desear
algo es, en definitiva, tendencia a la posesión de ese algo (...]. [J. Ortega y Gassct,
embargo, por su significado, fuerza a encontrar un contexto e n el que «llover» se Obras completas, V, 554]
oponga a «ser de noche», lo cual no es imposible, pero sin duda es costoso de b. Se lrala de una mujer que al cabo de un año de malrimonio se da cuenta de qu e,
conseguir; de ahí, la broma. en defmitiva, ha traicionado todos sus propósitos y toma una dráslica decisión con
El método que generalmente se ha utilizado en el estudio semántico de los la idea de salvar los restos del naufragio. (ABC, 7-111- 1996, 133]
marcadores ha sido la conmutación. Se han agrupado aquellos marcadores que e n
un_ contexto determinado se pueden sustituir. Sin embargo -si se parte de que Aquí el miembro del discurso con en definitiva no se relaciona con el discurso
existen enunciados que, aunque gramaticales, son pragmáticame nte extraños--, tam- previo como sucedía en (62). El encadenamiento que pueda existir no se basa en
bié n será útil, para descubrir el significado de un marcador, la condición contraria: el significado recapitulativo del marcador sino en la trabazón pragmática que siem-
hallar ~I contexto en el_ que un marcador supuestamente sinónimo de otro no puede pre acontece e ntre los diversos miembros que forman un discurso.
sustituirlo porque el discurso resultante es, si no agramatical, al menos de costosa
comprensión. Así, en:

(64) Juan no viene. Está cansado.


63.1.4.2. lnst,ucciones sobre el significado de conexión El segundo enunciado se comprende como una justificación del primero. Pero ello se debe a
un enriquecimienio pragmál ico [-+ § 54.7]. En cambio, en (65) el segundo enunciado también se
Se pueden distinguir distintos tipos de instrucciones e n el significado de los comprende como un a justificación del primero pero ahora la relación es1á semánlicamente fijada
marcadores. En primer lugar, existen marcadores que relacionan por su significado por el significado de la conjunción pues:
dos o más miembros del discurso frente a otros cuyo significado sólo afecta a un
miembro del discurso. A estos últimos los denominamos 'operadores'," los primeros (65) Juan no viene, pues esuí cansado.
son la mayor parte de los usos de los marcadores que denominamos 'estructuradores
de la información' (§ 63.2), 'conectores' (§ 63.3) y 'reformuladores' (§ 63.4). Entre No todos los marcadores tienen la doble posibilidad de en definitiva. El marcador hombre, por
ejemplo, no relaciona por su significado dos miembros del discurro y se limita a condicionar el
los 'marcadores conversacionales' (§ 63.6), hay unos más cercanos a los operadores sentido del miembro del discurso en el que se encuentra.
(hombre) y otros a las unidades que relacionan varios miembros del discurso (va-
mos). Para comprender esta primera diferencia, analicemos el marcador en definitiva. (66) Tú, Zito, alegra el ánimo con la comida. Cuenta algo, hombre. de por tu tierra.
Este signo admite dos usos. Como reformulador, después de varios miembros del [ l. Aldecoa, Cue/llos, 48]
discurso introduce uno con el que se recapitulan los anteriores (§ 63.4.5.3).

(62) a. La otra palabra, a que antes nos hemos referido, es éxito, o más exactamenle, 63. / .4.3. Instrucciones argumemativas
«acogida•, «resonancia• y, en defi11iJiva, «popularidad». (E. Uedó, Dú,s y libros, 48)
b. La meta final: crear dudas aeerca de la independe ncia profesional, la hones1idad Un segundo tipo de instrucciones semánticas que forman el significado de bue-
informativa y, e11 definitiva, la credibilidad de El Pals (... ). [El Pals, 27-1-1996, 10]
na parte de los marcadores son las argumentativas. Estas instrucciones se explican
a partir de la capacidad argumentativa de todo enunciado. 24 Los enunciados por su
~· La Teoría de la Pertinencia (o Re~vancia) de Spcrber y Wilson 1986 aCNic:nc que tocfa comprensión de un discurso significado favorecen una serie de continuaciones del discurso y dificultan otras.
requiere un esfuerzo. Cuando el esfuerzo de comprensK>n es mayor que el beneficio que se pueda obtener, diremos que
se 1rata de un discurso costoso de comprcnt.ler. Condicionan, pues, la dinámica discursiva. Así, tene mos:
u Con el siino # se indican los discursos pragmátkamente cos1osos de comprender.
u Es1a diferencia se basa en h1 que defiende Ducrot cn lre conectores argumcn1a1ivcw, y opera~ argumcnlatiYOS
24 Para la argumentación en la lengua, Ansa>mbre y Duerot 1994, y para una cxpostctón más de111llada de kllS diversos
(D~~l 1983). Sin embargo, la categoría de Ducrot es más amplia, pues también ah.arca unidades que no cum~cn las
cood,c:ioncs que hclnO'i de1em1inado para delimitar a k,s marcadores discursivos en el presente c:apíiuln. conceptos que se 1ratan en este apartado Portolés 1998a.
63.1.4.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4074 4075 El concepto de marcador del discurso 63.1.4.4
(67) a. Estan divorciados. Ya no viven juntos. Los argume ntos, además de una orientación determinada, también poseen ma-
b. Tiene coche. Seguro que sabe conducir.
c. Es abogada. Se pasa el día en los juzgados.
yor o menor ' fuerza argumentativa'; así, si dos argumentos son coorientados, algunos
(68) a. #Están divorciados. Todavla viven juntos. marcadores del discurso indican cuál de los dos tiene más fuerza.
b. #Tiene coche. No conduce.
c. #Es abogada. No se pasa el día en los juzgados. (72) a. Es rica; incluso. seguramen1e es mullimillonaria.
b. Es inleligente. Es más, tiene un talen10 fuera de lo común.
c. No sabe patinar bien; en todo caso, no se cae.
_l;'uestra e~rañeza ante_ los ejemplos de (68) se debe a que los enunciados que
se s1tuan en pnmer lugar onentan argumentativamente hacia un tipo de conclusiones Estos marcadores crean, pues, una 'escala argumentativa'[-+ §§ 16.6.3, 57.9.2.l
como las que aparecen en (67), y no a sus contrarias, como en (68). 25 Por lo general, y 59.4.1. 1J en la que los argumentos se ordenan según su fuena argumentativa para
los ~ivorciados no comparten vivienda, tienen coche quienes poseen carnet de con- proseguir el discurso en un sentido determinado (Ducrot: 1980b). Así, los argumen-
duc~r, y los abogados permane~en mucho tiempo en los tribunales. En (67) se puede tos con incluso y es más tienen más fuerza argumentativa que los anteriores: «ser
dectr que los segundos enunciados mantienen la orientación argumentativa de los multimillonaria» tiene más fuerza como argumento que simplemente «ser rica», y
prime~os, son conclu_siones esperadas de los argumentos que constituyen el primer lo mismo sucede con «tener un talento fuera de lo común» e n relación con «ser
enunciado. Ahora bien, supóngase que, contra lo esperado, nuestros divorciados inteligente». Por el contrario, el argumento con en todo caso tiene menos fuerza
comparten casa. Podremos decir Están divorciados; sin embargo, todavfa viven juntos. que el argumento anteriormente enunciado, es decir, tiene menos fuerza argumen-
El_ m~rcador del ~iscurso sin embargo vincula el primer enunciado con el segundo tativa «no caerse con los patines» que «patinar bien». En conclusión, «ser multi-
e md1ca por su s1gmficado que, contrariamente a lo que se debería esperar de la millonaria», «tene r un talento fuera de lo común» y «saber patinar bien» tienen una
orientación argumentativa de están divorciados, estos divorciados todavía viven juntos. posición más alta en su respectiva escala argumentativa que «ser rica», «ser inteli-
Por consiguiente, Todavfa viven juntos es una conclusión 'antiorientada' con respecto gente» y «no caerse al patinar».
a la orientación argumentativa del enunciado Están divorciados.
63.1.4.4. Instrucciones sobre la estructura informativa
Evidentemente, se puede argüir que no todos los enunciados orientan necesariamente hacia
una conclusión determinada. Compárense: Otro tipo de instrucciones semánticas de algunos marcadores tiene que ver con
la estructura informativa del discurso (Portolés en prensa b). Partamos de un artícu-
(69) a. #Alicia es inteligente. La suspenden en los exámenes. lo periodístico.
b. Alicia es inteligente. No obstante, la suspenden en los exámenes.
(70) a. Alicia es inteligente. Invierte en deuda pública. (73) Los butroneros dejaron e n la madrugada del lunes su tarjeta de visita en Torrejón de
b. Alicia es inteligente. No obstante, invierte en deuda pública. Ardoz. Allí, en una empresa de suministro de material eléctrico, (...], dieron un golpe
de precisión. Sortearon las vallas de seguridad, escalaron muros, agujerearon el tejado
Sabemos que los inteligentes aprueban los exámenes, pero no está establecido que compren o deia nave, pasaron por el falso techo, burlaron rayos infrarrojos y quebraron con un
no deuda pública, por ello no son especialmente costosas cualquiera de las dos continuaciones de martillo neumático la caja fuerte. Todo sin forzar una sola puerta y evitando las alar·
(70). Ahora bien, una vez empleado por un determinado hablante el marcador no obstante, por mas.
eiemplo en (70b), se infiere que para él lo inteligente es no comprar deuda pública, esto es, que La policía desconocía ayer la au1oría exacta del robo y ni siquiera descartaba que fuese
para él 6(ser inteligente~ orienta hacia «no invertir en deuda pública~. obra de la banda internacional de a1racadores desarticulada en Madrid el martes e
implicada en cerca de 200 delitos.
La cuantía del botín es un misterio. La empresa, que lo calificó de • millonario», no
De igual forma que existen enunciados antiorientados con respecto a unos argu- quiso dar datos al respec10. Se limitó a señalar que los ladrones sólo se habían llevado
mentos determinados, también hay enunciados 'coorientados' con otros argumentos. dinero en efectivo. [El País Madrid, 14,Xl-1996, l]

(71) a. Juan es inteligente. Encontrará trabajo. El primer enunciado (Los butroneros ... Torrejón de Ardoz) introduce el asunto
b. Juan es trabajador. Encontrará trabajo. sobre el que se desarrollan los distintos comentarios. Cada comentario se puede
c. Juan es inteligente y, adem/u, trabajador. Encontrará trabajo. explicar como la respuesta a una pregunta implícita. Supongamos que el primer
párrafo es respuesta a la pregunta: ¿cómo fue el robo? En tal caso, el primer párrafo
Tanto «ser inteligente» como «ser trabajador» son dos argumentos orientados es el 'comentario' al 'tópico' Descripción del robo. Los 'tópicos' son los objetos sobre
hacia la conclusión Encontrará trabajo. Son, pues, dos argumentos coorientados y se los que versan las preguntas, explícitas o implícitas, que condicionan el desarrollo
pueden vincular con un marcador como además. de un discurso. Los 'comentarios' son las respuestas a estas preguntas[-+ §§ 64. 1-
2)."' El segundo párrafo es el comentario que responde a la pregunta lqué dice la
z, Se habni advertid~ que para resofve~ el prob~m~ que presentan los ejemplos de (68), basta con añadir la conjunción
pero entre los dos enunciados: esto es. un signo que md1que que el segundo miembro no se concspoode con la orientación » Para la concepción del par ·1úpico'fcomcntario' rel11cionado con la respuesta a preguntas explk:itas o implidtali,
argume:ntaliva del primero. Vl.:c&nse, Van Kuppevell 1995a, 1995b y Fani 1996. Para otras ~ ibles. explicaciones. véase Brc,wn y Yulc. 1983.
63.1.4.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4076 4077 El concepto de marcador del discurso 63.1.S

policía? y cuyo tópico sería Opinión de la policía. Y, por último, el tercer párrafo Veamos otros ejemplos. Tomemos dos marcadores que agruparemos más adelante como rcformu-
sería el comentario al tópico La cuantía del robo. ladores explicativos (§ 63.4.2): o sea y esto es. Los dos permilcn los siguientes encadenamientos:
Hay marcadores cuyo significado proporciona principalmente instrucciones re-
ferentes a la distribución de comentarios. Estos marcadores los agrupamos bajo la (78) a. Juan tiene cuatro hermanos. O sea, dos hermanos y dos hermanas.
b. Juan tiene cuatro hermanos. Esto es, dos hermanos y dos hermanas.
denominación de 'estructuradores de la información'. Así, por ejemplo, el par de
marcadores de una parte y de otra presentan dos mie mbros del discurso que vinculan
Pero sólo o sea sería posible en:
como distintas partes de un único comentario.
(79) a. Juan tiene cuatro hermanos. O sea, que nunca está solo.
(74) La solución es dificil. De una parte, el problema es complicado; de otro, casi no queda b. #Juan tiene cuatro hermanos. Esto es, que nunca está solo.
tiempo para resolverlo.
En los ejemplos (78a, b) el segundo miembro repite el mismo tópico que el primero: los dos
Los dos miembros discursivos unidos por estos marcadores aparecen como un serian respuesta a «lCuántos hermanos tiene Juan?,. En cambio, en (79a, b), el segundo miembro
único comentario que justifica por qué «la solución es difícil». no constituiría un comentario al mismo tópico que el primero. De estos ejemplos, se deduce que
Por otro lado, marcadores cuyo significado es esencialmente argumenta tivo o hay marcadores especializados en tópicos repetidos (esto es) y otros que permiten repetir el tópico
reformulativo también poseen instrucciones relacionadas con la estructuración in- o introducir otro distinto (o sea), aunque vinculado directamente al anterior.
formativa. Unos marcadores, los menos, muestran el miembro discursivo e n el que Comparemos otros dos marcadores también reformuladores: en cuaú¡uier caso y en todo caso.
Una de las instrucciones semánticas que diferencia a estos dos marcadores se encuentra en la
se incluyen como un nuevo comentario al mismo tópico que ya comentaba el miem- estructuración de la información. El miembro discursivo con en todo caso puede repetir el tópico
bro anterior; otros marcadores, la mayor parte, o bien presentan el miembro en el del miembro anterior. Así, es posible:
que se hallan como un comentario a un tópico distinto, o bien son indiferentes a
esta propiedad informativa. Así, por ejemplo, los miembros discursivos con los mar- (80) No es muy inteligente. En todo caso, es despabilada. ( = 77a)
cadores a saber y es más repite n el mismo tópico del miembro que los precede.
Aquí con el segundo miembro (es despabilada) se comenta el mismo tópico que con el primer
(75) a. Nombró a los de siempre. A saber, a Alicia y a Juan. miembro (no es m11y i11telige111e), los dos pueden ser respuesta a «lCómo es Alicia?• . Ahora bien,
b. María tiene mucho dinero. Es más, es una de las mujeres más ricas que conozco. los dos miembros vinculados por en cualquier caso no pueden ser respuesta a una misma pregunta
«lCómo es Alicia?-, esto es, no pueden comentar el mismo tópico [-+ § 59.6.4].
En (75a) una posible pregunta implícita «lA quién nombró?» se responde tanto
con _nombró a los de siempre como con [nombró} a Alicia y a Juan; y en (76b), (81) a. •No es muy inteligente, sino en cualquier caso es despabilada. ·
b. No es muy inteligente, pero en cualquier caso aprobará el examen.
«lTiene dinero María?» se contesta con María tiene mucho dinero y también con
[María] es una de las mujeres más ricas que conozco. En cambio, en el ejemplo Por último, si comparamos los conectores por el contrario y en cambio. Los dos permilen tópicos
siguiente los dos miembros vinculados por el marcador pues no se comprenden como distintos:
comentando un mismo tópico, esto es, sólo el primer miembro es respuesta a la
pregunta «lQué día hace hoy?»: (82) a. A María le gusta el teatro y a su marido, por el contrario, le desagrada.
b. A María le gusta el teatro y a su marido, en cambio, le desagrada.
(76) Hoy hace mal día. Nos quedaremos, pues, en casa.
Pero sólo por el contrario admite la repelición de tópico:
En (75) los marcadores a saber y es más relacionan dos miembros discursivos
coorientados, pero también es posible vincular con un marcador dos miembros a nti- (83) a. A María no le gusta el teatro. Por el co111rario, le desagrada.
orie ntados que comente n el mismo tópico: b. #A María no le gusta el leatro. En cambio, le desagrada.

(77) a. No es muy inteligente. En todo caso, es despabilada. En {83a) los dos miembros vinculados con por el contrario serían respuesta a la misma pregunta
b. No sabe alemán perfectamente. Antes /,;en, lo habla con muchísima dificultad. ,, .¿Le gusta a María el teatro?•

En (77a) un mismo tópico se comenta con no es muy inteligente y con es des-


pabilada; y sucede lo mismo en (77b) con No sabe alemán perfectamente y con lo 63.1.5. Efectos de sentido
habla con muchísima dificultad.
Como ya se ha visto, cuando un hablante compre nde un discurso no sólo
v Los marcador~ discursivos antiorienlados que indican repetición de tópico pueden coincidir oon la conjunción sino:
ha descodificado lo dicho, sino que también lo ha enriquecido pragmáticame nte
No u inttdigente, silto. en todo caso, <kspabilada; No sa/N olemón ptrf«tomente, sino que, anla bien. lo habla con muchlsima (§ 63.1.2. L). Tener en cuenta este hecho es esencial para explicar el significado de
<fifrcullad. - - -- los marcadores discursivos. Veamos un par de ejemplos:
63.1.S LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4078 4079 El concepto de marcador del discurso 63.1.5

(84) a. l Hizo la fioción más desdichado o más feliz a don Nonso Quijano? De un lado, lo El conector encima (§ 63.3.2.3) presenta el miembro del discurso que lo precede como un
puso en entredicho con el mundo, lo hizo estrellarse contra la terca realidad y argumento suficiente para llegar a una conclusión determinada (Portolés 1998d). El miembro que
perder todas las batallas. De otro, l no vivió así más plenamente que los demás? [M. lo acoge refuerza esta argumentación.
Vargas Uosa, en ABC, 25-IV-1995, 54]
b. Sin embargo, dos nuevos conflictos han revuelto otra vez las aguas y provocado las (87) Tienes que estar contento. La tía te ha llevado al cine y, encima, te ha comprado un
suspicacias de la coalición nacionalista: de un lado, el proyecto de ley para despe- helado.
nalizar un cuarto supuesto de aborto (...] ha desatado la santa cólera de la demo-
cristiana Unió; de otro, las contradictorias declaraciones oficiales sobre el futuro de Para 1<estar conte nto•, es argumento suficiente que la tía 1<te haya llevado al cine». Este sig-
los gobernadores civiles[...]. (J. Pradera, en El Pa/s Domingo, 11-Xll-1994, 5[ nificado de encima facilita como efecto de sentido la sorpresa o admiración por el nuevo miembro,
aunque ello no forme parte de su significado.
Al leer (84a) se comprende una cierta oposición entre cada uno de los dos
miembros del discurso introducidos por el par de marcadores de un lado y de otro: (88) a. Desde que las parejas descubrieron que la ropa sucia se lavaba en televisión y
las desdichas que trajo la ficción a Don Quijote se oponen a su vida más plena encima gratis, en los platós nunca han faltado celestinas y confesores. [El Pa/s de
también gracias a ella. Por el contrario, en (84b) no se percibe oposición alguna las Tentaciones, 14-Vl-1996, 28]
entre ser enemigo del aborto y no compartir la opinión del gobierno sobre los b. Anunció su adiós al ciclismo profesional hace ya varios meses. Pese a las tentadoras
gobernadores civiles. Así las cosas, para describir el sig11ificado de de un la¡Jo y de ofertas ha mantenido su palabra. Y encima, no hay critérium al que acuda durante
estas últimas semanas en el que no se imponga. (E/ País, l6-X-1994, 48]
otro, puede haber dos propuestas: la primera, que consideramos desacertada, con-
siste en diferenciar dos pares de un lado/de o/ro distintos: uno con un significado
de oposición para (84a) y otro que carece de este significado (84b). La segunda, en Una serie de efectos de sentido que se ha de tener en cuenta son los que
acontecen en el discurso oral."' Los marcadores son un medio de la lengua para
cambio, aprecia que existe un único par de marcadores con un único significado
pero que, según los contextos, pueden actualizarse en sentidos distintos. Se deno- facilitar la articulación entre lo dicho y el contexto. No ha de extrañar, pues, que a
un distinto contexto le corresponda un diferente uso de estas unidades. Marcadores
mina 'efectos de sentido' a los valores semánticos que adquieren las unidades lin-
güísticas en su uso discursivo. Estos valores nacen de la relación entre su significado como bueno, claro, hombre o vamos son más frecuentes al hablar que al escribir. Lo
propio y el aporte pragmático del contexto. contrario sucedería, por ejemplo, con así las cosas, por lo demás, por el contrario o
en consecuencia.
La ventaja fundamental de distinguir entre un 'significado' de los marcadores en la 'lengua' Por regla general, las conversaciones se componen de ' intercambios' formados
-esto es, en el sistema lingüístico antes de su uso en el discurso- y un 'sentido' 211 en cada discurso por dos intervenciones realizadas por distintos hablantes. La primera es la 'inter-
concreto es, evidentemente, la simplificación de su descripción; de lo contrario, existirían tantos vención iniciativa', La segunda es la ' intervención reactiva'. Lo habitual al conversar
significados como contextos o, en el mejor de los casos, tantos como contextos prototípicos, y, por es que las intervenciones iniciativas tengan un tipo de ' intervención reactiva prefe-
otra parte, siempre podría haber nuevos significados, ya que los contextos son ilimitados.
Otro par de ejemplos: al fin y al cabo y encima. El reformulador al fin y al cabo (§ 63.4.5.6)
rida'. Por ejemplo, si se hace un comentario favorable con respecto a una persona,
fortalece como argumento el miembro en el que se encuentra. Ello favorece que se utilice fre- se espera que nuestro interlocutor reaccione confirmando dicho comentario.
cuentemente este argumento para justiftcar una conclusión ante rior.
(89) a. A: Juan es una magnífica persona. /(lnlervenci6n iniciativa))
(85) Hay algunos presupuestos comunes a todas las morales, al fin y al cabo todas están B: Desde luego. ((lntervenci6n reactiva preferida))
tejidas con mimbres del comportamiento humano: ser, querer, poder y deber. (J. A. b. A: Juan es una magnífica persona. ((lntervenci6n iniciativa))
Marina, Ética para náufragos, 48] B: Pues a mí no me lo parece. ((Intervención r,activa no preferida)/

Esto pudiera hacer pensar en un significado de conector justificativo semejante al de algunos Esta estructura de las conversaciones constituye un contexto especial que oca-
usos de parque (No hace frío, porque la gente va a cuerpo). Pero no se trata más que de un efecto siona que ciertos marcadores adquieran sentidos condicionados por la posició~ del
de sentido en un uso particularmente frecuente.
Así, hay ejemplos de al fin y al cabo que no se comprenderían como justificativos:
intercambio en el que se encuentran. El marcador sm embargo (§ 63.3.4.7), por e1em-
plo, adquiere un sentido refutativo si inicia una intervención reactiva que no se
(86) a. No en vano dedica Ramón a Azorín un extenso libro, una de sus más bellas bio- acomoda a lo esperado a partir de la intervención anterior.
grafías, donde llega muy hasta el final de la actitud vital azoriniana, que al fin y al
cabo es la suya. (F. Umbral, Ram6n y las vanguardias, 78[ (90) INF. iAh! sí, sí, ioh!..., ha dejado ..., aquí ha dejado la reina Cristina, lverdad?, leh?,
b. Por primera vez desde el secuestro asistió Villamizar a una fiesta de amigos, y nadie magníficos recuerdos, imagníficos!
entendió que estuviera tan contento con algo que al fin y al cabo no era sino una ENC. Sin embargo, no fue muy bien recibida por el pueblo al principio, lno? [M. Es-
promesa vaga como tantas otras de Pablo Escobar. (G. García Márquez, Noticia de gueva y M. cantarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid, 269] ·
un secuestro, 283]
="' Evidentemente, existen, por ejemplo, obras escrita! que ~lcnden remedar la oonvcrsación y 1ambién conferencias
,. Para es1a diferencia en1re 'significado' y 'sentido', véase Ducrot 1980a. No obstante, Oucrot prefiere el término leídas. De todos modos, tomando cx1rc~: una conve~ión coloquial y un tex10 ci:posilivo e!Jtrito, por ejemplo, la
'significación' a 'significado'. diíerencia entre lo oral y lo escrito es imprescindible para dar cuenla de la aparición de los marcadores.
63.1.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4080 4081 El concepto de marcador del discurso 63.1.6

La refutación - negar la verdad del miembro anterior- no está en el signi- como una explicación del anterior; 'reformuladores rectificativos', que corrigen un
ficado de sin embargo sino que es un efecto de sentido consecuencia de su posi- miembro discursivo anterior; 'reformuladores de dista nciamiento', que privan de per-
ción en la estructura del diálogo. Algo semejante le ocurre al pues come ntador tine ncia el miembro discursivo anterior; y 'reformuladores recapitulativos', que in-
(§ 63.2.2.1). Este marcador presenta un comentario nuevo e informativamente valio- troducen una recapitulación o conclusión de un miembro discursivo anterior o de
so con respecto al discurso que lo precede. Cuando aparece en una intervención una serie de ellos.
reactiva no preferida, la intervención que introduce adquiere el sentido de un mar- E l cua rto grupo que diferenciamos es el de los 'operadores argumentativos'.
cador contraargumentativo. Estos marcadores condicionan por su significado las posibilidades argumentativas
del miembro e n el que se incluyen sin relacionarlo con otro ante rior. Se distinguen
(91) - Infalible -<lijo-. Hay celaje allí, y no puede fallar la sentencia que dice: Fronilde dos grupos: 'operadores de refuerzo argumentativo', cuyo significado refuerza c?mo
nublada, Ficóbriga mojada. argume nto el miembro del discurso e n el que se encuentran fre nte a otros posibles
-Pues pica el sol - indicó el obispo. argumentos; y 'operadores de concreción', que muestran el miembro del discurso en
- 01ra señal de próxima lluvia, ilustrísimo señor. [B. Pérez Galdós, Gloria, 67)
el que se localizan como una concreción o un ejemplo de una generalización.
El obispo introduce un comentario con pues en una intervención que no se corresponde con En el quinto grupo se integran los 'marcadores conversacionales'. Incluimos en
la reacción preferida por la intervención anterior. Podría haber dicho de acuerdo con la preferencia ese apartado las partículas discursivas que aparecen más frecuentemente en la con-
de aquel turno: Así se ha dicho siempre, iQué razón tiene usted! o Además, pica el sol. Ello lleva a versación. Con esta división no se pretende determinar un límite estricto entre lo
que se interpre te el turno con pues como opueslo a lo mantenido por su interloeútor. Ahora bie n, conversacional y lo no conversacional: todo discurso es, en esencia, dialógico y, de
se trata de un sentido contextualmenie adquirido y no de un nuevo tipo de pues. hecho, muchos de los marcadores que se han incluido en los grupos precedentes
pueden aparecer también e n la conversación; asimismo, bastantes marcadores con-
versacionales se emplean a menudo en los textos escritos. Pero la conversación cons-
63.l.6. Clasificación de los marcadores del di curso tituye una situación comunicativa peculiar, con propiedades específicas, que deter-
mina n, o favorecen, la presencia de una serie de marcadores. Hemos distribuido los
Para la clasificación de los marcadores que se lleva a cabo en el presente ca- 'marcadores conversacionales' en cuatro grupos: los ' marcadores de modalidad epis-
pítulo, se han tenido fundamentalmente en cuenta las funciones discursivas que de- témica' , que señalan el grado de certeza, de evidencia, e tc., que el hablante atribuye
sempeñan las unidades analizadas. Dichas funciones vienen determinadas, en buena al mie mbro -o miembros- del discurso con los que se vincula cada partícula; los
parte, por el significado de los marcadores. Pe ro más que intentar un ajuste estricto 'marcadores de modalidad deóntica', que indican diversas actitudes volitivas del ha-
entre «propiedades semánticas» y «funciones discursivas», hemos privilegiado el pa- blante respecto del miembro o miembros del discurso en que aquellos comparecen;
pel que los marcadores cumplen en la comunicación, para ofrecer al lector un cua- los ' enfocadores de la alte ridad', que orie ntan sobre la forma como el hablante se
dro claro y representativo de dichas partículas discursivas en español. Distinguimos sitúa en relación con su interlocutor en la inte racción comunicativa, y, por último,
cinco grupos de marcadores: los ' metadiscursivos conversacionales' que sirve n para estructurar la conversación
El primer grupo que distinguimos es el de los 'estructuradores de la informa- (para distinguir bloques informativos, por eje~plo, o para alternar o mantene r los
ción', que sirve n, esencialmente, para señalar la organización informativa de los turnos de palabra, etc.). ·
discursos. Se trata de marcadores que carecen de significado argumentativo. Se di- La clasificación expuesta se resume en el esquema siguiente:
viden en tres grupos: los 'comentadores', que introducen un nuevo comenta rio; los
'ordenadores', que agrupan varios miembros del discurso como partes de un único
comentario; y los 'digresores', que introducen un comentario late ral con respecto a COMENTADORES pues, pues bien, así las co-
la planificación del discurso ante rior. sas, etc.
El segundo grupo que establecemos es el de los 'conectores'. Los conectores
vinculan semántica y pragmá ticamente un miembro del discurso con otro anterior,
de tal forma que er marcador guía las inferencias que se han de efectuar del con- ORDENADORES e n prime r lugar/e n segundo
junto de los dos miembros discursivos conectados. Se distinguen tres grupos: 'co- ESTRUCTURADORES lugar/; por una parte/por
nectores aditivos', que unen a un miembro anterior otro con su misma orientación; DE LA INFORMACIÓN otra parte; de un lado/de
'conectores consecutivos', que conectan un consecuente con su a ntecedente; y 'co- otro lado, etc.
nectores contraargumentativos', que eliminan alguna de las conclusiones que pudie-
ran inferirse de un miembro anterior. ÜIGRES0RES por cierto, a todo esto, a
El tercer grupo es el de los 'reformuladores'. Los reformuladores presentan el propósito, etc.
miembro del discurso en el que se encuentran como una expresión más adecuada
de lo que se pretendió decir con un miembro precede nte. Se distinguen cuatro
grupos: 'reformuladores explicativos', que presentan el nuevo miembro del discurso
63.1.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4082 4083 Estructuradores de la información 63.2.2.1

CoNECTORES ADITIVOS además, encima, aparte, in- 63.2. Estructuradores de la información


cluso, etc.
63.2.1. Generalidades
CONECTOTRES por tanto, por consiguiente, Como ya se ha explicado (§ 63.1.4.4), los hablantes desarrollamos nuestro dis-
CONSECUTIVOS por ende, en consecuencia, curso de forma que sus diversas partes «comentan» asuntos -tópicos- determi-
CONECTORES de ahí, enlonces, pues, así, nados. Para facilitar la estructuración de esta información, existen unos marcadores
así pues, etc. especializados que denominamos 'estructuradores de la información'. Estos marca-
dores se dividen en tres tipos: comentadores, ordenadores y digresores, según la
CONECTORES en cambio, por el contrario, distinta relación en la estructura informativa de los miembros que enlazan. Los
CONTRAARGUMENTATIVOS por contra, antes bien, sin 'comentadores' presentan un nuevo comentario, los 'ordenadores' agrupan varios
embargo, no obstante, con miembros discursivos como partes de un solo comentario, y los 'digresores' marcan
todo, etc. su miembro del discurso como un comentario lateral con respecto a la planificación
del discurso anterior.
REFORMULADORES o sea, es decir, esto es, a
EXPLICATIVOS saber, etc.
63.2.2. Comentadores
REFORMULADO\ DE mejor dicho, mejor aún, Los comentadores son un tipo de marcadores que presentan el miembro dis-
REGnFICAC!ÓN más bien, etc. cursivo que introducen como un nuevo comentario, lo que lo dislingue del discurso
\ previo. Este discurso anterior se comprende como un comentario distinto -esto es,
REFORMUIADORES REFORMULADORES DE en cualquier caso, en todo que responde a otro tópico- o como una preparación al nuevo comentario intro-
DISTANCIAMIENTO caso, de todos modos, etc. ducido por el marcador.
El comentador más frecuente, sobre todo en el discurso oral, es pues. Algunos
REFORMULADORES en suma, en conclusión, en de sus usos se conservan en pues bien. Menos utilizados y más limitados al discurso
RECAPITULAnvos definitiva, en fin, al fin y al escrito son así las cosas y dicho eso.
cabo, etc.
63.2.2.1. Pues
OPERADORES en realidad, en el fondo, de
DE REFUERZO hecho, etc. Entre los diversos signos lingüísticos que se esconden bajo la forma pues
OPERADORES ARGUMENTATIVO [-+ §§ 56.3.2 y 58.7], '" es el de comentador ·el más frecuente en el discurso oral
ARGUMENTATIVOS - sin ser extraño en el discurso escrito-. El adverbio comentador pues (sobre el
OPERADORES DE por ejemplo, en particular, problema de su categoría gramatical véase el § 63.l.3.3) se sitúa en la posición inicial
CONCRECIÓN etc. del miembro que introduce -sin estar seguido por pausa- y lo presenta como un
comentario nuevo e informativamente valioso con respecto del discurso que lo pre'
DE MODALIDAD claro, desde luego, por lo cede. Este discurso anterior puede ser una preparación al comentario.
EPISTÉMICA visto, etc.
(92) - lUsted conocía a Soleiro?
- iUn cojo que iba a Mondoñedo al mercado de Quendas?
DE MODALIDAD bueno, bien, vale, etc. -iEI mismo' Pues se le apareció a la mujer en figura de cuervo. [A. Cunqueiro, La
DEÓNTICA historia del caballero Rafael, 131]
MARCADORES
CONVERSACIONALES Así, una vez establecido quién era Soleiro, se introduce con pues el comentario Se le apareció
ENFOCADORES DE LA hombre, mira, oye, etc.
a la mujer en figura de cuervo. ·
ALTERIDAD
10 Se distinguen tres puts distintm: un Jl'•U conjunción causal (Est6 en/trmo, ~s no °MM), (--+- § 56.3.2); un P,ltJ
METADISCURSIVOS bueno, eh, este, etc. adverbio l"Oncctor consecutivo (No llknt. Est6, p11<'s. enft:nno), véase el § 63.3.3.2;' y el pnes adverbio comentador que aquí
CONVERSACIONALES nos ocupa (l'Mf.r no me creo que atl tnfermo). Sobre puei comentador, véanse Mu tín Zorraqui oo 1991: 272-278; Uorcnte
1996: 212-229; Purrochc 1996; Brii 1998: 174-175: par• más bibliografía sobre puu, ,·fase el § 6J_1,3.2.
63.2.2.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4084 4085 Estructuradores de la información 63.2.2.4

Otro ejemplo: tería; pero sea lo que quiera, usted es un hombre excelente y un sacerdote cristiano, a
cuyas manos baja Dios en el santo oficio de la Misa.
(93) A usted van a estar esperándola una canlidad de periodistas -<lijo el hombre-. Pues -Sí, SÍ.
tenga cuidado. Cualquier palabra de más puede costarle la vida a su cuñada. [G. García - Pues bien: siendo usted sacerdote y yo pecador, quiero confesarme en esta hora su-
Márquez, Noticia de un secuestro, 191] prema; quiero confesarme, si, después de treinta y tanlos años de impenitencia. [B. Pérez
Galdós, El equip<1je del rey José, 179]
Presentada la circunstancia («van a estar esperándola periodistas• ), se introduce el comentario
tras el marcador pues.
Cuando el discurso no es un diálogo, se supone el acuerdo del receptor del
Con este significado de introductor de un nuevo comentario, pues es habitual discurso - por ejemplo, el lector de un texto- con lo que se ha expuesto en el
al comenzar intervenciones reactivas a preguntas, mandatos o simples aseveraciones. primer miembro.

(94) a. -i, Y después de tantos años, todavía le gusla la gramática? (97) a. He dicho que vemos desde la memoria; pues bkn, tambié n percibimos desde el
-Pues sí, [...]. IEI País Semanal, ll-XIH994, 47] lenguaje. [J. A. Marina, Teoría de la inteligencia creadora, 32]
b. - Todo está preparado; que entren las señoras... b. Dentro de pocos días, Deo volente, voy a cumplir ochenta años; el novelista Gutié-
- Pues allá van las señoras... rrez Gamero, (...}, hubiera dicho t<mis primeros ochenta años». Pues bien: a los
- Música, tío, música. ochenta años y caminando ya, en consecuencia, por el último recodo del sendero
-Pues allá va la música... Ton, lOrontón... [B. Pérez Galdós, Gloria, 40] de la vida, se hacen sinceras las humildades, honestos los propósitos y circunstan-
c. - Es que 1engo que decirle todo lo que la señorita Amalia me dijo. ciadas y serenas hasta las vanidades. [C. J. Cela, en El País, 24-IV-1996, 36]
-iDimc, dime, Clarita!
- Pues que dimos lierra a la señorita A'l'alia en la misma scpullura que a la señora.
[J. Jiménez Lozano, Un dedo en los labt\ , 99]
63.2.2.3. Así las cosas
Como ya vimos (§ 63.1.5.2), en la conversación existen intervenciones reactivas
preferidas y no preferidas con respecto a una intervención anterior. Por otra parte, El miembro del discurso que precede a así las cosas muestra un estado de co-
acabamos de comprobar que pues se utiliza para mostrar que su miembro del dis- sas y el miembro que lo sigue un nuevo comentario relacionado con aquel
curso constituye un comentario. No ha de extrañar, por tanto, que pues se emplee [ - § 14.4.3.2]. A diferencia de lo que sucede con pues bien, con este nuevo mar-
para introducir un miembro discursivo que no se acomoda a la reacción buscada cador, el estado de cosas reflejado en el miembro que le precede no constituye
por el interlocutor. En estos casos, por lo general, el pues se acompaña con una expresamente una preparación para el comentario posterior [-+ § 39.3.3).
subida en el tono de la voz en relación con la línea tonal del final de la intervención
precedente. (98) a. Pensé en huir hacia Portugal cruzando la sierra Trapera, pero sabía que si alguien
del Ejército rojo entraba en tierras portuguesas era entregado a las tropas de Fran-
(95) a. - (...] Ahora quiero que hablemos de este asumo. co. As/ las cosas, lOmé la determinación de buscar dentro de aquel desbarajuste
-iPues yo no! algún vestigio de gente con vida. [M. Gila, en El País Domingo, 19-111-1995, 23]
-iPues yo sí... ! (C. Martín Gailc, Los ataduras, 28] b. En la actual semántica del amor hay varias confusiones trágicas. Por ejemplo, pen-
b. -i,Qué te ha pasado, Bernardo? samos que el amor es pura espontaneidad y que lo que no ,¡ea espontáneo no es
- Nada. amor sino obligación. Así las cosas, nos entregamos alegre mente suicidas en los
- Pues tienes la frcnle baslanle inflamada. [E/ País Domingo, l-XII-1996, 18) brazos del azar y de las intermitencias cardiacas. Seguimos jurando amor eterno en,
presente condicional. [J. A. Marina, en ABC Cultural, 21-11-1997, 61J
En ocasiones, este uso de pues en reacciones no preferidas se comprende por
un efecto de sentido como una oposición en relación con el miembro anterior.
63.2.2.4. Dicho esto; dicho eso
63.2.2.2. Pues bien
Los comentadores dicho esto y su variante dicho eso presenlan un menor grado de gramatica-
El comentador pues bien también se sitúa al comienzo del miembro que lo lización. Con ellos se muestra un segundo miembro del discurso con más importancia informativa
incluye, pero, contrariamente al pues comentador, va seguido de pausa (Fuentes que el primero, que, no obstante, también es necesario para dar una información completa.
1993a). En cuanto a su significado, con el miembro que lo precede, se propone un
estado de cosas que, una vez asumido por el interlocutor, permitirá el comentario (99) a. Sí que manifestaré con mayor firmeza mi deseo de que la selección de poemas
en que consiste el segundo miembro (Castaño 1997: 316). fuera más abundante (...]. ¿Límites editoriales, lal vez? Ojalá en una reedición,
seguramente muy próxima, pueda aumentarse el número de poemas. Dicho esto, no
(%) Usted es sacerdote -añadió don Fernando-, y un buen sacerdole, piadoso, instmido, merece más que elogios la selección, atendiendo casi siempre a los valores estéticos,
aunque ahora caigo en que no cuadraba muy bien a su estado el tener tan buena pun- a veces a su carácter representativo. (V. Tusón, en El País Babdia, 22-Vl-1996, 18]
63.2.3 LOS MARCADORES DEL D ISCURSO 4086 4087 Estructuradores de la información 63.2.3.2

b. Ni quien encabeza el sector guerrista ni yo queremos ser secretario general. El c. Con lo cual matan tres pájaros de un tiro: primero se suben al palo y así pueden
poblema de Juan Barranco, persona con grandes valores, es que no lidera ningún satisfacer el afán exhibicionista propio de todo publicista que se precie; lutgo de-
grupo significativo y que hace poco fue derrotado cuando se presentó al frente de nuncian al tirano y así colman imaginariamente su sed de martirio, mostrando los
una candidatura para el congreso federal. Dicho eso, me parece razonable que sea dardos del enemigo bien clavaditos en el noble pecho; finalmente, la exhibición y el
muy tenida en cuenta la opinión de los guerristas para escoger entre los renovadores martirio les convierten en seguros destinatarios de pingües ofertas para que el es-
al nuevo secretario general. [El Pals, 1-IV-1994, 201 pecláculo continúe. ¡s. Juliá, en El Pals, 1l·XII-1994, 18]
d. Los propios caballeros del tiempo eran bastante ruidosos y discutidores, y los ediles
de la ciudad cabezotas y picajosos. Y. luego, estaba la gente del común con su
63.2.3. Ordenadores trabajo y sus jaranas, claro está, sobre todo, los mudéjares o ¡noriscos viejos y, luego,
los moriscos nuevos: los islámicos, que continuaban allí, aunque los judíos habían
sido expulsados. [J. Jiménez Lozano, Ávila, 581
63.2.3.1. Definición

Los ordenadores (Turco y Coltier 1988; Garcés 1997; Portolés en prensa a) son Aunque no sea habitual, no es imposible que se combinen número, espacio y
tiempo, o, dent ro de cada tipo, se utilicen ordenadores que no son correlativos:
estructuradores de la información con dos funciones primordiales: en primer lugar,
indican el lugar que ocupa un miembro del discurso en el conjunto de una secuencia
(102) a. Desde un punto de vista puramente lingüístico sería difícil juzgar si las cunsecuen-
discursiva ordenada por partes; y, en segundo lugar, presentan el conjunto de esta cias del extranjerismo en la tipología fonológica nominal del español son beneficio-
secuencia como un único comentario y cada parte como un subcomentario. Como sas o dañinas. Por w,a parte es innegable que implican cierta desfiguración respecto
la mayoría de los marcadores, tienen movilidad dentro de su miembro del discurso. " de los caracteres tradicionales; dt otro lado, vigorizan posibilidades poco aprove-
chadas antes y abren algunas nuevas, por lo que suponen un enriquecimiento. [R.
Su uso es más frecuente en el discurso escrito que e~ el oral; con todo, este hecho no impide Lapesa, El espa1iol modemo y contemporáneo, 4351
que los hallemos también en la conversación: \ b. En el caso de la experiencia jurídica veo claro el progreso. Por una parte, el con-
tenido de las leyes es más justo (se admiten los derechos de la mujer, la igualdad
(100) Sí, tiene un nivel un poco más alto, por un lado, y luego por otro lado, pues... con dos de todos los seres humanos). En segundo lugar, también hay un progreso en los
idiomas perfectamente aprendidos l no? [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de procedimientos judiciales. [J. A. Marina, Ética para náufragos, 97]
la ciudad de Madrid, 317] c. La verdad era que el país estaba condenado dentro de un círculo infernal. Por un
lado, los Extraditablcs se negaban a entregarse o a moderar la violencia, porque la
Por lo general, los ordenadores se basan en la numeración (primero, segundo, policía no les daba tregua [...1. Por su parte, los dos movimientos guerrilleros más
antiguos y fuertes, [...], acababan de replicar con !oda clase de actos terroristas a
etc.), en el espacio (por un lado, por otro lado, por una parte, por otra parte, etc.), o la primera propuesta de paz del gobierno de César Gaviria. ¡G. García Márquez,
en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente, etc.). Algunos de ellos forman pares Noticia de un secueslro, 151]
correlativos: " por un lado/por otro (lado), por un lado/por el otro, " por una parte/
por otra (parte), de un lado/de otro (lado), de una parte/de otra (parte), etc.
(101) a. Pero lo definitivo para eflos fue que a don Fabio le pareció un mediador providen- 63.2.3.2. Clasificación
cial. Primero, porque Escobar no tendría con él las reticencias que le impedían
recibir a Villamizar. Y segundo, porque su imagen divinizada podía convencer a la Existen tres tipos de ordenadores del discurso: marcadores de apertura, de con-
tripulación de Escobar para la entrega de todos. (G. García Márquez, Noticia de un tinuidad y de cierre.
secuestro, 275]
b. Este movimiento presenta un doble aspecto: por un lado, aquello que la razón pura
puede programar como lo deseable, lo justo, lo verdadero; por otro lado, lo que la MARCADORES DE APERTURA. Sirven para abrir una serie en el discurso: en
colectividad, como objeto de ese movimiento, impone desde el complicado e im- primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado, etc.
personal organismo de los intereses que la rigen. (E. Lledó, Días y libros, 65] MARCADORES DE CONTINUIDAD. Indican que el miembro que acompañan for-
ma parte de un serie de la cual no es el elemento inicial: en segundo/tercer/... / lugar;
·'
1
Próximos a los ordenadores del discurso. auoquc limitados por su valor cscncialmcn1e gréfico y íalta de movilidad por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo,
se encuentran las cifras -como las que encabezan, por ejemplo. los apartados de esta misma gramál.ica-, o las letras (a, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después, etc.
b, e, ...) con que se inician las clasificaciones.
u Estos pares correlativos pueden estar seguidos por un tercer miembro cambi~n con ordenador. E.$tc puede ser
distinto a la\ correlativos: Migud Arroto aaibe tn ti último número de •Scbu ka» el libro de Rtb«ca Cata-Ú>OII, Si los marcadores de continuidad están precedidos por una conjunción y, suelen comprenderse
/... /. Por otro lado, francisco Maná profundUJJ en •la ronaía verba/.. dt Henk lla11Crlcate, / ...). Final~n1e, UUS Garcia como cierre de una l~ta.
ll<rl,¡iigi, S< oeupo dd hbro .o,,¿, lo ú/1ima fila,, d< F,rnando Fmuln,Góma ¡ABC Cuburat, 16-t ~ O ana repe-
tición del segundo miembro del par: Por un lddo, titM qlle estudiar, f!!!!....!!!!E: Jiffle que lrolxijar y, e!.!!..!!!!!!i no ~de
abandoruu fM en11mamienws. (103) [...] en ambos casos las dos construcciones son posibles, como se ve, de una parte, en
\\ [.. ,J y tambiht la baH dt tstilizar, JXH' un lado, y acentuar, por ti Olro, su iconografía ¡P. Gimferrer, Ci11e y Se busca secretaria o se buscan secretarias, y de otra en Se busca a la secretaria o Se
literatura, 130). .,_ busca a las secretarias [...]. [E. Alarcos Llorach, Gramática, 212]
63.2.3.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4088 4089 Estructuradores de la información 63.2.3.3

MARCADORES DE CIERRE. Señalan el fin de una serie discursiva: por último, en ( 107) Mis amigos de entonces eran dibujantes de cómic «underground» que estaban muy lejos
último lugar, en último término, en fin, " por fin, ,., finalmente, etc. del mundo de la pintura, que para ellos era un mundo risible. Yo, por mi parte, por
pura incapacidad para hacer otra cosa, estaba condenado a la pintura. ¡ABC Cultural.
1-111-19%, 40)
Es habitual que en la formación de la secue ncia no aparezcan todos los orde-
nadores de la serie; así, en el siguiente ejemplo se dan los marcadores de continui- Esta falta de gramaticalización también da cuenta de que el adjetivo posesivo imponga restric-
dad y de cierre, pero no el de apertura. ciones en su uso, ya que predsa de una interpretación anafórica sintácticamente condicionada; esto
es, debe ser «la parte de alguien o algo•. Ello explica que, por eje mplo, por su parte no pueda
(! 04) Ayer arreció la polémica sobre la atribución por parte del Prado de un cuadro de Maella sustituir a por otro lado en un caso como el siguiente:
a Goya. La jefa del Departamento de Pintura Española del museo, Trinidad de Antonio,
puso su cargo a disposición del director del Prado, José María Luzón Nogué, con el (108) Por una parte, no tengo dinero, por aira parte (•por su parte), me da vergüenza pedirlo
fin de que el centro quede «al margen de cualquier circunstancia que pueda empañar prestado.
su categoría científica». Por otra parte, la dirección hizo pública otra nota en la que
Luzón lamenta el error inicial cometido y declara que no encuentra razones para acep- Mientras otros ordenadores son indiferentes en cuanto a la imponancia infonnativa de los
tar ninguna dimisión al respecto. Por último, el consejero de Presidencia de Madrid, miembros que introducen, el marcador de cierre por lo demás prese nta su miembro como infor-
Jesús Pedroche, aseguró que Trinidad de Antonio permitió la presentación de la obra. rnativamcnte menos importante que el anterior o los anteriores, como un miembro únicamente
¡ABC, 13-111-1996, 52] necesario para completar el comentario.

( 109) a. E n El Pa/s Semanal del domingo 14 de enero, e n la sección de Estilo, al hablar de


63.2.3.3. Caracteristicas de algunos ordenadores del discurro la superstición del número 13 hacen alusión a Judas lscariote como el que negó a
Jesús tres veces. Siento comunicarles q ue fue Pedro el que lo hizo, y no el apóstol
Detengámonos en algunas particularidades de distintos ordenadores. que más tarde le traicionó, que sí fue Judas. Por lo demás, quiero expresar mis
En ocasiones, algunos ordenadores, principalmente 1~ ordenadores por otra parte, por otro lado felicitaciones a esta revista, así como al periódico El País, por sus publicaciones. [El
y por lo demás, se emplean en incisos -incluidas entre e'los las oraciones explicativas de relativo Pa/s Semanal, 11 -11-1996, 91
[ - § 7.1.3)- , para añadir una información lateral que.. completa la información central de la b. Es su novela más larga, casi 600 páginas, dura, pero al mismo tiempo divertida. Por
secuencia. Se acercan en este uso a los digresores (§ 63.2.4). lo demás, como las anteriores, tiene unos personajes sólidos y una historia q ue
atrapa. (El País, 24-XI- 1995, 38]
(105) a. Volvia a reunirse con los ángeles, pero jamás se refería a aquellos encuentros, que
por otra parte apenas se preocupaba de ocultar y que eran más evidentes que nunca Con e11 pane se repite el mismo ordenador como marcador de apertura y marcador de continui-
[...]. [G. Martín Garzo, El lenguaje de las fuentes, 91] dad.
b. La proximidad a Madrid ha perjudicado, probablemente, e l despegue gastronómico
de una provincia, que, por otra lado, cuenta con materias primas - [...)-- de relieve. (1 10) a. Hacía esto, en parte, por su inclinación natural a todo lo que fuese estrambótico y
(El Pa/s Semanal, 12-111-1995. 104) raro, y, en parte, por ir en contra de las preocupaciones de los labracenses.
c. El territorio de los Flérvides no hacía frontera con los de los Fecerios y los Salam- ¡P. Baroja, El mayorazgo de Labraz, 701
neos, de quienes, por lo demás, no tenían especial interés en ser vecinos [...]. b. Pero había evitado su contacto, en parte porque despertaba e n él la envidia del
[R. Sánchez Ferlosio, El testimonw de Yarfoz, 206] escritor inédito y, en parte, porque despreciaba su manera de vestir y su literatura.
[J. J. Millás, El <ksorden de tu nombre, 153)
El marcador de continuidad por su parte carece, por lo general, de un marcador de apertura
en el miembro discursivo anterior. El adverbio asimismo (- § 14.4.3.21 tiene entre sus usos" el de marcador de continuidad
(Fuentes 1987a: 94-97). Añade un nuevo miembro del discurso a un miembro anterior para formar
( 106) Los berberechos poseen un contenido en hierro tres veces superior al de las lentejas. una secuencia. ·
Las legumbres, por su parte, son una excelente fuente de carbono y una alternativa a
las grasas tan válida como todos los derivados de la harina. (ABC, 2 1-lll-1996, 75] (111) a. Un portavoz de Banesto explicó que los carteles luminosos se revisan por un equipo
especial cada siete u ocho meses. Asimismo, añadió que la marquesina que se había
Se trata de un marcador q ue no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal. Ello explica revisado hace medio año por un servicio de mantenimiento. [El Pals Madrid, 12-
que puedan existir variaciones en el posesivo. IX-1996, 4]

.w Es ordenador en casos como: Los ,wmbrrs propios tienen un comportamit.nto porticular rcsp«to del artlculo. U1101 lo ·"' Algunos casos en 105 que no tiene la fuoc.ión discursiva de ordenador.
lkwm siempre, Olros lo rechazan y. !!!.Íj!}: algunos haWJ allmiar li~nk su presencia o su aumrcia (E. Alarcos Uorach (i) a. Por ser prepolitica, y por fuerza aniidemocrática, es asimismo patológica. (A. Artcta, en El Pafs, 11-111 -
1994: 68). No obstante, su uso discursivo más frecuente es el de reformull\dor rccapitulativo (§ 63.4.S.4).
v Un ejemplo serla: jOespu& de hablar del reparto de una comedia) Está,~ la parejo supuestamente prol«_r:onista,
1995, 131
b. A la superproducción de publicaciones roopcra también otro movimiento asimismo caracterfsticn <k nuestro
la de la señorita y el señorito, que ~,reaman Maria Josl. Caniudo y Pepe Ruiz rnp«twam.cnte lF, Lázaro Carrcter, en Blanco tiempo: el de publicación de todo lo producido por aulores. (J. Oaos; tomado de Dt Kock 1991 111: I,
y Negro, 13-X-1991, 8]. No obstan1c, su uso más frecuente no es de ordenador discursivo; Yu iniciaba la gran ttapa de
Josi l..uis L6pa Yázqi4tZ y Atfrtdo Landa (~rraco a las trrs,., ~No ~anb al vrtino del quinto»), cuando (I ciitt espa;¡o[,
1441
al tiempo que ulilizaba a Buñuel, &rdtm. lkrlanga, Saura por su imagen exterior, con~ía l!!!!..Í!!! lllf estilo enándar de Se debe también diferenciar el ad-.-erbio asimismo del adverbio as{ con el complemento, también ad\.'Crbial, mismo:
t!11<H1nt: acep1aci&1 pop«/,(,r fF. Fernán-Oómcz,. e~ El País S,ema,wl, 26-111-1995, 52). Dona Mariquita se tm:omtoba muy /atigoda, ~ ~ l o dijo, añadi6 / ... / (E. Mcndou. Una comeJ;a lit;f.ra, 135)
63.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4090 4091 Estructuradores de la información 63.2.4.3

b. LDs jóvenes estudiantes de Derecho explicaron que algunos alumnos rompieron a (114) - lY qué me dice de la flora? l Qucda algún madroño?
llorar al conocer el suceso, en medio de un clima de crispación y dolor incontenible. -Quedan muchos porque se plantaron recientemente: por cierto, que son madroños
Asimismo, se escucharon gritos de repul sa e insultos hacia los terroristas. (ABC, 15- procedentes de Cataluña. [ABC Madrid, 1-XII-1995, 62]
11-1996, 26]
4 respuesta a la pregunta l Queda algún madroño? es Quedan muchos porque se plantaron
También el adverbio igualmente puede actuar como marcador de continuidad, aunque sea me· reciemememe. El enunciado introducido con por cierto no es propiamente parle de la respuesta
nos habi tual que asimismo. " requerida y consliluye una digresión, esto es, un comentario lateral al tópico del discurso.
(112) a. Así, un mismo acootecimicnlo, objetivamente anterior, se expresa, según la pers-
pectiva adoptada, con el antepresente o con el pretérito. /gualmeme, cuando alguien Por otra parte, aunque los digresores introducen un comentario que se distancia
interroga ,Ha vuello Juan ?, se empica la forma compuesta, el antepresente [...]. [E. del asunto propio del discurso, este comentario se presenta como pertinente y, por
Alarcos Llorach, Gramática, 1661 lo general, se relaciona con algún elemento del primer miembro -en (1 l4), se
b. La UCOA (Unidad Central Operativa Antitcrrorista) de la policía solici ta urgen-
continúa hablando de los madroños-. No obstante, esto último no sucede siempre
temente dicha documentación por juzgarla esencial para averiguar si Polo u otros
utilizaron tales carnés en Salamanca o León para alquilar viviendas o coches, según y, en ocasiones, la digresión en poco o en nada se relaciona con el discurso que le
fuentes de la lucha antiterrorista. Igualmente, según dichos medios, el análisis de antecede. Sólo la presencia del propio digresor hace pensar en dicha relación.
los partes dados por Polo a ETA sobre tales acciones podrían ser claves para hallar
ele mentos o pistas que faciliten tales documentaciones. [El País, 14-11-1996, 17] ( 115) Por entonces, el dirigente ruso se mostró convencido de que el país había alcanzado al
fin la difícil senda de la estabilización económica. El comportamiento del mercado de
Cercanos a estos usos de asimismo e igualmente, aunque menos gramaticalizados, son los de divisas le ha quitado la razón.
de igual fonna, de igual manera, de igual modo y de igual ~uerte, en casos como los siguientes: A propósito, el Partido Liberal Democrático (PDL) del ultranacionalista Vladirnir Zhi-
rinovski volvió a entrar e n el hemiciclo después de protagonizar el viernes pasado un
(113) a. Para los responsables comunitarios, actualnl¡,nte es imposible cualquier negociación boicot de protesta. [El Mwulo, 13-X-1994, Jj
con las autoridades canadienses si la Un\ó~ Europea no acepta la posibilidad de
que Canadá tenga plena competencia en las aguas en disputa, como sucede con el
caladero NAFO. De igual fonna, en su informe, Almeida denuncia la Ley de Pesca En este ejemplo, ninguna relación tienen «la situación del mercado de divisas» y «la vuelta del
de Canadá por estar en contra del Derecho del Mar y así se lo comunicó en su día PDL al parlamento•. Sólo el uso de a propósito puede hacer pensar en algún vínculo.
a las auloridades canadienses. [El Pa/s, 16-lll- 1995, 58]
b. Como decía un crítico en cierta ocasión, el dolor no es siempre doloroso en la
poesía: a veces aparece en el poema porque rima simplemente con amor. De igual 63.2.4.2. Por cierto
numera, podemos concebir una obra, simultáneamente, como producto de la supe-
restructura ideológica de la sociedad y como resultado de la neurosis particular del
artista. [J. Goytisolo; tomado de De Kock 1991 111: 1, 1501 El digresor más frecuente es por cierto (Mateo 1996).
c. Y el fu ego entregado a sí mismo, ya se sabe sólo consume. En ca mbio, el fuego
con espuela y freno es motor de civilizaciones. De igual modo, dicen los biólogos. (116) a. iY no digamos nada de Marcelioo! iEstá tan enamorado de ella!... (A Maribel). Por
las hormonas retardatarias -los frenos- determinan la homificación del hombre, cierto, me choca mucho que no esté ya e n casa, lvcrdad? fM. Mihura, Maribel y la
impidiendo que su cráneo se desboque hasta desarrollarse en el hocico animal. exJraña familia, 174]
JA. Reyes, I.A experiencia literaria, 109] b. Ha llegado más tropa. Y ha salido mucha para el fre nte. El café estaba lleno de
d. [Gourrnont] No andaba lejoo de las teorías actuales sobre las reacciones fisiológicas oficiales. Por cierto que esta tarde han traído el cadáver del capitán Vázquez, el
del color; y por lo que hace al sabor, sin duda recordaba la teoría curativa por padre de un compañero de Cherna. (J. Aldecoa, Cuentos, 148]
azúcares y jarabes, que en cualquier momento puede resucitar, y a la que consagró c. Como vemos, lo que en definitiva cuenta es la libertad, quiero decir el ejercicio de
un ensayo. De igual suerte, en otro de sus paseos filosóficos, se refiere a la fitog- ella. Si renunciamos - libremente, por cierto- a ello, estamos perdidos [...]. [J.
nomónica del napolitano Porta, siglo xvr, antecedente de la bioquímica o farma- Marías, en ABC, 29-Xll-1994, 3)
copea de las yerbas. [A. Reyes, I.A experiencia literaria, 340]

63.2.4. Digresores 63.2.4.3. A propósito


63.2.4.1. Definición
Menos frecuente es a propósito [- §§ 9.2.4.2 y 13.5.3]. Por lo general se utiliza
Los digresores son estructuradores de la información que introducen un co- con un complemento con de, ,. pero también puede aparecer sin complemento, sobre
mentario lateral en relación con el tópico principal del discurso. todo en el discurso oral.

" No sed, ordenador, por ejemplo. en casos como: & curioso notar c6mo amba.r criticas, opuestas por su Knlido. .- [... J Dt un Sttttto wlo limtn comxinutnlo los qi« participan de il Si ahora mielan s«retos, no putdtn provtnir ni
resultan sin emhargo t(u~n&tó!:'scaminado$, porque ambas partrn del tácito ~,puesto nnciot,ali.rlll al qut yo hobúJ procurado de los puiodistlU. ni de los diputado, dd P[artido/ P[opular/, que ,ro 1uvieroh ni arte ni porte. / P. de secrrto,:
r:«'tlpar 1f. Ay.tia; toma o · Kock 199 1 111; 1, 25}. iera n=sario d b«nkul (El Mundo, 21-IX-1994. 12J.
63.2.4.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4092 4093 Conectores 63.3.2.1

(1 17) a. [... J Yo quería casanguear cuanto antes, pero Florentino me ha dicho que debemos c. Eso, tal cual, fue lo que, en efecto, tuve que hacer. Y, entre paréntesis, eslos cua-
esperar a que engorden más los elotes, porque así de tiernos se asustan y no cuajan dernos, si acaso aJguien hubiera de leerlos, resultarían un mamotreto monstruoso,
como se debe. Aunque no creo en supersticiones. voy a dejar pasar una semana informe. [F. Ayala, El fondo del vaso, 107]
para reunir el dinero que me costará la operación imprevista que va a aumentar
considerablemente los gastos de mi labor. A propósito, el negocio de la zapatería Tampoco se encuentra completamente gramaticalizado el digresor otra cosa. Con él, se añade
va de mal en peor gracias al abandono en que se encuentra. [J. J. Arreola, la feria, en la conversación un nuevo comentario sin relación con el anterior después de una secuencia
155) discun;iva que se acaba de terminar. De este modo, el hablante conserva el tumo de palabra sin
b. R. [... J Había un camino muy poco usado, para las relaciones entre el Ministerio cederlo a su interlocutor.
Fiscal y el Gobierno: reunir a la Junta de fiscales de Sala y deja™> aconsejar. Yo
lo he puesto en práctica. Y, aunque el parecer de esa Junta no me vincula, hasta (121) a. Yo puedo darle algunas indicaciones muy útiles que le evitarán compromisos en-
ahora he seguido siempre el criterio de la mayoría. gorrosos. Ya sabe a qué me refiero. Otra cosa: cuide su dinero. No pase por ge-
P. A propósito, ¿por qué, en la última Junta, cuando discutieron el tema de los neroso en un poblacho como este en donde nos estamos hundiendo en la miseria
suplicatorios[...], usted ocultó su parecer y no votó? [E/ Mundo, 25-IX-1995, 8] [A. Mutis, Empresas y tribulaciones de Maqro/1 el Gaviero, l, 206]
b. [...] Al verles, creía que de terror me moría... Otra cosa: lcómo te llamas? (...J.
[B. Pérez Galdós, Vergara, 183]
63.2.4.4. A todo esto

Con el digresor a todo esto se interrumpe la planificación discursiva iniciada y 63.3. Conectores
se introduce un miembro que presenta o solicita una información que en ese mo-
me nto del discurso ya se debería conocer. 63.3.1. Generalidades

(118) I NF B. iHace una ilusión eso del primogénito\ Un conector es un marcador discursivo que vincula semántica y pragmática-
INF A. ...V... iSí hace ilusión, pero vamos, por el capricho! mente un miembro del discurso con otro miembro ante rior. El significado del co-
I NF B. A todo esto, ¿cómo te llamas? nector proporciona una serie de instrucciones que guían las inferencias que se han
l NF A. Yo C[armenj. Tú te llamas E[lisa], ¿no?"
l NF B. Sí. [M. Esgueva y M . Cantarero, eds., El habla de la dudad de Madrid, 411] de obtener del conjunto de los dos miembros relacionados (Portolés 1993).

Tanto Carmen como Elisa llevan un rato conversando. Carmen se da cuenta de que la con- En ocasiones el primer miembro conectado puede no ser realmence proferido y hallarse sim-
versación debería haber comcn1.ado con una presentación y, por medio de una digresión con a 10<10
plemente accesible a partir del contexto. Un niño puede mostrarle a otro su nuevo coche teledirigido
esto, la introduce. Otro ejemplo: y decirle:

(119) Las duras condiciones de vida en una plataforma petrolífera, en un telefilme siniestro (122) Además, tiene sirena.
de tensiones humano-profesionales. A todo eslo, ¿quién se preocupa de las duras con·
diciones de vida de los espectadores? JE/ Pals. 29-111-1994, 45) El conector además no vincula aquí dos miembros discursivos sino el miembro en el que apa-
rece con otro elemento implícito, no dicho, que el oy~nte ha de inferir del contexto.

63.2.4.5. Otros digresores De acuerdo con su significado, se distinguen tres grupos de conectores: 'conec-
tores aditivos', que unen a un miembro anterior otro con su misma orientación
Los digresores dicho sea de paso, ., dicho sea, entre paréntesis son menos frecuentes y no se argumentativa (§ 63.1.4.3); 'conectores consecutivos', que conectan un consecuente
hallan totalmente gramaticalizados. con su antecede nte; y 'conectores contraargumentativos', que eliminan o ate núan
alguna de las conclusiones que pudieran inferirse de un miembro anterior.
(120) a. Aquí estoy, a pocas horas de llegar a las famosas factorías de las que nos habló el
chofer que pasaba con ganado del Llano, y no sé sobre ellas mucho más de lo que
nos concó esa noche de confidencias y ron, allá, en la Nieve del Almiranle, que,
dicho sea de paso, es donde quisiera escar, y no aquí. JA. Mutis, Empresas y 1ribu- 63.3.2. Conectores aditivos
/acilmes de Maqro/1 el Gaviero, 1, 76)
b. Sahagún de Campos, provincia de León, es tierra de puerros, y también, cada do- 63.3.2. J. Generalidades
cena de siglos más o menos, le regala al mundo a un Carmelo Gómez que, dicho
sea, ya es puerro de oro de su pueblo. [F. Fidalgo, en El Pals, 29-IX-1996, 60J Los conectores aditivos unen a un miembro discursivo anterior otro con la
misma orientación argumentativa (Fue ntes 1987a: 87-111; Eberenz 1994; Espinosa
" l.1"15 nomlues propios son invent.idos. 1995). Permite n, de este modo, la inferencia de conclusiones que serían difíciles de
• Sin gramaticaliz.ar se dan otntis formtts no participialcs y con capacidad nexrva: Mt ~'Olvl irn'tnciblt' tn au ju~ qut'
impc,s,e tnlrt mis col~as df: la Agencia Frona·Prru, lWIUk enlom:es ttabojo. Dicha age.ncia. diJi paw. tra no s6/o una
lograr si los dos miembros permanecieran independientes. De Luisa es alta se puede
f6briC4 dt noticia.s sino ti tmporio del 1abaq11ismo. p. R. Ribeyro, C~n,ru, to) concluir que alcanzará a cambiar una bombilla, que se cargará de espaldas o que
63.3.2.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4094 4095 Conectores 63.3.2.3

puede jugar al baloncesto. De Luisa es alta y, además, bota bien el balón, las posibles 63.3.2.3. Encima
conclusiones se limitan.
Dentro de los conectores aditivos se distinguen dos grupos: aquellos que vin- Como además, encima[-+ §§ 9.3.l y 14.4.5.1] vincula dos miembros discursivos
culan dos miembros discursivos que se ordenan en una misma escala argumentativa con la misma orientación argumentativa, pero encima presenta el miembro del dis-
(§ 63.1.4.3): incluso, inclusive y es más; y aquellos otros que no cumplen esta con- curso que lo precede como un argumento suficiente para llegar a una conclusión
dición: además, encima, aparte y por añadidura. Comencemos por estos últimos or- determinada (Fuentes 1996: 26-27; Portolés 1998d).
denándolos de acuerdo con su mayor frecue ncia de uso a partir de los materiales
que hemos a nalizado. (126) Es una trabajadora incansable. Se marcha a las once de la noche, y encima se lleva
papeles a casa. [El Pal, Domingo, 26-1-1997, 14]

63.3.2.2. Además Para concluir que Es una trabajadora incansable, es un argumento suficiente Se marcha a las
once de la ,roche, que se lleve los papeles a casa es un argumento que se añade para refor,ar la
El conector aditivo más frecuente es además (DCRLC, s.v.; Cuartero 1995). argumentación. 42
Este significado de encima explica nuestra extrañeza ante ejemplos como los siguientes -ejem-
Vincula dos miembros del discurso con la misma orientación argumentativa. El se- plos que con además no serían costosos de comprender:
gundo facilita inferencias que sería difícil lograr únicamente del primero.
( 127) a. (Dice una médica] #Deberá hacerse un análisis de sangre y, encima, unas radio-
( 123) Tienes que hacer una declaración escrita, clara y rigurosa, contando !Oda la verdad y,
grafías.
además. debes hacerla pública cuanto antes. ¡ABC, 5-11-1996, 26j b. [Dice una funcionaria] #Necesita rellenar el impreso y, encima, entregar dos foto-
grafías.
Las conclusiones que se pudieran inferir del'~prime r miembro (/-lacer una de- c. [Dice una profesora] #Para aprobar mi asignatura, hay que hacer el examen y,
claración escrita) se ven condicionadas por e l se undo miembro (/-laceria pública encima, redactar un trabajo.
cua/llo antes).
La médica de ( 127a) precisa de los análisis y las radiografías para diagnosticar; la funcionaria
Otros ejemplos: de (127b) debe recibir el impreso y las fotos; y la profesora considera necesario comprobar los
conocimientos de los alumnos con un examen y un trabajo. Ahora bien, el paciente, el contribuyente
(124) a. P. ¿por qué ha elegido Uruguay como escenario de la serie? y el alumno se pueden quejar con:
R. Yo 1cnía un compromiso de tipo moral, cultural, y sobre todo por el amor que
tengo a este país, donde me eduqué y pasé mi juventud. Ademá.1, el presupuesto (128) a. Debo hacerme un análisis de sangre y, encima, unas radiografías.
que tenía la serie era tan pequeño que sólo había un sitio JJ<Y.:iible, y era esta tierra. b. Necesito rellenar el impreso y, encima, entregar dos fotografías.
fEI Paí$, 29-Xll-1994, 47] c. Para aprobar esa asignatura, hay que hacer un examen y, encimll, redactar un tra-
b. Yo conseguí la anulación eclesiástica y no me costó ni tres reales, porque no era bajo.
un figurón y ademó$ tení¡¡ razón. (El Pa/$ Semanal, l 1-Xll-1994, 481
Para ellos con el primer miembro del discurso setí'a suficiente.
El segundo miembro puede ser un complemento que aumente la fuerlll argu-
mentativa del primero. " Tambié n encima se distancia de además en que el miembro que introduce pue-
( 125) a. Es una amiga y, además, íntima. de constituir una conclusión opuesta a la esperada del primer mie mbro. Así, una
b. Tiene un coche y, además, es grande. madre puede regañar a su hija con: Se te compra una cosa y, encima, lloras. De
c. Es escritor y, además, bueno. «comprarte algo» lo esperable sería que «estuvieras contenta», pero la conclusión
d. Es un criminal y. además, sanguinario. es la contraria: lloras.
e. Tiene una enfermedad y, además, incurable.
Olros ejemplos:
Una am;ga {mima tiene más fuerza argumentativa que uno amiga, lo mismo sucede con un
coche grande frente a un coche. wz escritor bueno y un escritór, un criminal sanguinario y un criminal,
y, por fin, una enfermedad incurable y u,u, enfermedad. ( 129) a. Le echo una mano y, er,cinu,, me toma el pelo.
b. Explica mal y, encima, exige más que nadie.
Por otra parte, como ya se vio, además puede recibir complementos(§ 63.1.3.4)
Encima coincide con además en vincular un complemento que aumente la fuerza argumentativa
y ocupar é l solo un turno de palabra (§ 63.1.3.J O). del primer miembro: Es una amiga y, encima, íntima. Y también en que puede recibir complementos
(§ 63.1.3.4) y ocupar él solo un turno de palabra (§ 63.1.3.10).
•• En la terminología de Ducrot (1995), se trala de un complemento que es 'rcalizantc' con respecto al núcloo que
l.'ompkmcnta. Compárese este uso de udtmós con el de eso si(§ 63.3.4.14) con complementos 'dcsrcalizantcs'. compfo-
ménlt!IS que disminuyen la fuerza argumentativa del núcleo al que complemenrnn [-+ § 4.3.5.6]. u Sobre sus posibles efectos de sentido, véase el §63.1.5.1.
63.3.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4096 4097 Conectores 63.3.2.6

63.3.2.4. Aparte de los desmanes cometidos por algunos de sus miembros tiene elevados costes para el
conjunto del sistema democrático. [El Pa/s Domingo, IO-IV-1994, 4]
El conector discursivo aparte es propio de la lengua coloquial (Fuentes l 996:
26)." Presenta el miembro en el que se encuentra como un argumento que hubiera
podido llevar a la misma conclusión que el miembro anterior si este no hubiera sido 63.3.2.6. l ocluso e inclusive
ya suficiente para ello.
Uno de los usos de incluso e inclusive es el de conector aditivo (Herrero 1987;
(130) No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, ya he quedado con mis amigas Fuentes l987b; Garrido 1993; García Negroni 1995) [-+ §§ 59.4.1.1 y 59.5.3]." Se
para ir a la discoteca. trata de casos como el siguienle:
Para llegar a la conclusión de que No iré a ver esa película, se mantiene un argumento suficiente
Es lmga y abunida y después se añade olro que conduciría al mismo punto: Ya he quedado con mis (134) Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha
amigas para ir a la discoteca. Otros ejemplos: comenzado a delirar.
(131) a. Ya les estoy viendo la cara pero paciencia. Si quieren no lo sigo. Y bueno, entonces Tanto «tener mucha fiebre» como «comenzar a delirar» son argumentos que
echá más caña y háganse de cuenta que están leyendo el conde de montecristo. Ya conducen a la conclusión: «llevar al niño al hospital». Además, el significado de
les previne de entrada que estos casos no les ocurren a todo~ aparte que eran otros
tiempos. [J. Cortázar, los relatos, 11, 851
incluso indica que el segundo miembro discursivo es más fuerte argumentativamenle
b. 1: El sur de Francia me encantó, me encamó porque, vamos, Francia, en general, que el primero y, por tanto, se sitúa en una posición más alta en una escala argu-
es muy bonita. Y es muy bonita porque tiene mucha agua, entonces. la vegetación mentativa (§ 63.1.4.3).
es completamente diferente a la nuestra, lno? Pasa lo mismo que con el norte de
Esp~_ña.
E: S,.
¡· Ello explica nuestra extrañeza ante:

1: Cambia complctarnenle la vegetación a la nuestra, ¿no? Y, aparte, la limpieza en ( 135) # Debemos llevar al ni,io al hospital. Ha comenzado a deli rar e, i11c/11so, tiene mucha
ge neral que hay por toda Francia, l nb? [M. Ollero y M. A Pineda, cds., Sociolin- fiebre.
güística andaluza, 6, 1461
«Comenzar a delirar,. es un motivo más serio - y. por lanto, un argumento más fucrle- para
En el discurso escrito, generalmente se utiliza con un complemento (§ 63.1.3.4). llevar a alguien al hospital que •tener mucha fiebre».
Otros ejemplos:

63.3.2.5. Por añadidura ( 136) a. Sólo de ese modo se puede hacer frente a los extras que apa recen mes sí y mes
no e i11c/11so, con suerte, se puede ahorrar un poco. [J. J. Millás, El desorden de /11
Por añadidura conecta el miembro discursivo que lo incluye a un miembro an- nombre, 801
terior, o más frecuentemente una serie de ellos, con los que comparte una misma b. Sé de algún escritor que ante el premio concedido a un colega ha llegado a tener
orientación argumentativa. Se trata de un conector de la lengua escrita poco fre- 40 de fiebre e incluso ha vomitado. [M. Viccnl, en El País, 13-IV-1997, 52]
cuente.
En (136a) «ahorrar un poco» tendrá más fuerza argumcntaliva que • hacer frente a los exrras»;
( 132) a. Pero al poco se dieron cuenta de que era un hombre sencillo, sano, serio y por y en (136b) sucede lo mismo con «vomitar» y • tener 40 de fiebre».
a1iadid11m sollcro. fJ. R. Ribeyro, Cuemos, 151
b. Él se consideraba un hombre apuesto, simpático y por añadid11ra famoso, y juzgaba Ejemplos semejantes con inclusive son:
cosa natural que las mujeres cayeran en sus brazos sin esperar contrapartida.
[E. Mendoza, Una comedia ligera, 90] (137) a. Creía en la posibilidad de que las cartas fueran falsas, de que Guido Parra estuviera
haciendo un juego ajeno, e i11c/11sive de que lodo fuera una jugada de alguien que
Una variante es de aliadidura: no tenía nada que ver con Escobar. IG, García Márqucz, Noticia de un secuestro,
941
(133) La desmoralización causada por estos dos nuevos casos, que colman un vaso repleto de
anteriores escándalos, no descarga únicamenle sobre los electores; también afecta a un '
1
No son ooneclorcs ¡,,dusv e incfush~ cuando :aparecen sin paus.i pos1erK>r acompañando a otro elemento al que
buen nú mero de políticos honrados que ven ensuciada su dignidad por la mancha de destacan 1--),,- §§ 16. 1 y 16.6). Compárenst.:: los dos usos de inclusive en el siguiente texto; en et primero, ac1úa como
aceite de la com1pción ajena. De añadidura, la generalización a toda la clase política conector, en el segundo destaca el sintagma nominal Los niveles popidara: En Amirica se tkltt! t!II general w1 respt:10 grande
hacia Jo l,mgu.a, rl hispanohablante procura apn!SOrK con la mayor propiedad posible; ",ro que, i11clusfrt. el cuidado. fu
atencWI, ol u.ro li1tgüÍSlko es mejor e11 AtntriNl qut! e11 E.lpaña. PQr lo menos. en denos países d;¡r,;¡r-rica, )O lo pt1edo
uttslig11or: <n México. en Colombia, en Pt!rú, cuyai s«iedades pmcunm ct.pru(lrK ron propiedad. i11clu1ive los nfrt.ltsf"/JtllártS,
hay un afán dt! s11ptmdón liJ1gatslico, llay 1111 gusto por el bioi hablar. hoy u11 ,nptto hacia las a,aoridadd lingü,sucas (... /
(Cuodmros Cm'tlntes. 7. 1996. 18)
63.3.2.7 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4098 4099 Conectores 63.3.3.2

b. Cierto, podemos encogemos de hombros y recusar toda interpretación que vaya (141) a. No tenía que contestarles ahora. Es más, quería que se lo pensara, que lo decidie ra
más allá de lo que dicen los periódicos y las estadísticas. Sólo que reducir el sig- en función de su propio interés. (G. Martín Garzo, El lenguaje de las fuentes, 38]
nificado de un hecho a la historia visible es negarse a la comprensión e, inclusive, b. Porque España, sin patriotería, es un lugar en el que no se está mal del todo. Es
someterse a una suerte de mutilación espiritual. [O. Paz; tomado de J. De Kock más, se está bien. [J. L. Coll, en ABC, 29-V-1996, 42)
1991 111: 2, 211)
Este conector cue nta con la variante aún es más.
En escasas ocasiones el primer mie mbro, que sirve como punto de comparación a aquel que
incluye a incluso, no aparece expreso. Compárense: ·
(142) [...] hasta el punto de que flos socialistas] se creyeron los únioos artífices de la transición
y ---aún es más- del derrocamiento de Franco que jamás aconteció. [J. Marías, en El
(138) a. Es un mentiroso. No sólo dice que la cul pa no es suya. dice, incluso. que yo fui el
País Domingo, ll-Xll-1994, 13]
culpable.
b. Es un mentiroso. Dice, incl11s0, que yo fui el culpable.

Por lo demás, aunque sea mucho menos frecuente que con además o encima (§ 63.1.3. IO), no 63.3.3. Conectores consecutivos
es imposible que incluso ocupe un turno de palabra o se muestre autónomo con respecto a otro
enunciado:
63.3.3.1. Definición
(139) P. lNo le parece que los abucheos callejeros al presidente del Gobierno o los insultos
al vicepresidente e n el Congreso de los Diputados sólo contribuyen a crispar aún más Los conectores consecutivos presentan el miembro del discurso en el que se
las cosas? encue,ntran como una consecuencia de un miembro anterior (Fue ntes 1987a: 140-
R. Hay que diferenciar. En un debate parlamentario vivo y tenso se pueden producir 166; Alvarez 1989, 1991 y 1995; Montolío 1991; García Izquierdo 1998).
abucheos, pasa en todos los Parlamentos. 1 En la exposición de estos marcadores, en primer lugar se analizan los conec-
P. Hablábamos de insultos. [ tores pues y as( pues, que se limitan a mostrar el miembro en el que se encuentran
R. Incluso. También ocurre en todos los Parlrmentos [... ]. fEI País Domingo, 22-V-1994, 16]
como un consecuente de un miembro anterior. Después nos detenemos en los co-
También, como con además y encima, se compreÓde incluso como añadido al enunciado an- nectores que fundamentan su paso de un antecedente al consecuente e n un razo-
terior «hablábamos, incluso, de insultos~. namiento: por tanto, por consiguiente, por ende y de ahí. En tercer lugar, se estudian
en consecuencia y de resultas, donde el consecuente es un estado de cosas que se
produce a partir de otro estado de cosas. Y, por último, se ven las unidades menos
63.3.2.7. Es más gramaticalizadas como conectores consecutivos: así y e111onces.
El conector es más (Acín 1998) es un marcador aditivo que presenta el miembro
discursivo en el que se encuentra como un argumento con más fuerza que otro 63.3.3.2. Pues
anterior en una misma escala argumentativa (§ 63.1.4.3). Este marcador se sitúa en
la posición inicial de su miembro discursivo (§ 63.1.3.1). " La forma pues, además de comentador (§ 63.2.2.1) y conjunción causal
(140) El crítico que milita en Galdós no debe hablar bien de Joyce; es más: su obligación es [ - § J 6.2.4), puede ser un conector consecutivo (Chevalier y Molho 1986; Portolés
hablar mal de Joyce. fABC, 18-X-1996, 18) 1989; Alvarez 1990; Martínez García 1990; Martín Zorraquino 1991; Montolío 1991;
Alarcos 1992; Garcés 1992; Miche 1994; Porroche 1996).
•Hablar mal de Joyce• es un argumento con más fuerza que • no hablar bien• .
(143) Lo que discuten tal vez nos interesa, pero no lo entendemos. Que se diviertan, pues,
El mie mbro que introduce es más come nta el mismo tópico que el miembro con su juguete. fF. Lázaro Carrcter, El dardo en la palabro, 297)
anterior - los dos miembros se pueden considerar respuestas a una misma pregunta
implícita- "' (§ 63.1.4.4). Aquí el conector pues remite a un miembro del discurso anterior y presenta el
miembro del discurso en el que se encuentra como su consecuente.
Otros ejemplos:
Otros ejemplos:
0
No se i:ncucntra totalmente gramalicalizado, lo que explica ejemplos como el siguiente: / .../ d cami11an1t que ha
lltgr1do lrast11 alll 1/cw,do p« ti dtuo dt conttmplarlo dtsde u110 po.iicitm dt prMlegio y que cr« er1ar haciéndolo, sin caer t11 (144) a. Para la moderna filosofía de la ciencia, lo funda mental son las maneras de decir
valles qut youn lrQS hu nwr,tafio, in1e,p1,esta,f y,; r,te
la c:umta di! l111.f111 qué punto x k ocultaf1, no ya los rt:e01't!.f.YJ.r y pequtilos oocid,mlt:S dd ttrreM, SÍ'10 asimismo los ¡:rrmdts
que
,u~stro cami11a111t ~'tró rrducidas a imó~nts ona, ...
la ~'trdadao naturolcu, dt t JOJ montañas dt menor altura
Goytisolo, Tt!Oria dtl cottodmintlO, 159}.
cómo son las cosas. Lo gnoseológico prima, pues, sobre lo ontológico. [E. Uedó,
D/as y libros, 335]
.,. En cs1c ca.w: ~lCómo debe hablar de Joyct un crílico favorable a Galdós?». Con dos respu~1as: No dd>t: /iablur b. La vergüenza es temor de ser sorprendido en falta por la mirada ajena. Es, pues,
bitll ,k Joyct y Su obligación ts hubJ4r mal dt Ju¡a. un sentimiento que es mejor no senti r. [J. A. Marina, El laberinto sentimental, 238]
63.3.3.3 WS MARCADORES DEL DISCURSO 4100 4101 Conectores 63.3.3.S

Como se advierte en los anteriores ejemplos, el pues consecutivo evita la po- (147) Efec1ivamen1e, el arle nos transmile verdad y, por tanto, el ane es conocimiento.
[E. Lledó, Días y libros, 456]
sición inicial del miembro del discurso en el que se incluye y va seguido de pausa.
Cuando no es así, se confunde con el pues comentador (§ 63.2.2.1).
De que «el arte nos transmita verdad» se puede seguir que «el arte sea cono-
(145) a. Y ya sé que no puedo correr, pues no corro. [El País Domingo, 23-IV-1995, 4] cimiento». Para lograr esta consecuencia con por tanto se exige un razonamiento.
b. iNo te sofoques, mujer! Dices que no, pues no ... [J. Benavente, Señora ama, 98]
c. De manera que si ha dicho marzo, pues marzo. [El Mundo, 29-X-1995, 20J Si no existe el razonamiento, se dificulta la aparición de este conector. Esto sucede, por ejem·
plo, cuando el antecedente es un hecho que conduce a otro hecho.

63.3.3.3. Así pues (148) a. Ha metido las monedas en la máquina y (#por tamo) ha salido el refresco.
b. Sale el sol y (#por tanto) canla el gallo.
c. Suena el timbre y (#por tanto/ iodo el mundo sale de clase.
El conector asi pues [--+ § 58.7) vincula un primer miembro, generalmente
formado par una secuencia d iscursiva, con otro que se presenta como su conse- Que la relación e ntre el argume nto y la conclusión que establece por tanto se
cuencia.' fundamente en un razonamiento permite generalmente la inversión de los miembros
que vincula. "'
(146) a. Si la sabiduría popular asegura que •cada maestrillo tiene su librillo», en ningún
dominio del conocimiento se revela ese adagio con más eficacia que en el de la
gramática. No cabe el mínimo acuerdo teórico entre grnmáticos, y por algo fueron (149) a. Se ha ido la luz. Por tanto, no funciona la televisión.
equiparados con los fariseos hace dos mil,años. As! pues, y con el precedente de lo b. No funciona la lelevisión. Por tanto, se ha ido la luz.
acaecido con el Esbozo, era de esperar, 1)1 de desear, la decisión adoptada en la
Comisión de Gramática de la RAE /as haber considerado el nuevo texto. 01ros ejemplos:
[E. Alarcos Llorach, Gramática, 21]
b. Me parece que la Iglesia española no se da cuenta de que existe una opinión pública (150) a. [La película] Libertarias es un revoltijo de buenos ingredientes ligados entre sí de
que necesita explicaciones, muchas explicaciones, y a la que seguramente no se ha una manera excesivamente visible y, por tanto, losca [El Pals, 21-IV-1996, 38]
dado una sola. Quizá porque esa opinión pública católica española no se manifiesta, b. La situación de la cultura española, en muchos campos, sigue siendo inferior a sus
dado que la prensa católica en general es un simple amplificador de las altas esferas necesidades; lo que he llamado nuestro •relieve» está por debajo de lo debido, y
y en cuanto se vuelve preguntona se le cierra la boca o se hace sospechosa se le eso repercule en la universidad y por tamo en la formación de las generaciones
vuelve imposible la vida. As/ pues, se da la criptoherejía, la antipatía hacia la Iglesia venideras. ¡J. Marías, en ABC, 19-1-1995, 3]
y hasta el descreimiento más formal bajo las más exultantes formas de conformismo
religioso hispánico. [J. Jiménez Lozano, La ronquera de Fray Luis, 106] Este marcador cuenta con la variante por lo tanto:
Por lo general, asf pues ocupa la primera posición del miembro del discurso ( 151) a. En español, coalicwn no se documenla hasta el primer tercio del siglo x1x: bastante
que conecta, a unque también puede e ncontrarse en otras más retrasadas(§ 63.J .3.1). tarde, por lo tamo. [F. Lázaro Carreter, :El dardo en la palabra, 244]
b. Se habían aficionado a esa pequeña 1abema del pueblo que tenía una gran chimenea
de azulejos en el centro del minúsculo salón con seis mesas servidas por dos mujeres
63.3.3.4. Por tanto de edad madura, muy sonrienles, que no hablaban sino finé,. Por lo tamo tenían
un poder absoluto en la disposición del menú. [A. Mutis, Empresas y tribulaciones
de Maqro/1 el Gavicro, JI, 66]
El conector por tan/o [--+ § 58.7] introduce el miembro del d iscurso en el que
se halla como un consecuente que se obtiene después de un razonamiento a partir
<le otro miembro que actúa como antecedente. 63.3.3.5. Por consiguiente, consiguienteme nte, consecuentemente
u Se podría argumentar que no existe un marcador os/ puts )' que se trata de dos marcadores contiguos., esto es, oos El conector por consiguiente [--+ §§ 11.6 y 58.7) tambié n introduce una con-
cnct1ntr11rfamos con una combinación semejante a ad. por ejemplo: No todos los libros dt Galdós t~nen d mismo valor. A.ti;
I"" r~mplo, Fortunata y Jacinta tJ TMjor qut cualquitro dt: los Episodios Nacionales. Ahora bien, en casos como este la
secuencia obte nida después de un rawnamiento.
de b d05 marcadofcs no se ha gramaticalizado: No todbt los libros dt Galdós Dl,un d mismo valor. Asl
Furtunalit y Jacinta e.t. mtjor qut cualqukra de los Epi.sodios Nacionales.
IX.: 1tll.lus modos. su gramaticalización en una única unidad puede que no sea compartida por todos )os hispaooha· • En los cjen1pl0$ de (148), si se invierten los miembro$ se podría utilizar por tanto:
hl.11111:s y que c.:llo explique que se documente este conector escrito con una coma entre los dos adverbios que lo originaron: (i) a. Ha salido el refresco y, por ranto, ha metido las moned..s en la máquina.
/',:-m ul,r,rn .rahemru con ctrtt:Ul q,•t el gran periodo ertador dt Mesoamhico ts a,ucrior tn wrrio.s siglos a fo llt:'gUtla dt lm b. Canla el gallo y, por umto, sale el sol.
11ztrr·1u ul wilk tk An6huac. /nc/wive ts probablt qi~ Ttotihuacán no haya sido nahua, al menor udusil."1mtntc. A ~e¿ e. Todo eJ mundo sale de dasc y, por tanto, suena el timbre.
mm,¡m• existe "'"' indudablt rtlació,1 tntrt la cultura d~ Tu/a y la Tt0tihuoc6n -f. .. /- ts un mor estudiar
/H'fJ/ltf'liWJ nahua / .../ la tOlalidad d~ la civilización nie,oomtricana q1ll u una rt!alidad más rica, di1"010 y antigua. (O. Paz: En es1os casos, habría un proceso de razonamiento: que haya salido el refresco es una razón para poder concluir que
1rnm11.lt1 Je lx Kod: 1991 111: 2. 201). ha metido las monedas en la máquina.
63.3.3.5 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4102 4103 Conectores 63.3.3.7

(152) E.ste era el hijo primogé nito de Espel y el que ahora le sucedía en el principado; había b. Alguno de aquellos popes del Movimiento Nacional acabó creyéndose lo de la de-
nacido el año en que se comenzó la conslrucción del puen1e, que fue el 300, y tenia, mocracia -y, co11Sigukntemente, fue liquidado. [G. Albiac, en El Mundo, 20-XI-
por consiguiente, treinta y cuatro años. [R. Sánchez Ferlosio, El testimonio de Yarfoz, 1995, 2]
87] (158) a. La tasa de mo"alidad en Madrid se sitúa en nueve rnue"es por cada mil habitantes.
La comunidad china afincada en Madrid se cifra en torno a las 3.000 personas, según
De que Espel hubiera nacido •el año en que se comenzó la construcción del puente• se puede cálculos oficiales. Consecuentemente, en Madrid deberían haberse registrado durante el
concluir que tenga «treinta y cuatro años,., año pasado 27 fallecimientos de orientales. [E/ País Madrid, 4-[11-1995, 1]
b. Tal vez la característica fundamental de la sociedad contemporánea sea el dominio,
Ahora bien, con por consiguiente, a diferencia de lo que sucece con por tanto, en ella, de la ciencia y, consecuentemente, de toda la artificiosa estructura que, sobre
el consecuente se presenta como una conclusión necesaria -esto es, ineludible- a la naturaleza, ha tendido uno de los productos de esa ciencia, la técnica, la tecno-
logía. [E. Lledó, Días y libros, 466]
partir de un antecedente.

(153) Un San Pedro sin manos y, por consiguiente, sin llaves, mostraba su calva, [... ], por
encima de un rimero de astillas y tablas rotas. [B. Pérez Galdós, Gloria, 74] 63.3.3.6. Por ende

Este San Pedro, al carecer de manos, necesariamente carecerá también de llaves. w Por ende tambié n es un conector que introduce una consecuencia obtenida des-
Ello favorece que frecuentemente se utilice en los razonamientos a partir de principios gene- pués de un razonamiento. Ahora bien, contrariamente a por tanto o por consiguiente,
rales de los que se deducen conclusiones particulares. se limita a comentar el mismo tópico que el miembro del discurso anterior
(§ 63.1.4.4). '" Por otra parte, es poco frecuen te fuera del registro culto de la lengua.
(154) Vos se ha de considerar siempre corno plural, sin embargo de que designemos con él
una sola persona. Por consiguiente, es un barbarismo grosero decir, como dicen algunos, (159) Último premio Anagrama, este ensayo desvela algunas de las claves de la sociedad
vos eres, en lugar de VOS soís o tú eres. [A. aevo, Advenencias sobr, el uso de la lengua norteamericana, y, por ende, mundial. (ABC Cultural, 31-V- 19%, 19]
castellana, 20) /
A una pregunta implícita ~lDe qué sociedad se desvelan las claves con este ensayo?», ramo se
O de hechos particulates de los que se deducen principios generales. puede responder con: de la sociedad noneamcricana, corno con /de la sociedad/ mundial.
Otros ejemplos:
(155) Por supuesto que, al rechazar tan alegremente esta parle del diálogo, no sólo se cornete
una arbitrariedad científica intolerable, sino que se pierde una pieza clave para entender (160) a. No voy a afirmar, desde luego, que el cine de entonces, privado de sonido, fuera
el Crátilo y, por consiguiente, el pensamiento griego sobre el lenguaje. [E. Lledó, Olas
superior al actual, en cuanto a posibilidades de expresión. Pero es indudable que
y libros, 462)
sus estrellas resultaban más irreales, más misteriosas, y, por ende, más legendarias.
[A. Carpcnrier, Letra y solfa, 105)
Se evita, sin embargo, cuando los razonamientos nacen de hechos contingentes. Nos extrañaría
b. Llegaban más colonos, ahora llamados con promesas de desarrollo ganadero y made-
escuchar.
rero. Con ellos llegaba también el alcohol desprovisto de ritual y, por ende, la degene-
ración de los más débiles. [L Sepúlveda, _un viejo que lefa novelas de amor, 53)
(156) a. #El bebé está llorando. Por consig11ie111e, voy a darle el biberón.
b. #Es un cuadro horrible. Por consiguiente, se lo regalaré a mi cuñada.
c. #Alicia tiene gripe. Por consig11ienre, no te le acerques.
63.3.3. 7. De ahí
Cercanos por su significado a por consiguiente son los conectores consiguientemente y conse-
cuentemente. El significado del conector de ahí también entraña un razonamiento, si bien de
índole distinta al que implican los conectores anteriores. El consecuente es una
(157} a. Nadie me ha planteado cualquier cosa y, co,isiguier11emenre, yo no he tornado ini- evide ncia y se presenta el antecedente como un argumento que lleva a ella: Ese tipo
ciativas ni en un sentido ni en otro. [El País, 18-V-19%, 20] el culpable; de ah~ las muchas cosas que sabe. Se posee la certeza de que «ese
ltpo sabe muchas cosas» y se presenta un argumento que conduce a esta conclusión.
" Esta instrucción semántica conduce a que, contrariamenle a lo que ocurre cvn p« ron/o, lo., razonamientos <1uc Este prime r argume nto puede ser una conjetura, como e n este ejemplo, u otra
liga el conector sean, propi:1mentc, mh de causa a efecto que de efecto a causa. Comparemos: evide ncia.
(i) a. Se ha tdo la luz y, (por ranto/p« comig,üentt). no funciona la televisión.
b. No fondona la 1c~v~ión y, (p« tnnto/lfpor cmt.Siguiemt). se ha ido la luz. Otros ejemplos:
Mk.!ntras que la falta de contente tiene como eíeclo necesarKl que no funcione el apar.l!o de televisión, el hecho de
que no marche el televisor no lleva a ronduir necesariamente que se carece de lui; es posible, por ejemplo, que se ha)'a
eS1ropeado. Ahora bien, ello no impide la doble dirección si se da la necesidad en los dos sentidos. ,_, Scrf~n exlra~, ~ucs,_ejemplos como: # H?ce frlo y, ;;Jé tnJe· no ittmos al porque, #El libro esi4 tn inglés y, e!?!.
tntk, tiece.tilol'W un dicaonaru, para fttrú,. Es1os CJCmplos puc n arse sin dificuhad con por 10~110 y con por ro,1siguicnt.c,
(ii) a. Es rico y, por am.riguienlt. puede comprarse iodo lo que quiere. ya que estos dos conectores carecen de la limitación en cuanto al lópico comentado que condiciona el uso de por tndt-;
b. Puede comprarse todo lo que quiere y. por consiguitntt!, e.s rico. con por 1onro y por ctmsigu;tmt! no es necesario que st repita el mismo tópico que comenta el primer miembro.
63.3.3.8 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4104 4105 Conectores 63.3.3.10

(161) a. En el coloquio actúan fuertemente los móviles afectivos o prácticos, y no siempre (164) a. Se ha ido la luz y, en consecuencia, no funciona la televisió n.
las exigencias del discurso intelectivo: de ahí sus incongruencias, sus frecuentes tan- b. #No funciona la televisión y, en consecuencia, se ha ido la luz.
teos con pérdida del hilo sintáctico, sus frases sin acabar, abandonadas al buen
entendedor o con reticencia insinuadora; de ahí también sus exclamaciones e im- 63.3.3.9. De resultas
perativos, su viveza y su expresividad. [R. Lapesa, El español moderno y contempo-
ráneo, 356) El signo de resu/Jas, aunque en la mayor parte de las ocasiones tenga complementos con de, "
b. El animal tiene una inteligencia cautiva porque una rutina biológica determina sus puede aparecer entre pausas y con interpretación anáforica con respecto a un miembro anterior
comportamientos. De ah/ su existencia estancada. (J. A. Marina, Teoría de la in,e- del discurso. Puede, por tanto, funcionar como marcador. En tales casos se comporta como un
ligencia creadora, 19) conector que introduce un estado de cosas como resultado de otro anterior.
( 165) a. Por su mala cabeza lo enchiqueraron un día y, de resultas, fue expedientado en la
El conecto r de ahí siempre se sitúa en la primera posición del miembro que Facullad o despedido de la fábrica. p. Maqua, en El Mundo, 29-IX-1995, 66]
introduce y, si se !rata de una oración, esla se encabeza con la conjunción que y el b. La berenjena se le atragantó a Maella y, de resuhas, Fernando VII le quitó el puesto
verbo se conjuga en subjuntivo (§ 63.1.3.12) [-+ §§ 14.4.3.2, 50.2.2.7 y 58.7.3)." de primer pintor [...). [F. Calvo Serraller, en El País Babelia, 23-111-1996, 18[

Unas variantes poco frecuentes de este conector son de aquí y de allí.


63.3.3.10. Así
(162) a. lQué había pasado? Una cosa muy sencilla: la plantita en cuestión era una sensitiva,
muy común también aquí en Buenos Aires, y que tiene la particularidad de que sus Entre las diversas funciones del adverbio así, existen algunas que, aunque no
hojas se cierran al menor contacto. Solamente que esta aventura pasaba en Misio- totalmente gramaticalizadas, se pueden agrupar dentro de los conectores consecu-
nes, donde la vegetación es muy rica, y por lo lanlo muy grandes las hojas de las tivos." Estas se han de dividir en dos grupos: el miembro del d iscurso con así ilustra
sensitivas. De aqul que al contacto de la abeja, las hojas se cerraran, ocultando uno anterior " y, en el segundo uso, este miembro con el conector se interpreta
completamente al insecto. [H. Quiroga, Cuenlos de la selva, 33) como una conclusión. Es ejemplo del primer tipo:
b. Con Maqroll todo quedaba pendiente y nada se cumplía a cabalidad. Los cabos
sueltos tornaban a intrigarla, despertanto s/curiosidad por el personaje. De a/JI que (166) Ese es uno de los problemas, pero hay otros. As/, el progresivo deterioro de la capa-
su trato con el Gaviero estaba siempre sazonado de un humor entre irónico y cidad lingüística de los españoles. [F. Lázaro Carreter. El dardo en la palabra, 145]
cariñoso [... ). [A. Mutis, Empresas y tribulaciones de Maqro// el Gaviero, 11, 266)
Uno de esos otros problemas es •el progresivo deterioro de la capacidad lingüística de los
C1ipañoles•. Otros ejemplos:
63.3.3.8. En consecuencia (167) a. Oaro que muchas palabras francesas se empleaban por necesidad, ya que carecían
en absoluto de equivalentes alemanas. As/, todas las palabras que servían para de-
El conector en consecuencia [-+ §§ 11.6 y 58.7] muestr a e l miembro del dis- signar prendas de vestir femeninas; así, la mayoría de los que se aplicaban a los
curso en el que se encuentra como un resultado que se sigue necesariamente de un artículos de toile11e; así, un enorme vocabulario de cocina [...]. [J. Camba, El des-
tierro, 207]
estado de cosas en otro miembro anterior. b. De este modo las mejores patrias, las _que· han dicho algo en el mundo, han sido
vilipendiadas por sus escritores, con el corazón desgarrado y sangrante: así Héilderlin
(163) a. Habfa tenido una juventud muy dificil, muy dura y, en consecuencia, su ingreso en y Nietzsche y Thomas Mann, en Alemania; as/ Dante, en Italia; así Stendhal, Bau-
la vida literaria madrileña había sido bastante tardío. [F. Ayala, Recu,rdos y olvidos, delaire, Rimbaud, Bernanos, en Francia; as{ aquel noble espíritu de Pushkin que,
106[. [...), con lágrimas en los ojos, exclamó: «iQué triste es Rusia!• [E. Sábato; tomado
b. Ello redobló mi zozobra, lo que me impidió comer y, en consecue11€ia. aumentar de de De Kock 1991 111: 2, 232)
peso. (J. R. Ribeyro, Cutnlos, 13)
~., J..uego habla cOJOM ron un ca1alá11 y K habla ido a vivir a BarcckJna. m ultas de lo cual JU brillu111e carrera se
Le diferencia, p ues, de los conectores consecutivos anteriores el que no se pre- /1111,/¡1 tstancudo (E. Mendoza, Una comalia ligera, 16).
sente el segundo miembro como consecuencia de un razonamiento. Así, mientras En ca~ como es1e de "su/ras no seria un martadór, sino un nUdeo adverbial con función de complemento circuns-
los conectores examinados señalan, según los casos, que por un razonamiento se lnncial.
No tratarem05, pue.s, de otros usos de as( qlk! no son propios de los marcadores, por ejemplo: Lo si111uá{m dd
puede inferir de la causa el efecto y del efecto la causa, " con en consecuencia sólo miujh11,.,, put"e ,lescribirse as/ (J. A. Mariua, ltica para náufragos, 851, [... ) Ero la confidrme de todos mis f«Uto:s, así de los
se permite el paso de causa a efecto y no la inversa. 111w mm,~,m romo de los qÜt mdulum mis horas f. ..} (B. Pérei Galdós. l..a estafeta romántica, 92}, Necesidad u,irnte de
/{11m11a r.1. usí termine la gut.ml, atar en corto los dtslllfrtnm· y desboques dd nnckJnalísmo f, ..J (P. Salinas; tomado de De
Kork IWI IB: 1, 2391, Hoy lu~ COfl el práctico wta c:on'o'U30ci6n que me s,n·ió para aclarar, así .sea parcialmf'11/t, ti J!nigma
'' En el siguiente ejemplo se muestran ~tas dos posibilidades: Para jugar tu. püpel, /ti PNVJ se ha siJu11do tn 1111 dr lo,, u.""11'Qdtros (A. Mutis. Emp,tsas y tribu/acio,1es de Maqroll el Ga\•iuo, 1, 73}. -
1rm·110 t1IC'jQdo ¡:,t,,r i,.,'Ual de ETA y dtl Estado y al ma,rcn tk la vla dt-moctútU:o-a,nstiluci.onal dt t?/orma de /11 Con.,1ituciún. " No e~ extraño que, para este uso, d miembro introducido por as/ también incluya al operador argumentalim por
/ J,• 11/,/ los timhtt,s en su política polici/Jl; de ohí ta p,t1tn.si6n dt -,endtr puenia- o,grmhando visita, c¡ut sitúon en ple dt 1'}n11¡1/o: No t()t/o fo aurlntico, lo qi« podemos 1/Jlmar aurir11ico dentro de una kngw, nucionat actlÍa sie.mprt ni mucho menos
wiiifilüt1 u .na i111,:rlocutum. Pero de uh!, ¡;;¡;;- 'I!:!!!,_ perciba hay la wfida del wnfticto romo 11qr,x:iació,1 incnmlirionul 1·11 1-I ,fc'f<llmlo plano. el qut hemos flartuido plano liierario. Qualan sustraídas u su dominio, como tendrtmos ocasiót1 de m-

t'llfrt' ,hu \'H,/e11c-ia., e11/rt111uda."' E'fííi7':..studo IS, Julia.en EJ ,,aú, 16- 111-1W7, 171. 111¡11( ,.,,,, muyor detalle, a(gu,ws tltmtnlos gtnuinos dtf d«ir. o por lo menos mstraúlOJ en propon:il>n consid~roblt.
" Rccorc.k:mc~ .'w' fu¡ ido fu luz. Por tun/o, no funciona la trkvWl"111 ( '-' 149), N" funriunu fu 1r/rvisilít,. f'or ltmltA ~·<' ,·jrmplo, ku ,,~ podtmtJS llamar catidadn .sensibla dt las palabras.. fas que ~'On inseparabl~ntt unidas a 1M ocitii-clt
Jw hin In /11:. . - -- --- ,-:¡;¡¡:¡;¡¡¡,,, IS, Fcrmtnlk:z Ramírez: lomado de De Kock 1991 111: 2. 220}
63.3.3.10 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4106 4107 Conectores 63.3.3.11

En otros casos, el conector as(, gracias a su capacidad anafórica como adverbio c. Pero medüando bien, resolví lener mucha calma, abordar la cuestión con astucia,
modal [-+ §§ 11.3.2.2 y 14.4.1-4), se interpreta como una circunstancia que permite evitar un escándalo que me pudiera turbar la paz espiritual del buen Falfán de los
una consecuencia determinada. El tipo de circunstancia depende del contexto y pue- Godos. De esta manera todos quedan contentos. [B. Pérez Galdós, El Grande Orien-
te, 112]
de tener diversos sentidos. d. La raíz de tan peculiar conducta se hallaba en el código del honor, que desdeñaba
Frecuentemente, es una condición: todos los trabajos «mecánicos•, [...], razón por la cual abominaba de ellos con mayor
intensidad cuando eran, además, propios de la escoria de la sociedad y caracterís-
(168) Padre, si me condenaste a la soledad, lpor qué no me arrancaste los ojos? Así no lo ticos de los reos de la justicia, como el de los galeotes. De esta suene, los cristianos
hubiera visto. l Por qué no me hiciste sorda y muda? lPor qué no me plantaste en la mantenían su honra en todo trance, eso sí, pero quedaban honrosamente cautivos
tierra como a este árbol? A.si no hubiera corrido tras de su sombra. [O. Paz, La /rija de los moros. (A. Rey y F. Sevilla, «Introducción• a M. de Cervantes, El trato de
de Rappacci,oi, 88] Argel, XXXII].

• Si me hubieras arrancado los ojos, no lo hubiera visto». También puede ser una finalidad:

( 169) Berta tenía el propósito de que su viaje, incómodo por el destino -el otro lado del 63.3.3.1 J. Entonces
estrecho, lo que le obligaba a transbordos y esperas- durase lo menos posible; as/,
había previsto salir el jueves por la mañana y regresar la misma tarde del viernes. (J. El marcador entonces ( - §§ 11.3.2.2 y 48.1.3.3) presenta su miembro del dis-
M. Merino, Las palabras del mundo, 53] curso relacionado con el discurso anterior, pero sin constituir su paráfrasis. E llo
«Para que su viaje durase lo menos posible, había previsto salir el jueves por la mañana». Una
explica su frecuente uso en el coloquio para moslrar el progreso en la aportación
causa: de nuevas informaciones sobre un tópico de carácte r general al que servirían de
comentario los distintos miembros discursivos vinculados por este marcador (Lamí-
( 170)
l
España nos aisló de nuestro pasado indio y así ella misma se aisló de nosotros. (O. Paz;
tomado de De Kock J991 111: 2, 211]

«Porque nos aisló de nuestro pasado indio1 se aisló e nosotros», Una manera:
quiz 1991 y 1993; Montolío 1991; DCRLC, s.v.; Garcés 1994; Llorente 1996: 196-
205; Pons 1998b: 148-166).

( 174} a. Llevo una época que es que, desde luego, no, no puedo parar. En sexto fue
(171) Hasta entonces la trayectoria de Rubio fue la de un funcionario ejemplar, que iba cuando ... cuando se intentaba quitar la, la reválida; entonces, claro, era cuando no
ascendiendo en el escalafón. As/, hasta llegar a la cúspide de su carrera (...]. [El Pa/s se pensaba que se iba a seguir haciendo leh?, fue una época en que se dijo que la
Domingo, 8-V- 1994, 2] reválida se quitaba, entonces, al ser los últimos dijeron que serían los exámenes más
fáciles, en fin, eso me produjo una cierta confianza. [M. Esgueva y M. Cantarero,
«Ascendiendo en el escalafón, llegó a la cúspi_de de su carrera». eds., El habla de la ciudad d, Madrid, 329]
En ocasiones, un inciso puede explicar la interprelación de así: b. Mi casa es que tiene una distribución muy mala, entonces, se oye todo, se oye todo
desde todos los sitios, lsabes? [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de la
( ITI) a. Conversamos, pero no estamos en la conversación: acechamos desde ella. Y, as/, ciudad de Madrid, 334]
suelta y sin sentido, cuando no desmaya, deriva hacia el puro delirio. [F. Ayala, El
hechizado, 195]
De este modo, el marcador entonces refleja'un cier"to sentido de consecuencia. ,.
b. La hfatoria literaria es, en ellos, mera narrativa histórica, inventario de dalos sin
hipótesis explicativas; faltan o escasean las ideas sobre el pasado y, sobre todo, las Este sentido consecutivo débil (-+ § 11.6) es el que permite que se utilice en casos
que religan ese pasado a nuestro presente. Y as~ privada de ideas y de juicios, la
historia literaria entra al servicio del statu quo. [F. Lázaro Carreter; tomado de De .,. Este dtbil senlido conseculivo nace de una derivación del Ofiginario sentido 1cmporal f-+ § 48.1.3.31. El adverbio
Kock 1991: 2, 151] temporal entonen puede indicar un acontocimienlo contemporáneo con otro.
(i) U mayor parte de 1~ días Micaela k>s pa.uba sola en casa. Entonce gustaba pasear por los grandes SIi.iones,
Relacionados con el segundo uso de así, se encuentran los sintagmas de este modo -el más casi siempre oscuros. fP. Baroja, El m ~ dt Labrru, 53]
frecuente-, de esta manera, de esta forma y de esta suene [-+ § 58.7], que no se hallan por
completo gramaticalizados como marcadores. O bien llnO lnmedíaramente posterior a otro.
(ii) Pidió un aguardiente -nunca !tllpo por qué- y se lo tomó de un ,golpe. Entonen llamó pOr leléfono a su
(173) a. En tal caso - atajó ella- he de ser yo quien lo tome en mi compañ(a, si es que a casa. pc:ro no recordaba bien el nllmcro y se equivocó en dos intentos. fG. García Márquez, N<>1ida tk un
él conviene ser mi paje; de este modo, te lo podré enviar con el socorro diario, secuuiro, 300)
mientras él se hace hombre en mi casa. [F. Ayala, El hechizado, 56) (iii) a. Y estuvieron un rato en silencio. Hasta que se oyó una campanila en aquel atardecer que ya dejaba lugar
11 la noche. EnlOllttt, salieron de l.11 celda. p. Jimfoez Lozano, Un dtdo en fm lobiru, 82]
b. [...] Sabino Fernández Campo le propone al Rey una estrategia digna de un astu- b. El motor suele toser a veces y el hidroavión desciende, e.ntoncu, a f'3S del agua por si se presenta una
riano o un gallego: incluir un párrafo de elogio hacia los periodistas, que se que- averia. IA- Mutis, Empttsas y lribulaciona dL Maqrol/ el Ga~ro. 1, 32]
darían así desconcertados por la amabilidad y comprensión del Rey frente a la
En (iiia) «se oyó una c.impanita• e inmediatamente después -salieron•, y en (iiib) el «hidroavión desciel"lde- con
crítica exacerbada de meses antes. De esta forma , además, pensaba Sabino, se rom- posterioridad a «loser el motor-, pero, por otro lado, se esperaba para salir a que :se oyera la campanita y el motivo de
pería el hielo que existía en ese momento entre don Juan Carlos e importantes descender el hidroavión era el tosido del motor. Se pasa, pues, de un momento a orro, pero también de una causa a su
periodistas de diferentes medios. [El País Domingo, 11-Xll-1994, 19] efCC10.
63.3.3.11 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4108 4109 Conectores 63.3.4.1

en los que algunos conectores propiamente consecutivos como por tanto se notarían Otro ejemplo:
extr~ños; así, por ejemplo, podríamos justificarnos ante un guardia urbano diciendo:
(180) P. l Lo jura?
Tema que hacer un recado urgen/e y, en/onces, aparqué un momentfn en la acero.
R. Lo juro.
Pero, si utiliz~ramos por tanto, se deberí~ pensar e n que defendemos alguna razón P. EnlOnces iqué hacía usted en un banco de Suiza? [El Mundo, 3-V-1994, 8]
que nos permite estacionar en un lugar indebido si tenemos prisa, lo que en nada
nos ayudará e n nuestra excusa. "
63.3.4. Conectores contraargumentativos
. . Es precisamente este significado lo que permite explicar que el uso de entonces esté menos
~mJtado que el de otros conectores conseculivos. Entoncts se puede encontrar en un miembro 63.3.4.1. Generalidades
introducido por la conjunción pero:
Los conectores contraargumentativos vinculan dos miembros del discurso, de
tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclu-
(175) iAh! -<lijo después de largo rato-. Ya sé... Huye de su casa y de su familia ... Pero
entonces no volverá. [8. Pércz Galdós, Gloria, 369] sión que se pudiera obtener del primero (Mariner 1985; Fuentes 1987a: 111-140 y
1998b; Cuenca 1991; Portolés 1995a) [-+ § 59.2.4). En María tiene mucho dinero.
También se documenta en un segundo miembro que es una pregunta:
Sin embargo, no puede comprarse una casa, del primer miembro (Maria tiene mucho
dinero) podríamos inferir que «María puede comprarse una casa». El segundo miem-
bro, con sin embargo, elimina esta posible inferencia afirmando lo contrario. Por
(176) Me parece muy rnro -comentó-:-,. no se ve muy triste oi parece que la vida Jo haya
golpeado mucho •Para qué escnbtr, entonces, cosas tristes? [A Mutis, Empresas y
otra parte, en María tiene mucho dinero; eso sí, invertido en acciones, del primer
tribulaciones de Maqroll el Gaviero, JI, 24] miembro se podría concluir, por ejemplo, que «María puede comprarse una casa».
El segundo miembro atenúa la seguridad de llegar a esta conclusión. No se dice
Y en la apódosi~ de una condicional, refiriéndose a 11 rótlsis [ - §§ 57.7-8]. que no pueda comprarse una casa, pero se proporciona un argumento (Invertido en
acciones) que orienta en esa dirección.
( 177) Ese no viene, ha mu7rto; y s! vive y viene, ,ya verá Aura que debe quererme a mí y
Las contraargumentaciones pueden también comentar el mismo tópico que el
no a él; y s1 as1 no Jo h1c1era, s1 se aferrara a querer al otro..., entonces, iah!, le mato, miembro anterior o bie n comentar un tópico distinto (§ 63.1.4.4). En el caso de la
me mato... Mato a todos: a ella, a mí, a ti [...]. [B. Pérez Galdós, Luchana, 133] contraargumentación con una repetición de tópico, el segundo miembro sustituye la
afirmación que se niega en el primero.
En el col"'!uio enton7es también puede ocupar él solo un tumo de palabra como pregunta. De (181) No le gustan las bebidas alcohólicas. Antes bien, las aborrece.
este modo, se md,ca al interlocutor que saque él mismo una consecuencia de lo que ha dicho
(§ 63.1.3.S).
Aquí los dos miembros discursivos comentan un mismo tópico, pues se pueden considerar
respuestas a una misma pregunta implícita «iLe gustln las bebidas alcohólicas?• Con el primer
( 178) - No me va usted a decir ahora que soy hija del Tranquilo, l no? miembro se niega una posible afirmación «le gustan las bebidas alcohólicas•, y con el segundo se
-~o nunca te he dicho eso. lEs que me has oído siquiera nombrarle? reemplaza esa afirmación por «aborrece las bebidas al~hólicas•.
-(.Enl01rces?
-Entonces, nada. [J. Jiménez Lozano, !.As sandalias de plata, 37] No se interpreta una sustitución cuando el miembro del discurso con el conector
contraargumentativo comenta un tópico distinto al del primer miémbro.
Por último, se ha de destacar que el conector entonces permite tomar como antecedente las
palabras de un interlocutor sin comprometerse con su verdad. ( 182) No le gustan las bebidas alcohólicas. Sin embargo, conoce todas las marcas.

Aquí sólo el primer miembro sería respuesta a fllLe gustan las bebidas alcohólicas?,.. y el
( 179) A: Seguro que el propietario del segundo derecha va a pagar lo que debe a Ja comu- segundo miembro (Conoce todas las marcas) no sustituye la afirmación • le gustan las bebidas al-
nidad de vecinos. cohólicas».
8 : Entonces, adelántele usted el dinero que debe.
Nuestra exposición comienza por los conectores contraargumentativos que pre-
Quien pr_ofiere la in~ervención con entonces no se compromete con la verdad sentan un contraste o contradicción entre los miembros vinculados: en cambio, por
de lo _mantenido por su mterlocutor, aunque extrae de su intervención una conse- el contrario y por contra; sigue con un conector cuyo miembro discursivo comenta
cuencia. el mismo tópico que el miembro anterior: anles bien; y continúa con aquellos CO·
nectores que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miem-
bro: sin embargo, no obstan/e, con lodo, empero, ahora bien y ahora [-+ § 59.6.4] .
. n Asimismo, k>s ejemplos (148) que eran extraftos con por tonto, en el coloquio se podrían dar con ttilDtrcu.· Ha
metido las monr.da.r en ID máquma y, enUHl«S. ha salido t!I refrrsco, Sale d sol y, uitoncu, canta ti gallo, Sutna ti timbrt y, Terminamos con eso sí, conector que muestra un miembro discursivo que atenúa la
todo ti mundo sale de clast. - - fuerza argumenta tiva del miembro anterior.
63.3.4.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4110 4111 Conectores 63.3.4.3

63.3.4.2. En cambio (188) Alemania pretende favorecer a los países del esle de Europa. España, por el contrario,
defiende a los de América Latina.
El conector en cambio '" [-+ § 57.9.2] muestra un contraste entre los dos mie m-
bros discursivos que relaciona (Po rtolés 1998b). Esta contrariedad no se basa exclusivamente en datos léxicos, sino muy principalmente en
factores pragmáticos. El conec1or mues1ra como contrarios dos miembros del discurso y el oyen1e
(183) Esa niña tiene los ojos castaños y, en cambio, el cabello rubio. debe buscar un contexto en el que esta contrariedad sea pertinente.

Lo ~sperable sería que a los ojos castaños de la niña les correspondiera un pelo Este significado lo acerca a en cambio, pero con dos importantes d iferencias.
oscuro, sm embargo, esto no sucede, por lo que se ha marcado el segundo miembro En primer lugar, la contrariedad es un tipo de o posición más fuerte que el simple
no espe rado ( «tie ne e l cabello rubio») con en cambio. contraste.

No se hallará en cambio cuando sea difícil inferir algún tipo de contraste entre los miembros Ello explica nuestra extrañeza si se empica por el contrario en casos como los siguientes:
ligados:
(190) a. María ha comprado un jersey rojo y Pedro, (en cambio/#por el conirario}, uno verde.
(184) #Esa niña tiene los ojos castaños y, en cambio, el cabello largo. b. Juan tiene dos hermanas y, /en cambio/#por el con1rario}, Alicia dos hermanos.
c. La camisa es blanca y, {en cambio/#por el conlrario}, tiene los botones negros.
Nada parece impedir que una niña con ojos castaños lleve el cabello largo o lo prefiera corto.
La segunda diferencia con en cambio se e ncuentra en que el miembro con por
El paralelismo de los miembros contrastados con en cambio se refl eja en buena el conirario, puede en otras ocasiones comentar el mismo tópico que el miembro
parte de las estructuras gramat icales que vincula (utilizamos corchetes para destacar anterio r (§ 63.J .4.4).
este hecho).
(1.91) No me agradan los perfumes. /Por el conrrorio/#En cambio}, me desagradan.
(185) [El ensueño puede burlar todas las restriJ.ones porque no pretende realizarseJ. En
cambio, lci proyecto está siempre condieio:ldo por la rea lidad.J [J. A. Marina, Teoría A una posible pregunta •lTe gustan los perfumes?•, se responde con No me agradan los
de la inleligencia creadora, 162] , . perfumes y con Me desagradan (los perfumes/. El segundo miembro sustituye la afirmación que
encierra el primero.
Ahora bien, tratándose de un paralelismo argumentativo y no de un caso de coordinación Otro ejemplo:
gramatical es posible que las estructuras sintáclicas vinculadas sean diversas.
(192) La verdad de la justicia nunca es un resplandor. Es, por el contrari(), una convención.
(186) No se trata, claro está, de hacer cine de trucajes y preslidigitaciones mágicas, sino de [J. R. Recaldc, en El País, 14-Xl-1996, 13]
!olvidarse de Griffilh, de Dickens y de la novela como patrón o modelo] (para cen1rar
en cambio la a1ención en el espacio visual del encuadre como unidad narrativa.¡
[P. Gimferrer, Cine y litera/uro, 44] ' Esta segunda posibilidad explica que por el contrario, opuestamente a en cambio, pueda apa-
recer con las conjunciones sino y o J-+ §§ 41.3 y 41.4.2).
Aquí en cambio contrasla la oración fi nal en la que se halla con la pri ncipal.
(193) a. [...] y no la pusieron ninguna pega, sino que, por el contrario, la dijeron:
- Tiene usted todo el derecho [...]. [J. Jiménez Lozano, El coged,or de acianos, 109]
El significado de «contraste» de en cambio hace que sea preferible a o tros b. He aquí otro lugar común puesto en entredicho lFue realmenle la moral victoriana
conectores, como por el contrario, en los casos e n los que la contraargumentación tan represiva y tortuosa en materia de sexo como cuenta la historia? i.O, por el
no llega a ser una verdade ra oposició n de contrariedad. " contrario, se trata de una interpretación errónea de una etapa que esconde su punto
de libertinaje? [en El País Babelia, 7-V-1994, 20]
(187) a. María ha comprado un jersey rojo y Pedro, en cambio, uno verde.
b. Juan tiene dos hermanas y, en cambio, Alicia dos hermanos. Aunque extrañas en la actualidad, se pueden documentar las combinaciones antes por el con·
c. La camfaa es blanca y, en cambio, tiene los botones negros. trario f¡jJ y muy por el contrario.

(194) a. lQue yo pongo en duda semejante cosa? - gritó, casi fuera de sí, el general-
63.3.4.3. Por el contrario iAnies, por el contrario, declaro y afirmo con !oda la firmeza y energía de un gue-
rrero como soy que el príncipe tiene todo el derecho del mundo a disolver y poner
El conecto r por el contrario presenta como contrario e l miembro que lo incluye en cadenas a toda esa canalla y arrojarla para toda su vida al más hondo y oscuro
con respecto a un miembro ante rio r (Portolés 1994c y 1998b). calabozo del viejo palacio real de Te1recia! [R. Sánchez Ferlosio, El te.r1imo11io de
Yarfoz, 3211
,.. Sobre su grama1icalizactoo, véase el § 63. 1.2.3.
,. Para otras diferencias en1rc estos dos conectores. véase el f 63.3.4-3. • Para Bello es1e conector se utiliza •cuando l11. corrección es una comple1a conlradicción• (Bello 1847, § 1205b).
63.3.4.4 WS MARCADORES DEL D ISCURSO 4112 4113 Conectores 63.3.4.5

b. El hecho de que Bello se sirviera de la Spansk Sproglaere no desluce un ápice su Una variante más gramat.icaliwda es anles al contrario. Esta unidad no admite especificadores
estudio de los tiempos del español. Muy por el co11trario, pone de manifiesto su ni supern las pruebas como adverbio integrado en la oración. No obstante, también en este caso,
capacidad creadora, su talento para desarrollar una idea oovedosa, que asimila y el miembro que sigue al adverbio explica el sentido que de otro modo debería inferirse:
perfecciona mucho más allá de lo que Rask hubiera podido pensar. [R. Trujillo,
•Estudio preliminar• a A. Bello, Gramática, 1, 14]
(201) Esto no significa, sin embargo, que yo no pueda o no quiera ayudarte. Antes al contrario:
has venido en busca de ayuda y ayuda te daré, pero a mi modo. [E. Mendoza, Una
63.3.4.4. Al contrario comedia ligera, 230]

_El adverbio al co111rario no se encuentra gramaticalizado como conector (Portolés: 1994c). Ello
exphca que no cumpla las pruebas que se propusieron en el § 63.1.3; as/, es posible su cuantificación Aunque en menos casos que al contrario, puede encontrarse también sin dicho complemento:
[-+ § 40.2. l [:

(195) A Berlanga-padre no se le daban bien las •guapas•, pero, muy al co11trario, el hijo no (202) a. No es mejor, antes al contrario, la definición de Maria Moliner: [...] [F. Lázaro
es zurdo ni rana a la hora de sacar partido a la hermosura femenina (...]. [El Mundo, Carreter, El dardo en la palabra, 329)
13-X-1994, 85] b. Porque la inteligencia de un hombre no devalúa a la esposa, antes al contrario;
mientras que el cerebro de la mujer sigue resultando para algunos un conflicto
Puede ser resto en una elipsis (Juan lo hará así, pera, al contrario, 110); y se puede focalizar conyugal y un desdoro del antiguo predominio viril. [R. Montero, en El País Se-
por medio de una perífrasis de relativo (Es al contrario como abre esta puerta). manal, 17-Xll-1995, 6]
Ninguna de estas pruebas las superaría un coneclor como por el contrario. También le distancia
de este último conector poder ser autónomo en un turno de palabra.

(196) A: Me han dicho que no quieres venir.


B: iAI contrario! 63.3.4.5. Por contra

El recibir complementos con de:


El conector por contra[-+ § 9.2.3.1) comparte con por el contrario el establecer
(197) Al contrario de los saludos, la despedida fue lenta y ceremoniosa. (G. García Márquez, una relación de contrariedad entre los dos miembros vinculados, pero, como sucede
Del amor y otros demonios, 135] con e11 cambio, su miembro no puede repetir el mismo tópico q ue el miembro
anterior.
Y constituir construcciones comparativas con que:

(198) Al contrario que en el ant del siglo XX, en ingeniería civil ha prevalecido el pasado (203) a. A Alicia Je gusta el teatro. Por contra, a su marido le desagrada.
sobre los impulsos de alejarse de él, siendo excepcionales las rupturas con la tradición. b. #A Alicia no le gusta el teatro. Por co11tra, le desagrada.
[J. A. Fernández Ordóñez, en El País, 31-111-1996, 27)

En cualquier caso, al contrario tiene propiedades discursivas que lo distinguen de la mayor Otros ejemplos:
parte de los adverbios. En un ejemplo como el siguiente:

(199) Pero el caso es que la Corporación tampoco atribuye ninguna patente de corrección al (204) a. Entender las parrafadas de Chato (de 60 años) requiere ser un mago <je la com-
habla de Castilla. Al contrario: se asigna estricta igualdad al léxico central y al periférico. prensión oral. Por contra, los niños, tras sólo seis meses en España, hablan, leen y
(F. Lázaro Carreter, El dardo en la palabra, 109] escriben en español e inglés y hasta bromean con los eslóganes de los anuncios de
televisión [...]. [El País Semanal, 3-IV-1995. 26]
el adve_rbio al contrario recibe como complemento la oración se asigna estricta igualdad... que explica b. Quizá esa moderada defensa de los derechos de la mujer por parte de Jovellanos
el senudo con que se debe interpretar la •contrariedad• que manifiesta. Es decir, al contrario no resulte coherente con el siguiente punto que usted destaca y analiza en su discurso:
forma parte de la oración que lo sigue, algo que sucede con los adverbios oracionales, sino que es el derecho de la ciudadanía al placer, al ocio, en definitiva, a la felicidad, y, por
independiente de ella. Esto explica que en otras ocasiones no se halle este complemento: contra, el obsesivo afán del Gobierno por reglamentar y reprimir dicho derecho. [El
País, 18-V-1997, 34]
(200) El trato con la gente ha sido estupendo y de los mandos no tengo queja, al contrario.
[El País, 11-11-1996, 25]
- No. señor. al contrario.
Aquí al comrario se interprela sin necesidad de complemento. 61 -l.No cree usted k> que le he dicho?
- Lo creo: a quien no creo es a ella, es decir, teni;o la convicdón de que mi mujer le engañó a usted (...).
JB. Pérez Galdó<, /A "B"ndo <=ta, 2121
" No obstante, el uso de al controrio sin estos complementos explicativos puede traer problemas de comprensjón:
EJ in1crlocu1or de quien ha utilizado al c:()111,ario no ha in1erprctado convenientemente su sentido y, de ahf, que en
(i) - Ento~ ya se han disipado las dudas. olru lomo de palabra se deba explicitar.
63.3.4.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4114 4115 Conectores 63.3.4.8

63.3.4.6. Antes bien 63.3.4. 7. Sin embargo

El miembro del discurso que introduce antes bien •2 (Acín 1993: 32) comenta El conector sin embargo 64 [-+ § 59.2.4] muestra que el miembro en el que se
el mismo tópico que el miembro anterior (§ 63.1.4.4). Este nuevo miembro sustituye encuentra elimina una conclusión que se pudiera inferir de un miembro precedente
la afirmación que es negada en el primer miembro. "' (Portolés 1995a, Gutiérrez 1997: 259-264). .,
(210) Toda la torpeza de Tellagorri hablando castellano se trocaba en facilidad, en rapidez y
(205) Dice un proverbio etíope: «No blasfemes contra Dios por haber creado el tigre; ames en gracia cuando peroraba en vascuence. Sin embargo, él prefería hablar en castellano
bic11. agradécele que no le diera alas». (A. Gala, en El País Stmanal, 13-Vll-1997, 98] porque le parecía más elegante. ¡P. Baroja, Zalaca/n el ave11turero, 23]

A una posible pregunta: «lQué debo decir a Dios por haber creado el tigre?• se responde La habilidad de Tellagorri con su lengua materna bacía esperar que prefiriera utilizarla. El
tanto con No b/a,femes contra Dios como con Agradécele que 110 le diera alas. miembro con sin embargo manifiesta lo equivocado de esta conclusión.
Otros ejemplos: Otros ejemplos:

(206) (...] le demostraba que algunas ideas suyas no eran ortodoxas, antes bien, tendían a (211) a. Lo hice para que quedara constancia de mi rechazo, pero convencido de que no
coincidir con las posiciones del protestantismo. [F. Ayala, Recuerdos y olvidos, 42] serviría de nada y de que, con excepción de algunas protestas, la medida sería
aprobada por el Congreso con el beneplácito de la mayoría de mis compatriotas.
Sin embargo, no ocurrió así. [M. Vargas Llosa, El pez en el agua, 401
Este conector ocupa en la mayoría de los casos la posición inicial del miembro discursivo en h. Una cosa me asombraba: me sentía un poco débil, pero no agotado. Llevaba casi
el que se e ncuentra (§ 63.1.3.1 ). Y por tratarse de una contraargumentación en la que se repite el cuarenta horas sin agua ni alimentos y más de dos noches y dos días sin dormir,
tópico del miembro anterior su miembro del discurso puede estar coordinado por si110 y no por pues había estado en vigilia toda la noche anterior al accidente. Sin embargo yo me
pero. ; sentía capaz de remar. [G. Garcfa Márquez, Relato de un náufrago, 126]

(207) Y para esto no ha tenido una sola palabra de condenación, sino antes bie11 de excusa, En el diálogo, si sin embargo inicia una intervención, puede llegar a tener un sentido de re-
el Sr. Manterola, ea nombre de aquel que había dicho: «Perdónalos, porque no saben futación(§ 63.1.5.1).
lo que hacen». [E. Castelar, en A. Espina, La elocue11cia, 11, 664]
(212) -Sí, cuarenta duros. lQué va usted a comprar con eso? Nada, hombre.
-Si11 embargo, en una prenderla...
Por otra parte, los dos miembros vinculados por antes bien deben mostrar su -No me hable usted de eso. En las prenderías se venden muebles podridos, y vaya
pertenencia a una misma escala argumentativa (§ 63. l.4.3), en la que el segundo usted a saber de quién son. IP. Baroja, Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre
miembro se sitúa en una posición superior al primero negado. Paradox, 170]

(208) La actitud de Milagro, [...], desconcertó a Ibero, sin aplacar su ira, antes bien, encen-
diéndola más. (B. Pércz Galdós, Montes de Oca, 144] 63.3.4.8. No obstante

Podríamos parafrasear el ejemplo: «La actitud de Milagro desconcertó a Ibero, no sólo no


El conector no obstan/e .. [-+ § 59.2.4] refleja que el miembro discursivo que
aplacó su ira, sino que, incluso, la encendió más». El segundo miembro «encendiendo más su ira,. lo incluye elimina una conclusión que se pudiera inferir de un· primer miembro
se muestra más fuerte argumenlalivamente que «no aplacó su ira• . Así pues, la falta de graduación (Portolés 1995a).
argumentativa entre los miembros explica nuestra extrañeza si introducimos este coneclor en otros
casos de sustitución. (213) El calor de Madrid me incomoda mucho. No obstante, recuerdo veranos muy agrada-
bles, porque la población disminuye, está menos tensa y hay más espacios. [El Pals
(209) a. No ha dicho que se llamaba Leocadio, {sino que/#antes bie11} se llamaba Leonardo.
Madrid, 7-11- 1996, 24)
b. No hay que tomar el autobús 64, (sino/#antes bien} el 74.
De la afirmación de que •el calor de Madrid le incomoda mucho» se debería concluir que
aborrece los veranos, pero el conector contraargumentativo elimina esa posibilidad e introduce
Aquí habría sólo la sustitución de un primer miembro y no una conexión argumentativa de los dos. que «recuerda veranos muy agradables•. Otro ejemplo:

...-: Aunque extraño en d español accual, no es imposibk hallar sólo anles con el mismo significado que antes bie,i: El "" Sobre su gramalicalización, véase el f 63.1.2.3 y Garachana (1998).
amor qw saulo por Gloria no disminuyó ron los dtn'tlrlos de ello. ama se rnaclaba con ciatu C<Hn¡xuión carillosa (a. Pércz ., En est.Ofi C8S05 oo existe sustitución de un miembro por otro. Ello explica, por ejemplo, que no se documente con
Galdós, Glcri4, 191). - sino, y sí con puo: {. ../no~. iincerum~nlt, que ,u.pimzn muy Q derethas ni sif¡uiua quiin era luttrr.> y k> qLK t«Jl(Jgicamtnte
.., También puede comparecer el marcador cuando el sentido del miembro que le precc<k sea negativo, aunque no
haya una negación exprtsa: Pm, en estt cose m~ ab.stul't dt decirle lo que pensaba,· antes bit:11, rorroboré {... / (F. Ayala. El
tmbaf
sigriif,caba, pero. sin criticaban a la /Kfaia católica, acusándola ck rica y de poderosa (.../ (J. Jiméncz lozano, La
rot1qucrt1 dt Fray lüu, 184 .
hechizado, 174). -Me abstuve de decirle• crea un entorno semejante a «'no dije•. "" Sobre su gramaltcaliiacióo. véase el 163.1.2.3 y Garach.ana (1998).
63.3.4.9 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4116 4117 Conectores 63.3.4.9

(214) Confieso que, preocupado por ello, he barajado varias hipótesis, pronto desechadas, no miembro del discurso en que se encuentra. Por ello, será más explicable su aparición
obstante, como insatisfactorias. [F. Ayala, El hechizado, 24] en un ejemplo como (219a), que en otro como (219b):
El significado de no obstante es próximo al de sin embargo, lo que favorece su (219) a. Luisa es extremadamente trabajadorn. Con todo, no conseguirá presentar el informe
utilización como variante estilística. a tiempo.
b. # Luisa es algo trabajadora. Con todo, no conseguirá presentar el informe a tiempo.
(215) En todo caso, parece que el comportamiento funcional de los sintagmas hacia el ex-
terior, o sea, respecto a otros sintagmas o grupos, no depende crucialmentc de su Ello también pemiite explicar que se documente frecuentemente en casos en
estructura in tema: así, los adverbios carecen de morfemas [...] y, sin embargo, poseen los que el primer miembro que relaciona no se limita a un solo argumento sino que
capacidades combinatorias evidentes; así también, la estructura interna de muchos sus·
tantivos y de la inmensa mayoría de los adjetivos es idéntica [...] y, no obstante, tienen
agrupa una serie de ellos.
capacidades •sintácticas• distintas, etc. (J. A. Martínez, Propuesta de gramática funcio-
(220) La tragedia de Sevilla ha divulgado «por toda España• (palabras de Leonor). La
na/, 113[
han comentado las gentes; ha sido un tema de viva curiosidad para la opinión. Con
todo, en una ciudad de vida tan sencilla y clara como Córdoba, Leonor ha podido vivir,
De todos modos, su uso es menos frccuenle y su significado no es idénlico. Por durante un año, sin que nadie se percate de ello. [Azorín, Rivas y Larra, 29]
lo general, se prefiere no obstante en los miembros que con sin embargo pudieran
comprenderse como refutativos con respeclo a un primer enunciado, ambos defen- Como sucedía con "º obstame, con todo se suele utilizar para oponerse a un primer miembro
didos por el mismo cnunciador. del discurso sin refutarlo.

(216) Para aligerar el texto sólo doy la referencia de la edición castellana, cuando los libros (221) El portero se retira a las nueve. Este dato permite suponer que el asesino llegó c:1 la
están traducidos. No obstante, cito la edición, original, cuando me interesa dejar cons· casa después de esa hora y que el propio Ignacio Vallsigorri le abrió la puerta. Co11
tancia de la fecha de p ubLicación. [J. A. Mar¡ na, Teoría de ú, inteligencia creadora, 239] todo, es una suposición muy precipitada: caben otras mil suposiciones y hemos de an-
darnos con prudencia. [E. Me ndoza, Una comedia ligera, 199]
La utilización de no obsta11te posibilita que se mante¿ga, por un lado, que sólo cita la traducción
y, por otro, que se da la referencia del original. Las instrucciones introducidas por no obstante Variantes de con todo, son con 10</o y con eso, que tiene un uso menos frecuente y cstilísti-
presentan un enunciado que por su sentido se opone a otro anterior como una puntualización que camente menos literario. NI
no disminuye la verdad del p rimero. Su significado es concordante con e l del verbo obstar ( «Opo-
nerse o ser contraria una cosa a otra,.) negado. .-;7 Por ello, cuanto mayor sea el compromiso del (222) [El personaje de] Rocky Balboa está más sonado que en las e ntregas anteriores [de
locutor con lo mantenido en el primer miembro, más se favorecerá la aparición de no obstante en esta serie de películas J. Con todo y con eso, el boxeador vuelve a las andadas en un
lugar de sin embargo. O tro ejemplo: combate con el mismísimo Míster T dando mamporros a diestro y siniestro. [El País,
8-Vll-1995, 54]
(217) Manifestando el motivo de mi largo silencio, no necesitaría pedir a usted perdón. No
obstante, lo pido. [B. Pérez Galdós, De O,iate a La Granja, 108[ Y aun con todo:

(223) El crítico, partidario del realismo y sus varjantes, ha sido generoso al sobrepasar con
creces la superstición del número 9 -el número de la gloria desde la antología de
63.3.4.9. Con todo Castellet- y, aun con todo, muchos lamentarán no estar entre los e legidos. [E/ l'aís
&belio, I-Vl-1996, 11[
El coneclor con todo [-- § 9.3.3.l] también muestra que el miembro en el que
se encuentra elimina una conclusión que se pudiera inferir del miembro que le .. Otras variantcS menos hahituales ~rían con ew y todo, con rodo y eso o atm con ero y con uKio:
precede [-- § 59.4.2].
(i) a. El drama de la Segunda República española debe inlt!rpretarse, creo yo, a la luz de un tardítl desarrollo
nacional interno hacia la democracia, 1... ) un drama nacido, pues, de nuestro tradicional aislamiento; mien-
(218) fEsta es[ La más atípica y menos sugestiva de las películas de Branagh, lo que no le tras que, si se atiende al fondo de lo que .ihont está ocurriendo aquí, podrá bien advenirse que -1 ... )-
impide ser, co11 todo, nota ble. [ABC, 13-IV-1996, 117] no es sino a~pecto local de un fenómeno europeo cuya raíz deberá hallarse en los cambios socio-culturales
1...] qu..-: están conmocionando a la humantdad entera. Con u() y todo, siendo los españoles quienes p:ir-
De estar mal resuelta la película, no se inferiría que fuera Notable, por ello se introduce este ticulannente han de sentirse afectados por lo que en España sucede, no es sino muy natural que enmi
miembro con el conector con todo. nosotros se lo someta al más próximo escrulinio. (F. Ayala, en El País. 19-IX-1995, 13J
b. lQué, está buena la sopa? Excelente, contestó el doctor Mertadal: un poco fuerte para mi gus10, pero
excelente ro,i todo y av. (E. Mcndoza. Umr comedia tigt'ra, 307]
La diferencia que separa a con todo de otros conectores de significado próximo, c. Pero 1e estuvo bien empicado. MarK>, al fin y al cabo recogiste lo que scmbrnsle, ni más ni mellOS, que si
tú oo te pones tan pcs;uto con que si a cunuir, ni le: llevas la comraria a Solórlano que, en definitiva, le
como sin embargo y no obstante, es que presenta el discurso precedenle como un dio lo mismo, y si no té p0nes romo ce pusiste con1ra el guardia y. tn lugar de eso. CúmO :mele decirse,
fuerte argumen10 para conducir a una conclusión contraria a la expresada en el te llegas donde Filgucira y le dice..~ •tiene usted n1..ón, Filgueira. me he obcecado• , nn hubicn1 habido
fuerza en el mundo capaz de quitarno.s el piso, ya te lo digo desde aquí. Y aw, con dO y con iodo. Mario,
para qué nos vamos a engañar, si tú me dejas las manos libre..,;;, idc qué! (... ). (M. Delibes, Cinco /Jora1 con
•' Como en: No obsta q¡,e tJ/0$ &ritOllS.. ad~má.s, hayan sido o1ras cosos (F. Umbral, Ram&1 y laJ 11anguardit1J, 104). Marl/J, 261)
63.3.4.10 LOS MARCADORES DEL DISC URSO 4118 4119 Conectores 63.3.4.12

Con unas funciones discursivas similares a con todo, aunque con un uso más b, Ya tengo las mulas - le informó-. Mañana o pasado me las traen, Con ellas viene
coloquial, se encuentra el conector discursivo así y lodo. "' el arriero que va a acompañarme. Es persona de confianza. Me lo recomendó Ál-
varez. Ahora bien, me quedé casi sin dinero y necesito una suma, al menos igual a
(224) a, La ceiií a modo pero es carne enteriza ya la de la Anita; no es la Faustina ni de la que ya me dio. [A. Mutis, Empresas y 1rib11lacio11es de Maqro/1 el Gaviero, 1, 219]
lejos. Asi y IO<W nos marcamos un tango con tanto sentimiento que nos fueron
haciendo corro en la pista y, al final, nos pegaron una ovación que ni Cagancho. Este significado de ahora bien favorece que sea un único hablante el autor de
[M. Delibes, Diario de un jubilado, 86] los dos mie mbros vinculados. Ello limita en gran medida las apariciones de este
b. La gente se vuelcan por la gente, lno? Aunque yo creo que hasta esto se está conector en el comienzo de una nueva intervención.
perdiendo, lno? Pero, vamos, as/ y todo, siempre esto es una cosa que se lleva
dentro de sí, l no?, en la sangre lno? fM. Ollero y M. A. Pineda, eds., Sociolin-
gülstica andaluza, 6, 30] No obstante, este uso se puede dar, al menos, en casos como los siguientes:

(228) - Todo concuerda -repitió, rascándose la oreja con el dedo gordo del pie-. l De
63.3.4.10. Empero acuerdo?
Asentimos con la cabeza.
El conector empero 1-+ § 59.6.1] no es habitual en la actualidad, incluso en la lengua escrita. -Ahora bien, el infeliz se equivoca - prosiguió Marés--. Ella no le está engañando
Su sign_ificado, próximo a sin embargo, presenta el miembro en el que se encuentra como una por gusto, porque sea un pobre diablo y un fracasado [...], [J . Marsé, en JO relatos de
conclusión contraria a la que se pudiera haber inferido de un miembro anterior. su,;pense, 185]

(225) a, Convencido de que la gramática debía ajustarse a los conocimientos lingüísticos Aquí el hablante busca simplemente la confirmación por parte de sus interlocutores de la
contemporáneos, me negaba, empero. a que el texto se convirtiera en un lrahtdo comprensión del primer miembro. Una vez conseguida. prosigue su exposición. De manera análoga,
teórico [...]. [E. Alarcos, Gramática, 19] también puede suceder, por ejemplo, que unos padres, después de haber llegado entre ellos a un
b. Su diminuto diccionario nos introduce ~su mundo de juguetes, comida y zapatos, acuerdo, se dirijan a su hijo del siguiente modo:
y otras cosas mane¡ables. No debemos, npero, engañarnos: esas palabras no sig·
nifican para el niño lo mismo que par el adulto. (J. A. Marina, Teorfa de la inle- (229) A: Hemos decidido dejarte ir de acampada con tus amigos.
lig.,,cia creadora, 62] B: Ahora bien, primero tendrás que aprobar todos los exámenes.

Como se ha podido comprobar en los ejemplos anteriores, contrariamente a la mayor parle de Aunque existen dos individuos -el padre y la madre- , se comportan lingüísticamente defen·
los conectores, evita la posición inicial del miembro que introduce, tal vez por haberse consolidado diendo un único punto de vista y e llo explica que ahora bien comience el turno de palabra de uno
como conjunción pero, que siempre ha de ocuparla. Ello no impide que se encuentren ejemplos de ellos.
con empero en primera posición.

(226) El tiempo, [...], embota eficazmente las lanzas con las que un día acometieron los
guerrilleros del espíritu; empero, más allá de la eficacia muerta de su proclama o de su 63.3.4.12. Ahora
denuesto, queda el fulgor subversivo, ya sin asidero, de su finna: iVoltaire! [F. Savater,
Misterios gozosos, 30] Aunque con un significado próximo a ahora bien, ahora [- §§ 11.6 y 14.4.3.2)
es un conector contraargumentativo mucho más frecuente que el anterior en el
coloquio (Lamíquiz 1993).
63.3.4.11. Ahora bien
(230) P. Usted, en España, siempre es muy bien acogido como un hombre comprometido
El conector ahora bien l- §§ 11.6 y 14.4.3.2) presenta el miembro del discurso con Cuba. lNo teme que después de lo que está pasando en la isla se le enfríen las
que lo antecede, frecue nteme nte formado por una secuencia de enunciados, como bienvenidas?
la exposición completa de un estado de cosas e introduce un nuevo miembro que R. La gente es muy cariñosa conmigo en España, por eso siempre regreso. Pero no
elimina alguna conclusión que se pudiera inferir de él. Se sitúa e n posición inicial tengo miedo a que haya disminuido el afecto; ahora, si ese es el precio que tengo que
pagar, lo pago encantado. lmagfnate lo que yo sería si renunciara a todo lo que he
de su miembro discursivo(§ 63.1.3. l). vivido por un aplauso. [El Pals, 29-Xll- 1994, 28]
(227) a. Dicen que toda opinión es respetable. En absoluto. Lo respetable es que todo el
mundo se exprese. Ahora bie11, una vez que han opinado, no tengo por qué respe- No obstante, también se encuentra en el lenguaje escrito, incluso sin intentar remedar el oral.
tarlos. Sólo faltaba. [El País, 23-Vl- 1996, 34]
(231) La opinión pública habría podido asumir pragmáticamente los costes de una negocia-
ción con otro Estado orientada a conseguir que Roldán fuese entregado a la justicia
• Se puede documentar, inclu.so. un cruce de con todo yde '"4·y1odo, en adycon. todo: Anltesteabrumadorpanorama,

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J todo, t/ resuJtado logrado tJ briJJOnlt, $Obre todo en lo qt# Jt refit«
a las parks tuignadil,1., / ... /, a Joaquín Yarza, f... , y a propio Piff!Z Sd11chez, [. .. / IF. Calvo Scrrallcr, en El País Ba~lio, J..
española con las limitaciones inevitables en cualquier extradición.Ahora, la generalizada
impresión de que la embellecida historia de su detención por la policía espatiola es un
ridículo embuste favorece la idea de un pacto[...]. [J. Pradera, eo El Pals Domingo, 5-
11-1996, 4), lll-1995, 7]
63.3.4.13 LOS MARCADORES DE L DISCURSO 4120 4121 Reformuladores 63.4.l

Al contrario de lo que he mos señalado para ahora bien, ahora comienza con (236) Se hablaba de si los hijos de un carpintero, en cuya casa vivía el canónigo, se parecían
frecuencia un turno de palabra. · más a este que al padre legal de las criaturas; pero todas estas sospechas no llegaban
a producir deshonor; esto si, se miraba con cierta soma al marido, pero nada más.
[P. Baraja, El mayorazgo de L.abraz, 74)
(232) a. INF A.- Bucno, hay menos gente que un domingo, un sábado.
INF B.- 0 un domingo. iBuaf! ... está lleno también.
INF A.- Ahora, cuando menos gente hay son los días normales, de diario, por la
noche. (M. Esgueva y M . Cantarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid, 358] 63.4. Reformuladores
b. 1: [...] Yo lo leo porque me acuerdo mucho de aquellos tiempos y me hace gracia
y me río mucho con las expresiones y las salidas que tienen tan graciosas. 63.4.1. Generalidades
E: Sf, sí.
1: Ahora, reconozco que como literatura, pues, a mí me gusta, pero dicen que no Los reformuladores son ma rcadores que presentan el mie mbro del discurso que
es bueno. (M. Ollero y M. A. Pineda, eds., Sociolingülslica andaluza, 6, 263] introducen como una nueva formulación_de un miembro anterior (Rossari 1994).
(237) Lo contrario de la hipérbole es el trabajo, o sea, exactitud, reflexión, precisión. [Azorín,
63. 3.4. 13. Eso sí Rivas y Larra, 88]

El hablante considera que lo ya dicho no transmite satisfactoriamente su inten-


El conector eso sí~, introduce un miembro discursivo que atenúa o invierte las ción comunicativa y utiliza un reformulador -en este caso o sea- para presentar
conclusiones que se pueden inferir del miembro precedente. " el miembro del discurso que lo sigue como una mejor expresión de lo que pretendió
decir coa el miembro precedente: «cuando he dicho Trabajo he que rido decir Exac-
(233) A mi cabeza acudían multitud de ideas, todavía un tanto confusas y mezcladas, pero...
!multitud! Eso si, todavía en nebulosa. [F. A/Ía, El hechizado, l 12]
tilud, reflexión, precisión».
La reformulación va desde la explicitación de un primer miembro que pudiera
ser mal comprendido, (238), hasta la rectificación, (239):
Las conclusiones a las que se podría llegar a partir de tene r «una multitud de
ideas» se ven limitadas por encontrarse estas «todavía en nebulosa». (238) a. El albañil es de aquí, o sea, del barrio de Las Fuentes.
b. El albaliil es de aquí, o sea, zaragozano.
Otros ejemplos: c. El albañil es de aquí, o sea, español.
(239) a. Parece ser que Justo Redondo, el panadero de Castrillo, o sea, el hijo, se los baja
(234) a. Por esos años, si el veraneante castellano saludaba con un •boas noites» a los con la furgoneta antes de que amanezca. [M. Delibcs, Diario de w, jubilado, 63]
aldeanos con quienes se cruzaba, recibía como respuesta de ellos «buenas noches», b. Sobreviví así, reconstruyéndome yo sola, es decir, con mi hijo, los dos en esta ciudad
con entonación, eso si, gallega. [R. Lapesa, El español moderno y conlemporáneo, que no era la nuestra. [A. Muñoz Malina, Plenilunio, 235(
352]
b. Lo que demuestra que la verdad objetiva es una pamema y que todos tenemos prejui- En (239a) no era Justo Redondo quien bajaba los panes, sino su hijo, y en (239b) quien habla
cios. Eso si, unos más que otros. [R. Montero, en El País Semanal, 5-Xl-1995, 6] no estaba sola, sino con su hijo.

El segundo miembro puede ser un simple complemento que disminuya la fuer, a argumentativa Ahora bien, en todos los casos, se mantiene que, en lugar d~ lo anteriormente
del primero. " dicho, la nueva formulación es el miembro que se ha de tener presente e p la pro-
secución del discurso.
(235) a. Es una amiga, eso si, lejana. Si se comparan los conectores con los reformuladores, se advierte que el sig·
b. Tiene un coche, eso si, pequeño. nificado de los primeros tiene en cuenta tanto el primer miembro discursivo como
c. Es un escritor, eso sf, bastante malo. el segundo; sin embargo, con los reformuladores, lo fundamental es el segundo
d. Es un criminal. Eso si, no ha matado a nadie. miembro. Este es el motivo por el que a menudo en el coloquio no se pen;ibe si la
e. Tiene una enfermedad. Eso si, no parece nada grave. reformulación se dirige hacia un miembro expreso anterior o hacia uno implícito,
ya que el reformulador mantiene que es únicamente el nuevo miembro -aquel
Menos frecuente que eso sí es la variante esto sí. donde se halla- el que se ha de tener presente. Este hecho explica la facilidad coa
que los reformuladores evolucionan hasta convertirse en operadores (§ 63.1.4.2).
10

11
Sobre su grama1icalización, véase cJ § 63. 1.23. Puede ocurrir que la reformulación la realice el mismo hablante o que la efec-
En su origen est4 la concesión corno ctCrto de parle de lo que ha dicho un interlocutor: -J.No coruidua wled túe su interlocutor. En el primer caso se tratará de una 'autorreformulación'.
guapa? I - No trtl guapa tn ti stlllido qut se entitruú por beldad. Pao, butno, ttnla cim41 cosQJ. Cierto s«fucci6n, e.so 1(
(El Pals S.mtmal, 8-f,t99S, 30). -
12
Compárciue cuos ejemplos con k>s de adcm6s del § 63.3.2.2 (125a-e). Como fundamento teórico de esta explicación, (240) Pero siempre que esté en política procuraré ser noticiable. Es decir, voy a estar ea
Ducrot IWS. primera línea. (E/ Pa/s Semanal, 5-lll-1995, 48]
63.4.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4122 4123 Refonnuladorcs 63.4.2.2

Y en el segundo, de una ' heterorreformulación'. una repetición de tópico, o expresando directamente las conclusiones que debieran
inferirse del primer miembro y, por tanto, sin repetición de tópico (§ 63.1.4.4).
(241) lNF. B: Anles del final, anles del último.
INF. A: O sea, lanles del bueno? Reformulacioncs explica1ivas con un tópico repetido son: "
INF. B: Anles del bueno ije, je!
INr. A: O sea, le fallaba una confianza enorme t...¡. [M. Esgueva y M . Camarero, eds., (244) a. No tengo el recibo del banco. O sea, no lo he encontrado. (Así que deberemos
El habla de la ciudad de Madrid, 33 1) volver a pedir otro).
b. Es hipertenso. Es decir, tiene la tensión alla. (Así que no le pongas demasiada sal
ÜITO ejemplo de heterorreformulación: en la comida].

(242) P. l Por qué parece senlir tanto miedo anle un panorama radiotelevisivo compuesto Aquí el segundo miembro (No lo he e11co,11rado y Tíe11e la re11sió11 alta) se comprende como
sobre lodo por empresas privadas que compiten e nlre sí? una paráfrasis del primero. Si el reforrnulador introduce direclamenle la conclusión, se cambia de
R. Porque el peligro sería una información dirigida y obligada a defender sólo los tópico:
intereses particulares. Una prueba clarísima de ello la hemos tenido en la campaña
para este referéndum. Una manipulación horrorosa. (245) a. No tengo el recibo del banco. O sea, que debemos volver a pedir otro.
P. En conclusión: a su juicio, la 1elevisión pública 1iene muchos problemas, pero no el b. Es hipertenso. Es decir, que no le pongas demasiada sal en el comida.
del partidismo. [El Mundo, 13-Vl-1995, 75)

Se pueden suceder varios miembros vinculados por estos marcadores, cada uno 63.4.2.2. O sea
de ellos será una reformulación del anterior. Estas cadenas reformulativas no se
El reformulador explicativo más frecuente, sobre todo en el discurso oral, es
pueden coordinar. /
o sea. El miembro discursivo que introduce parafrasea aquel que le precede y, por
(243) a. UlS aventuras, dcsvenluras y diabluras /. mi abuelo Marcclino habían ido empo- tanto, comenta su mismo tópico ¡-,. §§ 41.3.3.2 y 41.3.4.1).
breciendo y rebajando a la familia Vargas hasta el ambiguo margen donde los bur·
gueses empiezan a confundirse con eso que los que están más arriba llaman el (246) a. Es evidente que el Bien tiene que ser práctico, o sta, humano. IE, Lledó, Días y
pueblo, y en el que los peruanos que se creen blancos empiezan a sentirse cholos, libros, 305]
es decir, mestizos, es decir, pobres y desgraciados. (M. Vargas Llosa, El pez en el b. Van Branden explicó que iba a quedarse en La Plala hasta que bajara el próximo
agua, 11) barco, o sea un par de semanas. (A. Mutis, Empresas y tribulaciones de Maqroll el
b. De despedida, conforme había acordado con la parienta, les sollé lo de la Sonia, o Gaviero, 1, 211]
sea que se casaba, o sea que si no invi1aba era porque la boda se celebraba en la
estricta intimidad por recienle lulo del novio. (M. Delibes, Diario dt un jubilado, En otras ocasiones, no se produce una paráfrasis y se comenta un tópico distinto
!JO] ¡-,. § 32.2.1.1).

Los reformuladores se pueden situar en cuatro grupos según su significado. Los (247) a. Para que la infamia de la prisión preven1iva haya llegado a los titulares -a los
titulares del poder y de los periódicos-'- han tenido que meter en prevención al ex
'reformuladores explicativos' presentan el segundo miembro del discurso como una director general del Banco de España, al ex presidente de uno de los bancos más
explicación del anterior; con los 'reformuladores rectificativos', este mismo miembro importantes del país y al financiero catalán. O sea, que ha costado mucho. (A.
discursivo corrige otro anterior; los ' reformuladores de distanciamiento' privan de Espada, en El Pals, 2-11-1995, 64) •
pertinencia al miembro discursivo anterior al suyo; y, por último, los ' reformuladores b. La culpa la tienen las autoridades, que llaman diarrea es1ival al cólera y bichito que
recapitulativos' introducen un miembro del discurso como una recapitulación o una se mata cuando cae al suelo al agenle de la colza. Es normal, pues, que la genté
conclusión a otro -o a otros- miembros precedentes. se aterre cuando niegan la exislencia de la meningilis. O sea, que quién da la vez
[para la vacunación). (J. J. MiUás, en El País Madrid, 23-11-1997, 3]

No se trata aquí de decir lo mismo con otras palabras, sino de presentar como
63.4.2. Reformuladores explicativos reformulación una consecuencia que se debería haber inferido del primer miembro.
63.4.2.1. Definición En es1os últimos casos es frecuente que el segundo miembro vaya precedido por la conjunción
que (§ 63.1.3.13).
Los reformuladores explicativos presentan el miembro del discurso que intro-
ducen como una reformulación que aclara o explica lo que se ha querido decir en Como sucede con otros reformuladores, no es extraño que, sobre todo en el
otro miembro anterior que pudiera ser poco comprensible (l..ópez 1990; Casado 1991 discurso oral, el primer miembro quede implícito. En tales casos el marcador o sea
y 1996b; Bach 1996; Portolés 1996). Los hablantes realizan este cometido de dos
modos distintos: volviendo a expresar mejor lo que se acaba de decir, esto es, con " Entre corchetes se muestran algunas posibles conclusiones iníeridas.
63.4.2.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4124 4125 Reformuladores 63.4.2.6

contribuye con su significado a que el miembro en el que se encuentra se comprenda b. Oc ahí el valor de la palabra dada, de ser socialmenle considerado hombre de
como una reformulación con respecto a otra posible formulación que no se ha lle- palabra, esto es, poderoso hasta el punto de que no necesita mentir. JL Goytisolo,
gado a proferir. " Teorfa del conocimiento, 2n]

(248) a. Desde luego no sé. pero... e... se ve que eslamos enmarcados por una zona muy También se puede documentar, aunque sea muy poco frecuenle, la variante eso es.
clásica, 1ú Preu y yo COU... V ... o sea, va a ser muy clásico, muy clásico de delimiiar,
la, la, la época, o sea, si, si alguna vez en el fuluro esto sale a luz, ije, je! [M. (253) Ha empleado usted con verdadera elegancia una forma de raciocinio que los retóricos
Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid, 3241 llamamos prolepsis... Ese es: anticiparse a la objeción, prevenir los argumentos del con-
b. Es que... o sea, es que mi hermana más pequeña, se lo han dado anles que a mí, trario, refutarlos anles que los emita. [B. Pérez Galdós, Mmdizábal, 26]
o sea, yo ya pregunté que si lo estaban haciendo a letrn por día, o sea, por curio-
sidad. [M. Esgueva y M. Canlarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid, 3211

Este reformulador tiene como variante menos usual o séase. 63.4.2.5. A saber

(249) Por olra parte, de la farmacopea copta, o séase clíope crisliana, formaban parte im- E l reformulador explicativo a saber se usa casi exclusivamente en el discurso
portanle los vientos [... 1. [A. Cunqueiro, Tmulia de boticas, 181 escrito. "' Como sucedía con esto es, su uso se limita a casos en los que el miembro
discursivo que lo incluye comenta el mismo tópico que el miembro que le precede.
63.4.2.3. Es decir
(254) a. Lo cual tiene, por sí mismo, menos imporlancia que el hecho de que da testimonio,
a saber, la veriiginosa pérdida de pres1igio que las enseñanzas de la escuela están
El reformulador es decir tiene un significado cercano al de o sea, aunque un experimentando [...1. [F. Lázaro Carreter, El dardo e11 la palabra, 136]
uso coloquial menor. También el miembro qu~_introduce puede comentar el mismo b. No obstante, era imposible sustraerse a la deliranle fantasía de una escena, en que
tópico que el miembro anterior - y comprenderse como una paráfrasis: un personaje, enloquecido de furor al verse separado de la mujer amada, empezaba
a arrojar cosas por una ventana. A saber: un piano, un arado, una jirafa, un pino
(250) a. Emilio hubiera dado todos los lesoros del mundo por un cachilo de lolo, es decir, encendido, etc. (A. Carpentier, letra y solfa, 146]
por olvidar. [Azorín, Españoles en Parfs, 44]
b. Puede ocurrir que el adjetivo se sustantive, es decir, que pase a funcionar en el Por lo general, se emplea después de un primer miembro con un sintagma
enunciado como lo hace un sus1antivo. [E. Alarcos Uorach, Gramática, 80[ nominal presentado como específico pero que contextualmente no lo es y, gracias a
la reformulación, se explicita.
o puede comentar un tópico distinto -y comprenderse como una consecuencia:
(251) a. Con las cosas de comer no se juega: es decir, que hay que cocinarlas bien. (255) a. Tanto han robado tantos que empiezo a pensar ya en el disparate, a saber. que si
[F. Savater, Misterios gozosos, 52] la horda de ladrones devolviera el dinero que nos ba ido arrebatando, quizá España
b. En eso hemos madurado un poco a lo largo de lodos estos días; es decir, que somos no eslaría lan en crisis como está ahora. [R. Montero, en El País Semanal, 22-V-
1994, 4] ,<
más conscientes. [J. J. Millás, en El País, 10.111-1995, 721
b. La aparenle contradicción que encierra ese «haz lo que quieras,, no es sino un reflejo
del problema esencial de la ~bertad misma: a saber, que no somos libres de no ser
libres, que no tenemos más remedio que serlo. [F. Savater, M"tslerios ¡¡ozosof, 25]
63.4.2.4. Esto es

El reformulador esto es también introduce un miembro del discurso que aclara


63.4.2.6. Otros reformuladores explicativos
o explica otro anterior. " No obstante, este marcador sólo aparece en casos en que
el miembro discursivo que lo incluye comenta el mismo tópico que el primero
(§ 63.1.4.4). Existen olros reformuladores explicativos que no son ni tan frecuen1es, ni se hallan tan gra-
mat.icalizados como los anteriores. Se trata de signos como: tn otras palabras, en otros tbminos,
dicho {con/en} otros términos, con Olras palabras, dicho [con/en} otras palabras, dicho de otra manera,
(252) a. Ames se trataba de persuadir, esto es, de conducir al imerlocutor por una senda dicho de otra forma, dicho de otro modo, de otro modo, n ele.
dialéclica, que él lenía que recorrer paso a paso hasta el punlo deseado. [F. Lázaro
Carre1er, El dardo en la palabra, 71]
11o Por el contrario, en otros usos que no :son los de marcador es frecuente en el coloquio: Nacfa frlo y er1 ti parque
no habla wi alma. A sabu qui tromard alt lwmM. (M. Delibes, Diario de un jubilado, 209)
Por ello. se percibe como efecto de sentido {§ 63.1.5) una mochtlización cpis1émiclt (Schwcnter 1996), yd que no n Con el scntidooc ..:dic-ho de otro modoi., no con el de «si se hace de otro modo• oomo en: - iV-iejo pt.Wludo!
había segurKlad en lo dicho. pues ha sido premo tJccirlo de 01ro modo. -rq,iti6 Elvira. que habia agarrado, por Jo visto, un.a mQlfa agmiva, y agregó que iba o llamar por telifono a Silvia para que
" En lenguaje científte0 no es extraño el uso de la abn,-viación i.e. de la fónnula latina id tst con un significado viru"m:I corriendo o l'>uscarmt. óltO modo, m,ucu/16, con plsimaJ pulgas, yo ua capaz dt darla la l,ata toda k1 noche [J.
semejante. Edwards, él orig,n dd m u n d o ~
63.4.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4126 4127 Reformuladores 63.4.3.3

(256) a. Yo no pretendo ocultar ninguna prueba, Pepe, arguyó PrullAs; sólo pretendo ocultar 63.4.3.2. Mejor dicho
un hecho intrascendente, que no afecta en nada a la investigación, (...] pero que,
de hace™' público, me crearía enormes dificultades personales. En otras palabras, El reformulador rectificativo más habitual es mejor dicho. Ya sea precedido o
intento ocultar un devaneo a los ojos de mi mujer, de mis hijos y de mis suegros. no por la conjunción disyuntiva o.
(E. Mendoza, Una comedifJ ligera, 188(
b. Con este secuestro, ETA atenta directamente contra la política. En otros tém1inos, (258) a. Por encima de la coherencia y la trabazón visibles y manifiestas, o, mejor die/ro, por
contra el Estado. [El Pa/s, l l-VJJ-1997, 12] debajo de ellas, independientemente de ellas, hay otra realidad y otra coherencia
c. El movimiento está desencadenado por la necesidad de asociar la pieza léxica del
inefables y profundas. (Awrín, Los dos Luises, 59]
verbo con sus rasgos flexivos o, dicho e,, otros términos, de cotejar las propiedades b. Los rodeos perifrásticos del tipo reseñado, mejor dicho, su abuso, no corresponden
flexivas del verbo. (M. Fernández Lagunilla y A. Anula, Sintaxis y cognición, 145] al genio de nuestra lengua [...]. (F. Lázaro Carreter, El dardo en la palabra, 156]
d. Seguimos con la necesidad de descodificar un mensaje y de codificarlo de nuevo,
pero ya no con las letras inertes, sino con sonidos vivos. Es decir, transcodificarlo
no sólo en símbolos de segundo grado, sino, además, en otros de primer nivel. Con No es raro que mejor dicho se sitúe detrás de la reformulación, sobre todo, si esta es breve.
OIIY.IS palabras: hablar es transcribir nuestra idea del mundo por medio de signos
orales (...(. [M. Alvar, en ABC, 17-Xll-1996. 3] (259) a. Adivinaba, veía, mejor dicho, que era más hermoso cuanto más libre en el vestir,
e. El reino del entusiasta, que se confunde con el de la poesía, es el reino de la infinita dentro de la decencia, y que no le querían conforme al patrón de los señoritos
posibilidad, o dicho con otros palabras el reino del «como si•. (G. Martfn Garzo, en atildados. (B. Pérez Galdós, Luc/rana, 143]
b. Nuestra adorada Reina necesita un esposo, no sólo porque es Reina, sino porque
ABC, 3-1-1997, 3]
f. A partir de estos ejes, el guión se construye según una lógica no menos detectivesca es mujer, o dama, mejor dicho. (B. Pérez Galdós, Bodas reales, 109]
que en Amadeus, puesto que lo que la ficción propone al espectador es estricta-
mente un dilema de orden inductivo-especulativo: por qué, quién y cuandó castró Menos frecuente y menos gramaticalizado es el uso únicamente de mejor, precedido o no por
a Farinelli, qué es ese persistente rumor de cascos de caballos que pauta el filme, la conjunción o.
cuál es la relación que ata al castra/o con su hermano. O dicho de otra manera, y
a pesar de su indudable factura de filme europeo de calidad, Farinelli se comporta (260) a. Pero los símbolos adquieren de inmediato una calidad de intemporales y eternos,
como una hábil operación a la americana con todo lo que tiene que tener un filme carecen de historia, o mejor, asumen una historia mítica. [F. Ayala, Recuerdos y
que, hoy por hoy, pretenda una audiencia universal (...]. [M. Torreiro, en El Pa/s, olvidos, 169]
20-111-1995, 35] b. lEra aprista el tal Bermúdez? Qué iba a ser, no se metía en política. Mejor, la
g. No le interesa la escritura en sí, sino lo que esta tiene de rastro, de memoria de política era para vago¡¡, no para la gente de trabajo, el Teniente lo buscaba por un
las cosas. O dicho de otro forma, no la palabra sino el pequeño grano, o la escama asunto personal. [M. Vargas Llosa, Convenaci6n e,1 la Catedral, 53]
que esta puede ocultar. (G. Martín Garzo, en ABC, 6-IX-1996, 3]
h. P. Y lse ha sentido igual de respaldado? O de mejor aútL· "'
R. No llevo respald6metro.
P. Dicho de otro modo: l percibe que flojea el respaldo del Gobierno? (El Pa/s, 26- (261) La inteligencia humana es una inteligencia descante. Mejor aún, el hombre es un deseo
1-1996, 19] inteligente. [J. A. Marina, Ética para náufragos, 18-19]
i. Lo cual indica que las preposiciones, aparte de su función, están dotadas de un
significante más o menos explícito según los contextos. De otro modo: las preposi- También existe la variante menos frecuente por ll)ijor decir.
ciones, además de ser índices funcionales, componan un valor léxico. [E. Alarcos
Uorach, Gramática, 215] (262) No se enfade comigo, gimió; yo sólo oigo cabos sin atar o, por mejor decir, suelt.os. JE.
Mendoza, Una comcdifJ ligero, 292]

63.4.3. Reformuladores rectificativos


63.4.3.3. Más bien
63.4.3.1. Definición
El adverbio más bien como reformulador también rectifica un miembro ante-
Los reformuladores rectificativos sustituyen un primer miembro, que presentan rior. "' Como sucedía con mejor dicho, puede estar precedido por la conjunción o,
como una formulación incorrecta, por otra que la corrige o, al menos, la mejora. " o bien no estarlo.
(257) El no tener papá, o, mejor dicho, que mi papá estuviera en el cielo, no era algo que
me atormentara. [M. Vargas Llosa, El pez en el agua, 17] "' O aún mejor: Si ttmemm, putJ. en cutnta cómo st componían IOJ textos dade la Antigüedad hasta la époco modmta,
hemos de tmu nmy prr~nlts aas guías rtrorica.i. ~senta en la tllstilanzo dt todo l1ombrt culto/... /; eotr tilo. f... / evitamoor
d mot' de interpretar como debidos a co,idicionamitntQS sisttm6liros lb que Yiart motivado por la s11j«i6n u lot pnctpt<JS
• Como ya se vio en el f 63.4.1.1, además de los reformuladon:s específicos de rectificación, se utilizan otros n:for- re16ricos en vigor en un determinado momemo. Aú11 ml!jor, to Xtt6ricu puede ayudomKJJ a e,iwukr cómo st fue construytndo
muladores con este uso en determinadas circunstancias: Cuatro ~rsonas habíamos ruto lo mismo, pno lo hablamos intu- la si,11axir de lo1 tatos, f. .. / IR. Cano, en Rnisto Etpu,iola de Ungiiútica 25:2, 1995, 346).
prelado tú manero dislinra. O Sffl, que 11() hablamos vi.tto lo mi.smo !J. A. Marina, El labtdnto stntim,n1al, 94). Crt0 ,. No será reformulador en otros usos advert>iab en los que especifica a un sintagma: Ptro algo especial debla de
d«ir, tsl(JtJ sq:uro---- q11e mi,iJiíiiidod política terminó trt dicitmbrt del uño 1938 f... / fM. Oila, en EJ. Pals Domingo, 19-ltT- 1e11er ruando el tipo que estaba tn{rtnu:. un cuamnt6n tná1 bien copultn10, le mimba ran dttt:nidameme. {L. Goytisolo. T~
iffl, 22). del conocimien1u, so¡.
63.4.3.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4128 4129 Reformuladores 63.4.4.2

(263) a. Durante estos veinticinco años hemos coexistido -más bien: convivido-- con las (267) Nos ha dado mucha pena que se llevaran el quiosco, porque es el pan nuestro de cada
inmensas luchas y debates de este cuarto de siglo (O. Paz, enABC, ll-fV-1997, 3} día. De todas fonnas, pronto volveremos a abrir. Aunque no sabemos dónde. [El País,
b. Más tarde, hubo otro asunto de «conspiración, o, más bien, de protesta de estos 26-Lll-1996, 4 J
~obles abulenses contra Felipe JI por cuestiones de impuestos. (J. Jiménez Lozano,
Avila, 15) El hablante refonnula lo que acaba de decir y lo priva de relevancia: carece de importancia
que se llevaran el quiosco, ya que pronto volverán a abrir. Frecuentemente, estos marcadores de
Contrariamente a mejor dicho, más bien se documenta en casos de coordina- distanciamiento se hallan cercanos a los contraargumentalivos, pues el primer miembro conduciría
ciones adversativas con sino. a una conclusión contraria a la que se presenta con el segundo; no obstante, no siempre sucede.

(264) a. Por.eso el germano no es, en rigor, propietario del 1errilorio, sino, más bien, «señor» (268) a. A: Hace buen tiempo.
de el. (J. Ortega y Gasset; tomado de De Koek 1991 111: 1, 199} 8: De todos modos, no vamos a ir a la playa.
b. No hay tal reconstrucción, sino, más bien, la sugerencia de una cadena de espejos b. A: Hace buen tiempo.
[...J. [G. Reyes, Polifonía textual, 215) B: todos modos, ya íbamos a ir a la playa.

En la primera réplica el hablante 8 introduce un argumento antiorientado con Hace buen


63.4.3.4. Digo tiempo --contrariamente a lo esperado de «hacer buen tiempo», No vamos a ir a la playa-, mientras
que (268b) no se opone a su argumentación, es esperable que de «hacer buen tiempo• se concluya
Menos gramaticalizada es la forma verbal digo, que en algunos de sus usos en inciso se acerca «ir a la playa». Esta doble opción es posible porque de todos modos no es un conector contraar-
a los reformuladores rectificativos. "1 gumentativo sino un rcformulador. Tanto en (268a) como en (268b) Hace buen tiempo, por el
particular significado de de todos modos, pierde su valor argumenlativo para dirigir el discurso hacia
(265) Don Roque Chiscatela Martínez, alias Zaragu!9, q.e.p.d., canónigo lectora! del obispado una conclusión determinada. Las capacidades argumentativas de este primer enunciado dejan de
de Osma-Soria, digo, de Mondoñedo-Ferroí, digo, de Segorbe-Caslellón de la Plana. tener valor en sí mismas, puesto que el reformulador presenta el nuevo ponlo de vista como el
digo, de Tuy-Vigo, bueno, yo no digo nada, ¿para qué? (... (. [C. J. Cela, en ABC, 19- único válido.
IX-1995, 93]

Cada vez que en este ejemplo se utiliza digo se rectifica el miemhro discursivo anterior. 63.4.4.2. En cualquier caso
Otros ejemplos:

(266) a. PAULA: lSus padres eran artistas? El reformulador en cualquier caso [- § 57.1.3) se halla frecuentemente des-
D10N1s10: Sí. Oaro. Mi padre era comandante de Infantería. Digo, no. [M. Mihura, pués de un primer miembro complejo (Fuentes 1995-1996; Portolés 1998b).
1)-es sombreros de copa, 74]
h. [...] eso es Valvanera. el buen gusto convertido en mujer, digo, en señora, pues no (269) a. Pero no me malinterprete: no be venido a lamentarme ni a de(ender mi reputación;
hay otra que me¡or merezca tal nombre. [8 . Pérez Galdós, La estafeta romántica, no me interesa ni una cosa ni otra y, en cualquier caso, no serviría de nada.
32] [E. Mendoza, Una comedia ligera, 85]
b. Bienvenidos a la locura del papel impreso en cuatricomía a las puertas del siglo xx1.
lCultivaréis el hipertexto, el reportaje-buffe1 o el zapping textual? l Preferís la den-
63.4.4. Reformuladores de distanciamiento sidad o la espectacularidad? llos cromos o las fotos a sangre? lEJ artículo largo y
sereno o el zoom breve y cardíaco? Suerte, en cualquier caso. [La Revista de El
63.4.4. l. Generalidades Mundo, 22-X-1995, 19}

Dentro de los marcadores de reformulación, distinguimos los que llamamos 'de Existen distintas posibilidades, diferentes casos, y el reformulador muestra que
distanciamiento' (Fuentes 1993b; Ruiz y Pons 1996). Estos reformuladores presentan cualquiera que sea la elección, se mantiene como conclusión el miembro que él
expresamente como no relevante un miemb¡o del discurso anterior a aquel que los introduce. Por otra parte, se trata de un marcador que implica el comentario de un
nuevo tópico y, en consecuencia, no se documenta precedido por la conjunción
acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la
nue~a formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, adversativa sino, aunque sí por pero (§ 63.1.4.4).
al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede. La e,cistencia de distintos casos puede encontrafliC expresa, como en los ejemplos anteriores,
pero frecuentemente es la aparición del propio reformulador la que fuerza esta interpre tación de

1
Su falta de gramaticalización oomo marcador se refleja en su aparición con especificadores y complementos: UewJba complejidad en el primer miembro discursivo.
wlo t~s jomadas aqi,i -lJ!!!..!!!G!!:' trtS horas- y ya habfa ¡xdido a1t16grofru a fas c:ompoñtras de Divine f. ../ IM, Torres. en
El Po,s, 27-111-1996, 56). /.../ que u Telts/oro huy que darle de c;enor temprano; digo ctnar. la pizca~ nada que Joma (J. (270) Puede que el perro esté enfermo. En cualquier caso, no hay que preocuparse.
Bcnavcnte, LA malquoida, 139).
Y en otro6 usos, también en inciso, que en nada se asemejan a los dt: reformulador: No u ha estudiado bic11 el car6cttr
a¡x,sionante dt los ~mofUu, los diarios fnlimoJ y los crónicas de época, al m~ dd intais documenral e his,6rico. No El significado de en cualquier caso permite inferir, a partir de la modaJización epistémica con
ha estudiado.~- s11 tar6ctu upasioname de t'ntm literario (F. Umhrnl, Rum6n y las vtmguordio.1. 1021. puede que, la existencia de la opción de que «el perro esté enfermo» o •no lo esté•.
63.4.4.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4130 4131 Reformuladores 63.4.4.4

Como efecto de sentido (§ 63.1.5) de esta instrucción semántica, se sigue la Aquí es el locutor quien modifica su propia opinión de que «el crecimiento sea ilimitado», tal
presentación del miembro del discurso e n el que aparece en cualquier caso como vez para prevenir el desacuerdo del interlocutor, y este es el motivo de que no se comprenda que
definitivo e indiscutible, ya que pase lo que pase en el primer miembro, es el se- «como mucho» sea tt::muy amplio», sino más bien «como poco». De todos modos, se mantiene el
orden habitual en la escala argumentativa: «muy ampliO>t se sitúa en una posición inferior a «ili-
gundo el único relevante. De ahí, intercambios del tipo: mitado».
(271) A: iPapá! Esta noche ponen una película muy bonita.
B: En cualquier caso, tú te vas a las once a la cama. Hasta este momento hemos a nalizado ejemplos con los dos miembros del dis-
curso expresos. No obstante, en todo caso puede actuar también como operador
discursivo (§ 63.1.4.2). Con este uso, el primer miembro permanece implícito y en
En ellos, después de este reformulador, se impone una resolución inapelable.
todo caso condiciona las posibilidades argumentativas del miembro en el que se
encuentra (§ 63.5.1). Este se comprende como seguro, aunque situado en una po-
sición inferior a otro implícito que poseería_ más fuerza argumentativa.
63. 4.4. 3. En todo caso
(275) - lLa huelga de médicos acabará curándonos a todos?
El significado del reformulador en t0do caso no coincide con el de en cualquier -En todo caso, acabará curándonos de espantos. [ABC Madrid, 6.Vl-1995, 70]
caso (Fuentes 1995-1996; Portolés 1998b). En todo caso vincula dos miembros del
discurso de tal forma que el segundo invalida la pertinencia del primero, pero reem- La respuesta encabezada por en todo caso nos obliga a inferir un primer miem-
plazándolo. Este segundo mie mbro comenta, pues, el mismo tópico que el miembro bro implícito, situado en una posición superior en una escala pragmática (por ejem-
ante rior (§ 63.1.4.4). Ello explica que contrariamente al reformulador en cualquier plo, «nos acabará curando a todos»), cuya pertinencia se ree mplaza por la de otro
caso pueda coincidir con la conjunción sino. - localizado en una posición inferior (Acabará curándonos de espantos) . En estos usos
en todo caso se aproxima a en cualquier caso.
(272) a. No es una cuestión fónica sino, en todo caso, de armonía mental. [J. A. Martínez,
Cuestiones ma,¡¡inadas de gramática espoiiola, 139) (276) El recrudecimiento de la superstición es, en todo caso, un hecho en civilizaciones que
b. -lTienc algo de bandido? definimos como seculares. [J. J iménez Lozano, La ronquera de Fray Luis, 202)
-No, nada. En todo caso, el espíritu de clan de los hombres del sur. [ABC, 8-IX-
1995, 62) Este último uso de en todo caso es el origen de su utiLización para modalizar una afirmación
anterior restándole certidumbre. Se trata de ejemplos como:
Como sucedía con en cualquier caso se priva de pertinencia al primer miem-
bro " para confirmar el segundo, pero aquí -al repetirse el tópico comentado- (277) a. Los rehenes van a ser inmediatamente liberados. En todo caso, es lo que asegura
con el fin de reemplazarlo. el Ministro de Asuntos Exteriores.
b. El siglo próximo existirá una vacuna contra el sida. Esta es, en todo caso, la opinión
En todo caso incluye, además, otras instrucciones en su significado. Así, tanto de los investigadores del Instituto Pasteur.
el primer miembro como el segundo forman parte de una misma escala argumen-
tativa, de tal modo que el segundo miembro se sitúa en una posición inferior a la Por el significado de en lodo caso, los miembr0$ ·Cn los que se encuentra se sitúan en una
del primero (§ 63. 1.4.3). posición escalarmente inferior a un miembro implícito (por ejemplo, •Es seguro que...• ). El resul-
tado es el debilitamiento de la primera afirmación, ya que no es indudable que «los rehenes vayan
(273) a. No sabe bien inglés. En todo caso, chapurrea algunas frases. a ser inmediatamente liberados» o que •el siglo próximo exista una vacuna contra el sida~, sólo es
b. #No chapurrea algunas frases de inglés. En todo caso, sabe bien inglés. una aseveración condicionada al crédito que nos ofrezca quien la mantiene. ·

En una escala argumentativa «chapurrear algunas frases» se localiza en una posición inferior
a la de «saber bien inglés,., esto es, constituye un argumento con menos fuerza para llegar a una 63. 4.4. 4. De todos modos y otros reformuladores semejantes
misma conclusión. En un ejemplo como este, se añade como efecto de sentido (§ 63.1.5) que este
punto conseguido en la escala con el segundo miembro se presenta como el más alto al que se Los reformuladores de todos modos, de todas formas, de todas maneras y de
puede llegar en la escala y, por ello, se comprende como una concesión al interlocutor: «como cualquier modo, de cualquier Jomw, de cualquier manera -estos tres últimos son
mucho admito que chapurrea algunas fraSCSit. Ahora bien, esta interpretación desaparece cuando menos frecuentes que los tres primeros~'- tiene n un significado próximo entre ellos
lo rectificado no es lo mantenido por el interlocutor, sino por el propio locutor:

(274) El potencial de crecimiento en el campo de la alimentación, si no es ilimitado es en ._, Todavía menos usual~ son ,/e iodos sumes y de cualqukr suerte.
todo caso muy amplio. [E/ Pa/s Negocim, 7·V-1995, 4] (i) a. En cuanto a la brevedad, puede haher refracción del rasgo: nuestro lema teatral cumple un fin de festividad
públka. y la fes1ivtdad pública tiende a la orgía o asuelo que llega ha.\la el cansancio. la fiesta, además,
se alarga en recu~ de cantos y danzas. y el que duren de $OI a sol parece una exigencia rilual cuyos
112
En realidad, en las ocasiones en que el primer miembro alá negado $C priva de pertinencia a la forma afirmativa, $CCTtlOS el antropólogo analiza. Dt todas sumes. en la cxprestón puramente lingülstica, en las fórmulas
es10 es, no se invalida que •no 1engt1 nada de bandido•, sino que •tenga algo de bandido•. verbales, se sostiene aquel carácrer de abreviadón ¡...J. (A. Reyes., LA aptn"e11cio. lileraria. TI]
63.4.4.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4132 4133 Reformuladores 63.4.S.1

y comparten con el resto de los reformuladores de distanciamie nto la eliminación (281) Como única réplica, Sierva Maria le prendió fuego al colchón con la lámpara del San-
como pertinente para la prosecución del discurso de un miembro discursivo anterior tísimo. La ioteivención de Martina con sus modos sedantes impidió la tragedia. De
todos modos, la guardiana pidió en el informe de aquel día que la niña fuera trasladada
[ - § 57.9.2.1). Como sucede con en cualquier caso, con estos reformuladores no a una celda mejor protegida en el pabellón de la clausura. [G. Garcfa Márquez, Del
se comenta el mismo tópico que el miembro discursivo anterior (§ 63.1.4.4). Ello amor y otros demonios, 177]
explica que, siendo reformuladores de distanciamiento, no se documenten con sino.
Aunque se dio la circunstancia de que Martina evitó la tragedia, esto no impidió que solicitara
(278) a. Los trabajos recibidos han sido muy pocos y de desalentadora calidad. De todos que la niña fuera trasladada. En un intercambio entre un padre y un hijo:
modos, haremos un último esfuerzo para no vernos en el caso de declarar desierto
el concurso. [J. J. Arreola, La feria, 1581 (282) Huo: Esta vez me portaré bien.
b. P. ¿ Y los madrileños te gustan? PADRE:En cualquier caso, tú te vas inmediatamente a la cama.
R. Sí. Los chicos en Madrid son muy guapos, pero también creo que es porque hay
más cantidad. De todas formas, los madrileños, a pesar de ser guapos, son muy Se comprendería «te portes bien o no te port"5 bien, te vas a la cama•, mientras que en:
chulitos. (El País Madrid, 29-Xll-1994, 201
c. Serían las once pasadas y me puse a copiar aquellos papeles. Ya nadie vendría. Yo, (283) Huo: Esta vez me portaré bien.
de todas maneras, eché el cerrojo. [R. Sánchez Mazas, La vida nueva de Pedrito de PADRE:De todas formas, tú te vas inmediatamente a la cama.
Andla, 176)
d. Yo aún no sabré deciros si hablé con un gran loco o con un gran bribón. De Se interpretaría «aunque se dé la circunstancia de que te portes bien, tú te vas a la cama». Se
cualquier modo, os aseguro que él es un hombre extraordinario. [J. Benavcnte, Los debe notar que el uso de en cualquier caso en (282) pone en duda las palabras del niño, ya que se
intereses creados, 79] considera la posibilidad, contraria a su compromiso, de que no se porte bien. EIJo hace que el uso
e. [El futbolista) Gascoigne va a estar desprovisto de su escudero Juce. De cualquier de este reformulador se presente en algunas circunstancias como más ofensivo para la imagen del
fonna se basta y sobra para tirar de t ~ l equipo. [El País, 22-Vl-1996, 51) interlocutor que el de de todas formas.
r. En resumen, Federico, si esta carta no le dice nada nuevo, mil perdones, de cual-
quier manera creo que hago bien en escribírsela. (J. Cortázar, Los relatos, II, 144]
63.4.5. Reformuladores recapitulativos
Estos reformuladores presentan el primer miembro como uno de los posibles
modos, formas o maneras, e n fi n, circunstancias, para llegar a una conclusión de- 63.4.5.1. Generalidades
terminada. Su significado nos obliga a concluir que ni esta manera que presenta el
primer miembro, ni todas las demás posibles, impiden la conclusión que se mantiene Estos marcadores presentan su miembro del discurso como una conclusión o
en la reformulación. recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos (Fuentes
1993b; Vázquez 1994-1995). Este miembro recapitulador puede mantener la misma
(279) PAULA: Entre usted... Le invitamos. Se distraerá... orientación argumentativa de los miembros anteriores.
D 10N1s10: Tengo sueño... No...
PAULA: De todos modos, no le vamos a dejar dormir... (M. Mihura, Tres sombreros de (284) Acepte usted que el ser es tie mpo: pasar, declinar, madurar, envejecer. En suma: ca-
copa, 86) ducidad. [J. A. Marina, Ética para náufragos, 33)

Es decir, «tenga usted sueño o sean cualesquiera las circunstancias, no le vamos a dejar dor. Pero también puede mar<;ar una distinta orientación argumentativa.
mio,.
Su significado, aunque cercano, no es idéntico al de en cualquier caso. Con este reformulador (285) Siento tener por amigo una bestia, pero, en [111, eres un buen muchacho [...). [B. Pérez
se presentaba un primer miembro complejo, frecuentemente formado por una afirmación y su ne· Galdós, El equipaje del rey José, 24]
gación, o por la elección entre dos opciones o más.
«Ser un buen muchacho~ es una conclusión argumentalivamente opuesta a ~ser una bestia».
(280) ¿Qué buscan con semejantes candidatos: más votantes o más cómplices? En cualquier
caso, conmigo que no cuenten. [F. Savater, en El País, 13-1-1996, JO] Por otra parte, como ya se vio con o sea (§ 63.4.2.2) y en todo caso (§ 63.4.4.3),
en ocasiones el miembro que debería ser reformulado permanece implícito y el
Se busque una cosa u otra, la conclusión es que no cuenten con el articulista. Pero, si se reformulador pasa a ser operador (§ 63.1.4.2); se limita entonces a reforzar, de
presenta el primer miembro como cierto y se elimina, por tanto, la posibilidad de elección, se acuerdo con su significado, algunas inferencias que se pueden lograr de su miembro
prefieren como reformuladores los que ahora nos ocupan. del discurso.
En el orden de exposición nos centramos e n primer lugar en aquellos refor-
b. Que después, oomo 61se cosara y ell.:t volviera con las mismas y yo consintiera y me callara... Es pa que muladores recapitulativos que mantienen la orientación argumentativa de los miem-
mi hermano me mate o 1ener que matarle... Y si oo soy consentidor y hahlo y voy y le digo: il.o ves
ahora? il..o ves y a t¡uién quería? Pue~ es pa tener él que matarla a ella, y de cuolqukr sume, la ruina de bros reformulados y son extraños como operadores: en suma, en conclusión, en re-
un hombre y de una casa. IJ. Benaventc, Señora ama, 64) sumen y en síntesis. Los siguientes marcadores estudiados pueden actuar como ope-
63.4.5.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4134 4135 Reformuladorcs 63.4.5.3

radores discursivos: en resumidas cuentas, a fin de cuentas, en definitiva, en fin y total. Otros reformuladores rccapitulativos semejantes presentan el miembro que introducen como
Por último, ya más próximos a los operadores, los marcadores al fin y al cabo y una expresión condensada de un miembro o miembros discursivos anteriores. Serían, entre otros,
después de todo presentan una conclusión antiorientada con los miembros que re- "' 1111a palabro, en dos palabras y en pocas palabras.
capitulan.
(288) a. He aquí que yo he caído al cepo: me encuentro en esta cárcel acusado, arruinado,
vilipc_ndiado; e11 una palabra: hecho polvo. [F. Ayala, El fondo ,le/ vaso, 204)
b. Evaluamos los sentimientos, los fomentamos o reprimimos, inventamos sentimientos
63.4.5.2. En suma y otros reformuladores semejantes nuevos que se adecuen a nuestros valores. En dos palabras, elaboramos una vida
aíectiva que se aleja cada vez más del determ inante biológico o computacional. [J.
Los reformuladores en suma, en conclusión, "' en resumen ~, y en síntesis presen- A. Marina, en ABC Cultural, 10-1-1997, 61)
tan el miembro del discurso en el que se encuentran como una recapitulación con c. Los imaginativos empresarios también organizan seminarios de dos días en los que
la misma orientación que los miembros anteriores y acorde con el significado de los enseñan a comportarse inocentemente y a evitar tics delatores. En pocas palabras:
nombres que constituyen su origen: el primero muestra su miembro del discurso cómo mentir sin que le pillen. [El Pals, 14-VII-1996, 27]
como el 'resultado de una suma'; el segundo como una 'conclusión' de una serie
anterior; el tercero como un 'resumen' y el cuarto como una 'síntesis'.
63.4.5.3. En resumidas cuentas y otros reformuladores semejantes
(286) a. En España todo concurre a la exaltación del hecho sobre el pensamiento. Todo
viene concertado desde los orlgenes de la Historia para el triunfo de la acción sobre
la inteligencia. El paisaje, la configuración de la tierra - tan diversa en tantas re- Los miembros discursivos que incluyen en resumidas cuentas, en definitiva "" o
giones-, el modo de vivir del español, las empresas guerreras, la conquista de a fin de cuentas "' pueden ser una conclusión con la misma orientación que los
América, todo, tn suma, impele a la acción. (Azorín, Una hora de España, 106] miembros anteriores reformulados.
b. No hay más que lenguaje de poema: palabras situadas en un conjunto. Cada autor
siente sus preferencias, sus aversiones y-determina sus límites según cierto nivel. El (289) a. Déjese de sandeces, replicó Prullils; usted no es un poeta ni nada parecido; usted
nivel del poema varia; varia la distancia entre el lenguaje ordinario y este nuevo es un contrabandista de poca monta, un confidente de la polida y en resumidas
lenguaje, e ntre el habla coloquial y esta oración de mayor o menor canto. A cierto cue11tas un mequetrefe. (E. Mendoza, Una comedia ligera, 293]
nivel se justifican las inflexiones elocuentes. Nada más natural, a otro nivel, que las b. La vida en la selva templó cada detalle de su cuerpo. Adquirió músculos felinos
inflexiones prosaicas, así ya no prosaicas. En conclusión, el texto poético tiene su que con el paso de los años se volvieron correosos. Sabía tanto de la selva como
clave como texto musical. [J . Guillén; tomado de De Kock 1991: 2, 129] un shuar. Era tan buen rastreador como un shuar. Nadaba tan bien como un shuar.
c. Si la Constitución prevé el mecanismo de adelanto electoral es para utilizarlo. En definitiva, era como uno de ellos, pero no era uno de ellos. (L Sepúlveda, Un
iCuándo? Sin duda, cuando el Gobierno no puede gobernar, cuando no hay go- viejo que lefa novelas de amor, 50]
bierno de hecho aunque sí de derecho, tn resumen, cuando el Gobierno no es capaz c. Hace unos años, cuando las empresas reducían sus plantillas, lo hacían: 1) porque
de aglutinar fuerzas suficientes para gobernar. [E. Lamo de Espinosa, en E/ País, estaban apuradas; 2) porque esperaban, gracias a echar lastre, salvar al resto de la
8-111-1995, 14] tripulación. A fm de cuemas, había un rostro humano en el monstruo del despido,
d. Prosperó la idea de que la ley es el mayor obstáculo para la íelicidad, que de nada y las cribas se hacían para sobrevivir. [V. Verdú, en El País, 18-V-1996, 64]
sirve aprender a leer y a escribir, que se vive mejor y más seguro como delincuente
que como gente de bien. E11 síntesis: el estado de perversión social propio de toda
guerra larvada. (G. Garda Márquez, Noticia de un secuestro, 152] Pero también el primer miembro puede permanecer implícito y comportarse
estos marcadores como operadores discursivos más que como rcformuladores
Tiene un significado similar, aunque sea menos frecuente, en resolución. (§ 63.1.4.2).
(287) (...) lo universal puede entenderse como un punto de vista capaz de abrirse, igual que (290) a. Mundideo presentó los pagarés a Gloria.
una ventana, sobre diferentes espacios posibles y conectar con ellos sin perder su lógica -En resumidas cuentas, José, tú has tenido un protector, una buena alma, que te
en lo concreto y lo clásico [...] como la capacidad de que un texto signifique cosas ha socorrido. [B. Pérez Galdós, Gloria, 151]
diíerentes para diferentes generaciones y personas diíerentes dentro de cada genera- b. Se trata de una mujer que al cabo de un año de matrimonio se da cuenta de que,
ción. En resolución, frente a la idea de que los textos valiosos se ponen a salvo de la en definitiva, ha traicionado todos sus propósitos y toma una drástica decisión con
historia, se sosLiene que sobreviven y lransmilen su signicado inlernándose en ella. la idea de salvar los restos del naufragio. (ABC, 7-111-1996, 133]
[A Soria Olmedo, en Cuadernos Ce,va11tes, 5-XI-1995, 16]
,. Existe la variante defin;,ivamente: El partido dt anoche e:1111i6 nutl'lra memoria a pasear por aqud/().f libros dt tato dt
114
Menos frecuente es el uso de conc/usi6rJ.· la mtific'1d6n. tn carta " la a.wciación citada, no ha convuicido a .nu fo infancia J...Jy sus tn.stflat1lll: David co,ura Golit1t, la parábola dt los takntos, 14 deftnsa 11umantina, ti rico Epulón y ti
dirtctivos.. y otkmáJ, la condtsa no actpl6 bafa~ dd balc6n: •fu mi casa, para pontnM domk yo lk:s«». Conc/u.ri6n: tslt pobre lázaro. fa tottugo y la lkbre... Defuiiti.,'Omtnte. ti fútbol nos dtwt h't a la infancia (El País, 2·11-1996, 51).
11
año no hubo danza de 5',n &bastián en ti pazo de Aldán fEI Paú, 23-1-1996, 43]. - -- T;ene como variante ,m [111 dt: cutnta.r: t Y t11 11 de c11e11ta1 qué pasór (J. J. Arreola, La fuia, 56). Otras variantes
,.., Menos frecuente~ el uso del gerundio resumiendo: En 1/z.qultrda/ U/nido/ tropaomos con ouo en/tnnedadpopular: son al fin dt cutnlas y a foral dt cuentos: Porqut, a in cuentaJ todos estos oficios, uicutn/JW y han dtjado dt
d C()l7Ul1Wmo. Naturalmnite SI! trata dd comunismo fttl n, t1 traicionado ¡xx Stalin y la burocracia, la utopla n«esoria, achtra. ser la vmiadtra substancia de mi vida (A. Mutis, En,p,esas y t · acíot,a dt Maqroll ti GaVU!t'O, 1, 981, Yo si que nunca fw
Rtswnie,ulo: otra 14 conocida oigaiiifa ttóricamentt incomptttnlt y criminal en la prdctica de tSlt siglo [F. Savater, en El un fll()Mlo dt gc,ieroso cú:sprtndimit1110. f)Ql"qUI! a fuwl dt cutntas un hombrr dt negocios no eJ u,u, ht rmana de la caridad
~.to]. /.../ (F. Ayala. El fondo del ,aso, t881,
63.4.5.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4136 4137 Reformuladores 63.4.S.S

c. Maruja sintió una emoción sincera. Era, a fin de cuentas, el final de los días más Es frecuente su uso en discursos pobremente planificados e n los que, después
largos y atroces de su vida, el minuto más feliz. [G. García Márquez, Noticia de un de una divagación o una exposición demasiado prolija, se utiliza este marcador para
secuestro, 2971 anunciar el término de una secuencia del discurso y presentar su conclusión.

En el caso de en definitiva y de a fin de cuentas no es extraño que el miembro


(294) Querido amigo:
que los incluye constituya una conclusión contraria a la esperada de los miembros Quizá le sorprenda recibir estas líneas tan pocas horas después de nuestra grata
discursivos anteriores que han sido recapitulados. reunión en su casa, pero un incidente ocurrido durante la velada me h.a afectado de tal
manera que me veo precisado a confiarle mi preocupación. Ya sabe que detesto el
(291) a. Envidio muchos lugares de España por esas cosas de la tradición. Pero, en definitiva, teléfono y que tampoco me apasiona escribir, pero tan pronto pude pensar a solas en
lo que más me gusta de Madrid es su desarraigo. [E/ País, 27-Xl-1996, 24] lo sucedido me pareció que lo más lógico y hasta elemental era enviarle esta carla.
b. Tampoco tiene espacio en la España civil la intransigencia dogmática de verdades Para serle franco, si Lobos no estuviera tan alejado de la capital (un hombre viejo y
religiosas trasladadas al ámbito político, que se plantean como cuestiones de prin- enfermo mide de otra manera los kilómetros) creo que hubiera vuelto hoy mismo a
cipio, cuando e11 definitiva tienen más arraigo en cuestiones de intereses. (G. Peces· Buenos Aires para conversar con usted de este asunto. En fm, basta de exordios y vamos
Barba, e n ABC, 16-X-1996, 3] a los hechos. (J. Conázar, Los relatos, 11, 143]
c. [... J iah. los curas «progre5)t, 4Cavanzados,., «dialogantes,., «liberales»... pero curas a
[111 de cuentas y nada más! [F. Savatc r, Misterio.s gozosos, 88)
d. Cualquier persona que entienda por separado lo que significan las palabras del Como sucede con otros reformuladores recapitulativos, el miembro con en fin
párrafo, se da perfecta cuenta de que, por muy altisonante que este sea, no dice, puede tener distinta orientación a rgumentativa que los miembros recapitulados.
a fin de cuentas, prácticamente, nada. (E/ Pal,, 29-IX-1996, 17]

Como después se verá con al fm y al cabo y despuis de todo (§ 63.4.5.6), en realidad y en el (295) a. Uno no debería nunca cometer el error de vivir en sitios en que tales cosas no
fondo (§ 63.5.2), un uso habitual de a fui de cuentas será el de un operador con el que se recapitulan puedan hacerse o haya que empeñar la casa para hacerlas. Pero, en fin, allá cada
miembros implícitos antiorientados con el miembro en el que se encuentra el marcador. cual. IF- Savater, en El Pa/s Semanal. 1-Xll-1996, 14)
b. Siento tener por amigo un bestia, pero, en fin, eres un buen muchacho: lu solo defecto
es que coceas de vez en cuando. [B. Pérez Galdós, El equipaje tú/ n;y José, 24]
(292) a. Poco a poco, me voy tranquilizando. ¿Para qué necesito yo realmente volver a esa
choza? A fin ele cuentas esa cabaña significa la muerte y la soledad 1---J. [F. Savater,
Criaturas del aire, 7] F rente a otros recapitulativos, con en fin se puede renunciar a expresar la con·
b. Tal vez por eso durante todo el año Sevilla es la Semana Santa; porque la Semana clusión, lo que en ciertos contextos crea, como efecto de sentido (§ 63.1.5), la im-
Santa es, a fin de cuentas, el runrún del recuerdo, el recobrar viejas sensaciones f---1-
(A. Pérez Reverte, en El Pals Sema11al, 31-lll-1996, 53] presión de resignación por parte del hablante. Esta conclusión implícita se com·
pre nde como orientada o antiorientada con el miembro anterior. En este último
Tanto en (292a) como en (292b) se suponen motivos implícitos contrarios a la conclusión que caso, genera lmente en fin está precedido por pero.
se presenta con a fm de cuentas.
(296) a. En diciembre le llevé el programa de esté año, aprobado por el patronato, las líneas
de adquisiciones, y la ministra me -dijo que le parecía magnífico; le pregunté si
63.4.5.4. En fin pensaba que debíamos cambiar algo, reforzar algunas líneas, en fin ..., pero me dijo,
no. no, me parece todo absolutamente perfecto. IEI País, 18-IX-1994, 30] ,
b. Juana, su compañera, que, sonriente y discreta, ha estado junto a él en esta cam-
El signo en fin, como se vio en (§ 63.2.3.2)," puede tene r distintas funciones
pana, no se decide. «Miramos casas y no se decide. En fin ...», se resigna. (El Pais,
discursivas: adverbio temporal, ordenador y reformulador (Garcés 1996). Como re- 3-111-1996, 18)
formulador recapitulativo -su función más habitual, sobre todo en el discurso c. En cada departamento !del tren] hay dos personas; no es una delicia, pero ie11 fin!
oral- , presenta al miembro del discurso que introduce como una conclusión de 11. Camba. El destierro, 87)
otros miembros anteriores.

(293) a. Además del paraíso que Dios destina a los elegidos, ha de haber otro todavía mejor
para estos mártires de la patria1 para estos defensores de los grandes principiost 63.4.5.5. Total
para estos que en primera línea han peleado por la esposa de Jesucristo, para estos
a quienes debe la sociedad su fundamento, para tu virtuoso y santo padre, en fin.
{B. Pérez Galdós, El equipaje del rey l os,. 255] El reformulador recapitulativo total se utiliza sobre tod o en el discurso oral
b. Son sólo algunos aspeclos de un libro abrumador de información, rico en sugeren- (Vázquez 1994-1995). Tiene dos usos principales. Con el primero, presenta el miem-
cias, férlil en explicaciones. Una summa proustiana, en fin , indispensable para quien
quiera adentrarse por la trayectoria vital de uno de los grandes genios del siglo. bro q ue introduce como una conclusión después de una exposición que se presenta,
IM. García-Posada, en El País, 17-X-1996, 40] gracias al significado del reformulador, como innecesariamente prolija.
63.4.S.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4138 41 39 Operadores argumentativos 63.S.l

(297) a. No sé, la conocí en Holliday. Un día, bueno, el nueve de octubre. Bueno, yo la (300) a. Un cuento narrado, efectivamente, por «un idiota, lleno de furia y confusión•. Pero
conocí primero en verano del ochenta y tres. La conocí en junio pero quedé con un cuento al fin y al cabo. [E. Lledó, Días y libros, 151]
ella una vez. Nos vimos y quedamos para el domingo, i,no? Pero se fue a la piscina. b. Me toca escribir este artículo, que ustedes leerán a primeros del 96, poco después
Total, que me dio plantón, loo? Y como yo me fui de veraneo en julio y ella se de haber sabido que esta vez tampoco me cayó la lotería y de decinne que, después
iba en agosto, y ya no nos vimos hasta octubre. Y estaba yo por Holliday. Total, de todo, es estupendo tener salud y trabajo[...). [M. Torres, en El País Semanal, 7-
que ella fue la que llamó. Iba con Virginia, una amiga de ella, i,no? Y total, que 1-1996, 4]
llamó y estuvimos hablando. (M. Ollero y M. A. Pineda, cds., Sociolingüfstica an·
daluza, 6, 21] Pero por lo general los miembros anteriores permanecen implícitos y los dos marcadores actúan
b. Muy querido amigo mío: Tengo pésimas noticias que comunicarle, pues hubo un como operadores.
completo desbarajuste entre el Comité de Feria, la presidencia archimunicipal y la
Cámara de los Lores. Total, que no hay dinero para los Juegos Florales. (J. J. (301) a. No hable usted mal de los muertos; al fi11 y al cabo ya no están en este mundo y
Arreola, La feria, 158] no pueden hacernos nada. [J. J. Arreola. lA feria, 46]
b. Oh, no debes disculparte y, por favor, apea el tratamiento; después de todo, somos
El segundo uso de total se corresponde con su utilización como operador dis- colegas: la pluma nos hermana, al margen de otros vínculos espirituales de orden
cursivo. En estos casos, los miembros reformulados permanecen implícitos y total se general. [E. Mendoza, Una comedia ligera, 229]
limita a reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce.
Como operadores, presentan su miembro discursivo como más fuerte argumen-
(298) a. Como ya no tenía tren hasta muy tarde me decidí a ir andando. Total, no son más tativamente que otros argumentos contrarios que permanecen implícitos. Esto fa-
que nueve kilómetros y, si me cansaba para volver, cogía el de las siete en Peder- vorece que se utilicen frecuentemente en e l discurso para justificar un miembro
nales. [R. Sánchez Mazas, lA vida nueva de Pedrito de Andía, 267] discursivo anterior (§ 63. 1.4.2). ,.
b. - Monten las escopetas. Más vale andar preparados -ordenó el gordo.
.....i,Para qué? Es mejor llevar los cartuchos secos en las bolsas. Por tanto, la diferencia entre:
- Yo doy las órdenes aquí.
- A su orden, excelencia. Total, los cartuchos son del Estado. IL. Sepúlveda, Un (302) a. Juanito ha recibido muchos regalos. Es hijo único.
viejo qut leía novelas de amor, 97] b. Juanito ha recibido muchos regalos. {Al fin y al cabo/después de todo), es hijo único.

reside en que en (302b) los marcadores al fin y al cabo o después de todo nos fuerzan a buscar en
63.4.5.6. Al fin y al cabo y después de todo el contexto un argumento que lleve a una conclusión contraria a la que conduce «ser hijo único,.,
por ejemplo, «Juanito es un maleducado•, algo que no sucede en (302a). Es decir, en (302b) se
comprendería que «Juanito ha recibido muchos regalos porque es hijo único, si bien existen otroo
El significado de los reformuladores al fm y al cabo "' y después de todo indica que motivos, aunque menos importantes, para no darle regalo algunoit.
el miembro discursivo en el que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que
otros miembros anteriores antiorientados con él (Montolío 1992; Fuentes 1993b).
63.5. Operadores argumentativos
(299) a. Argumenté que mis dedicaciones académicas y arqueológicas no me permitirían ni
la permanencia ni la dedicación necesaria (para organizar el musco rural]. Pero mi
tío no aceptaba como buenas mis razones: al fm y al cabo, el año es largo, largos 63.5.1. Generalidades
los inviernos y los veranos, y hay muchos momentos en la vida en que es necesario
el retiro y el descanso. (J. M. Merino, 1.As palabras del mundo, 84] Los operadores argumentativos son aquellos marcadores que por su signific~do
b. El oro y la plata de algunos indianos, aunque infamaba, procuraba después de todo condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso e n el que se
goce y comodidad individuales. [A. Castro; tomado de De Kock 1991: 1, 66-67] incluyen, pero sin relacionarlo con otro mie mbro anterior.'º

Las razones del narrador en (299a) contrarias a organizar el museo las presenta el tío con "' Pero es1e sen1ido justificativo no existe en lodos los casos en los que actúan como operadores.
menor fuer,.a que el argumento con al [i11 y al cabo, esto es, «et año es largo y hay momentos en
que es necesario el retiro•. En (299b) el argumento de que «el oro y la plata infamaban, tiene (i) a. Lo suyo, qui-&. todo lo suyo, vislo a esta luz., no e,,: sino scñoritismo sublirnado, como al fin y al c:abo es
lo de Proust. (F. Umbral, Ramón y las ~'Unguardias, 199)
menos fuerza que el argumento antiorientado con después de todo: «procuran el goce y comodidad
b. La chavala se quedó embobada al verme, que menuda percha, que menudo porte, que pan; modelo no
individuales». lenía prectO. Y k> cierto eli que más discretA que et abrigo ya es y. ,lesp11h de todo, si siempre me dio por
Otros ejemplos: la ropa, ia san10 de qué hacerle ascos ahora a una americ¡ina de hucn corte! (M. Delibcs, Diario de un
jubilado, 761
* El advctbio al fm y o la posrre, aunque cercano en su íonna a al {ut y al cabo, conserva el senttdo originario de "" El concepto de operador argumentalivo se debe a Ducrot ( 1983). Ahora bien, aunque DucrOI incluye entre los
sus componentes de «en último término•: Finalmenlt d()II Tadeo dijo que li Toni no ttttrobo ttt d ponte6n tampoco lo harla operadores unidades que se encuen1ran integradas gramaticalmente en el sin11:1gma en el que aparecen, en el pres.:ntc
8 d dla qut mm lt t'4nwra. con lo q11c, al fin y a la postrt. tmnin6 salihrdose con la suya. (M. Dclibes.. DiDrio de un capítulo limitamos su uso a aqucllns signos que cumplen las coOOiciont:5 gramatic.les que se fijaron para tos marcadores
jubilado, 137]. (163.1.3).
63.5.2 LOS MARCADORES DEL DISCU RSO 4140 4141 Operadores argumentativos 63.5.2.4

Mie ntras q ue los estructuradores de la información, los conectores y los reformuladores" re- La segunda posibilidad consiste e n que el arg_umento de la «apariencja» no 5<:
lacionan por su s ignificado el miembro del d iscu rso en el que se e ncue ntran con otro miembro
encuentre explícito e, incluso, su inferencia a partir del contexto no sea fac1I. Aqu1
anterior, esta relación sólo tie ne un fundamento pragmático e n e l caso de los operadores. Ello
explica las muy distintas relaciones argumentativas que pueden tener su miembro discursivo y aquel en realidad se limita a reforzar su argumento frente a otros posibles:
q ue lo precede.
(305) a. y en esta [estancia) cada día se sentía mejor, a punto que siguió postergando su retomo
a Lima donde en realidad no tenía nada que hacer. [J. R. R,beyro, Cuentos. 151
(303) a. María nació en Beirut, pero, e11 realidad, es colombiana. b. Compró un diario argenl¡'no, un alado de cigarrillos negros, y caminó despacio hasta
b. María es colombiana, porque, en realidad, sólo pasó en el Líbano unos pocos meses. el hotel. En el cine de al lado daban d os películas que ya había visto. Y en realidad
c. Los padres de María son colombianos y, por tanto, en realidad, ella es colombiana, no tenía ganas de ir a ninguna parte. [J. Cortazar, Los relatos, 11, 11)
aunque naciera en Beirut.
d. Dicen que María nació en Beirut. De todas formas, en realidad, es colombiana
porque su pasaporte es de este país.
63.5.2.3. En el fondo
Los marcadores discursivos que son operadores argumentativos se pueden di-
El operador argumentativo en el fondo •2 presenta un miembro del _disc~~
vidir en dos grupos según su significado: aquellos que refuerzan como argumento
como un argumento con mayor fuerza -por mostrar el '.<fondo,'. de una cuestión -
el miembro del discurso e n el que se encuentran y aquellos otros que lo presentan
.como un ejemplo. que otro posible (Fuentes y Alcaide 1996: 52-54). El pnmer miembro puede e ncon-
trarse explícito:
(306) Él la dijo mejor, desde luego, _pero en el fondo esa es la idea. [A. Mutis, Empresas Y
63.5.2. Operadores de refuerzo argumentativo tribulaciones de Maqroll el Gaviero, 1, 771

63.5.2.1. Definición La «forma» de decir la idea era mejo r, pero e l «fondo» es el mismo.

Pe ro lo habitual es que ese primer argumento pe rmanezca implícito e, incluso,


El significado de estos operadores consiste esencialmente en reforzar como ar-
que sea difícil de inferir:
gumento el miembro del discurso en el que se e ncuentran frente a otros posibles
argumentos, sean estos explícitos o implícitos. De este modo, y al tiempo que se (307) a. La lucha literaria no es, en el fondo, sino la conquista de la solemnidad. (F. Umbral,
refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles con- Mortal y rosa, 178) . . .
clusiones. b. A veces pienso que los artistas viven, en el fondo, una vida d1shnla a la real, que
es vulgar y despreciable , anodina. [J. Pcrucho, en ABC, 20-IX-1996, 521

63.5.2.2. En realidad
63.5.2.4. De hecho
El operador argumentativo en realidad presenta el miembro del discurso que lo El operador argumentativo de hecho _(Fuentes.1994) introduce un mie mbro del
incluye como una «realidad» que se distingue de otro argumento que se muestra discurso como un hecho cierto y, constguientemente, con más fuerza argumef\lat1va
como una «apariencia» (Fuentes y Alcaide 1996: 31-52) [---+ §§ 11.5.1.3 y 11.7.2]. que otro argumento que se pudiera pensar como discutible o meramente probable.
Evidentemente, el argumento que representa la «realidad» tiene más fuerza para
conducir a unas conclusiones determinadas que el otro argumento.
-= Esta unidad 00 se hulla completamente gramaticalizada como marte:dor, de ah~ su idéntico significado en usos en
El argumento de la «apariencia» puede encontrarse explícito: los que se encuentra integrada en la oración: . 7,¡ tt quMarcb o 1-'tr los partidos,., me d1ct:, ~,icanuu/u en el o,uJo_dt. qu~. fa
deje w a chamullar durante todtt ta santa tartlt: de mafdiro dialecto IF. Ayala, El hn:htzado, 170 . de a I también
(304) Maruj a asumió una actitud e nsimismada que hubie ra podido confundirse con un com- variaciones como:
pleto abando no, pero q ue en realidad e ra su fórmula mágica pa ra sobre llevar la ansie- (i) a. y ustedes. por lo demis, en 1o.i primeros años eran iguales., hasta que llegó Ltnin, que era, r:n t./ fondo
dad. [G. García Márqucz, Noticia de un secuestro, 20) dt tos /ondQS, un pequeño burgué.\. (J. Edwards, El origen dd m~. 149 1. . . . .
b. Lo que notatia, tn ti fondo de ,rí mirmo, er-..t un pri.ncip;o dt: dcctpdón, de cansancio. una 1mpacienc1a de
termina r cuanto antes. jA. Muñoz Molina, l'ltnilumo, 41 9).
Maruja tenía una actilud que «aparentemente,, consistía en un abandono completo, la «reali-
d ad» era que constituía su fórmul a para sobrelleva r la a nsiedad . •3 En su origen se halla el contraste enlre d .rondo,. y la •forma. o tambié n el del •fondo• con la «..--.uperfic-ie•:
(i) a. ----i,Qué clase de crimen7
-Un crimen pasional tn d fo,ido, pt:ro intelectual tn t« forma . (J. J. Millás, El dewrden clt ru nombrt,
'" Recordemos, no obstan1c. que reformuladores como o WJ (§ 63.4.22), en todo caso(§ 63.4.4.3), m l'f!Swnidtu ctutnJa1 2
(§ 63.4.5.3), a fin d, cu<nlas (§ 63.4.SJ), ,n definitiva (§ 63.4.5.3.). ,n {m (t63.4.5.4), total (§ 63.4.5.5) y, sobre lodo, al fin h. ~ 1/ondo dt su al~a debe alegrarse, y de fijo se alegrará, de vcrr.e libre de nosotras. !J. Valen, Morsumor,
y al cabo (§ 63.4.5.6) Y.después de todo (§ 63.4.5.6) se utilizan como operadores en algunas ocasiones. 1861
63.S.3 WS MARCADORES DEL DISCURSO 4142 4143 Marcadores conversacionales 63.6.1

Es frecuente que e l miembro con de hecho confirme lo manle nido en un prime r miembro b. Pero, mientras tanto, dime: iqué es lo que, en concreto, se sabe del hombre?
discursivo: [F. Ayala, El hechizado, 107] . . . •
c. El gobierno no puede seguir así, porque los nac,onahstas, en particular, desconf,an
(308) Carlos era muy tímido, y de hecho creo que lardé varios meses e n escuchar el sonido de él. (El País, 23-V-1995, 54(
de su voz. [G. Marrín Garzo, la vida nueva, 72]
No es demasiado habi1ual el marcador por caso, que posee un significado semejante.
Que «tardara varios meses en escuchar su voz,. confirma que «Carlos fuera muy tímido». Pero
1ambién son posibles orras relaciones argumentalivas:
(312) a. 1Los nacional istas( se a horran enrrar en a~~umentacio nes más compl~j~. Las de
Rodríguez, por caso, sólo tiene n de compleJ1dad la apariencia. [J. Juans11, El bucle
(309) a. Con todo, afirmar que la era G riffith no ha concluido lodavía puede parecer una melancólico, 25]
paradoja: no es de hecho, una paradoja mayor que decir, en las primeras décadas b. De la popularid~d que estos arlículos de crílica y r_eflcxión alcanzaron da fe
del siglo xx, que la novela vivía a ún en la era de Balzae. [P. Gimferrer, Cine y pervivencia en nuestro recuerdo de algunas de sus piezas más memora.bles ~El
literatura, 5] señorío de la R,., «Praxis», «A la moderna ultranza,., por caso- y la mteracc1ón
b. En un reciente libro titulado Domingo de post-gueTTtl, el escritor norteame ricano que los cscri1os de Lázaro Carreter establecieron enseguida con sus leclores. (D.
He nry Miller considera, con su cáus1ica ironía de siempre, los artículos del código Villanueva, en ABC Culwral, 4-lV-1997. pág. 71
moral que rige, de hec/ro, la producción cinematográfica de Hollywood. [A Car-
pentier, Letra y solfa, 51).

63.6. Marcadores conversacionales


63.5.3. Operadores de concreción
63.6. 1. Generalidade~
Los operadores de concreción presentan el miembro del discurso que los incluye
como una concreción o ejemplo de una expresió n más gene ral (Fem ández 1994- La conversación constituye una forma de comunicación peculiar que determina,
1995). Tienen esta función discursiva los marcadores por ejemplo, "' en concreto y en o favorece la presencia de ciertos marcadores del discurso. "" Como hemos indicado
particular. ., Por lo general, el miembro en el que se incluyen sigue a un miembro e n e l § 63.i .6, distribuimos los marcadores conversacionales e n cuatro grupos: 'mar-
anterior que presenta esta generalización.
cadores de modalidad epistémica', 'marcadores de modalidad deóntica', 'enfocadores
(310) a. La vida te obsequia, a veces, con deslumbran1es despertares: un día de lluvia, por
de la alteridad' y 'metadiscursivos conversacionales'. Las cuatro clases se establecen
ejemplo. [M. Torres, en E/ Pafs, 25-X-1995, 64] a partir de sendos tipos de funciones discursivas que se identifican en la conversa-
b. Había en Serrano una honda veta sentimental que le hacía añorar mucho a España ción (si bien no todas son exclusivas de ella).
y, en concreto, a Madrid [... ). [F. Ayala, Recuerdos y olvidos, 382) Además de cumplir una fu nción 'informativa' ('transa_ccional'), o rientad~ hacia
c. Hoy, que gobiernan las lenguas de arriba, en particular el inglés, las nuesrras, las el mensaje - fu ndamental y predominante en e l texto esenio- la conversac1on pre-
desleales a Roma, están recibiendo ese lrágala del que podríamos denominar la1ín senta una funció n ' inte ractiva' ('interacciona!'), orientada hacia el interlocutor. .,.,
atlántico. [F. Lázaro Carreter, El dardo en la palabra, 348)
Esta fun ción interactiva favorece, por ejemplq; el cambio frecuente del tema_ de la
Aho ra bien, esta aserción general anterior puede no aparecer. comunicación y el uso de expresiones que indican que el hablante_ ha rec1b1do el
mensaje emitido por el oyente, o q ue ha comprendido dicho mensa¡e, o que desea
(311) a. Muchas de las recien"res invesligaciones sobre la atención, la memoria, el aprendizaje mantener el contacto comunicativo -o conservar su turno de palabra-, etc. (8rown
o las difere ncias metabólicas enlre los cerebros de hombres y mujeres, por ejemplo, y Yule 1983: 1t-13). Varios marcadores del discurso reflejan, así, )as operaciones_
se ha n realizado utilizando esta nueva tecnología. [G. Casino, en El Mundo, 9-111- que acabamos de describir (ya, sí, bueno, eh, este, etc.). Se trata, en lmeas gene rales,
1995, 45] de los marcadores que denominamos 'metadiscursivos', que sirven para estructurar

.. En oca.sionéS abreviado en la escritura con p.ej. o p.e.: Orucw,, &llo (656) que a menudo tmplt!amoJ ti ~ro fumro • Sobre el concepto de 'conversación', su 1ipología, los aspectos lingüfsticos y paralingüíst~ relaetonados con cll11,
cuando por las rr:lacWl1es de 1kmpo pudiua tener cabido ti antefWUJ'O, l!:!i:._ •Estamos aguardando o que k /nvJn1e (H hayo ele.. existe una hibliografia muy amplia. que revela lo complejo de: su caraacrizadón. Véanse, por CJCmpk). Gumpen 1982;
lnon1ado) d bloqlJffJ paro f)OMI' nuatrm «¡uipajo a bordo- (Gili Gaya7"943: § 138). Con un uso semejanle a por qcnplo André-l..arochebouvy 1984; Atkinson y Heritage 1984; Kerbrat-Orecchioni 1990-1994: Roulct y otros ~985: Galhudo. 1996:
en el discurso ~rito también se puede documentar el latinismo ~'t'rbigracia, por lo gcnc:ral abreviado como v.,r. o ~.g.: Tusón 1997; Briz 1998; ele. En el presente capítulo nos limitaremos a destacar k) que resulta cs1ncu11men1e pcmnente
(i) 1:. Abundan, claro es1á, en el pachucho cscri10 !médico), YOCablos de moda en la lengua general, como incidir. para el análisis de k'5 marcadores discursivos. . .
prioridad, tn profu11didad. m[()ror nqatimmentt y otros culteranismos de la época; pero los hay estrictamente ., La COl'IYCrsaci6n cumple una función informativa como, en genera~ ocurre oon todo 11po de dlSCUrso. De modo que el
proíesk>nales. El documento, ~-erbigrocia, insta con singular alarde antropomórfiro, al «estudio necesario de lector podrá apn..--ciar que, tan10 en las oonven;aciones romo en los t~QS escrilos, comparece~ muchos de lo& marcadores q.uc
toda la p01ología que acuda al hospital-.. (F. Lázaro Carrcter, fJ dardo tll la palabro, 4 IOJ hemo& incluido en los apart~ precedentes. 8 cieno. no obslimte, que, oomo se ha sci\éllaOO. oerws rnarcadorcs son m~ propeos
b. La cnunciactón del hecho oomo real puede referirse a los tres momentos de la acción verbal, o sea: al r
del discuoo oral que del e.-ailo: véast:, as~ m1onca ('ooned:or alf11..'1;t.'(lltiw): § 633.111~ flhom ew. si_('ronc:ctorcs rontraargu-
presente, v.gr.: Juan VIENE; al pasado. v.gr.: Juan VINO; o al futuro, v.gr.: quitá (acaso, tal vez) VENGA, menlativoo': §l 63J.4.1 2-131 o"" frefoonuladc.- c,plic:11..a': 1614121 dilO ('reíormulador recufalMJ : f 63.4J.41 ""al freíor-
VINIERA o VINIESE Juan. JRAE 1931: I 304 aj mulador n:tapitulatM>': f 63.4j.5). e1c. Pa ocm parte., los ma.rc:adon:5 'metadi5cunM:>s ~rsacionales' eStán íntimamente rela-
cionados con !al ·caruccuradores de bL iníonnación"que hemos analrzado (§ 63.2). en particular con pues ('estructurador comen-
" Los dos últimos no se hallan totalmente gramatíea!izados. Uldor'). cuya pn,,er<Íll en el discuoo oral ya ,e ha wbrayddo (1 6.1.2211 y ron loo 'man:adoo:s de 1dormulacioo' (§63.4~
63.6.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4144 4145 Marcadores conversacionales 63.6.1

la conversación y que pueden convertirse, debilitado su papel, en meros soportes o Establecemos dos grandes tipos o clases de modalidad (Palmer 1986: passim ):
indicadores fálicos. 1) la ' modalidad epistémica', que se refiere a nociones que guardan relación: a) con
La función interactiva de la conversación determina igualmente el despliegue la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los
de una serie de estrategias que señalan el enfoque o la posición que el hablante va sentidos, c) con lo oído decir o lo expresado por otros, etc., y 2) la 'modalidad
adoptando con respecto al interlocutor (amigable, por ejemplo, o distanciada)-fun- deóntica', que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo.
ción que cumplen particularmente los 'enfocadores de la alteridad', a veces próximos Entre los ' marcadores de modalidad epistémica' podemos contar a en efecto, claro,
a las interjecciones y los imperativos (mira, oye, etc.)--; estas estrategias se encuen- por lo visto, eic., y, entre los 'marcadores de modalidad deóntica', incluimos a bueno,
tran relacionadas con las de la llamada 'cortesía verbal' (Brown y Levinson 1978; bien, etc. "'1
Haverkate 1994), la cual puede ser 'positiva' o 'negativa', según que refuerce la
' imagen positiva' o proteja la 'imagen negativa' de los interlocutores. "" Algunos mar- Algo que debe subrayarse en relación con los grupos de marcadores conversacionales estable-
cadores del discurso se constituyen, así, en señales de 'cortesía positiva' (hombre, cidos es que, a pesar de que renejan funciones claramente delimitadas, no constituyen «comparli·
bueno, etc.) o de 'cortesía negativa' (por favor, etc.). mientos estancos•. Ello se debe, esencialmente, a dos razones: de un lado - ya se ha indicado-
ciertas funciones están estrechamente relacionadas entre sí (es el caso, por ejemplo, del 'enfoque
En un breve fragmento de una de sus novelas, J. C. Onetti ofrece una muestra de algunas de de la alteridad' y tanto de la 'modalidad' que expresa 'evidencias' como de la ' modalidad deóntica');
las estrategias de acercamiento al interlocutor; se trata de expresiones emparentadas con los 'mar- de otra parte, los propios marcadores son, frecuentemente, polifuncionales (sería el caso, por ejem-
cadores del discurso de modalidad epistémica' que indican el acuerdo con el oyente {los marcadores plo de bueno). En la conversación, dicha polifuncionalidad se ve favorecida, además, por el papel
de 'evidencias') y que vienen a coincidir con los 'enfocadores de la alteridad' en cuanto partículas extraordinariamente relevante que cumplen los rasgos suprasegmentales, que se superponen a las
de aproximación entre los hablantes: partículas discursivas (sobre todo, ta entonación, pero también, las pausas, la cantidad silábica, el
acento, etc.). En efecto: otra propiedad peculiar de los ' marcadores conversacionales' es et hecho
(313) -Entiendo, clnro esiá, seguro, natural, lo que yo pensaba -iba diciendo en las pausas, alegre de que se trasmiten por un canal oral, lo que permite matizar su función mediante los rasgos
y discreto como si prestara dinero a un amigo. [J. C. Onetti, El asiillero, 42 y ss.) suprasegmentales adecuados (cf. el § 63.1.3.3).
En la conversación (y en todo discurso que incorpore o integre al hablante) se En lo que se refiere a las propiedades gramaticales de los marcadores, ha de subrayarse también
que los 'marcadores conversacionales', aun ajustándose, en líneas generales, a las descritas(§ 63.1.3
actualiza también, por otra parte, un conjunto de actitudes de este en relación con y ss.), favorecen, en ciertos grupos, algunas más. Nos referimos a que a menudo se presentan
el conte nido de los mensajes que se intercambian, actitudes que se consideran ma- duplicados (oye, oye; claro, claro; mira, mira, etc.) -expresan, en ese caso, una int.ensificación-, y
nifestaciones de la 'modalidad' [-+ §§ 11.4, 49.l y Cap. 50), término polisémico que a que suelen comparecer en posición contigua, en relación con un solo miembro del discurso:
suele oponerse al de 'contenido proposicional' (Lyons 1977: 155-161; Palmer 1.986)
y que marca la distinción entre «lo dicho» (la 'proposición') y la actitud subjetiva o (314) - Desde luego, oye, me han dado un susto horrible, mira.
la 'fuerza inlocutiva' [-+ § 60.1) con que «eso se dice» (la 'modalidad'). w
Finalmente, debe recordarse, asimismo, (cf. el § 63.1.3.10) que los marcadores conversacionales
Los contenidos modales pueden expresarse por procedimientos verbales diversos (Benveniste: pueden constituir muy frecuentemente, ellos solos, un enunciado, e incluso llenar un tumo de
1974, 85; Palmer: 1986, passim): la entonación y otros rasgos suprasegmentales; '"' ciertos morfemas palabra o una 'intervención':
verbales o ciertos verbos auxiliares 1- § 51.3.t]; algunos tipos de palabras, 1" 1 especialmente, un
amplio número de marcadores del discurso (claro, desde luego, etc.), etc. "u (315) A: - Has adelgazado.
B: - Desde luego.
• Las eslrategias de la 'cortesía positiva' refuerzan la 'imagen positiva' del hablan1e (van dirigidas a provocar que los
actos o las palabras de est~ sean aprobados); entre ellas cncu1.:ntnm i;I cmploo de varMJS tipos de elementos verbales
que expresan el acuerdo con el interlocutor, o el uso de ciertos signos «atenuadores- (hedgtr) -algunos de ellos son
Recordamos al lector que, según hemos indicado ya en el § 63.1.5, la unidad mínima 09nver-
marcadores del discurso-, etc. (Brown y Levinson 1978: 112-11S). Las estrategias de la 'cortesía negativa', en cambio. sacional se compone de un par de 'intervenciones' realizadas por sendos hablantes. Hemos deno-
protegen la 'imagen negativa' del oyente (cstAn cncaminadu a no eontrariar su voluntad o sus deseos) (Brown y l.evinson minado a la primera, 'intervención iniciatíva", y a la segunda, 'intervención reactiva'. Cada una de
1978: 129 y ss.); entre los procedimientos para expresar 'cortesia negativa' se hallan los aclos de habla indirectos; el empico las 4 intervencioocs' puede estar integrada por uno o más 4enunciados'. '°" En el ejemplo que ofre-
de ciert0& signos •atenuadores• (hedg,ts) -entre el~ algunos marcadores-, etc. (Brown y Lcvimon 1978: 145 y ss.). La cemos a continuación, el hablante A emile la 'intervención iniciativa', constituida por un 'enunciado',
'cortesía negativa' es la davt de la conducta respetuosa; la 'corte$Í8 !X):Sitiva' se manifies1a, más bien. en la actu:.teión y el hablante B profiere la 'intervención reactiva', que incluye, a su vez, dos 'enunciados':
verbal ..ramiliar• y •chistosa•. Los autores citados comentan que en las lenguas indoeuropeas. las estrategias más habituales
son las propias de la ·cortC$Ía negativa' (Brown y Lcvinson 1978; 129). Otros au1ores, sin embargo. limitan esta importancia
de la oonesía negativa a la cullura anglosajona y hallan tamb.tn en culturas como la española abundantes reflejos de la (316) A: - Hace un calor terrible.
cortesía po.tjtiva (Vizquez 1995). B: -Claro. Estamos en pleno verano.
., a. la distinción entre modus y didwn en Bally 1942 (-+ H 11.4-5); vünse, para la aplicación del concepto de
modalidad a los marcadores del discurso tn español, Barrcnechea 1969 y Portolés l99J: 155.159 y nn. Véase, asimismo,
más adelante. n. 102. .-, U1ilizamos los términos 'epistémica' y 'deónlic.t' ~r,¡ caracterizar la 'modalidad' 5iguiendo a Palmer (1986). Para
1

.... En español, por ejcmpto, a los enunciados interrogativos absolutos les corresponde un fonema final asctndcnic ser más precisos, quizt debcrta habhtrse de modalidad 'doxok)gica' y dc moda!Kfad 'directiva' o 'volitiva', respectivamente.
-con anticadcncia-, mientras que a los enunciados declarativos se les asigna, en general, un 1onema descendente -oon Los términos 'epistémioo' y 'deóruioo' son, tc.WI todo, muy frecucnld para referirse a la modalidad. y, en concreto, a los
cadeocia r- §§ 61.1.4 y 6t.3.tJ. 1u1uí llamad<». marcadores del discurso (cf. POJrolés 1993; Haverkatc 1994, etc.).
Adjetivos como pOlibk, probabk. seguro, ei1tk111e, ciato, etc., que íorman parte de oracK>nes atributivas: a posiblt t1M Algún :,mtor prefiere deno,ninar a lo que.aquí se llamit 'imtrveocióo', 'contribuciún', y a lo que aquí se consKknt
qu~... ele. 1-+ §§3.6.1.1 y 32.U.I). 'enunciado', ·intervención' (Bauhr 1994: 84-86). Todos CStO!i términos nos parecen vil idos. Lo importante es dis1inguir cnire
llll Para los marcadores del discurso que expresan modalidad, véanse Barrenechea 1969; Fuentes 1991; Martín Zorra· ..conjunlo de palabras que llenan un 1urno de habla• ('intervenóón', según nueMra propuesta) y 1'CQnjunto de palabras
quino 1991. 1993, 1994a, 1994b, 1994<::; Porto!& 1993; Fuentes y Alcaide 1996, etc. entre pauw que cmile un locutor dentro de cada turno t.le h®'ai. ("enunciado').
63.6.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4146 4147 Marcadores conversacionales 63.6.2.2

63.6.2. Marcadores de modalidad epistémica Los marcadores de modalidad epistémica presentan una amplia versatilidad dis-
lribucional (§ 63.1.3.2).
63.6.2.1. Generalidades
Su posición no determina inequívocamente, sin embargo, cuál es el segmento más afectado por
Los 'ma rcadores de modalidad epistémica' se utilizan, fundamentalmente en ellos: la inlerpretación del ámbito semánti<:o de las partículas discursivas depende, en buena parte,
enunciados declarativos: afectan generalmente a un miembro del d iscurso qu~ es uc los rasgos suprasegmentales (cf. Barrenechea 1969: 42). Veamos el ejemplo siguiente, donde un
-o forma parte de- una oración 'aseverativa' o 'enunciativa' (tanto afirmativa mismo marcador comparece en tres posiciones diferentes:
como negativa) [-> §§ 49.1 y 60.1.3].
(320) a. Por lo visto, a Julián lo han admitido en el club.
Cuando los marcadores epistémicos aparecen en construcciones interrogativas o imperativas se b. A Julián, por_ lo visto, lo han admitido en el club.
trata, en realidad, de enunciados cuya fuerza inlocuiiva es declaraliva (constituyen asenos). Así c. A Julián lo han admitido en el club, por lo visto.
sucede cuando se emplean en preguntas de tipo 'retórico' o de tipo 'aseverativo', que equivalen a
aseveraciones (Martín Zorraquino: 1994c, 569-571) (-- §§ 61.5.2 y 62.3.3): En los tres casos precedentes el marcador afecta a todo el conjunto de palabras que lo acom-
paña. Para señalar que la partícula discursiva ·se refiere especialmente a alguno de los elementos
(317) a. lQuién, por supuesto, puede dejar de quererte? (= Nadie, por supuesto, puede dejar del grupo, habría que destacar mediante los rasgos suprasegmentales a este:
de quererte)
b. Usted, claro, sabe dónde está la plaza del Pilar, lvcrdad? ( = Usted, claro, sabe con (321) a. Por lo visto, a Julián LO HAN ADMITI DO en el club.
seguridad dónde está la plaza del Pilar) b. A JULIÁN, por lo visto, lo han admitido en el club
c. A Julián lo han admitido EN EL CLUB, por lo visto.
. Así. ocurre también cuando est?s. marcadores comparecen junto a oraciones interrogativas o
imperativas que representan la repetición de un fragmento de discurso previo (la repetición de una Las partículas discursivas que, en español, expresan modalidad epistémica y que,
pregunta o de una orden). En esos casos, los enunciados tienen igualmente una fuerza inlocutiva al mismo tiempo, se ajustan al estatuto de ' marcado r' que hemos definido en el
declarativa, ya que, al reiterar la pregunta o la orden, lo que implican es la declaración asertiva
§ 63.1.2 y ss. pueden ser de dos tipos: 1) las que indican «evidencias» (que tienen
sobre la necesidad de dar una respuesta o de cumplir lo ordenado o propuesto (Martín Zorraquino
1994c: 572-574): un papel muy importante en la interacción comunicativa) (en efecto, claro, desde
luego, etc.), y 2) las que orientan al interlocutor sobre el origen del mensaje que
(318) a. Claro, mujer, lquién te ha robado el bolso? [= Claro, mujer, es necesario que digas introducen o e n e l que comparecen (por lo visto, etc.).
quién te ha robado el bolso]
b. Por supuesto, coge el paraguas. ( = Por supuesto, debes coger el paraguas)
63.6.2.2. Marcadores de evidencia: funciones pragmáticas y tipos de unidades
Los marcadores e pistémicos constituyen, ellos mismos, una aserción, que refleja
cómo enfoca el hablante el me nsaje que el marcador introduce -o en el que com- Los marcadores q ue expresan evidencia se interpretan pragmáticamente como
parece-, según que dicho mensaje se considere, por ejemplo, 'evidente' (desde lue-
reforL.adores de la aserció n (lo que implica que muchos de ellos - no todos- pue-
go), 'conocido a través de otro' (por lo visto), etc. dan re iterar el miembro al q ue remite n -o inti¡nsificar a sí o a 110- tematizándo los
Para esta función discursiva de ' modalidad epistémica', los marcadores, pueden a lternar con con que: claro que lo sabe; desde luego que s(por supuesto que no, etc.) (cf. Barre-
pueden venir a equivaler a- otros procedimientos expresivos: verbos realiutivos (percibo yo, nechea 1969: 49-58). A partir de esa función, estas partículas pueden desarrollar
"'!tífico yo, confvmo yo, me da la impresión_, cte.) ¡-. § 60.1.2.1], construcciones verbales copula- o tra mucho más importante en la interacción conversacional: la· de desenca~enar
tivas, cuyo predicado nominal guarda relación con algunos rasgos sémicos del marcador (está claro, procedimientos de cooperación entre los interlocutores, señalando el acuerdo entre
claro está, etc. 1--.. §§ 32.2.2.1-2]), incisos, etc. Véase el ejemplo siguiente, donde pueden contras- estos e n relación con e l mensaje que se intercambian. Constituyen, así, una clave
tarse las expresiones aludidas:
impo rtante para que la conversación progrese de modo eficaz y amigable (pueden
(319) a. Juan, claro, vendrá el lunes. reflejar estrategias de 'cortesía positiva') (cf. e l § 63.6.J).
b. Confim10 que J uan vendrá el lunes.
c. Está claro que Juan vendrá el lunes. El fundamento del despliegue de estas estrategias de cooperación radica en dos propiedades
d. Juan vendrá _.,,,tá claro- el lunes. de los marcadores de evidencia: 1) asignan una validez que tiende a ser general al sentido del
miembro del discurso que introducen o en el que comparecen (al presentarlo como •evidente•);
Ahora bien, mientras que los otros tipos de sintagmas designan siempre «estados de cosas• o 2) ratifican o confirman el mensaje que dicho miembro discursivo representa. Ilustraremos lo que
•hechos• -pueden ser negados, como fragmentos del discurso, por ejemplo-, los marcadores queremos decir con el ejemplo siguiente:
const1t~yen una predicación secundaria, marginal, que rcOcja un cierto juicio .cmetalingüístico», en
la medida en la que apunta a un segmento del discurso (a lo dicho con palabras), o a lo que se (322) Desde luego, mi abuelo necesita gafas.
halla implícito en la mente de los interlocutores, más que, directamente, a la realidad extralingüística
(cf. Martín Zorraquino 1994c: 569 y s.), y se ajustan a propiedades gramaticales y significativas Al decir desde luego, el hablante presenta como libre de toda duda y perceptible para todos
específicas(§§ 63.1.2, 63.1.3 y ss., 63.1.4 y ss., 63.1.5). que «su abuelo necesita gafas• . Y, además, ratifica o confimw que él mismo percibe dicha situación.
63.6.2.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4148 1149 Marcadores conversacionales 63.6.2.4

El oycnteJ a su vez, puede valorar o comentar toda intervención iniciativa como «evidente,., con· (326) a. Rafael Lapesa ( ...) representa ante la sociedad española el testimonio de la tradición
firmando, en su répl ica, las palabras del interlocutor. Al hacerlo, muestra su acuerdo con este: liberal y de lo mejor de nuestro pasado más inmediato. En efecto, Lapesa es el
único filólogo aún felizmente vivo del Centro de Estudios Históricos que creó la
(323) A: Mi abuelo necesita gafas. Junta de Ampliación de Estud.ios. [F. Abad Nebot, en El Pals, 8-11-1998, 7]
B: DeMJe luego. b. El progreso, pues, estaba unido de forma estrecha al mar. Pero de t i no procedían
únicamente beneficios. En efecto, las actividades de intercambio propulsadas por la
capacidad náutica no dieron como resultado la disminución de condiciones de vida
Así, pues, la expresión de un marcador de evidencia por parte del hablante apunta a la coo-
miserables, sino qu e ( ...) incentivaron el proceso de las desigualdades sociales que
peración del oyente, pues le ofrece sus propias palabras (en cuanto evidentes) como implícitamente
había consagrado la organi,.ación colectiva bajo la forma de Estados. p. Alvar, «La
compartidas por él. Por su parte, el oyente, al replicar con un marcador de 4<evidencia» establece
una estrategia cooperativa, pues confirma y co mparte -por •evidente•- lo dicho por el interlo- ciudad y el mar-, Revista de Occidente, n." 143, 1993, 73 y s.J
cutor. Veamos el encadenamiento de los mecanismos cooperativos del «acuerdo» conversacional en
el ejemplo siguiente: En el último de los ejemplos considerados (326b), en efecto confirma que «del mar no procedían
inicamente beneficios•. A modo de demostración de esa confirmación, el autor (el hablante) in-
(324) A: Claro, los precios han subido mucho. roducc, a conlinuación, por medio también del marcador, un fragmento de discurso con el que
8: Desde luego. Está todo carísimo, por supuesto. ,xpone, desvelándolos, cuáles son los hechos, las circunstancias o los dalos que implicaban, en la
A: E11 t!/ccto. Nosotros no gastamos ni una peseta. inligüedad clásica, que «del mar no procedían únicamente beneficiosi,,. ,os
Presenta clara afinidad con en efecto, el adverbio oracional efectivamente (que muestra una
:vidente 'desemantización' - no equivale, por ejemplo, a «con efectividad•) (es más coloquial que
Dentro de los marcadores que expresan evidencias, convie ne distinguir entre ·n efecto, si bien la preferencia por uno u otro signos puede depender de factores idiolectales). He
los que no suelen tematizar con que al segmento del discurso que comentan y con- 1quí dos eje mplos con efectivamente:
firman (en efecto) y los que sí lo hacen (desde luego, claro, etc.). Los primeros re-
miten obligatoriamente a un fragmento del discurso previo cuya evidencia ratifican (327) a. - Y el año 29, con motivo de los sucesos de Valencia, creo recordar que también
y amplían o explican (son conectores). Los segundos comentan un miembro del dis- estuvo usted en la cárcel.
curso y lo valoran, como veremos, e n relación con diversos factores (son habitual- -Efeclivamenle, entonces estuve tres meses y sufrí veintidós días de rigurosa in-
comunicación. [J. Carabias, Crónicas de la República, 35]
mente conectores, pero pueden presentar tambié n el significado característico de los b. La Restauracíón significó sobre todo la «curación• de una época social e históri-
operadores). camente anormal; «reanudar la historia de España», dijo Cánovas, y efectivamente
su propósito era entroncar con el torso varias veces centenario de esa historia.
(J. Marías, España antt la historia y ante sí misma /1898-1936), 24]
63.6.2.3. Marcadores de evidencia (!): en efecto y efectivamente

El marcador en efecto es el más representativo del primer tipo aludido (cf. í3.6.2.4. Marcadores de evidencia (JI): desde luego, por supuesto, naturalmente,
Barrenechea 1969: 54-57; Fuentes y Alcaide 1996: 115-123). Remite al discurso pre- claro, sin duda
cedente, o a las creencias o conocimie ntos que los interlocutores comparten, des-
tacando lo evidente de la justeza de las palabras emitidas -o de los pensamientos El resto de los marcadores epistémicos que expresan evidencia admiten la com-
compartidos--, al tiempo que introduce un segundo miembro discursivo que confir- >inación con que para reiterar un miembro del discurso preced_e nte (claro que lo
ma el fragmento anterior -o lo que se halla implícito en la conversación o, en ·abe; desde luego que sí; por supuesto que lo ha dicho, etc.).
general, en el discurso- y lo amplía (o lo explica).
lll'I Son comparables a en efeclo, en CUlinto :ti senlido que presentan y a la función pragmática que desempeñan,

En cierto modo, este tipo de marcador está relacionado con lo.s conectores que reformulan lcmenlOl!i como aoctamem~ y uacto, jus,a,~nJe y jw to, etc. Estas unidades no se at ienen, sin embargo, al estatuto de
(§ 63.4), e n la medida en que, al destacar la •exactitud• o la •justeza• del miembro del discurso al nareádor del d~urso que hemos aco111do (cf. el f 63. l.2 y ss.). S°'1 más propiamente designliltivas: en su significado remiten
lo «exacto» u a kl •jui.1~ (de j wltza, no de junicia). Y no reflejan una gramatte:31iiación complc1a. De hecho, pueden
que se refiere, propicia una nueva formulación que venga a coincidir (en su sentido) con la emitida
¡adua~ (IOlalmtnle (.xacto) e incluso pueden ntgarse:
previamente;
{i) - (...] se observa la d~parición de ocho o dici kilos.. i.Eiito e., el résultado de la die1a vegetariana?
- No. no aae1amt!11te. He adelgazado úhimami:ote porque respeto las incompc1tibili<htdcs de los alimentos.
(325) A: Estáis encantados con vuestra hija. (Hola, n.• 2546, 27-V-1993, 941
B: En efecto: es una monada.
También cumple la función discun1iva 4ue comentamos el demostrativo neulro t.w, que tampoco halla totalmcnle
r•maticalizado, pues admite especificadores (como mismo: tS<> mismo):
En efecto se emplea, no sólo en la conversación, sino también, muy frecuentemente, (ii) a. Dm1111s10: ( ...) iAh! Ahora me parece que veo algo. (...) i.Son tres lucecitas que hay allí á lo lejos?
en el ensayo. Sirve, en este género, para introducir un fragmento de discurso que mues- DoN ROSARIO: Sí. ¡Eso! JEw.' IM. Mihura, Tm sombmo.,· ,k copa, 64)
tra, desarrollándolo, lo expuesto previamente (el mareador permite inferir que las pa- h. -{... ) A mediOOía vino la Josefina y me contó, confidencia, que don Jeremías llegaba csta noche a Sanla
Maña. A medianoche.
labras que le siguen confirman el sentido de las que le preceden): -Eso -confirmó Larscn-. Y ahora no hay nada que hacer. {J. C. Onctti, El ustillt!rv, KS)
63.6.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4150 4151 Marcadores conversacionales 63.6.2.4

Por otra parte, en cuanto al ámbito semántico en el que inciden, se comportan para conti nuar el discurso), teniendo en cuenta el significado de estos, que vamos a tratar de
a veces como operadores y, a veces, como conectores, pues un rasgo característico explicar.
de ellos es que evalúan la evidencia del miembro del discurso que introducen, o en Con desde luego se pone de relieve lo evidente del segmento discursivo al que
el que comparecen, en relación con datos que se hallan en el discurso o que están el marcador afecta en función de la propia experiencia del hablante o de las ex-
presupuestos en la mente del hablante, o en la de los participantes en la conver- pectativas que este' tiene o se ha hecho sobre la realidad extralingüística.
sación.
Es decir, con dtsdt luego se confirma la evidencia del miembro del discurso en función de la
Vamos a ilustrar este aspecto con un ejemplo. Supongamos que un padre comenta de su hijo propia percepción -o experiencia- inmediata del.hablante o de la que_ se produce tras las expcc-
lo siguiente: 1a1ivas que este había ido albergando sobre la realidad. Por eso, la réplica con desde luego para el
enunciado Mi hijo ha crecido mucho encaja muy bien en un conlexto en el que el ~ablante B
(328) Claro, Pepito aprueba siempre. manifiesta que ha percibido el crecimiento del hijo de A (Hace s,,,s meses que no lo ve,a Y lo noto
mucho más alto).
Con claro, el papá no sólo destaca y confirma como •evidente• que «Pepito aprueba siempre»
sino que, además, apunta a una explicación que aclara por qué se produce ese hecho (por ejemplo: Con naturalmente, en cambio, la evidencia del miembro d~I discuCS? que se
«porque Pepito estudia todo el año•, o • porque es muy listo• o •porque copia en los exámenes• confirma se evalúa e n relación con hechos que se hallan necesariamente vinculados
o «porque la maestra le tiene mucha simpatía• ). Es decir: claro se comporta en este ejemplo como
un conector; conecta el contenido del miembro del discurso que introduce con a lgún elemento al contenido de este.
\
cotextual o contextual (lo dicho, por ejemplo, o lo que es conocido por los interlocutores). Anali- Mediante el uso de l marcador, se establece de modo explicito una conexión de necesidad
cemos, en cambio, un ejemplo como el que sigue: natural entre las inferencias que pueden deducirse del miembro que comenta el marcador y una
serie de circunstancias que se han expresado previamente o que forman parte de la e"\l"rienc,a _que
(329) A: Fuimos de noche y no encontramos la casa. comparten tos interlocutores (por_lo general, a_dc_más, se tr~ta de fenó~cnos que tienen validez
B: Claro, siendo noche cerrada, en ese sitio, no se ve nada. universal que pertenecen al ámbtto del conoc1m1ento comun que se ttene de las cosas). En el
ejemplo que nos ocupa, el hablanle B confirma el crecimiento _del hijo de A conectándolo con el
El man:ador claro funciona ahora, más bien, como un operador, pues enriquece pragmáticamente hecho de que A te ha hecho beber un litro de leche al día, alimento, como,~ sabe, favor~dor
las conexiones que los propios miembros del discurso establecen: sirve, entonces, esencialmente para del crecimiento en los niños y en los adolescentes. El hablan te hace explicita esa conexión de
marcar el acuerdo entre los hablantes y para presentar la «evidencia• que expresa el miembro del contenidos, a 1ravés del enunciado que profiere a continuación del marcador.
discurso que introduce, como • normal, clara, perceptible -comprensible-- por todos>.
Claro, por su parte, recalca la evidencia del segme~to del discurso al q_ue remite,
Los marcadores más representativos de este segundo tipo de partículas modales estableciendo una conexión entre los elementos que mtegran su contemdo -y lo
de evidencia son desde luego, por supuesto, claro y naturalmente. que puede deducirse de ellos- y algún tipo de hecho, situación o circunstancia que
los justifican o los explican y que puede n recuperar_se a. través del contexto o del
(Este último signo refleja un claro proceso de 'desemantización' en relación con el adverbio conocimiento que comparte n los hablantes (que se mscnbe a menudo en el saber
verbal homónimo noturalmtnte; el marcador naturalmente no puede parafrasearse como •con na-
turalidad• o • por naturaleza» y pasa a reOejar un significado de • procesamiento•.) general sobre las cosas). ·
Claro permite, pues, evaluar el discurso de modo parci:(do a como se hace con 11a111ralmente,
Estos marcadores se distinguen entre sí en virtud del tipo de comentario eva- si bien ta conexión entre los contenidos que establece este ultimo marcador es más fuerte _que la
luador que reDejan, en relación con el miembro del discurso al que remiten. 111• Para que fija clara (de ahí que nawralmentt pueda parecer más enfático). En el ~jemplo que ~ mentamos,
ilustrar esas diferencias utilizaremos el siguiente ejemplo: claro encaja bien en un contexto en el que el hablante B rattfica el _crecimiento _del h1¡o de A en
función de la edad: las personas crecen habitualmente has1a los 25 an~ y, espec1almen1c, entre la
(330) A: Mi hijo ha crecido mucho. infancia y el final de la adolescencia¡ la respuesta de B permite apreciar que_e~le interlocutor ha
B: a. Dtsdt lu,go. Hace seis meses que no lo veía y lo noto mucho más alto. percibido que la edad del hijo de A es precisamente la más apta para el crec1m1eoto.
b. Naturalmente. Le haces tomar un litro de leche al día...
c. Claro. Está en la edad. Por último, por supuesto [-+ § 39.3.3) ra~ifica lo gue infiere del segmento
d. Por supuesto. Y se ha hecho más sociable y está más guapo y todas las niñas lo del discurso al que remite como algo necesariame nte 1mphcado o impuesto en el
adoran. contexto comunicativo.
A partir de una intervención iniciativa de A, hemos propuesto cuatro intervenciones replicativas Es decir, con por suputsto, el hablante confirma la evidencia del mie!Dbro del discurso al que
posibles de B (a, b, e, d) integradas por dos enunciados, el segundo de los cuales trata de indicar ta pardcula afecta, como un hecho -o una situación, o una _cir~nstancta, etc.- sup~los obli-
lo que consideramos un contexto adecuado para cada uno de los marcadores (una forma congruente gatoriamente en ta mente de los interlocutores, con preferencia meloso sobre otras posibles alter-
nativas, de ahí que se le suela asignar a este marcador especial énfa.slS (cf. D_uE 11: 1237)._ En el
..,. Sobre este tipo de marcadores aportan datos de imcrts Barrencchca 1969; Fuentes 19111. 1993c, 1993d; Martín ejemplo que analizamos, B confirma, con por supuesto, que el c_r~c1m1cnto del h1J0 de _A _es evidente,
Zorraquioo 1991, 1994<; Ponolá 1993; Fuentes y Alcaide 1996: m-206, etc. porque, dadas las inferencias que se deducen del mcnsa¡e emu1do por A y el conoc1m1cnto que B
63.6.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4152 4153 Marcadores conversacionales 63.6.2.4

tiene de la realidad {el hijo de A es joven, por ejemplo, y está e n edad de crecer), dicho fenómeno La relación que guarda desde luego con la esfera de yo favorece, asimismo, que, con este
se impone como obligatorio en la realidad. En congruencia con ese dato, B prosigue su intervención marcador, el hablante destaque su propia actividad en relación con la de los otros (o bien, enfatice
aportando otra serie de hechos que se encuentran coorientados argumentativamente con lo confir· un argumento, entre varios contiguos, como el más relevante):
mado (parece que el hijo de A ha superado la timidez habitual en la adolescencia, y, por tanto, se
ha hecho más sociable, está más guapo y tiene mucho éxito con las chicas). (333) En una pared de la Sorbona vi un pasquín en que se proponía que los españoles
asistiésemos a una reunión para coordinar actividades y actitudes. No fuimos. Yo, desde
Analizaremos a continuación estos marcadores con algunos de los efectos de luego, no te nía nada que coordinar. 1R. Buenaventura, en El Semanal, núm. 548, 26-
sentido que presentan (cf., para 'efectos de sentido', el § 63.1.5). IV-1998, 46)

No sólo se puede poner de relieve un argume nto mediante el uso de desde luego, sino la propia
A) Desde luego '01 detenninación del hablante:· una decisión. Desde luego es, así, frecuente en enunciados asertivos que
tienden a teñirse de una fuerza inlocu tiva directiva (con el futuro de indicativo, por ejemplo):
En la actualidad desde luego constituye un marcador de modalidad epistémica
de «evidencia», pero su orige n deíctico temporal puede explicar su adscripción a la (334) En primer lugar, no admitimos eso de provincias que usted dice. Vizcaya, Guipúzcoa,
esfera de la percepción personal del que habla. Presentamos a continuación algunos ÁJava y Navarra para nosotras no son provi ncias, sino estados. Desde luego, establece-
de los efectos de sentido más interesantes que presenta esta partícula. u11< remos una República federal. [J. Carabias, Crónicas de la &pública, IIOJ

En la conversación, desde luego pone de relieve, en las intervenciones react.ivas, la confirmación Desde luego, como veremos para todos los marcadores que expresan «eviden-
por parte del hablante del miembro del discurso al que la partícula se refiere (incluida en la cias», puede adquirir también un matiz concesivo, al introducir un miembro del
intervención iniciativa), como algo que ha sido percibido o experimentado -«vivido~ por él discurso que, al confirmar anticipadamente la opinión de un posible interlocutor,
mismo. sirve para salir al paso de una objeción previsible:
(331) - El 14 de abril sería uno de los días más felices para usted. (335) Si Gaona se hubiese ido a casar con una cupletista o con una bailarina, la cosa, dando
-Sí, desde luego, y tal era mi entusiamo, que el único dolor que sentía era no poder gritar mucho que hablar, desde luego, no hubiera sorprendido; pero no se trataba de una
por las calles confundido con el pueblo. [J. Carabias, Cró,,icas de la República, 38] artista de este género. [J. Carabias, Crónicas de la República, 269]

Muy frecuenteme nte, quien replica utiliza desde luego tratando de adscribirse a la esfera de su B) Por supuesto recalca y ratifica lo que se infiere del segmento del discurso al
interlocutor; la partícula marca un acuerdo cooperativo, en el que el oyente trata de ponerse en el que remite como algo necesariamente implicado o impuesto en el contexto comu-
lugar del hablante y le da la razón así, en sus argumentos:
nicativo.
(332) MARIBEL: [ ... ] puede ser que después vaya a buscarme al bar donde me encontró, lno Por supuesto admite el sufijo supe rlativo -/simo esporádicamente: por supuesr/simo. Dicho sufijo
le parece?... Aunque sea en otro plan, claro. parece reflejar un matiz intensificativo comparable al que imprimen la repetición o geminación
RuF1: Pues sí. A lo mejor va. Él parece quererte. expresivas, tan frecuentes en los marcadores oonversacionales: por supuesto, por supuesto. Podría
MARIBEL: Y yo podré tener con él una explicación. Y contarle todo ... argüirse que dicho sufijo es síntoma de una gramalicalización incompleta de la partícula, pero por
RuFi: Desde luego [M. Mihura, Maribel y la extraña familia , 212] supuesto se ajusta, por lo demás, al estatuto de marcádor del discurso que hemos acotado en el
presente trabajo(§ 63.1.2 y ss.) [-+ § 4.4.6.l]. ''"
,.,. Esta partícula constituye una locución adverbial integrada por la preposición dad~ f-1>- H 10.7 y 48.7.1) y el
adverbio temporal deíctico fllego, que en la )engua clásica, y todavfa hoy en algunos dialectos del español (sobre todo. en El marcador se presenta muy frecuentemente con un efecto de sentido Co_nce-
Hispanoam~rica), significa «al punto, al momento, en este mismo instante» (cf. Terreros y Pando 1786-1788: vol. 11, 479). sivo (que ya hemos señalado como general e n los marcadores que nos ocupan).
Actualmenle, tanto en el español estándar como en muchas variedades hispánkas., el valor temporal más común de luego
es «después• (Luego le veo; l uq, tt: lo aplico; Hasra luego, cte.). La base léxica que está en el origen de la locución
adverbial que nos ocupa ha quedado, pues., opaca. En d siglo xvm todavfa era posible, no obstante, recoger dt!Jde luego
Como se ha descrito para desde luego, uno de los e mpleos más frecuentes de por supuesto es
con su significado tempora l propio («desde el instante mismo»); así lo documenta Terre ros y Pando. por ejemplo. Y lo el concesivo: la partícula sirve para mostrar de antemano el acuerdo con el interlocutor, saliendo
encontramos igualmente en la prensa de finales de ese siglo: al paso de una previsible objeción de este. Al introducir un miembro discu rsivo, que se impone,
(i) 1... ) y esto supuesto, vaya dtsdt luego en hora mala todo mugeril encogimiento; sepase por todM, que ya por
por las inferencias del contexto comunicativo, en la marcha del discurso, por supuesto implica que
fin, a pesar de algunos entecillos de niiwn nos hallamos de palas en el sig.lo ilustrado. (Diario tú Zaragoza, el hablante incluye en su intervención lo que piensa que está en la mente del oyente, real o ima-
n.• 11 1, IO,V-1197, 442] ginado.
En el espanot contemporáneo este empleo de datk luqo es prádicamente inexistente. Con todo. un escritor como
M. Azaña todavfa emp~ la cons1ruc:ción con el significado indicado: "" Por rupualO es una locución adverbial que reneja el resultado de un proceso de gramaticalizadón a partir, pro-
(ii) He procurado, en el curso de la entrevista, reducir las COAAS a lo más concreto posihle, y determinar al ministro bablcmen1c, del giro" da por supuesto. Beinhauer (1 978': 205 y s.) señala qué por suputrto, coincide en su significado
a que las ejecute desd< lu,go. IM. Azaña, OiariM, /932-/933. . Los cuaderno, robado,, 129I con 1wt1lltllmtnre y n.identemente: los t.res elementos se c.orrespondt:n, para el autor, con el alemán klbstva1l4ndfiéh.
Bcinhaucr apona también el dato de que en Sudamérica, junto a por supuesto, se usa por desconrado, sobre todo en el
... La vinculactón de dade luqo al ámbito temporal de la inmediatez parece mantencrSC latente en el español de giro eso, por dt:SC011rado, habitual como forma de afirmación. Por dacomado, en el español de España parece menos
Argentina, donde según testimonio de algunas infom1antesbonaerenses, 5e empiea ctesde )'O por desde luqo como marcador fn.-cuente y más litt:rario quepo, supc,esw. Véase, con todo, Fuentes y Akaide 1996: 196 y s., doodc se comenta la presencia
discursivo evidencia!; por ejemplo: iDesde ya que sos estúpida! !ejemplo tomado de la conversación real). de por dtsconrado en k>S materiales rooogidU'i: en el habla de Sevill a,
63.6.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4154 4155 Marcadores conversacionales 63.6.2.4

El segmento del discurso destacado puede muy bien formar parte de una serie de datos, per- Uno de los efectos de sentido más habituales de este marcador es el de introducir una respuesta
sonas, objetos, circunstancias, cualidades, etc., que están conectados entre sí. El uso del marcador más tajante de lo esperable por el interlocutor, tras una pregunta absoluta. Quien responde esta-
enfati1.a el elemento seleccionado, le da relevancia en la comunicación: blece con na/uralmeme una conexión de necesidad entre alguno de los elementos que aparecen en
la pregunta y la propia aserción que impLica la respuesta:
(336) Ese abrigo largo lo cosieron aquí mismo, la noche del 21 al 22, las hermanas Molinero,
que son modistas. Y ayudamos a quitar hilvanes y a sobrehilar todas: mi hermana Irene, (341) a. --lLes hablas de nosotras?
mi cuñada Ana María, y yo. por stipue.s10. Fue la noche más larga de mi vida. -Na1uralmenle. Hablo de la felicidad que Dios ha concedido a España, y del glo-
¡r. Urbano, La Reina, 262] rioso reinado que se aproxima... [B. Pérez Galdós, Los Ayacuchos, 31]
b. - iAh! Pero iestabas ensayando?
Pero el valor que comentamos se presenta con mucha frecuencia, en el contexto comunicativo, -iNaluralmente! ¿Es que no se nota? Pues para que le enteres, dentro de unos
referido también a segmentos del discurso que no se hallan supuestamente incluidos en una serie días debutaré como actor en un teatro de cámara. [B. Steel, A Tex1book of Colloquial
más amplia. Lo que resulta constante es la función discursiva de por s11pues10 de prever una posible Spanislr, 182)
objeción o intervención del destinatario:
Naiuralmeme se utiliza también para destacar, al confirmarlo, un fragmento del discurso. En
(337) J_.;¡ raza gitana -dice- tiene algo especial para el flamenco. Más en el baile que en este caso, el hablante pone de relieve dicho fragmento estableciendo alguna conexión de conse-
el toque. Hay gitanos que son muy patosos para bailar, por sup,,es10; pero les pasa un cuencia necesaria entre alguno de sus miembros y algún dato deducible del contexto o del cono-
poco como a los negrns. T ienen un ritmo, un movimiento, un no sé qu~ interior innato. cimiento que comparten los interlocutores:
[P. López, e n ABC Cul1urul, n." 65, 29-1-1993, 44 y s.J

El otro erecto de sentido que queremos destacar para por .mpuesro es el tipo de aserción (342) a. - Los niños estaban muy graciosos. [... [ La Maestranza, 11aturalme111e, preciosa,
adornada y con bastantes mantillas. [J. González de Vega, A la sombra de Adolfo
reforzada que refleja, en el curso de la conversación, como respuesta a preguntas absolutas. El
refuerzo viene determinado por el hecho de que el marcador recalca el sí o el 110 de la réplica Suárez, 253)
como la única alternativa posible de las dos a las que apunta toda pregunta absoluta. El hablante b. -1---1 para entonces [...) nadie podía relacionar ya la visita del Iider rumano con la
parece querer enfatizar que su interlocutor no puede suponer otra cosa diferente de la que él legalización del partido Comunista. Salvo el propio Carrillo, naturalmeme. ¡J. L de
Vilallonga, El Rey, 176]
responde:

(338) a. - En Francia se dice que los franceses tienen el corazón a la izquierda y la cartera Nawmlmenle se emplea a menudo, también, para salir al paso de una posible objeción o in-
a la derecha: i.tiene corazón?. teivención del interlocutor: e l hablante oonfirma, de antemano, las palabras de aquel. Este efecto
-Por supueslo: cartera, mucho menos. [El Pals, 28-Vll-1996, 48] de sentido, concesivo, se produce especialmente cuando el miembro del discurso afectado por el
b. - l Y aceptaría usted que una hija suya 1 dentro del consabido contraste de pare· marcador se encuentra orientado contraargumentativamente en relación con el que le precede:
ceres, fuera a vivir con un hombre sin casarse?
- Por sup11es10 que no. [R. Montero, Cinco años de País, 18] (343) a. - Hay bailaores gitanos, incluso gente no profesional, que tienen una gracia inde-
c. - i Hablaban de personas? - interrogó Farach. cible, aunque apenas marquen el baile. Na111ral111e111e, no hace falta ser gitano para
- Por sup11es10 que hablaban -dijo Abalcásim ¡... [. [J. L Borges, El Aleph, 98] bailar bien... [P. López en ABC Culwral, n." 65, 29-1-1993, 44 y s.)
b. -El arte no depende del objeto, sino del ánimo del sujeto que actúa y de la
Las alternativas posibles pueden venir expresadas explícitamente en la pregunta: sensibilidad del otro sujeto que lo percibe. Na111ralmer11e, lo que decide si ese gesto
de arte ha sido tal o no es la calidad de la obra. [J. J. Esparza, en Heraldo de
(339) - Ycndo al fondo de las cosas, i quién creéis que tuvo más influencia sobre Vuestra Aragó11 Suplemen10 Semanal, n." 290, 16-V-f993, 36]
Majestad, el general Franco o vuestro padre? [...] c. -t...) Quizá... en cuestión de deporte, el vuelo sin motor y luego, en cuestión per·
-iMi padre, por supuesio! [J. L de Vilallonga. El Rey, 192 y s.) sonal referente a la vida, el Seminario, han sido las dos cosas, cada cual en lo suyo,
na1uralme111e, que más huella me han hecho a mí. [M. Esgueva y M. Cantarero,
Mientras desde luego se orienta hacia la esfera del hablante como punto de referencia evaluador eds., El habla de la ciudad ¡le Madrid, 9]. ""
del acuerdo con el oyente, por supues10 apunta a los ámbitos de ambos interlocutores (lo que los
dos presuponen), y a menudo, como hemos visto, refleja una ponderación que tiene su origen en D) Claro
lo que el oyente puede considerar implícito. En el ejemplo que sigue puede apreciarse cómo desde
luego se evalúa a partir de la experiencia del hablante y por supuesto, en cambio, se orienta a lo De los cuatro marcadores que venimos analizando el más frecuente e n la con-
que este y su interlocutor imaginario presuponen: ve rsación cotidiana es claro (también se usa muy a menudo en los textos escritos).
(340) - Necesitas descanso.
Debe ser destacado, por ello, y por la variedad de contextos regularizables en los
Callo y veo una playa larga, con una arena blanquísima, casi sin nadie, por s11pues10 sin
hombres, y desde luego sin Daniel. (F. G. Delgado. La mirada del airo, 94] º' Jumo a 11aruralmente se usa muy coloquialmente, en lenguaje castizo, sobre lodo, el adjetivo adverbializado natural;
(i) MELOUIADES: Pues le hago yo el amor, y to resuelto.
C) Naturalmenie Tuuou1: i,Tú con esa menor? (Riau:lo.) iJa, ja, ja!
MELOUIADru.: iNotural. señor! Como ese cacho de tonta no ha 1cnido nunca quien la diga "'por ahí te pudras•.
Naluralmenle se manifiesta en especial como un rotundo reforzador de la aser- pues en cuanto yo la insinúe tanto así, la incc:ndio, cae en mis brazos, se l)Onc de nuestra part~... fC. Arnichcs,
ción. EJ amigo Melq11fada, 77)
63.6.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4156 41 57 Marcadores conversacionales 63.6.2,4

que aparece (no sólo, pues, por la riqueza de los efectos de sentido que despliega Como he mos indicado al presentar los otros marcadores que expresan eviden,
en el discurso). cías, también claro adquiere un sentido concesivo cuando comparece j unto a un
Al expresar un comentario que aclara o explica el mie mbro discursivo que co- mie mbro del discurso que se orienta coatraargumentativamente con el que le pre,
menta, presentando, además, esa explicación como perceptible o experimcntable por cede. La partícula confirma anticipadame nte las palabras del posible interlocutor:
todos (es decir, adscrita a la esfera de todos los interlocutores), claro se convierte sale al paso de una previsible objeción, concediendo, de antemano, la razón al SU·
en e l marcador que permite desarrollar mayor número de estrategias comunicativas puesto oyente. Véanse los ejemplos que siguen:
de 'cortesía positiva': refuerza la 'imagen positiva' de los interlocutores, favoreciendo
la identificació n recíproca, la solidaridad, etc. (347) iPero si tenían miedo de cualquier cosa! De un encierro de doscientos estudiantes en
la unive~idad. de una huelga en una gran empresa. Tenían verdadero pavor, se ponían
en crisis interna. Eran muy frágiles, pero tenían unas apariencias que no eran de frn-
Este efecto de sentido se percibe en muy diversos ámbitos comunicativos y difumina el papel gilidad. Ni mucho menos. Claro, estas son cosas que uno ha sabido después. [V. Prcgo,
comentador de la partícula. En el juego de preguntas y respuestas, por ejemplo, puede apreciarse Así se hizo la transición, 97]
la fuera cooperativa que ejerce claro, que se constituye, así, en la respuesta preferida por los
hablantes frente al lacónico si:
Este empleo concesivo de claro se marca con unos rasgos suprascgmentalcs
d iversos de los que acompañan a los o tros usos de la partícula.
(344) El matrimonio, Goñi, es un ejercicio de paciencia, que te lo dice tu madre ... - y elevó
la voz de un modo desmedido, remarcando la frase-. Mucha paciencia tuve yo con tu
padre, hija mía, que de todo hacéis un mundo ... Mientras que el claro de Claro que lo sé (véanse los ejemplos de (345)) queda destacado con
-Sí... una subida del tono de la voz en la primera sílaba (la tónica), seguido de un descenso cadencia!,
-lCómo que sí...? Pues claro... el cloro concesivo se combina a menudo con una entonación suspensiva y, sobre todo, no alcanza
-Claro. [F. G. Delgado, La mirada del otro, 168) la subida tonal, en la primera sílaba, de aquel (como si fuera el «eco• de la entonación del inter•
locutor):
Muy frecuentemente, con este claro reforzador de la aserción y que marca el (348) a. Hablamos ahora de si le costó mucho o poco espa,iolizarse [... 1- •Me aceptaron, me
acue rdo con e l interlocutor, se re ite ra lo d icho previamente rematizándolo por me- aceptasteis, enseguida. Oh, sí, claro, había quienes me miraban despectivamente:
dio de la conjunción que: ' iGriega, fuera de aquí!' Pero también oía decir: 1 iViva la griega!',-. (P. Urbano, La
Reina, 170]
(345)a. - Allí era muy conocido. b. DoN ROSARIO: Esta es la habitación más bonita de toda la casa... Ahora, claro, ya
-Creo que allí, hermana, y en oiras muchas partes del mundo - le aclaro defe- está estropeada del trajín... iVienen tantos huéspedes en verano! [M. Mihura, Tre•
rente. sombreros de copa, 65]
- iClaro que si. señor! - rectifica ella. [J. L. Olaizola, Viaje al fondo de la esperanza,
1931 Muy frecuentemente, este uso concesivo de claro va seguido de la conjunción que. En esto,
b. -Claro q11e estoy enterado de ese horror -asiente el capitán Pantoja-. [M. Vargas casos la presencia de la conjunción puede interpretarse de dos formas: o no está vinculada al
Llosa. Panraleón y las visitadoras. t 14] marcador (cf. el § 63.1.3.13) -ya que cabe incluir una pausa entre él y que algunas veces- o bien
c. - Me parece --dijo la hennanita menor a la mayor, después de oír cantata o re- la partícula tematiza con que al miembro del discurso que introduce, convirtiéndolo en una especie
citación de poesías- que eso de soles de inocencill lo dicen por nosotras. de discurso «repelido» (el claro concesivo, sin que, refleja una construcción más acorde con la propia
Y la mayor: elocución discursiva; el claro con que marca el resuliado de tematizar lo que se está diciendo como
-Claro que con nosotras va Lodo eso. Lo de augustos ángeles lo dicen por las dos1 si ya hubiera sido dicho). Este tipo de <claro + que concesivo> deSllrrolla, además, frecuentemente,
y lo de iris de paz por mí sola... porque a ti no te llaman iris... 1B. l'ércz Galdós, un efecto de sentido secundario, que consiste en reducir la fuena argumentativá del miembro
Los Ayacuchos, 7] precedente. Va marcado claramente por el tipo de entonación del claro concesivo (compárense los
ejemplos propuestos a continuación con los incluidos en (345)):
En otros tipos de intercambio, claro muestra más nítidamente la clase de comentario evaluador
que refleja. Así, el ejemplo que sigue nos ofrece un uso de claro en el que la partícula pone de (349) a. [...1 Usted pensó eso, del padre. Yo pensé, y lo sigo creyendo, que él y usted se
manifiesto que el hablante se percata de algo (establece la conexión entre dos hechos): parecían mucho. Claro q11e es un parecido largo de explicar. [J. C. Onetti, El asti-
llero, 961
b. Pepe tuvo que vender hasta sus tierras de Italia, que pasaron al Estado español con
(346) P1u: Cállate ya y dime una cosa. ¿Vosotros cuándo os vais a casar? el ducado de Sesto incluido, que se perdió aunque le dejan usarlo hasta que muera.
MARlllEt: Él quiere cuanto antes. Los papeles ya están casi arreglados. Pero nos vamos Claro que no lo perdió todo. fR. de la Cierva, El triángulo. La dama de Montmanre,
a caSllr en el pueblo donde tiene la fábrica. 403)
Ptu: iAh, vaya! c. «[ ...) dentro de dos o tres años[ ...) [el obispo] podría volver. Claro que no a Bilbao•.
MARIBEL.: Y lo hemos retrasado un poco hasta que la madre se ponga buena.
[V. Prcgo, As/ se hizo la transición, 106]
1'11,1: iClaro! iYa está!
N1Ni: ¿EJ qué ya está?
P1u: Que si no llaman a un médico, como sería lo natural, es porque la madre no está En fin, como las partículas que expresan evidencia y señalan, por tanto, el
mala, sino que lo finge. [M. Mihura, Maribel y la extraña familia, 1801 acuerdo con e l interlocutor, claro pueden indicar también, mediante la asignación
63.6.2.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4158 4159 M arcadores conversacionales 63.6.2.5

de los rasgos suprascgme nta les adecuados, desacuerdo (muy frecuente mente, po r 63. 6.2.5. Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje
medio de la subida del tono de la voz en relación con el resto del discurso, seguida
del descenso tona l con final suspensivo). He aquí un ejemplo oportuno: De ntro del ámbito de la modalidad epistémica, suele reconocerse un tipo de
(350) MARIBEt.: ¡... ¡ iSi vierais el cariño que le tengo yo a doña Paula! actitudes del hablante, en relación con el mensaje que este e mite, que se re fiere a l
P1u: Claro, claro, es natural... Todo es muy natural. origen o a la fuente de aq uel. El hablante puede presentar e l discurso como algo
MAR/BEL: No sé por qué hablas con ese tono, Pili. [M. Mihura, Muribel y la extra,ía que reOeja su propia o pinió n, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que
familia. 1691 "' co noce a través de otros, y que transmite como una opinión ajena. En e l prime r
E) Si11 duda caso, el hablante se responsabiliza sobre la verdad o la falsedad de l me nsaje; en e l
Próxima a todos los marcadores que venimos analizando, tanto por su sentido como por la segundo caso, no.
función pragmática que cumple, es la construcción sin duda. que consti tuye una expresión en vías
de gramaticalización, ya que ofrece variantes como sirr duda ninguna, sin duda alguna, sin ninguna En español, algunas formas verbales sirven para marcar este tipo de oposiciones. El condicional
duda, sin duda de ningún género, cte., y que alterna con incisos como no (me) cabe duda, sin Jugar se usa a menudo para expresar que el proceso verbal que emite el hablante reOcja la opinión de
a dudas, sin dudarlo, etc. otros (este tipo de empico de las formas del condicional es muy frecuente en el lenguaje de los
Sin duda 1-+ § 39.2.2] permite establecer también el acuerdo con el interlocutor y compane medios de comunicación) [-+ § 44.3.3J. Asimismo, otro procedimiento que permite discriminar en
muchas de las propiedades pragmáticas que hemos destacado para desde luego. por supuesto, 1ia11,. español entre lo dicho u opinado por uno mismo y lo dicho u opinado por otros guarda relación
ralmente y claro. Es giro muy frecuente en la lengua actual. que puede llegar a resultar sintomático con los medios de expresión propios, respectivamente, del discurso directo y del discurso indirecto
de preferencias idiolcctalcs. A diferencia de los marcadores que acabamos de analizar, sin dud11 no [-+ Cap. 55):
es1t-1blece una evaluación del miembro del discurso que comenta, en rcl"ción con el hablante o con
algo presupuesto, etc.
Esta condición dota a sin ,luda de una peculiaridad interesante respecto de los otros marcadores (352) a. Mamá, hoy vendrá a comer Jorge. Lo he invitado yo.
(sobre todo, respecto de desde luego): favorece que pueda introducir o remitir a segmentos del b. Mamá, ha llamado Jorge. Que no puede venir a comer.
discurso sobre cuya evidencia no quiere comprometerse el hablante. Expresa, así, un acuerdo menos
«afectivo», más «neutro,- o más fCObjctivo», y es especialmente eficaz para marcar #'.evidencias» sobre
las que el hablante no puede te ner control (porque no tiene experiencia directa, percepción per- Con este tipo de valo r modal, en español sólo se identifica propiamente un
sonal, por ejemplo. de los contenidos a los que la partícula remite): marcador: por lo visto, que presenta el segmento discursivo al que afecta como algo
sobre cuya verdad no quiere comprome terse el hablante; con por lo visto, el que
(351) a. Cuando fui a la estación para tomar otro tren que me llevase a ToronI0 vi un gran
número de niños y niñas, sin duda de una escuela, <¡uc iban a tomarlo. [J. Marías,
habla excluye todo tipo de responsabilidad sobre dicbo contenido; lo presenta como
Una vida presente, t. 3, 304] conocido a través de o tros, d icho por otros, u oído a otros. '"
b. CoNSOLACIÓN: ¡... ¡ Había allí una gitanilla, ique bailaba de una manera!... iQué Por lo visto constituye e l resultado de un proceso de gramaticalizació n y ma-
salero. qué brío, qué encanto más particular! iY era preciosa! [...] nifiesta todas las propiedades gramaticales características de los marcadores (cf. el
Juuo: Esa sería la chamarina [...] § 63.1.2 y ss.). En cuanto a su forma de significar, es un operador.
CoNSOLAClóN: l La conoces tú?
Juuo: Mucho. Nació bailando.
CoNSOLAClóN: El que nació bailando. por lo visto, es una zagalillo de este alto, Por lo visto se distingue del sintagma preposicionil homónimo:
más negro y más reo que mandado hacer 1...]
Juuo: iAh, sí!, Malos Pelos, sin duda. (i) - Este mecanismo ideal, lno queda desvirtuado por la valoración exclusrvamcnle formal y gregaria del VOlo?
CoNSOLACIÓN: iMalos Peloo! Así le llamaban. jS. y J. Álvarez Quintero, El genio -Evi.tf,-11temente. La genIe no tiene la suficiente información, lo que enturbia el proceso democrático. (J.
alegre, 81 J "' Marías. en e, Mu,rdo, 9-11-1993, 16)
A veces. eddtnltmente remite a un miembro del discurso que se orienta ron1raargumentaIivamente con el que le
111
Para más dalos sobre claro como marcador discursivo, véase Bcintlaucr 19711': 197 y~-; 2:05 y~- La írccuencia precede; entonces. aporla el cfocto de Sit:nlido concesivo que ya hemos señalado para k>S marcador~s cpistémicos de
del UMI de e/uro qt1t es reflejo del Iipu de entidad categorial a la que pcrtencc:c: un adjcIivo advcrbiali1..ado que refleja el evideocia:
resullado de un proceso de gramatic-dfü:ación a purtir. probahlcmcnt(, de clnro t.st6 o de cloro u (cf. .stguro <¡11e•.., cicrUJ (ii) He intentado ser objetivo, se lo aseguro. Evidtnremtnlt, (el libro) eshi escrito desde la amistad y la lealtad
q11t... , ele.), sintagmas muy frt!Cllcntcs 1.amhién en los textos (como incisos o como oraciones a1ributiv-.is no parcntétkas). que me une al presidente. IJ. Feo, en J-leraldo de Ani8'YJ, Suplm1en10 Smumal. n." 290, 16-V-1993, 20J
.,ara la expr~ión del desacuerdo coo but!nQ. o con bien, véase más adelante,§§ 63.6.3.1-2.
m Otro signo que se halla vinculndo a los marcadores episIémi<U de evidencia es n ide11tm1e111e, palabra mcxlal que iu Signos como pusottalme11te, o sintagmas como a mi iuicio, etc.. que recalcan que el miembro del discurso al que
califica y confirma al miembro del discurso al que remite. como ..evidente•, c:s decir, «libre 1k toda duda• )', además, remiten contiene una opinión personal del hablante, no se ajustan al estatulo de marcador del discurso que hemos acotado
•perceptible para todos en tal condición•, pero que no se ajusIa plenamcncc al esIatuto de man::ador del discurso que (4 63. 1.2 y ss.). Estos signos se integran en un conjunto hctcrogéOCi.l que incluye a algunos ad\'t:rbios en -mente, como
hemos esiablcctdo (f 63.1.2 y ss.), pues muestra un significado dcsigm1tivo y oo manificsI1:1 todas las propiedades grama- penonalmemc. particu/armenre, etc., y algunos sintagmas preposicionales: a mi juickJ. a mi par«tr, a mi entender, t-n mi
ticales caracteñstica.11 de I<>! marcadores acolados. En la convcrsMción, suele aparecer con menor frecuencia que claro, por opinión, a nil-d perwnol. e1c. Desde el punto de vista prngmáIico, esIa clase de expresiones, al recalcar oomo una opintón
ejemplo, o sin duda, pero ha de adveriirse que su grado de empico depertde, en ultimo 1érmino. de las prcíércncias personal el contenido del segmento del discuoo al que comentan, aIenúan su validez general. & decir. con todos estos
individuales: puede ronvcrlirse en el clcmcnlo predilecto de ciertos hablantes p.:ira las intervenciones reactiva.,; que ratífican. signos, él hablanIe compromcIe su responsabilidad en la verdad de k) dicho. pero. además, $Obre todo, reduce el alcance
enfáttCamcnrc. la del interlocutor (en esos casos. puede llegar incluso a desgastarse ha~la el punto de equivaler a si o no de ~s palabras a la esfera de su propio yo. Por ello, frecuenlemente, constituyen elementos que marcan la «cortesía
s.implemenle). Con lodo, nitknknu:11tt se ajusla espeefalmcnte a un dkcurso mosIraIivo o argumenial; remite a un miembro ncga1iva•: reflejan ~trategias que protegen la imagen nega1iva del O)'(nle (espccialmcn1e. cuando se combinan con otros
del discurso que se hace evidente a través de un ru.ooamiento previo. al cual sirve de conclusión: procedimientos lingüísticos): A mi nuxksto tnlender, t.al ,-a $tria n~sarw rrpetir la pmtba.
63.6.2.5 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4160 4161 Marcadores conversacionales 63.6.3

(353) a. Por lo visto y lo escuchado por mí, está incomunicado. vamcnte; se utiliza, por ello, muy frecuentemente, en el lenguaje de los medios de comunicación.
b. Por lo visto, o sea, según me han dicho, está incomunicado. En lo que respecta a la conversación ordinaria, le aporta cierto tono formal o cortés. Puede alternar
c. Por lo muy visto ya, este alumno no puede resultar apto. con expresiones extrapredicativas o con incisos, como según parece, a lo que parece, etc.:
d. /'Muy por lo visto/'casi por lo visto}, este alumno no puede resu llar apto.
e. No por lo visto en los informes, sino por lo escuchado en la Sala, hay que declararlo (359) a. Los amigos del muchacho fallecido 1... 1 han explicado que el mismo día del acci-
inocente. dente ya habían desafiado la llegada de otro tren ¡...]. Al porecer, los muchachos
f. • No por lo visto viene hoy sino porque no lo ha comunicado. intentaban demostrar sobre las vías quién era más valiente. IEI M1111do, 11-1- 1996,
28]
Frente a los marcadores de evidencia, por lo visto no favorece tanto la duplicación o la gemi· b. (...) la alarma social (... \ ha despertado, al ¡>arecer, las oonciencias más dormidas.
nación, aunque puede aparecer reiterado, particularmente cuando integra una intervención reactiva: [M. A. Baldcllou, en El Mundo, 2-111-1996, 62]
c. A: Al parecer, nos van a colocar una centralita.
(354) A: Isabel ha reñido con Isidro después de diez años de noviazgo. B: Sí, eso me ha dicho la decana. Segrín parece, lo ha decidido el equipo de go-
B: Por lo visto, por lo visto... bierno.

Y no admite la intensificación superlativa: Por lo visto, a su vez, resulta más coloquial (puede alternar con por lo que se ve, etc.):

(355) a. • Por lo vistisimo, te has vuelto loca. (360) a. El segundo susto nos lo dio un coche de poücia de Madrid que se cruzó con el
b. Por supuestísimo, le haré caso. nuestro, ya cerca de Jaca. Al verle, ninguno dudó de que nos cazaban, pero no fue
así. Por lo visto, iban a otra cosa. [J. Carabias, Cr611icas de la Repríblica, 89]
b. Por lo que se ve, en este pueblo hay un gran fervor socialista. p. Carabias, Crónicas
Desde el punto de vista pragmático, por Jo visto se halla vinculado al sintagma de la República, 11J]
al parecer, que revela cierto grado de gramaticalización, pero q ue no se ajusta ple- c. Al recorrer la ciudad me sorprendió oír que había dejado de ser una ciudad segura
na mente al estatuto de marcador discursivo (cf.: al parecer de unos y de oiros, a mi y apacible; la muerte violenta de Olof Palme no era tan insólita e inverosímil como
parecer, etc.). No obstante, para precisar e l sentido de por lo visto, echaremos 1am- desde lejos parecía. Por lo visto, había allí, grupos violentos y agresivos que hacían
bién mano de esta otra construcció n. peligroso circular por muchos lugares de Esrocolmo. !J. Marías, Una vida presente,
l. 3,352)
Para percibir el contraste semántico entre la partícula discursiva y el sintagma al parecer, vamos
a recurrir a un ejemplo. Un médico, después de examinar a una paciente que ha acudido ansiosa Al excluir la responsabilidad del hablante en la verdad del fragmento del dis-
a su consulla, le puede decir, por ejemplo, una de las dos frases siguientes: curso a l que remite, por lo visto puede provocar efectos más marcados de distancia-
miento, en relación con el interlocuto r, que al parecer. El marcador puede crear,
(356) a. Señora, está Ud. embarazada. así, una atmósfera poco cordial, provocando la aminoración de la imagen positiva
h. Señora, al parecer, está Ud. embarazada.
del hablante, haciéndolo agresivo e irónico:
Con la primera frase, el médico compromete su responsabilidad sobre lo dicho. Con la segunda,
da a entender que necesita más pruebas para dar un diagnóstico SC!,ruro. (361) a. A: i Me prestas cinco mil duros? .
En cualquier caso, lo que el médico no le dirá a la seilora - sería muy grosero e irónico- es: B: Por lo visto, t(1 te crees que soy una·mina.
b. A: Estoy agotada. .
(357) Señora, por lo visto, está Ud. embarazada. B: Por lo visto, trabajas mucho ... (co11 rctintln).
c. A: Si ya se nos han hecho las tres y media...
El doctor podría dar a entender, en ese caso, que alguien ha dejado embarazada a la señora. B: Sí, si... Por lo visto, aquí no se come... 114
(Podría analizarse la frase de otro modo, claro está, si se interpretara por lo visto, no como un
marcador, sino como una frase preposicional: Señora, por lo visto y comprobado en los análisis, está
U,/. embamzada.) 63.6.3. Marcadores de modalidad deóntica
De otro lado, ante un informe remitido por otro colega, un médico puede muy bien comentar:
Los 'marcadores de modalidad deóntica' reflejan actitudes del hablante relacio-
(358) a. Señora, anda Ud. floja de hierro. nadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo). Estos marcadores indican
b. Señora, lll parecer, tiene Ud. algo de anemia. si el hablante acepta, admite (consiente en), e tc. -o no- lo que se infiere de l
c. Señora, por lo visto, le han de1ecrado a Ud. una anemia ferropéníca.
fragmento del discurso al que remiten. Por ello, aunque dichos marcadores consti-
En la última intervención, el médico elude toda responsabilidad en el diagnóstico. En la se- tuyan elementos asertivos, ellos mismos, y aun cuando, normalmente, se combinen
gunda, atenúa su adhesión al punto de vista del colega: quizá lo comparte pero no asume la res-
ponsabilidad de hacerlo suyo. En la primera intervención, en cambio, el médico adopta como propio "~ Cf. Fuentes y Alcaide 1996: 112-115, Las diferencias semánticas cn1rc al pare«r y por /.o visto guardan relación
el diagnóstico ajeno y emite lo que d.ice como si fuera de su exclusiva responsabilidad. también con la diverstdad aspectual latente en las bases léxieas que cst:ín en d origen del marcador y de la oua cons-
Las diferencias semánticas entre el marcador y el otro giro -al parecer- tienen repercusiones trucción ('n0 pcrftctiva' p.1ra al parear. 'pcrfectr\'a', para por lo ~iJlo). Con al parear, ti hablante puede referirse, más
pr:igm;íticas. Al parecer resulta una consrrncción de sentido más neutro, menos marcado expresi- claramente que con por lo listo, a una realidad extralingüística que se percibe en el acto de la enunciación.
63.6.3.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4 162 4163 Marcadores conversacionales 63.6.3.l

con fragmentos discursivos de 'modalidad asertiva' (tanto afirmativa como negativa) (364) a. A: Mañana iremo.~ a pescar 1ruchas.
[-+ §§ 49.1, 49.5.2 y 60.1.3), estas panículas - a difere ncia de las cpisté micas-- B: Desde ú,ego que mañana iremos a pescar truchas.
afectan a e nunciados directivos. que implican una propuesta, un ofrecimie nto, una b. A: Mañana visitaremos el musco.
B: •But110 qut! mañana visitaremos el musco.
evaluación, etc., que el hablante valora, aceptá ndola o rechazándola. Los propios
marcadores indican que el hablante interpreta e l enunciado a l que remite n como
un enunciado de esa índole. Las diferencias sintácticas que comentamos son un reflejo del diverso 1ipo de significado que
presentan unos y otros marcadores (remiten a ejes modales distintos): los que indican evidencia
Como hemos indicado para los marc-adores epistémicos (§ 63.6.2). también los deónticos pueden ratifican el miembro del discurso al que afectan, reforzando su caracter asen ivo en cuanto enlidad
alternar con otros procedimientos expresivos: verbos realizativos 1-+ § li0.1.2] (actpto, co11.1i,nto. declarativa, mientras que las pan ículas volitivas evalúan dicho miembro como algo aceptable, ad·
admito, etc.); conslruccioncs verbales copulativas que suelen inchiir un predicado o un complemento misible, etc.: como un enunciado directh•o.
circunslancial cuya base léxica es coincidente o esta claramente relaclOnada con el marcador (está Un rasgo característico de los marcadores que nos ocupan es su polifuncionalidad. Ambas
bi~n. bie11 ~st6, buL.no utá, etc.); incisos, etc. Véase el ejemplo siguiente, donde alternan las exprC· parlículas no sólo sirven para marcar la modalidad deóntica volitiva, sino que pueden expresar las
siones aludidas: ooas dos funciones que hemos distinguido para los marcadores conversacionales: el 'enfoque de la
alteridad' (cf. el § 63.6.4.2) y la estructuración de la conversación (la 'me1adiscursividad') (cf. los
(362) a. No le han concedido el premio. Bueno. §§ 63.6.5.3-4). Esta polifuncionalidad viene determinada por la versatiLidad semántica de estas uni-
b. Acepto que no le hayan concedido el premio. dades, que se deslizan, en su conlcnido, desde el ámbito de la aceptación o conformidad en relación
c. Bueno está que no le hayan concedido el premio. con el miembro del discurso al que remiten (modalidad de6111ica). hasla indicar la mera recepción
del mensaje (el darse por enterado de este) o el procesamiento de la información (funciones me-
Las partículas deónticas admiten, en líneas generales, la versatilidad distribu- lildiscuniwu), pasando por el valor de marcar el refuerw positivo de la imagen del hablante para
cional característica de las epistémicas (de los marcadores de modalidad, e n general paliar el desacuerdo con el in1erlocutor (enfoque de /Q alteridad). Veamos en el ejemplo siguiente
cómo se actualizan los tipos funcionales a los que aludimos a través de la panfcula bu,110:
y de gran parte de los marcadores discursivos), pero van separadas por una pausa
más marcada de los elementos del miembro del discurso que introducen o en el
que comparecen (cf. Fue ntes y Alcaide 1996: 212). Compárense, en los ejemplos (365) a. PAVI..A: Siéntese aquí..., conmigo...
que siguen, los marcados como a, b, c, de un lado, con los que se señalan con d, e OtONIStO: (Sentándose a su lado.) Bueno. [M. Mihura, Tres sombreros de copa, I05]
y f: (Marcador de modalidad.)
b. ENC.: ¡... J Lo que sea que sea un sisiema, l oo?
(363) a. Cwro, con este calor, no se puede es1udiar. INF.: Bueno, el sistema es una palabra inventada úlli01amentc1 en mi opinión ¿no?
b. Con este calor, claro. no se puede estudiar. IÁ. Roseoblat y P. Bentivoglio, eds., E./ habla culta dt Carocas, 291(Enfocador de
c. Con este calor, no se puede estudiar, claro. la alleridad.)
d. Bien: con este calor, no se puede esludiar. c. A: Juan no sabe nada de esto...
e. Con esle calor, bien: no se puede es1udiar. B: B11e110.
f. Con este calor, no se puede estudiar. Bien. A: ...así que más vale que no se lo cuentes. [Ejemplo tomado de una conversación
1elefónica] (Me1adiscursivo: indicador de la recepción del mensaje.)
d. - Bueno, ly de qu~ quieres que hablen¡os?
Los marcadores deónticos propiamente dichos, que se ajustan al estatuto de
- De la reina, majestad. (P. Urbano, la Reina, 33 11 (Metadiscursivo: señalador de
marcador del discurso definido e n e l § 63. 1.2 y ss., se reducen, en español, prácti- la apertura de la conversación.)
camente, a los signos bueno y bien, los cuales se comportan habitualmente como
conectores.
Bueno, frente a bien, como partículas modales, presenta un grado más completo
de gramaticalización; mayor número de efectos de sentido; más riqueza de matices
63.6.3. l. Bueno expresivos y una frecue ncia de uso más alta en la conversación (cf. Martín Zorra-
quino 1991: 261-263, 1994b; Fuentes 1993a; Fuentes y Alcaide 1996: 217-227; Bauhr
Los marcadores bueno y bien señalan que el hablante acepta, admite, consiente 1994; véase también Beinhaue r 1978. " '
e n, e tc., lo que se deduce del mie mbro del discurso a l que remiten, el cual, por
tanto, confirman. Sirven, pues, como los marcadores epistémicos que indican evi-
uJ Butno constituye él res;ultado de un proceso de gramaticalización a partir del adjc1ivo homónimo o, quiú, m~s
de ncias (§ 63.6.2. 1), para establecer estrategias de cooperación con el interlocutor: bien, de sintagmas como butno ou1 o bu(no n: su cstaluto cucgor~I se ajusu1 al de un advc:rbto (adjclivo adverbializado)
marcan el acuerdo con él (o la aceptación de lo implícito en el contexto comuni- pr6-:imo a una interjocción (se combina frccucn1emente con la entonación e.~lamativa). Desde el pun10 de viSla scméintioo.
bw.M, que se compona habi1ualmcn1c como un conmor, refleja. asimismo. i,;n proceso de 'dc,eman1izació,f. (1..a dese--
cativo); refuerzan la imagen positiva del que habla (son indicado res de la 'cortesía
manli:zación consi51c en que la palabra pasa, de 1pliou1e q m a.w que, en cmlquicr ~'CtO. son romo deben ser o
positiva') y protegen, al mismo tiempo, la imagen negativa del oyente. En cambio, como conviene: o gusta que sean• -DUE I· 423--, a n:íc:rirsc: a un fragmento del discurso Jnvio o a algo 1mplfci10 en
en contraposición con las partículas epistémicas de evidencia, las volitivas no pueden el conlcxto o a la propia 11i1uación oomunicativa -y al pro,a:samicnlo de la información-, que: se aceptan. o hacia tos
cuales se expresa «oonfonnidad»: cf. Mar1ín Zorraquino 1994b: 410 y ss.; Bauhr 1994: 120 y ss.).
reiterar con que al segmento del discurso que reproducen. Compárense, entre sí, los En cuanto marcador del discurso, ron el valor modal que no,;: ocupa, b.Kno se documenta ya en el español del
ejemplos 4uc sigue n: sigloxvu. Oareés ( 1791: 116) ofrece algún ejemplo tomodo de Cervantes (en el Quiío,,, pane 11, lib<o 7. capitulo 49):
63.6.3.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4164 4165 Marcadores conversacionales 63.6.3.1

Bueno refleja un tipo de acuerdo menos decidido, entusiasta o completo b. A: lQucréis que vayamos al cine?
que bien; manifiesta, pues, un grado menor de convicción, por parte de quien B, C: *Muy bueno. muy bueno.
habla. 11•
Esta diferencia de comportamienLo sintáctico manifiesta la diversidad semántica que existe en-
Que la clase de acuerdo o conformidad que indica bueno es menos rotunda que la que señala tre bien y bueno. Mientras el primer signo puede expresar tanto una valoración positiva del con-
bíen, por ejemplo, lo manifiestan frecuentemente los escritores con sus acotaciones psicológicas y tenido del fragmento del discurso al que remite como la •aceptación» del sentido del mismo, bue110,
mctalingüísticas aJusivas al marcador. Veamos algunos ejemplos: en general, sólo indica lo segundo. Veamos los ejemplos que siguen:

(366) a. PAULA: Entre usted... Se lo pido yo ... Sea usted simpático.., Está ahí Buby, y me (368) a. ENC.: (...] l No tienes hijos todavía?
molesta Buby. Si entra usted, ya es distinto ... Estando usted, yo estaré contenta ... INF.: Tres,
iYo estaré contenta con usted ... ! lQuicrc? ENc.: iAh, tienes tres! Muy bren. [Á. Rosenblat y P. Bcntivoglio, eds., El habla culta
DrONrsro: (Que siempre es el mismo muchacho sin voluntad.) Bueno. [M. Mihura, de Carocas, 19]
Tres sombreros de copa, 86 y s. l b. A: ¿Cuántas son dos y dos?
b. «BUENO. -<lije, y me conformé l...]. Y así como la inigualable ópera A ida empieza B: Cuatro.
en una sola y dulcísima nota, y termina con la misma nota, y de la misma manera, A: Muy bien.
mi estancia de doce años en el Colegio, comenzó, y terminó, en la misma y resig·
nada palabra: BUENO, con la que disfracé, en las dos ocasiones, mis verdaderos En el ejemplo (368a), muy bien podría sustituirse por bueno; en cambio, en el (368b), es posible
sentimientos. [E. Marco Buil, Memorias de una anligua alumna del Sagrado Corazón, incluir bie11 (o muy bien), pero no bueno, a no ser que bue110 se interprete como marcador meta-
106] discursivo de to:acumulacióni. o «procesamiento» de la información (cf. el § 63.6.5.3). 117

Por otra parte, bueno, a diferencia de bien, en cuanto marcador deóntico, no Entre los valores más interesantes y frecuentes de bueno se destaca el que suele
admite la gradación con muy:
denominarse rectificativo y autocorrectivo. Este empleo del marcador tiende a ins-
cribirse entre las funciones metadiscursivas de la partícula (cf. Bauhr 1994: 101-6}.
(367) a. MELOUIAOES: l Queréis que organicemos un concurso de baile por parejas, con
premios l... i?
Sin embargo, estos usos de bueno parecen reflejar, más bien, el sentido concesivo
Tooos: (Aplaudiendo.) iSí, sí! iMuy bien, muy bien! [C. Arniches, El amigo Mel- característico de los marcadores que expresan el acuerdo con el inte rlocutor (y que
quíades, 63] ya hemos señalado para desde /11ego, por supuesto, naturalmente, claro, etc. Cf. el
§ 63.6.2.4 - también para el signo evidentemente).
(i) «Y i.adóndc íb1tdcs ahora? (pregun16 el gobernador Sancho Pania de ronda.) Señor. rcspondi() ci hombre á
tomar el ain:. -V l.adónd~ se toma el a.ire en esla fnsula? - Adonde sopta. -Butno: respondéis muy á En los casos aludidos, bueno -<:0mo hemos descrito para los marcadores que expresan evi-
propósito; discreto wis manaba-. (G. Garoés. Funda~nto del •-igor y el«antia tk la lengua ca,stcllano apu~,to dencias- anticipa el acuerdo con el interlocutor (o consigo mismo, como ente desdoblado), saliendo
en el !'ario uso <k sus partículas, 116J
al paso de una posible objeción que quien habla prevé o intuye.'" Habitualmente, la objeción
El marcador ap.-1recc, 1.1mbH.:n en la lengua clásica, coo el matiz semántico contrarK> .il presentado: para cxpre~r .no in.íerida suele hacerse explícita a continuación del marf3dor. En general, estos usos de bueno ate-
conforrnidaJ• (tal como hemos indicado al tratar de los marcadores fph,témlcos que expresan evidencia,¡, n propó&ito de
daro: § 63.6.2).
111 Bueno, no obstante, puede valorar un seg.mento discursM> previo (y admite entonces la gradación con muy e incluso
(ii) a. -(.Que yo mi.! vaya de aquí? i8ut1u1! Aunque el mundo me <len. ¡F. de Vega, UJJ melindrrs ,le
Be/isa, 3.12; tomado del DCRLC 1: 913 y de Bauhr 1994: 811 el morfema superlativo en -(sbn0): cuando rcmile a un fragmento del discurso que constituye una idea ocurrente, un
-.hallazgo~ llamativamt:nte inleligenle, gracioso u oportuno (equNale a Ew lu:, estado bue110 o muy bueno): "'
b. i.AI amigo, señor don Qcofás - respondió el Cojuelo-, chinchl.! en d oju, como dice d refrán de Cas11lla?
iBuenu, lmtno! IL Vélcz de Gucvara, El diablo Cojuelo, 49) (i) SolEDAO: l Y qué h&CCn esta noche en el Principal? (se refiere a un tcalroJ
P1CAVEA: (Con ¡:ran malicia.) E,i el principal lse refierl.! a un piso de la casa) no sé lo que hacen. En el
Se recoge igualmen1e l.!n los textos tea1rales del xvm y del x1x:
segundo izquierda lo que harían.
(iii) a. lConquc al fin está re\ltelta I A dejar el siglo? iBueno, butno! IL Fcrnándc.z de Mon1tín, La nwjq(Ura. M ARCELINO: (i/.f11y bueno, muy hlit110!)
1.11; tomado del DCRLC 1: 9131 SoLB>Ao: ¿V qué harian, vamos a ver?
b. En colch6fl de plumas lleno , Podéis caer si me oís; 1Pero si \'OS prdcris Caer sobre duro... ibul!no! IM. PICAYEA: •Locura de amor-. IC. Amichcs, La saiorita de Tn::vt.la, 121 y s.)
Bretón de los Hcrrern6, f1aq11euu miniskriu/es. 4. 17; 1omc1tlo del IXRLC 1: 91;\I 1111
' Prueba de que bueno no txpít'sa simplemente una rectificación o autocorn.-cci6n -un «borrado• en la estmctura
Desde los teioos clásicos se docume11111 r1simi~mo el sintagma burno rsrd, ron yalore.,; .inálogos a lm indicados para de la cooversacíón- es que puede acompaí'iarse de Olro marcltdor (rcformulativo o rwificativo) como mejor dicho o digo
b1,crw: (el. el § 6l4J y s.,.):
(iv) Buttno dt6 eso, respondió D. Quijote: los libros que están impre(OS con liet:ncia de los reyes... ¿habían de ser (i) MARmEt..: Bueno, tú... ¿Pero qué es esto? ¿un museo o qué?
mentira? (Ejemplo tomado del Quijo/e. r,ane 1, libro 4. capítulo 50. ci1. por G. Garc&. fundame,uo tlel vij:tx M ARCELINO: No. No es ningún museo... Es mi casa... Bueno, mejor dicho... Yo vr.'O aquí ahora. IM. Mihura..
y eleganrUJ de la lengua cas,e/ta11a upuato en t'I ..ario uso tk .tu.r partículas. 1161 Mari/xi y la exlrañn familia. 141 J
i w. Véase U.1.uhr (1994: 92 y s.), quien ~ubraya tJue bu.eno «se utiliza a menudo en situaciones en que el hablante ctde La difuminación del contenido semántico de bue,w puede propiciar, con tQdo, que la parttCula se convierta en una
ante la insistencia dt:.- su in1erloculor o acepla una propuesta, invi1ación, ccc., con <les.gana; de ahi que su utilización l.!n mera herramien1a de «deleción-. del miembro del discurso que le prt..'Ude para sustiluirlo por el que le sigue (una función
lo!i coo1cx1os en que podña competir con expresiones 11lterna1ivas como si. clam, m11chus ~da.,· y con mucho ~slo pucd.t meramente metadiscursiva que derivaría del efecto de sentido concesi\•o del que tratamos y que guarda también relación
tacharse de renuente o poco rort«.. ron la de reformulación: véase el § 63.4 y ss.).
63.6.3.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4166 4167 Marcadores conversacionales 63.6.3.1

núan los argumentos o las conclusiones que expone el hablante (pero el marcador guarda relación b. Lucio: (...] l Quién ha zío er chivato?
tanto con la 'autorreformulación' como con la ' heterorreformulación ': cf. el §63.4.1): DOi'IA SACRAMENTO: iShiss! lQué palabrota es esa?
Lucio: Chivato quié decí soplón, con permiso de la zeñora.
(369) a. - No eran «nadie», pero ... sabían que iban a rei nar. DoÑA SACRAMENTO: /Jue110, bueno, déjame hablar a mí. (S. y J. Álvarez Quintero,
-<,Reinar? iEso entonces era impensable! Con los pies sobre la 1icrra, una quimera. El genio alegre, 47]
Bueno, sí, estaban los gestos de Franco 1... 1· Pero había que ad ivinar esos gestos de e. GONZALO: Me ha dicho Torrijita que es usted un entusiasta aficionado a la caza...
Franco. [P. Urbano, la Reina , 177] iUn gran cazador!
b. -i.Sólo porque sabía inglés (lo aceptaron en el equipo]? - me ex1raño. NuMERIANO: ¿Yo? ... iPor Dios, don Gonzalo, no haga usted caso de esos guasones!
- Bueno - admite-, algo jugaba. p. L Olai,.ola, Viaje al fondo de la espera11za, Yo cazador. .. Nada de eso... Que cojo alguna que otra liebre, una perdicilla, pero
2011 nada...
c. [... J Nadie puede elegir un guión, ni yo ni nadie. Bueno, quizá Jane Fonda, y tam- GONZALO: Bueno, bueno... Usted es muy modesto. (C. Arniches, la señorita de
poco lo creo. (Ch. L6pez en Herat,to de Aragó11. Suple111e11to Sema11al, n." 298, 11- Trevélez, 146]
Vll- t 993, 25]
d. iY llegó el gran día! 811e110, antes llegó la vlspera, claro. No sé a quién le pregun-
ta ron que cuál había sido el día mejor de su vida, y coniesló: ~1..a víspera•. Desde Bueno puede aponar también ciertos valores expresivos en los que oscila, desde el punto de
Juego, es que debe de haber vísperas y vísperas. (E. Marco Buil, Memorias de una vista pragmático, entre el valor modal deóntico volitivo, el afectivo-sentimental y el metadiscu rsivo
antigua a/um11a del Sagrado Corazón, 141 {sefialador de la pura recepción del mensaje). En lodo caso, el marcador contribuye a indicar, con
más o menos entusiasmo, el acuerdo cooperativo en relación con el interlocutor. Así, con este efecto
Conectados con estos valores rectificativos de bueno se hallan los que hemos incluido como
de sentido, se reconocen dos empleos de hlieno, que indican, respectivamente, actitud afectivamente
representativos del 'enfoque de la alteridad' (§ 63.6.4.2). Se trata de los casos en que bueno intro-
positiva y actitud afectivamente negativa: la primera se marca con entonación caracterizada por una
duce una réplica que implica un cierto desacuerdo con el interlocutor. El uso del marcador sirve clara subida en el tono de la voz en la sílaba acentuada de la palabra (la primera ), seguida de un
para atenuar ese desacuerdo, reforzando la imagen positiva del hablante y protegiendo la imagen
cierto descenso que acaba en suspensión~mientras que, cuando bueno expresa un cierto desencanto,
negativa del oyente: el tono de la voz se mantiene en niveles bajos. Veamos un par de ejemplos que implican valora-
(370) a. ENc.: Para usted, entonces, tienen que ser sagradas las amistades. ciones positivas:
INP: Bueno, las amistades, amistades, cie rtamente sí, claro. Es que hay amisHtdes y
amistades l no? [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de lt1 ciudad de Madrid,
32] (372) a. -Así que tiene un título de diez mil pesos...
b. [P.S.R.].-Todo lo que está ocurriendo se ha desarrollado sin una revolución, mer- - Parece raro, ¿verdad? Diez mil pesos. Se acuerda que le dije anoche que podía
ced a la Corona. mandarlo a la cárcel.
(D.J. ].-8ue110, eso ya lo dice hasta el gato. [P. Sáinz Rodríguez, Un reinado en la -Sí --<lijo La rsen.
sombra , 2661 - lEntiende?
- lQué tiene que ver?
Como hemos señalado al describir los marcadores que indican evidencias (a -Es falso. Los falsificó él, este y no sé cuántos más. Por lo menos es falso y él lo
propósito de claro: § 63.6.2.4.D), tambié n las partículas deónticas pasan a expresar firmó. [... ¡ Vendió muchos como este.
lo contrario de lo que habitualmente rellejan; es decir, pueden señalar, con los - /Jue110 --<lijo Larsen con alegría, descansando. [J. C. Onetti, El astillero, 68 y s.¡
b. Escucho, tanto más atenta cuanto perpleja, porque no sé a qué viene hablar ahora
rasgos suprasegmentales adecuados, la «no conformidad» - la «desaprobación»- de este tema. (...] • (...] Yo soy vegetariana porque cuando murió mi padre (... ]
en relación con lo que se infiere del discurso previo o de lo que se halla implícito pensé: 'lQué puedo darle? l Qué puedo hacer por él? l Qué puedo ofrecer?' Y e n
en el contexto de comunicación (cf. los ejemplos de la lengua clásica aducidos en ese momento decidí [...] no comer carne en toda mi vida. Y ése/es el motivo, por
la nota 11 5). el que soy vegetariana,. •
1'/Juerto...! Pues es un dato inédito, desconocido, interesan te. (P. Urbano, La Reina,
F.stas unidades marcan, entonces, un cierto desacuerdo con el oyente, alterando las esrratcgias 214] '"
cooperativas de cortesía positiva que suelen establecer entre los interlocutores. Con este efecto de
sentido, bueno resulla menos discordante que bien (ya que aquel marcador muestra. normalmente,
un acuerdo menos decidido que este). En estos casos, butno suele destacarse con una elevación en 11
• Próximo a este empleo de buen.o es el que prcsen1a la partícula cuando introduce un mlembro del discurso en el
el tono de la voz en relación con el resto de los elementos que lo rodean, y, frecuentemente, se que refuena su valor conclusivo (la íunción de la particula guarda relación con la «mctadiscursWa• que precede al fin
duplica (bueno, bueno) e incluso se triplica (bueno, bueno, bueno); cuando la partícula se reitera, el inmediato de la coovcrsación: d. el § 63.6.5.3). Este bm!no que mostramos ahora pierde sus propiedades como conector
tono de la voz va descendiendo en cada palabra y suele terminar con un tonema de suspensión. para ser un opcrndor que enriquece pragmáücamcntc la relación entre los dos fragmcn1os del discurso donde se íntercala:
Veamos algunos ejemplos: (i) a. Yo exuhaba. Mi primo(...] se arrojó al agua ¡... ¡. Fuimos en seguida a tierra, para recibirle( ...). Cogí una
manguera y empecé a bañarles con agua. Butno. fue una apott..-osis. [P. Urbano. La RtU1t1, 114 y s.J
(371) a. MARJBEL: Además, como es lógico, les he dicho que estás casada con el padre, que b. D10N1S10: No. Perdone uSlcd: si es que me he equivocado... No es un idioLa... Es que, l--·l pues tiene su
es ingeniero de Minas. geniecillo... Pero el pobre no tícnc la culpa ... Él, i,qué le va a hacer, si se cayó de una bicicletá?... Peor
RuA: lTanto? hubiera sido haberse quedado manquito... Y la !ic.ñorita esla se lo h&dicho ... y, i~110_1, se ha puesto que
MAR IBEL: ¿y es que no es verdad? lEs que ya no te acuerdas, mujer? iUn hombre ya. ya ... (M. Mihura, Tm S()ltÚJrmJs de c:0{10, 801
tan simpático y con una carrera tan brillante! (... ¡ Vinculado lambién con estos casos de buet10 está el uso de la palabra cuando marca un acuerdo intensif1Calivo (con
RuFr: iBueno, oye, Maribel! [M. Mihura. Maribel y la extrwia familia , 169] entonación ascendente y alargamiento silábko):
63.6.3.2 LOS MARCADORES DE L DISCURSO 4168 4169 Marcadores conversacionales 63.6.3.3

63.6.3.2. Bien (375) A: ¿y tiene novio'?


B: iBie11! Pues no es poco antipática .. [Ejemplo oído en la conversación]
Las características más notables del marcador deóntico bien ya han sido des- Los valores deónticos y metadiscursivos de bien resuhan muchas veces tan próximos entre sí
tacadas al compararlo con bueno (cf. el § 63.6.3.1). que el propio hablante sugiere la transición entre unos y otros, como en el ejemplo siguiente:
E n general bien puede desempeñar las mismas funciones discursivas que bueno (376) Es por la mañana. Bien. Todo esto está muy bien, pero ya hace varias semanas que
y alcanzar efectos de sentido parecidos (aunque presente una menor variedad ex- entendí que J... J aquí había un personaje con espesor humano, y por lanlo. un libro
presiva de estos). 120 q ue escribir. (P. Urbano, /.A Reina, 307(
He aquí algunos ejemplos representativos del bien que acepta, admite o concede
(comparable a los casos de bueno que hemos presentado): Asimismo, como hemos comentado para los marcadores conversacionales, en general. (cf. el
§ 63.6. 1)
también en el caso de los deónticos resulta frecuente la combinación yuxtapuesta de varios
Oc ellos en relación con el mismo miembro del discurso:
(373) a. - (... J ¿Po r qué un muchacho de veinticinco años se lo juega todo en un momento?
- J...) para desestabilizar. (...) Hay matones adiestrados, y dinero. Dinero que lodo (377) a. A: ¿Vamos a los to ros?
lo compra. B: Bie11. B11eno. Vale.
- lDinero? Bien, pongamos que es por dinero. J... J Pero, pregunta siguie n1e: ¿Él b. A: Mañana te devuelvo el libro.
para qué lo quiere? (P. Urbano, La Reina, 272( 111
B: Bueno. Bien. Vale. De acuerdo.
b. Al comenzar la , Misa de Réquiem• por Fernando Zóbel me ocurrió como en la
misa por Juana Mo rdó: presidencia o así de declarados no creyentes. (... J Bien, sí,
respeto, pero la verdad, había cieno goce, casi maligno, cuando más de media 63.6.3.J. Vale
catedral pasó por delante de la presidencia para comulgar. [F. Sopeña. Escrito de
11oche, 86 y s.] En los ejemplos q ue preceden comparecen otros dos elementos afines a bueno y a bien: vale y
1/e acuerdo. Vale refleja un proceso de gramaticalización a partir de la tercera persona del presenre
También abundan, como en el caso de bueno, los ejemplos e n los que bien de indicativo del verbo valer, posiblemente en su acepción de +<ser útil» o <resultar conveniente»
(Esto vale para lo que necesito). Beinhauer recuerda su probable origen proletario, del que habría
expresa desacue rdo -indica la desaprobación o no aceptación de lo dicho o de lo ascendido al lenguaje general por las corrientes igualitarias de nuestros días. 11~
implícito: En la conversación ordinaria actual el uso de vale se ha extendido mucho, sobre lodo entre
las generaciones más jóvenes. Esta palabra, censurada frecuentemente por el abuso que se hace de
(374) DoN E u G10: (... ) lEs decir, q ue usted está pronta a sepultar sus más caras ideas? ella - llega a convertirse en un bordoncillo o muletilla-, se ha estabilizado en el lenguaje diario:
DOÑA SACRAME~'TO: J... J a lo que sí estoy decidida es a que mis sentimientos más manifiesta el acuerdo con el interlocutor. Coincide, por ello, con bien y con bueno en aquellos usos
legítimos vivan a la par que ellas. en los que estos marcadores expresan la «aceptación» o «admisión» o .caprobación», de lo que se
DoN EuGJO: iBien! iMuy bien! iPe,fectamente bie11! De tocio lo cual colijo que usted autori7.a infiere del discurso pro pio o del contexto. Es decir, no desarrolla funcio nes enfocadoras de la
la construcción de ese teatrillo... JS. y J. Álvarez Quintero, El genio alegre, 105 y s. J alteridad ni se emplea normalmente como partícula metadiscursiva, ni despliega todos los efectos
de sentido que hemos descrito para b11e110 y bien. Vale se limita, más bien, al ámbito del acuerdo
Como ya se ha indicado, la desaprobación con bien resulta más brusca -y menos matizable- -o del desacuerdo (ivale!, es decir «basta•, por ejemplo)- entre los inte rlocutores. Veamos al-
que la que marca bue110 (cf. DUE 1: 375): gunos casos:

(378) a. -i.Cuánto quieres por esto?


(ii) A: ¿y dices t¡ue es ambicioso'? - Te doy el treinta -fijó Francis
B: i81mwoo! - Nada. J... J
•• EJ cmp~o de bien para expresar ~nuencia o aprobación se halla también documentado -como para d caso de -No quiero nada.
huen<>- en la lengua clásk'a. Garcé:s (1791: 113) lo recoge en Fray Luis de León y en Cervantes, Salvá (18.1<r. 500 y s.) - El treinta. vale -cerró Merry la operación. [J. G iménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi ·
dcslaca no sók> ese uso sioo el que refleja lo conlrario: la des3pr000Ctón rcsp..-<:to d.:l discurso prc«dcntc (Bien. bien. )'(J vida entre lru Franco, 159(
nos vtrtmos las caros) (d. M.ar1ín Zorraquino 1992: 112; Bauhr 1994: 81). Como equivalenie a bkn, pragmá1icamen1e b. A: Aquí te dejo los libros.
hablando, se u1iliza igualmente el sintagma bien está (de modo an:'il~ a romo alternan bueno y bueno má; aunque las
construcciones verbales resollan más literarias, .sohre todo en el caso de butr,o está. y menos frecuentes). En el siglo XVl!I,
B: Vale, vale.
por ejemplo, en el teatro de Moralín, comparece a menudo bien ~11á: c. A: El niño dice q ue se va al cine.
B: Ni hablar.
(i) OON DIEGO:( ...¡ Ya vt.~ que hemos sacado a esa niña del convenio y nos la llevamos a Madrid. A: Tiene que distraerse.
S1MON: Si, $Cñor.
OoN DIF..GO: Pues bien ... Pero te vuelvo a coc,rgar que a n11idk descubras. B: Lo que tiene q ue hacer es estudiar.
S1MOh-: Rit11 e.f tá, señor. Jamás he gustado de chismes, 11- Fcrmíndcz de Moralín, El 1í dt ln.f ni,ia1, 661 A: Pues por un día que salga al cine no le va a pasar nada.
B: Vale, eh, vale. El niño se queda en casa y e n paz.
E. igualmente, bien:
(ii) S1MON: Vamos, que no me parece 1an notable la diferencia. Siete u ocho años, a lo má5:
11' Para m.is cn,trvaciones S(tlre bitn romo marcdor di.scur~ivo,. véase fucn1~ 1993.t y Fuenlc::s y Alcaide 1996: 227-S.
DoN D11,,0: iQué hombre! lQué hablas de sic1c u ocho años? Si ella ha cumplido diec~is años JXJCOS meses
ir Deinhauer (19783: 21Xi) recoge 1,. opinión de Luis Flór~z (en el Bokrín dr la Acadt.mia Colombia11D, XVI, 244).
ha.
S1MON: Y bien, l qué? (L Femández de Moralín, El si de las miia.t, 681 Para otras obscr.·aciones sobre valt, véase Fuentes y Alcaide 1996: 213 y~.
63.6.3.4 LOS MARCADORES DEL DISC URSO 4170 4171 Marcadores t.-onversacionalcs 63.6.4

_Hay_ que subrayar, sobre todo, que la partícula no constituye propiamente un marcador pues 1111li(.'uados (cabalmente) y otros, en fin, parecen más frecuentes en el español americano que en el
admue ciertos _modificadores adverbiales y se puede combinar con la modalidad interrogativa. Vea- peninsular (defuoitivamente, por ejemplo); en el español de América está extendido, asimismo, al
mos algunos e¡emplos: 111cm>< e n algunos países, el anglicismo okey:

(379) a. A: Te lo repito: estoy harto. {383) a. - Lo mejor es que tú acudas a las seis de la mañana a casa de Alejo Fernández
B: Pues ya vale ¿eh? Flórez.
b. A: Mañana te acompaño a la peluquería, lvale? -Perfectamelll< -contestó Rico. (J. Carabias, Crónicas de la República, 88]
B: Vale. b. - DOÑA SACRAMENTO: [... ( Se refiere usted a que no está mi hijo entre nosotros.
c. A: Te mando el libro por correo, lvale? OoN ELOGIO: Cabalmente. [S. y J. Álvarez Quintero, El genio alegre, 74]
B: Vale. Muy bien. c. ENc.: J... J allí comienza, dicen los sicólogos, dicen los siquiatr•s, ¿no?, que desde
allí comienz¡i a formarse la personalidad del individuo...
.La palabra vale se construye_ fre_cuenremente con bueno y con bien y se usa especialmente en INF.: ...definitivamente, sí... [Á. Rosenblat y P. Bentivoglio, eds., El habla culta de
el d15<;urso oral. ~En el texto escroto mtroduc_e una marca clara de coloquialidad que puede resultar Caracas, 16(
-segun se ha senalado- no del lodo canónica para algunos hablantes.) He aquí algunos ejemplos: d. - LNF.: J... J Dijo: «Bueno... yo estoy vendiendo allí... mira esta factura, dos millones
de bolívares en puras lámparas, mira estas otras, mil]ón y medio ... en no sé qué,
(380) a. A: Le pones este tapón a la botella y la metes en la nevera. en 1ubi1os,, y así era todo, ¿no?, «Ah, bueno, okey•. (A. Rosenblat y P. Bentivoglio,
B: Bueno pues, vale. eds., El habla culta de Caracas, 40(
b. A: Bajo a comprar un paquete (ele cigarrillos( y subo en seguida.
B: Vale pues, bueno. También algunas interjecciones se utilizan en ciertos contextos para mostrar un tipo de acuerdo
c. A: Te he traído un kilo de gambas. similar. Ese es el caso de venga, por ejemplo, que marca la aceptación de una propuesta que invita
B:_ iAh!, pues muy bien, vale, déjalo encima de la mesa de la cocina, que ahora a la acción (sin constituir un marcador). Este signo cumple dicha función en las intervenciones
mismo voy. reactivas:

(384) a. A VEUNO: Y arrimarse, que voy a leer unos versos en cuarteta, improvisaos por mí.
63.6.3.4. De acuerdo y otras expresiones equivalentes DAMIANA.-Venga, venga. [C. Arniches, El amigo Melquíade.,, 52(
b. -Una pregunta muy personal... (...]
Otra expresión ya citada que equivale también a bneno y a bien para indicar «conformidad• --/Venga! [P. Urbano, la Reina, 256]
'"acc~tación». t<anucncía», etc. es ~e acuerdo,_ 12·~ que constítuye una fórmula no gramaticalizada - n~
c<_>nsl~tuye un marcador:-:-, a partir de la elipsis del verbo estar (estar de acuerdo); admite la com- (No se ajustan tampoco al estatuto de 'marcador del discurso' las fórmulas que se empican
bmac16n ~n la prepos1c1ón con (-+ § 9.2.4.2.J, la gradación y la cuantificación, y la modalidad para marcar el desacuerdo: en absoluto, ni hablar, etc., por lo que no nos ocupamos de ellas en el
mterrogat1va: presente capítulo.) '"

(381) a. A: Federico es muy inteligente.


B: Totalmente de acuerdo. / Muy de acuerdo. / Casi de acuerdo. 63.6.4. Enfocadores de la alteridad
b. A: Esto es un triángulo, lde acuerdo?
B: De acuerdo. Es un triángulo un poco birria, pero es un triángulo. Se incluyen en este grupo los marcadores· como hombre, bueno, vamos, mira,
c. Había que ser duros con Miláns, con Tejero, con Armada y con algunos otros, de oye, etc. Se trata de un conjunto de unidades que coinciden en que apuntan, en su
acuerdo, pero no había que emprenderla con las Fuerzas Armadas en su conjunto origen, fundamentalmente, al oyente (oye, mira, e tc.) y, en alguna ocasión, a ambos
(J. L. de Vilallonga, El Rey, 262 y s.]
interlocutores (vamos). Reflejan, en general, a entidades interjectivas (interjeccíones
Aunque 9uizá meno~ u~uales, hay otras expresiones que sirven igualmente para expresar un propiamente dichas o signos que vienen a funcionar como las inte rjecciones) [ -
acuerdo parecido al qu~ 1!1d1can los marcadores deónticos volitivos. 124 Es de empico común -aun- § 62.7]. Los ' enfocadores de la alteridad' suelen mostrar, pues, la versatilidad distri-
que .~. vaya oyendo qu1za me~os- el -ª~erbio co11fom1e, que puede funcionar como adjetivo ad- bucional característica de esta clase de signos: pueden introducir, normalme nte, todo
verb1ahzado y mantener, también, su v1tahdad plena (con variación de número, por ejemplo): tipo de enunciados -declarativos, directivos, preguntas, etc. (con los tres tipos de
modalidades oracionales: asertiva, imperativa e interrogativa)- y aparecen frecuen-
(382) Juuo: iEslo ya es otra cosa! (...] iArreglamos las macetas? temente con modulación exclamativa. Si preceden al miembro del discurso al que
CoNSOLACIÓN: Así que las traiga Lucfo.
JULIO: úmfom,es. (S. y J. Álvarez Quintero, El genio alegre, 92( remiten, constituyen un enunciado autónomo; si van pospuestas a él, participan de
la fuerza inlocutiva de este. Comparten propiedades pragmáticas con los ' marcadores
Se empican también a veces, para la misma función, ciertos adverbios en -mente (tampoco se de modalidad' que indican el acuerdo con el interlocutor (tanto epistémicos -claro,
trata de marcadores del discurso). Algunos se hallan generalizados (perfectame11te), otros quedan ya por supuesto, desde luego, etc.-, como deónticos -bueno o bien-): expresan tam-

1t1 Para tas expresiones que indican el desacuerdo con el inlcrlocutor. ~ase Fucn1es y Alcaide 1996: 237-41. Puede
"' Para más detalles sobre de ocuudo. véase Fuen1cs y Alcaide 1996: 215 y s.
m Véase Fuenles y Alcaide 1996: 214 y ss. consulu1.1sc igualmente Bcinhaucr 1978': 206-225, cte.
63.6.4.l LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4172 4173 M arcadores conversacionales 63.6.4.1

bién estrategias de cooperación entre los participantes e n la conversación. Quizá por b. A: Hombre de poca fe, confía en quienes le rodean.
ello se los integra e ntre las partículas modales (cf. Martín Zorraquino 1991: 270- B: Sí, sí... Ya vere mos cómo me salen las cosas...
272 y 286; Portolés 1993: 155 y s.; Fue ntes y Alcaide 1996: passim, e tc.), de las No hace referencia exclusivamente al sexo masculino sino que puede afectar igualmente a
cuales difieren, sin embargo, en razón de las peculiaridades gramaticales indicadas sujetos femeninos de cualquier edad, e incluso a toda especie de seres vivos (mujer. en cambio,
y por el hecho de que sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remite siempre a una interlocutorn de sexo remenino - y admite también adyacentes: se comporta,
remiten - para mostrar la actitud del hablante respecto de este- , pero, sobre todo, más propiamente. como un vocativo: mujer astrosa, mujer generosa, mujer de annas tomar, etc.;
para señalar el enfoque de las relaciones con el interlocutor que establece el que compárense entre sí los ejemplos primero y segundo que ofrecemos a continuación) (cf. Beinhauer
habla -amistosas, corteses, etc.- . Con frecue ncia, los marcadores que nos ocupan 1973: 38):
son indicadores de la cortesía verbal (positiva o negativa) (cf. el § 63.6.1). En cuanto
al tipo de significado que reflejan, los enfocadores de la alteridad suelen ser opera- (389) a. -lSe enamoró apasionadamente'/ /,O se dejó llevar por la conveniencia?
-iHombreeeee... , mujer! l Apasionadamentc? Yo no soy un hombre que se enamore
dores: muestran la vinculación del marcador con el miembro del discurso al que este apasionadamente, perdidamente[...]. Aparte de que, entre ella y yo, hablábamos en
remite, enriqueciendo la trabazón pragmática entre este y lo que le precede en el inglés. [P. Urbano, la Reina, 333)
discurso (cf. el § 63.1.4.2). b. CONSOLACIÓN: [...] Ande usted, ande usted.
Esta clase de partículas se ajusta tambié n a las propiedades características de DONA SACRAMENTO: M11jer, déjame a mí; yo no estoy para nada. [S. y J. Álvarez
los marcadores conversacionales; pueden aparecer inmediatame nte seguidos (con las Quin1ero, El genio a/cgn,, 841
pausas y las modulaciones adecuadas de la e ntonación), e n relación con un solo c. iNo te asustes, hombre! lQué le pasa? [J. R. Jiméncz, Platero y yo, 56] (El poeta
miembro del discurso: le habla al burro Platero.)

(385) Hombre, mira, esto que me cuentas es, vamos, muy sorprendente, oye. /Jombre puede rcferírsc al propio hablante, como ente desdoblado, cuando este reacciona ante
una situación que, por ejemplo, le sorprende:
Se duplican con frecuencia, especialme nte en las intervenciones reactivas (hom-
(390) - 1/ombre, aquí hay una farmacia de guardia.
bre, hombre; oye, oye; etc.) y representan a menudo una intervención en el intercam-
bio conversacional: La partícula puede combinarse, además, con un vocativo propiamente dicho (anteponiéndose
o posponiéndose a él) -d. (389a) ¡....... § 62.8]:
(386) A: A Paco le han concedido un premio.
8 : Mira... (391) a. GONZALO: (... ] Venid y decidme... i,Sois muy dichosos, muy dichosos? La verdad.
NUMERARIO.-Hombre, don Gonzalo..., yo... ]C. Arniches, la se,iorita de Trevélez.
164]
63.6.4.1. Hombre b. P1CAVEA: \ ...] esa chiquilla es de mi absoluta pertenencia[...)
MARCEUNO: (Sonriendo irónicamente.) Hombre, Pablito, no quisiera quitarte las ilu-
Destacamos, en este grupo de marcadores, en primer lugar, a hombre (cf. Bein- siones, pero tampoco que vivas engañado. [C. Arniches, la señorita de Trevélez, 123]
hauer 1978': 38-40; Martín Zorraquino 1991: 270-272; Fue ntes y Alcaide 1996: 197- c. -Asunción, hombre, no te pongas así. .
203). Se trata de un elemento que presenta un proceso de gramaticalización a partir d. No le des más vueltas al asunto, Paco,'hombre.
del sustantivo homónimo, en su empleo como vocativo [- § 62.8].
Hombre refleja, pues, un proceso de gramaticalización que convierte a la par-
Así, ha perdido la posibilidad de moción de número, como puede apreciarse en el ejemplo !Ícula en una unidad interjectiva, que matiza sus efectos de sentido según la-poSi~ión
siguiente, donde el hablante se dirige a varios interlocutores: que ocupa respecto del miembro del discurso en el que comparece, y que, además,
los modula, por medio, sobre todo, de los rasgos fónicos con los que se combina
(387) Tnu: iBravo, don Gonzalo, bravo! (el tono, la cantidad silábica, etc.) (los signos paralingüísticos juegan también un
ToRRUA: iElegantísimo! iCada día más elegante!
P1CAVEA: i0eslumbrador1 ( ...) papel importante en dicha modulación) (cf. Luna 1996). La partícula presenta, por
GONZALO: (Riendo) iHombrc, por Dios, no es para tanto! [C. Arniches, La señorila de tanto, la versatilidad distribucional propia de las interjecciones.
Trevélez, 138] La función pragmática fundamental de este marcador es reforzar la imagen
positiva del hablante: hombre imprime un tono amistoso a la conversación; tiñe las
No puede ir determinado por ningún adyacente, a diferencia de lo que sucede cuando se relaciones entre los interlocutores de cierta fam iliaridad o complicidad (incluso si
emplea como un vocativo propiamente dicho (hombre de Dios, hombre de poca fe, hombre descon- no se da el tuteo entre ellos: cf. el ejemplo (39la)). Con hombre el hablante atenúa,
fiado, ele.):
en las intervenciones reactivas, la expresión de la disconformidad con lo dicho por
(388) a. [...) lpor qué no vas ahora mismo a buscarlo? el oyente e incluso introduce efectos paliativos para calmar su posible enfado; de
-lAhora? modo análogo a como, en las intervenciones iniciativas y react ivas, el que habla
-Sí, hombre de Dios, iahora! [F. Ayala, El hechizado, 113] atempera, con la partícula, un enunciado directivo para evitar que su actitud ex-
63.6.4.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4174 4175 Marcadores conversacionales 63.6.4.1

hortativa o imperativa molesten al oyente. Con el marcador se puede provocar tam- b. En algún momento, durante la fase cumbre de Estados Unidos, ante la intensidad
bién un cierto tono festivo o chistoso, alegre, etc., para señalar la sorpresa que algo de la agenda de visitas y actos públicos, don Juan Carlos le dirá al eficiente Rafael
Calvo Serer: «Rafael, 1ú organiza lo que creas de interés. Pero, hombre, iavísanos
- una situación o lo dicho por otro- provoca. Normalmente, se trata de una par- un poco anees!• jP. Urbano, iA Reina, 1501
tícula «reactiva»: refleja siempre la reacción ante algo implícito o explícito.
(Obsérvese que, en este último ejemplo, el marcador va precedido de pero que indica la con-
El valor positivo de la partfcula hombre escá conectado con el que guarda el suscancivo ho-
traargumentación entre los dos fragmentos implicados para la caracterización de hombre.)
mónimo en cierta construcción apuesta (emparentada con otrns que contienen otros nombres de
En otras ocasiones, hombre aparece al comienzo de una réplica a la que ciñe de alegría, sorpresa
persona o ciercos adjecivos subs1an1ivados referidos 1ambién a personas: ¡,obre, inoce111e, ingenuo/a, festiva, etc., y que suele reflejar la reacción ante una situación o un comentario inesperados. pero
ele.}, en las que figura acompañado por el arcículo determinado:
que se asumen como agradables, gozosamente aceptables, etc. El tono que acompaña a la expresión
de la partícula en estos casos suele implicar una marcada elevación melódica en la primera sílaba
(392) a. Juan, el hombre, anda preocupado. de la palabra (la acentuada: hom-}, que suele ir seguida de un descenso de la voz en la siguiente
b. - Míralo ahí, el cura, cómo se divierce. (F. Sopeña, Escrito de noche, 93] (-bre):
c. En Buckingham Palace, la distancia cncre las cocinas y los apartamentos es tan
grande que el café se enfría por el camino. Están obligados a recalentar el café en
un infiernillo, los pobres. (J. L. de Vilallonga, El Rey, 1lO] (396) a. MARCELINO: Es el cumpleaños del Gobernador Civil.
MEN~NDEZ: iHombre! ¿y cuántos cumple? [C. Arniches, La setiorira de Trevélez,
1191
El valor persiste fuera de las conscrucciones apuestas, cuando la construcción remite a una b. AvEu No: [... ¡ lCómo se llama usté?
persona ya nombrada, e implica que el hablamc valora amigablemente al referido: BENITA: Benita.
AVELINO: Digo de apellido.
(393) Juan anda preocupado. El hombre no encuentra solución al problema del que te hablé. BENITA: Baranda.
AvELINO: (Sonriendo) iBaranda! iHombre, qué casualidad! Usté Baranda, y yo, Es-
Ocupando la posición inicial del fragmento del discurso en el que aparece, calera. iNos completamos! (C. i\rniches, El amigo Melquíades, 75]
lwmbre presenta, fundamentalmente, dos clases de efectos de sentido que se mo-
dulan con sendos tipos de rasgos suprasegmentales. Como ocurre con la mayoría de los marcadores conversacionales, hombre se duplica a menudo.
Y ello, con los dos tipos de efectos de sentido que acabamos de mostrar. He aquí un ejemplo en
Muy frecuentemenle la partícula sirve para atenuar diversos grados de disconformidad del el que el marcador parece atenuar - festivamente- la oposición a la postura del interlocutor:
hablante respecto de lo dicho por el interlocutor (en esos casos, el marcador se acompaña de un
tono menos elevado de voz en la primera sílaba - la acentuada: hom·, que el que le corresponde (397) GONZALO: [...) iYo!... iUn pobre viejo!... iFigúrate!...
a hombre cuando va incluido en intervenciones que implican sorpresa o alegría, y suele terminar P1CAvEA: lCómo viejo? Usted es como el buen viao, don Gonzalo; cuantos más años,
en cadencia en la sílaba siguiente -bre-, aunque también propicia la terminación con un tonema más fuerza, más aroma, más boUfJuet.
suspensivo, que favorece el alargamiento de la vocal final: -breee): Trro: Y si no, que lo digan las mujeres. Ellas acreditan su marca. Le saborean y se
embriagan. iNiéguelo uSled!
(394) a. AMBROSIO: (...] Don Julio, lcómo usté por aquí? GONZALO: (Jovialmente.) iHombre, hombre!... Entono y reconforto... Voila 10111••. iJa, ja,
Juuo: Hombre, no es tan raro, verme por aquí. ¡s. y J. Álvarez Quintero, El genio ja! [C. Arniches, La seiiorita de Trevélez, 1l9J
alegre, 76]
b. -Vamos a ver, que yo me entere bien. O sea, que usted quiere que yo le diga a Cuando aparece colocado al final del miembro del discurso al que remite, e l
Añoveros que se vaya dos o tres días a Roma y luego vuelva a Bilbao. marcador se liñe del valor ilocutivo que presenta el enunciado que lo precede, en
-Hombre, no. No tan rápido. Le he dicho dos o tres días, pero podrían ser dos o
tres meses. (V. Prego, Asf se hizo la transici6n, 105] el que se integra. Presenta, así, la expresión del hablante más atemperada: ·
c. GONZAtO: ¡...] he oído decir que le gustan a usted mucho mis dos perros [...]
NuMERtANO: Hombre, como gustarme, ya lo creo. Son dos perros preciosos. (C. (398) ª· DOÑA SACRAMENTO: No te apures, hombre. Tan pronto lloras como ríes. Pareces
Arniches, La señorita de Trevélez, 146] (Numeriano no quiere que le den los perros.) loco. (S. y J. Álvarez Quintero, El genio alegre, 48]
b. RAFAEL: No saltes más. hombre. [C. Arniches, El amigo Melqu(ades, 49)
El mismo efecto de sentido se da en intervenciones reaclivas más extensas, en las que el c. -Su trabajo va a estar muy lejos de la Comandancia - lo observa con recelo, con
marcador aparece al comienzo de un enunciado que sigue a otro respecto del que se expresa, más consternación, con pied..td el general Scavino-. No sea ingenuo, hombre. lSe le
propiamente, el desacuerdo: ocurre que le podría abrir una oficina aquí, para el tráfico que va a organizar?
(M. Vargas Llosa, Pantale6n y las visitadoras, 25]
(395) a. - Ese es el problema de los jóvenes, lno? de ahora (Se refiere al problema de la
droga.) A menudo, en función de las relaciones que exislan entre los interlocutores, la expresión del
-Sí, sí, sí... No hay..., no hay otro, leh? En eso estoy de acuerdo. Jlombre, que no marcador, en estos casos, puede resultar •paternalista• (si el hablante ocupa una posición de más
hay trabajo también es muy importante. (M. A. Martín Zorraquino, Elemenlos de poder que el oyente) o de cierta «rebeldía» jovial y hasta «insolencia• (si se trata de personas en
cohesi611 en el habla de Zaragoza, 271 J parecida posición jerárquica o en situación de subordinación respecto del interlocutor):
63.6.4.2 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4176 4177 Marcadores conversacionales 63.6.4.3

(399) a. Cámbiese usted de gafas y venga a la oficina con otro traje, hombre. El hablante utiliza frecuentemente este valor de bue110 para introducir la respuesta a una pre-
b. MENéNDEz: l Pero usted la ha ofendido? gunta que siente orientada en sentido contrario c1 lo que él opina o prefiere. Ateoúa, así, con bueno
NUMERIANO: iYo qué la voy a ofender, hombre! (C. Arniches, La señorita de Tro- J¡¡ disensión con el interlocutor que él cree percibir a través de lo que infiere de la pregunta de
vélez, 134] este:
c. AVELINO: Ni uoa palabra más. i Lo grabo (el nombre] en aqueUa encina [...)?
BENITA: Pero lme quiere usted dejar en paz, hombre? [C. Arniches, El amigo Mel- (402) -i.Estaban ¡...] en una especie de campaña de márketing, anunciando un «producto•
q11/ades, 75] nuevo...?
- Bueno... había que dar la imagen de que lo que vendría sería muy diferente de lo
El marcador puede confundirse, en fin, prácticamente, con el vocativo cuya que había. f P. Urbano, La Reina, 245)
gramaticalización refleja, sobre todo, cuando aparece colocado en el interior del
miembro del discurso al que afecta: En otras ocasiones, el hablante incluye bueno al comienzo de su respuesta, no tanlo porque
intuya un desacuerdo con el oyente sino porque trata de no imponerle a este su opinión o, al
(400) TITO: iSe ha enterado don Gonzalo del jaleo? menos, intenta no presentar su contestación como la única posible:
TORRIJA: Creo que no. Pero, en fin, yo también temo que Galán, si apuramos mucho
la broma, en su desesperación, confiese la verdad y se produzca una catástrofe. (403) ENC.: iA qué se lo atribuye?
TrTO: No asustarse, hombre, si le tiene a don Gonzalo más miedo que nosotros. INF.: Bueno, yo se lo atribuyo al subdesarrollo. (Á. Rosenblat y P. Bentivoglio, cds., El
JC. Arniches, La señorita de Trevélez, 156] '" /tabla cu/tu de Caracas, 28)

Este tipo de bueno comparece, asi mismo, con funciones análogas a las expuestas, en interven-
63.6.4.2. Bueno ciones reactivas que remiten u se refieren a lo opinado, comentado o expuesto previamente por el
interlocutor:
Otra partícula que consideramos un 'cnfocador de la alteridad' es bueno, cuya
polifuncionalidad ya ha sido subrayada. El bueno que nos ocupa ahora resulta (404) a. ENc.: Muy bien. Veo que a us1ed le gusta el ambiente porque veranear por ahí en
un poblacho, eso no le convence.
distinto del marcador modal deóntico (§ 63.6.3.1) y del bueno metadiscursivo INF.: Bueno. vamos a ver, no es exaclamcnte eso. Es decir. a mí me gusta un sitio
(§§ 63.6.5.1 y 63.6.5.3): este nuevo tipo de bueno no expresa la «aceptación» de un quizás inlermedio, ¿no? (M. Esgueva y M. Cantarero, cds., El habla de la dudad
fragmento del discurso previo, al que marca como una «propuesta» modal; tampoco de Madrid, 31]
contribuye propiamente a la estructuración de la conversación (parece re(lejar un b. ENc.: Pero seguramente esta gente contaba con un gran capital lno?
valor intermedio entre el deóntico y el metadiscursivo). Este tipo de bueno sirve INF.: Bueno, era la gente poderosa de Venezuela. era el grupo M [...] IÁ. Rosenblat
para reforzar la imagen positiva del hablante y se emplea normalmente al inicio de y P. Bentivoglio, eds., El habla cu/tu de Caracas, 27]
c. lNF.: Entonces usted diría, por ejemplo. que todos lo... las personas que son equi-
una intervención reactiva que implica un cierto desajuste, oposición, disconformidad, libradas, en Venezuela, pose... poseen una madre equilibrada, iuh?
desacuerdo, etc., con el interlocutor. ENC.: ...bueno, no... ¡A. Rosenblat y P. Bentivoglio, eds., El habla culta de Caracas,
16) "'
Con esta clase de bueno el hablante marca la atenuación de su propia posición; como señala
Haverkate ( 1994: 30), «sirve de enlace pragmático entre la locución del interlocutor que expresa la
opinión no aceptada y la locución del propio hablante que expresa la opinión contraria,. He aquí
un ejemplo que puede ilustrar el tipo de bueno al que nos referimos: 63.6.4.3. Vamos

(401) -f... J Mi padre nunca fue masón. Nunca. Su hermano, mi tío Jorge 11, sí lo era. Mi Otra partícula análoga, pragmáticamente, a las que venimos considerando es
marido, el rey Juan Carlos, ni lo es ni lo ha sido. Y tampoco don Juan. Se ha tenido vamos (cf. Beinhauer 1978': 75 y 414-416; Fuentes y Alcaide 1996: 150-163, y Fuen-
siempre un extraño interés en decir eso. Pero no es verdad. tes J998). También la función fundamental de este marcador consiste en reforzar
-Bueno, en Inglaterra el rey es masón porque se le exige. Del mismo modo que se le la imagen positiva del hablante: con vamos, este trata de favorecer la comunión, con
exige ser jefe de la Iglesia anglicana y mando supremo del ejército. Quizá un rey en
apuros, buscando apoyos de su tradicional madrina, la Gran Bretaña...
-Es posible que en Inglaterra haya esa exi~encia; pero en Grecia no la había, y en bueno como saludos corteses y amigables, y aduce cjcm~os lomados de Ccr'1an1cs y de Lope de Vega, de los que incluimos
España tampoco. [P. Urbano, La Reina, 96] '·' dos:
(i) a. i,Adóndc bueno c.1mina vucsa mtrccd? IM. d~ Cervantes, El ingenioso llidi:J(Jr:O don Quíjote ,it li:J Mancha,
parle 11, lillro 8, capflulo 72. npud O. Garcés, F1mdt1menm del l!ig<>r y elegancia de la len,,110 c11stell,mo.
•• Para el uso de los vocscivos como proa:dimicn10 exprcsiVtJ de la cortesía verbal en esp.iñol. véanse Jos H 62.8.1·
upue'flO t'n d propio y 1·,u10 ioo ti~ sus parlículas, 115)
2 de ~ ta obra, así como Maverka1e 1994: 216-221 y Vhque1.. 1995. Adviértase que el marcador hombre, como unidad
b. Pues. id6mle bueno, i.cñora~. / Tan de prisa y a e,<,;t.ts horas? !f. Lopc de Vega, la .~ano de la Vt:ra. apud
interjeaiva. admite mayor versa1ilidad de mat.CCS que el vocativo -este refleja, de modo más constante, la cortesía pOSitiva.
G. Garcés. Fu11dmm:m,) d,d Wgo, y ~/ega11du tk lo ltngua rasrellano, apuesto er, ,I propio y rario uso de sus
m Como indica Haverkate (1994: 30), el propio sentido léxjco positivo de but no favorece que la partícula llegue a
partkufo_r. 115)
convenirse, una vez gramaticali1..ada (d. el f 63.6J.1). en una señal de cortesfa positiva. Ya en la lengua clásica se rccogen
ciertos giros en los que comparece bueno (usado ahf más propiamente como adjc1ivo calificativo) que son caracterizados 1?11 Es1a cl~sc dt: bueno permile. de 01ra parte, que el hablante pondere la respuc.sta más adecuada, sobre todo cuando
como expresion~ familiares o amistosas. Así, por ejemplo, Garcés (179 1: 115) comenta las íórmulasi:Jd6nd~ bueno y d6nde no está lle acuerdo con lo dicho por d interlocutor (o con lo que él cree que este piensa).
63.6.4.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 41 78 4179 Marcadores conversacionales 63.6.4.3

su propio discurso, de los participantes en la conversación, al incluirlos en la misma (407) a. Estoy agotada. He trabajado ya más de tres meses, sin parar. Vamos, estoy exte-
esfera enunciativa, a través de la marca de la p rimera persona verbal que la partícula nuada.
b. Sirva de anecdotario que tiene Martínez Montañés, Valdés Leal, Murillo, tiene...
contiene. vamos, es una pequeña obra de arte esa iglesia, l no'! [apud C. Fuentes Rodríguez
Vamos representa una unidad interjectiva que muestra e l resultado de un pro- y E. Alcaide Larn, la expresión de la modalidad en el habla de Sevilla, 159)
ceso de gramaticalización a partir de la primera persona del plural del presente d e
indicativo del verbo ir. La partícula no p uede contraer las relaciones sintagmáticas En otros casos, en cambio, el marcador va pospuesto al fragmento del discurso al que afecta
características de la forma verbal de la que deriva (no admite la negació n, ni la (la expresión del hablante suele ser, en estas ocasiones. menos vacilanlc en la medida en que la
combinación con adyacentes, etc.), ni puede alternar, paradigmáticamente, con otras idea que ha querido precisar está ya dicha):
unidades verbales; po r otra parte, refleja la pérdida del valo r semántico originario (408) a. f'LORA: (...] ¿qué te han gus1ado más, los ojos. la boca, el pie?
«de movimiento» inhere nte al verbo ir, de l que perdura, no obstante, un cierto NuMERIANO: Ah, eso no, no ... Detallar, no he detallado. Me gustas, lcómo te diría
matiz, en la medida en q ue el marcador sirve, como operador, para introducir una yo? ... En conjunto, en total... Me gustas en globo, vamos... (C. Arniches. 1A señorita
invitación a que el oyente haga un esfuerzo común con el hablante para continuar de Trevélez, 162]
el hilo de la conversación (cf. Be inhaue r 1978' : 414), reforzando las relaciones sig- b. P1CAvEA: (...] habrá usted comprendido también que a ese monume nto de criatura
le he puesto verja.
nificativas existe ntes entre los miembros del discurso. ,,. M ARCELINO: lCómo verja?
P1cAvEA: Que esa chiquilla es de mi absoluta pertenencia, vamos. IC. Arniches, La
Vamos presenta una gran versatilidad distribucional~ es muy frecuente en el intercambío con· señorita de Trevélez, 123]
versacional. y adquiere efectos de sentido variados. En todos sus empleos se advierte, con todo, el c. Tamhién estaba la reina [... J, su hermana la princesa Irene de Grecia, mis dos hijas,
deseo de implicar a todos los interlocutores en la misma perspectiva enunciativa, al tiempo que el las infanta~, doña Elena y doña Cristina, y mi hijo don Felipe, el príncipe de As-
hablante refuerza su imagen positiva (ya sea para subrayar algo que no crea diseordancia con el lurias. Toda la familia, vamos. [J. L de Vilallonga, El Rey, 252] '"'
oyente, ya sea para atenuar el sentido de aquello que puede originar un desacuerdo).
En el ejemplo que sigue, el hablante incluye vamos para recalcar los erectos negativos que se En 01ros contextos la partícula nos muestra precisamente cómo el hablante marca con vamos
están produciendo en la ciudad en la que vive (Caracas); introduce, así, la partícula para destacar la búsqueda de la expresión que considera apropiada aunque no llegue a conseguirla (e implica al
lo que le parece la idea fundamental a la que lleva su argumentación, y, sobre todo, para que el interlocutor a través del marcador):
interlocutor se sienta atraído hacia su punto de vista y lo comparta:
(409) Los señores están disgustados porque quisieran que la señorita fuese como su prima,
de esas que..., vamos, de esas que..., en fin, una es vieja y no sabe explicarse. [J. Ca-
(405) (...] la ciudad tiene una cantidad de ... desequilibrios, estructurales, de organización, de
hacinamiento (...] vamos... estamos creando un fenómeno, un monstruo. (Á. Rosenblat rabias, Crónicas de la República, 113]
y P. 13entivoglio, eds., El habla culta de Caracas, 11] Otro tipo deSlacado de efectos de sentido que presenta vamos es el de atenuar las inferencias
que se deducen del discurso que se va exponiendo. Este tipo de valor viene a coincidir, pragmáti-
En otros casos, en cambio, con vamos se atenúa la oposición a lo dicho por el interlocutor camente, con el concesivo que presenta tan a menudo bueno en cuanto marcador modal deóntico
incitando también al oyente a que adopte la posición de quien habla: (§ 63.6.3.1): el llamado bueno «rectificativo,. o «autocorrectivo». En este caso, sin embargo, la par-
tícula que nos ocupa apunta prioritariamente a la coopc;ración entre los interlocutores, a su com-
(406) - Don Manuel quiere pedirle a usted un favor. plicidad. Con vamos el hablante pretende que el oyen té se ponga en su lugar y no se siema molesto
- lUn favor a mí, don Manuel...? Vamos, vamos... Quien puede hacer favores es él y ni disconforme con Jo que él dice.
yo no le he pedido nunca ninguno ... [J. Cambias, Crónicas de la Reptíblica, 81]
(4 IO) a. En aquellos momentos tu familia no me ayudó nada. Vamos, a mí al menos eso
me pareció.
Detengámonos, en primer lugar, en el primer tipo de efectos de sentido destacado. b. NUMERIANO: (Recobrámwse s1íbilamente) No. Nada, nada ...; ya se me pasa; no es
El fragmento del discurso que introduce vamos -o al que va pospuesta la partícula (pues el nada. El sombrero, el bastón... Esto se me pasa a mí corriendo..., vamos, a escape,
marcador tiende a privilegiar las dos posiciones características de las interjecciones)- suele repre- quiero decir... (C. Amiches, la seiiorita de Trevélez, 177]
sentar la expresión más ajustada para lo que el hablante quiere decir. Como si el que habla tratara
de ir precisando, en su elocución, sus ideas, sus apreciaciones, etc., y pretendiera, al mismo tiempo, La entonación permite distinguir los dos tipos de vamos que hemos destacado: el primero es
que el interlocutor comprendiera su esfuerzo1 lo siguiera y coincidiera en la posición final con él más resuelto y suele terminar en cadencia; el segundo, en cuanto atenuador, se combina adecua-
( en cierto sentido, hay algunas analogías pragmáticas entre estos usos de vamos y los de cier1os damente con el toncma suspensivo.
marcadores 'reformuladores': cf. el § 63.4 y ss.) (véase Puentes Rodríguez y Alcaide Lara 1996: 152
y 159). He aquí un par de ejemplos que ilustran Jo expuesto. Colocamos, en primer lugar, los casos
l"1 Esta clase de efectos de sentido de vamos se manifiesta no ~o dentro de una intervención, sino precisamente, en
en los que vamos precede al fragmento del discurso al que remite: el intercambio rooversad0t1al, de suerte que, a veces, es el O)'Cntc el que introduce vamos cooper.mdo con el hablante y
situando a ambos interJocutorcs en la misma perspectiva cnuncintiva:
t!'> Como sucede con bue,w, vamos. refleja también la supi!rposición di: varias fundoncs: cs., fundamentalmente, un (i) -{...) No creo exagerar si digo que aquella gente estaba allí para abrirle las puertas, jugar al golf con él y
t!nfocodor ck lo alteridad, en la conversación, pero, al mismo tiempo, sirve para construir o configurar l!I discul'$0: com¡>3rte aoompañark en las ca«rías.
rasgos funCtonales con los tstruc111radores dt la información (J 63.2) y ron los n:fommlado«s (f 63.4). (Insistimos sobre ello -Sirvientes de lujo, l'llmoJ - insinué.
en el texto.) - En dcrto modo, sí. (J. L de Vilallonga, El Rey, 341
63.6.4.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4180 H 81 Marcadores conversacionales 63.6.4.4

Al ser una partícula que trata de ajustar el discurso a lo que el hablante trata de decir, bus- formal (de 11sted)- : mira (miró, en la América voseante)/mire; mirad (miren, en las áreas hispa-
cando, al mismo tiempo, la complicidad o la co-participación con el interlocutor, vamos sirve fre- aohablantes donde quedan neutralizadas las diferencias de tratamiento en plural -América, An-
cuentemente para destacar los miembros que integran el fragmento del discurso en el que el mar- jalucía, Canarias, etc.-; mirar, muy frecuente en la conversación)/miren (para el tratamiento ex·
cador aparece. Vamos participa entonces de ciertas propiedades características de los estrncwradores : lusivamente formal, en el plural, en la mayor parte de España) [--+ Cap. 22J.
de la i11fonnación (cf. el §63.2.2.1) (cf. Fuentes Rodríguez y Alcaide Lara 1996: 155-158): Aparte de las variaciones señaladas, mira. mire, etc., se comportan como panículas discursivas,
claramente interjectivas, que se ajustan, en general, a las propiedades que hemos establecido en el
(41 1) a. Le dije que viniera y, vamos, que estaba invitado. § 63.1.2 y ss. No admiten ningún tipo de complementación (•mira esto; •mira allí; •mira de reojo,
b. No se lo creía pero, vamos, yo lo convencí. cte.) y solo esporádicamente comparecen con el sujeto (mira tú; mirá vos; mire usted, etc.) o con
c. Es mi mejor amiga porque, vamos, la quiero mucho. un vocativo que se refiere a este (mira. Ana; mire, don Pedro, etc.); tampoco admiten la negación
d. Le he regalado la moto para que ... vamos, para que venga a verme. (el tipo de construcción no mires. no miréis, etc., no representa al marcador), etc. En c<1mbio, estas
partículas pueden muy bien ser moduladas por medio de la entonación (con todo. no adoptan,
como es regular para todo imperativo, la modalidad interrogativa) [- §§60.2, 61.1.4 y 61.3.IJ.
A menudo vamos, como muchos otros marcadores discursivos, se construye seguido de que; la
conjunción no se subordina, sin embargo, al marcador (que puede ir separado, por medio de una
pausa más o menos pronunciada, de este que), sino que introduce una oración con cierto valor Desde el punto de vista semántico, el marcador mira (y sus variantes) refleja
explicativo o conclusivo (cf. el§ 63.1.3. 13): un claro proceso de 'desemantización'; ha perdido su significado originario -«apli-
car la vista a un objeto»---, para pasar a convertirse en una señal que trata de atraer
(412) a. Este día que os cuento, había acudido toda la comunidad [de religiosas], por la la atención del oyente a la esfera del hablante. 1.12 Con mira, ele., el hablante intro-
curiosidad de ver nuestro debut. Vamos que estaba el «Completo•. [E. Marco Buil, duce un mie mbro del discurso que conside ra informativamente relevante para el
Memorias de 11na antigua alumna del Sagrado Corazón, 39] oyente y trata de acercar a este a su propio ámbito, con lo que, frecuentemente, la
b. [...] entre ella y yo, hablábamos en inglés. En inglés, oye, y a mí el inglés no es pa rtícula puede constituir un procedimiento expresivo de la cortesía positiva: el ha-
precisamente lo que más me... Vamos, que no es un idioma que me inspire y me
apasione ... [P. Urbano, LA Reina, 333] "'
blante inte nta, con ella, aproxima r al inte rlocutor hacia sí, hacerse comprender por
este. He aquí algunos eje mplos que ilustran lo que queremos decir:
(413) a. No se lo enseñé porque, mim, no tuve tiempo.
63.6.4.4. Mira, mire b. ¿Y dónde has aprendido tanta mitología? Pero miro, así no se escribe. [M. Alvar,
El envés de la hoja, 12]
c. ENc.: ¿En qué consiste [tu profesiónJ'I
Otros 'enfocadores de la alteridad' reflejan también la gramaticalización de una INF.: l En qué consiste? Mira, eso es una cosa que yo todavía no he descubierto,
forma ve rbal [--+ § 60.2.2.3). Entre estas partículas analizaremos, en primer lugar, en qué consiste exactamente. Tiene muchas facetas lno? [Á. Rosenblat y P. Ben-
mira (y sus variantes), que se encuentra estrechamente relacionada con otra, oye (y tivoglio, eds., El habla culta de Caracas, 25]
sus variantes), con la que se combina frecuentemente (oye, mira; mira, oye) (cf.
Beinhauer 19783: 60-63; Fuentes Rodríguez 1990b; Pons 1998b). Como sucede con otras unidades inte rjectivas, mira, e tc., matiza claramente sus
Mira constituye el resultado de un proceso de gramaticalización a partir de la efectos de sentido según que vaya antepuesta o pospuesta al miembro del discurso
segunda persona del singular del impe rativo del verbo mirar. al que afecta. Cuando va pospuesta a este, ~dquiere, generalmente, un tono más
autorreflexivo y, en cierto modo, autorreferente: apunta no sólo al interlocutor sino
Como marcador, las únicas variaciones que admite mira son Ja de número, asociada a la se~ al propio hablante, que parece subrayar que él mismo es consciente de las infe ren-
gunda persona verbal (que no es automática: para un interlocutor plural se puede usar también cias más relevantes que se deducen del me nsaje. Esta circunstancia se da nq sólo
mira), y la correspondiente al tratamiento - no formal (de tú o de vos, en las zonas de 'voseo') o en los casos en los que el segmento discursivo afectado es emitido por el hablante,
sino tambié n e n aquellas ocasiones e n las que mira implica la réplica inmediata a
1 1
' El ,,amos marcador que acabamos de considerar debe distinguirse del uso interjectivo en el que l'i1mo, constituye una intervención previa:
una exclamación autónoma que sirw, bien para animar a actuar a alguien, bien para expresar diversas reacciones anímteas
o afectivas (sorpresa. desencanto, enfado, etc.) 1§ 62.7):
(414) a. - No se ha salvado nadie en el accidente, mira.
(i) a. A; iOue son las diez! b. A: Le ha tocado la lotería y se va a comprar un piso.
B: /,Qué dices?
A: iQue te levantes! iVamos! iArriba!
B: Mira ...
b. A:. Me han dado el premio.
B: iiVamos!! iQué alegria! A diferencia de lo que sucede con oye, miro tiende a condicionar el valor inlocutivo del seg-
c. A: Me niego a hacer las camas. mento que introduce. Al ser una señal que marca la relevancia de las opiniones o de las preferencias
8: /YQnwsf Pero lqué te has creído? del hablante, la partícula se combina más a menudo con enunciados declarativos y directivos que
En el lenguaje vulgar 1,'QmóJ' puede perder la consonante inicial. tanto en sus empleos como marcador como en aquellos con preguntas. Cuando introduce oraciones o construcciones interrogativas, o bien estas tienen los
en que funciona como una exclamación imerjectiva aulónoma:
(ii) H101~10: (...1Tú has dao un cambiazo, Nieves; ni me quieres como me querfas, ni te alegra ya mi querer. i '2 Min, puede referirse 1amhién al propio hahlanle cuaOOo este se dcsdohla, y cumple, entonces, una función análoga
Nu::.vF.S: Amos, chico; quita, quila. A ti te han hecho guiños. fC. Arniches, El amigo Mefqutadn, 57) a la que descmr,cña cuando afecta a otro oyenlc: Mira. Maria Amoma. tk,U!s que acabar, de una 1'(2, el rrubajo.
63.6.4.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4182 4183 Marcadores conversacionales 63.6.4.5

valores inlocutivos citados, o bien el marcador sirve para atenuar la actitud inquisitiva que conlleva (418) P.: El problema es que algunos analis1as han senalado la posibilidad de que las restric-
loda pregunta, al liempo que crea una cierla atmósfera de confianza con el interlocutor: ciones provoquen un estallido social e. incluso, los mismos sindicatos han alertado sobre
el peligro de ver.;e rebasados...
R.: Mire, 1995 fue el año en que se registró el menor número de huelgas en la historia
(4L5) a. Mira, icómo has sido capaz de hacerle eso a tu hermano? (= Mira, le has com· moderna del país. Esto evidencia la enorme madurez y responsabilidad del pueblo de
portado mal con tu hermano) México y de las organizaciones que lo represenlan. [El MwuÚJ, 24-1-1996, 201
b. Mira, icuándo vas a aprender a guardar la ropa en el armario? ( = Mira, debes
guardar la ropa en el armario) De lo que dice el primer interlocutor se infiere que las medidas económicas que se están
c. Mira, l qué te gustaría ser? (Viene a querer decir: «Cuéntame lo que le gustaría aplicando en México eslán creando malestar social. El segundo interlocutor, en cambio, postula
ser-) - atrayendo la alención del oyente hacia su punlo de visla- que lo que sucede en el país justifica
sostener la opinión contrnria (no ha habido huelgas, lo que muestra que la población y los sindicatos
Como sucede con los marcadores que participan de características interjectivas. mira puede no desaprueban las medidas aludidas, sino que las comprenden y las aceptan).
presentar efeclos estilísticos muy diversos. En general, marca la posición del hablanle en relación Otros ejemplos que revelan el mismo efecto de sentido:
con el oyenle, en el senlido de a1raer a esle hacia su ámbilo e indicarle su punlo de visla. Pero la
partícula puede ser sinlomálica de divcr.;as matizaciones afec1ivas: permile imprimir de cordialidad, (419) a. P.: El Ministerio de Salud Pública advierle que muchos de los equipos son de baja
simpatía, ponderación. mesura, e1c., la expresión del miembro del discur.;o que introduce, y 1ambién calidad o están desfasados, y yo he visto informes que seíialan la existencia de al
puede subrayar la ira, el enfado, la protesta, ele., implicados en lo que se va a decir. En la medida menos dos equipos españoles defectuosos...
en que mira señala un cierto «posicionamiento» previo a la emisión del mensaje que introduce, la R.: ¿Qué son dos equipos en un negocio de 50 millones de dólares? Mire, los casos
partícula puede, en ocasiones, favorecer el acercamjento entre los inlcrlocutores creando una al· han sido mínimos y no se han dejado de atender ninguno de los problemas que
mósf~ra cordial que, por ejemplo, atenúe la posible disensión que cause lo que vaya a decirse; pero pudieran haber surgido. [E/ Mwulo, 29-1-1996, 65)
también, otras veces, el marcador resulta una expresión cortante, tajante, amenazadora, etc., porque b. A. H.: Usted decía hace tan sólo un mes que nunca aceptaría hipotecas para go-
puede orientar el discur.;o de forma airada desde el ámbito del que habla, tanto para introducir bernar de nadie.
una amenaza, por ejemplo, como para replicar ante algo que le ha provocado enfado, disguslo, etc. J. M. A.: Bueno, mire usted, una cosa es el pacto en polílica, el acuerdo en política,
He aquí algunos ejemplos: el diálogo en política y otras cosas son hipo1ecas que no se puedan aceptar o no
se puedan asumir. [E/ Mundo, 7-1-1996, 8]
c. A: No ha venido nadie a la biblioteca.
(4}§1 a. Mira, deberías lener paciencia con tu suegro. (Con tono palernal) 8: Mire, hoy es sábado. La gente también tiene derecho a descansar. '"
b. Miro, no estoy dispuesto a seguir aguanlando esto. (Con 1ono que atenúa el mensaje
que sigue al marcador)
c. Mira, hasta aquí hemos llegado. (Con lono amenazador) 63.6.4.5. Oye, oiga

En la articulación del discurso, se des1acan, espccialmen1e, dos efectos de sentido de este El marcador oye está clarame nte relacionado con mira, con el que se combina
marcador. frecuentemente (§ 63.6.4.4) (cf. Beinhauer 19783: 64-66; Fuentes 1990a y 1990b;
Muy a menudo, mira o mire, etc., se emplean para introducir la explicación, la justificación, la Pons 1998b).
demos1ración, etc., de algo que el hablante ha hecho o ha expueslo previamen1e (o que se infiere Oye reíleja también e l resultado de un pr()\:eso de gramalicalización a partir de
de lo hecho o de lo dicho por él): la segunda pe rsona del singular del imperativo ·(en este caso, del verbo oír).

(417) a. Castizo al máximo [el duque de Alba] en el «Misterio• de Elche, en el último Las únicas variaciones que admite la partícula son las indicadas en rela~ión con mira: la de
verano de su vida: «Mire, Sopena, yo dejo pasar siempre delante a los curas pero número, asociada a la segunda perrona verbal (oye, oí -en la América voseante-1 oíd. oiga,¡ -en
ahora para mear, después de cuatro horas, no•. [F. Sopeña, Escrito de noche, 133] América, Andalucía, Canarias, cte.-, oír - muy frecuente en la conversación-) (variación que no
b. «A veces lo que me emociona es algo bueno, algo de valor, algo muy bonito que es automática, como ya se ha señalado para mira, pues oye puede utilizarse con referencia a un
no esperaba. Mira, por ejemplo, el otro día habíamos hecho una escapada a Palma inlerlocutor plural), y la de iratamiento (no formal: oye, o~ oíd, oiga,~ oír; formal: oiga, oigan).
[...]. lbamos andando (... (. En estas, pasamos por delante de una pandilla de chi- Aparte las variaciones señaladas, y el hecho de que. como mira (y sus varianles), oye (y las suyas)
quilos. [...] Entonces, uno de ellos [...] me mira. [...( JQué mirada! (...] Se me em- pueda combinar.;e también, esporádicamente, con el sujeto o con un vocativo (oye tú; oiga usted;
pañaron los ojos». [P. Urbano, La Reina, 327] oye, Juan; oiga, Pedro; oiga, don Jesús, etc.), la partícula que nos ocupa se ajusla, en líneas generales,
c. P.: l Qué tipo de gitana eres? i Qué es ser gitano? como mira (cf. el § 63.6.4.4), al estatuto de 'marcador del discurso' que hemos determinado en el
R.: Mi padre ha sido un gitano muy cabal. Mí madre no era gitana. Pero los tres § 63. l.2 y SS.
hijos le hemos salido gitanos. Mira, ser gitano no es un lunar, ni una forma de Oye conslituye 1ambién (como mira ) una unidad in1erjectiva [ - §§ 60.2.2.3 y 62.9.1 (. Presenta
pensar, ni una forma de vivir. Es una forma de sentir. [E/ Mundo, 28-1-1996, 6] la versatilidad distribucional de las interjecciones. Es modulada por medio de la entonación y adop-

t.'-' Conviene destacar que hay otros uS<l'i de mira quc quedan fuera de nuestro objeto de estudio porque no se ajustan
El otro valor frecuente e interesante de mira o mire, etc., es el que presentan estos marcadores al estatuto de marcador que hcmn-; acotado en la pre!ienle contribución (cf. el § 63.1.2 y ss.). Se 1ra1a de k>S empleos
cuando comparecen en una inteivención reactiva introduciendo un fragmento de discurso con el intensificativos de mim, de ciertas fórmulas en las que comparece e:,;te signo. etc.: Miro qué g11npa ,s.16, Mira WÓ dónde
que el hablan1e justifica una opinión o un punlo de vista contrarios a los del inlerlocutor. Veamos h&y ha ~-tnido (.,11¡,e, Mita que no acordarte <k que Edtu1rdo K iba h<Jf de ~·iaje f. ..} [J. Marías, Mailana e11 la &Ua punsa
el ejemplo siguienle: en mi, 651.
63.6.4.S LOS MARCADORES DEL DISCU RSO 4184 4185 Marcadores conversacionales 63.6.4.5

ta, en ocasiones, rasgos exclamativos. A diferencia de lo que sucede con mira, oye puede combinarse c. 1---l Oye, no pierdas el tiempo en esas letras gótic-•s tan difíciles... [M. Alvar, El
-a pesar de reflejar una forma imperativa- con la entonación interrogativa. Pero aludimos a usos envés de la hoja, 121
que no afectan propiamente al marcador de que tratamos. Nos referimos a los empleos de oye,
oiga, etc., con los que intentamos comprobar si el interlocutor nos escucha, cuando no se encuentra Pero, como hemos indicado para mira, la partícula oye se presta también, dada la polivalencia
cara a cara con nosotros -o, por alguna circunstancia, le resulta muy difícil oírnos- (si le hablamos característica de las interjecciones, para enfocar con tono agresivo al interlocutor (máxime, si va
por teléfono, por ejemplo, o a través de una pared o de una puerta, e tc.): acompañada de un vocativo de carácter peyorativo o insultante):
(420) a. A: Wye? lOye? (423) -iCuánto quieres por esto?
B: Sí. Le escucho, le escucho... Diga, diga... Hable... - Nada.
b. -1.0iga? iSe ha cortado la comunicación' -Oye, tú, imbécil -saltó M~rry- icómo que nada'! El cincuenta por ciento. [J. Gi-
ménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi vi.da entre los Franco, 159]
Desde el punto de vista semántico, el marcador oye refleja también -quizá, en
me nor medida que mira- un proceso de pérdida de su valor significat ivo pleno - a Oye puede introducir mayor variedad de miembros discur.;ivos que mira. Se antepone a uni-
dades de modalidad asertiva, imperativa e interrogativa, y se combina con enunciados declarativos,
partir de oír como «percibir por el oído,,, «atender a quien nos habla», etc.- . La con órdenes, con ruegos, con preguntas, etc.:
'desemantizaeión' de oye se puede apreciar cuando se compara su funcionamiento
con el de la forma verbal plena correspondiente (en combinación, por ejemplo, con (424) a. Oye. si esto os pasa estando con el presidente Reagan, i qué hacéis con él? iPues...
míra, que también puede usarse como unidad plenamente verbal y como marcador lo mismo! [P. Urbano, La Reina, 92]
discursivo): b. P1CAVEA: ( ..•] Oye, eso que cantabas de ladrón, ladrón, digo que no sería por mí,
ieh? (C. Arniches, La señorita de Trevélez, 121]
(421) a. A; Mamá, mañana vamos de excursión. c. Oye, ven aquí y siéntate.
B: Pues oye y mira bien lo que te digo. hija mía: no se te ocurra meterle en el río d. En medio (...] apareció Jesús Puente, empeñado en travestirse en Gardel e imitarlo.
antes de hacer la digestión. Pues oye, le hacía ilusión al hombre. [El Mundo, 2-1-1996, 321
b. A: Paco, me he comprado un abrigo de visón.
B: Pues oye. mira. Mercedes, me parece un disparate, lqué quieres que te diga? Como hemos señalado a propósito de hombre, vamos o mira, también oye, dada
su índole interjectiva, matiza su significado según que se anteponga o se posponga
Los ejemplos precedentes muestran que, cuando oye y mira funcionan como verbos plenos, al fragmento del discurso al que remite. Cuando aparece en posición fi nal respecto
como en el ejemplo (421a), admiten sus complementos y modificadores habituales, y pueden coor- de dicho segmento, el marcador, al teñirse de los valores inlocutivos de aquel, pierde
dinarse entre sí. Eo cambio, cuando funcionan como marcadores -en el ejemplo (42lb)-, no parte de su carácter apelativo, y propicia el acercamie nto al inte rlocutor, atenuando,
pueden combinarse con ningún término adyacente (salvo el sujeto o el vocativo, como ya se ha
señalado) ni se someten a la coordinación (cf. el § 63.1.3.5). por ejemplo, el valor directivo o exhortativo del segmento que le precede o favo-
reciendo las estrategias de complicidad con él:
Oye (y sus variantes) sirven, fundamentalmente, para introducir un miembro del (425) a. MAR/BEL: iComo les he hablado tanto de ti, y de tu niño!...
discurso como un conjunto informativo relevante que el habla nte desea transmitir RuFi: l Pero también le has hablado del chico, oye? [M. Mihura, Maribel y la extraña
al interlocutor. El marcador implica, pues, también como mira, un «posiciona- familia , 168] _
miento» en relación con el oyente; pero, mientras que, con mira, el que habla trata b. DOÑA MATILDE: iPues claro que sí! iTenemos que hablar de tantas cosas!
de atraer al interlocutor hacia su propio ámbito, con oye, el hablante intenta intro- MARIBEL: (A la defensiva) lDe qué cosas, oiga?
ducirse en la esfera del oyente. DOÑA MATILDE: Pues idc qué va a ser! De sus amores con mi hijo... [M. Mihura,
Maribel y la exlraña familia , 145]
Como hemos indicado para mira, también oye puede servir. además de para enfocar la infor- c. Aparte de que, entre ella y yo, hablábamos en inglés. En inglés, oye, y a mí el inglés
mación hacia el interlocutor, para establecer estrategias relacionadas con la cortesía verbal. La no es precisamente lo que más ... [P. Urbano, La Reina, 333]
presencia del mareador puede reforzar la imagen positiva del hablante en la medida en que favorece Veamos a continuación algunos de los efectos de sentido más interesantes que actualiza oye
el acercamiento hacia el oyente (sobre todo, si se incluye un vocativo afectuoso a continuación): en el discurso.
En las intervenciones reactivas, la partícula se emplea muy frecuentemente para introducir la
( 422) a. De pronto oí que Angel ita le decía a su novio, que, por excepción, era paisano: discrepancia del hablante en relación con la actitud o las palabras de su interlocutor. Oye - fre-
--Oye, mi vida, el domingo no podremos vemos. cuentemente duplicado: oye, oye (o la variante oiga: oiga, oiga)- expresa, así, la protesta, la recon-
-iCómo? lQué dices? vención o el enfado de quien habla (este efecto de sentido resulta próximo al que muestra el bueno
-Que no podremos vernos. Me han avisado para salir de propaganda. (J. Carabias, disconforme que hemos destacado en el § 63.6.3.1; pero mientras bueno apunta al mensaje emitido,
Crónicas de la República, 254] oye se refiere, más bien, al propio interlocutor):
b. -lCuánto te han dado por el l.ancia?
-Setecientas. (426) a. - Hay que encargarlo cuanto antes -abre y adelanta las manos Panta-. Para que
- l Y eso qué es, mucho o poco? llegue rapidito. Ven, chola, dónde te escapas.
-Está bien. Oye, tú, que vas a ser famoso, que has salido en la tele. [J. Giméoez. -Oye. oye, qué te pasa - salta de la cama, corre hacia el cuarto de baño Pochita-.
Arnau, Yo, Jimmy. Mi vida entre los Franco, 451 iTe has vuelto loco? [M. Vargas Llosa, Pantaleón y las visitadoras, 21)
63.6.4.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4186 4187 Marcadores conversacionales 63.6.4.6

b. - Voy a regalarle este libro a mi sobrino. etc.) y en el de la percepción intelectual (fijarse, entender, saber, ele.), que sirven igualmente para
-Oye, oye, que tienes un hijo. !Ejemplo tomado de la conversación real] marcar las relaciones entre los participantes en la comunicación - la confianza y el acercamiento
c. - Debería usted ir a verle. entre ellos, por ejemplo-: podrían considerarse, pues, 'enfocadores de la alteridad'. Nos referimos
-Oiga, oiga, que venga a verme él. •.w a unidades como ves, verás, escucha, fijate, sabes, e111ie11des, etc., las cuales reflejan síntomas claros
de gramaticalización: aparecen fijadas en la segunda perwna verbal (con las variaciones de n(1mero
. Otro empleo frecuente de oye es el que incluye a la partfcula en posición final respecto del y de tratamiento) y muestran una cierta 'desemantización'; no indican propiamente un proceso de
miembro del discurso al que remite, para crear una cierta complicidad con el interlocutor. A veces, percepción física o intelectual sino que son señales de ciertas actitudes del hablante en relación con
tr:3s el marcador, se reitera una parte del miembro discursivo afectado, con lo que se intensifica el oyente durante el curso de la conversación. Se las considera, así, a algunas -ves, sabes, c.mien-
dicho segmento. (En todos estos casos, la partícula viene a querer decir ,ictoma nota>t, -.date cuen- des- 'apéndices justificativos' (cf. Ortega 1986): con ellos, el hablante muestra que considera que
ta..) Veamos algunos ejemplos: el oyente desconoce la información que él le proporciona o los fundamentos de la orden, exhor-
tación, etc., más o menos suaves, que le transmite, al tiempo que llama su atención y, en cierto
(427) a. • Los hechos•, decía el juez en su auto del 12 de enero del 93 (tres autos nos modo, se justifica ante él.
contemplan, oiga, y aquí no ha pasado nada), •tienen la necesaria entidad para Por medio de sabes (y sus variantes), cte., el que habla puede lograr un clima de confianza
repercutir en la seguridad del tráfico mercantil•. ¡J. Cacho, en El Mundo 8-1-1996 con el oyente -un claro acercamiento hacia él-:
5~ • '
b. A mí no me parece mal que Antonio Banderas anuncie jamón ¡...]. A mí lo que (429) a. -Sabes - prosigue en un tono confidencial-, cuando ya hacía años que yo estu-
me preocupa es la frente de Antonio Banderas¡...] A uno le parece mala y envidiosa diaba en Madrid ¡...], nuestras relaciones fueron difíciles. [J. L de Vilallonga, El
toda la campaña de reproches que se le viene haciendo a Banderas. Uno hasta pide Rey, 96]
un temprano Osear para Banderas. Pero esa frente, oigan, esa frente. ¡F. Umbral, b. -Sabes, Joaquín, cuando estábamos todos allí muchos niños y muchas nitias, se me
en El Mundo, 25-11-1996, 136] acerca una niña y me dice: ..:Tú quién eres para estar aquí, lcómo te llamas que
c. No me interesa la edad de los vivos sino de los muertos. Ya que los vivos nos no te conozco?.. [J. Giménez-Arnau, Yo Júnmy. Mi vida entre los Franco, 198]
quitamos años, los muertos deberían ponérselos. Más que nada por no amargarnos c. Saqué la cátedra, ¿sabe? Ya conozco Marruecos y allí he visto cigüeñas en los
el tiempo que nos queda a los demás. Es una sugerencia, oigan. IC. Rigalt, en El campos y en las mezquitas, y arriba, en el cerro del cementerio: me recordaban las
Mw,do, 29-11-1996, 2] "' de Alfajarín y las de Ávila; pensaba en usted. iSabc? Me casé. ¿Sabe? Ya tengo un
hijo. iSabe? l"M. Alvar, El envés de la hoja, 271
Conviene destacar, en fin, que es frecuente combinar a oye con mira. En esos casos, se produce
un doble señalamiento de los interlocutores: la e.sfera del oyente (oye) y la del hablante (mira). Es Con ves -<> verás- el hablante presenta, además, el segmento del discurw que transmite como
posible empicar, O)~. mira y mira, oye, y es más habitual que ambos marcadores vayan antepuestos algo probatorio de lo dicho o indicado previamente por él mismo:
al miembro que afectan, que pospuestos a él:
(430) a. Las grandes divisiones, ya ves, funcionan bien en teoría, pero, teniendo en cuenta
(428) a. Nadie diría •mira, oye, estos son los reyes de España en el exilio•. fP. Urbano, u, la geografía española, las que mejor funcionan son las pequeñas unidades. [J. L de
Reina, 134] Vilallonga, El Rey, 205]
b. INF.: (...¡ toda esa serie de cosas, eso demuestra ingenio, demuestra viveza, de-
b. Oiga. min,, yo me marcho; no hay quien le dé clase a su hija.
muestra una gran cantidad de cosas, dentro del propio pueblo, i ves? (Á. Roscnblant
y P. Bentivoglio, eds., El /tabla culta de Caracas, 28]
c. A la princesa, al principio le costaba qué yo me arriesgara. Pero en ella hay muchos
63.6.4.6. Fon11as verbales de segunda persona como marcadores de alteridad siglos de educación en el valor, en el serviciq, en la disciplina... Y me animó. iVes?
Otra vez que estuvo a mi lado. 11'. Urbano, Lt, Reina, 341]
Se emplean también con frecuencia, en la conversación, algunas formas verbales de segunda
persona, cuya base léxica se inscribe en el campo semfotjco de la percepción física (ver, escuchar, Como es habitual en las partículas que enfocan la alteridad, también estos elementos de·que
tratamos pueden marcar de cierta acritud la relación con el interlocutor, en función de cuál sea la
acLitud que adopte el hablante hacia él:
1.w En los textos periodis1icos actuales. que 1ra13n de reflejar, a menudo, el disctJrso oral, se documenta es1c tipo de
efttlo de sentido:
(431) iAnda, espabila y tengamos la fiesta en paz, que si fueras más hombre ya te habría
(;l Uevábamos d;a, de cri,;~ con la amenaza de ,;,a, la toalla sobr< nuestras cabezas, cuando apareció el nombre puesto de patas en la calle! i Mc entiendes? iPues nos ha merengao! ¡c. J. Cela, La
más insólito que se nos podía ocurrir: Josep Maria Ao1au. Para quien 1oda\ll.t no lo sepa, Flotals es una
institución (...). Pedirle a Josep su participación en la pcUcuta no.s sonaba lo m~mo que sugerirle a Jeremy
Colmena, 30]
lrons una colaboración en «La jungla de cristal 3,., Oyt', oyt, E.1:ipera, espera. Si ellos lo hacen, ipor qu6 no
nosotros? Y ahí íuimos. Y Flotats f...¡ dijo inmedia1amenlc que sí. (E/ Mundo, 21 -1-1996, 16) Las unidades que estamos analizando, como habrá podido comprobarse, aunque comparten
1
En muchas ocasiones~ se empica para c.tmbiar de rema en la conversación. Sin marcar una ruptura en el curso
"
muchos de los rasgos característicos de los marcadores descritos previamente, no se ajustan ple-
de 1:\ mismit, la partk:ula señala la transición tem!tica. Es decir, el marcador presenta, entonces, superpuesta a la función namente, sin embargo, .al estatuto de 'marcador del discurso' que hemos acotado en el presente
de ·enfocado, de la alteridad'. orra de tipo más bien mctadiscursivo: caphulo (cf. el § 63.1.2 y ss.). Sabes, ve~ entiendes, etc., no se hallan plenamente gramaticalizadas
(;) -Cuando me llamaste para escrib;, en El lndi.r<,eto, no s, me pagó.
(cf. el § 63.1.3.1). Así, se combinan con ciertos complementos (me enriende~ ya ves -y podríamos
-lCómo que no se te pagó? Yo mandaba un balones con el dinero para que se 1rajcra tu artículo. pensar en tú ya me entiendes, fíjate bien, yo sabes, etc.-); admiten ciertas alternancias temporales
- Pues los Jardón no me pagaron nunca. Oyt, dime, Jimmy, llos Franco tienen tanto dinero como se dice? (ves, verás); pueden ser negadas (ves!ino ves?; sabes!lno sabes?; me e11tiendes/i111J me e111ie11des?) (cf.
-No sé. (J. Giménez-Amau. Yo )immy. Mi villa entre los FmllCQ, 208J el § 63.1.3.6); pueden usarse con la modalidad asertiva y con la modalidad interrogativa (ves/¿ves?;
63.6.4.7 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4188 4189 Marcadores conversacionales 63.6.4.8

sabes/isabes?; me e11riemfes/ime e111ie11des?. etc.). Quedan, por ello, fuera del objeto de estudio que Aunque todas estas un idades escapan del objeto de nuestro análisis, desempeñan, como ha
hemos determinado. Ello no obstante, ha querido destacarse su interés c'Omo reguladorns de las tratado de subrayarse, un interesan te papel en la interacción conversacional.
actitudes y de las relaciones que mantienen los participantes en la conversación en su condición de
interlocutores (cf. 13einhauer: 1978': 62-66, 122y 169-170; Ortega 1985; Ortega 1986; Fuentes l 990a
y 1990b, etc.). 63.6.4.8. Por favor

El último elemento que incluimos entre los enfocadores de la alteridad es por


63.6.4. 7. Apé11dices comprobarivos favor [- § 61.4.2.). Esta partícula se ajusta en líneas generales, al estatuto de 'mar-
cador del discurso' que hemos definido ya en el § 63.1.2 y ss. Refleja el resultado
Están también vinculadas con las partículas enfocadoras de la alteridad algunas unidades como
ino?. i verdad?, ieh?, etc., que le sirven al hablante para conseguir del oyente cierta corroboración de un proceso de gramaticalización (véase el § 63.1.3.1).
(que no excluye su rechazo) respecto del segmento del discurso al que remiten (cf. Ortega 1985)
1-+ § 61.3.4.4). Veamos algu nos eje mplos: Podemos distinguir algunos ejemplos en los que este signo funciona como marcador, de otros
en los que mantiene sus características de sintagma preposicional:
(432) a. ¡... ) he tenido algo que ver con la industria, fabricación y cosas de ésas y en cada
una de las ramas los aspectos son muy distintos üw? Un poquito de administración, ( 435) a. Pídeselo por favor.
un poquito de control de personal (...]. [Á. Roscnblat y P. Bentivoglio. eds., E,/ b. Pídeselo, por favor.
habla culta de Caracas, 25) c. Hazlo por el favor que te hice.
b. iEres militar. 110? - lanza una bolsa de viaje sobre una silla, se descalza Pocbita-. d. Hazlo, por favor.
Sabías que te podían nrnndar a cm1lquicr lado. lquitos no está mal, Panta. lNo ves e. Le dieron trato de favor por favores que había hecho.
que parece un sitio simpático? ¡M. Vargas Llosa, Panrale611 y las visitadoras, 20] ( Por favor, le dieron trato de favor por favores que había hecho.
c. -Así que usted tiene un título de diez mil pesos... g. Lo admitieron pero no por el favor real sino por sus méritos.
- Parece raro, iverdadl Diez mil pesos. IJ. C. Onelli, El astillero, 69] h. ' No por favor lo admitieron, sino por obligación.
d. -O sea que es comunista, üh? Yo pensaba que usted era maestro.
- No. Maestro es Ángeles. Va de cuarta en la lista. IUlises/J. Ortiz. en El Mumlo, Cuando por favor se comporta como un marcador del discurso: va destacado entre pausas; no
11-11-1996, 4] admite moción de número; no puede ser determinado ni cuantificado (un favor, dos favores, ele.):
no desempeña una función oracional, sino que se mantiene en el ámbito extrapredicativo; no puede
Estos elementos se pueden considerar 'apéndices comprobativos' (Ortega 1985) en la medida ser negado, etc.
en que apuntan a comprobar que el hablante acepta o no el segmento del discurso al que van
pospuestos, segmento que puede reflejar una pregunta, una orden más o menos atenuada, una (436) a. Yo le pido que, por favor, no participes en nada. (...] Así, que, por favor, Joaquín,
información, etc. Comparten, pues, ciertas propiedades con algunas partículas modales deónticas haz lo que te dice tu padre, no te metas en nada, no organices, por favor, que ya
(como vale: cf. el § 63.6.3.2), pero a diferencia de vale o de acuerdo, los elementos comprobativos sabemos que cuando tú organizas algo... (J. Giménez-Arnau, Yo, Jimmy. Mi vida
exigen en menor medida una respuesta por parte del oyente, pues indican, más bien, en general. entre los Franco, 93]
el deseo del hablante de contar con el interlocutor, buscando su cooperación, su comprensión, su b. ¡... ) iDónde nos mandarán, Pocha? Pásame la toalla, por favor. [M. Vargas Llosa,
complicidad, etc. Constituyen, por ello, medios expresivos de la cortesía negativa. Pa111ale6n y las visitadoras, 111
Desde el punto de vista más estrictamente gramatical, las unidades que nos ocupan no se c. Por favor, i podría decirme dónde está la,calle Madre Vedruna?
ajustan tampoco totalmente (como hemos señalado también para sabes, ves, etc.) (cf. el § 63.6.4.6) d. DoN Luis: iAh! Se me olvidaba darles las gracias porlas cajas de chocolatinas que
al estatuto de 'marcador del discurso' que hemos acolado (cí. el§ 63.1.2 y ss.). Se trata de elementos tuvo la amabilidad de enviarme, y que son realmente exquisitas. A mi esposa le
que ,enejan una fijación inestable: admiten la combi nación con otras palabras (i110 crees?. ino te gustaron muchísimo.
MARCELINO: Por favor, no vale la pena. [M. Mihura, Maribel y la extraña fa111ilia ,
parece?, iverdad que sí?, i verdad que no?, e tc.) - incluso con un vocativo, aun no siendo formas
verbales: i no, tú?, i verdad, usted?-; y, en algunos casos, permiten la alternancia de modalidad 1541
(asertiva e inte rroga tiva) (iverdad?/verdad; ieh?!eh). Esta versatilidad es muy frecuente con eh:
Por favor puede afectar también a mjembros del discurso que no incluyan un
(433) a. La verdad, lo de ir a pie jugándomela, detrás del armón fue un trago, eh ... verbo (cf. el § 63.1.3.11):
¡P. Urbano, La Reina , 341 ]
b. - (...J Venga, Manolo, ponmc el último, que me voy, y dame un cigarro, anda, rubio (437) El matri monio[ ... ] me ofreció de beber y, como no había nada sin alcohol, pedí:
no ieh? [P. Maestre, en El Mundo, ll-11-1996, 76] -Agua, un vaso de agua, por favor. [J. Gi ménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi vida enrre los
Franco, 208]
Eh, en esa línea, muestra la polifu ncionalidad cttracterística de las interjecciones. Puede utili-
zarse también como señal apelativa, con exclamación: El marcador se combina, pues, con oraciones declarativas, interrogativas e im-
perativas. No obs¡ante, presenta ciertas restricciones combinatorias ( cf. Molina Re-
(434) iEh!, calma, que eso no significa que vayas a morirte. [E/ Mundo, 14-IV- 19%, 85)
dondo 1987: 151 y s.): sólo puede usarse con segmentos del discurso que reflejen
Este signo (eh) resulta más claramente tipificable como marcador 'me tadiscursivo' (§ 63.6.5.5). peticiones o propuestas. No introduce, pues, meras informaciones o promesas (cf.
nnes !'.(! comoorta. entonces. de modo más re~ular. como se verá más adelante. Molina Redondo 1987: 152):
63.6.4.9 LOS MA RCADORES DEL DISCURSO 4190 4191 Marcadores conversacionales 63.6.5

(438) a. •Tomó más café, por favor. 63.6.5. Metadiscursivos conversacio nales
b. •Te promelo que podrás 10mar más café, por favor.

Así, el ejemplo precedenle (tomó más café, por favor) sólo resullaría aceplable si tomó má,· Los marcadores ' metadiscursivos conversacionales' forman parte de los proce-
café se interpretara como una «propuesta,.; por ejemplo, replicando a alguien que cuenta que cierta dimientos que utilizan los interlocutores p ara construir la conversació n. Vienen a
persona lomó una dclcrminada canlidad de café, quien habla puede •proponer• - pro1es1ando- re prese ntar traros del esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir o rga-
que dicha persona bebió más café del indicado. Para plantear su réplica de modo cortés - sin nizando su discurso (Briz 1993a, 1993b; Briz e Hidalgo 1998). En ciertos caso s, se
imponerla a su interlocutor-, incluirá por favor. los ha considerado ta mbién marcas que, e n la o ralidad, cumplen un papel parecido
al d e los signos de puntuación que se emplean e n los textos escritos (Gülich 1970).
Por favor puede e mplearse también como respuesta a una petición o a una
propuesta, pero no sirve de réplica a una información pura y simple - ni se ajusta, Las panículas que se recogen en este subapartado se hallan claramente vinculadas con los ele-
como respuesta, a una pregunta absoluta o relativa- . Veamos algunos ejemplos: mentos 'cslrucluradores de la información' que se han analizado en el § 63.2 y con los 'refo rmu-
ladores' descritos en el § 63.4; formamos con ellas, sin embargo, un grupo específico, porque se
(439) a. - Si me lo permitís, Señor, voy a leeros un extracto de un a rtículo refieren, más precisamente, a fenómenos característicos de la conversación.
publicado en L 'Éxpress del 12 de diciembre de 199 1, firm ado por Jac-
ques Renard. Los marcadores metadiscursivos constituyen e nunciad os autónomos. Van des-
- Por favor. [J . L. d e Vila llo nga, El Rey, 197] tacados po r pausas más marcadas que las que afectan a la mayor parte de las par-
b. -iTomas vino? tículas estudiadas en el presente capítulo. Desd e el punto de vista semántico, indican
- Por favor. o peraciones relacio nadas con la propia configuración del discurso. Están represe n-
c. - Ha venido Pedro. tados, en general, por signos q ue desempeñan otras funcio nes ( de ti po mo dal o
- *Por favor. re lacionadas con el e nfoque de la alteridad), que ven trasladado su sign ificado hacia
d . - ¿Qué hora es? lTienes ho ra? el ámb ito de la configuración de la información o de la propia fo rm ulació n de l
- •Por favor. discurso. E n la medida en que establecen una re lación entre lo que les preced e y
lo que les sigue, estos marcadores p uede n considerarse conecto res o señales co nec-
A pesar de resultar una fórmula de cortesía negativa, por favor puede reílejar 1ambién, en
ciertos contextos, como ya se ha sugerido, un efecto de sentido de protesta o de desacuerdo: tivas.'·"'

(440) - Mañana vendrá Pedro. En español dos partículas metadiscursivas conversacionales muy características y frecuentes son
- Por favor... (Con tono de desagrado.) bueno y bien; se distinguen por su polifuncionalidad, incluso en el ámbito de la eslructuraeión de
la conversación: sirven para indicar la recepción del mensaje (por lo que se manifi estan en inter-
venciones reactivás); indican la ruptura discursiva (la apertura o el cierre de una intervención; el
63.6.4.9. Perdón, permiso ca mbio de tema en una intervención - o en el transcurso de un intercambio-. cte.) y la acumu-
lación o el procesamiento de la información, tanto en el interior de una intervención iniciativa como
Otros elementos como perdón, permiso -sin preposición-, e tc., se emplean frecuentemente al comienzo de una réplica. Otras partículas muestra[J.¡'cn cambio, una disponibilidad metadiscursiva
en español como señales de cortesía negativa, pero no se ajustan propiamente al estatuto de 1mar- más limiiada: se utilizan para marcar la recepción del mensaje (en una intervención replicativa) y,
cador del discurso' que hemos definido. Penlón puede allernar con perdona o perdone (se emplea por tanto, de forma indirecta para iniciar un cambio de ru'rno en el uso de la palabra -es el caso
en todo el ámbito hispanohablante). Pem,iso y otras fórmulas similares muestran un empico ril ua~ de ya y de si-, o para mantener el turno de palabra en la conversación (este..., este...; eh. .., eh... ),
lizado: constituyen giros parecidos a los saludos, las felicitaciones, etc. Pem,iso se emplea en la junio con la posibilidad de acumular la información (eh. .., eh. ..). '
América hispana. En espafiol peninsular se dice más habitualmente con pemriso u otras expresiones
(como ise puede pasar?). Por otra parte, como ya se ha indicado en e l § 63.6.1, tod as las unidades me-
tadiscursivas participan de la función fálica de l lenguaje: su objetivo esencia l es
(441) -¿Las ocho ya? Caramba, qué sueño 1cngo -boste-,a Panlila-. l Me cosisle mi galón?
-Sí, mi tenienlc -,;e cuadra Pochila-. Uy, perdón, mi capitán. (M. Vargas Llosa, regular el contacto entre los hablantes.
Pa11taleó11 y las visiladoras, 11] Nos ocuparemos, e n prime r término, de los signos q ue indican simplemente la
recepción del mensaje por parte del oyente y que, subsidiariamente, marcan e l cam-
En el ejemplo precedente podría haberse ulilizado, en lugar de perdón. perdo11c -o perdona- bio d e turno en e l uso de la palabra e n la conversació n: ya y sí. Son especialme nte
. He aquí, en fin, una par de ejemplos con pem1iso. El primero no se oiría habitualmente en Espafia; relevantes cuando la conversació n se realiza a d istancia o cuando los interlocutores
en cambio, podría emitirse en muchas w nas hispanoamericanas, por ejemplo, antes de entrar en no se encuentran cara a cara (si habla n por teléfono o a través de una pared , por
una habitación. El segundo resulta normal en España, aunque pierde frecuencia (se diría, más
genera\ menle: iPodria retirarle la copa?. l Puedo retirarle la copa?, l Me pennile que le retire la copa?): ejemplo: cf. e l § 63.6.4.5, en relació n con ioye?, loiga?).

(442) a. -i.Penniw? ¿Cómo le va, don Pedro? ,-. Para más detalles sohre las propiedades de los llamados 'marcadores metadiscursr.os·, Yéase, por ejemplo, Roulet
· - ·--· - ...1 - --·:-~-1- 1.. _____ ., JQ51.<;· Q'\.Q7 P::tra d c..~nañol. véase también Brii 1993a. 1993b v 1998: 20 1-230.
63.6.5.1 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4192 4193 M arcadores conversacionales 63.6.5.3

A menudo se repiten (ya, ya, ya; sí, sf); la repetición puede indicar unc:t cierta intensificación tización' representa. El si marcador metadiscursivo. a diferencia del otro sf, no reproduce las pa~
expresiva (porque el hablante sienle imerés especial en la comunicación, por ejemplo}. o señala, labras del hablante ni las ratifica: como mucho, «afirma• la recepción del mensaje emitido por
simplemente. un refuerzo del ac10 de recepción del mensaje. Es1os marcadores cumplen cspecial- aquel. Por ello, el si metadiscursivo puede utilizarse para replicar a una preguma sin indicar pro-
menle el papel de indicarle al hablante que sus palabras han sido recogidas y que la conversación piamente la respuesta:
puede proseguir (sobre iodo, cuando es1a no se produce cara a cara).
(445) A: lCuántos años hace que veraneas en Lecumberri?
8 : SI. Vinimos aqu( en el 56...
A: iUn montón de tiempo!
63.6.5. l. Ya 8: Pues más de cuarenta años...
De las dos partículas mencionadas -ya y sí-, la más neutra, desde el punto Como hemos indicado para ya, también sí marca subsidiariamente el cambio de turno conver-
de vista significativo, es ya. Hasta el punto de que puede convertirse en síntoma de sacional y pem1ite que progrese el discurso. He aquí un ejemplo en el que J. C. Oneui, con su
falta de cooperació n o de desinterés en participa r en la conversación por parte del habitual sagacidad para caracterii.ar las intervenciones de sus personajes, matiza la emisión del sí
receptor (este puede da r a entender su frialdad mediante esta partícula) (cí. Fuentes metadiscursivo:
y Alcaide 1996: 228-231): la presencia de ya puede ser un indicio de que no se
quiere decir sí: (446) -[...] Ya le voy a explicar -alzó los ojos y remedó gravemente, la mueca que hacía
con la boca al sonreír-. Estoy en Puerto Astillero en lo de Petrus. Me ofreció la
gerencia y allí estoy.
(443) a. CONSOLACIÓN: ¡... ¡ he pensado adornar el palio con mis macetas, y tú vas a ayu- -SI -asintió Díaz Grey con caulela, temeroso de que el olro dejara de hablar (...).
darme a ello. Sí, conozco al viejo PctruSt a la hija. Tengo clientes y amigos en Puerto A stillero.
Juuo: iAhora mismo!
CONSOLACIÓN: Cuando este las traiga. He mandado traerlas a Lucío.
¡J. C. Oneui, El astillero, p. %]
Juuo: Ya. [S. y J. Álvarez Quin1ero, fü genio alegre, 89)
b. --lCuán10 te pagan? Otro ejemplo tomado del diálogo teatral:
- Dos millones.
- lDónde están? (447) PAULA: ¡...) iOh, perdón! Creí que no había nadie...
- Todavía no me los han dado. D10N1S10: (E,, su misma actitud frente al espejo.) Sf...
- Ya. [J. Giménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi vida emre los Franco, 160) PAULA: Me apoyé en la punla y se abrió... Debía esiar sin encajar del todo ... Y sin
llave...
No obstante lo señalado, el análisis de ya permite apreciar que las fronteras entre lo metadis-
DIONISIO: (Azoradísimo.) Sí...
cursivo y lo modal o lo relativo al enfoque de la alteridad son borrosas(§ 63.6.1)."" Ya puede PAULA: Por eso entré...
preseniar matices de ironía o de incredulidad, valores modales ---<0xpresivos (sinlomáticos de la D10N1s10: Sí... (M. Mihura, Tres sombreros de copa, 73]
aclitud del hablame ame el mensaje)- superpuesios a (o combinados con) la me1adiscursividad
propiamenle dicha (la pura recepción del mensaje). Además, después de ya, el oyen1e puede lomar Un úllimo ejemplo, tomado de una en1reviS1a periodísiica (en esle caso, el si puede confundirse
la palabra y proseguir la conversación o no: con el sí adverbio de afirmación):

(444) a. Juuo: !La buñolera] no vive; pero dejó rastro. (448) - En el año 1986 se publicó el último man'Úscrito de aventuras de Celia, situado durante
CONSOLACIÓN: Ya. El acei1e de los buñuelos se agarra mucho a la garganta. (Con la Guerra Civil.
soma.) lNo puedes olvidarla eh? ¡s. y J. Álvarez Quinlero, El genio alegre, 93] -Sl Una profesora de la Universidad de Cádiz, Marisol Dorado, amiga mía, encontró
b. Nadie obliga a comprar un libro. En el precio se incluye la sorpresa, puede salir un manuscri10 original de Celia que no se había publicado. [P. Blanco, en Her•ldo de
un desaforado que le coja aquí y le lleve allí, lu cabeza de un lado para otro, una Aragórc Suplemento Semanal, n." 276, 7-11-1993, 15] ·
y otra vez hasta aburrir. Si quiere, lira de la cuerda y todos van detrás, todos, con
sus ojos pegadilos al papel. Alguien clama:
-Es que hay que respetar a los lectores. 63.6.5.3. Bueno
- Ya. p. Giménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi vitla e/1/re los Franco, 197]
Como he mos subrayado ya varias veces (§§ 63.6.3.J , 63.6.4.2 y 63.6.5), los ma r-
cadores bueno y bien son característicos en español, por su polifu ncionalidad. Esta
63.6.5.2. Sí riqueza de posibilidades exp resivas se manifiesta también cuando se emplean como
partículas mctadiscursivas. Tal como se ha indicado (§ 63.6.3.1), bueno refleja mayor
Si indica también la recepción del mensaje, pero, frente a lo que sucede con ya. puede sugerir
grado de gramaticalización que bien y una mayor versatilid ad estilística. Estas dife-
una actitud cooperativa con el interlocutor. implícita en el adverbio afirmatjvo sí, cuya 'dcscman-
rencias se proyectan al ámbito de la metadiscursividad. Analizaremos, en primer
lugar, bueno.
,n Resulta oportuno, por ello, recordar que no es infrt-'CUCntc que un solo man.'ador pueda acumular \/arias funcione.\; Como marcador metadiscursivo, bueno sirve para indicar d iversas operaciones
cf. Bauhr 1994: 79, quien remilc a Jakobson a propósiw de la 5uperpo5ición de lus íurtc:Klncs del lenguaje en un mismo
mensaje. constructivas en la conversació n (cf. Bauhr 1994; Martín Zorraquino 1994b): la re-
63.6.5.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4194 4195 Marcadores conversacionales 63.6.5.3

cepción del mensaje y, secundariamente, el cambio de turno; la ruptura secuencial Rueno se emplea, asi mismo, como marcador de ru ptura secuencial. Y ello,. no sólo para abrir
{la apertura o la pre-conclusión de la conversación; el cambio de tema -y, a veces, 0 pre-comenzar la conversación (con las res1ricciones contextuales indicadas) smo para marcar el
de turno-) y la acumulación o procesamiento de la información (la continuidad tr,ínsito de un tema de conversación a otro (tanto si la transición se produce en una intervención
iniciativa como si la provoca el oyenle, en su turno de réplica). He aquí algunos ejemplos con bueno
temálica). (.'Omo marcador de la apertura de la conversación, y con bueno como partícula que señala el co-
mienzo de un nuevo tema en la conversación:
Se empica como marca de recepción del mensaje y, por tanto, con frecuencia, como señal del
cambio de turno en la conversación. En esta fu nción, bueno puede aportar ciertos matices de coo-
peración con el interlocutor (derivados de su valor modal deónt ico -§ 63.6.3. 1-) e introducir (453) a. El día 20 [...] comimos con Añovcros en El Escorial y toda la comida se centró en
indicios de cortesía positiva (derivados de su papel e nfocativo de la alteridad: § 63.6.4.2). A través comentar el discurso de Arias del 12 de febrero. 1---1 En un momento Añoveros
de esta función, el marcador sirve t<1mbién para hacer progresar la conversación en el intercambio nos dijo:
comunicativo, acumulando o procesando lo dicho, y proyectando e l discurso hacia delante. -Bueno, el domingo sabremos si la ape rtura de Arias es since ra. [V. Prego, A</ se
Bueno es siempre una part ícula reactiva (como l,ombre: § 63.6.4.1) pues implica, incluso en el hizo la rransici6n, 104]
caso en el que sirve para abrir la conversación, la aceptación a hacer uso de la palabra, siendo b. Entonces llegó la tarde de la corrida, era una tarde del mes de mayo, e Ignacio me
condicionada su emisión por el contexto extralingüístico (la situación comunicativa o el rol social dijo: ""8ueno, vístete, que esta tarde tienes que salir». (J. Soler Serrano, Personajes
de los interlocutores). Para poder emplear bueno, para abrir la conversación, es necesario que exista a fondo, 200]
un contacto previo entre los hablantes, sea este contacto fruto de su conocimiento personal, o venga c. MARIBEL'. A mí lo terrorífico me da una risa... (Y se ríe. Él también. Dejan de reírse.
determinado por las reglas que se derivan de la eslructura social en la que se mueven. Así, no es Hay una pausa.) Bueno... ¿qué hacemos?
esperable que, en español. una persona inicie el contacto lingüístico con un desconocido, por la MARCEUNO: Lo que quieras. (M. Mihura. Maribel y la extmña familia, 143]
calle, de la siguiente forma: d. (Pausa. Nieves se corre en el asiento dejando sitio a Higinio, que se sienta a su dere-
c/u,.)
(449) Bueno, por favor, ¿podría Vd. decirme dónde está la calle Mayor? HtGlNtO: Bueno, ly qué es lo que te pasa? (C. Arniches, El amigo Melquíades, 56]
En cambio, no resultaría inaceptable - no se dice que sea frecuente- que un guardia urbano,
por ejemplo, (con autoridad reconocida y, por tanto, con capacidad para iniciar un contacto con El bueno que marca la ruptura secuencial va precedido a menudo de pero. La conj unción es
cualquier ciudadano, suponiéndolo •conocido• suyo en cuanto funcionario de la administración un indicio del valor reactivo de bueno: orienta contraargumcntativ;Jmente la conexión de bueno con
municipal) le diga a una conductora que ha cometido una infracción: la situación comunicativa precedente (o con el contexto comunicativo, en general):

(450) Bueno, señora, pero les que no ha visto Vd. el semáforo en rojo? ¿por qué no ha
parado el coche? (454) a. [... ) mis padres nos ofrecieron la casa de Psychicó, en Atenas, donde nací yo. Y
llega mos a utilizarla algunas 1emporadas. Mis suegros nos buscaron, pres1ada, allí
O que un maestro, viendo a unos chicos que se pelean en la calle, aunque no los conozca, les en Estoril (... ] una casa 1...]. Vivimos en ella varios meses. Pero, bueno, esa es otra
diga: historia. Estábamos en la boda, y fijare adónde nos hemos ido ... IP- Urbano, La
Reina , 137]
(451) iBueno, chicos, basta de pelea! b. Pero bueno, ¿3 qué se debe qu e venga Vd. a verme? [Ejemplo tomado de la con-
versación real, a la entrada del despacho de un colega, que emplea el usted con
Ha de añadirse, que este bue.no conllevaría matices expresivos más cordiales (atenuaría la im 4
mezcla de ironía y de cariño.] ·
posición del maestro o la reprimenda del policía) que un bien. Por otro lado, bueno evitaría cual-
quier tipo de ambigüedad valorativa, que, en cambio, sí podría aportar bien (cf. los §§ 63.6.3.1 y
63.6.3.2). Muy a menudo el bueno metadiscursivo orienta, en cuanto marcador de mptura secuencial, el
Para abundar en el carácter cortés positivo del que tiñe el bueno mctadiscursivo a la configu- fin de la conversación: indica la prcconclusión de la misma (Bauhr 1994: 1IO). He aquí a, gunos
ración del discurso, vale la pena recordar que, en México, bueno es la fórmula habitual para res- ejemplos ilustrativos:
ponder al teléfono (cf. Martín Zorraqui no 1994b):

(452) - ... (Suena el teléfono.) Incluimos a con1inuació n otro ejemplo iluslrali\'O del bur11<J que marca la rcctpción cid mensaje y propicia el cambio
- íBue,w! l ;\fl de turno y di.: lema en la CotM:rsación.
(ii) A: Han llegado ya esos p.'lqueles. me p;lrtce ...
B: Bm:,io. Oye. que se me ha olvkfodo decirte una cosa: que Paco. que lo llamt..'S.
'"' Veam05 algunos e_)l;mplos más. l lc aquí, en primer término, un eje mplo del bueno que marca la recepción del
mensaje: He aquí otro ejemplo. en íin, en el que bt1eno indica la rccepctón dd mensaje. la acumulación o procesamiento de
este como información, y la señal dt.:I cambio de 1urno en el uso de.: la palabra, con el inictO de un nuevo 1ema que hace
(i) A: f... J Y eslábamoo entonces en Soria.
progresar la conversación (el marcador se tiñe ron valores modales de «aceptación .. ):
B: Y lbajabais a bañaros al Duero?
A: Algunos dias. .. (& <>)'1: uno 1-'DZ.) (iii) -Me confunden tan1os elogios -baja la cabeza el capitón Pantoja-, siempre he. tratado de cumplir con mi
C:. iPili, que las niñas van a merendar! (Pili a A) deber y nada más. (...¡
A:. Buf!no, Adela... Íbcuoos a la parte opuesta a San Saturio, la que queda cerca de los Arcos de San Juan. - Bmtno, al toro por los Ct.Jem0$ --«lla sus labtOS con un dedo d general Victoria-. El asu nto exige la más
(Adela es q absoluta reserva . Me refiero a la misión que se le va a confiar. capitán. (M. Vargas Llosa. Pantaltón y las
B: Ya. visitadoras, 141
63.6.5.3 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4196 4197 Marcadores conversacionales 63.6.5.4

(455) a. - Me ha gustado mucho conocerte. exponer: introduce un fragmento de discurso lateral respecto de lo que le precede, para incluir una
- Para mi ha sido un honor, señora. expresión más precisa (comparte, pues, propiedades funcionales con los reformuladores analizados
- Bueno, «chiquituca», a ver si vienes a verme y me dices qué día vienes a comer en el § 63.4). Ahora bien, tanto este tipo de bueno como el que indica la continuidad temática
con Joaquín. coinciden en que introducen, en el contexto comunicativo, el segmento del discurso que se considera
- Muy bien, Abu. p. Giménez-Arnau, Yo Jimmy. Mi vida entre los Franco, 83] más ajustado a los deseos expresivos del hablante. He aquí un par de ejemplos:
h. BENITA.-Nada, que como a veces, cuando hablamos así de hombres, con mis ami-
gas, y siempre le saco a usté, pues se han maliciao tonterías... But110, yo me voy. (457) a. De mi abuela [...] me acuerdo perfectísimamente 1---1 Me hacía regalos [...] Pero
tC. Arniches, El amigo Mdqufadts, 80] del resto de la familia nada. Bueno, cuando yo era un bebé de dos meses, mis
c. Juuo: Etcétera, etcétera; no te canses t...]. padres me llevaron a Holanda, para que me conociera el Káiser. [P. Urbano, La
CoNSOIACIÓN: iBueno! Me voy arriba. IS. y J. Álvarcz Quintero, El genio alegre, Reina, 34J
<JOj b. INF.: El profesor siempre hace algunas pruebas, que cs... mover la palanca de re-
d. D10N1s10: iOon Rosario! pente, muy bruscamente, l no? Yo recuerdo que esto me lo hacía ... bu.eno me lo
DON ROSARIO: Bueno. Me voy. Usted querrá descansar... iQuicrc usted que le suba hizo algunas veces, nunca me cogía en ese fallo, porque... cogí muy bien su lección.
un vasito de leche? IM. Mihura, Tres sombreros de copa, 71j "' tM. E.sgucva y M. Cantarero, eds., El habla de la ciudad de Madrid. Materiales para
su estudio, 9]
El bueno mctadiscursivo sirve también para acumular la información y hacer progresar la con- Conviene puntualizar que, como marcador metadiscursivo, bueno no se presta habitualmente a
versación. Normalmente, este empleo de bueno esrnblccc la continuidad temática en la conversación, la duplicación (bueno, bueno). La repetición de la partícula está excluida especialmente e n los
tras algún --0 algunos-- segmentos discursivos ligeramente digresivos o laterales (Bauhr 1994: 106-
empleos en que marca la continuidad temática o la rectificación o autocorreceión.
1LO) (este bueno va seguido, en muchas ocasiones, de pues):

(456) a. Nadie decía nada hasta que apareció uno que dijo: •Yo le he visto jugar; es Cipria ni, 63.6.5.4. Bien
el play maker de la selección nacional)t, Y todos comenzaban a decir: ~iah. si!)t,
aunque no les sonaba mucho mi nombre. Bueno, jugaban el viernes y allí me pre- Bien presenta propiedades metadiscursivas parecidas a las de bueno. Es una
senté con el traje de deporte. El entrenador formó dos equipos y a mí me puso en
el de los suplentes. (J. L. Olaizola, Vwje al fondo de la esperanza, 2091
unidad menos gramaticalizada que bueno, ya que admite la gradación (muy bien) y
b. - Parece que (Juan Ramón JiménezJ tenía la capacidad de decir la frase justa, puede implicar una valoración del segmento del discurso al que afecta (derivada del
cenera y más hiriente. valor modal del adverbio homónimo) (cf. el§ 63.6.3.2).
- Muchas las he contado y otras no me he atrevido a repetirlas. Me acuerdo que
me hablaba una vez de Antonio M achado, que como usted sabe era muy descui· Como bueno, bien sitve para indicar la mera recepción del mensaje y marca,
dado. y dicen que no se lavaba, lo que en verdad no importa nada para juzgar a indirectamente, el cambio de turno en el uso de la palabra; la acumulación o pro-
un gran poeta, aunque quizá hubiera sido mejor que se lavase, ino? ... Bueno, pues, cesamiento de la información, y el progreso de la conversación, con un nuevo tema:
Juan Ramón me hablaba de eso y decía: «iSi le contase a usted cómo tenfo Antonio
Machado la casa!, (J. Soler Serrano, Personajes a fondo, 199] (458) -lCómo está vuestra familia, Alteza?
c. Al principio no pensábamos para nada en los Juegos Olímpicos. Simplemente nos - Muy bien, mi general. Gracias.
adiestrábamos. Pero poco a poco fue entrándonos el gusanillo, las ganas de com- -Bien. Tengo que anunciaros algo. (J. L de Yilallonga, El Ney, 98]
petir. t... ! Cuando dijimos en casa que nos queríamos presentar. en seguida inlervino
el gobierno, por tratarse del príncipe heredero y de unos Juegos Olímpicos que
habían nacido en Grecia: «El diadokos griego[...] tiene que ganar•. 1---1 El primer
Al carecer de los valores expresivos que caraéterizan a bueno ( cf. los§§ 63.6.3.1,
ministro era Constantino Karamanlis (...). Bueno, para nosotros dos lo importante 63.6.3.2, 63.6.4.2 y 63.6.5.3), bien resulta partícula más neutra, me nos «amigable»
era competir y «servir a la Victoria, la obtenga quien la obtenga•. JP. Urbano. La que bueno, incluso e n su función metadiscursiva. Por eso, este marcador puede ser
Reina, 113] preferido, como señal de ruptura secuencial - para la apertura o el cierre de la
conversación y para indicar la transición temática-, por parte del interlocutor que
También implica una acumulación o procesamiento informativos, sea en una intervención ini· dirige la conversación. Así, bien es utilizado con más frecuencia que bueno, en mu-
ciativa o a través de una inteivcnción reactiva, el bueno metadiscursivo de sentido rectificativo o chas entrevistas o encuestas, por parte del entrevistador o del encuestador.
autocorrectivo, que, corno se ha señalado implica la desemantización del efecto de sentido concesivo
que presenta el b11c110 modal deóntico (§ 63.6.3. 1). Este tipo de b11e110 suele introducir un cierto Es decir, el empleo de la partícula se halla, en cierto modo, condicionado por el rol social de
comentario laleral1 de forma que conlleva una operación discursiva contraria a la que acabamos de quien la usa (bien se ajusta adecuadamente a las preferencias de quien ostenta más autoridad en
la conversación) o por la actitud que los interlocutores adoptan en el discurso (quien desea expresar
más distanciamiento o frialdad prefiere bien a bueno). He aquí algunos ejemplos:
" A vcccs el b11eno preconclusivo pui..-dc incluso servir, como señala oportunamente Bauhr (1994: 110, n. 15). de
1

fórmula elíptica tic dcspcdid.t:


(459) a. Y bien, creo que es momento ya de saber de labios de la reina, cómo fueron las
(i) a. iBueno, Mari! (Y R w,.) {G. Bauhr, Funciona di.K,miwu dt «/,11(.,w,. t'II upnñol modrmo, 110,1 relaciones entre don Juan y don Juan Carlos [P. Urbano, La Reina, 174] (Este
b. -Wutt10!
-/811e110! (Dos jó1Ynt.t en Logro,io. ju/i() tft' 1994.) [G. B3uhr, Furtcio11ts disc®fras dt «lnitnu,. l'n rspailol segmento de discurso se coloca al comienm de un apartado dentro de un capítulo
modemo. l 10J del libro citado.)
63.6.5.4 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4198 4199 Marcadores conversacionales 63.6.5.6

b. [D.J.}: [...} Toda la precipitación en el desenlace del asunto del Sahara se debió al 63.6.5.5. Eh
hecho de que Franco se morfa.
IP.S.R.): Bien, sigamos con el guioncele. fP. Sáinz Rodríguez, Un reinado en la La interjección e/t (De Bias 1995) se ajusta a las características de marcador
sombra, 263} metadiscursivo con más pertinencia que a las de enfocador de la alteridad
c. ENc.: Bien. Usted tiene veintitrés años ...
INF.: Sí
(§ 63.6.4.7). Al convertirse en un ma rcador metadiscursivo, e/t pierde parte de su
ENc.: W n qué generación se sitúa usted? lEn la generación de hoy día o en la «significado» apelativo (perceptible, e n cambio, cuando se comporta como una in-
generación siguiente a la joven? [M. Esgueva y M. Cantarero, eds., El habla de la te rjección -d. el § 63.6.4.7-), si bien refleja siempre un cierto matiz de señala-
ciudad de Madrid, 19) mie nto hacia el oyente. Como estructurador de la conversación, eh es utilizada por
d. ENc.: [Lo veo} consciente de su futuro. Bien. Me ha dicho que pasa las vacaciones el hablante para mantener el turno de palabra (la partícula indica que este trata de
por Oviedo. Eso me interesa. l Por qué? ir ajustando la expresión a lo que quiere decir, al tiempo que no cede la palabra al
INF.: Bueno, pues, vamos a ver. Yo[... ¡ Entonces ¡...¡. Nos gustó enormemente en
plan temperatura, etc. y... y nos apuntamos. IM, Esgueva y M. Cantarero, eds., El oyente - apunta a este, en cierto modo, como destinatario del mensaje).
/rabia de la dudad de Madrid, 24 y s.1
(463) No sabía... eh ... que tu marido... e/r... había obtenido ese premio... e/r ... Me alegro mu-
cho.
Bien se emplea menos frecuentemente que bueno para orientar el cierre de la conversación
-Ja prcconclusión-. Sin embargo, en un estilo más formal, en una conversación más estereotipada Por otra parte, el marcador sirve, asimismo, para acumular información, para
(la entrevista o la encuesta, por ejemplo), bien puede utiliwrse a menudo con ese valor:
ir procesándola. Al cumplir este papel, la partícula introduce también una cierta
instrucción hacia el oyente: orienta a que sea él quien procese la información, lo
(460) Bien. Ya hemos terminado. que permite distinguir a eh de bueno/bien, como marcadores metadiscursivos (bueno
y bien procesan la información desde la pe rspectiva del hablante; eh lo hace desde
Como bueno, también bien marca la acumulación o procesamiento de la información, señalando la perspectiva del oyente). He aquí un ejemplo ilustrativo:
la continuidad temática. Normalmente, la partícula se incluye para retomar el tema conversacional,
después de algún comentario lateral o digresivo (y, a menudo, va seguida de pu,s, que e nlaza con (464) DocroRA: [...) depende del talante que esté eh, si está fuerte y se encuentra bien,
el miembro del discurso temático al que le sigue --cf. el § 63.2.2.1--): bájale un poquito eh, no lo saques ahora, pero... allá a las 6 o a las 7 e/r un ratito eh...
más que nada para que tome un poco de aire eh. [J. L. de Bias, L" interjecció11 como
(461) a. Cuando me fui al seminario estaba vigenle la prohibición de asistir a los toros y, marcador discursivo: el caso de -eh,, 95)
en general a especláculos. [... J En Roma yo necesité un permiso especial del car-
denal vicario para asistir a la ópera. De aquí mi gran preocupación sobre las formas
de divertirse los sacerdotes. Un año en el festival de Granada[...} se prohibió a los 63.6.5.6. Este
sacerdoles acudir [...J. Con la televisión los problemas han sido otros. Bien: mis
compañeros de seminario conocían el torco no sólo de oídas. [F. Sopeña, Escrito También la partícula este (derivada del demostrativo homónimo), sirve, como
de noche, 143 y s.) marcador metadiscursivo, para señalar que el hablante mantiene el turno de uso de
b. Las listas [...), las invitaciones, el programa, todo lo organizaron mis padres [...)
Estaba también en el ajo Miguel de Grecia [...}. Miguel ha vivido muchos años en la palabra. Este se emplea, sobre todo, en muchos ámbitos hispanoame ricanos; re-
nuestra casa, en Grecia. Bien. En el Agamemnon el plan era un poco como en sulta rara en el español peninsular, pero su uso no queda excluido en España y
familia [...]. Había baile todas las noches, y muchas diversiones. [P. Urbano, La revela preferencias idiolectales. Frente a eh, este no suele indicar la acumulación de
Reina, 101) la información. Y, de modo parecido a eh , si puede parecer un rasgo o señal de
c. ¡...] lUstcd sabe que la madre del capitán Galán ha ido a pedir a don Niceto el búsqueda de la expresión adecuada, no es me nos cierto que manifiesta notoriamente
indulto de Sanjurjo? que el hablante no desea ceder su turno de habla, sino que quiere seguir hablando:
-Sí, he visto una foto en la Redacción del periódico. La publicarán mañana. Tal
vez la saquen antes los de esta noche. (465) INF.: [...] Aquí ha venido gente ... en estos días me estaban echando ... otro cucato de
- Bien, pues don Manuel querría que usted fuese a ver a esa señora. que le haga este tipo, l no?, de un inversionista que vino aquí... a hacer contactos con la gente y a
un inte rviú. [J. Carabias, Crónicas d e la República, 80) buscar ideas, y él hizo contactos con gente dentro de las ramas profesionales, este...
para buscar ideas nuevas l no?, y la proposición de él era una cosa muy concreta [.. .).
Aunque bien puede adquirir también --como bueno- valor concesivo por efecto de sentido ¡A. Rosenblat y P. Bentivoglio, cds., El habla culta de Caracas, 28)
de la función modal deóntica de la partícula, su empleo ~rectificaLivo,. o to:autocorrcctivo)t es mucho
más limitado que el de bueno: (Quedan fuera del objeto de nuestro trabajo otras expresiones que no alcanzan una represen-
tación significante clara: mlrm, mm, ajaa, etc., y que sirven para indicar la recepción de la conver·
sación o una cierta señal de contacto.)
(462) Lo hizo ... Bien, lo hice.

(Para pues bien, véase el § 63.2.2.2)


63.6.5.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4200 4201 Indice de marcadores discursivos estudiados 63.6.5.6

INDICE 0E MARCADORES DISCURSIVOS ESTUDIADOS ,1,, igual forma: 63.2.3.2, 63.2.3.3.


,le igual manera: 63.2.3.2, 63.2.3.3.
En este índice se enumeran los parágrafos en los que se estudian los diversos marcadores ,/1• igual modo: 63.2.3.2, 63.2.3.3.
discursivos. Si un marcador aparece en más de uno, se marca con negrita aqueJ que tiene mayor ,/1· igual suene: 63.2.3.3.
importancia. de otro modo: 63.4.2.6.
ti<' resultas: 63.3.3.9.
a fin de cuemas: 63.4.5.3. de todas fomzas: 63.4.4.4.
a fi11al de cue111as: 63.4.5.3. de todas maneras: 63.4.4.4.
a propósito: 63.1.3.2, 63.2.4.3. de todos modos: 63.4.4.4.
a saber: 63.J .3.2, 63.1.4.4, 63.4.2.5. de un lado... de otro (lado): 63.1.5, 63.2.3.l, 63.2.3.2.
a todo esto: 63.1.3.2, 63.2.4.4. de una parle... de otra (pane): 63.J .4.4, 63.2.3.2.
además: 63.1.3.4, 63.1.3.13, 63.1.4.3, 63.3.2.2. tlefi11ilivamenle: 63.4.5.3., 63.6.3.4.
ahora: 63.3.4.12, 63.6.1. desde IW!go: 63.6.2.1, 63.6.2.2, 63.6.2.4.
ahora bien: 63.1.3.2, 63.3.4. 11. después: 63.2.3.1, 63.2.3.2.
al co11trario: 63.3.4.4. después de todo: 63.4.5.6.
al fin de cuentas: 63.4.5.3. dicho (co11/en} o/ras palabras: 63.4.2.6.
al fi11 y al cabo: 63.1.5, 63.4.5.6. dicho (con/en} otros términos: 63.4.2.6.
al parecer: 63.6.2.5 dicho de otra forma: 63.4.2.6.
a111es al contrario: 63.3.4.4. dicho de otra ma11era: 63.4.2.6.
anles bien: 63.1.3.2, 63. 1.4.4, 63.3.4.6. didzo de otro modo: 63.4.2.6.
antes por el contrario: 63.1.3.4, 63.3.4.3. dicho eso: 63.2.2.4.
aparle: 63.1.3.4, 63.3.2.4. dicho esto: 63.2.2.4.
as/: 63.3.3.J0. dicho sea: 63.2.4.5.
as/ las cosas: 63.1.3.2, 63.2.2.3. dicho sea de paso: 63.2.4.5.
así pues: 63.1.3.2, 63.3.3.3. digo: 63.4.3.4, 63.6.1.
así y con todo: 63.3.4.9. efecti,,anzente: 63.6.2.2, 63.6.2.3.
asf y uxlo: 63.3.4.9. elz: 63.6.5, 63.6.5.5.
asimismo: 63.2.3.2, 63.2.3.3. empero: 63.3.4.10.
a1111 con eso y con todo: 63.3.4.9. en cambio: 63. 1.3. l, 63.1.4.4, 63.3.4.2.
aun co11 todo: 63.1.3.4, 63.3.4.9. en conclusión: 63.4.5.2.
aún es más: 63.1.3.4, 63.3.2.7. en concreto: 63.5.3.
aún mejor: 63.4.3.2. en consecuencia: 63.3.3.8.
bien: 63. 1.3.J0, 63.6.3, 63.6.3. 1, 63.6.3.2, 63.6.5.3, 63.6.5.4. en cualquier caso: 63.1.4.4, 63.4.4.2.
bueno: 63. 1.3.9, 63. 1.3.10, 63.6.3, 63.6.3.1, 63.6.3.2, 63.6.4, 63.6.4.2, 63.6.5.3, 6.1.6.5.4. en definitiva: 63.J .4.2, 63.4.5.3.
claro: 63.6.2, 63.6.2.1, 63.6.2.2, 63.6.2.4. en dos palabras: 63.4.5.2.
con eso y todo: 63.3.4.9. en efecto: 63.6.2.1, 63.6.2.2, 63.6.2.3.
co11 otras palabras: 63.4.2.6. en el fondo: 63.5.2.3.
con todo y co11 eso: 63.1.3.4, 63.3.4.9. en fin: 63.2.3.l, 63.2.3.2, 63.4.5.4.
con todJJ y eso: 63.3.4.9. en fin de cuentas: 63.4.5.3.
C0/1 todo: 63.3.4.9, en otras palabras: 63.4.2.6.
co11clusió11: 63.4.5.3. en otros términos: 63.4.2.6.
consecuentemente: 63.3.3.5. en pane: 63.2.3.3.
consiguientemente: 63.3.3.5. en panicular: 63.5.3.
de ahí: 63.1.3.2, 63.1.3.13, 63.3.3.7. en pocas palabras: 63.4.5.2.
de allí: 63.3.3.7. e11 (primer/segundo/...) lugar: 63.2.3.2.
de aquí: 63.3.3.7. en realidad: 63.5. 1, 63.5.2.2.
de a,iadidura: 63.3.2.5. en resolución: 63.4.5.2.
de cualquier fonna: 63.4.4.4. en resumen: 63.4.5.2.
de cualquier ma11era: 63.4.4.4. e11 resumidas cuentas: 63.4.5.3.
de cualquier modo: 63.4.4.4. e11 síntesis: 63.4.5.2.
de esta fom,a: 63.3.3.10. en suma: 63.4.5.2.
ele esta manera: 63.3.3.10. en todo caso: 63. 1.4.3, 63. 1.4.4, 63.4.4.3.
de esta suene: 63.3.3.J0. en último lugar: 63.2.3.2.
tle este modo: 63.3.3. IO. en último término: 63.2.3.2.
de hecho: 63.5.2.4. en una palabra: 63.4.5.2.
63.6.5.6 LOS MARCADORES DEL DISCURSO 4202 4203 Indice de marcadores discursivos estudiados 63.6.5.6

encúna: 63.1.3.4, 63.1.5, 63.3.2.3. pues: 63.1.3.2, 63.J.3.3, 63.1.5, 63.2.2.1, 63.3.3.2.
entonces: 63.1.3.10, 63.3.3.11, 63.6.1. pues bien: 63.1.3.2, 63.2.2.2, 63.6.J.
entre paréntesis: 63.2.4.5. resumiendo: 63.4.5.2.
es decir: 63.1.3.2, 63.1.3.10, 63. 1.3.13, 63.4.2.1, 63.4.2.3. sí: 63.6.5, 63.6.5.2.
es más: 63.1.3.2, 63.1.4.3, 63.1.4.4, 63.3.2.7. sin duda: 63.6.2.4.
eso es: 63.4.2.4. sin emba,¡¡o: 63.1.3. 1, 63.1.4.3, 63.1.5, 63.3.4.7.
eso si.· 63.1.3.1, 63.3.4.13, 63.6.J. rotal: 63.4.5.5, 63.6. 1.
este: 63.6.5, 63.6.S.6. vale: 63.6.3.3.
esto es: 63.J .3.2, 63. 1.4.4, 63.4.2.4. venga: 63.6.3.4.
evide,uemente: 63.6.2.4. vamos: 63.6.4, 63.6.4.3.
fmalmente: 63.2.3.1, 63.2.3.2. verbigracia: 63.5.3.
hombre: 63.1.3. 10, 63.1.4.2, 63.6.4, 63.6.4.1. ya: 63.6.5, 63.6.5.J.
i.e. (id est): 63.4.2.2.
igualmente: 63.2.3.2., 63.2.3.3.
inclusive: 63.3.2.6.
incluso: 63.J.4.3, 63.3.2.6.
luego: 63.2.3. 1, 63.2.3.2.
más bien: 63.4.3.3.
mejor: 63.4.3.2.
mejor aún: 63.4.3.2.
mejor dicho: 63.4.3.2.
mira: 63.6.4, 63.6.4.4.
mire: 63.6.4, 63.6.4.4.
muy por el colltrorio: 63.3.4.3.
naturalmente: 63.6.2. J, 63.6.2.2, 63.6.2.4.
110 obstante: 63.1.3. 1, 63.1.4.3, 63.3.4.8.
o sea: 63.1.3.2, 63.1.3.13, 63.1.4.4, 63.4.l, 63.4.2. 1, 63.4.2.2, 63.6.1.
o séase: 63.4.2.2.
oiga: 63.6.4, 63.6.4.4, 63.6.4.S.
okey: 63.6.3.4.
otro cosa: 63.2.4.5.
oye: 63.6.4, 63.6.4.4, 63.6.4.5.
por añadidura: 63.3.2.5.
por caso: 63.5.3.
por cierto: 63.J.3.13, 63.2.4.2.
por consiguiente: 63.3.3.5.
por contra: 63.3.4.5.
por dcscomado: 63.6.2.4.
por ejemplo: 63.1.3.10, 63.S.3.
por el comrorio: 63. 1.4.4, 63.3.4.3.
por ende: 63.3.3.6.
por favor: 63.6.4, 63.6.4.8.
por fm: 63.2.3.2.
por lo demás: 63.2.3.3.
por lo tamo: 63.3.3.4.
por lo visto: 63.6.2, 63.6.2.S.
por mejor decir. 63.4.3.2.
por su parte: 63.2.3.3.
por supuesto: 63.6.2.1, 63.6.2.2, 63.6.2.4.
por tallto: 63.3.3.4.
por iíltúno: 63.2.3.2.
por un lodo... por otro (lado): 63.2.3.1, 63.2.3.2, 63.2.3.3.
por una parte... por otro (parte): 63.2.3.1, 63.2.3.2, 63.2.3.3.
primeramente: 63.2.3.2.
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Textos citados 4204 4205 Textos citados

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