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El tema del consumo es frecuentemente abordado desde la economía , pero pocas
veces desde la psicología como un a conducta más del ser humano. C uando es
estudiado desde la psicología s e estudia únicamente en una vía; ¿cómo lograr que el
individuo consuma, es decir cómo se incentiva el consumo?, pero no se habla de lo
que genera el consumo en los jóvenes, ni de como lo ven. Es por eso que al ahondar
un poco en la conducta consumista de los jóvenes en este escrito, intentaremos
esclarecer cuándo, dónde, cómo, con qué frecuencia y par a que los jóvenes
consumen. En la sociedad actual, el consumo puede significar aceptación social,
estatus y la forma de aparentar algo que no somos o más de lo que tenemos. El
consumismo se caracteriza por el desmedido gasto de los recursos económicos que
tenemos, pero ¿qué significa el consumismo para la juventud, siendo este un grupo en
constante lucha por ser tomado en cuenta por los adultos y por la sociedad en general
y cuyas edades los ubican en una etapa de la vida que los diferencia de otros grupos
sociales, por la búsqueda de identidad, la necesidad de pertenencia a un subgrupo, la
rebeldía e independencia? En concreto, buscamos dar respuesta a la pregunta x Y
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Por consiguiente, el objeto del presente escrito
es el consumo en los jóvenes partiendo del supuesto de que ½ $%& '
$% () *½+½ '½%,( -* , ½
($ . ('*½% -* ½ *(( $ ( + ½
De esta forma, tener o consumir ciertos objetos nos ayudará a obtener lo que
deseamos, y dentro de esos deseos se encuentra predominantemente el conseguir
pareja y tener descendencia. Los objetos nos ayudan a vendernos a nosotros mismos,
de manera que el comprar y exhibir un carro costoso, mostrará a nuestras posibles
parejas que podemos permitirnos el tener un lujo que otros no pueden tener. Detrás de
un buen carro, una persona puede decir ³Soy un buen partido. Ser mi pareja implicara
que te proteja económicamente y te llene de lujos´. La satisfacción del resulta
ser aquí el elemento fundamental en el consumo.
En cuanto al consumo en relación con la teoría conductista, hablamos del modelo
estimulo ± respuesta, según el cual respondemos de cierta manera a los estímulos
que el medio ambiente nos proporciona. La teoría de la contingencia habla de cómo el
mercado nos presenta estímulos determinados buscando que respondamos de cierta
forma (en cualquier caso esa respuesta está encaminada a la compra o adquisición
del producto o bien). Dentro de esa relación de co ntingencia se presentan refuerzos y
castigos que aumentan la probabilidad de que determinado comportamiento se repita
o deje de darse. Dentro del conductismo se usa el condicionamiento clásico de Pavlov,
con el que se busca remplazar un estimulo que produc e una respuesta determinada
por un estimulo nuevo que en principio no produciría esa misma respuesta pero al
asociarlo con el estimulo original, este adquiere la misma función que el primero. Por
ejemplo, la bebida Coca Cola se asocia con estímulos agradab les como la navidad
(vemos constantemente comerciales asociados con Papa Noel y osos navideños) y ¿a
quién no le gusta la Navidad? S e asocia con el estimulo ³colores rojo y negro´, se
asocia con la sensación de frescura y se asocia con el estimulo ³toma lo bueno´, es
decir su slogan, que claramente nos invita a tomar lo bueno ya que nosotros
merecemos hacerlo y ¿qué producto es bueno?, Coca Cola, por supuesto. En síntesis,
respondemos a esos estímulos que percibimos como elementos agradables,
comprando el producto.
En cualquier caso, desde donde sea que nos paremos para explicar el consumo,
vemos que este implica una manipulaci ón de los deseos y por ende del actuar del
consumidor pues tal como lo afirma Fromm (1975) ³No necesito tener conciencia de mi
mismo como tal, pues la tarea de consumir me absorbe constantemente. Soy un
sistema de deseos y satisfacciones; debo trabajar para poder satisfacer mis deseos, y
estos mismos deseos son constantemente estimulados y dirigidos por la maquinaria
económica´ (p. 12). Más adelante, y una vez definidos todos los conceptos claves,
veremos que deseos o necesidades de los jóvenes son manipuladas y como el
consumo aprovecha ciertas debilidades psicológicas de los jóvenes.
Finalmente, la $** será entendida como una etapa de desarrollo por la que
pasan todos los individuos y que constituye la transición de la niñez a la adultez.
Dentro del concepto de juventud incluiremos el periodo de adolescencia por lo que
cronológicamente definiremos el co ncepto de joven como un individuo que se
encuentra en un rango de edad entre los 11 y los 25 según (Kon, 1990 citado por
Domínguez, 2008 p.2).
Una vez que hemos visto a nivel general lo que ocurre con el consumo y los elementos
relacionados, podemos aproximarnos a nuestro tema princi pal. Los jóvenes
construyen esta conducta consumista influidos por factores psicológicos como la
(. Según Miller, (2009), ³Los jóvenes, por ejemplo, tienen una sed insaciable por
saber lo que se lleva, lo que está de moda. En realidad, tratan de discern ir qué
productos promueven mejor sus rasgos de personalidad, gustos y habilidades ´ Es en
esta época de la vida (la juventud) cuando más se ve marcado el hecho de querer
comprar productos con el fin de darle un significado y entrar en una constante
+0-* , ya sea colectiva o propia. Esa búsqueda de identidad se
presenta como un fenómeno bastante acentuado en los jóvenes debido a la etapa de
desarrollo en la que se encuentran.
Bermúdez (2002) afirma que los malls o centros comerciales, se han convertido en
espacios de construcción simbólica de identidades que dan cuenta de la identidad de
los grupos e individuos jóvenes, lo que los diferencia y la forma en que estos se
relacionan socialmente y que poco a poco remplazan otros espacios de interacción y
de construcción de identidades. Así, el grupo de l os skaters, por ejemplo tenderá a
ubicarse en el exterior del centro comercial, otro grupo se reunirá dentr o del centro
comercial a comer o a ³vitrinear´ y otro grupo ni siquiera tendrá permi tido el acceso a
algunos centros comerciales por su apariencia.
Un estudio realizado con 42.000 docentes revela ideas esenciales sobre el punto
de vista que estos tienen sobre los jóvenes que educan. La mitad de ellos afirma que
los jóvenes son altamente influenciables y consideran que los jóvenes de sus aulas
tienden a imitar a los jóvenes ³ televisivos´ caracterizados por los docentes como
jóvenes Egoístas, despreocupados, rebeldes y superficiales´. Entre otras respuestas
menos frecuentes se usaron términos como ³independientes, consumistas, impulsivos,
irresponsables, agresivos, desmotivados y fáciles de manejar ´ (Vasquez, 2007. p.5).
Ahora, si tenemos en cuenta que según el estudio ³El 75% de la encuestas afirma que
la mayoría de los jóvenes y adolescentes copia este per fil´, estamos ante la
reafirmación de nuestra idea acerca de que los jóvenes son altamente influenciables e
imitadores (en este caso respecto a los medios de comunicación específicamente) ,
aspectos que se ven reflejados en su conducta consumista .
Los jóvenes siguen ' que los medios de comunicación les muestran,
deportistas como David Beck ham, supermodelos, actores y cantantes populares,
adulados, casi siempre por individuos del sexo opuesto y envidiados por los del mismo
sexo. Pero desde nuestro punto de vista, ¿no son esos docentes, no son en general
los adultos influenciados también por los medios de comunicación? ; las visiones que
tienen de los jóvenes , ¿no son entonces estereotipos sesgados, etiquetas sin
fundamento producto de dicha influencia de los medios sobre ellos?
Puede que los docentes del estudio mencionado al estar en contacto constante con
jóvenes tengan fundamentos para afirmar lo que afirman de cómo son los jóvenes
pero la visión, para muchos jóvenes errónea que tiene n muchos adultos sobre ellos,
nos lleva a tratar en este escrito otro factor por el que los jóvenes acuden al consumo;
la 1½*%½ .
Existen otros elementos que evidencian la fuerte exclusión social a la que los
jóvenes se ven sometidos como la participación política y ciudadana. Fenómenos
históricos como el -''( en la década de los 60¶ s y los movimientos estudiantiles
de 1968 en Francia , nos muestran reacciones de los jóvenes ante la exclusión y allí, el
consumismo aparece como una forma de expresarse, de rebelarse. En el caso del
hippismo, tenemos un fenómeno en el que los jóvenes crean una contracultura
cansados de la guerra y sus efectos. Esa contracultura está llena de símbolos
producto del consumo, una forma de vestir determinada, el famoso símbolo de la paz y
una corriente musical cuyas letras y ritmos expresan su inconformidad ante la
situación de la época. Ahora, en el caso de los movimientos estudiantiles tenemos a
un grupo social que se siente excluido, irrespetado, exige libertad de palabra y surge
en oposición a la guerra de Vietnam y la discriminación racial). Así, el mercado se
encarga de crear objetos que simbolicen lo que los jóvenes quieren expresar; ropa con
el símbolo de la paz, jeans con agujeros, camisetas coloridas y (0, entre otras
cosas.
Ahora, los ' juegan un papel esencial en la crianza de los niños que crecerán
para convertirse en jóvenes . Es posible criar niños sin un apego marcado por los
bienes materiales, niños seguros de sí mismos, sociables, que no dependan del
consumo para publicitarse, para venderse y asi mismo, que no juzguen a los demás
por los bienes materiales que tienen y/o por su apariencia física.
Fromm, E. (1975). La condición humana actual. En Steenks, G (trad.), %
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(4i ed.).
5415 Buenos
Aires, Argentina: Paidòs .
Paz, A. (2007). ³El consumo en jóvenes chilenos. Una mirada desde la psicología´.
Santiago de Chile Universidad de Chile. Facultad de ciencias sociales.