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La manifestación de los Cinco Mundos.

Para nuestra subjetividad resulta más práctico comprender la estructura de los


mundos espirituales partiendo de la estructura de nuestra realidad, pues el
universo físico es un reflejo de las realidades superiores.

Siguiendo esta lógica de pensamiento, si se asume que el alfabeto hebreo y sus


múltiples combinaciones en la Torá son la proyección material de la Mente de
Elohim, entonces su Palabra revelada sirve como puente para comprender
(intelectualizar) la conexión existente entre los mundos invisibles y el universo
tangible.

La numerología Bíblica constituye una evidencia de lo planteado, por ejemplo, la


Guematría -que es uno de sus niveles de revelación- descubre significados
ocultos por medio de la suma del valor numérico que posee cada letra hebrea,
sobre todo cuando estas conforman una palabra.

A continuación se ilustra la guematría de la palabra corazón, entendida muchas


veces en el contexto bíblico como alma anímica o espiritual, conciencia, emoción
o deseo. En hebreo corazón se escribe Lev, palabra compuesta por dos
consonantes, la letra lamed (cuyo valor numérico es 30) y la letra Beith (cuyo
valor numérico es 2). Luego treinta más dos es igual a treinta y dos; este último
número se descompone a su vez en tres y dos, cuya suma da cinco. La
guematría de la palabra corazón es 5.

En efecto el alma anímica (hombre exterior) está compuesta tanto por cinco
sentidos físicos: Vista, olfato, gusto, oído y tacto; como por cinco procesos
psicobiológicos básicos: Necesidad, intelecto, emoción, voluntad y conducta.

Por otra parte la arquitectura del mundo material también está conformada por
cinco elementos naturales perceptibles: Las ondas electromagnéticas, el fuego,
el aire, el agua y la tierra. Del mismo modo son cinco los mundos espirituales
que constituyen los sentidos espirituales del Alma Primordial o arquetípica.
El Rabí Michael Laitman en su libro “Alcanzando los Mundos Superiores” escribió
que cuando el Creador “…decidió crear todos los mundos…disminuyó
gradualmente Su presencia…a fin de crear nuestro mundo”. Durante el proceso
creativo, Elohim produjo sucesivas contracciones y extensiones de la Luz (Tzim-
Tzum en Hebreo), conformando los diferentes cielos y la Tierra (Gn 1.1; Is 51.13;
Job 9.8; 37.18). Del mismo modo que el corazón de forma mecánica se contrae
y expande garantizando la vida fisiológica, los mundos (Olamot) manifestados
son un producto de la contracción y expansión (Tzim-Tzum) del corazón de
Elohim.

Todos los Olamot (superiores e inferior), se encuentran conectados conformando


una unidad, realidad que escapa de la conciencia del hombre natural, sin
embargo la presencia del Creador en cada mundo, difiere en calidad e
intensidad, pues la Luz que llena al mundo inmediato superior, se contrae, para
luego expandirse con un menor grado de luminosidad en el mundo inferior.

El ciclo se repite hasta llegar a la tierra (universo físico), que es el punto más
denso, distante, oscuro y opuesto al Creador, por eso se dice que en el principio
de la creación, la Tierra estaba desordenada, vacía y en tinieblas (Gn 1.2).

Este es el sentido oculto de lo expresado en Job 26.13: “Su espíritu adornó los
cielos; Su mano creó la serpiente tortuosa” ¿Por qué serpiente tortuosa? Porque
la dimensión física esconde el deseo máximo de recepción egoísta de la Luz.

Después que el Creador se restringió a sí mismo y formó el vacío en medio de


la Luz Superior, solo entonces, mediante el poder de su palabra, ordenó a la Luz
circundante penetrar en el interior del espacio creado (Gn 1.3) y fueron
emergiendo todos los mundos, gradualmente, unos dentro de otros.

En la Torá se revelan cinco mundos o Fases por medio de los cuales el Creador
determinó la existencia. Como es lógico, la traducción del hebreo al resto de los
idiomas, dificulta el reconocimiento de las palabras originales que designan
dichas etapas, no obstante, en la Biblia podemos identificarlas por medio de
términos que poseen igual equivalencia semántica. Los mundos referidos son:
 Adam Kadmón (Hombre primordial o arquetípico): La esencia de este
Mundo es Divina. Es la proyección, revelación o automanifestación de lo
que estaba oculto en la Mente del Mashía (Col 1.16). Es la realidad del
postrer Adam (1 Co 15.45). Esta etapa no puede ser percibida por el Ser
creado (quien recibe la Luz). Es la Luz pura. En Adam Kadmón se
encuentra potencialmente todas las variantes de la existencia
(emanación, creación, formación y acción). Aquí los mundos existen en
términos de potencialidad.
 Atziluth: Mundo de la emanación (Ec 10.5-7). Esta etapa tampoco es
percibida por el Ser creado. Se manifiesta el primer engrosamiento o
contracción de la Luz. Representa el pensamiento de la creación, es decir
el proyecto de la creación. En ella se encuentra la posibilidad de
manifestación del Ser creado según el diseño pre-establecido en la Mente
del Mashía. Nota explicativa del texto de Eclesiastés: El predicador era
consciente de la dificultad para percibir la verdad con los ojos naturales,
por lo que en su sabiduría interior, él ocultó el misterio de esta revelación,
de modo que invierte el orden del dominio Divino al expresar con sentido
irónico, que el Príncipe (El Mesías) EMANÓ un diseño erróneo de la
Creación, donde lo bestial domina lo espiritual. Atziluht puede ser
considerado el pensamiento de Adam Kadmón. Es un mundo que
igualmente forma parte del cuerpo de la Divinidad, aquí la creación existe
en términos de posibilidad.
 Briá: Mundo de la creación (Gn 1.27, Nm 16.3 e Is 45.7). Representa el
primer contacto entre la Luz y el Ser formado. Nace Adam Harishon
(Primer hombre). Se manifiesta el segundo engrosamiento o contracción
de la Luz. En Adam Harishon está presente el deseo de recibir para
conferir al Creador. Adam es un único ser espiritual de naturaleza
masculina y femenina (Gn 5.2).
 Yetzirá: Mundo de la formación (Gn 2.7; Is 45.7). Se manifiesta el tercer
engrosamiento o contracción de la Luz. El deseo de recibir la Luz es
mayor que el deseo de reflejarla al Creador. Este es el mundo de la
diferenciación. Los seres del Edén (Realidad varón-varona y huestes
angelicales) son creados en Briah pero diferenciados en Yetzirá (Gn 2.18-
19; 21-23). En las regiones más bajas de este mundo, el varón y la varona
percibieron la influencia de la serpiente (Najash) que no es más que el
deseo de recibir egoístamente. Tras la consumación de este deseo los
seres diferenciados en Edén pierden la conexión y experimentan la
separación espiritual en el mundo de Assiyá (Caída o Pecado Original).
 Assiyá: Mundo de la acción o elección. Se manifiesta el último
engrosamiento o contracción de la Luz. En las regiones más bajas de este
mundo el ser creado no percibe la Luz directa del Creador, sino en la
forma de sus portadores externos, Ej: El sol, los alimentos, la música, el
sexo, la cultura, los sentidos físicos, etc. Esta es la realidad que se conoce
bajo el nombre de Piel de la Serpiente (Job 26.13). Aquí el deseo de
otorgar es nulo, mientras que el deseo de recibir para sí mismo alcanza
su mayor intensidad. En esta dimensión surge la individualidad (la
separación), nace el ser exterior, quien es la verdadera creación, es decir,
el ser más alejado del Creador y que posee sus atributos opuestos (La
ausencia de Luz o tinieblas). En el nivel más bajo del mundo de Assiyá se
encuentra nuestro mundo, ahí se manifiesta en su expresión máxima la
diversidad, la multiplicidad, la separabilidad y la individualidad. Es el
mundo de los “muchos” (Rom 5.15), donde la experiencia natural es el
deseo de recepción egoísta. Nuestro mundo es denominado en la Palabra
como el “punto negro” (Cn 1.5-8). Esta es la realidad de Maljut de
Assiyah. En Cantar de los Cantares: Los versículos del 5 al 8, constituyen
una revelación de la naturaleza del punto negro, pues cuando se expresa
“Morena soy…”, se hace referencia a la creación DEL Universo Físico con
su esencia egoísta (Punto negro), y cuando se plantea: “…pero
codiciable”, se alude al deseo intrínseco de la creación de atraer placer
para sí misma. La frase del versículo 6 que expresa: “No reparéis en que
soy morena, porque el Sol me miró…”, alude a una analogía entre el
Creador (Sol) y el ser creado (Luna). La luna no tiene Luz propia, por eso
en este marco se dice que es Morena, pues al no poder exhibir atributos
propios, su Luz es prestada de su amado el Sol, entonces brilla, pero
cuando dice que es “Morena porque el Sol la miró”, esto habla sobre el
momento que quiso tomar o robar para sí misma toda Luz del amado,
siendo imposible que pudiera absorberla y reflejarla en plenitud,
consecuentemente no pudo brillar porque se quemó, es decir, permaneció
en oscuridad// Más adelante en el mismo versículo se destacan tres ideas
fundamentales: “1 Los hijos de mi madre se airaron contra mí; 2 me
pusieron a guardar las viñas; 3 y mi viña que era mía no guardé” //
Separemos e interpretemos las ideas: “Los hijos de mi madre se airaron
contra mí”: Los hijos de mi madre. La madre se refiere al mundo que les
dio vida (Briah), pues su padre es Atzilut, los hijos de la madre son las
estructuras angelicales diferenciadas en el mundo de Yetzirá (Ej:
Querubines que guardaron el paso al Árbol de la vida en Edén) // “Me
pusieron a guardar las viñas”: Tiene que ver con el mandato dado a los
ángeles protectores, pues hubo querubines que cerraron el paso al huerto
de Elohim, obligando a Adam a realizar un trabajo forzoso en otras tierras
o Viñas (dimensión de Assiyá) //“Mi viña que era mía no guardé”: Trata
sobre la toma de conciencia por parte de Adán, de su expulsión del huerto
del Edén por transgredir el pacto.

El cuerpo existencial del Mesías está conformado por la totalidad de los mundos
creados, donde Adam Kadmón (Hombre primordial) y Atziluth simbolizan la
cabeza, Briá y Yetzirá conforman el tronco y las extremidades superiores,
mientras que Assiyá representa las extremidades inferiores.

La experiencia de Pablo apóstol en el tercer cielo (2 Co 12.2) presumiblemente


alude a la expansión de su conciencia hasta el mundo de Briá, es decir, la
dimensión espiritual donde Adam Harishon fue concebido. Pablo alcanzó en el
Señor la condición de Adam antes de la caída. La vivencia fue tal, que el apóstol
estando en una dimensión de Mente Colectiva también podía sentir su
individualidad, por eso expresó: “Si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé,
Elohim lo sabe…” (2 Co 12.3).

Pero de Joshua se dice que el ascendió por encima de todos los cielos (Ef 4.10).
Mashía ES antes que todas las cosas y por ÉL todas las cosas subsisten. Por
encima de todos los cielos mora el gran “YO SOY” y a su esposa, que es su
cuerpo existencial, se le ha concedido que se vista de LINO FINO, LIMPIO Y
RESPLANDECIENTE (Ap 15.6). La expresión fino, limpio y resplandeciente
alude a los mundos de Briá, Atziluth y Adam Kadmón respectivamente.
El suceso conocido como “Las bodas del Cordero de Elohim” guarda relación
con el significado de la expresión hebrea Gmar Tikún o corrección final del Ego,
después todo será sujetado al Padre y seremos uno con él en la infinitud, o de
forma más específica, seremos Él. Este es el sentido oculto del Salmo 2:7: «Yo
a ti te engendré hoy», pero si estudiamos la secuencia de las palabras del
versículo en idioma hebreo, este puede leerse como: “ata aní ha-iom”, «hoy tú
eres yo», dando pie al encuentro de lo Eterno con el tiempo y de la imagen con
la sustancia.

Shalom

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