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Para comenzar a replicar el ADN necesitaremos una enzima que marque un punto de
inicio en la estructura circular desde donde comenzar a replicar el ADN.
Una vez tenemos el punto de partida precisaremos de otra enzima que separe o
‘desenrolle’ las cadenas, ya que están enrolladas de forma dextrógira. Al mismo
tiempo que se van desenrollando las dos cadenas de ADN, actuará una enzima que irá
replicando simultáneamente las dos cadenas, añadiendo el nucleótido
complementario al que encuentre en cada caso.
Esta última enzima ‘leerá’ el ADN en dirección 3’-5’ y lo replicará en dirección 5’-3’.
Esta particularidad hace que no sea posible replicar las dos cadenas de la misma forma
ya que, como se ha mencionado anteriormente las cadenas son antiparalelas. Para
que, con una única enzima sea posible replicar las dos hebras de ADN, ésta habrá de
tener dos brazos.
En este momento habrá una estructura intermedia en la que las cadenas “madres” se
encontrarán parcialmente enrolladas cada una con una de las cadenas ‘hijas’ y en otra
parte (próxima al punto desde donde comenzó la replicación) estarán aún enrolladas
entre sí. Para finalizar la replicación será necesario que intervenga otra enzima que
separe esa estructura intermedia de ADN para obtener como resultado dos estructuras
idénticas de ADN bicatenario circular.