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Revista anual de la Unidad de Historiografía e Historia de las Ideas - INCIHUSA / Mendoza
Año 9 / N° 10 / ISSN 1515-7180 / Mendoza / Diciembre 2008 / Comentarios (110-112)

Michael Heinrich. Crítica de la economía política.


Una introducción a El Capital de Marx.
Traducción y prólogo de César Ruiz Sanjuán.
2008. Madrid, Escolar y Mayo Editores. (240 páginas).
ISBN: 9788493611156

El libro de inevitable, espontáneamente producida a espaldas


Michael Heinrich tie- de los actores, es que éstos quedan de hecho so-
ne el doble mérito de metidos a procesos objetivos, independientes de
presentar una media- su voluntad, que adquieren la consistencia de una
ción de la obra cum- estructura “natural” y, por tanto, inmodificable.
bre de Karl Marx, re- El fenómeno del “fetichismo” (de la mercan-
dactada en un lenguaje claro y accesible, y de cía, del dinero, del capital) es el objeto fundamen-
proponer, al mismo tiempo, una interpretación tal de la “crítica” que formula Marx a la econo-
densa y erudita del famoso texto. El autor no sólo mía política en tanto ciencia que reproduce, na-
evita las simplificaciones y los esquematismos, turaliza y justifica teóricamente tanto la percep-
sino que incluso se interna por las complejidades ción espontánea de los sujetos que viven en una
y paradojas del pensamiento marxiano, que han sociedad tal, como la inversión objetivamente
dado origen a discusiones y polémicas nunca sal- producida a nivel práctico, por la cual los hom-
dadas, y nos ofrece siempre una posición argu- bres han devenido apéndice del mundo cósico.
mentativamente solvente y cimentada en un pro- Esta comprensión del concepto marxiano de
fundo conocimiento de los textos de Marx. “crítica” cuestiona su interpretación restringida
La obra está precedida por un prólogo exce- como una crítica económica a la ciencia burgue-
lente, escrito por César Ruiz Sanjuán, quien es sa, cuyo resultado sería una “economía política
además el traductor de la edición española. Allí marxista”. Esta, a diferencia de la ciencia critica-
se nos advierte que, para una cabal comprensión da, desnudaría la explotación capitalista y el ca-
de los objetivos del libro, conviene situarlo en el rácter estructural de las crisis, pero se desarro-
marco de un programa colectivo emprendido por llaría en el mismo nivel teórico.
un conjunto de estudiosos alemanes, que busca En continuidad con esa “nueva lectura de
producir una “nueva lectura de Marx”; esto es, una Marx”, Heinrich entiende la empresa teórica de
lectura que sea capaz de recuperar los fundamen- Marx como un cuestionamiento metadiscursivo a
tales aportes marxianos para la comprensión de todo el campo teórico que genera el modo de
la estructura y funcionamiento del modo de pro- producción capitalista, sobre el que se levanta la
ducción capitalista, sin confundir su proyecto teó- economía política en tanto ciencia y todas las
rico–crítico con las versiones vulgares del “mar- formas de pensamiento objetivas que la sociedad
xismo ideológico”, difundidas a lo largo del siglo capitalista hace posibles. Si lo propio del capita-
XX al calor de las luchas políticas. lismo es la generación a espaldas de los sujetos
Dentro de ese vasto programa resulta decisi- de un poder autónomo que los somete y destru-
vo entender el concepto de “crítica de la econo- ye, la comprensión del modo en que esto ocurre
mía política”. La expresión, utilizada por Marx sirve al propósito práctico de la emancipación
como subtítulo de El Capital, designa precisamen- humana por la vía de la reapropiación humana
te el núcleo de su proyecto teórico: someter a crí- del control sobre el mundo “objetivo” producido
tica la economía política en tanto sistema cientí- por la propia actividad.
fico que provee los insumos teóricos a través de En la medida en que la empresa crítica de
los cuales la sociedad capitalista se autocompren- Marx apunta a la esencia de la sociedad capitalis-
de y justifica. Esa crítica a la racionalidad capita- ta, esto es a “descubrir la ley económica que rige
lista expresada como “ciencia” de sí misma apun- el movimiento de la sociedad moderna”, resulta
ta a la esencia de la sociedad en la cual el pro- claro que El Capital no representa un análisis del
ceso social está mediado por el intercambio ge- modo en que funcionaba el capitalismo en el siglo
neralizado de mercancías, resultando de ello que XIX o de cualquiera de sus manifestaciones empí-
los hombres sólo se relacionan entre sí a través ricas. Por el contrario, se trata de develar, a nivel
de las relaciones de las cosas. La consecuencia de la teoría, la estructura invariable y común a la
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diversidad de configuraciones históricas del capi- neutralidad del mercado como institución eficien-
talismo como modo de producción. te para la distribución de bienes y la satisfacción
Entendido así el objeto de El Capital, de las necesidades es otra de las mistificaciones
Heinrich desarrolla una explicación de las cate- propias de la sociedad capitalista. La autonomía
gorías fundamentales presentadas por Marx. En- y permanencia del valor sólo está garantizada si
tiende que esta obra configura, por la dificultad el dinero se interna en el movimiento del capital,
de la tarea encarada, un complejo entramado de en la producción de plusvalor. El análisis del va-
aproximaciones teóricas, de diverso nivel de abs- lor de la mercancía–fuerza de trabajo y de los
tracción, que sólo deviene claramente compren- conceptos de plusvalor y explotación conduce a
sible a partir de la lectura de la totalidad de la la demostración de que la idea de “valor del tra-
obra. En función de ello, dedica los dos prime- bajo” (esto es, de que el salario es la paga del
ros capítulos a la exposición de los supuestos valor producido por el trabajador) es también una
teóricos y metodológicos ya referidos. representación invertida, una mistificación más,
A partir del tercer capítulo, Heinrich desarro- que oculta la explotación y la existencia de tra-
lla una explicación ordenada y sumamente bajo no pagado. El trabajo produce valor, pero él
esclarecedora de la argumentación de Marx en mismo no lo tiene: lo que el capitalista paga no
los tres libros de El Capital. Del capítulo III al V es el valor del producto del trabajo realizado por
se abordan los contenidos del libro primero. “Va- el trabajador (en tal caso no habría explotación),
lor de uso”, “valor de cambio”; “trabajo abstrac- sino el valor de la fuerza de trabajo como mer-
to”, “abstracción real” y “relación de validez” en- cancía.
tre trabajo concreto y abstracto, “objetividad es- El análisis del proceso de producción capita-
pectral” del valor; “forma del valor” como rela- lista ( capítulo V) supone el repaso de una serie
ción social, función del “dinero”; son algunos de de conceptos fundamentales para la comprensión
los conceptos fundamentales por los que avanza de la esencia del modo de producción capitalis-
la exposición en el capítulo III. A partir de allí, ta: “capital constante” y “variable”, “tasa de
Heinrich plantea su interpretación de la teoría del plusvalor”, “plusvalor absoluto” y “relativo”. Todo
valor de Marx como una teoría no sustancialista: conduce a poner de relieve el potencial destruc-
en contra de la idea habitual, el valor no está tivo del desarrollo capitalista como algo inheren-
directamente determinado por el tiempo de tra- te al sistema: a diferencia de la circulación sim-
bajo socialmente necesario para la producción de ple de mercancías (M–D–M), que encuentra su
una mercancía individual; no es una “substancia” medida en las necesidades humanas, el movi-
que se instala en el interior de cada mercancía miento del capital como valor que se valoriza (D–
aislada. El valor resulta determinado por la rela- M–D’) tiene en sí mismo su propio fin: nada pue-
ción entre “trabajo individual” concreto y el tra- de limitarlo, no se subordina a ningún objetivo
bajo social global; por tanto, sólo se presenta en fuera de su propio acrecentamiento sin fin y, en
la relación entre las mercancías en el procedo de su despliegue infinito, arrasa con todo, incluidas
intercambio. Fuera de éste, los productos del tra- la humanidad y la naturaleza.
bajo no son mercancías, no tienen valor. Aunque Este –y no la tesis de que El Capital tiende a
el proceso de intercambio no genera en sí mis- producir un ejército industrial de reserva cada vez
mo valor, es la condición que hace posible la mayor, que ha sido erróneamente atribuida a
mediación entre los trabajos concretos individua- Marx– es el núcleo de la crítica marxiana al capi-
les de los productores de mercancías. El valor se talismo. La amenaza que encierra el capitalismo
genera en la unidad de las dos esferas. De allí se no se reduce a un problema de desigual distri-
sigue que la teoría de Marx es una teoría mone- bución de ingresos; por el contrario, lo que está
taria del valor: el dinero no es sólo un medio en juego es algo mucho más grave y profundo:
técnico auxiliar que facilita el intercambio, sino es la posibilidad de supervivencia de la vida en el
el medio necesario a través del cual se constitu- planeta.
ye la forma social de los productos del trabajo El capítulo VI está dedicado a la explicación
individual. del libro segundo de El Capital, donde Marx se
Descubierta la conexión interna entre mer- ocupa del proceso de circulación. El autor pasa
cancía y dinero, Heinrich se ocupa en el capítulo revista a las distinciones entre “capital dinerario”
IV de develar la misma relación entre dinero y y “productivo”, “comercial” e “industrial”, “fijo” y
capital; su objetivo es mostrar que la pretendida “circulante”, “reproducción simple” y “ampliada”.
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Los temas tratados por Marx en el libro ter- tiempo de trabajo extra, no necesario para cubrir
cero de El Capital, concernientes a la exposición los costes de la reproducción, es repartido como
del funcionamiento de las relaciones capitalistas beneficio empresario y como pago de la renta de
en un nivel empírico, son objeto de la considera- la tierra. Pero, para el hombre común, al igual que
ción de Heinrich en los capítulos VII al X. En el para la mayoría de las teorías económicas, la si-
primero de ellos, luego de revisar los conceptos tuación se presenta invertida: a la ilusión de que
de “beneficio”, “tasa de beneficio”, “beneficio me- el trabajo genera valor bajo la forma de salario
dio”, “precio de coste” y “precio de producción”, (cuando en realidad este es el pago de la fuerza
el autor aborda la discusión sobre la “ley de la de trabajo, no del trabajo), se suma la misma idea
caída tendencial del beneficio”, que Marx atribu- sobre la capacidad del capital y la propiedad de
yó al modo de producción capitalista. Heinrich generar valor, el uno bajo la forma del beneficio
demuestra técnicamente que tal caída no es un y la otra bajo la forma de la renta.
efecto necesario del capitalismo, pero le resta El capítulo XI está dedicado a la discusión del
importancia a la equivocación de Marx: en con- papel del Estado en la sociedad capitalista: ni
tra de lo que ha sostenido la interpretación vul- mero instrumento de la clase dominante, ni es-
gar de la teoría marxista, esta pretendida “ley” no fera autónoma y neutral respecto de los diversos
está vinculada a la “teoría de las crisis”, y su des- intereses en pugna, Heinrich señala su función
calificación no cuestiona en absoluto las conside- activa en la regulación de las relaciones capitalis-
raciones sobre la capacidad destructiva inheren- tas de producción: reproducción de la fuerza de
te a la lógica del capital. trabajo asalariada, acumulación permanente del
En el capítulo VIII, Heinrich examina de cer- plusvalor (sin excluir que, en algunos casos, sea
ca al capital financiero, máxima expresión del fe- necesario afectar los intereses inmediatos de al-
tichismo denunciado por Marx. Explica además el gunos capitalistas). Finalmente, en el último ca-
funcionamiento del sistema crediticio (bancos y pítulo (XII), el autor analiza la concepción
mercados de capitales), al que considera como marxiana del comunismo como “asociación de
una instancia directiva estructural de la economía hombres libres”.
capitalista. En efecto, esta debe recurrir a masas Crítica de la economía política. Una intro-
enormes de capital, sólo disponibles en el siste- ducción a El Capital de Marx constituye una he-
ma de crédito, para producir las inversiones que rramienta valiosa tanto para quienes se aproxi-
exige la búsqueda constante de beneficios mayo- man por primera vez a la lectura del célebre tex-
res. to, como para quienes son asiduos visitantes de
El capítulo IX está dedicado a explicar la con- él. No suple su lectura, sino que, más bien al
cepción de Marx sobre las crisis. Si bien las con- contrario, suministra un conjunto de elementos
sidera inherentes al sistema capitalista (que res- para afrontar su estudio sistemático, al tiempo que
tablece su equilibrio precisamente gracias a la des- provee de un marco teórico–interpretativo en el
tructividad de las crisis), Heinrich aclara que de que se destaca lo fundamental de lo accesorio, lo
ello no se sigue una posición de Marx sobre la anecdótico del aporte sustancial de Marx: en la
necesidad del colapso definitivo del sistema. Nada sociedad basada en la producción y el intercam-
asegura que el capitalismo vaya a desaparecer bio de mercancías, tiene lugar, a espalda de los
algún día, pero si tal sucede, no será a causa de sujetos y como producto involuntario de su pro-
su propia evolución interna, sino por la acción de pia práctica, una inversión, una “objetividad es-
quienes están sometidos a su dominio y su des- pectral”, que invisibiliza, bajo la apariencia de
tructividad. naturalidad, la subordinación de los seres huma-
En el capítulo X, reaparece el tema del feti- nos al poder cósico del mercado y su sujeción al
chismo para mostrar la conexión de todas las movimiento infinito de valorización del capital. Sin
mistificaciones generadas por la sociedad capita- embargo, es posible sustraerse al fetichismo y
lista, en lo que Marx llama “la fórmula trinitaria”. poner bajo el control humano ese poder autóno-
La expresión designa la ilusión de que el capital, mo del mundo cósico. No es seguro que eso su-
la propiedad del suelo y el trabajo son fuentes del ceda, pero de su posibilidad depende que el po-
valor producido en una sociedad, y no como tencial devastador del capital sea detenido y que
meras fuentes de ingreso para sus poseedores. El los productos de la actividad humana sean pues-
plusvalor producido por los trabajadores en el tos al servicio de la vida.
Estela Fernández Nadal.

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