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Las telecomunicaciones: un aliado estratégico

en tiempos de pandemia
Este artículo de Raúl Katz y Juan Jung (Telecom Advisory Services) fue publicado
originalmente en la Revista de ASIET: Telecomunicaciones de América Latina. Descarga la
Revista completa aquí.

La pandemia del COVID-19 ha supuesto un replanteamiento de las prácticas sociales y sistemas


productivos que hasta hace pocos meses dábamos por normales. Todo ha cambiado: Mas del
cincuenta porciento de la población no está asistiendo a sus lugares de trabajo habituales[1],
hemos suspendido los encuentros sociales con familiares y amigos, y nuestros hijos ya no asisten
a las aulas para educarse. Pese a ello, buena parte de la población ha podido continuar con sus
tareas de trabajo, ha logrado mantener el contacto con sus seres queridos, y ha podido aprovechar
las plataformas online para que las actividades educativas no se interrumpan. También la
población ha podido entretenerse durante el confinamiento a través de la creciente oferta de
servicios audiovisuales disponibles en streaming. Todo ello hubiese sido imposible años atrás, y
es prueba del notable avance que han tenido las telecomunicaciones, y como nos están ayudando
a mantener el sistema social y productivo en funcionamiento.

Naturalmente, las redes de telecomunicaciones están siendo afectadas por el aumento


exponencial del tráfico, motivado por el incremento del teletrabajo y de videoconferencias
durante estos meses de confinamiento. Sin embargo, es importante recalcar que las redes
latinoamericanas vienen resistiendo este desafío con éxito, acomodando los incrementos de
tráfico y preservando niveles de calidad adecuados.

En el escenario post-pandémico, la digitalización seguirá siendo tan crucial como ahora. En la


“nueva normalidad”, esperamos poder salir y retomar encuentros con allegados, pero
manteniendo distanciamiento social y evitando aglomeraciones. Podremos volver paulatinamente
a los lugares de trabajo, pero seguiremos teletrabajando más que antes. Nuestros hijos podrán
volver gradualmente a las aulas, pero ello será combinado con mayor actividad educativa online.
En definitiva, seguiremos utilizando a las telecomunicaciones más que antes.

Una vez salgamos de la emergencia actual, resulta evidente que América Latina tiene pendiente
avanzar en el cierre de la brecha digital.[2] Estimaciones para el 2020 apuntan a una penetración
de internet en la región del 79%[3]. Esa cifra, si bien es destacable y recoge grandes avances
recientes, implica también que un 21% de la población se enfrenta a una marginalización
implícita. Es decir, hay una porción importante de habitantes impedida de teletrabajar, de acceder
a información sanitaria, de descargar contenidos educativos, o de adquirir bienes a través de
internet, y que, por lo tanto, no está pudiendo mitigar los efectos negativos del confinamiento.
Existe un desafío para la región acerca de cómo crear las condiciones de entorno adecuadas que
permitan estimular las inversiones necesarias y las políticas públicas para cerrar esa brecha.
En este contexto, cabe mencionar que la industria de las telecomunicaciones viene atravesando
una coyuntura compleja, que combina crecientes requerimientos de inversiones con niveles de
ingresos por usuario decrecientes, como se puede ver en la siguiente figura.

América Latina: evolución ARPU móvil e inversión per cápita en telecomunicaciones

Fuente: GSMA Intelligence y UIT, Análisis de Telecom Advisory Services. 

El ingreso promedio por usuario móvil, ya bajo en relación con niveles de economías avanzadas,
ha estado disminuyendo desde el cuarto trimestre del 2017. Aun en el contexto de esta tendencia,
la industria ha aumentado su nivel de inversión de capital para impulsar el desarrollo tecnológico
y la cobertura de las redes. Sin embargo, América Latina todavía registra niveles de inversión
por habitante que están por debajo de los países de la OCDE, y pese a que esa distancia se ha ido
acortando, se requiere de un mayor impulso para que la región pueda contar con niveles de
conectividad similares a los de los países más avanzados. Prueba de ello son las estimaciones de
inversiones para desplegar 5G en la región[4], que apuntan a aumentos de CAPEX anual de entre
15% y 20%, dependiendo del país y de los escenarios de despliegue.

La sostenibilidad de las inversiones, que ya se veía amenazada por las complejidades del
entorno, puede verse más comprometida aún en contextos como el actual. Recientemente, un
informe de Fitch Ratings[5] sobre las telecomunicaciones en América Latina arrojaba
pronósticos preocupantes a raíz de esta situación, prediciendo que las operadoras podrían
recortar inversiones hasta un 30% para mitigar los problemas de flujo de caja causados por la
pandemia. Al verse comprometida la liquidez y las posibilidades financieras de las empresas,
podría verse perjudicado el objetivo de aumentar los niveles de inversión, y, por tanto, de cerrar
la brecha digital.

A ese respecto, cabe una reflexión vinculada a algunas de las medidas que se están tomando en la
región, como son el congelamiento de precios o imposición de tarifas sociales (casos de
Argentina[6] o Ecuador[7]), o el mantenimiento de servicios operativos en caso de suspensión de
pagos (casos de Ecuador[8], Bolivia[9] o El Salvador[10]). Tales medidas, que indudablemente
son favorables para los segmentos mas vulnerables de la población, deberían ser llevadas a cabo
mediante mecanismos que eviten poner en riesgo la liquidez del sector y sus planes de inversión.
Un opción es plantear la provisión de subsidios focalizados en los segmentos de población más
vulnerables, destinados a que éstos puedan mantener sus servicios en estas circunstancias. Este
tipo de medidas, por otra parte, deberán implementarse de manera ágil y transparente, para que
sus destinatarios puedan disponer las ayudas en tiempo y forma.

En conclusión, siendo la infraestructura digital un componente fundamental para la resiliencia


económica, el cierre de la brecha de conectividad requerirá que las condiciones de entorno
acompañen a ese proceso, y para ello será necesario promover la acción conjunta de gobiernos,
reguladores y operadores como aliados estratégicos para conseguir el objetivo. De lograrlo, ante
futuras emergencias como la actual, la región podrá minimizar con éxito los efectos dañinos de
las mismas.

[1] Ver Katz, R., Jung, J. y Callorda, F. (2020). El estado de la digitalizacion frente a la
pandemia del COVID-19. Caracas: Observatorio CAF del Ecosistema Digital (Abril).

[2] Otro desafío relevante para la región es el de utilizar más intensivamente las tecnologías
digitales, dado que actualmente en los hogares predomina su uso para entretenimiento y redes
sociales, y a nivel empresarial, el uso que se da a internet en cadenas de aprovisionamiento y
procesos productivos es escaso.

[3] Estimación de Telecom Advisory Services sobre la base de datos de UIT

[4] Katz, R. y Cabello, S. (2019). El Valor de la Transformación Digital a través de la


Expansión Móvil en América Latina. New York: Telecom Advisory Services.

[5] Fitch Ratings (2020). LATAM Telecoms May Cut Capex Due to Coronavirus-Related Cash
Burn (4 de mayo).

[6] El Cronista (2020). “Congelan las tarifas de telefonía fija y los planes prepagos de celulares”
(31 de marzo)

[7] El Comercio (2020). “Tarifas sociales y simplificación de trámites para proveedores; en


Ecuador uso de Internet aumentó 40%” (27 de mayo).

[8] Contreras, V. (2020). “Proveedores telecom en Ecuador no suspenderán servicios y darán


zero rating para apps de emergencia por COVID-19”, Digital Policy & Law (23 de marzo)

[9] Contreras, V. (2020). “Bolivia prohíbe a operadores cortar servicios de telefonía, Internet y
cable por falta de pago durante la pandemia”, Digital Policy & Law (23 de abril)

[10] Gonzalez, L. (2020). “Afectados por el Covid-19 no pagarán créditos, luz, agua y teléfono
por tres meses”, La República (18 de marzo).

El uso de las redes se dispara. La videoconferencia y el vídeo en streaming están


doblando el tráfico de dato en España. La demanda de banda ancha proveniente de las
redes de distribución de contenido ha crecido un 50% desde el inicio de la crisis del
Covid-19. Como en el confinamiento hogareño hay que intentar divertirse y
entretenerse, el tráfico de gaming online crece un 30%. La videoconferencia también se
dispara (Gotomeeting, Skype, Teams…), en pleno cloud journalism y voracidad en el
consumo de contenidos.
Las caídas del sistema, excepcionales hasta hace poco, pueden comenzarse a
multiplicar, pese al compromiso adquirido por parte de los operadores. ¿La causa? El
crecimiento del tráfico de Internet y la consiguiente carencia de espacio en la memoria
virtual de los routers. Las capas iniciales OSI son las más sensibles en ese subrepticio
pero esencial trajín de datos, desde e-mails de comprobación hasta bases de datos en
VPN con millares de delegaciones. 
Ciertamente, los routers sufren una sobrecarga por mor del número ascendente de
dispositivos usados. La fragmentación de Internet en polinésicas microredes afecta a
los almacenadores de tablas de rutas, concentradas en la memoria de los
encaminadores. Como la mayoría de los routers almacena 512.000 rutas, superar ese
umbral, punto crítico irrebasable, puede colapsar redes, a raíz del salto del tráfico. Y
ello puede afectar a negocios digitales como los de comercio electrónico o banca
virtual, y a aplicaciones como el ERP (Enterprise Resource Planning).
Además, la tendencia a la virtualización alcanza a la moneda. Así, Ebay, que en verano
de 2014 sufrió una caída de servicio vinculada al argumentario precedente, y su
división de pagos PayPal trataban con Coinbase y otros proveedores de transacciones
con la moneda virtual Bitcoin para integrar la moneda dentro de su sistema de pagos
Braintree PayPal. Ese sistema se encargaba de los pagos de grandes empresas (como
OpenTable, Living Social, AirBNB o Uber), que venden en línea en el mundo y que
aceptan diversos métodos de pago. La adquisición de Braintree llevó cuentas a PayPal,
pendiente de la penetración de Bitcoin, moneda digital que no pertenece a ninguna
entidad financiera y para la cual un acuerdo con PayPal sería motivo de consolidación.
Ebay adquirió Braintree (que ofrece a las empresas un portal de pagos, una cuenta y
otras herramientas que permiten a los comerciantes aceptar pagos con tarjetas de
crédito online o con aplicaciones móviles) por 800 millones de dólares en 2013. El
objetivo era impulsar la presencia móvil de PayPal.
En el espectro del Business Intelligence, las plataformas de Oracle, IBM Cognos o SAP
son en ocasiones criticadas por su inmovilismo y por su requerimiento elevado de
banda ancha. En la relación con el usuario, soluciones como Tableau o QlikView se
consideran más usables, pero sin capa semántica que permita el dinamismo con el
usuario final, coartado estructuralmente a la hora de manejar los datos con criterio
propio.
El equilibrio entre nuevos servicios y digitales es motivo de análisis. Sobre ello
debatimos en el Grupo de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha
y Grupo de Investigación Sistemas Innovadores de Monetización del Periodismo Digital
(SIMPED), del CECABLE, en Twitter (@CECABLEresearch), en el grupo de LinkedIn,
en la página de LinkedIn, en el grupo de Facebook, en Instagram (CECABLE), en
Pinterest y en este blog. Y ahondaremos en las XXV Jornadas del Cable y la Banda
Ancha en Cataluña (CECABLE, Blanquerna, Feceminte, COETTC), cuyas fechas
determinará la evolución del confinamiento. Un confinamiento que estamos
sobrellevando con las ventajas y los inconvenientes de la virtualización. ¡Unidad,
paciencia, generosidad, solidaridad y optimismo!

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