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En primer lugar esta Indudablemente María Montessori (31 de agosto de 1870 – 6 de mayo de

1952), fue una educadora italiana. conocida en todo el mundo por aportar a la pedagogía el
“Método Montessori”. Este modelo educativo costa de 3 puntos clave: el amor, el ambiente y
el niño. En cuanto al amor, se hace alusión al respeto o libertad, pero sobre todo se hace
hincapié en la empatía. En el ambiente nos dice que debe estar lleno de tranquilidad y en
cuanto al niño es sencillamente tratarlo como el centro del proceso escolar

La autora sostiene que basó su método en el trabajo del estudiante y en la colaboración con el
adulto. Así, la escuela no es «un lugar donde el maestro transmite solo conocimientos», sino
un espacio en el que la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará mediante una
actividad libre con material didáctico especializado.

Por otra parte, podemos resaltar a Juan Amós Comenio, quien nació el 28 de marzo de 1592.
Es considerados por muchos como el padre de la pedagogía. Su legado radica en que fue el
primero en hablar de la “escuela materna”, en la cual la familia debía darle una serie de
valores al niño. Pero según Comenio será la madre la primera en hacerlo.

Además, planteaba que educación debía ser universal, es así como brinda ideas educativas
apoyándose en tres métodos: comprender, retener y practicar. El fin de ello era mejorar o
ampliar la Interacción entre el alumno y el docente.

Igualmente, otra contribución fue su obra denominada “Didáctica Magna” que sustentaba
temáticas enfocadas en cómo educar a los niños y ofrecía técnicas para dirigir adecuadamente
las escuelas. En la misma también deja estipulado su conceptualización de enseñanza y la
resume en una sabia frase “enseña todo a todos”.

Y un tercer autor es John Dewey (1859-1952) filósofo, psicólogo y pedagogo estadounidense.


Su principal aportación ha sido ser el progenitor de la escuela Nueva, que surgió para eliminar
el tradicionalismo. El centra su mirada en el niño y en el desenvolvimiento de sus habilidades,
reconociendo de esta manera al estudiante como un sujeto activo y por ende es protagonista
en el aprendizaje.

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” (Nelson
Mándela)

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