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Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Vicerrectoría Académica y de Investigación


Guía de actividades y rúbrica de evaluación – Fase 5 - Evaluación
final

1. Descripción general del curso

Escuela o Unidad Escuela de Ciencias Administrativas, Contables, Económicas y de Negocios


Académica
Nivel de Profesional
formación
Campo de Formación disciplinar
Formación
Nombre del Antropología Económica
curso
Código del curso 105011
Tipo de curso Teórico Habilitable Si ☒ No ☐
Número de 3
créditos

2. Descripción de la actividad

Número
Tipo de Colaborativ de
Individual ☒ ☐ 2
actividad: a semana
s
Momento de
Intermedia,
la Inicial ☐ ☐ Final ☒
unidad:
evaluación:
Peso evaluativo de la Entorno de entrega de actividad:
actividad: 125 Seguimiento y evaluación

Fecha de inicio de la
Fecha de cierre de la actividad:
actividad: jueves, 29 de
miércoles, 12 de diciembre de 2018
noviembre de 2018
Competencia a desarrollar:
Explicar de manera general los temas que se han abordado en el
curso, en torno a las relaciones entre la Antropología Económica y la
Economía.
Temáticas a desarrollar:
• Definición, desarrollo y prácticas de la Antropología Económica.
• Proceso de globalización y nuevas economías.
Pasos, fases o etapa de la estrategia de aprendizaje a
desarrollar
• Observación del video y anotación de las principales prácticas de
intercambio.
• Revisar los conceptos de la unidad 2 (Gudeman) para responder
con argumentación conceptual el interrogante 2.
• Comprender el concepto de globalización (lecturas unidad 3)
para responder con base argumentativa el interrogante 3.
• Escribir el ensayo teniendo en cuenta las tres etapas enunciadas
en “Actividades a desarrollar”.
Actividades a desarrollar
Esta actividad (trabajo individual) se llevará a cabo a través del
desarrollo de las siguientes actividades:

- Etapa 1. Realizar la observación del siguiente vídeo:

Barneto, M. (2000). Amazonía: la tribu de los Zoé. Recuperado de:


https://www.youtube.com/watch?v=eLR9tbEG8nY

- Etapa 2. Resolver los siguientes interrogantes:

˗ Interrogante 1 (45 pts.). ¿Cuáles son las principales prácticas de


intercambio adoptadas por la tribu de “los Zoé”?.
La voz humana es ancestral, no ha llegado la fibre del móvil, con sus
cantos se hablan a distancia desde el vientre de su jungla
Con sus cantos se
Los padres de familia se ayudan mutuamente para hacer posible entre
todos lo imposible cazar monos; los mutacos son duendes invisibles
constituyen el alimento base de su dieta de cazadores
No hay paro obrero, todo tienen su sitio
Fundamentalmente los monos araña, se cruzan otras muchas especies
Golpean arboles hacen ruido para
Desde abajo es casi imposible flechar a estos animales

Es una comunidad que no llega a 200 personas, no hace daño a la


naturaleza;
Sus problemas cotidianos con el tipo de vida que lleven
Cazar no es fácil.
Valoran el hogar como buenos nomadas; construyen su casa con
madera y palma, bajo el nuevo techo se instalan varias personas
unidas por relaciones no estrictamente familiares.
Para cobijar a otros amigos y familiares

Arquitectura abierta de par en par para que nadie quede sin techo
bajo el sol abrasador

Viven en el eden rodeados de naturaleza virgen no tienen un Dios fijo,

Se ganan la vida cazando, donde y cuando los ciclos naturales se lo


permiten, los recursos naturales son limitados y ellos los saben bien,
no habitan cerca a ríos
De vez en cuando el ambiente de fiesta se apodera de su calendario
El asai y no el petróleo es el oro negro en todo el amazonas

Abuelas madres y nietas utilizan, para preparar el una bebida..


Zoé quiere decir nosotros
Cada 15 días se cambian
Cuando son niños se ponen palos en la cara
Las mujeres también lo usan
Les gusta que la madera brille
Las aves son muy importantes

LOS ZOÉ (EL PUEBLO DE LA FELICIDAD)


J.J.D.R.
Aislados del mundo, resguardados bajo la inmensidad de una selva repleta de
misterio y vida, la tribu Zoé es el ejemplo perfecto del significado de la palabra
felicidad.
Ocultos y alejados de un progreso que pone en riesgo su cultura y ancestral
mundo, los Zoé siguen pisando con sus pies descalzos territorios amazónicos
intransitables para profanos y recorriendo los mismos senderos que tiempo atrás
transitaron sus antiguos ancestros.
La felicidad fluye entre los miembros de la tribu sin rencores. El odio, el egoísmo
o el rencor, son términos desconocidos que se alejan mucho de su concepto
cultural y social.
MIEMBROS DE LA TRIBU ZOÉ
Es un pueblo mágico, soñador y bello por dentro, que ha conseguido sobrevivir
en un entorno hostil gracias a priorizar el colectivo por encima del propio
individuo.
Sus territorios se extienden por las regiones montañosas del noroeste del estado
de Pará en la amazonía Brasileña, entre los márgenes de los ríos Cuminapanema
y Erepecuru. Más detalles no son convenientes y, aunque han sido contactados
en varias ocasiones, desean seguir perteneciendo a la selva pese a que cada día
les sea más difícil huir de las explotaciones sin control que ejercen las grandes
compañías en territorios limítrofes a los suyos.
Rodeados del verde atemporal de la selva, entre acordes animistas y el ingente
rugido del Amazonas, los Zoé despiertan con los primeros rayos de sol.
Sus viviendas son grandes y amplias casas de madera con tejados hechos de
paja y grandes hojas. Las familias conviven juntas sin problemas durmiendo en
hamacas hechas con fibras de nueces que las mujeres se encargan de tejer
cuidadosamente.
Fuera del recinto techado el pueblo disfruta de la vida al aire libre cocinando en
pequeños fuegos mientras los niños gozan del aprendizaje a través del juego.
Son cazadores recolectores. Parte de su dieta se basa en el cultivo de yuca,
plátano, urucum (semilla también conocido como achiote) y patatas dulces. Para
la pesca utilizan arpones y el Timbo- veneno tóxico que vierten en el agua y mata
el oxígeno de los peces- que recogen cuando salen a la superficie. El carácter
pacífico y amigable de los Zoé no ha de confundir su gran capacidad para la caza,
campo éste en el cual se manejan magistralmente. Suelen cazar solos, excepto en
épocas concretas de abundancia de especies como el mono gordo, el pécari o los
zopilotes, periodos en los que ejercer la cacería en grupo suele ser más
productiva.

Foto de Fiona Watson www.survival.com


Sus arcos son pequeños pero no así su destreza con ellos. Pueden ensartar un
animal a decenas de metros incluso cuando éstos se esconden en las copas de
los árboles y apenas son visibles desde el suelo.
Ciertos exploradores y misioneros en sus incursiones a través de las selvas
amazónicas, extendieron la leyenda de que los nativos de ciertas zonas comían
niños. Cuando se contempla el cuerpo despellejado de un pequeño mono listo
para ser cocinado, el parecido con un pequeño bebé no deja de ser sorprendente;
siendo éste motivo para pensar que muchos mitos antropófagos de tribus
amazónicas fueron causa de ambiguas interpretaciones sin base ni fundamento.
Una pieza de madera, el “Poturu”, es el rasgo que diferencia a los Zoé de
cualquier otra tribu. Desde muy temprana edad, entre los 7 y 9 años, a los jóvenes
Zoé se les hace una incisión en el labio inferior por donde se le introduce una
pequeña pieza de madera que se irá incrementando en tamaño a medida que vaya
creciendo. Para los Zoé es de suma importancia llevar el poturu. Tanto las
mujeres como los varones no visten prendas ninguna que cubra sus cuerpos.
Pero la falta del poturu en su boca es considerado la mayor desnudez sintiéndose
feos sin éste distintivo tan característico que miman y cuidan como algo sagrado
lavándolo diariamente y puliendo con fina arena para que aparezca reluciente.
El poturu es el único objeto que los Zoé se llevan al otro mundo cuando mueren.
La sociedad está marcada por la empatía colectiva. No tienen líderes, y si bien se
escucha con deleite los consejos de los más ancianos, las decisiones se toman
siempre en conjunto siendo partícipes todos los individuos ya sean hombres o
mujeres.
No entienden el concepto de infidelidad, siendo la poligamia una practica
habitual.
Las mujeres Zoé suelen convivir con varios hombres y viceversa. No existen tabú
en cuanto al sexo, que interpretan de una forma totalmente libre y sin prejuicios
de ninguna clase. Hasta el aprendizaje en este campo lo cuidan al mínimo detalle.
Los jóvenes Zoé suelen casarse en su primer matrimonio con parejas de mucha
más edad, siendo estos los encargados del aprendizaje sexual de los jóvenes. No
es raro encontrarse parejas conformadas por jovencitos muchachos cuya mujer
es una veterana de avanzada edad.
Este periodo de adaptación es fundamental en sus vidas. Aprenden todo lo
relacionado con las artes amatorias además de adquirir la educación y la
experiencia de los mayores.
Transcurrido un tiempo, cuando la madurez les ha llegado, vuelven a elegir pareja
normalmente de edad similar.

Foto Fiona Watson www.survival.com


Las mujeres gustan de adornar sus cabellos con una diadema característica
hecha con algodón y el plumón blanco de ciertas aves como el zopilote (una
especie de buitre), que también utilizan para engalanar flechas y arcos.
El achiote – pasta roja que extraen del urucum- les sirve para pintar sus cuerpos
desnudos y darles un aspecto rojizo que les sirve de camuflaje en la espesa
selva.
Los Zoé son un pueblo afable cuya sencillez y humildad no tiene límites. No
entienden el significado de la palabra castigo y cuando algún miembro se siente
malhumorado por algo, se marcha voluntariamente del poblado hasta que
recapacita y la alegría vuelve a iluminar su rostro. Cuando regresa, los miembros
de la tribu lo reciben con algarabía, mostrándole su cariño con abrazos y caricias.
Una curiosa costumbre que tienen para estos casos es tumbar al miembro del
grupo en el suelo y comenzar a hacerle cosquillas haciéndole reír hasta casi
provocarle el llanto para que, según dicen, con la vuelta del buen humor también
regresará la cordura.
Les gusta tocar y acariciar, sentirse unidos mediante el tacto de la piel,
reconfortarse con abrazos y caricias, consiguiendo trasmitir todo lo que sienten
hacia el prójimo en cada instante. La magia del pueblo Zoé reside en el
magnetismo que trasmiten en cada una de sus amplias sonrisas.

El Seh´py es la más grande ceremonia colectiva para el pueblo Zoé. Este ritual de
bailes y cánticos que perdura hasta el amanecer, suele conmemorar desde la
primera menstruación de las jovencitas hasta la primera pieza cobrada en cacería
por un joven varón. Los hombres beben de un brebaje fermentado de cierto
tubérculo que les hace vomitar hasta pulgar sus estómagos por completo.
Los Zoé han tenido malas experiencias con los extranjeros que llegaron hasta sus
tierras por vez primera en 1982. Los primeros en contactar con ellos fueron los
misioneros evangelistas Misión Nuevas Tribus de Brasil, quienes llegaron a
instalarse en sus territorios. Las enfermedades que les fueron trasmitidas,
sarampión y gripe, les  provocaron grandes daños y diezmaron
considerablemente su población.
Pero la gran amenaza que puede llegar a extinguir a este magnífico pueblo son
las grandes industrias. Las empresas madereras, de minería, las encargadas de la
explotación de  nueces, el cultivo de soja, así como las acciones incontroladas de
algunos misioneros, están acabando con el pueblo Zoé.
Ellos, ajenos al mundo cruel que se ciñe cada vez más a sus fronteras, reciben
con júbilo aquellas gentes extrañas y feas que se adentran en sus ancestrales
territorios.
Los Zoé sólo piden que les dejen acuñar los conocimientos del mundo que les
rodea, pero igualmente les dejen vivir tranquilos en su selva como lo han hecho
siempre; libres, gozosos y felices, sin que nadie les oprima con la intención de
expulsarlos de sus territorios.
Por primera vez en el año 2011 un grupo nativo Zoé viajó a la capital Brasileña
(Brasilia) para demandar a las autoridades proyectos de educación, así como un
programa eficiente de protección de sus territorios. Actualmente el pueblo Zoé
mantiene una tasa demográfica estable. El riesgo de ser aniquilados y
pulverizados por la rueda deshumanizada del progreso sigue latente.
El cauce del río Cuninapanema silva cuando pasa por encima de las rocas
desgastadas de su lecho acuífero. Por el sendero antiguo que transcurre paralelo
al río, los Zoé caminan altivos con sus cuerpos desnudos acariciando la
naturaleza. Un cordón umbilical estrecho, débil e invisible, mantiene unido a los
Zoé con la selva que los vio nacer. Cuidar ése apéndice vivo y mágico es parte de
la conciencia de todos. Si ése vínculo que une a los Zoé con su madre selva se
rompe, desaparecerán, igual que tantas otras tribus antes que ellos. Sólo espero
que la sonrisa del pueblo Zoé perdure por siempre en la selva, y que bajo ningún
concepto se deteriore el ecosistema del que son parte fundamental en la
amazonía brasileña.
https://elembrujodegaia.blogspot.com/2014/11/los-zoe-el-pueblo-de-
la-felicidad.html

Los Zoe son una tribu nativa del amazonas, Zoe quiere decir “nosotros”, es
un grupo de seres humanos que atraviesa su labio inferior con un cilindro de
madera del árbol del “puturu” que para ellos es símbolo de belleza, viven
completamente aislada de la civilización, no usan ropa, andan desnudos desde
los más pequeños hasta los más grandes; entre ellos no existe el pudor y el
morbo.

Los hombres salen de cacería en la mañana, usan sus flechas para atrapar
diversas clases de mono, flechas que ellos mismos fabrican con ayuda de su
familia con materiales obtenidos de la misma naturaleza. Cazan donde y cuando
los ciclos naturales se lo permiten y respetan el tiempo de reproducción de los
animales, saben que los recursos naturales en algún momento se pueden
terminar. Cuando regresan con la comida a la aldea todos ayudan a cocinar y
comen en familia.

Construyen sus y se instalan personas que no sean necesariamente su


familia, conviven todos juntos aunque no tengan ningún lazo familiar que los
una. Uno de sus días de fiesta comienza al caer el sol, donde niños y adultos
comienzan a danzar con unos palos golpeando el suelo. Se desparasitan por
medio de una “purificación” donde toman una bebida preparada por las mujeres
con la que vomita durante la celebración; sin tener el conocimiento adecuado de
cómo actúa esa bebida la usan y eso los ayuda a conservar su salud
inconscientemente.

La mujeres además del puturu usan una especie de diadema echa con
plumas de unas aves en particular, las niñas la usan después de su primera
menstruación. Los hombres usan una funda para el pene, se lo quitan para tener
relaciones sexuales y para ir al baño; y esa es toda la “ropa” que ellos usan.

Tienen mascotas (aves, monos, tortugas, etc) son los niños los encargados
de alimentarlos. Las mujeres mayores adoptan un monito como compañía en la
tercera edad, les dan su cariño y les ayuda a no sentirse solas, además de que casi
nunca lo están porque sus hijas les dan masajes regularmente con algodón y una
especie de aceite, ellos cuidan a sus ancianos.

La manera en cómo se divierten es muy parecida a la nuestra hoy en día,


pero ellos no van a parques acuáticos ni playas turísticas, en su lugar las familias
acuden a un río, donde como todo su estilo de vida, no dañan la naturaleza.

Otro ejemplo de esto es la pesca donde usan una especie de veneno para
hacer subir a los peces y poder atraparlos en ese momento, es un veneno natural
que actúa solamente por un tiempo para no dañar el ecosistema. Las mujeres han
creado métodos de planificación familiar, son ellas las que deciden en que
momento embarazarse, sobre todo porque son un pueblo nómada y no se pueden
permitir embarazos durante su desplazamiento.

En este pueblo no hay líderes, todos se ayudan entre sí, todos participan de
la misma manera ayudando en actividades adecuadas a su edad y sexo. No
necesitan dañar

˗ Interrogante 2 (45 pts.). ¿Puede establecerse la existencia de los


nuevos roles: la casa y la energía vital?

˗ Interrogante 3 (35 pts.). ¿Cuáles son los principales desafíos


enfrentados por esta comunidad indígena en el marco del proceso de
globalización?

- Etapa 3. Presentar un documento escrito tipo ensayo, máximo de 5


hojas, con las respuestas de cada uno de los interrogantes y finalice
con una conclusión a través de la cual se refleje el aprendizaje logrado
durante el curso.
Entorno de Conocimiento: En este Entorno consultarán
los materiales y las diferentes lecturas que orientarán el
desarrollo de la Actividad.
Entornos
para su Entorno Aprendizaje colaborativo: A través de este
desarroll Entorno se podrán comunicar las dudas e inquietudes que
o se presenten a lo largo de la planeación de la Actividad.

Seguimiento y Evaluación: En este Entorno es donde


se debe entregar la Actividad finalizada.
Productos Individuales:
a Un documento en Word (ensayo), atendiendo los
entregar siguientes requerimientos:
por el
estudiant ˗ Fuente: Arial, espaciado: 1,0 pts.
e
Cada respuesta debe tener una extensión mínima de una
(1) hoja, siendo sugerido.

˗ La respuesta a los interrogantes propuestos, debe tomar


como base los referentes bibliográficos sugeridos para
cada una de las unidades (Ver material obligatorio –
entorno de Conocimiento).

Estos textos serán los principales insumos, para efectos


de la argumentación de la respuesta a cada interrogante.

Nota: No se admiten respuestas sin el debido contenido


teórico que la soporte.

Colaborativos:

Esta es una actividad individual


Lineamientos generales del trabajo colaborativo para el
desarrollo de la actividad

Planeación
de
actividades
para el Esta es una actividad individual
desarrollo
del trabajo
colaborativo
Roles a
desarrollar
por el
estudiante Esta es una actividad individual
dentro del
grupo
colaborativo
Roles y
responsabili
dades para
la
producción Esta es una actividad individual
de
entregables
por los
estudiantes
Realizar la debida referencia de las fuentes
Uso de
bibliográficas consultadas en la elaboración del
referencias
documento (Normas APA – Versión 06).
Políticas de En el acuerdo 029 del 13 de diciembre de 2013,
plagio artículo 99, se considera como faltas que atentan
contra el orden académico, entre otras, las siguientes:
literal e) “El plagiar, es decir, presentar como de su
propia autoría la totalidad o parte de una obra,
trabajo, documento o invención realizado por otra
persona. Implica también el uso de citas o referencias
faltas, o proponer citad donde no haya coincidencia
entre ella y la referencia” y liberal f) “El reproducir, o
copiar con fines de lucro, materiales educativos o
resultados de productos de investigación, que cuentan
con derechos intelectuales reservados para la
Universidad.

Las sanciones académicas a las que se enfrentará el


estudiante son las siguientes:
a) En los casos de fraude académico demostrado
en el trabajo académico o evaluación respectiva, la
calificación que se impondrá será de cero punto cero
(0.0) sin perjuicio de la sanción disciplinaria
correspondiente.
b) En los casos relacionados con plagio demostrado
en el trabajo académico cualquiera sea su naturaleza,
la calificación que se impondrá será de cero punto
cero (0.0), sin perjuicio de la sanción disciplinaria
correspondiente.
Un modo de vida pacífico
Los zo’és son una pequeña y aislada tribu que vive en las profundidades de la
selva amazónica en el norte de Brasil. Tan sólo mantienen un contacto continuo
con foráneos desde 1987, cuando misioneros de Misión Nuevas Tribus levantaron
un puesto en su tierra. Ésta ha sido oficialmente reconocida por el Gobierno, que
controla el acceso a ella para minimizar la transmisión potencial de enfermedades
como la gripe y el sarampión.

Los zo’és viven en grandes casas rectangulares con techos de paja, abiertas por
todos los laterales. En ellas, varias familias viven en comunidad, duermen en
hamacas que cuelgan de las vigas y cocinan en las hogueras a cielo abierto que
hay por los laterales.

Las mujeres zo'é suelen llevar a sus


bebés en portabebés que tejen con fibras
de palma o el algodón que cultivan en sus
huertas.
© Fiona Watson/Survival

Los zo’és aprecian las “nueces de Brasil”, y a menudo ubican sus comunidades
junto a arboledas que dan este fruto. Además de proporcionarles una rica fuente
de alimento, utilizan las cáscaras de las nueces como brazaletes y la fibra que
contienen para tejer las hamacas.

Las comunidades de los zo’és están rodeadas por grandes huertos donde cultivan
mandioca y otros tubérculos, pimientos, bananas y muchas otras frutas y verduras.
Cultivan algodón, que después utilizan en ornamentos corporales y hamacas, para
tejer los portabebés y para unir las puntas de las flechas.

Una familia zo'é descansa en las hamacas que hacen con la fibra de las nueces brasileñas.
© Fiona Watson/Survival

Los zo’és son polígamos, y tanto los hombres como las mujeres pueden tener más
de un compañero/a. Es bastante común que una mujer con varias hijas se case
con diferentes hombres, algunos de los cuales podrían casarse más tarde con
éstas.

Todos son iguales en la sociedad zo’és. No hay líderes, aunque las opiniones de
hombres particularmente elocuentes, conocidos como yü, tienen más peso que las
de otros en asuntos como el matrimonio, la apertura de viejos huertos o el
establecimiento de nuevas comunidades.

Los hombres zo’és son cazadores muy hábiles. Se suele cazar individualmente,
pero en determinados periodos del año (“la época del mono gordo” o del “rey
zopilote”) se organizan cacerías colectivas.
Cuando las manadas de pecaríes se concentran, los hombres zo’és cazan en
grupo, corriendo frenéticamente tras estos animales a los que disparan flechas,
mientras las mujeres capturan a las crías asustadas, a las que llevan a sus
hogares y crían como mascotas, o lo que ellos denominan raimbé. Los zo’és
también pescan utilizando arpones y timbó (un veneno para los peces hecho a
base de enredaderas machacadas).

Decoración corporal y rituales


Desde que son jóvenes, los zo’és llevan el m’berpót: un largo palo de madera
insertado en su labio inferior.

Los niños zoés comienzan a llevar el palo en el labio inferior entre los siete y los nueve años; a
medida que crecen se les van poniendo palos de mayor tamaño.
© Fiona Watson/Survival
Los zo’és cuentan cómo uno de sus antepasados, Sihié’abyr, les enseñó a utilizar
el palo del labio. Una de las ceremonias más importantes, y un rito de paso para
los niños, es la perforación del labio inferior.

Para hacerla emplean el afilado hueso de la pierna de un mono araña. Después


introducen un diminuto m’berpót. Los niños pasan por este ritual cuando tienen
unos siete años y las niñas con nueve. A medida que crecen, se les van
insertando palos de mayor tamaño.

Las mujeres llevan sobre sus cabezas elaborados tocados que hacen con las
suaves plumas blancas del pecho de los zopilotes (una especie de buitre), y pintan
sus cuerpos con urucum: una pasta de color rojo intenso realizada a base de
semillas de anato machacadas.

Como muchos otros pueblos indígenas de América del Sur, los zo'é utilizan la pasta de anato para
pintar sus cuerpos y sus rostros.
© Fiona Watson/Survival
Los rituales marcan numerosos aspectos de la vida de los zo’és, como el
nacimiento y la muerte, la primera menstruación de las jóvenes y el primer tapir
cazado por los jóvenes adolescentes.

Quizás, la mayor ceremonia colectiva sea el seh’py, que puede realizarse para
marcar cualquier acontecimiento importante. Recibe el nombre de la bebida no
fermentada que se sirve durante el ritual, hecha con tubérculos de temporada.
Para la ocasión, los hombres se visten con largas faldas de fibra llamadas sy’pi.
Hombres y mujeres bailan juntos durante toda la noche unas danzas únicas que
acompañan con cánticos. Al amanecer, los hombres terminan la bebida y la
expulsan vomitándola todos al mismo tiempo.

Futuro incierto

Un grupo de zo'é descansan junto a uno


de sus ríos preferidos, Brasil.
© Fiona Watson/Survival

Como muchos otros pueblos indígenas que han sido recientemente contactados
por la sociedad nacional mayoritaria, la vida está cambiando para los zo’és.
Algunas personas han acusado a la FUNAI, el departamento de asuntos indígenas
del Gobierno brasileño, de mantenerles en una especie de “zoo humano”, a cuyo
territorio se permite el acceso de muy a pocas personas, al tiempo que se
persuade a los zo’és para que no salgan fuera.
Pero esta política indudablemente ha salvado vidas, y la población de los zo’és se
ha estabilizado y está creciendo en estos momentos.

No obstante, los zo’és sienten curiosidad por conocer a sus vecinos y el mundo
que hay más allá de sus límites territoriales, y han expresado su deseo de
aprender más sobre el mundo exterior.

En febrero de 2011, por primera vez, un grupo de zo’és viajó a Brasilia, la capital
de Brasil, para presentar sus reivindicaciones ante las autoridades.

Éstas incluían un proyecto educativo, la formación de zo’és como trabajadores


sanitarios y un programa de protección territorial en el que ellos mismos pudieran
participar activamente.
Antes, cuando no había hombres blancos, los zo’és no tenían enfermedades. En el pasado había
muchos niños y mujeres, ahora, ya no hay muchos.
“JIRUSIHÚ, HOMBRE ZO’É”

El reto actual para los zo’és consiste en conocer sus derechos y entender a la
sociedad brasileña, de modo que puedan interactuar en igualdad de condiciones
con ella, sin sucumbir a enfermedades comunes como la gripe, frente a las que
todavía son extremadamente vulnerables.

La presión sobre su territorio y sus recursos naturales está aumentando:


recolectores de nueces, buscadores de oro, misioneros y cazadores invaden
periódicamente su tierra, y la frontera de los cultivos de soja cada vez está más
cerca.

Primer contacto
Los zo’és han vivido tranquilamente en la densa selva que hay entre los ríos
Erepecuru y Cuminapanema desde tiempos inmemoriales.

En las décadas de los años cuarenta y cincuenta, los hombres que cazaban
jaguares y otros felinos salvajes para sacar provecho de sus pieles fueron los
primeros en interrumpir la paz de la selva. Después, los buscadores de oro y los
recolectores de nueces brasileñas también comenzaron a adentrarse en ella.
Los zo'é viven en las profundidades de la selva amazónica y construyen casas en medio de sus
huertos, donde cultivan verduras y frutas como la yuca y la banana.
© Fiona Watson/Survival

Los zo’és habían tenido encuentros fugaces con estas personas, pero no se les
alteró hasta 1975, cuando un vuelo de reconocimiento de minerales sobre la selva
avistó a una de sus comunidades. Las personas del vuelo regresaron para lanzar
productos desde el avión, y después informaron que los zo’és los pisotearon y los
enterraron.

Con el tiempo, una comunidad misionera de Brasil supo de la existencia de los


zo’és, y en 1987 la Misión Nuevas Tribus estableció un puesto y una pista de
aterrizaje junto a su territorio.

Según los propios misioneros, el primer contacto definitivo con los zo’és tuvo lugar
el 5 de noviembre de 1987. Durante varios días antes del contacto, grupos de
zo’és habían estado observando secretamente a los misioneros en su puesto.
Años después, un cazador zo’é recordó cómo se divertían con las técnicas de
caza de los misioneros, ya que no se movían con rapidez por el bosque. También
les hizo gracia cómo transportaba uno de ellos un pecarí sobre sus espalda “con
su cabeza colgando y sus mandíbulas haciendo chasquidos”.

Actualmente la población de los zoés se


ha estabilizado, tras las devastadoras
epidemias que los asolaron en la década
de los años ochenta.
© Fiona Watson/Survival

Finalmente, algunos zo’és fueron al puesto e intercambiaron puntas de flecha


rotas por productos de los misioneros. Poco a poco más zo’és fueron llegando y
construyendo sus hogares cerca del puesto, atraídos por la disponibilidad de
herramientas útiles como machetes, cuchillos, sartenes y aparejos de pesca.

Pero la tragedia no tardó en llegar: los zo’és comenzaron a padecer enfermedades


frente a las que no tenían inmunidad. Con tantos zo’és en un mismo lugar, la
gripe, el tifus y la malaria se propagaron rápidamente. Como la situación
empeoraba, los misioneros contactaron con el departamento de asuntos indígenas
del Gobierno de Brasil, la FUNAI, que envió a equipos médicos. Las epidemias
devastaron a la tribu: aproximadamente un cuarto de los zo’és murió entre 1982 y
1988.

Como reacción por la catástrofe, la FUNAI expulsó del lugar a los misioneros en


1991, e intentó convencer a los zo’és para que regresaran a sus antiguas
comunidades.
La FUNAI ha establecido ahora un puesto de última generación con mini hospital
incluido para tratar a cualquier zo’é que caiga enfermo, y evitar de este modo la
necesidad de trasladarlos a las ciudades más cercanas para ser tratados. A
cualquier foráneo que visite a los zo’és se le somete a un minucioso
reconocimiento médico antes de que pueda acceder a su territorio. Como
resultado de estas acciones, la población de los zo’és se ha estabilizado y está
creciendo de forma gradual. Hoy en día hay unos 250 zo’és.

Amenaza creciente
Los zo’és siguen siendo una tribu muy vulnerable. Su población es pequeña y son
extremadamente propensos a contraer cualquier enfermedad común frente a la
que no han tenido tiempo de hacerse inmunes.

Hasta la fecha, su territorio se ha mantenido relativamente libre de invasiones y en


2009 fue oficialmente ratificado por el Gobierno para su ocupación y uso
exclusivos.

Sin embargo, existe una creciente presión sobre la tierra de los zo’és por parte de
cazadores, mineros y de los cientos de recolectores de nueces que amenazan las
ricas reservas de los árboles nuez de Brasil. También hay misioneros evangélicos
que intentan acceder a su territorio. Cualquier incursión de foráneos podría
entrañar graves riesgos para la salud de una tribu tan aislada.

Los cultivos de soja situados al sur del límite del territorio zo’é avanzan
constantemente hacia el norte, y se teme que pueda ser difícil mantener a los
agricultores fuera de este amplio territorio, a menos que se lleve a cabo un
riguroso programa de protección territorial.
En muchas zonas de la Amazonia las plantaciones de soja han provocado una grave
deforestación.
© Rodrigo Baleia/Survival

Los zo’és son curiosos, y desean ver y comprender el mundo que hay más allá de
sus fronteras. En febrero de 2011, por primera vez, un grupo de zo’és viajó a
Brasilia, la capital de Brasil, para reunirse con varios órganos gubernamentales.

Hablaron de sus preocupaciones por la presión sobre su territorio y dejaron claro


que desean participar activamente en un programa para protegerlo. También
manifestaron su deseo de contar con un programa educativo adaptado a sus
necesidades, así como de otro que forme a los zo’és como agentes sanitarios.

El reto es ser capaces de ayudar a los zo’és a entender e interactuar de forma


igualitaria con el mundo exterior, sin comprometer su salud ni su tierra.

Actúa ahora para ayudar a Los zo’és


 Escribe una carta al ministro de Justicia de Brasil expresando tu preocupación
sobre los invasores que se aproximan al territorio de los zo’és.

 Hazte socio/a o haz un donativo para financiar esta y otras campañas de Survival.


La palabra gracias no existe en la lengua zo´é, porque aquí el reparto es espontáneo. La codicia no
se lleva, ni los celos. No es necesario pedir: se obtiene, la solidaridad es una segunda naturaleza. No
se carece de nada, porque hay de todo, gratuitamente, al alcance de la mano. Existir un raro y
preciado equilibrio entre necesidad y satisfacción. A los diez años, ya dominan el uso del
arco. Practican la caza y la pesca desde la edad de piedra. Sólo en los últimos siglos han comenzado
a cultivar. El arco lo usan tanto para cazar como para pescar: empapan las puntas de las flechas con
la savia venenosa de una planta y con ella capturan a sus víctimas que caen drogadas. Los zo´é
tienen la belleza de aquellos que viven sin angustia. Hablan, se tocan, vigilan a los niños y ayudan a
los ancianos sin esfuerzo. Hay tareas que realizar, pero no trabajos u obligaciones. Unos cazan o
pescan, otros cocinan, hacen cestería, tejen, mantienen el hogar, mientras otros se lavan o afilan
flechas. Pero también juegan, cantan, bailan, observan, se adornan, aprenden, enseñan y, a menudo,
no hacen nada, sin por ello aburrirse. La mente divaga y sus rostros están risueños. Saben vivir el
presente, el tiempo al igual que elAmazonas, se estira hasta el infinito.
http://www.decrecimiento.info/2012/11/la-tribu-zoe.html

https://www.survival.es/indigenas/zoe
4. Rúbrica de evaluación
Formato rúbrica de evaluación
Tipo de Actividad Actividad
☒ ☐
actividad: individual colaborativa
Momento de Intermedia,
Inicial ☐ ☐ Final ☒
la evaluación unidad
Aspecto Niveles de desempeño de la actividad Puntaj
s individual e
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Valoración alta
os media baja
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Calificación final 125

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