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Rasgos del temperamento de los perros domésticos

(Canis familiaris): evaluaciones conductuales*

Temperament traits of domestic dogs (Canis familiaris): Behavioural tests

 
 **
Instituto de Investigaciones Médicas, Laboratorio de Psicología
Experimental y Aplicada (), , Buenos Aires, Argentina

Resumen Abstract
Los rasgos del temperamento se definen como tendencias A temperament trait is defined as a stable behavioral tendency
conductuales estables entre situaciones similares y a lo largo along time and among similar situations. This study intends
del tiempo. En el presente trabajo se revisan las pruebas con- to analyze the behavioral tests designed for the evaluation of
ductuales diseñadas para la evaluación de rasgos aislados del isolated temperamental traits of domestic dogs. The type of
temperamento en los perros domésticos. Para cada dimensión stimulus used, the behaviors evaluated and the physiologi-
se describen los estímulos empleados, las respuestas evalua- cal substrates are described for each dimension. Fearfulness,
das y el correlato fisiológico de las mismas. Los rasgos más aggressiveness and sociability were the most studied traits.
estudiados fueron la temerosidad, la agresividad y la socia- Nevertheless, only the first one has well established physi-
bilidad. Sin embargo, sólo la primera cuenta con correlatos ological bases. Finally, behavioral tests are of great relevance
fisiológicos bien establecidos. Finalmente, las evaluaciones for selecting dogs for the different roles that they perform in
conductuales resultan de suma importancia para la selección human society, such as drug detection, company, security, hu-
de los perros para las distintas funciones que cumplen en la man rescue, etc.
sociedad humana: detección de drogas, compañía, guardia,
Keywords: temperament traits, individual differences, behav-
rescate de personas, etc.
ioral tests, domestic dogs.
Palabras clave: rasgos de temperamento, diferencias indivi-
duales, pruebas conductuales, perros domésticos.

Artículo de in vestigación
Recibido: 04 de Diciembre del 2008 Acepta do: 20 de M a r zo del 2009

* Trabajo realizado en el marco del proyecto Aprendizaje, frustración y señales comunicativas en perros domésticos (-  .º ) de la
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica ( y ). Agradecemos especialmente a los Lic. Ángel M. Elgier, Nadia Justel y a dos
revisores anónimos por sus valiosos comentarios acerca del manuscrito.
** Correspondencia
Laboratorio de Psicología Experimental y Aplicada, Instituto de Investigaciones Médicas, Combatientes de Malvinas ,  (). Argentina.
adrianajak@yahoo.com.ar
marianabentosela@gmail.com

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El concepto de temperamento general- reactividad correspondían a la clase excitatoria


mente es utilizado para entender las diferencias de la tipología de Pavlov y los de bajo puntaje
individuales en el comportamiento animal. Este pertenecían al grupo de los inhibidos.
puede ser considerado como un conjunto de di- Desde los tiempos de Pavlov y Fuller a la
mensiones estables que no son directamente ob- actualidad, la cantidad de trabajos sobre las di-
servables y que deben ser inferidas a partir de la mensiones del temperamento de los perros do-
conducta que podemos percibir (Budaev, 1998). mésticos creció notoriamente (Jones & Gosling,
Por ejemplo, la temerosidad o la impulsividad. 2005). Esta especie resulta un modelo interesante
Una dimensión o rasgo del temperamento para el estudio de las diferencias individuales en
se define como una tendencia conductual estable el comportamiento, dada su particular historia
entre situaciones y a lo largo del tiempo (Lansa- evolutiva. Durante ella, los perros fueron some-
de, Bouissou & Erhard, 2008). Existen evidencias tidos a dos grandes procesos de selección rela-
sobre la presencia de rasgos del temperamen- cionados con la convivencia con los humanos
to en múltiples especies como primates no hu- (Cooper, Ashton, Bishop, West, Mills & Young,
manos (Locurto, 2007), perros (Svartberg & 2003). El primero fue el de domesticación, que los
Forkman, 2002), caballos (Lansade et al., 2008), diferenció de sus ancestros los lobos (e. g., Vila &
vacas (Boissy & Bouissou, 1995), cerdos (Ruis et Leonard, 2007). En esta fase probablemente se se-
al., 2001), peces (Coleman & Wilson, 1998), aves leccionó a aquellos individuos con menor teme-
(Verbeek, Drent & Wiekema, 1994), etc. rosidad y agresividad hacia los humanos, lo cual
La variación comportamental entre indi- condujo a una convivencia cada vez más estrecha
viduos puede tener consecuencias para el éxito con los mismos (Hare & Tomasello, 2005). Luego
reproductivo diferencial de los mismos y ser un de este primer proceso, los perros se expandieron
producto de la selección natural. Las diferentes por el mundo junto con los asentamientos hu-
estrategias comportamentales influyen en la ca- manos. Estas poblaciones aisladas fueron puestas
pacidad de los animales para enfrentarse con el bajo diversas presiones, provocando una segunda
medio ambiente y explotar los recursos dispo- fase de selección que las convirtió en las distin-
nibles (Wilson, Clark, Coleman & Dearstyne, tas razas que hoy conocemos. Las mismas fueron
1994). Las variaciones entre individuos, ade- seleccionadas por rasgos específicos para cumplir
más de ser parcialmente heredadas, dependen determinadas funciones en la sociedad humana
de sus interacciones con el ambiente y de las como pastoreo, caza, guardia, etc. (Coppinger &
características particulares del mismo, como Schneider, 1995).
por ejemplo la abundancia o falta de recursos Existen dos maneras de abordar el estudio
(Wilson et al., 1994). de las diferencias individuales en el comporta-
Un trabajo pionero en el estudio de las di- miento, evaluando un amplio conjunto de ras-
ferencias individuales en los perros domésticos gos simultáneamente (Svartberg & Forkman,
fue el de Fuller (1948). Dicho autor estudió la 2002; Wilsson & Sundgren, 1997) o estudiando
reactividad, definiéndola como un continuo que las variaciones conductuales respecto a un rasgo
va desde la timidez o inhibición extremas has- aislado (temerosidad; King, Hemsworth & Cole-
ta la agresión, en respuesta a estímulos de tipo man, 2003; agresión; Netto & Planta, 1997).
aversivo. Para evaluarla desarrolló una prueba En un trabajo previo se revisaron evaluacio-
conductual en la que se observaba la reacción nes conductuales que estudiaron un conjunto de
de los perros ante la restricción física, estímulos rasgos del temperamento en los perros mediante
sociales y sonoros. Según Fuller, posiblemente el uso de baterías de pruebas (Jakovcevic & Ben-
los perros con un alto puntaje en su escala de tosela, en prensa). Dichas baterías generalmente

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reúnen información sobre diferentes rasgos del para estudiar las diferencias individuales en otras
temperamento de un gran número de sujetos. Sin especies tanto de laboratorio como de granja. El
embargo, a nivel metodológico, se observó que procedimiento más utilizado es observar las res-
muchas carecen de los requerimientos de confia- puestas de los animales frente a la presentación
bilidad y validez necesarios para ser considera- de un estímulo. En el caso de los perros, la ven-
das instrumentos de medición y en ocasiones se taja de este tipo de evaluación, a diferencia del
utilizan procedimientos complejos para validar reporte del dueño o de un experto, es que per-
pruebas que no cumplieron con los criterios de mite la medición directa del comportamiento y
confiabilidad. Asimismo, varias analizan las dife- de esta manera alcanzar un mayor grado de ob-
rencias individuales a partir de constructos o va- jetividad al utilizar observadores independientes
riables inferidas sin haber realizado previamente categorizando las conductas. A su vez, dichas
observaciones directas de las conductas. evaluaciones también son utilizadas como he-
El objetivo de la presente revisión es anali- rramientas prácticas para la selección de perros
zar pruebas conductuales diseñadas para la eva- para la crianza (e. g., Paroz, Gebhardt-Henrich &
luación de rasgos aislados del temperamento de Steiger, 2008), la predicción del desempeño futu-
los perros. Hasta el momento no existen en la ro como perros de trabajo ( Goddard & Beilharz,
literatura revisiones que agrupen esta informa- 1984), la detección de problemas potenciales de
ción. En el desarrollo de este trabajo se analizan conducta (van der Borg, Netto & Planta, 1991),
los rasgos del temperamento más estudiados y así como para optimizar la adopción de perros de
con relación a cada uno de ellos se describen los refugio (De Palma et al., 2005).
estímulos utilizados para evaluarlos, las respues-
tas observadas y los correlatos fisiológicos de las Evaluaciones de la Temerosidad
mismas. A su vez, se discuten los aspectos meto- La temerosidad puede ser considerada
dológicos de las pruebas conductuales de rasgos como una característica psicológica básica que
aislados en comparación con los de las baterías predispone al individuo a percibir y reaccio-
que evalúan un conjunto de dimensiones del nar de manera similar ante un amplio rango
temperamento. de eventos potencialmente amenazantes. A su
La importancia que tiene este trabajo es vez, es una variable que modula un conjunto de
doble: por un lado, permite extraer conclusiones comportamientos fundamentales como las con-
acerca de los datos recabados por las diferentes ductas sociales, reproductivas y de alimentación
pruebas de rasgo aislado. Esta información junto (Boissy & Bouissou, 1995).
con la obtenida mediante las baterías dará la po-
sibilidad de integrar los datos para arribar a un Estímulos utilizados
conocimiento unificado acerca de los rasgos del Gray (1987) realizó una clasificación de
temperamento en los perros. Al ser un área rela- los estímulos que provocan miedo en las dife-
tivamente nueva, hay aún demasiada variabilidad rentes especies y los agrupó en cinco categorías
en las formas de medición y nomenclatura de los generales: novedosos, intensos, aquellos que
rasgos, lo cual dificulta dicha integración (Diede- involucran peligros evolutivos especiales, inte-
rich & Giffroy, 2006; Jones & Gosling, 2005). racciones sociales entre congéneres y estímulos
Por otro lado, permite sistematizar las eva- condicionados. Con base en dicha clasificación
luaciones de los rasgos del temperamento para se analizan los estímulos utilizados para el estu-
la investigación básica y fines aplicados. En este dio de la temerosidad en los perros.
sentido y desde un punto de vista comparativo, la Estímulos novedosos. Una de las formas
evaluación conductual es el método que se utiliza más comunes de evaluar la temerosidad es

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mediante la presentación de un estímulo nove- (Goddard & Beilharz, 1984), un ruido metálico
doso. Estos pueden ser estáticos o tener movi- (De Meester et al., 2008; Goddard & Beilharz,
miento. Goddard y Beilharz (1984), en su estudio 1984) y el sonido de una bocina (Beerda et al.,
para la predicción de la temerosidad en perros 1998; De Meester et al., 2008; Hennessy et al.,
guía, utilizaron varios estímulos novedosos es- 2001) o campana (De Meester et al., 2008).
táticos como un caballo de madera, una bolsa Peligros evolutivos especiales. Los más uti-
rellena de papel y un perro de juguete en tama- lizados son la restricción física (i. e., se sostiene
ño real. En esta categoría, Mahut (1958) utilizó al perro en posición supina contra el suelo o se
un juguete musical (musical top). Dentro de los tira de una cuerda de modo que el animal resul-
que tienen movimiento se encuentran un auto a ta presionado contra el piso, Beerda et al., 1998)
control remoto (Goddard & Beilharz, 1984; Ha- y el temor a las alturas que se evalúa obligando
verbeke, Diederich, Diepereux & Giffroy, 2008; al animal a subir escaleras abiertas (Goddard &
Hennessy et al., 2001; King et al., 2003), una pe- Beilharz, 1984; Hydbring-Sandberg et al., 2004)
lota inflable arrojada lejos del perro (Goddard o mediante el uso de un laberinto elevado (King
& Beilharz, 1984), una serpiente mecánica y un et al., 2003). King et al. (2003) también evalua-
globo que es inflado frente al animal (Mahut, ron el miedo a la oscuridad en una caja de luz-
1958). Una de las particularidades de los estímu- oscuridad; sin embargo, a diferencia de lo que
los con movimiento es que pueden dar lugar a sucede con otras especies, las respuestas obser-
respuestas de caza, dado que el movimiento es vadas fueron de exploración en vez de miedo,
uno de los rasgos distintivos de la presa (King esto mismo sucedió en el laberinto elevado.
et al., 2003). Interacciones sociales. Si bien la categoría
Por último, otros estímulos novedosos son descrita por Gray (1987) se refería a las interac-
el uso de diferentes clases de superficies como ciones entre conespecíficos, en el caso del perro
piedra caliza, concreto, rejas de acero o super- doméstico se incluyen las interacciones con los
ficies movedizas por las que los perros deben humanos dada su estrecha convivencia. Los es-
caminar (Hydbring-Sandberg et al., 2004), así tímulos utilizados fueron: una persona que se
como el ingreso a un ambiente novedoso (Hen- dirige de manera amenazante hacia el animal,
nessy et al., 2001). caminando lentamente con la parte superior del
Estímulos súbitos. Estos pueden ser visua- cuerpo inclinada hacia adelante, mirándolo fija-
les o auditivos. Dentro de los visuales, el más mente y sin hablarle (Vas, Topál, Gácsi, Miklósi
utilizado es la apertura de un paraguas frente al & Csányi, 2005) o emitiendo gritos y con una
perro (Beerda, Schilder, van Hooff, de Vries & vara en la mano (Horváth, Igyártó, Magyar &
Mol, 1998; De Meester et al., 2008; Goddard & Miklósi, 2007). En el estudio de Goddard &
Beilharz, 1984; King et al., 2003; Mahut, 1958). Beilharz (1984) un hombre toma al perro de la
Pero también están el movimiento de una fra- cara sujetándolo y hablándole. Finalmente, De
zada, la aparición de la silueta de un gato, una Meester et al. (2008) emplearon el acercamien-
muñeca que se acerca (De Meester et al., 2008) y to de un perro desconocido del mismo sexo, un
la caída sorpresiva de una bolsa rellena desde el humano no familiar, el dueño y tres personas
techo (Beerda et al., 1998). Dentro de los de tipo que caminan juntas.
auditivo, se emplearon un disparo (Haverbeke et Estímulos condicionados. No es frecuen-
al., 2008; Hydbring-Sandberg et al., 2004; Go- te el uso de estímulos condicionados para la
ddard & Beilharz, 1984), una persona que sal- evaluación de la respuesta de miedo en los pe-
ta detrás del perro o mientras éste se le acerca rros. Solamente se encontró información sobre

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la presentación de un sonido apareado a una estrés agudo sacudidas del cuerpo, agachadas,
pequeña descarga eléctrica (Ogata, Kikusui, conductas orales, bostezos, agitación y una pos-
Takeuchi & Mori, 2006). tura corporal baja.
Otros estímulos. Para la evaluación de la El patrón conductual varía de acuerdo a la
respuesta de estrés también se observaron las naturaleza del estímulo presentado (Beerda et al.,
reacciones frente a la aplicación de un choque 1998). Frente a un humano que se acerca de ma-
eléctrico (Beerda et al., 1998). nera amenazante se observaron conductas de re-
traimiento, evitación de la mirada y postura baja,
Respuestas evaluadas así como la búsqueda de contacto con el dueño
La temerosidad se operacionaliza mediante cuando este se hallaba presente (Horváth et al.,
un continuo de conductas que va desde un acer- 2007; Vas et al., 2005). Ante estímulos sorpresi-
camiento inmediato al objeto a la evitación total, vos como un sonido intenso o la caída de una
pasando por respuestas intermedias propias del bolsa se observó una postura corporal muy baja,
conflicto de aproximación-evitación (Goddard mientras que frente a estímulos atemorizantes
& Beilharz, 1984; Mahut, 1958). Generalmente, que pueden ser medianamente anticipados dada
para la evaluación de la variabilidad individual, la presencia de un humano (p. e., restricción fí-
a cada una de las respuestas del continuo se le sica, apertura de un paraguas) se observaron
asigna un puntaje que luego es utilizado para agitación, postura baja, temblor del cuerpo, la-
comparar a los individuos. meteos y en menor medida bostezos y apertura
Particularmente, los estímulos súbitos de la boca (Beerda et al., 1998). En el caso de un
pueden dar lugar a la respuesta de sobresalto. ambiente novedoso se registraron conductas de
Para una correcta operacionalización de la mis- locomoción, saltos, intentos de escape, vocaliza-
ma pueden registrarse la distancia máxima de ciones y permanecer cerca de la puerta (Hennes-
alejamiento respecto del estímulo así como la sy et al., 2001).
cercanía máxima (King et al., 2003). A su vez,
el registro de la distancia en el tiempo posterior Correlatos fisiológicos
a la presentación del estímulo permite obtener Los indicadores más fiables de la respuesta
un indicador del conflicto de aproximación- de ansiedad o estrés frente a un estímulo amena-
evitación. El tiempo de latencia para acercarse al zante son la activación del sistema simpático con
objeto junto con indicadores posturales pueden la consecuente aceleración del ritmo cardíaco y
brindar una medida objetiva de la respuesta de el aumento en los niveles de cortisol producto de
congelamiento (King et al., 2003). Por su parte, la activación del eje hipotalámico-hipofisiario-
Hydbring-Sandberg et al. (2004) evaluaron la adrenal (HPA; e. g., Sapolsky, 1987).
respuesta de inmovilidad y la distancia de la pa- En los perros domésticos, se observaron au-
red a la que caminaban, considerando que aque- mentos significativos en los niveles de cortisol en
llos perros que caminaban más cerca de la pared saliva luego de la presentación de un ruido inten-
mostraban un mayor grado de miedo. so, la caída de una bolsa, un choque eléctrico y la
Otra manera de evaluar la respuesta de mie- presentación de un auto a control remoto, mien-
do es mediante el registro de las posturas cor- tras que frente a la apertura de un paraguas o la
porales, incluidas la posición de la cola y de las restricción física el aumento no fue significativo
orejas (alta, media, baja; Beerda et al., 1998; De (Beerda et al., 1998; Haverbeke et al., 2008; King
Meester et al., 2008; Goddard & Beilharz, 1984; et al., 2003). Sin embargo, el paraguas y el auto a
Haverbeke et al., 2008). Específicamente, Beer- control remoto produjeron aumentos significati-
da et al. (1998) registraron como indicadores de vos en la tasa cardíaca (TC; King et al., 2003). La

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exposición a un estímulo condicionado de mie- debido a factores genéticos como de aprendizaje


do produjo aumentos significativos de la TC y de (Bollen & Horowitz, 2008).
la temperatura corporal en comparación con un Borchelt (1983) clasificó a las respues-
grupo control (Ogata et al., 2006). tas agresivas en siete subtipos: provocada por
En relación con las respuestas fisiológicas miedo, dominancia, castigo o dolor, de tipo
producidas por disparos, Hydbring-Sandberg posesiva, protectiva, predatoria y agresión in-
et al. (2004) encontraron que sólo aquellos pe- traespecífica. A su vez, las describió en función
rros que mostraron más conductas de temor de los estímulos que las provocan, el contexto y
tuvieron aumentos significativos en la TC y en las respuestas emitidas.
los niveles de hematocrito, cortisol, progestero- Uno de los trabajos más importantes res-
na, vasopresina y endorfinas. Asimismo, aque- pecto de la evaluación de la agresividad es el de
llos perros que respondieron con conductas Netto y Planta (1997). Estos autores desarrolla-
de miedo o de manera ambivalente (i. e., entre ron una batería con 43 pruebas con la que eva-
miedo y agresión) frente a un humano amena- luaron a una amplia muestra de perros. El orden
zante tuvieron aumentos significativos en sus en que se administraron fue siempre el mismo,
niveles de cortisol en saliva (Horváth et al., dejando para el final aquellos estímulos capaces
2007). Estas evidencias sugieren que frente a de provocar mayores niveles de agresión. De esta
un mismo estímulo habría diferentes patrones manera es posible determinar cuál es el umbral
de respuesta con su respectivo correlato fisio- en que cada animal manifiesta conductas agre-
lógico. Algunos autores se refieren a estos pa- sivas. Veintiuna de estas pruebas fueron utiliza-
trones como estilos de afrontamiento (copying das posteriormente por van der Berg, Schilder y
styles). Los individuos con estilo proactivo tien- Knol (2003) para evaluar la agresión en Golden
den a ser más rápidos para explorar, intentan Retrievers. A continuación se describen los es-
manipular las situaciones, forman rutinas y son tímulos utilizados por Netto y Planta (1997) en
menos innovadores. En cambio, los individuos función del tipo de agresión evaluada.
reactivos son más cautos, más lentos para to-
mar decisiones y se ajustan a las situaciones de Estímulos utilizados
manera pasiva en vez de manipularlas. Estos Provocada por miedo. Los estímulos utili-
últimos muestran una mayor activación del eje zados involucraron abrir un paraguas o arrastrar
HPA (Koolhaas et al., 1999). una gran bolsa rellena frente al perro. El acer-
camiento, primero lento y luego rápido, de tres
Evaluaciones de la Agresividad personas que lo rodean y finalmente lo asustan
La agresión fue definida como una conduc- con una escoba, de una mujer disfrazada que
ta manifiesta o el intento de un organismo de sostiene una varilla en la mano y de una muñe-
lastimar o infligir una estimulación dolorosa ha- ca del tamaño de un niño. Aplausos y gritos del
cia otro organismo (Moyer, 1968). La agresión se experimentador junto al sujeto así como tocarlo
expresa generalmente en una contienda o con- con la muñeca. Esta última también fue utiliza-
flicto con otro animal, incluidos los humanos. Si da para la evaluación de la agresión por Kroll,
bien la conducta agresiva tiene una importante Houpt y Erb (2004). Finalmente, en este aparta-
función comunicativa para los perros, puede ser do puede incluirse el acercamiento amenazante
muy peligrosa para la interacción con las per- por parte de un humano desconocido (Horváth
sonas. A pesar de que todos los perros pueden et al., 2007; Vas et al., 2005).
exhibir conductas agresivas, la propensión a Provocada por dominancia. Según Bor-
hacerlo varía ampliamente dentro de la especie, chelt (1983), este tipo de agresión es comúnmente

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dirigida hacia miembros de la familia. Para eva- conespecífico en lugar de hacia el dueño u otro
luarla, el experimentador mira de manera fija al miembro de la familia (Borchelt, 1983).
animal, luego lo hace el dueño tomando su hoci- En relación con este tipo de agresión,
co con las dos manos y finalmente lo retiene en Goodwin, Bradshaw y Wickens (1997) observa-
posición supina. ron las interacciones agonísticas producidas por
Producida por castigo o dolor. El dueño grupos de perros interactuando solos y luego de
pellizca al perro. la aparición del dueño, una persona extraña, co-
De tipo posesiva. Este subtipo se expre- mida, juguetes, refugio, perros familiares y des-
sa cuando el perro está en posesión de algún conocidos. La introducción de estos estímulos
objeto y alguien se acerca o intenta llevárselo permite evaluar la agresión intraespecífica pero
(Borchelt, 1983). Puede observarse cuando se le vinculada a la competencia por recursos.
quita su comida favorita con una mano artifi-
cial mientras está comiendo (Kroll et al., 2004), Respuestas evaluadas
cuando el dueño acaricia a un perro-estímulo Las respuestas de agresión pueden variar
frente a la vista de su mascota sin prestarle aten- entre leves y severas (Bollen & Horowitz, 2008),
ción a esta o cuando se le da de comer cerca de por lo que para su evaluación se utilizan escalas
un perro dominante. de intensidad.
De tipo protectiva. Según Borchelt (1983) En la escala utilizada por Netto y Planta
se expresa en el contexto de proteger la casa, te- (1997), el primer nivel estaba compuesto por au-
rritorio o al dueño y ha sido evaluada mediante sencia de respuestas agresivas, el segundo con-
los siguientes estímulos: el experimentador se sistía en gruñir y/o ladrar, el tercero, en mostrar
acerca al dueño y le da la mano hablándole con los dientes, el cuarto incluía la presencia de ta-
voz fuerte y amenazante, luego le grita y lo em- rascón acercándose de manera incompleta o sin
puja. Kim et al. (2006) evaluaron la defensa del ningún acercamiento al estímulo y, por último,
territorio mediante la confrontación con un hu- morder y/o atacar con intención de morder jun-
mano y un perro desconocidos que se detienen to con acercamiento a gran velocidad. El patrón
frente al canil del perro evaluado. de agresión puede incluir, también, la presen-
De tipo predatoria. Comúnmente es di- cia de la cabeza erguida y las orejas hacia atrás
rigida hacia un amplio rango de estímulos en (Kim et al., 2006), la mirada fija en el estímulo,
movimiento como pájaros, gatos, personas co- piloerección y rigidez (van der Berg et al., 2003).
rriendo o andando en bicicleta, autos, etc. Sin Por su parte, Kroll et al. (2004) diferencia-
embargo, en la literatura no se encuentran datos ron entre agresión por miedo y ofensiva. Mien-
de que haya sido evaluada mediante el uso de tras que la primera se caracteriza por signos de
estímulos. agresión en presencia de respuestas de miedo o
Intraespecífica. El perro es confrontado intentos de escape, la segunda se define por una
con hembras no dominantes (junto al dueño orientación del cuerpo hacia adelante y ausencia
camina dos veces cerca de las perras) y con un de retraimiento.
macho dominante en ausencia del dueño. Due- Goodwin et al. (1997) describieron las seña-
ño y mascota son acorralados por tres perros les que los perros típicamente manifiestan frente
ladrando y una persona con un perro descono- a sus conespecíficos durante las interacciones
cido se les acerca y se detiene cerca. Este tipo de agonísticas, las mismas son: gruñir, desplazar
agresión incluye componentes de dominancia, a otro perro de la cercanía a un recurso, que-
sin embargo, en este caso es dirigida hacia un darse cerca del oponente, sostener su cabeza o

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apoyar sus patas delanteras en el lomo del otro y estudiarse las reacciones frente a conespecíficos
levantarse por sobre este (stand-over), agarrar el desconocidos. Sin embargo, no se hallaron tra-
cuello del oponente con la boca pero sin morder, bajos con pruebas desarrolladas para medir este
pararse de manera erecta, mostrar los dientes último tipo. A continuación se describen los es-
y mirarlo a los ojos de manera fija. Estas con- tímulos empleados para la evaluación de la so-
ductas reflejan un patrón de dominancia y son ciabilidad interespecífica.
complementadas por un patrón de sumisión con
el que el oponente puede responder para evitar Estímulos utilizados
la agresión directa. Según Borchelt (1983), el pa- La manera en que comúnmente se estudia
trón de dominancia es el que se expresa frente a este tipo de sociabilidad es a través de la inte-
los humanos. racción entre un perro y un humano desconoci-
Por último, se encontraron variaciones en do. Para dicho encuentro se utilizaron diversos
estos patrones conductuales entre las diferentes procedimientos. Entre ellos, un humano des-
razas en función de su similitud fenotípica con el conocido permanece indiferente al perro en un
lobo, de manera que aquellas razas más pareci- ambiente novedoso (Hennessy, Morris & Lin-
das al lobo desplegaron más señales agonísticas den, 2006) o bien ingresa al lugar, se detiene en
que las menos parecidas. Esto sugiere la influen- el centro del mismo por dos minutos y luego
cia de factores genéticos respecto de la agresión camina hacia la puerta y alrededor de la habita-
(Goodwin et al., 1997). ción (Hennessy et al., 2001). En el procedimien-
to llevado a cabo por De Palma et al. (2005) un
Correlatos fisiológicos humano se aleja del perro dentro y fuera de su
En la confrontación con un humano ame- campo visual, luego se agacha sin llamarlo y a
nazante, aquellos perros que reaccionaron continuación lo llama y empieza a jugar con él,
agresivamente no tuvieron aumentos significa- súbitamente deja de jugar, intenta abrazarlo y fi-
tivos del cortisol respecto de su línea de base, lo nalmente le ordena que se siente. Por su parte,
que indica que la agresión sería una estrategia Vas et al. (2005) estudiaron las reacciones frente
de afrontamiento efectiva frente a la amenaza a un extraño que se acerca de manera amigable
(Horváth et al., 2007). (camina hacia el perro haciendo contacto visual
Kim et al. (2006) hallaron que hembras y hablándole amistosamente).
castradas mostraron niveles de agresión signi- Un protocolo que involucra el encuentro
ficativamente mayores que aquellas que no lo entre un perro y un humano desconocido es el
estaban. Borchelt (1983) encontró resultados si- Test de la Situación Extraña de Ainsworth. El
milares mediante el uso de encuestas, aunque en mismo fue originalmente desarrollado para eva-
el caso de los machos la relación se invierte. Esto luar el vínculo de apego entre las madres y los
sugeriría que el cambio hormonal producto de la niños humanos (Ainsworth, 1969) y posterior-
castración puede influir en la conducta agresiva. mente fue adaptado para estudiar el apego entre
las mascotas y sus dueños (Topál, Miklósi, Csányi
Evaluaciones de la Sociabilidad & Dóka, 1998). Está conformado por siete episo-
La sociabilidad es definida como la tenden- dios de dos minutos de duración cada uno, en los
cia a comportarse de manera amistosa con los que se alterna entre la presencia del dueño y un
extraños (Svartberg, 2007). Si bien en la litera- extraño junto al perro en un ambiente novedoso.
tura la mayoría de los estudios se centran en la En cada episodio, el humano presente primero
sociabilidad hacia los humanos también pueden permanece pasivo para luego interactuar con el

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animal mediante juegos o caricias. Por estas ca- contacto social y particularmente emitidas en
racterísticas, resulta un protocolo indicado para situaciones de separación o aislamiento. Hetts,
la evaluación de la sociabilidad interespecífica. Clark, Calpin, Arnold y Mateo (1992) compara-
ron las conductas de perros en diferentes grados
Respuestas evaluadas de aislamiento, y aquellos que más vocalizaron
Uno de los indicadores más representativos fueron los que se hallaban en total soledad, es
de la sociabilidad es la búsqueda de contacto decir, sin contacto visual, auditivo ni táctil con
o interacción con el humano. Dicho indicador otros perros. Palestrini, Prato-Previde, Spiezio y
puede ser operacionalizado a través de la laten- Verga (2005) observaron un incremento de esta
cia en acercarse al extraño y la cantidad de tiem- respuesta en el episodio del test de Ainsworth
po que pasa en contacto físico o en el espacio en el que el perro se queda solo. Por su parte,
próximo a este (Hennessy et al., 2001; Hennessy Tuber, Hennessy, Sanders y Miller (1996) encon-
et al., 2006; Topál et al., 1998). Cuando el hu- traron ausencia de vocalizaciones cuando el su-
mano está en movimiento pueden evaluarse las jeto permanecía junto a un humano en un lugar
respuestas de seguimiento y mantenimiento de novedoso a diferencia de cuando se quedaba sin
la cercanía (De Palma et al., 2005; Hennessy et compañía en un lugar familiar. En este sentido
al., 2001). Pettijohn, Wong, Ebert y Scott (1977), hallaron
Otro conjunto de respuestas comúnmente que la presencia de una persona comparada con
observadas está conformado por el número de la de otros perros, juguetes o comida, era el es-
veces que el perro salta sobre el extraño o que tímulo que más disminuía las vocalizaciones de
lame a la persona y las vocalizaciones (Hen- cachorros separados de la madre y las crías.
nessy et al., 2001). A su vez, jugar con el obser- Finalmente, la dimensión de la sociabilidad
vador cuando este lo invita e incitarlo a seguir presenta algunas controversias, si se la conside-
jugando cuando súbitamente deja de hacerlo, ra como un continuo; en un extremo estaría la
dejarse abrazar y responder al comando “senta- tendencia al acercamiento y en el otro, la apatía
do” fueron considerados como indicadores de o falta de interés. Sin embargo, el polo negativo
dependencia del humano, mientras que los pa- suele observarse junto con respuestas de miedo
trones de respuesta opuestos como indicadores o evitación ante el humano, lo cual lo vuelve di-
de independencia (De Palma et al., 2005). En fícil de diferenciar de la temerosidad.
el procedimiento de Vas et al. (2005), cuando
el humano llega al lado del perro, lo acaricia y Correlatos fisiológicos
retira su mano, los autores registraron como in- El principal antecedente respecto de los
dicador de sociabilidad que el sujeto se acercara correlatos fisiológicos de la sociabilidad es el
al extraño moviendo la cola. trabajo de Odendaal y Meintjes (2003), quienes
En el test de Ainsworth, además de evaluar hallaron que luego de una interacción positiva
algunas de las repuestas antes descritas, realizan entre un perro y un humano los niveles de beta-
una escala para medir el tipo de búsqueda de endorfina, oxitocina, prolactina, beta-feniletila-
contacto manifestado hacia la persona entrante mina y dopamina (hormonas relacionadas con
(dueño-extraño). Esta involucra el acercamien- el placer y el apego) aumentaron en ambos.
to con contacto físico, el inicio de acercamiento Otro conjunto de trabajos estudió cómo
sin llegar a la persona y la presencia de signos la sociabilidad interespecífica afecta la respues-
de evitación. ta de estrés. En este sentido, Tuber et al. (1996)
Por otra parte, las vocalizaciones suelen observaron que, cuando los perros permane-
ser una respuesta altamente relacionada con el cían en un lugar novedoso acompañados por

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un humano, sus niveles de cortisol eran meno- Estímulos utilizados


res que si se encontraban solos o acompañados Las situaciones más empleadas consisten en
por otro perro. En el episodio del test de Ain- una sesión de juego entre el perro y un humano
sworth en que el sujeto permanece solo, la TC (Horváth, Dóka & Miklósi, 2008; Rooney et al.,
fue significativamente mayor que durante la 2001; Tóth, Gácsi, Topál & Miklósi, 2008) o en-
línea de base. Sin embargo, en dicho episodio tre dos perros (Rooney, Bradshaw & Robinson,
fue menor que la observada en el resto, ya que 2000). Los tipos de juego pueden ser el tironeo
estuvo asociada a un descenso en los niveles de de un trapo, cuerda o juguete (ragger) o la de-
actividad (Palestrini et al., 2005). A diferencia de volución de una pelota que es arrojada por una
esto, Maros, Dóka y Miklósi (2008) no obser- persona. En el caso de los juegos interespecífi-
varon aumentos en la TC durante la separación cos con juguetes, las acciones de la persona son
del dueño, pero sí cuando era acariciado por un pautadas previamente, como dejar que el perro
extraño. La ausencia de aumento de la TC du- se lleve el objeto al menos una vez, arrojarlo o
rante la separación pudo deberse a que el perro no y tirar del mismo por un mínimo de tiempo
no permanecía completamente solo, sino en pre- (Horváth et al., 2008; Rooney et al., 2000). Otros
sencia del experimentador. Estos datos sugieren estímulos a tener en cuenta son los movimientos
que permanecer sin contacto con los humanos específicos realizados por el humano que imitan
puede ser estresante para los perros domésticos, las respuestas de juego de los perros, estos son:
mientras que permanecer acompañados por una arrodillarse con las manos apoyadas en el piso,
persona reduciría el estrés frente a la novedad. tirando el cuerpo hacia atrás (play bow) y realizar
movimientos súbitos hacia el perro (lunge). Estos
Evaluaciones movimientos producen aumentos en las respues-
de la Tendencia al Juego tas de juego de los perros (Rooney et al., 2001).
El juego social está compuesto por patro-
nes de acción que son usados en otros contextos, Respuestas evaluadas
como la predación, la lucha y el apareamiento En el caso de los juegos con juguetes, se
(Rooney, Bradshaw & Robinson, 2001). La ten- evaluó la frecuencia de comportamientos diri-
dencia al juego puede definirse como la propen- gidos hacia el objeto, como mirarlo, agarrarlo,
sión a involucrarse en juegos con un humano u tirar para quedárselo, agitarlo, morderlo, sos-
otro perro. Existen algunas evidencias de que tenerlo y mostrárselo al oponente. La voluntad
este puede ser considerado como un rasgo in- para devolver el objeto (cantidad de veces que
dependiente del temperamento (Svartberg se lo lleva al humano) y su posesión (facilidad
& Forkman, 2002). No obstante, es una de las para quitarle el objeto de la boca) fueron toma-
características que componen el rasgo disposi- dos como indicadores del estilo de juego (Tóth
ción al entrenamiento (Jones & Gosling, 2005; et al., 2008).
Svartberg, 2007), definido como la capacidad En el caso de los juegos sin juguetes, se han
del animal para aprender y su motivación para evaluado la frecuencia de señales de juego o play
responder ante diferentes refuerzos (Jakovcevic bows (i. e., el perro mantiene las cuatro patas
& Bentosela, en prensa). Aunque los estímulos apoyadas en el piso mientras baja la cabeza hasta
que se describen a continuación no fueron di- el mismo y levanta la parte trasera del cuerpo),
señados con el objetivo de medir la tendencia al secuencias de acercamiento o evitación exage-
juego como rasgo del temperamento, cuentan rados, saltos, ladridos, frecuencia de contactos
con un gran potencial para ser estandarizados. con el compañero y la cantidad de veces que lo

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lame (Rooney et al., 2001). Rooney et al. (2000) conclusiones que se extraen a partir de sus resul-
observaron que la estructura de las respuestas de tados sean válidas. Los criterios más importan-
juego es diferente si el compañero es otro perro tes son la confiabilidad y la validez (Diederich &
o un humano. Giffroy, 2006; Taylor & Mills, 2006).
Por su parte, Tóth et al. (2008), mediante Una de las maneras de evaluar la confiabili-
el uso de análisis factorial y de clusters, hallaron dad de una medición es la evaluación test-retest.
cuatro estilos de juego diferentes: (a) reactivo, En este aspecto, solamente 6 de los 23 trabajos
involucra motivación por los juegos de tironeo y revisados volvieron a realizar la misma evalua-
pelota y un nivel moderado de miedo-evitación; ción luego de un intervalo de tiempo. Los ras-
(b) preferencia por el juego con pelota, alta mo- gos reevaluados fueron temerosidad (Goddard
tivación por este tipo de juego y bajos puntajes & Beilharz, 1984; Haverbeke et al., 2008; King
en motivación para el tironeo y miedo-evitación; et al., 2003), agresión (Kim et al., 2006; Netto &
(c) evitación pasiva, poco miedo y baja motiva- Planta, 1997) y sociabilidad (Vas, Topál, Gyori &
ción por ambos tipos de juego y (d) temeroso, Miklósi, 2008).
alto miedo e interés medio en los dos tipos de En lo que respecta a la validez, varios tra-
juego. La mayoría de los machos mostró un es- bajos utilizaron procedimientos de reducción
tilo reactivo. de datos como el análisis factorial o el análisis
Finalmente, el estilo de juego de cada pe- de componentes principales. De esta manera, se
rro puede ser utilizado para identificar cuál es el puso a prueba la validez de contenido en cuatro
reforzador (juego de tironeo, de pelota o comi- de los ocho trabajos que evaluaron temerosi-
da) que más conviene emplear al momento del dad (Goddard & Beilharz, 1984; Hennessy et al.,
entrenamiento. 2001; Horváth et al., 2007; King et al., 2003), tres
de los cinco sobre sociabilidad (De Palma et al.,
Correlatos fisiológicos 2005; Hennessy et al., 2001; Topál et al., 1998),
Solamente un estudio encontró diferencias dos de los seis acerca de agresividad (De Mees-
en los niveles de cortisol luego de una sesión de ter et al., 2008; Netto & Planta, 1997), mientras
juego con un humano. Los niveles de cortisol que sólo uno de cuatro sobre tendencia al juego
post juego variaron en función de la ocupación (Tóth et al., 2008).
del perro (policía-guardia), mientras que los ni- Por último, excepto para las evaluaciones
veles de los perros de guardia disminuyeron, los de juego, el resto de los trabajos revisados uti-
de los policía aumentaron (Horváth et al., 2008). lizaron algún criterio para validar sus medidas
Los autores sugieren que dichos cambios se de- conductuales, ya sea parámetros fisiológicos
ben a los diferentes tipos de interacción por par- (Beerda et al., 1998; Ley, Coleman, Holmes &
te del compañero humano. Los hombres policía Hemsworth, 2007), cuestionarios sobre el com-
utilizaron más órdenes verbales y menos caricias portamiento en la vida diaria (De Meester et al.,
que los guardias. Esto sugeriría que cuando la 2008; Tóth et al., 2008; Vas et al., 2008), historias
interacción es placentera los niveles de cortisol previas de agresión (Netto & Planta, 1997; van
tienden a disminuir, sin embargo, otros factores der Berg et al., 2003) o diagnósticos veterinarios
también pueden haber afectado dicho resultado. (Kroll et al., 2004).
A diferencia de las baterías que evalúan
Aspectos Metodológicos varios rasgos a la vez, analizadas en un trabajo
Las evaluaciones conductuales como ele- previo (ver Jakovcevic & Bentosela, en prensa),
mentos de medición deben cumplir con cri- las de rasgos aislados son más sencillas de rea-
terios metodológicos específicos para que las lizar, más breves y cuentan con descripciones

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detalladas de las conductas a medir, lo que fa- se incluye la evaluación del rasgo disposición
cilita su aplicación. Asimismo, estas últimas se al entrenamiento, no se encontraron trabajos
destacan por haber validado sus medidas con que lo estudien aisladamente. A diferencia de
criterios externos en la mayoría de los casos. Sin ello, con relación a la tendencia al juego, exis-
embargo, al igual que en las primeras, solamente ten varios estudios que desarrollaron pruebas
la mitad de las evaluaciones conductuales aquí para medir las respuestas de juego en los perros.
revisadas realizaron confiabilidad entre obser- Si estas últimas fueran sometidas a análisis de
vadores, el cual es requisito previo para la reali- confiabilidad y validez adecuados, podrían ser
zación de cualquier análisis más complejo. estandarizadas como instrumentos para la eva-
luación del rasgo.
Conclusiones Según Svartberg (2007), solamente la te-
En el desarrollo de este trabajo se revisa- merosidad y la agresividad cuentan con apoyo
ron aquellos que utilizaron evaluaciones con- empírico suficiente para ser considerados como
ductuales para el estudio de rasgos aislados del rasgos del temperamento. Los datos revisados en
temperamento, y se detallaron los estímulos este trabajo apoyarían esta idea, ya que la mayo-
empleados así como las respuestas evaluadas y ría de los trabajos se centraron en dichos rasgos
sus correlatos fisiológicos. La sistematización de y a la vez son los que reunieron más requisitos
muchas de estas evaluaciones puede permitir su metodológicos. No obstante, se encontraron
uso para el estudio de las diferencias individua- numerosos estudios acerca de la sociabilidad
les en el temperamento del perro. interespecífica.
La revisión de esta literatura permite ex- Con respecto a los correlatos fisiológicos,
traer algunas conclusiones. En primer lugar, en varios de los estímulos de miedo reseñados pro-
relación con las evaluaciones del temperamento dujeron aumentos significativos en los niveles de
en su conjunto o baterías (véase Jakovcevic & cortisol y tasa cardíaca, indicando que la teme-
Bentosela, en prensa) se observa que, en general, rosidad está relacionada con la activación del eje
las evaluaciones de rasgos aislados son metodo- HPA y del sistema nervioso autónomo. Sin em-
lógicamente más rigurosas que las primeras. Las bargo, para el resto de los rasgos las evidencias
conductas son operacionalizadas de manera más aún no son concluyentes. La agresividad estaría
objetiva y se realizan mediciones directas de las vinculada, al menos en parte, con los niveles de
mismas. Incluso, se destaca la gran cantidad de las hormonas sexuales, mientras que la sociabili-
estudios que validan sus medidas con criterios dad con las hormonas relacionadas con el placer
fisiológicos o con registros del comportamien- y el apego, no obstante, se necesitan más estu-
to en la vida diaria del animal. Si bien es difícil dios para determinar sus bases biológicas. Por
decidir por el uso de una metodología en detri- último, la agresión, el contacto con humanos y
mento de la otra, en función del estado actual el juego parecerían tener efectos reductores so-
del conocimiento en el área de las diferencias in- bre el estrés.
dividuales en los perros, parecería más factible Una de las particularidades en la evalua-
la aplicación de evaluaciones de rasgos aislados, ción del temperamento en los perros es que un
siempre teniendo en cuenta la desventaja de que mismo estímulo es utilizado para la medición de
otorgan una información más restringida. diferentes rasgos. Por ejemplo, el acercamiento
Los rasgos más estudiados de manera ais- de un humano desconocido o un perro desco-
lada fueron la temerosidad, la agresividad, la so- nocido fueron empleados para la evaluación
ciabilidad y, en menor medida, la tendencia al de la temerosidad, la agresividad y la sociabili-
juego. Mientras que en la mayoría de las baterías dad. En cada caso se manipulan las acciones de

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