, 24 de noviembre de 2020
D.P.0110
H. Senador
ARTURO CHAR CHALJUB
Presidente Congreso de la República
Ciudad
Asunto: Comentarios al proyecto de ley No. 234 de 2020 Senado – 409 de 2020
Cámara. “Por la cual se expide el Código Electoral Colombiano y se dictan otras
disposiciones”.
Señor presidente:
Los códigos, como los ha definido la Corte Constitucional,1 son un cuerpo jurídico
único con fuerza obligatoria que contiene una regulación metódica, sistemática,
armónica y coordinada de las instituciones constitutivas de una rama del derecho
o de una materia de forma plena, integral y total.
1CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-362 de 1996, C-340 de 2006, C-655 de 2007, entre
otras.
En ese orden, las disposiciones de leyes como la 130 y 134 de 1994, Ley 996 de
2005, 1475 de 2011 y 1909 de 2018, entre otras, deberían estar integradas en
el proyecto de ley de la referencia. Sin embargo, se echa de menos esa
integración.
La pregunta que surge es ¿por qué no hacer una verdadera regulación de los
temas electorales en el proyecto que actualmente se discute, si precisamente
uno de los objetivos es la modernización y actualización de las normas en
materia electoral?
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Las ideas de este documento corresponden a la jurisprudencia de la Sección Quinta del Consejo de Estado y a los
escritos “Apuntes sobre la autonomía de la función electoral en Colombia”, publicado por la Sala de Consulta y Servicio
civil del Consejo de Estado, en el libro “Instituciones Judiciales y Democracia. Reflexiones con ocasión del Bicentenario
de la Independencia y del Centenario del Acto Legislativo 3 de 1910”. Bogotá, 2011 y “¿Jurisdicción contenciosa electoral
en vía de extinción?”, publicado en la Revista de la Academia Colombiana de Jurisprudencia No. 353, páginas 117 a
171.
3
Las diferencias entre acto administrativo y acto electoral han sido desarrolladas
por la Sección Quinta del Consejo de Estado,3 y, en consecuencia, el juez
electoral ha advertido que hay diferencias entre los sujetos, objeto, fin y forma
de cada uno de dichos actos.
Bajo esos lineamientos, ha precisado que son actos electorales los siguientes:
3
Sobre la distinción entre función administrativa y función electoral consultar entre otros: Consejo de Estad o, Sección
Quinta, auto de ponente de 14 de noviembre de 2019, radicación 11001-03-28-000-2019-00050-00, M.P. Luis Alberto
Álvarez Parra, Ddo: Hollman Ibañez Parra, magistrado del Consejo Nacional Electoral; sentencia de 15 de junio de 2015,
radicación 11001-03-28-000-2015-00051-00, MP. Alberto Yepes Barreiro, Ddo. Oneida Pinto- Gobernadora de La
Guajira; sentencia de 4 de febrero de 2016, radicación 11001-03-28-000-2014-00110-00 MP. Alberto Yepes Barreiro,
Ddo: Cámara de Magdalena; y auto de 3 de junio de 2016, radicación 13001-23-33-000-2016-00070-01 M.P. Lucy
Jeannette Bermúdez Bermúdez, Demandados: concejales de Cartagena; auto de ponente de 26 de septiembre de 2017,
radicación 11001-03-26-000-2017-00087-00 M.P. Alberto Yepes Barreiro; auto de ponente de 9 de mayo de 2018,
radicación 11001-03-28-000-2018-00009-00 M.P. Alberto Yepes Barreiro.
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Algunas de las reflexiones de este acápite hacen parte de los conceptos del Ministerio Público ante la Sección Quinta
del Consejo de Estado.
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El artículo 152 indica que, mediante leyes estatutarias, se deben regular, entre
otras, las materias relativas a la organización y régimen de los partidos y
movimientos políticos; estatuto de la oposición, como las funciones
electorales, literal c) y las instituciones y mecanismos de participación, literal d).
Esta regla tiene una excepción, y es aquella en donde una norma constitucional
expresa y excepcionalmente faculta al ente autónomo electoral para desarrollar
un asunto sin la intervención previa del legislador. Es decir, una atribución para
actuar como legislador estatutario, atribución que, como lo indicó la Corte
Constitucional es excepcionalísima5 y que no existe en el presente caso.
5
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-1005 de 2008
6
CONSEJO DE ESTADO. Sección Quinta. Sentencia 30 de octubre de 2014. Expediente 2014-00090.
6
En ese sentido, se considera que las materias que se pretenden regular en los
artículos 143 y siguientes del proyecto de ley, no pueden enmarcarse en los
conceptos de lo técnico, operativo o administrativo para que la autoridad
electoral despliegue la facultad de regulación a la que hace referencia el artículo
265 constitucional.
7
CORTE CONSTITUCIONAL. C-226 de 1994, C-811 de 2011 y C-283 de 2017, entre otras.
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CONSEJO DE ESTADO. Sección Quinta. Sentencia de 6 de mayo de 2013. Expediente 2011-00068-00. Sentencia de
12 agosto de 2013. Expediente 2012-00034-00. Sentencia 30 de octubre de 2014. Expediente 2014-00090.
9
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-307 de 2004, C-319 de 2006 y C-818 de 2011.
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CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-226 de 1994.
11
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-431 de 1997
7
Así, un tema de tanta complejidad como que el juez electoral pueda determinar
la verdad electoral y hacer prevalecer el derecho del electorado y no del elegido,
principio que se contempla expresamente en el proyecto de ley en comento, en
criterio del Ministerio Público, no puede quedar supeditado a que la autoridad
electoral inicialmente conozca del mismo. Es decir, que algún ciudadano de
aquellos habilitados para participar en la etapa post-electoral y en los exiguos
términos que se tienen para presentar reclamaciones, lo haga conocer.
Lo anterior sencillamente quiere decir que, pese a que el Acto Legislativo No. 1
de 2009 contempló este requisito, en la práctica, cualquier desarrollo que se
haga de él, se convierte en una barrera de acceso a la administración de justicia,
derecho fundamental que prima sobre las exigencias formales como lo es, en
este caso, el agotamiento de este requisito y que obliga a que el mismo no se
5. Cuotas de género
El artículo 79 original del proyecto se refería a una participación del 40% de las
mujeres en la conformación de las listas que deben integrar los partidos,
movimientos politicos o grupos significativos de ciudadanos.
En el caso del voto preferente, será la voluntad popular la que defina esa
participación, en tanto los partidos, movimientos políticos o grupos significativos
de ciudadanos solo están llamado a integrar las listas de forma paritaria.
Se considera que una de las formas de garantizar el ejercicio libre del derecho
al sufragio es la sistematización de las mesas de votación que permtian tanto al
ciudadano como a los jurados mayor transparencia y eficiencia en su función. El
proyecto, en este punto, mantiene la misma estructura de la normativa vigente y,
por tanto, nada avanza en dotar de mejores herramientas a los jurados en
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En ese sentido, las facultades que se otorguen deben tener en cuenta aspectos
esenciales como la implementación de la carrera administrativa en un período
que no puede exceder al año de vigencia de la ley y de la exigencia de un estudio
previo y claro de las necesidades de la planta de la Registraduría Nacional del
Estado Civil. Por ello, se debe precisar el alcance de las facultades
extraordinarias.
9. La ley de garantías
Uno de los puntos del proyecto de ley que genera inquietudes tiene ver con la
derogación de algunas de las normas de la ley de garantías.
Sin lugar a dudas, la Ley 996 de 2005 se expidió en un momento histórico que
requería de reglas electorales claras, una vez se aprobó la reelección
presidencial y lo que implicaba en nuestro sistema democrático la figura del
Presidente-candidato y el desequilibrio que ello implicaba de no existir una
regulación que brindara al resto de candidatos como a los electores garantías
para lograr la igualdad y el equilibrio en la campaña electoral.
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Es el caso de los primeros ocho artículos de esa normativa, en tanto hay normas
en otras leyes que regulan la inscripción de las candidaturas, las consultas
internas o multipartidistas para escoger candidato, por tanto, estas perdieron su
objeto una vez se suprimió la figura de la reelección. Sobre estas nada dice el
proyecto, cuando precisamente ellas son las que debería derogarse
expresamente del ordenamiento.
Ahora bien, hay un bloque de normas de la Ley 996 de 2005 que requiren de
otras definiciones: las relativas a las prohibiciones directas al Presidente de la
República, y las del Ejecutivo en general para contratar y modificar la nómina, y
finalmente, las conductas proscritas para quienes tengan las condiciones de
servidores públicos, artículos 30 a 41 de ese estatuto.
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Una lectura del artículo 33 de la Ley 996, permite afimar, en principio, que las
prohibiciones relativas a la contratación y modificación de la nómina cuatro
meses antes de una jornada electoral solo aplicaría para las elecciones
presidenciales. En otros términos, las elecciones de mandatarios territoriales
como de sus corporaciones de elección popular no estarían cobijadas con las
restricciones a las que se refiere esta norma.
En ese sentido, se debe entender que existen límites para toda clase de
elecciones y no solo para la presidencial.
Desde el Ministerio Público se considera que estas normas que imponen límites
a la contratación directa y al movimiento de nómina en el período preelectoral -
inscripciones hasta el día de la elección- sin lugar a dudas han contribuído a que
durante este lapso el erario como las nóminas estatales no se conviertan en las
puntas de lanza de las campañas electorales y/o candidaturas.
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El Ministerio Público considera que, si bien la razón que le dio lugar a las
previsiones de la Ley 996 de 2005 no existe hoy, ello no significa que el bloque
de las medidas que se contemplaron en ese momento, en razón de su
importancia, deban mantenerse para todas las contiendas electorales como una
forma de garantizar la moralidad, transparencia e igualdad electorales.
Por tanto, se propone unificar el tema, en tanto la Ley 996 para las elecciones
presidenciales prohíbe la contratación directa, mientras para las entidades
territoriales únicamente se refiere a los contratos interadministrativos. Unificación
que puede darse en los siguientes términos.
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En cuanto a la nómina, las reglas o las restricciones pueden ser las siguientes:
i) no se pueden crear nuevos cargos; ii) de existir nuevos cargos, no se pueden
proveer; iii) en los cargos de libre nombramiento y remoción, de presentarse la
vacancia absoluta o temporal, su provisión solo será procedente mediante la
figura del encargo con personal de planta y iv) si se presentan vacancias
absolutas o temporales de cargos de carrera administrativa, se hará uso de la
lista de elegibles vigente y de no existir esta, la provisión solo será procedente
mediante la figura del encargo con personal de planta.
Estas prohibiciones aunque parecen obvias, en tanto son una clara intervención
en política de los mandatarios, pueden quedar en una prohibición genérica en el
sentido que estos no pueden utilizar los bienes y recursos públicos con el fin de
apoyar campañas electorales o candidatos. Igualmente que se autoriza la
inaguración de obras públicas, obviamente, sin la participación o presencia de
candidatos.
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Se recuerda que este punto se desarrolló en la Ley 996 de 2005 y fue declarado
inexequible por la Corte Constitucional en la sentencia C-1153 de 2006 por su
vaguedad.
Son más de 16 años sin una regulación clara en la materia que permita a los
servidores públicos, distintos de los enunciados en inciso 2 del artículo 127
constitucional, tener la certeza sobre qué actividades pueden ejercer durante la
campaña electoral.
10. Vigencia
Igualmente, será necesario analizar las normas que pueden tener una vigencia
inmediata, es decir, aquellas que entran a llenar ciertos vacios o su adecuación
a la jurisprudencia de las altas cortes, especialmente de la Sala Electoral.
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Cordialmente,
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