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Un humanismo para la sociedad 4.

JOHANNES PLENIO
PEDRO PARICIO AUCEJOSábado, 27 enero

2018, 10:18

  

La debilidad natural de nuestra condición

predispone a que el mundo se convierta en un

elemento hostil y el hombre en un animal

esencialmente menesteroso. A lo largo del tiempo,

esta precariedad le ha llevado a transformar su

entorno en busca de otro más favorable para la

satisfacción de sus necesidades. La innovación

tecnológica ha sido el recurso por excelencia en este

proceso de liberación material. Mediante ella, el ser

humano fue adaptando el hábitat a los proyectos que

configuraron su existencia en cada instante. Sin

embargo, tal trayectoria ha devenido, en la época


moderna, en lo que Ortega y Gasset (1883-1955)

denominó la «sustantivación» de la técnica y la

conversión del hombre en «animal technicum»,

siendo la revolución industrial un buen ejemplo de

ello.

Iniciada hace ciento cincuenta años, ha supuesto

uno de los acontecimientos más importantes en la

historia de la humanidad, pues -además del

extraordinario desarrollo de la industria- se han

seguido de ella decisivas transformaciones en todos

los ámbitos de la sociedad: desde la economía, la

ciencia y la cultura, hasta los medios de

comunicación y el transporte, las relaciones entre

los diferentes grupos sociales, la política y las

condiciones generales de la vida humana.


Mientras que -en la segunda mitad del siglo XVIII-

el aprovechamiento de la energía del vapor marcó el

origen de la primera revolución industrial, el uso del

gas y del petróleo como combustibles y el del motor

eléctrico como nueva fuerza motriz constituyeron la

base -a principios del XX- de la segunda revolución

industrial. A finales de esa misma centuria, la

conjunción de las tecnologías de la información y

de la comunicación, así como las energías

renovables, desencadenaron la tercera. Sin embargo,

cuando el mundo desarrollado todavía está inmerso

en ella, tuvo lugar en Hannover la presentación de

la denominada «Industria 4.0», con la que, en 2013,

se levantaba el telón de la cuarta.


Esta última revolución industrial resulta de la

convergencia de varios sistemas tecnológicos ('big

data', robótica, comunicaciones inalámbricas,

conectividad de máquinas con máquinas,

inteligencia artificial, ingeniería genética...), de

manera que, si bien los técnicos -informáticos,

ingenieros, diseñadores...- y los administradores de

empresas serán los primeros en verse involucrados

en ella, a largo plazo afectará a la sociedad en su

conjunto. Es evidente que esta nueva revolución

puede aportar múltiples beneficios en el ámbito de

la información, la cultura, el comercio, las

comunicaciones, la administración o la generación

de capital, pero también plantea nuevos retos para el

empleo, la formación, la convivencia familiar y


social e incluso la esfera profunda de los valores

personales.

No se trata de una simple mutación tecnológica,

sino de -según el profesor Guilera Agüera- «un

cambio de filosofía y de estructura económica»,

cuyas consecuencias futuras son difíciles de prever

ahora, en que todavía no ha acabado de introducirse

en su totalidad la industria 4.0. El escenario actual

corresponde nada más que al inicio de la fase de

transición hacia un mundo increíblemente acelerado

e interconectado de manera absoluta (se calcula que,

sólo hasta 2020, se vincularán a internet cincuenta

billones de dispositivos).

No se sabe si ello supondrá un cambio de

paradigma cultural. De momento, es innegable que,


en pocos años, la querencia generalizada por la

exuberancia tecnológica ha trastocado costumbres y

formas de relación de los humanos a nivel mundial.

En este sentido, utilizados convenientemente los

productos de aquella industria -como recursos al

servicio de la innovación, el progreso y el bienestar

de todos- pueden ser nobles aliados de una

humanidad siempre en camino. Su potencial es

extraordinario para -favoreciendo la comprensión,

el respeto, la dignidad y la solidaridad entre

personas y comunidades de contextos geográficos y

culturales diferentes- contribuir al progreso y la

socialización humana. Sin embargo, se atisba un

porvenir que está lejos de parecer humanamente

mejor.
Si se tiene en cuenta que después de una revolución

industrial surge siempre una visión diferente de

cuanto existe, será necesario reeducar nuestra vieja

representación del mundo hasta ajustarla a la nueva

percepción. De entrada, este insólito proceso

histórico -al fundamentarse en el vértigo de una

incesante innovación tecnológica- exigirá una

cualificada ciudadanía, curtida en el continuo

aprendizaje profesional, intelectual, emocional,

comunicativo y moral. Pero también precisará de

una ciudadanía crítica, no esclavizada por la

idolatrización de aquella tecnología, y dispuesta a

dar un colectivo salto de calidad en la historia.

Estos requisitos alertan sobre la necesidad de un

humanismo integral que, siendo consciente de que


el valor último de la tecnología depende del fin

perseguido con ella, se forje al socaire del aliento

divino. El peligro de los artefactos 4.0 no está en

ellos mismos -carentes en sí de conciencia de sus

límites- sino en la orientación que se les otorgue: la

de la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza o,

por el contrario, la del envilecimiento, el odio y la

explotación. Siguiendo la apelación de E. F.

Schumacher (1911-1977), habrá que seguir la

tendencia marcada por la tradicional sabiduría de la

humanidad, aquella en que se ha tenido presente la

dimensión vertical de una historia escrita por los

hombres en connivencia con Dios.


Humanidades digitales en el siglo XXI

Durante el año 2012, el vicepresidente de Google

anunció que contrataría a más de 4.000 personas

doctoradas en humanidades en los próximos años.

Muchas personas pensaban que las humanidades

estaban desprestigiadas, con el típico cliché

reduccionista: "si estudias estas materias acabarás

siendo un profesor de secundaria (sin menospreciar

esta noble profesión) o engordando las listas del

paro". En este post queremos mostrarte que esta

expresión está totalmente desactualizada, pues el

término está pasando por una reevaluación profunda

y positiva en el siglo XXI.


Definición del humanismo

El

humanismo, en su sentido amplio, significa valorar

el ser humano y la condición humana por encima

de todo. Está relacionado con la generosidad, la

compasión y la preocupación de poner en valor los

atributos y logros humanos.

Representan un conjunto de ideales y principios

que valoran las acciones humanas y los valores

morales (el respeto, la justicia, el honor, el amor, la


libertad, la solidaridad, etc.). Para los humanistas,

los seres humanos son responsables de la creación y

desarrollo de estos valores.

Fue inspirado en la lengua grecolatina y el concepto

se manifestó en diversos momentos de la historia

antigua, como el Iluminismo y el Renacimiento,

donde marcó la transición entre la Edad Media y

la Edad Moderna. El mayor símbolo del

humanismo es el "Hombre de Vitruvio" de

Leonardo da Vinci.

Desde este período hasta la actualidad, el

humanismo tiene elementos vinculados a la cultura,

la religión, el arte, la comunicación, la filosofía, la

psicología, etc.
Evolución del comportamiento humano

La teoría de la evolución creada por Charles Darwin

supone que el hombre es el resultado de un lento

proceso de cambios. Esta es la idea central de su

teoría: los seres vivos se originaron de las

criaturas más simples y fueron cambiando con el

tiempo. Esta revolución es vista como un cambio

de función de la población y no del cambio

individual.

Este concepto fue desarrollado en la segunda mitad

del siglo XIX y nos ayuda a comprender la

evolución del comportamiento humano en la

actualidad. Con el rápido crecimiento de

la tecnología, de Internet y el Big Data, el acceso a

contenidos e informaciones es enorme, por eso hoy


las personas presentan un nuevo tipo de

comportamiento, son más participativas, están más

conectadas y activas en la web.

Con un amplio abanico de posibilidades y con la

libertad de elegir los contenidos que más interesan,

las personas son más críticas y están más

interesadas en temas que ayudan al desarrollo de su

propia sociedad, así como comentaba Darwin. Esta

digitalización de los procesos impulsaría la creación

de un nuevo perfil de humanistas y un nuevo

movimiento más sólido, el humanismo digital.

El humanismo digital

Podemos definir el humanismo digital como el

resultado de una nueva convergencia de nuestro

patrimonio cultural junto con la tecnología


informática, abriendo un espacio sin precedentes

para la sociabilidad . Esta convergencia redistribuye

los conceptos y objetos, así como las prácticas

asociadas a ellos, dentro de un ambiente virtual.

Esta actividad interdisciplinaria potencia la

innovación y el acceso a la información de manera

democrática, ampliando el terreno en tiempo y

espacio para el aprendizaje, y eliminando fronteras

y distancias geográficas.

Este vídeo ilustra bien los principales conceptos del

humanismo digital y su esencia:

[youtube]https://www.youtube.com/watch?

v=sz6Usi6K3-U[/youtube]
En la era digital , la tecnología extiende la

posibilidad del fomento de la democracia. Es por

esto que algunas personas creen que este concepto

será el nuevo Renacimiento, pues permitirá que el

Internet sea más poderoso que la imprenta a través

del movimiento humanista, libre de censura.

Entonces, ¿por qué compañías cómo Google

están buscando personas con este tipo de

comportamiento? Se han dado cuenta de que no

pueden poner únicamente todo su esfuerzo en la

parte técnica; sino que también necesitan servirse

del lado más social y humano, a través de la

emoción, la empatía y la cultura del mundo más

global. Las empresas buscan oportunidades para


participar en proyectos que tienen un impacto a

nivel mundial en la sociedad.

¡Ya les habíamos avisado que las humanidades

están en todo!

¿Y tú? ¿Como se está preparando tu empresa para

este nueva tendencia?

Fuentes consultadas: Yorokobu, Definición

ABC, Humanidades digitais.Org, Revista Planeta


REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS

Autor PEDRO PARICIO AUCEJO Sábado, 27

enero 2018, 10:11

 Titulo “una humanismo para la sociedad 4.0”

la provincias

https://www.google.com/amp/s/www.lasprovincias.

es/comunitat/opinion/humanismo-sociedad-

20180127010159-ntvo_amp.html
Autora

January 21, 2016 | Fernanda Monteiro

Humanidades digitales en el siglo XXI

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