Turbina a Gas

El rendimiento del ciclo simple real se mejora utilizando, por ejemplo, un

cogenerador que caliente el aire antes de introducirle en el combustor, a
partir del calor cedido por los gases de escape, o con compresiones y
expansiones por etapas.

Normalmente las turbinas de gas operan con temperaturas de entrada entre

1800ºF a 2200ºF
982ºC a 1204ºC

; con diseños más recientes se ha llegado a operar a 2300ºF (1288ºC) con

la correspondiente mejora del rendimiento.
 Turbina a Gas

Las turbinas de gas son básicamente grandes motores tipo jet. Esta tecnología
se volvió muy popular en el último tercio del siglo XX por las siguientes razones:

1) Sin importar la cantidad de potencia, su construcción y funcionamiento son

más sencillos que las plantas de vapor, al igual que su tamaño para la
misma potencia de salida.

2) Presentan economías de escala, de forma que pueden ser construidas

modularmente es unidades pequeñas del orden de los 25 MW, a diferencia
de las plantas de vapor, que se construyen en grandes tamaños.

3) Pero lo más importante, se pueden producir en masa, ordenarse y

embarcarse en menos de un año, reduciendo los tiempos de espera y el
costo por unidad, en comparación con las turbinas de vapor.

4) Finalmente, si funcionan con gas natural, tienen bajos niveles de polución.

 Turbina a Gas

En contraposición a estas ventajas, las turbinas de gas tienen

dos desventajas:

La primera es que solamente funcionan con gas natural o carbón

gasificado. Los diseños muy costosos pueden operar con otro
tipo de combustible.

En contraste, las turbinas de vapor pueden construirse para

funcionar con gas natural, fuel oil, madera, otros derivados del
petróleo o carbón, lo cual es particularmente satisfactorio.

Este no es inconveniente serio en una era en la cual el gas

natural no es costoso, pero limita la aplicación de las turbinas de
gas a aquellos sitios donde está disponible el gas natural o donde
se pueda transportar a través de gasoductos.