SADISMO Y CRUELDAD BAJO TIERRA

Somos, todos los colombianos, espectadores, día a día de cada una de las barbaries y
matanzas las que gracias a nuestra falta de coraje y capacidad de aportar al desarrollo
de un país justo, consiente y autónomo, ocurren y simplemente nos conformamos y
decimos; “Como no me pasó a mí… no importa”. Desconociendo ignorantemente el
hecho de que aunque no te pase a ti o a mí nos afecta indirectamente, somos
colombianos, dentro de un país llamado Colombia, después de todo.
En Colombia es tan común pero a la vez tan desconocido la existencia de estas fosas
que muy pocas personas tienen con claridad una visión o definición de lo que en
realidad son, según una enciclopedia virtual muy reconocida; Fosa común: “Lugar
donde se entierran los cadáveres que por diversas razones no tienen sepultura propia”.
En Colombia se empezaron a descubrir la existencia de estas fosas comunes en el año
2007, pero que según estudios, estas son relacionadas a acontecimientos ocurridos en
los años 2007-2008, donde los casos más críticos se presentaban/an en Buenaventura,
Cartagena y Caquetá.
Un problema tan sádico y traumatizante como lo es el de una fosa común, por lo menos
a nosotros nos confunde, nos llena la cabeza de pensamientos, tratando al momento
de hacer este artículo de ponernos sobre los zapatos de las victimas pero al mismo
tiempo en los zapatos de los autores de dichos actos tan inhumanos que para una
religión como la cristiana católica están totalmente fuera de lugar, desfasados.