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MARCO TEÓRICO
http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/1661.pdf
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/714/9275316015_spa.pdf?sequence=1
Adicionalmente, se estima que dichas enfermedades han ocasionado 800 889 años de vida
saludable perdidos (AVISA). Otro indicador importante en salud mental es la tasa de
conducta suicida, la cual es más alta en los trastornos mentales. Adicionalmente, la mayoría
de los afectados aún no tienen acceso a los servicios especializados de salud,
imposibilitando también su acceso al sistema laboral o su reingreso al sistema educativo.
Sin embargo, a pesar de la magnitud de la carga de los trastornos mentales, la respuesta de
los servicios de salud es por lo general limitada o inadecuada.
http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v79n2/a04v79n2.pdf
ESQUIZOFRENIA
Trastorno Delirante
Los delirios de estas personas pueden ser muy variados; es frecuente, por ejemplo,
que se crean perseguidos, otros se sienten enfermos, o también pueden presentar
delirios de grandeza, etc. Otros delirios habituales son, por ejemplo, sentir envidia
de otras personas o creer que se padece un defecto físico.
Solo nos encontramos ante un trastorno delirante propiamente dicho cuando las
alucinaciones tienen una duración de al menos tres meses; además, estas
alucinaciones no pueden ser debidas al consumo de substancias (drogas, alcohol,
etc.) ni a una enfermedad médica.
Las personas con trastorno delirante están totalmente convencidas de sus delirios,
no se trata de ideas pasajeras. Esto significa, por ejemplo, que pueden desarrollar
creencias como que son actores famosos, ganadores de un premio Óscar. Esto
significa que los delirios suelen ser uno solo, o bien varios, pero relacionados entre
sí y muy consistentes. Todos estos delirios generan una misma idea paralela que es
la que cobra fuerza y se mantiene en el tiempo. Este trastorno puede llegar a
prolongarse durante periodos prolongados, o incluso a lo largo de toda la vida del
paciente.
Por ejemplo, al caminar por un centro comercial cree que algunas personas (que ni
conoce) están observándose para enviar información a alguien que pretende acabar
con él. Hay varios tipos de trastornos delirantes según la naturaleza del delirio (por
ejemplo, trastorno delirante persecutorio).
Los síntomas del trastorno psicótico breve pueden ser muy parecidos a los de la
esquizofrenia, incluyendo delirios y alucinaciones. Se diferencia de esta, sin
embargo, por su duración: para que un episodio sea considerado trastorno psicótico
breve, los síntomas deben prolongarse durante más de un día, pero por un periodo
inferior a un mes.
Trastorno Esquizofreniforme
Al igual que con la esquizofrenia, sus principales síntomas son los delirios y
alucinaciones, discurso desorganizado, trastornos del pensamiento, etc. Suele
presentarse con cambios en la actividad, una actitud impulsiva o un comportamiento
caótico, etc; o al contrario, con una disminución drástica de la misma, falta de
energía, actitud catatónica o abulia. Estos síntomas suelen aparecer de manera
súbita, sin previo aviso, y con el tiempo desaparecerán del mismo modo.
Trastorno Esquizoafectivo
Las personas con esta enfermedad suelen ver afectada de manera severa su vida
personal y social; así, es frecuente una disminución del rendimiento académico o
profesional de los pacientes, así como un acusado aislamiento social. Además,
estas personas suelen tener dificultades para cuidar de sí mismas, incluso en las
tareas más cotidianas; cuestiones como hacer la compra o cumplir con las tareas
del hogar pueden convertirse en retos casi irresolubles.
En estos casos, la duración de los síntomas suele ser breve, generalmente inferior a
un par de días de duración. Ocasionalmente puede suceder que estos síntomas se
prolonguen más tiempo, incluso hasta varias semanas o un mes; esto suele
producirse cuando la intoxicación se debe a sustancias especialmente fuertes, como
por ejemplo cocaína, anfetaminas o LSD.
1. MARCO TEÓRICO
1. Esquizofrenia
2. Trastorno delirante
3. Trastorno Psicótico Breve
4. Trastorno Esquizofreniforme
5. Trastorno Esquizoafectivo
6. Trastorno Psicótico Compartido
7. Trastorno Psicótico inducido por sustancias
8. Trastorno Psicótico debido a una enfermedad médica
Síntomas negativos
Son rasgos que aparecen “nuevos” o “añadidos” en el individuo como resultado del
trastorno y que normalmente no se observan en las personas sanas. Estos pueden
ser las alucinaciones, delirios, pensamientos desorganizados o nerviosismo.
Síntomas positivos
● Alucinaciones: Ver, oír o sentir algo que en realidad no está ahí. Las
alucinaciones pueden producirse en cualquiera de los cinco sentidos: oído,
vista, olfato, gusto y tacto. Oír voces es la alucinación más frecuente en
esquizofrenia.
● Delirios: Creencias irracionales y falsas fuertemente arraigadas que se
deben a la incapacidad de separar las experiencias reales de las irreales.
● Pensamientos desorganizados: Hacer asociaciones desorganizadas. Sacar
conclusiones que no se basan en la realidad. Falta de razonamiento lógico.
● Agitación: Estado tenso e irascible.
Por otro lado, los pacientes que son claramente sintomáticos y/o que necesitan
algún tipo de ayuda, incluso aquellos que no reúnan los criterios diagnósticos de
esquizofrenia, se sabe que serán susceptibles de otros diagnósticos de Salud
Mental (SM) (Yung, 2007).
El estrés se define como la percepción que tiene una persona de no tener recursos
suficientes para hacer frente a las exigencias de una determinada situación, en un
momento concreto. Puede provocar problemas físicos y mentales: ansiedad,
depresión, alteraciones cutáneas… en otros casos puede hacerlos empeorar o
reaparecer. El estrés no causa trastornos psicóticos, pero sí puede ser un factor
desencadenante para su aparición o empeoramiento de los síntomas.
De este modo, se pretende ayudar a que hagan frente de manera más efectiva
a sus dificultades y comportamientos desajustados, dotándolos de un marco
para comprender los fenómenos que experimentan, en forma conjunta con las
diferentes estrategias terapéuticas. Algunas aproximaciones psicoeducativas
se han enmarcado en un contexto rehabilitador integral (comprehensive en
inglés). Así Halford et al. (1995) han desarrollado un programa compuesto por
cinco módulos: a) medicación y autocontrol de síntomas; b) afrontamiento de la
ansiedad y la depresión; c) habilidades sociales; d) habilidades de la vida
diaria; y e) habilidades de ocio.
T. I. es una mujer de 38 años que llegó a nuestra unidad, derivada desde la unidad
de quemados de otro centro hospitalario de Barcelona, por un cuadro psicótico. La
paciente sufrió quemaduras tras un incendio en su domicilio que precisaron un mes
de ingreso en dicha unidad. La paciente no refiere antecedentes personales ni
familiares de enfermedad mental. Asimismo negó consumo de tóxicos. Como
antecedentes somáticos únicamente destacaban: parto por cesárea hace cinco
meses, infección de la herida quirúrgica; y quemaduras de segundo y tercer grado
por el mencionado incendio. En la psicobiografía de la paciente destacaba que era
natural de Casablanca (Marruecos) y la sexta de nueve hermanos (5 varones y 4
mujeres). Estuvo escolarizada hasta los veinte años con buen rendimiento (colegio y
liceo, más 2 años de formación complementaria). El ajuste socio-laboral en su país
era correcto (diversos empleos temporales como azafata, dependienta, monitora de
deporte, etc.). Se casó en su país hace un año y medio por acuerdo familiar (antes
nunca había tenido pareja ni amigos de sexo masculino) y un mes después se
trasladó a vivir a la provincia de Girona (España), donde residía con su marido, su
cuñado y la mujer de éste. Desde su matrimonio la paciente se dedicaba a las
tareas del hogar. Su primer hijo (un varón) nació hace cinco meses en un parto
complicado. Hace dos meses se produjo un incendio en su domicilio en
circunstancias no aclaradas que provocó su entrada en la unidad de quemados de
un centro hospitalario. Al ingreso en nuestra Unidad la paciente se encontraba vigil,
consciente y desorientada témporo-espacialmente. El contacto con la paciente era
psicótico; su discurso era parco, en voz baja y con tono de voz monótono. Refería
un delirio de perjuicio y paranoide que no nos especificó. Se mostraba desconfiada.
Refería hipotimia, distimia de miedo, así como alucinaciones auditivas en forma de
«ruidos». En la exploración se evidenció una deficiente memoria de fijación. En las
sucesivas entrevistas con la paciente (varias de ellas con ayuda de una traductora)
ésta refirió que hacia los dos meses posteriores al parto inició un trastorno del
estado de ánimo que oscilaba entre tristeza o llanto y ánimo elevado.
Progresivamente apareció un delirio de perjuicio hacia ella y su hijo, así como
alucinaciones auditivas en forma de voces que la criticaban y daban órdenes. En
relación a dicha clínica psicótica la paciente explicaba angustia y miedo intenso a
sufrir daño (ella o su hijo) así como su aislamiento voluntario como medida de
protección. Al explorar las horas previas al incendio, durante el mismo y en su
estancia en la unidad de quemados, la paciente explicó fluctuación del nivel de
conciencia y pérdida de memoria, por lo que no se pudo descartar la sospecha de
un suicidio ampliado en el contexto del cuadro alucinatorio-delirante. Durante su
estancia en la unidad de agudos se instauró tratamiento farmacológico con
Haloperidol hasta 11.5 mg/d (con reducción progresiva de la dosis), Amisulpride
(hasta 800 mg/d) y Clonazepam. A las pocas horas del ingreso ya se mostraba vigil,
consciente y orientada. Los primeros días la paciente aún permanecía temerosa y
suspicaz, sin salir apenas de su habitación. Lentamente fue mejorando el contacto,
el afecto y los síntomas psicóticos; de forma progresiva desaparecieron las
alucinaciones y fue tomando distancia del contenido delirante hasta lograr criticarlo.
Fue adaptándose poco a poco a la dinámica de la unidad. Se consideró clave para
el tratamiento y recuperación de la paciente facilitar el contacto temprano y
continuado con su hijo y los permisos al hogar familiar; de hecho, el contacto
materno-filial precoz fue un importante factor que aceleró la recuperación de la
paciente. Los permisos transcurrieron sin incidencias y la familia colabora
adecuadamente en todo momento. Al alta la paciente se mostraba eutímica,
tranquila, libre de psicopatología psicótica positiva y era capaz de hacerse cargo de
su hijo (aunque persistía el cuadro amnésico secundario al cuadro confusional). La
paciente y su familia plantearon la posibilidad de realizar su convalecencia en
Marruecos, lo que consideramos beneficioso ya que sería atendida por
profesionales con su mismo idioma y cultura y contaría con el apoyo de su familia de
origen; pero se destacó la importancia de desplazarse con su hijo para que el
traslado fuese realmente terapéutico
1. 1.2. Alucinaciones
2. Duración del episodio de alteración de mínimo un día, pero inferior a un mes, con
vuelta completa al nivel premórbido de actividad.
Codificación:
1.º Comienzo agudo (menos de dos semanas), como característica definitoria del
grupo.
3.º Presencia de estrés agudo: El comienzo agudo se define como el cambio desde
un estado sin características psicóticas a otro claramente anormal y psicótico en 2
semanas o menos. Existe evidencia que el comienzo agudo es signo de buen
pronóstico y es posible que cuanto más brusco sea el inicio, mejor será el
desenlace.
NINGUNA DISFUNCIÓN 0
DISFUNCIÓN MÍNIMA 1
DISFUNCIÓN OBVIA 2
DISFUNCIÓN SEVERA 3
DISFUNCIÓN MÁXIMA 5
NO APLICABLE 9
0 1 2 3 4 5 9
Cuidado personal y X
supervivencia
Funcionamiento X
ocupacional
Funcionamiento con la X
familia
Funcionamiento en otros X
desempeños y actividades
Cuando una persona sufre un episodio psicótico, tanto su familia como sus
amigos pasan por una situación nueva y confusa en la cual es importante saber qué
es lo que puede ocurrir y qué hacer cuando ocurra. Esta enfermedad puede hacer
que la persona se sienta abrumada por lo que pasa a su alrededor. Es probable que
se sienta confundida, angustiada, temerosa, incapaz de controlar sus pensamientos,
y que carezca de autoestima al sentirse enferma, en el hospital y, muchas veces,
durante algún tiempo tras su ingreso en el hospital.
MEDIDAS ÚTILES:
- Permanecer en calma.
- Distraer a la persona, haciendo que participe en algo interesante o agradable.
- Alentar a la persona para que esté con gente positiva y que la apoye, que
ella conozca bien.
- Fomentar con amabilidad actividades que no sean demasiado exigentes (ver
la televisión, lavar los platos, cuidado de las mascotas, etc.)
- Dejar que su familiar sepa que están ahí si es necesario.
- Ofrecerse a ayudarle a establecer un calendario para dormir y levantarse
temprano.
- Preguntarle lo que sería útil para ella.
- Tener una rutina diaria para que las cosas sean predecibles.
- Establecer límites de forma gradual para que adquiera responsabilidad de
forma no estresante. Ser consciente de sus necesidades pero buscar
oportunidades para animarle a que vaya asumiendo responsabilidades.
- Prestar atención y elogiar las conductas adecuadas y de utilidad.
- En caso de agresividad, utilizar un lenguaje firme, a veces una orden clara
hace que la persona recupere el control. Evitar la confrontación.
- Dejarla sola hasta que se tranquilice. Intentar descubrir lo que provoca su
agresividad y tratar de evitarlo.
MEDIDAS NO ÚTILES
La forma que tenemos de comunicarnos con los demás y de decir las cosas es
importante siempre y si cabe más aún con pacientes que padecen una enfermedad
psicótica. Entre ellos un factor de gran peso es el cómo se desarrollan las
interacciones interpersonales. De aquí viene la importancia de la comunicación. La
forma de comunicarnos determina que las interacciones puedan ser estresantes o
no y por lo tanto puede constituir un factor de riesgo o un factor protector de primera
magnitud.
Por otra parte, parece que hay algunos momentos o circunstancias en que el
paciente puede mostrarse más predispuesto a trabajar sus problemas, ocurre
cuando es el propio paciente quien solicita ayuda terapéutica con relación a sus
síntomas psicóticos o al sufrimiento que le provocan. Así que es posible ofrecer
TCC a pacientes cuyo juicio de realidad se halla comprometido. En todo caso la
cuestión es ¿cómo implicar en el tratamiento a pacientes psicóticos con un nivel
bajo de conciencia de enfermedad? En estas condiciones puede ser difícil que
entiendan la justificación, el “por qué” de determinadas intervenciones. La
experiencia nos ha enseñado que en estas ocasiones es útil sugerir al paciente la
posibilidad de aliviar sus perturbaciones emocionales, sin que sea preciso llegar a
cuestionar la verdad o falsedad de sus creencias.
En cierto sentido este componente del tratamiento es similar a los trabajados desde
otros enfoques de carácter psicoeducativo (Cuevas Yust, Perona Garcelán, Rivas
Hidalgo y Arévalo Cobo, 1995; Cuevas Yust, Rivas Hidalgo y Perona Garcelán,
1996), pero en la TCC, el objetivo no es tanto “educar sobre la esquizofrenia” si no
al tiempo que facilita el desarrollo de estrategias útiles para manejar la enfermedad,
reducir el riesgo de recaídas y mejorar el funcionamiento general.
Benedicto Crespo Facorro, Rocío Pérez Iglesias, Luis Gaite. (2010). Guía de Psicoeducación para
familias con personas diagnosticadas de psicosis.
https://consaludmental.org/publicaciones/Guiapsicoeducacionfamiliaspsicosis.pdf
Marino Perez Alvarez, Jose Ramon Fernandez Hermida, Concepcion Fernandez Rodriguez, Isaac
Amigo Vasquez. (2013). Guia de Tratamientos Psicologicos Eficaces I Adultos.
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