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TIPOS DE CLIENTES

Caso No 1

La señora Mónica ingresa a nuestro local de venta de celulares manifestando que


desea cambiar el que tiene por uno más actualizado y de mejor tecnología.
Inmediatamente se le atiende de una manera cordial y se le enseñan los distintos
modelos que se ajustan a su necesidad, pero ella es un poco tímida y se le
dificulta decidir cuál elegir.

En este caso nos encontramos con un cliente dubitativo – indeciso, el cual lo


podría abordar con preguntas que sean sencillas de contestar. La haría sentir
segura y con confianza de que el que elija se ajustará perfectamente a su
necesidad. Le asesoraría únicamente hacia la solución que más le convenga

Para este tipo de cliente no es conveniente darle demasiadas opciones de


respuesta, evitaría cargarla de mucha información

Caso No2

El señor Diego ingresa a nuestra tienda de juguetes con su hija de dos años de
edad, el señor se muestra bastante apresurado y nos pide que le enseñemos los
juguetes que sean acordes a la edad de su hija lo más pronto posible, manifiesta
que no nos extendamos en dar la información detallada de cada juguete. Todo el
tiempo se muestra impaciente y por ello decide llevar el primer juguete que se le
enseño.

En este caso nos encontramos con un cliente apresurado - con mucha prisa. Es
importante manifestarle con mucha educación y con un tono de voz suave que
necesitamos un tiempo minino para atenderle correctamente. Procurar tener la
información clara y concisa de cada juguete para atenderle rápido y bien.

No lo abordaría de manera impaciente, como tampoco me dejaría llevar por la


presión que él pueda ejercer sobre el tiempo y no se sería bueno brindarle una
información nula

Caso No 3

El señor Ismael se comunica con nuestra empresa de comunicaciones


manifestando que necesita un plan económico de minutos e internet, pero se le
escucha con un tono de vos fuerte. Nuestro asesor le indica específicamente las
tarifas y lo que incluye en cada plan, pero el señor Ismael se pone molesto porque
ningún plan se ajusta a su necesidad y se pone agresivo y grosero.
Nos encontramos en este caso con un cliente grosero: agresivo. El cual se debe
abordar de manera segura y con mucha firmeza. La información que se le brinde
debe ser asertiva y lograr decir no cuando sea necesario y sin ser también
agresivo. Lo escucharía con paciencia y conservando la calma para que el perciba
un ambiente de tranquilidad.

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