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HEMORRAGIA ARTERIAL SEVERA

Las heridas penetrantes en una extremidad, pueden provocar una lesión vascular mayor. El
trauma contuso de una extremidad que ocasiona una fractura o una luxación articular en la
cercanía al trayecto de una arteria, también puede causar su ruptura. estas lesiones pueden
ocasionar una hemorragia significativa a través de la herida o en los tejidos blandos.
Se debe evaluar una extremidad lesionada en búsqueda de un sangrado externo, de la
pérdida de pulso previamente palpable, o de cambios en la calidad de este, así como los
cambios en el tono del doppler y del indice del tobillo y brazo. una extremidad fría, pálida y
sin pulso indica la interrupción del flujo arterial. un hematoma de expansión rápida, sugiere
una lesión vascular significativa.
las medidas iniciales de control, son:
1º.Presión directa: aplicando sobre la herida una gasa o una tela limpia, o directamente con
las manos, protegiéndose con guantes.
La presión directa se puede sustituir por un vendaje cuando la herida padre de sangrar o si
es demasiado grande.
2º.Elevación: la elevación de la parte lesionada disminuye la presión de la sangre en el
lugar de la herida. Si la herida está situada en un miembro superior o inferior, hay que
elevarlo a un nivel superior al corazón, presionando simultáneamente.
3º.Presión: directa sobre la artería: consiste en comprimir con el pulpejo de los dedos una
arteria contra el hueso subyacente.
Se utiliza cuando no se ha podido controlar la hemorragia por presión directa y elevación de
la extremidad. Esta técnica reduce la irrigación de todo el miembro, y no solo de la herida.
Si se utiliza el punto de presión arterial hay que hacer simultáneamente presión directa
sobre la herida y elevación del miembro afectado.
4° .Reanimación vigorosa con aporte de volumen
5° .Evaluación por un cirujano vascular.
La evaluación constante del paciente y la no justificación de inestabilidad hemodinamica,
nos debe hacer sospechar sobre hemorragias internas.

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