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NOMBRE DEL ALUMNO:

Karen Guadalupe López Miranda

PROFESORA:

Abril Parra

MATERIA:

Sociedad y educación

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN
GRUPO 103
REPORTE DE LECTURAS

GUASAVE SINALOA A 20 DE NOVIEMBRE DEL 2020


APORTES DE LA SOCIOLOGÍA AL ESTUDIO DE LA EDUCACIÓN (AUTORES
CLÁSICOS)

La sociología de la educación es una disciplina que utiliza los conceptos, modelos y


teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social.  Ha sido
cultivada por los sociólogos que han tenido interés creciente por la educación.  De esta
manera, se presenta una revisión de los aportes que diversas tradiciones teóricas han
hecho acerca del tema

Karl Marx Nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, Prusia, y fallece el 14 de marzo de


1883, siendo enterrado en el cementerio londinense de Highgate.

Para él, las escuelas reproducen a la fábrica: ambas producen y reproducen la división
social del trabajo y la división entre trabajo físico e intelectual.  La escuela debería
centrarse en la realidad del trabajo.

Max Weber, nació el 21 de abril de 1864 en Erfurt y falleció en Munich el 14 de junio de


1920.  Esta corriente teórica prioriza sobre el sentido y significado que los sujetos dan a
sus acciones y decisiones individuales. Por eso, se concentra en el individuo y no en
las estructuras sociales y le concede mayor importancia a la comprensión de la acción
social (la cual tiene un sentido y significado) que a la coerción o coacción social (como
en el caso de Durkheim).

Emile Durkheim, nació el 15 de abril de 1858 en Epinal y falleció el 15 de noviembre de


1917 en París.  Su perspectiva sociológica prioriza a las estructuras sociales por
encima del individuo, le concede especial importancia a la socialización y a los
procesos reproductivos de las pautas socioculturales, dando gran valor a la coacción y
coerción social sobre el individuo, siendo la moral el elemento que permea todo el
proceso educativo.

La Educación Moral escrita en 1925  Emile Durkheim realiza un análisis de la moral


laica racionalista que aporta los elementos para el funcionamiento de la sociedad como
un todo, donde la escuela apoya y resguarda el “tipo nacional francés” (imperante en la
época en que escribe el texto), lejos de los dogmas y prácticas religiosas.

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Para el autor, la educación moral sucede durante el proceso de la primera infancia
dentro de la familia. Pero es principalmente en la segunda infancia que transcurre
dentro de la escuela primaria y lejos de la familia, donde se constituyen las bases de la
moral para la vida social fuera del círculo familiar.

De esta forma, el individuo en la infancia aprende las reglas generales, llamadas


morales, como reglas preestablecidas para circunstancias particulares que “al agente
moral le toca decidir cómo convenga particularizarla. 

Georg Simmel  nace el 1 de marzo de 1858 en Berlín, y fallece en Estrasburgo el 28


de septiembre de 1918.  Su enfoque teórico se caracteriza por considerar a la
sociología como una ciencia ecléctica, que toma de otras ciencias (Historia,
Antropología, etc.) materiales para elaborar una síntesis con base en una nueva mirada
(mirada sociológica) sobre los hechos, por eso las obras de Simmel abarcan un amplio
espectro de ciencias sociales y la filosofía.

En 1918 fue publicada la obra más significativa de Georg Simmel: Intuición de la vida.


Cuatro capítulos metafísicos, texto que propone una verdadera metafísica de la
existencia vista como espontaneidad absoluta, actividad creadora e ímpetu perenne de
libertad, la cual, llegada al nivel espiritual, elabora continuamente constituciones
sociales, religiones, filosofía, conocimientos científicos, producciones artísticas que
tienden a encerrarla en sí misma y esquemas que la misma vida rompe y arrolla. El
último libro de Georg Simmel publicado en vida del autor fue El conflicto de la cultura
moderna (1918). 

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CONVERSACIÓN: EL OFICIO DEL SOCIÓLOGO.

Comte dice: el método no es susceptible de ser estudiado por separado de las


investigaciones en que es empleador. La epistemología es necesaria en la
investigación para conocer el error y descubrir la verdad. Esto se da por la subjetividad
de la epistemología del hombre, al contrario de la epistemología de la naturaleza o
ciencias físicas. Teniendo cuidado de no desplazar la vigilancia epistemológica porque
se estaría en un cambio constante. Se presenta una teoría de construcción sociológica
del objeto. El método no debe reducir la realidad, se debe afrontar deductivamente, de
generalizaciones abstractas para aplicarse a lo particular, y la metodología es la teoría
que engloba las operaciones de investigación en cualquier área.

La vigilancia epistemológica se impone a las ilusiones del saber inmediato, el análisis


estadístico ayuda a encontrar relaciones de orden superior que den razón, es decir,
relaciones objetivas haciendo una ruptura con lo real o rompiendo la sociología
espontanea. La verdad de un fenómeno cultural depende de las relaciones históricas y
sociales. La ruptura epistemológica diferencia la interpretación científica del
funcionamiento social, la teoría científica de la tradición, poniendo un orden y
clasificación. Se desemboca en tres niveles lógicos de la ciencia del conocimiento: los
objetos de la ciencia, la ciencia misma y la meta ciencia, que incluye la lógica y la
epistemología de la ciencia.

Al establecer nuevas relaciones se construyen nuevos objetos siendo un indicio de la


ruptura con objetos pre construidos, y un objeto se construye en función de una
problemática teórica. El vector epistemológico va de lo racional a lo real y de la realidad
a lo general. Además se necesita de neutralidad tanto axiológica, metodológica como
epistemológica, de modo que hay que restituir a la observación metódica y sistemática
su primado epistemológico. No hay que notar las reglas de manipulación sino en las
operaciones que permiten construir objetos, muchas veces la clasificación se realiza
mediante una ideología. Todo objeto científico se construye deliberada y
metódicamente. La analogía, es una forma legítima de comparación y ésta es el único
medio práctico que disponemos para conseguir que las cosas se vuelvan inteligibles. El

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modelo teórico es la depuración formal de las relaciones entre aquellas que definen los
objetos construidos, puede ser transpuesto a órdenes de la realidad fenomenal muy
diferentes y provocar por analogía nuevas analogías, nuevos principios de construcción
de objetos

El método científico puede ser engañoso, por la falta de ruptura, se debe analizar las
relaciones para descubrir el objeto, esa ruptura epistemológica espontánea es gracias
al racionalismo, aún la operación básica de observación puede no ser pertinente ni
significante. Aun cuando se verifica o desmienta la hipótesis, hay que intensificar la
dialéctica de la razón y la experiencia de la teoría. La mayor parte de los progresos en
la formulación de nuevas leyes resultan de la construcción de teorías que pueden
explicar las leyes antiguas. La hipótesis debería ser síntesis. El racionalismo aplicado
es el punto central del idealismo y realismo, siendo el único capaz de restablecer la
verdad de la práctica científica. El intuicionismo es la verdad del positivismo porque
expone lo que éste tiende a disimular bajo el refinamiento tecnológico.

Debido a que los límites entre el saber común y la ciencia son imprecisos en la
sociología, es necesaria la ruptura, las ciencias de la naturaleza hablan de sus
resultados pero las del hombre de sus métodos, el control epistemológico se realiza
mediante un intercambio generalizado de críticas de la sociología de las prácticas
sociológicas y de la misma manera de otras áreas de investigación.

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EL PRIMER POSITIVISMO. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL
PENSAMIENTO SOCIAL EN SAINT SIMON Y COMTE
El éxito de la ciencia moderna y, en particular, del método de observación en las
ciencias naturales, durante los siglos XVII y XVIII, abrieron el camino para una corriente
que se convirtió en hegemónica durante el siglo XIX (sobre todo tras la obra de
Augusto Comte) y cuya finalidad principal estribó en la conformación de una nueva
sociedad, mediante la aplicación de las bases científicas naturales en los estudios
sociales.

El primer referente que podemos identificar como plenamente perteneciente a esta


corriente del pensamiento social fue Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint Simon
(1760-1825). Su obra se ve palpablemente influida por el contexto histórico, político y
social que rodeo a su existencia. La crisis institucional de la Francia post-
revolucionaria; su experiencia como militar en América y el notable auge de las ciencias
y de la industria, constituirán la “estructura” a partir de la cual surgirán los axiomas y
especulaciones científicas del ginebrino. Saint Simon, propone la instauración de una
forma de organización social asentada y subsumida en la producción industrial y
tecnológica. Por ello, referirá en su obra “Catecismo político de los industriales” ,
expresamente, que todas las actividades sociales descansarán sobre la industria. Si, tal
como creía, la forma de gobierno es una forma de distribución de la propiedad, el
desarrollo económico, mediante el impulso de la producción industrial, establecerá las
posibilidades para un régimen social pacífico y ordenado.

La integración social, entonces, sería la consecuencia inmediata del despegue


productivo. Por tanto, ese despegue no debía estar atado a ninguna regla social (como
el derecho), más bien éstas últimas debían tender a propiciarlo. El primer objetivo que
traza Saint Simon es reorganizar a la sociedad francesa mediante la adecuación
institucional de los requerimientos de una materialidad social eminentemente industrial.
Para ello, fijó su observación en la conformación jurídico-política estadounidense
construida tras la revolución de 1776.

Comte (1798-1857), prolongando la obra de su maestro, afirma y detalla a la ley de los


tres estadios de conocimiento humano. Esta ley consiste en que cada una de las ramas

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del saber deben pasar, sucesivamente, por tres niveles distintos de teoría: el estado
teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo.
Estas tres clases de sistemas generales de pensamiento humano tienen
interdependencia sucesiva pero, a su vez, se excluyen entre sí . Se supone, que cada
avance de estado es una superación que abandona definitivamente al anterior (pese a
que éste último haya sido imprescindible para la consolidación del siguiente), hasta
culminar en lo que sería “el fin de la historia”: la llegada a la filosofía positiva. Los
primeros dos estados están vinculados con la búsqueda de causas y orígenes de todas
las cosas. Refieren a conocimientos absolutos, pese a que uno enclave sus bases en la
gestión de uno o varios Dioses y el otro, como mera modificación del primero, refiera a
entidades o “abstracciones personalizadas”, a una fuerza oculta que realmente existe.
Lo que se busca, durante estos dos estados es, en definitiva, el “motor primero e
inmóvil” de todas las cosas, el “ser” de todos los “seres”. En cambio, en el estado
positivo, nos dice Comte, “el espíritu humano, reconociendo la imposibilidad de
alcanzar nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a
conocer las causas intrínsecas de los fenómenos, para dedicarse exclusivamente a
descubrir –con el uso bien combinado del razonamiento y de la observación– sus leyes
efectivas”. Es decir, el conocimiento humano se reducirá a la observación y la lógica no
ya para descubrir cómo nace el universo, sino para entenderlo, explicarlo y predecir sus
devenires.

Intentamos conformar, mediante el relato, una causalidad entre las ideas del
positivismo social y la nueva concepción del derecho. Esa concepción predominante en
los intelectuales de principios de siglo, entabló un nuevo orden de racionalidad jurídica:
su coherencia con los hechos sociales y con la cooperación social. De allí que pueda
decirse que los albores del “derecho obrero”, en nuestro país, no hayan tenido como
pauta ideológica principal declaraciones humanísticas o religiosas (al menos no de
manera exclusiva), tal como habitualmente se cree, sino que ha tenido como
plataforma doctrinaria a la idea de “función social” (al menos si se advierte como
doctrina hegemónica). Esa idea no ve derechos subjetivos ni individuos, sino que
interpreta a la persona como un eslabón más del proceso de división social del trabajo.

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LA PERSPECTIVA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

Durkheim fue el primero que abordó la educación como rama particular de la


sociología.
Las primeras teorías sociológicas otorgan a la educación el papel de subsistema social
de aprendizaje de normas, socialización y control social. La sociología de la educación
nace como sociología de las instituciones escolar.
El transito del antiguo régimen a la sociedad industrial a lo largo del siglo XIX acarreó
creciente diferenciación social. La cohesión a partir de la adhesión de los ciudadanos a
un conjunto de ideas, otorga a la educación un papel fundamental.
Las primeras teorías sociológicas de la educación, por lo tanto, nos indican la
relevancia de la educación como subsistema social de aprendizaje de las normas y
valores sociales en los que se fundamenta la sociedad. Socialización y control social
son identificadas como funciones fundamentales del proceso de transmisión de
conocimientos y hábitos, del orden instrumental y del orden expresivo.

La institucionalización de la sociología de la educación.

La llamada Educational Sociology se desarrolla en los departamentos pedagogía de las


universidades norteamericanas resultado de la revolución del sistema educativo de
comienzos del siglo para la preparación de masas para la economía industrial.

Primera década. John Dewey quien veía en la educación el fortalecimiento de la


democracia a través de la formación de individuos autónomos y libres. Esta orientación
domino la sociología de la educación durante la primera mitad del siglo. Era normativa

Estructural-funcionalismo: luego de la II guerra la educación formal se convirtió en el


mecanismo principal de estructuración de las sociedades capitalistas democráticas. Se
convirtió en área prioritaria de intervención del estado por ser factor de desarrollo
económico y por ser instrumento de la política de igualdad de oportunidades. Pleno

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predominio del estructurar-funcionalismo en un momento de consolidación de los
estados de bienestar.
Paradigma liberal. Funcionalismo tecno económico y el reformista estudiaran la relación
educación-empleo.

Opuesta a la teoría del capital humano sostiene que la escuela no es ideológicamente


neutra, sino que atribuye posiciones sociales según méritos reproduciendo posiciones
sociales de origen.

Nuevo socio de la educación, años 70. Estudio del curriculum, porque expresa las
relaciones de poder (selección y organización del conocimiento educativo).

La corriente funcionalista de la sociología de la educación. El debate entre


educación y empleo.

En los años 50 existió un crecimiento acelerado del fenómeno educativo, y después de


la segunda guerra mundial, la educación se convirtió en una explicación al crecimiento
de la riqueza, pues efectivamente estaba encauzada a ello; a mejorar el trabajo y la
producción.

La expansión educativa respondía tanto a factores de orden económico como político e


ideológico. Desde un punto de vista económico la educación pasaba a ser considerada
como el principal factor explicativo del crecimiento de la riqueza de los países. Desde el
punto de vista político por otra parte, la guerra fría desencadenó unan batalla por la
producción ya que la inversión en recursos humanos es una consecuencia lógica de
esta competencia por la hegemonía político militar. De un punto de vista ideológico la
inversión en educación respondía a la enorme carga de legitimación asignada a la
educación como terreno prioritario de la política social. La consolidación de los estados
de bienestar (trabajo y oportunidades a cambio de impuestos) está en la base de la
responsabilidad de la educación como prestación para hacer posible la movilidad
social.

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La profesionalización tiende a convertir a las instituciones sociales en eficientes y a la
vez sensibles a las demandas, de esta manera encuentran a la educación como la
institución perfecta para identificar y seleccionar los talentos adecuados que accederán
a puestos de trabajos cualificados y necesario para progreso y bienestar social. En este
terreno de la educación el KNOW HOW (saber hacer) pasará a primer plano como
conocimiento para el cambio y la innovación educativa. En este contexto señalado la
sociología de la educativa se va a constituir en una especialidad central de la sociología
funcionalista.

A. Hinojal 1991 establece tres categorías de funcionalismo: el tecnoeconómico, que


incluye la teoría del capital humano; el reformista, centrado en el debate sobre la
igualdad de oportunidades y el crítico, que incluye la corriente de investigación acción
entre ellos Bourdieu y Parsons.

Las aportaciones de Parsons al análisis de la educación constituyen la base teórica


sociológica sobre la educación: el cómo debe funcionar la escuela en consonancia con
la función social de la educación. Parsons toma de Durkheim su idea central: la
educación como proceso de adquisición de normas sociales y pautas de
comportamientos fundamentales para la integración social y para el equilibrio moral de
la sociedad.

El mismo concede a la institución escolar las funciones de socialización y de


diferenciación para el equilibrio del sistema de relaciones sociales. En el proceso de
socialización los individuos aprenden las habilidades necesarias para el ejercicio
profesional futuro (orden instrumental) como los valores sociales consensuados que
garantizan la integración social (orden expresivo). Al mismo tiempo, realiza una función
de diferenciación y selección que conduce a la asignación de posiciones sociales a
través de la distribución de premios en función del rendimiento de los alumnos.

Parsons proporciona las bases para la sociología funcionalista de la educación.

El funcionalismo tecnoeconómico y la teoría del capital humano. El acelerado cambio


económico tecnológico requiere especialistas y expertos que deben ser seleccionados
y formados en un sistema educativo en plena expansión.

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Su orientación está estrechamente ligada a los objetivos políticos de eficiencia
económica y social donde organismos internacionales impulsaron el desarrollo
económico por medio de la inversión educativa lo que subraya la importancia de la
inversión y planificación educativa para el desarrollo económico.

La teoría del capital proporciona los fundamentos económicos y sociológicos que guían
el comportamiento público y privado de la oferta y la demanda de educación. Cumple
con la función de proporcionar una orientación racional de las pautas de gasto público y
privado en enseñanza. Por otra parte, la educación explica tanto el crecimiento
económico como la distribución justa de posiciones sociales. El principio meritocrático
establece también los límites y las condiciones de la actuación pública en educación
por lo que respecta el principio de equidad.

La polémica en torno a la relación entre igualdad educativa e igualdad social centró los
debates de la sociología de la educación a partir de principios de la década de los
setenta. Esta ambigüedad encontró respuesta en el estudio de las desigualdades
educativas de Boudon 1983: pone de manifiesto que el aumento de las tasas de
escolarización en las sociedades industriales hace que disminuya la proporción de
clases bajas con un nivel de estudios mínimo e incluso de dichas clases sociales gane
más en términos absolutos. Ello hace disminuir las desigualdades educativas entre
clases. Sin embargo, Boudon también muestra que el nivel educativo es tanto más
determinante del estatus adquirido cuanto más bajo es el origen social del individuo.

Los primeros síntomas de desempleo de titulados y de sobre educación abrieron desde


principios de los años 70 el espacio para la ruptura con el paradigma funcionalista y
para la aparición de crítica a la teoría del capital humano.

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CONFLICTO Y REPRODUCCIÓN EN LA SOCIOLOGÍA DE LA
EDUCACIÓN

Estas teorías plantean que la escuela contribuye a la reproducción de las jerarquías


sociales existentes acoplando de un modo no conflictivo a los individuos en los lugares
sociales a los que están destinados. En este sentido hay coincidencia con el enfoque
funcionalista. La diferencia radica en que, para la reproducción social, la escuela
reproduce una estructura injusta de posiciones sociales, favoreciendo a los grupos
sociales dominantes.
El capitalismo actual precisa convencer a la gente de que este sistema es el único, o
por lo menos el mejor posible.
Randall Collins establece que las credenciales educativas se convierten en una
coartada para justificar el acceso a las posiciones sociales privilegiadas, a pesar, de
que detrás de ellas no hay conocimiento.
Parte de la constatación del incremento de las exigencias educativas para los empleos
a lo largo del tiempo. Un empleo que antes no exigía educación formal ahora requiere
para su desempeño que los trabajadores cuenten con un título de enseñanza.
El credencialismo de Collins identifica una función social de la educación
completamente diferente a la defendida por el funcionalismo. Así, la escuela no es una
institución para otorgar oportunidades sociales a los individuos, sino un espacio de
lucha entre grupos que proporciona estatus, poder y diferenciación social.
Bernstein ha sostenido que niños de diversa extracción desarrollan diversos códigos. 
Es decir, sus análisis mostraron la existencia de dos códigos lingüísticos diferentes,
asociados a las pautas socializantes vigentes en familias de distinto origen social.  Los
códigos, en este caso, son las formas de discurso presentes durante los primeros años
de vida del niño, que luego afectan su experiencia escolar posterior.
Bernstein distingue entre el código lingüístico elaborado y el código restringido; las
diferencias entre ambos se refieren tanto a los aspectos sintácticos, gramaticales o de
vocabulario como a las estructuras de significado que operan en cada uno de los
códigos.  Ambos códigos pueden definirse por el carácter más o menos previsible de
los elementos sintácticos que un individuo utilizará en su discurso.

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Baudelot y Establet , sin alejarse del marxismo estructuralista, se centran en explicar
cómo la escuela produce un tipo de división social que se corresponde con la división
del trabajo. A pesar de fundamentarse en un discurso de igualdad y unidad, la escuela
es, para los autores franceses, un aparato al servicio de la burguesía,
instrumentalizado para asegurar su dominación y la reproducción de su posición de
clase.
Bowles y Gintis llevan la teoría de la reproducción hasta el límite. Al igual que Althusser
o Baudelot y Establet, los autores norteamericanos defienden la tesis de que para
entender la dinámica del sistema de enseñanza deben analizarse las necesidades del
capital para la producción. La reproducción de las relaciones sociales de producción
basadas en una división del trabajo jerárquica, tiene lugar en última instancia en el
mismo puesto de trabajo, pero con el avance del capitalismo la escuela adquiere un
protagonismo creciente como institución de control social de la fuerza de trabajo
Según Bonal, Tanto la controversia acerca del estructural funcionalismo como la crisis
de la educación como mecanismo resdistributivo están en la base de la orientación
dominante de la sociología de la educación a partir de los años setenta.  Se ha
producido la desconfianza en las teorías en que el consenso y el equilibrio son los
fundamentos de una sociedad “normal”, para comenzar a aceptar que el conflicto
también es parte de la sociedad. Bonal dice que los movimientos estudiantiles en
Europa y en Estados Unidos, el Black Power en Norteamérica y otros movimientos
sociales, son muestras del descontento social y del debilitamiento de la confianza
social en las posibilidades del cambio tecnológico para el crecimiento económico y para
la igualdad social.  Surgía, en consecuencia, un espacio para la introducción del
conflicto en la explicación de los fenómenos social, que, con pocas excepciones, había
quedado, hasta entonces restringido al marxismo ortodoxo.
Dos vertientes o corrientes teóricas son las que caracterizaron este periodo, por un
lado, una actitud epistemológica ecléctica que combina a Marx, Durkhei,Parsons, Mead
y otros pensadores. Por otro lado, una actitud renovadora del marxismo europeo de los
sesentas y setentas ven a la educación como un instrumento para la preservación del
poder, la división de clases y el capitalismo occidental.

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LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN EN LOS AÑOS
OCHENTA
La publicación en 1971 del libro de Michael Young, Knowledge and Control, simboliza
la ruptura con el paradigma liberal y la aparición de una sociología de la educación
crítica, que ha recibido el calificativo de nueva sociología de la educación .  Esta nueva
sociología se aleja tanto de la sociología de la educación funcionalista, de su carácter
positivista y su optimismo ingenuo, como de las teorías de la reproducción y su
mecanicismo y pesimismo.
Para Banal, ese periodo está representado por tres propuestas teóricas:
 La sociología de la educación “interpetativa” de M. Young,
 La teoría de la resistencia de Willis y Giroux, y
 Los estudios de Genero y Etnia, al final de los ochenta.
La sociología Interpretativa, esta línea de investigación teórica y empírica se ajusta
estrictamente a la dirección que, según su Young, debió tomar la nueva sociología de la
educación a partir de los años setenta: desenmascarar la construcción social del
conocimiento educativo.  Frente a una sociología funcionalista de la educación centrada en
los procesos de socialización y selección el paradigma interpretativo considera que la
sociología de la educación ya no es concebible como un área de investigación distinta de
la sociología del conocimiento (Young, 1971) y reorienta la investigación hacia la
interacción entre profesor y alumnado, las categorías o conceptos utilizados por los
educadores y el currículum.

La aplicación del interaccionismo simbólico a la educación tuvo su mayor auge a finales de


los setenta, proporcionando un importante instrumental conceptual para el análisis de la
interacción en el aula y del carácter dinámico de las prácticas educativas, entendiendo que
los actores son los propios productores de sus acciones y de las mismas.
La sociología del currículum, también en los ochenta, se produce en los Estados Unidos un
desarrollo sustantivo sobre el estudio del currículum.  Sus estudios se dirigen
principalmente a identificar, en general, los procesos de tradición selectiva del
conocimiento escolar y, más concretamente, las pautas de discriminación en los libros de

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textos, su distorsión de la realidad social y sus importantes omisiones, bases, según los
autores, de legitimación del orden social.   Uno de los representantes de esta corriente fue
Apple, a quién se le designa la mejor muestra de lo que se denomina la sociología del
currículum, en un análisis a tres niveles el currículum explícito u oficial, el currículum oculto
y el currículum en uso.
Teorías de la Resistencia, aquí se reúne a aquellos autores que, sin cuestionar la no
neutralidad de la institución escolar, son críticos con el reduccionismo de las teorías de la
reproducción cultural (refiriéndose principalmente Bernstein y Bourdieu), viendo, en
principio, que los procesos sociales que tienen lugar en la escuela son el producto de
relaciones de clases o de género, que son dinámicas que delimitan las prácticas
educativas, a diferencia de los integracionistas, para quienes los procesos sociales que
tienen lugar en la escuela son el producto exclusivo de la interacción cotidiana entre los
distintos agentes educativos.
Aquí se destacan Willis y Giroux, quienes no sugieren que los actores están en
condiciones de producir colectivamente las significaciones necesarias para superar su
condición de opresión, donde la opresión de género o de raza pueden dar lugar a estudios
de las diferentes formas de resistencia cultural y social, que les ayude a liberarse de la
opresión que sea el caso.
Las dimensiones de género y etnia han tenido un importante protagonismo desde finales
de los ochenta, no quedando de lado el aspecto educacional de ambos , ya que se ha
buscado encontrar las deficiencias que podrían estarse creando a partir de sistemas
educativos que no toman en cuenta estos fenómenos en sus procesos de enseñanza.
Desde el punto de género, la investigación se ha centrado en las formas en que la
institución escolar reproduce unas determinadas relaciones sociales entre hombre y
mujeres, las investigaciones de género en la escuela han tendido a utilizar como marcos
teóricos, mucho de las teorías sociológicas de la educación que ya antes habían sido
utilizadas para evaluar la educación en general, como las teorías de la legitimación y
reproducción del orden social capitalista, sólo que aquí ha sido usada para probar la
legitimación y reproducción de un orden social machista.

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