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RESUMEN
(1) Agradecimientos:
Los editores invitados de este número especial están especialmente agradecidos por la confianza y el
cálido apoyo de Mª Antonia García-Benau y Carlos Larrinaga-González en este esfuerzo por avanzar en la
investigación de la contabilidad social, medioambiental y de sostenibilidad en España y mejorar la contabilidad de
interés público.
Fecha recibido: 24/10/2011
Revisado: 07/11/2011 Revista de Contabilidad-Revista Española de Contabilidad Vol. 14 - Nº Extraordinario
Aceptado: 25/11/2011 Pag. 187-21 1 ISSN: 1138-4891 Dep. Legal: MA-1436/97
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RESUMEN
El presente editorial aborda todas estas cuestiones e intenta vincularlas con los artículos
que conforman este número especial. Por lo tanto, el resto del editorial se estructura de la
siguiente manera. En la segunda sección se discutirá más a fondo la crisis de la
sostenibilidad y la necesidad de cambiar las actitudes apelando a los valores y al "ser
humano" en la esfera de la contabilidad. La tercera sección tratará el debate sobre el
binomio sostenibilidad-RSE, exponiendo la amenaza de la captura y sus implicaciones
para la sociedad democrática. La cuarta sección subrayará la necesidad de aumentar la
conciencia de la sostenibilidad y la educación contable responsable. En la quinta sección
se abordará brevemente la cuestión de la exploración de mecanismos para mejorar la
rendición de cuentas y la transparencia en las organizaciones e instituciones. Por último,
en las dos últimas secciones se presentarán los documentos incluidos en este número
especial y se concluirá el documento sugiriendo vías para seguir investigando.
Como argumenta Gray (2006) puede ser que la crisis ecológica planetaria sea inevitable,
pero ciertamente merece nuestra atención y merece esa atención pronto. Además, observa
que la sostenibilidad es una cuestión apremiante y exigente que nosotros, como especie, no
estamos abordando con suficiente diligencia. Además, Gray (2006) también alienta a los
estudiosos a responder a esas preocupaciones formulando preguntas de investigación más
claramente motivadas por cuestiones que importan
-como una forma de producir "valor en efectivo" en el sentido pragmático (p. 816). Esta
llamada de atención a las cuestiones que realmente importan debe estar necesariamente
ligada a una preocupación por el comportamiento ético en los individuos e instituciones de
cualquier tipo y a la preocupación por los valores.
El Manifiesto de las Naciones Unidas (ONU, 2009) proporciona un caldo de cultivo para
el debate sobre la contabilidad y la presentación de informes de responsabilidad social en
tiempos de "descenso/crisis de la sostenibilidad", señalando la cuestión de los valores
como un punto crítico para superar la crisis:
Bebbington, 2001; Bebbington, Brown y Frame, 2007; Springett, 2003; Milne, Kearins y
Walton, 2006; Dixon y Fallon, 1989; Gladwin, Kenelly y Krause, 1995; Milne, 1996;
Bebbington, 2009).
Además, Milne, Kearins y Walton (2006) sugieren que una importante paradoja en las
representaciones empresariales de la sostenibilidad se revela al abrir la comprensión
reduccionista de la metáfora de la "sostenibilidad como viaje". Destacan que al apelar a
esa metáfora, las empresas evitan especificar algunos estados de cosas deseables en el
futuro y, en consecuencia, el debate moral y político se sacrifica en aras de una ideología
continua de progreso que contribuye a hacer de la ortodoxia una noción de sostenibilidad
empresarial y de negocios más parecida a la sostenibilidad débil que a la fuerte. En una
línea similar, Springett (2003) observa que el discurso de las empresas sólo se ocupa
superficialmente del desarrollo sostenible.
En el debate sobre el discurso y la interpretación del desarrollo sostenible por parte de las
empresas, no se puede negar que la RSE ha surgido como un concepto más factible,
alcanzable y asequible para que las empresas aborden el programa de desarrollo
sostenible. De hecho, muchas organizaciones han utilizado la RSE para etiquetar sus
informes y los correspondientes departamentos y estructuras organizativas,
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"Esta ley tiene por objeto introducir en el sistema jurídico las reformas estructurales
necesarias para fomentar el desarrollo económico sostenible".
En la bibliografía sobre la GRI se han dado algunos ejemplos adicionales de este tipo de
reduccionismo y captura institucional (Moneva, Archel y Correa, 2006; Levy, Szejnwald y
Jong, 2010). La contribución de Moneva, Archel y Correa (2006) es un ejemplo del intento
de hacer visible la captura institucional de la GRI mediante la representación del camuflaje
de la insostenibilidad empresarial. La contribución de Levy, Szejnwald y Jong (2010)
representa una forma más sutil de representar la captura institucional apelando a la
controvertida política de gobernanza empresarial de la GRI y a la relativa debilidad de los
grupos sociales -como las ONG-, cuya capacidad empresarial institucional está
intrínsecamente limitada por el poder estructural de instituciones más amplias. En una
línea similar, Archel, Husillos y Spence (2011) analizan las recientes iniciativas de RSE
dirigidas por el gobierno en España y la institucionalización de la RSE en el país.
(2) Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible.
del discurso sobre la RSE, concluyendo que los procesos de consulta de las partes
interesadas legitiman los discursos dominantes sobre la RSE dando la impresión de un
diálogo democrático. Sostienen que la captura de la RSE por parte de las empresas está
arraigada en los procesos institucionales y ponen en tela de juicio el potencial de los
agentes de la sociedad civil para hacer avanzar la RSE en una dirección más difícil.
Análogamente, Livesey (2002a, pág. 343) plantea que si la presentación de informes
sociales de las empresas en relación con un triple balance final ha de convertirse en una
práctica institucionalizada del desarrollo sostenible, las empresas y sus consultores no
deberían ser las únicas partes interesadas que participen en su configuración y pide una
práctica más participativa y democrática.
"En el informe anual del año pasado, mi carta a los 'accionistas' se centró en las
estrategias de nuestra corporación para preservar nuestros resultados en el contexto
de una grave crisis económica. La carta de este año se dirigirá a los 'accionistas' y
se centrará en nuestras estrategias para revertir una crisis de sostenibilidad que
tiene implicaciones mucho más profundas para nuestra supervivencia que la
recesión actual".
También se han aportado ideas alternativas para hacer frente a la crisis económica. Así, la
idea del decrecimiento está surgiendo como respuesta a la triple crisis ambiental, social y
económica (Schneider, Kallis y Martínez-Alier, 2009). Estos autores definen el
decrecimiento sostenible como una reducción equitativa de la producción y el consumo
que aumenta el bienestar humano y mejora las condiciones ecológicas a nivel local y
global, a corto y largo plazo (p. 511). Aunque identifican diferentes movimientos y
fuentes intelectuales de decrecimiento3 , consideramos especialmente interesante
reflexionar sobre el relacionado con la búsqueda
3) Schneider, Kallis y Martínez-Alier (2009) subrayan cinco fuerzas intelectuales del decrecimiento (pág. 511). La
primera de ellas es culturalista. Proviene de los antropólogos que critican la idea de que los países del sur necesitan
seguir el modelo de desarrollo de los EE.UU. y Europa, la segunda fuente de decrecimiento es la búsqueda de la
democracia, la aspiración a determinar nuestro sistema económico y social, rompiendo el estrecho vínculo entre el
sistema político, el sistema tecnológico, el sistema educativo y de información, y los intereses económicos a corto
plazo. La tercera fuente es la ecología, la defensa de los ecosistemas y el respeto a los seres vivos en todas sus
dimensiones. La cuarta fuente está vinculada a lo que algunos autores llaman "el sentido de la vida" y a los
movimientos en torno a ella que hacen hincapié en la espiritualidad, la no violencia, el arte o la sencillez voluntaria. La
última fuente puede llamarse bio-economía o economía ecológica.
para la democracia, la aspiración a determinar nuestro sistema económico y social,
rompiendo el estrecho vínculo entre el sistema político, el sistema tecnológico, el sistema
educativo y de información, y los intereses económicos a corto plazo (p. 511).
"Las cuestiones más urgentes a las que se enfrentan las democracias modernas no
son el pluralismo, sino lo que significa la democracia y la comunidad cuando la
intervención pública y la toma de decisiones son realizadas por empresas que no
tienen ningún compromiso con las economías y comunidades locales (pág. 219)".
Gray y Collison (2002) sostienen que la única forma en que la contabilidad puede seguir
siendo una profesión, servir al interés público y responder a las exigencias de la
sostenibilidad es mediante una revisión importante de los títulos de contabilidad. Como
puede observarse, este asunto aún no se ha resuelto.
En una línea similar, considerando los desarrollos actuales de la globalización y las crisis
sistémicas de las que forma parte la contabilidad, Boyce (2008) pide a los profesores de
contabilidad de las universidades que aborden la necesidad de equilibrar los aspectos
humanísticos/formativos y profesionales de la educación. Sostiene que los educadores
de contabilidad y negocios tienen la responsabilidad especial de examinar la ética en el
contexto más amplio de la globalización.
En lo que respecta al caso español, el interés reciente por esta cuestión en la educación
superior se ha reflejado en la Estrategia Universidad 2015 propuesta por el Gobierno
español. Este proyecto tiene como objetivo introducir la sostenibilidad y la RSE en todos
los niveles de la Universidad (docencia, investigación y gestión) y plantea la necesidad de
incrementar los planes de estudio, en todas las disciplinas, sobre desarrollo social y
cultural, así como sobre valores humanos y cívicos (Martin y Moneva, 2011).
Detrás de todos estos argumentos siempre está la cuestión de cómo promover mejor los
cambios necesarios para que la sostenibilidad sea un elemento integral de la educación y
la práctica. Si el cambio se logra mejor a través de la regulación, o si es mejor tratar de
cambiar las actitudes y evitar la necesidad de aplicación es una cuestión abierta
(Broadbent, Laughlin y Alwani- Starra, 2010)
Por consiguiente, en este número especial se presenta esta cuestión como un posible tema
de investigación pertinente que debe examinarse. Por suerte, hay un artículo que trata del
papel de la educación en materia de sostenibilidad para los contadores.
Al vincularse con el sector sin fines de lucro, es necesario analizar otras formas
corporativas como las empresas cooperativas o las fundaciones. En España, el sector
cooperativo (y la economía social) es especialmente importante para el empleo -cerca de
un millón de puestos de trabajo5. Estudios recientes muestran que la RSE y la
presentación de informes tradicionales no es un mecanismo adecuado de rendición de
cuentas para las empresas cooperativas (Mayo, 2011).
En esta sección presentamos los documentos incluidos en este número especial. Las cuatro
contribuciones seleccionadas ofrecen interesantes perspectivas sobre el tema de la "crisis y
disminución de la sostenibilidad" que hemos presentado.
Fernández-Chulián (2011) ofrece una reseña de los posibles beneficios de abordar las
cuestiones de sostenibilidad dentro de los planes de estudio de los estudios
empresariales/de gestión. A través del debate sobre la metodología de enseñanza y las
opiniones de los estudiantes de un curso de contabilidad social y ambiental para
estudiantes de cuarto año de una licenciatura de estudios empresariales en una universidad
española, el autor ofrece una visión desafiante sobre el papel de la educación contable para
la sostenibilidad. Además, nos permite reflexionar sobre la educación como un tema crítico
para fomentar el cambio de actitudes y comportamientos de los estudiantes, infundiéndoles
ciertos valores que podrían afectar a su ámbito personal y profesional. Este reto ayudará
progresivamente a contrarrestar las razones morales y culturales adversas, e incluso
pesimistas, que subyacen a la crisis.
Horrach y Socias-Salvà (2011) abordan la economía del tercer sector analizando las
divulgaciones de información social voluntaria de las empresas sociales en las Islas
Baleares, basándose en un enfoque teórico de las partes interesadas y, más concretamente,
en la contribución de Ullmann (1985) en un intento de aclarar su marco estratégico y las
razones para divulgar información sobre sostenibilidad. Los autores confirman que las
organizaciones con mayores niveles de divulgación son grandes organizaciones con una
estrategia activa hacia sus interesados, aunque el tamaño no puede considerarse
específicamente como un determinante claro del nivel de divulgación o del punto de
vista estratégico activo hacia los interesados. Además, sostienen que en las
organizaciones pequeñas la dependencia del Gobierno es el determinante más claro de
una divulgación social tibia y que, en todo caso, la transparencia cumple una función
utilitaria y de rendición de cuentas para obtener la aprobación del grupo de interesados
dominante.
Aunque su estudio es más bien exploratorio, representa un útil intento inicial de
reflexionar sobre los matices de la importancia de la responsabilidad social y la
sostenibilidad en las organizaciones del tercer sector y la complejidad del tercer sector
abriendo nuevas vías de investigación en este campo inexplorado en la literatura española
de contabilidad social y ambiental.
Analizando el riesgo sistemático alcanzado por las empresas españolas que operan en el
sector de las energías convencionales -gasolina, electricidad y gas- y en el sector de las
energías renovables de 2007 a 2010, Ortas y Moseñe (2011) muestran que las empresas
que operan con energías renovables obtienen niveles de riesgo sistemático más bajos que
las que operan en el sector empresarial de las energías convencionales. Los autores
destacan que las iniciativas empresariales con niveles más altos de desempeño social y
ambiental confirieron más calma/confianza a las partes interesadas. Además, en períodos
de recesión económica, las empresas que operan en el sector de las energías renovables
son valoradas positivamente por los distintos interesados, en particular por el grupo de
inversores interesados, que prestan más apoyo a esas iniciativas. Además, Ortas y Moseñe
(2011) sugieren que, en épocas de crisis y recesión económica como la actual, una
transición o cambio hacia iniciativas empresariales basadas en la energía renovable
también podría ofrecer oportunidades para ambas, facilitando una salida más rápida de la
crisis, así como fomentando un mejor desempeño ambiental en términos de preservación
del medio ambiente. Aunque esta contribución argumenta un caso de negocio para la
sostenibilidad en la industria de la energía renovable -que ha sido un tema tan
controvertido en la literatura de contabilidad social y ambiental-, también subraya el papel
instrumental de la "inversión en sostenibilidad" en la generación de empleo a largo plazo
y, por consiguiente, para hacer frente a una de las preocupaciones más destacadas que
existen hoy en día en España.
7 CONCLUSIONES