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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“DERECHOS HUMANOS”

PRESENTADO POR:

ASIGNATURA:
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE DATOS

DOCENTE RESPONSABLE:

CICLO:

PUCALLPA – PERÚ
2020
INTRODUCCIÓN

Los derechos humanos son en la actualidad un pilar fundamental en el


reconocimiento de la persona tanto en su individualidad como en su
colectividad, de igual manera son los derechos humanos la fuente para que las
sociedades modernas evolucionen en todos los ámbitos como el cultural,
político, económico y social reconociendo como base de dicha evolución y
progreso a la persona en todas sus dimensiones.

La importancia fundamental de los derechos humanos ha sido reconocida


universalmente desde la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, en un contexto
de numerosos conflictos, emergencias humanitarias y graves violaciones del
derecho internacional, es aún más crucial que las respuestas políticas se
encuentren firmemente enraizadas en los derechos humanos y que los Estados
cumplan con las obligaciones vinculantes que contrajeron al ratificar los
tratados internacionales de derechos humanos.

Los derechos humanos protegen nuestra dignidad, estableciendo que cualquier


situación que atente en contra de ella, desconoce nuestro valor como
personas. Esto significa que se reconoce a todas y cada una de las personas el
derecho a vivir libres de la intervención arbitraria del Estado y a solicitar al
Estado que realice determinadas acciones para que podamos gozar de una
vida más plena. Es decir, por una parte nos aseguran que el Estado, a través
de sus distintos órganos y poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y de la
acción de sus funcionarios, funcionarias e integrantes de las Fuerzas Armadas,
de Orden y de Seguridad, respetará nuestros derechos y no cometerá abusos o
discriminaciones en contra nuestra. Por otra parte, se establecen para el
Estado otras dos obligaciones: la de realizar acciones que permita que
desarrollemos nuestra vida de la mejor forma posible, tanto personal como
colectivamente, y, la de evitar que otras personas o instituciones limiten o
impidan el goce de nuestros derechos.

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DERECHOS HUMANOS

1. DEFINICIÓN.

Desde el punto de vista jurídico los Derechos Humanos se han convertido


en normas positivas por la voluntad y la gestión de la comunidad
internacional, en cuyos foros regionales y en la asamblea general de las
naciones unidas, se ha venido desarrollando el cuerpo normativo que hoy
conocemos como Derecho internacional de los Derechos Humanos.
[ CITATION GAR15 \l 10250 ]

Siguiendo ahora lo expuesto por el sicoanalista social Fernando Garrido,


quien ha tomado la sociología para explicar ciertos fenómenos de la
sociedad y la explicación de por qué se han desarrollado los fascismos y las
violencias en los últimos tiempos, se interpreta que los seres humanos
tienen dos posibilidades. Una la de desarrollar: potencia creadora, y la otra
la de desarrollar: potencia de destrucción. Significa lo anterior que se
desarrolla la creatividad o potencia para el bien o para lo que le hace bien a
la vida o el desarrollo de potencia para lo que le hace mal a la vida. Y de ahí
la explicación de fenómenos y regímenes que atentan contra la humanidad
y hoy son una amenaza constante.[ CITATION GAR151 \l 10250 ]

Luigi Ferrajoli, expresa que Derechos Humanos son: "Todos aquellos


derechos subjetivos que corresponden universalmente a todos los seres
humanos dotados del status de personas, de ciudadanos o personas con
capacidad de obrar”.

Para el tratadista Pedro Pablo Camaro: “Los Derechos Humanos son


facultades inherentes al ser humanos que ha de ejercer para poder
satisfacer sus necesidades individuales, sociales, tanto físicas como
espirituales”.

En este sentido se puede definir a los Derechos Humanos como: El


conjunto de facultades inherentes al ser humano que pueden entenderse

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como el mecanismo que permite que las personas puedan convivir en paz y
relacionarse con otras.

2. RESEÑA HISTÓRICA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Desde épocas remotas se busco frenar los abusos de los fuertes frente a
los débiles; así surgen diversas ideas para combatir la opresión.

En la Grecia antigua en ningún momento se llegó a construir una “noción de


dignidad humana frente a la comunidad que se pudiera articular en forma de
derechos, sino que se entendió que las personas pertenecían a la sociedad
como partes de un todo y eran los fines de ésta los que prevalecían”.
[CITATION Fun88 \p 19 \l 10250 ]

En Roma se garantizan estos derechos, pero únicamente a los ciudadanos


romanos que eran los que podían formar parte en el gobierno, elección de
funcionarios, administración de justicia, etc.

Otro antecedente en esta materia es la Carta Magna de Juan sin Tierra


(1215), que marca el inicio de las declaraciones de los derechos de los
súbditos frente a la monarquía, demostrando mayor preocupación por el
hombre y sus derechos. En esta carta los Derechos Humanos son
plasmados por primera vez de manera escrita, pero a pesar de su
reconocimiento los príncipes de la época nunca admitieron que
constituyeran un límite de su poder soberano.

La primera noción de derechos humanos es fruto de las revoluciones


burguesas. Empieza a estructurarse en Inglaterra, se desarrolla en forma
profunda durante la guerra de independencia norteamericana, hasta tomar
cuerpo con la Revolución Francesa.

Desde la creación de Naciones Unidas se han proclamado múltiples


declaraciones internacionales en materia de Derechos Humanos
comprometiendo a los estados a cumplir con las disposiciones de los
tratados en pro del bienestar de los seres humanos tanto a nivel nacional
como internacional.

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3. FUNDAMENTACIÓN DERECHOS HUMANOS.

Los Derechos Humanos se fundamentan en la naturaleza humana ya que


tales derechos son inherentes al ser humano por ser tal.

Cicerón encuentra el fundamento de estos derechos en la recta razón, que


es la encargada de discernir lo bueno de la conducta humana como justo y
verdadero y lo malo como injusto.

Para San Pablo, Santo Thomas de Aquino y San Agustín propugnaron el


concepto de que los Derechos Humanos se fundamentan en la dignidad
humana que nace del propio hombre.

Filósofos como Rosseau, Montequieau, Hobbes, Locke reviven las doctrinas


del derecho natural.

Bobbio, manifiesta “cómo sería posible querer plantear el problema del


fundamento de dichos derechos, cuando no somos siquiera capaces de
otorgar una noción precisa sobre su significado” [CITATION Bob81 \p 20 \l 10250 ]

4. OBJETIVOS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

El objetivo primordial de los derechos humanos está directamente


relacionado con el goce de las libertades y garantías individuales del ser
humano, con su bienestar y protección en general. Para alcanzar este
propósito es necesario que en las legislaciones de todos los países sean
reconocidos estos derechos de la misma forma que lo hace la “Declaración
Universal de los Derechos Humanos”, cuyo objetivo es alcanzar el pleno
reconocimiento y vigencia de los derechos humanos, tanto a nivel interno
como internacional.

El objetivo primordial de los derechos humanos está directamente


relacionado con el goce de las libertades y garantías individuales del ser
humano, con su bienestar y protección en general. Para alcanzar este

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propósito es necesario que en las legislaciones de todos los países sean
reconocidos estos derechos de la misma forma que lo hace la “Declaración
Universal de los Derechos Humanos”, cuyo objetivo es alcanzar el pleno
reconocimiento y vigencia de los derechos humanos, tanto a nivel interno
como internacional.

Luego de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 se


elaboraron numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos de
tipo general o específico, universal o regional, que empezaron a entrar en
vigencia a partir de la década del setenta con especial fuerza. Estos
instrumentos se inspiraron en la Declaración Universal y por esa razón
persiguen los mismos objetivos en pro de la dignidad humana.

Así, los derechos proclamados en los mismos deben ser reconocidos y


respetados para no caer en actos que no están acordes con la aspiración
más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres
humanos, estén libres del temor y miseria, que disfruten de sus libertades
en un ambiente de paz y equidad.

5. RESTRICCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

La vigente Constitución resalta en el numeral cuarto del articulo once


“ninguna norma jurídica podrá restringir el contenido de los derechos ni de
las garantías constitucionales”, así mismo el numeral quito del mismo
artículo establece que en materia de derechos y garantías constitucionales
se “deberá aplicar la norma e interpretación que más favorezca su efectiva
vigencia”

El artículo 30 de la Convención Americana de Derechos Humanos,


establece que las restricciones permitidas por ella al goce y ejercicio de los
derechos humanos no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se
dicten por razones de interés general , sin embargo, no es posible
interpretar la expresión leyes, utilizada en el artículo 30, como sinónimo de
cualquier norma jurídica, pues ello equivaldría a admitir que los derechos
fundamentales pueden ser restringidos por la sola determinación del poder

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público, sin otra limitación formal que la de consagrar tales restricciones en
disposiciones de carácter general.

De acuerdo a la Corte Interamericana la invocación al interés general


significa que tales restricciones deben ser dictadas en función del bien
común, elemento integrante del orden púbico del estado democrático.
Además el contenido de ambos conceptos, orden público y bien común, en
cuanto se invoquen como fundamento de las limitaciones de los derechos
humanos, deben ser objeto de una interpretación ceñida a las exigencias de
una sociedad democrática, que tenga en cuenta el equilibrio entre los
distintos intereses en juego.

Los Estados deben organizar su estructura interna de manera que asegure


el pleno goce de los derechos humanos, sin embargo, paradójicamente la
restricción de algunos de estos derechos es una forma de garantizar el bien
común.

Por lo tanto, cualquier acción que afecte los derechos básicos debe ser
prescrita por una ley aprobada por el Poder Legislativo y debe ser
congruente con el orden jurídico interno.

6. SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS.

El artículo 3 de la vigente Constitución ecuatoriana consagra que el “más


alto deber del estado es el de garantizar sin discriminación alguna el
efectivo goce de los derechos establecidos en la Constitución y en los
instrumentos internacionales” (…)[CITATION Dáv89 \p 124 \l 10250 ].

Sin embargo, la suspensión de los derechos humanos está autorizada por


la normativa nacional, acuerdos regionales e internacionales.

La declaración de excepción no constituye una autorización genérica y


generosa a los Estados para que incumplan cuando quieran y como quieran
las obligaciones internacionalmente asumidas. Sino, por el contrario, resulta
un mecanismo excepcional, cargado de requisitos formales y sustanciales,
pensado para limitar y no para ampliar las prácticas abusivas llevadas a
cabo con anterioridad por los gobiernos.
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 Motivos y plazos para detectar las situaciones de excepción.

De acuerdo al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos los


regímenes de excepción deben decretarse cuando se ponga en peligro
la vida de la nación (Art. 4 PIDCP). La Convención Americana de
Derechos Humanos es más restrictiva y establece que solamente se
adoptara en caso de guerra, peligro público o de otra emergencia que
amenace la independencia y seguridad del estado (Art. 27.1 CADH). El
Convenio Europeo de derechos Humanos señala que la declaratoria es
posible en casos de peligro público que amenace la vida de la nación,
(Art. 15 CEDH)

 Suspensión de los derechos.

Sabemos que la obligación primordial del estado es respetar y garantizar


los derechos humanos, pero asimismo se admite que esa obligación en
circunstancias excepcionales se puede suspenderse.

Al respecto el artículo 27 de la Convención Americana de Derechos


Humanos instituye que en caso de guerra, de peligro público o de otra
emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado
Parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el
tiempo estrictamente limitados a las exigencias de la situación,
suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta Convención,
siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demás
obligaciones que les impone el Derecho internacional y no entrañen
discriminación alguna.

7. APLICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Marco Aparicio Wilhelmi en su obra “Derechos: enunciación y principios de


aplicación”, manifiesta que la lectura del listado de principios de aplicación
nos arroja como conclusión que, en materia de derechos, la voluntad
constituyente supone una decidida reacción frente al carácter meramente
programático, declarativo del reconocimiento de derechos.

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Como sabemos, una de las carencias más significativas y preocupantes del
constitucionalismo de los últimos tiempos ha sido que la incorporación de
nuevos derechos, especialmente de derechos sociales, económicos,
culturales y ambientales, se ha producido a cambio de debilitar, cuando no
de hacer desaparecer, los mecanismos que aseguran su exigibilidad, que
deviene de su propio carácter constitucional, es decir, su especial
capacidad de resistencia frente a la actuación de poderes públicos y
privados, incluida la propia Asamblea legislativa.

8. DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los tratados de minorías como consecuencia de la finalización de la


Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la irrupción de los apátridas y
refugiados en el período entre las dos guerras mundiales llama la atención
sobre la cuestión de la nacionalidad para el goce de los Derechos
Humanos. En Los orígenes del totalitarismo, uno de los libros de mayor
importancia de Hannah Arendt, la filósofa sostiene que “Llegamos a ser
conscientes de la existencia de un derecho a tener derechos y de un
derecho a pertenecer a algún tipo de comunidad organizada sólo cuando
emergieron millones de personas que habían perdido y que no podían
recobrar estos derechos por obra de la nueva situación política
global”[CITATION ARE02 \p 247 \l 10250 ]

Luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), casi dos siglos después


de las Declaraciones de 1776 y 1789, la posibilidad misma de la puesta en
práctica de “actos de barbarie ultrajantes a la conciencia de la humanidad” –
esto es, la experiencia del horror a escala mundial– condujeron a la
Asamblea de las Naciones Unidas a la formulación de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos en diciembre de 1948. La singularidad
de este documento radica en que por primera vez y más allá de las
particularidades nacionales, un conjunto amplio de Estados reconoce la
necesidad de consensuar “una concepción común de estos derechos y
libertades” a fin de asegurar a todas las personas el respeto y garantía para
su ejercicio, independientemente de sus determinaciones existenciales. La
Declaración Universal reconoce la condición humana independientemente

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de la raza, la religión, el color, el sexo, origen nacional o social, y otras
características culturales y sociales. También especifica que “no se hará
distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del
país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona”. [ CITATION ARE54 \l
10250 ]

9. CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS

El autor [CITATION Sil041 \p 31 \l 10250 ] apunta que son características de los


derechos fundamentales las siguientes:

 Universalidad. La universalidad hace énfasis en que la cuestión de los


derechos humanos no es sólo un asunto de cada Estado, sino de la
comunidad internacional.

 Historicidad. La historicidad se refiere a tres aspectos diversos: a) la


evolución de la civilización; b) nuevos problemas, necesidades y retos, y
c) el contexto social y cultural de cada país

 Progresividad. Implica que su concepción y protección nacional,


regional e internacional se va ampliando irreversiblemente, tanto en lo
que se refiere al número y contenido de ellos como a la eficacia de su
control.

 Aspecto protector. Se ampara a toda persona humana, en virtud de


que hasta el más poderoso puede llegar a necesitarlo, incluso se ha
llegado a sostener que los derechos humanos no deben proteger sólo a
la persona sino también a la comunidad nacional; sociológica y
políticamente a toda la nación

 Indivisibilidad. Implica que todos los derechos, ya sean civiles,


políticos, económicos, sociales, culturales o de solidaridad forman una
unidad

 Eficacia directa. Significa que los derechos humanos reconocidos en la


Constitución y en los instrumentos internacionales ratificados por un país
vinculan obligatoriamente a todos los poderes públicos —Ejecutivo,

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Legislativo, Judicial y Órganos Constitucionales Autónomos—, así como
a autoridades, grupos y personas.[CITATION Fer07 \p 363 \l 10250 ]

10. LA ARMONIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Eduardo Novoa afirma que resulta casi contradictorio —y así me parece—


suponer que dos o más derechos humanos puedan entrar en colisión o
pugna entre sí, sin embargo, se dan situaciones en que la vida privada de
una persona “choca” con la necesidad de otras de poseer una mayor
información sobre lo que acontece en la vida social. Es decir, de acuerdo
con su pensamiento se dan casos en los cuales el derecho a la vida privada
se presenta como “opuesto” a la libertad de información, a la cual tienen
derecho los demás miembros de la sociedad. [CITATION Nov81 \p 9 \l 10250 ]

Miguel Urabayen sostiene que entre los derechos a la intimidad y a la


información hay que encontrar un equilibrio, porque ambos son de esencial
y equivalente importancia, pero de no ponérseles límites, cada uno tratará
de anular al otro. De inmediato agrega que como el interés general priva
sobre el particular, “podría partirse de la base de que el derecho a la
información es la regla y el derecho a la intimidad la excepción” [CITATION
Ura77 \p 349 \l 10250 ]

Zannoni y Bíscaro se refieren a los límites internos de la libertad de


expresión —la verdad y la actitud del informador hacia la verdad— y a los
externos: el establecimiento de adecuados equilibrios si se suscita un
“conflicto” con otro u otros derechos fundamentales, como puede acontecer
en el caso del derecho a la privacidad o intimidad, que posee igual
excelencia y jerarquía formal que aquél. Estos autores precisan que los
derechos fundamentales no prevalecen unos sobre los otros, como principio
a priori.[ CITATION Zan02 \l 10250 ]

11. LEGISLACIÓN EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS

El autor[CITATION Don94 \p 303-305 \l 10250 ] indica que con el paso del tiempo,
se han instaurado distintos “regímenes” con los cuales se pretende velar por
la protección de los derechos fundamentales, siendo así que se puede

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dividir en internacional y nacional. En el primer caso se subdivide en el
sistema universal o mundial y el sistema regional.

[CITATION Sil04 \p 31 \l 10250 ] señala que el sistema universal abarca los


instrumentos emanados por la ONU, y sus principales órganos son la
Asamblea General de la ONU, la Corte Internacional de Justicial, el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, y la Comisión de
Derechos Humanos.

12. DERECHOS HUMANOS Y CIVILIDAD POLÍTICA

Desde Aristóteles, pasando por Kant y Locke hasta llegar a Tockeville, los
grandes filósofos políticos se han pronunciado en contra de una democracia
puramente numérica, pues ésta puede transformase de gobierno de las
mayorías en tiranía sobre las minorías. Hoy en día, sin embargo, la idea de
democracia ha ido agregando nuevos elementos a los puramente
numéricos, de modo que cuando se habla de régimen democrático, se
sobreentienden además elementos delegativos, participativos, discursivos y,
no por último, ciudadanos y/o cívicos.

Es debido a la insuficiencia que muestra el término democracia como


gobierno de la mayoría, que la filosofía política de nuestro tiempo ha ido
recurriendo a una denominación complementaria como campo de
cumplimiento de derechos: el de la sociedad civil. El vocablo por cierto, no
es unívoco, y se ha ido reconfigurando a sí mismo a partir de distintas
experiencias históricas.

En la filosofía hegeliana se entiende como sociedad civil aquel espacio no


definitivamente absorbido por el Estado, pero que ya ha creado formas y
medios de autorreproducción mediante la lucha de los humanos en función
de su reconocimiento, de modo que ese espacio se forma sólo a partir de la
ausencia de reconocimiento.

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Como es posible observar independientemente de todas esas
connotaciones, el solo recurso a la idea de sociedad civil señala la
insuficiencia de la noción democrática para explicar por sí misma la
articulación y desarticulación de los antagonismos. En otros casos, a la
democracia como mayoría, o como forma de gobierno, se agregan distintos
atributos (republicana, deliberativa, delegativa, discursiva, etc.). Todos esos
atributos tienden a otorgar a la democracia una cualidad adicional que
sobrepase la pura decisionalidad mayoritaria, lo que significa que el tema de
las minorías es un problema constante a cada formación democrática. Por
cierto, hay quienes suponen que para las diferencias que se producen entre
mayorías y minorías basta una buena institucionalidad amparada en buenas
leyes. No obstante, una democracia institucionalizada asegura cuando más
el funcionamiento correcto de los procedimientos legales, no siendo
suficiente para encarar conflictos que se plantean, antes que en términos de
legalidad, en los de legitimidad. Es, por ejemplo, el caso de las culturas
minoritarias que deben coexistir con las mayoritarias en el marco de una
misma nación.

Estos derechos no se encuentran, naturalmente, por encima los derechos


que representa o que se adjudica el Estado, pues surgieron sobre la base
de diferentes derechos nacionales y estatales establecidos. Pero a la vez,
desde que fueron inventados esos derechos humanos universales y no
estatales, basados no sólo en la legitimidad de la legalidad, sino que en la
legitimidad a secas –y por el solo hecho de que las naciones los suscriben
al ingresar a la ONU–, los derechos del Estado deben ajustar la legalidad
que poseen a esa legitimidad extraestatal, por muy simbólica que ella sea y
por muy escasa que sea su ejecutividad.

No porque las leyes sean leyes han de ser siempre legítimas, pues como es
sabido hasta las dictaduras las promulgan. Incluso una democracia
puramente numérica, es decir, basada en el sobrepeso de una mayoría,
puede promulgar, sin problemas, leyes en contra de determinadas minorías,
las que al no estar representadas en esos preceptos se encuentran frente a

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la disyuntiva de o someterse a leyes que las niegan o rebelarse en contra
de una legalidad que consideran ilegítima.[ CITATION Kan98 \l 10250 ]

Desde una perspectiva formal, sería fácil concluir que los derechos
humanos, en tanto no están enclavados en ninguna Constitución planetaria
que asegure su ejecutividad, son más simbólicos que reales, y por lo tanto,
pertenecen más al campo de la legitimidad que al de la legalidad. Pero, por
otra parte, hay que tomar en cuenta que casi cada Estado, sobre todo si se
trata de uno democrático, es portador legal de la legitimación derecho-
humanista, y que proceder en favor de un movimiento no legal pero legítimo
significaría actuar en contra del propio medio transmisor y ejecutor de los
derechos humanos, que no puede ser sino el Estado.

Las reservas de civilidad que hacen posible que en determinadas naciones


los habitantes cuestionen gobiernos antipolíticos –como son entre otros, los
dictatoriales– no sólo anidan en el pasado, sino que también, gracias
precisamente a que llegaron a existir una vez diferentes ordenes
democráticos, pueden ubicarse en un lugar supranacional, geográficamente
indeterminado, más allá de todo Estado. Esos derechos humanos jamás
habrían surgido si no hubieran existido Estados, pero a la vez no son la
simple representación de los Estados, y en muchos casos son y han sido
usados como arma legítima en contra de la legalidad de Estados
ilegítimamente constituidos.

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CONCLUSIÓN

El tema de los derechos humanos domina progresivamente la relación de la


persona con el poder en todos los confines de la tierra. Su reconocimiento y
protección universales representa una revalorización ética y jurídica del ser
humano como poblador del planeta más que como poblador del Estado. Los
atributos de la dignidad de la persona humana, donde quiera que ella esté y por
el hecho mismo de serlo prevalecen no solo en el plano moral sino en el legal,
sobre el poder del Estado, cualquiera sea el origen de ese poder y la
organización del gobierno.

Un sistema de protección que no tenga bandera, del cual todos seamos parte
con el firme compromiso de trabajar para que realmente sea efectivo,
promocionarlo hasta el grado en que adquiera solidez y no exista un gobierno
capaz de librarse de su fuerza. Mientras las sociedades no acepten o no
entiendan la importancia de respetar los derechos humanos, el atropello a los
mismos seguirá siendo un problema de grandes proporciones.

Se considera importante señalar que no es concebible existan países que no


acepten la las recomendaciones y fallos de organismos internacionales de
derechos humanos y más bien decidan alejarse del sistema de protección de
derechos humanos, fortaleciendo así un obstáculo que es necesario atravesar
para que realmente las personas y el mundo crean en que sí es posible un
mecanismo efectivo de protección y promoción de derechos humanos.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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