Para una prevención efectiva de malezas es necesario empezar desde la implementación

del cultivo, antes de la siembra de cualquier especie se debe hacer una evaluación de las
malezas que se presentaron en el cultivo anterior de tal forma que se pueda establecer
cuáles de ellas son inconveniente para la futura siembra en caso de que sea un cultivo
diferente al anterior. Se puede recurrir a una labranza para la disminución de la
emergencia de estas con la exposición de las raíces y brotes jóvenes al sol.

La época de siembra y la ordenación espacial del cultivo puede ayudar a la disminución

de las malezas debido a la competencia que se puede generar entre estas, con la
ubicación de las plantas de manera estratégica.

La rotación de cultivos es fundamental para la prevención y reducción de malezas ya que

estas pueden variar dependiendo del cultivo que se establezca, esto ayuda a reducir
malezas que hayan tenido gran incidencia en cultivos anteriores favoreciendo a la
competencia que estas generan respecto a luz y nutrientes.

La fertilización se debe hacer cuidadosamente preferiblemente tratar de implementarla

localizada como en riego por goteo en los cultivos que sea factible o directamente a la
plata, para que la reciba solo el cultivo y no por ejemplo las calles en las cuales pueden
encontrarse algunos brotes que fertilizándose pueden tener un desarrollo de mayor
competencia para el cultivo.

La aplicación de herbicidas antes durante y después podría ser una de las ultimas
medidas tomadas debido a la toxicidad que estos productos causan para la población viva
en general, especialmente si la dosificación aplicada no es la recomendada lo que puede
traer como consecuencia la muerte de plantas que no se deberían verse afectadas así
mismo la intoxicación de la mismas. Sin embargo, en muchos casos es muy utilizada al
iniciar el cultivo quemando todas las malezas que quedaron después de las cosechas
muchas veces obteniendo resultados favorables en el proceso de producción del cultivo.