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Por Luis Martín Bogdanovich, arquitecto

El Centro Histórico de Lima, como ningún otro lugar ha sido testigo de acontecimientos que han
marcado la historia de nuestra patria. En sus plazuelas y calles, al interior de sus iglesias, patios y
claustros; entre balcones, cúpulas y campanarios, al pie del cerro San Cristóbal y a la vera del
Rímac, yace nuestra memoria, nuestra identidad, nuestro legado[1].

La necesidad del distanciamiento social, en el marco de la lucha contra el Covid-19, aceleró la


implementación de medidas orientadas a la peatonalización de algunas de sus calles. Dichas
acciones no son improvisadas ni aisladas, sino son parte de un ambicioso Plan Maestro mediante
el cual se proponen una serie de medidas orientadas a la recuperación integral del valor universal
excepcional por el cual fue inscrito en la lista del patrimonio mundial de UNESCO, en 1991.  

“La necesidad del distanciamiento social, en el marco de la lucha contra el Covid-19, aceleró la
implementación de medidas orientadas a la peatonalización de algunas de sus calles. Dichas
acciones no son improvisadas ni aisladas, sino son parte de un ambicioso Plan Maestro.”

Décadas de abandono e intervenciones urbanas y arquitectónicas alejadas de los principios


rectores de conservaciones y recuperación de zonas monumentales, han llevado al CHL al
avanzado estado de degradación presente. La falta de claridad en la visión y metas establecidas,
sumadas a la debilidad de la estructura institucional necesaria [2] y la ausencia de una política de
gobierno que priorice la recuperación del CHL, han dejado consecuencias innegables.  

Hace pocos meses, en diciembre de 2019, la Municipalidad de Lima, aprobó el Plan Maestro del
CHL al 2028 y su Reglamento Único de Administración, marcando un hito en el largo camino que
habrá que recorrer para la recuperación integral y progresiva del sitio.  A dichos instrumentos se
suman otros de gestión, como el Plan Operativo Institucional y Reglamento de Organización y
Funciones, la Programación Multianual de Inversiones y la recientemente creada Unidad
Formuladora y Ejecutara de Inversiones del Programa Municipal para la Recuperación del CHL –
PROLIMA.   Junto a ello se viene desarrollando un paquete de reglamentos complementarios,
como son los DAET (derechos adicionales de edificación transferibles) para el financiamiento de la
restauración del patrimonio material, o los bonos de promoción de vivienda de interés social,
entre otros, con la finalidad de recuperar las zonas monumentales, conservando su integridad y
autenticidad[3].

“(…) En diciembre de 2019, la Municipalidad de Lima, aprobó el Plan Maestro del CHL al 2028 y su
Reglamento Único de Administración, marcando un hito en el largo camino que habrá que recorrer
para la recuperación integral y progresiva del sitio.”

IMPLEMENTANDO EL FUTURO: LA PETONALIZACIÓN


En el contexto de las medidas frente al covid-19, dictadas por el gobierno nacional, y frente a la
necesidad de disponer estrategias orientadas a promover el distanciamiento social, se activó de
manera inmediata la implementación provisional de lo que será el futuro de la ciudad,
recuperando para el peatón los espacios públicos bajo las directrices establecidas en el Plan
Maestro del CHL.  Lo que sigue es el desarrollo de los expedientes técnicos para la ejecución del
proyecto de inversión pública. Estas intervenciones de urbanismo táctico permitirán hacer los
ajustes necesarios al planteamiento final; constituyendo “la avanzada” hacia la recuperación
integral del CHL según lo proyectado y normado. No son acciones aisladas, sino que responden a
un plan estructurado.

“En el contexto de las medidas frente al covid-19 se activó de manera inmediata la


implementación provisional de lo que será el futuro de la ciudad, recuperando para el peatón los
espacios públicos bajo las directrices establecidas en el Plan Maestro del CHL.”

Con el ensanchamiento peatonal de las cuadras 6, 7 y 8 de jirón Camaná se han ganado 1500 m²
de espacio habitable, y plantado 50 árboles con sus respectivos alcorques, convirtiendo una vía de
mayor sección subutilizada y sin flujo vehicular, en un paseo lineal, recuperando la antigua sección
vial de la calle.[4]

Por otro lado, en el jirón Ocoña se ganaron 300 m2, ensanchando la sección peatonal.
Adicionalmente se ha dispuesto la señalización horizontal y los reductores de velocidad para
contribuir a la educación de los conductores sobre las nuevas formas de uso de las vías de la
ciudad.

Así mismo, se han ganado 3200 m2 para beneficio del peatón en las cuadras 10 y 11 de jirón de la
Unión, convirtiendo esta calle en la principal arteria de interconexión de todo el CHL: desde el
Paseo de los Héroes Navales hasta la iglesia de san Lazaron en el Rímac. Con ello, los transeúntes
podrán conectarse con otros ejes peatonales, facilitando el acceso a los distintos medios de
transporte, contribuyendo a la reducción de los gases contaminantes y al distanciamiento social.

Prueba de lo acertado de estas acciones son los resultados positivos de la peatonalización de jirón
Ancash, Carabaya, Ica y Ucayali, que han permitido reorientar las dinámicas urbanas hacia usos
más compatibles con la conservación patrimonial.

“Prueba de lo acertado de estas acciones son los resultados positivos de la peatonalización de jirón
Ancash, Carabaya, Ica y Ucayali, que han permitido reorientar las dinámicas urbanas hacia usos
más compatibles con la conservación patrimonial.”

LOS MITOS SUPERADOS

La formulación del Plan Maestro permitió también reconsiderar inexactitudes incorporadas y


normadas en el anterior reglamento de administración del CHL. Por ejemplo, la incompatibilidad
entre el arbolado urbano y las calles del CHL, así como la prohibición absoluta a todo tipo de arte
mural.
La adecuada implementación de su reglamento y dispositivos complementarios demostrarán que
los valores históricos son compatibles con la arquitectura contemporánea de calidad, que
peatonalizar calles reactiva la economía local, reduce la contaminación y aminora la congestión,
toda vez que desincentiva el ingreso vehicular al centro, y que el incremento de alturas no sería la
única respuesta a la necesidad de atraer inversión privada.

“La adecuada implementación de su reglamento y dispositivos complementarios demostrarán que


los valores históricos son compatibles con la arquitectura contemporánea de calidad, que
peatonalizar calles reactiva la economía local, reduce la contaminación y aminora la congestión,
toda vez que desincentiva el ingreso vehicular al centro, y que el incremento de alturas no sería la
única respuesta a la necesidad de atraer inversión privada.”

Con la aprobación del plan maestro del Centro Histórico de Lima se inicia una nueva etapa, esta
vez con un instrumento de gestión firme que guiara su recuperación integral por los próximos
años.  Tarea titánica, por cierto, aunque llena de esperanza por las mejores sustanciales que
vendrán en los próximos meses y que esperemos continúen hasta su total recuperación.

DATO: El Centro Histórico de Lima tiene un área total de 1,033 hectáreas, además de 678
inmuebles declarados monumento, 1292 inmuebles de valor monumental, 25 inmuebles de valor
monumental moderno, 64 ambientes urbano-monumentales y un centenar de esculturas públicas.
Es el centro histórico del Perú, con mayor cantidad de monumentos, iglesias, conventos,
monasterios, museos y bienes culturales muebles. Atesora, además, el Archivo General de la
Nación.

[1] Cabe señalar que con la aprobación del PLAN MAESTRO DEL CHL se identificó 21 edificios de
arquitectura moderna como inmuebles de valor monumental, cuyas características deberán ser
conservadas como un testimonio de la evolución urbanística y arquitectónica de Lima.

[2] Recordemos que el último plan específico para el CHL se aprobó en 1998 y el mismo lejos de
cumplirse fue transgredido por normas de igual o mayor rango, vulnerando sus principios
rectores. 

[3] La gestión de una ciudad requiere de instrumentos normativos que trasciendan las voluntades
individuales y generen el marco necesario para la estructuración de la inversión pública y el
fomento de la inversión privada, sin quiebres abruptos y giros de timón sujetos a intereses
particulares.

[4] Recordemos que esas cuadras de jirón Camaná fueron desafortunadamente ensanchadas hacia
fines de los 60, destruyendo el tejido urbano, la escala y los inmuebles monumentales del entorno.
La intervención procura mitigar el impacto producido a través de estrategias paisajísticas
contempladas en el PLAN MAESTRO DEL CHL.

Fuente de la imagen: Municipalidad Metropolitana de Lima

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