Tres biofísicos nacidos en los años cuarenta, un suizo, un alemán y un escocés, han

recibido el Premio Nobel de Química de 2017: Jacques Dubochet (Aigle, 1942),

Joachim Frank (Siegen, 1940) y Richard Henderson (Edimburgo, 1945), según ha
anunciado hoy la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Los tres investigadores
han sido premiados "por desarrollar la criomicroscopía electrónica para la
determinación estructural en alta resolución de biomoléculas en solución". El
año pasado fueron distinguidos tres químicos, un francés, un escocés y un holandés,
"por el diseño y síntesis de las máquinas moleculares".

El desarrollo de la criomicroscopía electrónica simplifica y mejora la obtención de

imágenes de biomoléculas. La bioquímica ha entrado en una nueva fase gracias a
este método: los investigadores ahora pueden congelar el movimiento medio de las
moléculas y visualizar procesos que nunca antes habían visto, lo que resulta decisivo
tanto para la comprensión básica de la vida química y para el desarrollo de productos
farmacéuticos. En 1990, Richard Henderson utilizó con éxito un microscopio
electrónico para generar una imagen en tres dimensiones de una proteína con
resolución atómica; Joachim Frank consiguió que esta tecnología fuera aplicable de
forma general y Jacques Dubochet añadió agua al microscopio electrónico y
consiguió que las biomoléculas conservaran su forma natural incluso en el vacío.
The development of electronic cryomicroscopy simplifies and improves the imaging of biomolecules.
Biochemistry has entered a new phase thanks to this method: researchers can now freeze the average
movement of molecules and visualize processes they have never seen before, which is decisive for both basic
understanding of chemical life and for development of pharmaceutical products. In 1990, Richard Henderson
successfully used an electron microscope to generate a three-dimensional image of a protein with atomic
resolution; Joachim Frank made this technology applicable in a general way and Jacques Dubochet