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nos precede inmediatamente, durante la cual una serie de transformaciones

generaron las bases de la actual situación, a los efectos de sacar a luz las notas
fundamentales que caracterizan a la Edad Moderna de la cual somos directos
herederos. Para ello expondremos tres conceptos que nuestro autor considera
esenciales para comprender los cimientos de la época contemporánea.

En primer lugar tenemos el concepto de naturaleza.  Naturaleza ya no significa la


totalidad de las cosas en su orden y unidad, como obra de Dios, sino que, “este
concepto abarca lo inmediato dado, la totalidad de las cosas antes de que el
hombre las maneje,  el conjunto de energías y de sustancias, de esencias y leyes. 
Este conjunto se manifiesta como la condición previa de toda existencia y como
tarea de conocimiento y acción. . . . Naturaleza significa además la norma
obligatoria de todo conocimiento y toda acción,  de lo justo,  sano y perfecto, 
precisamente lo natural.  De ello surgen los criterios de la existencia válida, del
hombre natural, de la sociedad, del estado,  de la educación,  etc.”27 La
naturaleza no es solamente lo dado, sino que también es un parámetro, “expresa
un valor último que no es posible sobrepasar.  Se considera definitivo todo lo que
puede decirse de él.  Ello no significa que la naturaleza como tal pueda
comprenderse,  tiene más bien el carácter misterioso de causa original y de fin
último.  Es la naturaleza-dios.”28 Y el hombre es parte de esa naturaleza,  de la
que se diferencia al adquirir conciencia,  lo que da pie al surgimiento del segundo
concepto.
El segundo concepto clave para la interpretación de la modernidad es el concepto
de subjetividad.  “La subjetividad se manifiesta ante todo como personalidad,
como una forma humana que se desarrolla según sus disposiciones y sus
iniciativas propias. Lo mismo que la naturaleza la personalidad es un elemento
primario que no se pone en tela de juicio. Especialmente la gran personalidad
debe ser comprendida partiendo de si misma y debe justificar sus actos por su
propio temperamento.  Las

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