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LA PREOCUPACIÓN RESPECTO A CÓMO REUNIRNOS

Entre nosotros se habla mucho acerca de cómo reunirnos. ¿Nos preocupa tener una buena reunión?
¿Estamos a favor de que se toque el piano o una guitarra? ¿Nos interesa cierto estilo de reunión? ¡No!
Lo único que nos interesa es Cristo. Cuando ustedes vienen a la reunión, tienen que venir con Cristo y
en Cristo. Tienen que entrar en Cristo. Si dicen que nuestras reuniones son demasiado legalistas, que se
ministra la palabra en demasía, y que prefieren tener reuniones informales y familiares, esto indica que
se encuentran lejos del carril central.

Quiero decir lo siguiente a todos los que estamos en el recobro. No tenemos una manera particular de
reunirnos. Casi todas nuestras reuniones son abiertas a todos. Si usted tiene a Cristo, siéntase libre para
compartir a Cristo con los santos. Si usted dice que nuestras reuniones son demasiado formales, yo le
diría que no conozco nada en la tierra que no tenga alguna forma. Sin una forma nada podría existir.
Una reunión familiar también tiene cierta forma. De hecho, es más formal, porque usted insiste en ella.
Si insistimos en alguna manera de reunirnos, esa manera es una forma. Eso no es del Señor y causa
división.

DOS ASPECTOS DE CRISTO


Ahora regresemos a otro punto en cuanto a la economía de Dios. Ya vimos que la economía de Dios no
tiene que ver con algo religioso o ético, sino que es Cristo mismo forjado en nuestro ser. Ahora debemos
considerar quién es Cristo. El Evangelio de Juan revela que esta persona es la Palabra (1:1) y también el
Espíritu (14:17). ¡Aleluya! Dios nos ha dado dos tesoros preciosos: el Espíritu, que está dentro de
nosotros, y la Palabra, que está fuera de nosotros.

Por un lado, el Señor Jesús es la Palabra; por otro, Él es el Espíritu. ¿Por qué tenemos estos dos
aspectos? La razón es que a Dios le interesa mucho que nosotros lo experimentemos.

EL SEÑOR JESÚS ES EL ESPÍRITU

Sin el Espíritu no podemos experimentar al Señor. ¿Cómo podemos nosotros estar en Él y Él en


nosotros? ¡Todo esto es posible por el Espíritu! ¿No está usted en el aire? ¿No está el aire en usted? El
Señor Jesús hoy en día es el Espíritu vivificante. La palabra griega pnéuma significa tanto espíritu como
aire. El Señor Jesús es el aire celestial y espiritual.

DOS ASPECTOS DE CRISTO

Ahora regresemos a otro punto en cuanto a la economía de Dios. Ya vimos que la economía de Dios no
tiene que ver con algo religioso o ético, sino que es Cristo mismo forjado en nuestro ser. Ahora debemos
considerar quién es Cristo. El Evangelio de Juan revela que esta persona es la Palabra (1:1) y también el
Espíritu (14:17). ¡Aleluya! Dios nos ha dado dos tesoros preciosos: el Espíritu, que está dentro de
nosotros, y la Palabra, que está fuera de nosotros.

Por un lado, el Señor Jesús es la Palabra; por otro, Él es el Espíritu. ¿Por qué tenemos estos dos
aspectos? La razón es que a Dios le interesa mucho que nosotros lo experimentemos.

EL SEÑOR JESÚS ES EL ESPÍRITU

Sin el Espíritu no podemos experimentar al Señor. ¿Cómo podemos nosotros estar en Él y Él en


nosotros? ¡Todo esto es posible por el Espíritu! ¿No está usted en el aire? ¿No está el aire en usted? El
Señor Jesús hoy en día es el Espíritu vivificante. La palabra griega pnéuma significa tanto espíritu como
aire. El Señor Jesús es el aire celestial y espiritual.

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