Quisiera entender en este ensayo el concepto de paradigma como un
conjunto de discursos, prácticas e imaginarios desde los cuales intentamos explicar y comprender la vida y la cultura. Un conjunto que, poi lo demás, una vez consolidado busca arrogarse cierta voluntad de validez. Analicemos un poco tal definición. En principio, los paradigmas son moles de nociones, de conceptos, de teorías articuladas o sisteP1atizadas. Allí, en ese esfuerzo por configurar un todo-lingüístico, un campo semántico autodefinido y autorregulado, los paradigmas son más ¡que meros caprichos personales. Recordemos lo que nos dice Edgar Morin, "un paradigma, si bien tiene que ser formulado por alguien, es en el fondo, el producto de un desarrollo cultural, histórico, civilizaciol1al" 1. Los paradigmas se van consolidando, van adquiriendo una sedimenta,ción o una pátina hecha de muchas voces y de muchos tiempos. Es luego de un largo proceso de inclusión y decantación de su lenguaje, como los paradigmas alcanzan el estatuto de discurs02. De otro lado, los paradigmas requieren de ciertas práctidas que los hagan visibles o les den un lugar en la sociedad.. Digamos que no basta con un discurso, los paradigmas poseen también upaserie de operaciones, de oficios, de tareas que le dan cuerpo, espacio en la vida cotidiana. Las prácticas corresponden al nivel de los .rituales, de los protocolos, de las múltiples formas de interacción y socialización. Piénsese, sólo como un ejemplo, las maneras y los modos de hacer ciencia, legítimos para un determinado paradigma, e ilegítimos y sospechoso para otr03. ElI hecho de hacer un experimento o de hacer una observación, las prácticas de laboratorio o de narrativas particulares, son muestras de ¡cómo los paradigmas necesitan de actos, de comportamientos o destrez~s que les
1 Consúltese el artículo "El paradigma de la complejidad" en el libro Introducción al pensamiento
complejo, Gedisa, Barcelona, 1994, p. 110. 2 Este elemento discursivo de los paradigmas puede también asemejarse a lo que Morin denomina, "macro-conceptos": "constelación y solidaridad de conceptos". Op. Cit., 105. 3 Recordemos lo que escribía Thomas S. Kuhn, en su famoso libro La estructura de las revoluciones científicas: "La decisión de rechazar un paradigma es siempre, simultáneamente, la decis~ónde aceptar otro, y el juicio que conduce a esa decisión involucra la comparación de ambos paraaigmas con la naturaleza y la comparación entre ellos", Fondo de Cultura económica, Bogotá, 1992, p. 129. permitan alguna distinción social, algún estatuto dentro de los oficios o las .c' 4 proleslOnes . El otro punto clave en los paradigmas corresponde a los imaginarios que vinculan, propician, generan o convocan. Un paradigma también pone en escena nuestra fantasía y nuestra ensoñación; moviliza nuestro mundo simbólico. Una idea de orden o de progreso, una idea de seguridad o de saberlo todo; una idea de sujeto o de felicidad. Los paradigmas son, de alguna manera, una forma de responder a los problemas esenciales que se le plantean al hombre. ¿Quién soy yo?, ¿Qué puedo saber?, ¿Para qué estoy aquí? Por eso, cuando hay un cambio de paradigmas, cuando nos enfrentamos a una "revolución científica", no sólo se fracturan discursos y prácticas dentro de una comunidad, sino que hay una" crisis" en el pensamiento, en las cosmovisiones, en la educación, en la vida cotidiana. Un cambio de paradigmas hiere zonas profundas de nuestra psicología y de nuestra manera particular de fantasear5. Como puede verse, los paradigmas son dispositivos complejos para explicamos el mundo. Y en tanto son constructos sociales, en tanto obedecen a intereses y demandas culturales, tienen directa relación con la manera como asumimos un credo, una ideología o una forma de hacer ciencia. Podríamos decir, que los paradigmas determinan, aún inconscientemente, una postura ante el conocimiento, la validación de un método, o el tipo de problemas que consideramos dignos de investigarse6. Por tales razones, poder dar cuenta del paradigma en que uno se mueve o del paradigma que se desea privilegiar, parece ser una tarea de primer orden para cualquier investigador. Digámoslo así: reconocer las limitaciones y las posibilidades de un determinado paradigma es una toma obligada de distancia epistemológica para cualquier actuación investigativa.
4 Baste agregar,cómo ciertasprácticasque en un momentoy un espaciodeterminadoson vistas como
válidas y necesarias, digamos la magia, vistas desde otro lugar o desde otro tiempo, son leídas como poco científicas o sin ninguna utilidad. Es más, aunque los paradigmas aparezcan muy sólidos en los discursos, por lo general, se muestran fracturados de cara a las prácticas que los identifican. 5 La crisisde las cienciaso lo queKuhnllamalas anomalías,comienza"conel reconocimientode que en cierto modo la naturaleza ha violado las expectativas, inducidas por el paradigma, que rigen la ciencia normal. A continuación, se produce una exploración más o menos prolongada de la zona de la anomalía. y sólo concluye cuando la teoría del paradigma ha sido ajustada de tal modo que lo anormal se haya convertido en lo esperado". Op. CitoP.93. 6 Volvamos a Kuhn: "Una de las cosas que adquiere una comunidad científica con un paradigma, es un criterio para seleccionar problemas que, mientras se dé por sentado el paradigma, puede suponerse que tienen soluciones. Hasta un punto muy elevado, ésos son los únicos problemas que la comunidad admitirá como científicos o que animará a sus miembros a tratar de resolver". Y continúa: "Un paradigma puede incluso aislar a la comunidad de problemas importantes desde el punto de vista social, pero que no pueden reducirse a la forma de enigma, debido a que no pueden enunciarse de acuerdo con las herramientas conceptuales e instrumentales que proporciona el paradigma", op. Cit. P. 71.