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Maestría Producción Animal Sostenible.

Metabolismo animal en rumiantes y no rumiantes.

Maestrante: Ing. Milagro Flores.

Introducción

La utilización de los nutrientes absorbidos está relacionada al conjunto de reacciones

bioquímicas y procesos físico-químicos (metabolismo) que ocurren en las células y el organismo,

dividiéndose los procesos involucrados en vías de síntesis o anabólicas y vías de degradación o

catabólicas. Las principales vías anabólicas son la gluconeogénesis y la síntesis de aminoácidos,

de proteínas, de ácidos grasos y de triglicéridos, vías relacionadas al metabolismo energético y

proteico, mientras que las principales vías catabólicas (glicolisis, beta-oxidación...) están

relacionadas al metabolismo energético de los animales. Las proteínas y los triglicéridos

integrantes del tejido muscular y del tejido adiposo, son los compuestos que hacen valiosos para

el ser humano los productos animales. La cantidad de proteínas y triacilgliceroles generados por

los animales está directamente determinada por su status energético, considerándose este el factor

principal que determina la producción de los animales.

En la producción animal, los micronutrientes (vitaminas y minerales) participan en

muchas rutas metabólicas, en la regulación del ciclo celular, así como juegan un papel muy

importante en la integridad de aquellos tejidos de recambio rápido como son los epitelios y el

sistema inmunológico.

Desarrollo: metabolismo animal.

Según el Instituto Nacional Tecnológico (INATEC, 2016). La fuente de energía contenida

en los componentes de alimentos para los animales son carbohidratos, proteínas y grasas. Estas
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sustancias se utilizan para el crecimiento y la producción pecuaria a través de complejos cambios

químicos en el cuerpo.

Esta serie de síntesis y reacciones químicas se llama metabolismo. El metabolismo se

divide en 2 grandes grupos que son catabolismo y anabolismo. El catabolismo es un proceso de

obtención de energía para la descomposición de los materiales orgánicos de alta a baja capacidad

molecular, por ejemplo, un proceso en donde las células obtienen energía por la descomposición

de azúcar en dióxido de carbono y agua. Anabolismo es un proceso de la síntesis de materiales

orgánicos usando la energía, por ejemplo, la síntesis de proteínas y lípidos.

Metabolismo de los carbohidratos: Los carbohidratos se descomponen por las

enzimas digestivas como la amilasa y finalmente se convierten en monosacáridos como la glucosa,

absorbiéndose de esta forma en el intestino delgado. La glucosa se utiliza para brindar energía a

las células. El exceso de glucosa se almacena en el músculo y en el hígado en forma de glucógeno,

o se almacena en las células de grasa de los órganos internos y la piel sintetizándose en

triglicéridos. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).

En los animales rumiantes, los microorganismos en el rumen descomponen los

carbohidratos para producir ácidos grasos inferiores, como ácido acético, ácido butírico y el ácido

propiónico. El ácido graso inferior es absorbido por las vellosidades de la pared del rumen y se

utiliza como fuente de energía para el ganado. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).

Cuando los carbohidratos de la dieta entran al rumen son hidrolizados por enzimas

extracelulares de origen microbiano. En el caso de los carbohidratos fibrosos, el ataque requiere

de una unión física de las bacterias a la superficie de la partícula vegetal, la acción de las enzimas

bacterianas libera principalmente glucosa y oligosacáridos hacia el líquido ruminal por fuera de

los cuerpos celulares microbianos. Estos productos no son aprovechados por el rumiante, en su
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lugar, son rápidamente metabolizados por la microbiota ruminal. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz,

A. 2001).

Metabolismo de la proteína En los animales monogástricos la proteína bruta, por la

acción de enzimas proteolíticas como pepsina o proteasa, se descompone en péptidos y

aminoácidos de bajo peso molecular y se absorbe en el intestino delgado. Los aminoácidos

absorbidos son transportados a los tejidos del cuerpo y las proteínas se sintetizan en las células de

cada tejido, y estas proteínas constituyen músculos. Las proteínas sintetizadas se actualizan

constantemente. El exceso de aminoácidos y proteínas descompuestas se transforman en

amoníaco, extracto libre de nitrógeno y ácido úrico sintetizado del amoniaco y este se excreta a

través de la orina. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).

Para el crecimiento de microorganismos en el rumen, se utiliza mucho la proteína bruta

en el ganado rumiante. Las bacterias crecidas se transportan en el tracto gastrointestinal inferior

junto con el alimento en movimiento peristáltico de los órganos digestivos, que se digieren y

absorben por la acción de las enzimas digestivas del abomaso y demás órganos digestivos. Por lo

tanto, para el ganado rumiante las bacterias son una fuente valiosa de proteínas, como la proteína

microbiana. La proteína cruda que no ha sido utilizada por las bacterias en el rumen recibe la

acción de las enzimas digestivas en el abomaso y siguientes órganos digestivos.

El amoniaco es el principal compuesto nitrogenado que utilizan los microorganismos

para la síntesis de aminoácidos y proteínas, hay que considerar que para esto se requiere suficiente

energía o carbohidratos; El amoniaco se utiliza además para la formación de diversos

componentes nitrogenados de la pared celular y ácidos nucleicos. El amoniaco liberado en el

rumen es absorbido a la sangre, conducido al hígado en donde se forma urea, la cual se puede

reciclar en la saliva o eliminarse a través de la orina. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).
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Metabolismo de los lípidos En los animales monogástricos los lípidos se

descomponen en ácidos grasos y glicerol por la lipasa secretada por la vesícula biliar y se absorben

en el intestino delgado. Los ácidos grasos y glicerol absorbidos se sintetizan en triglicéridos en la

pared del intestino delgado, se transportan por la sangre a las partes del cuerpo y se utiliza como

energía. El exceso de triglicéridos se sintetiza en la grasa corporal. La energía de la grasa en

comparación con otros nutrientes representa 2.25 veces de la cantidad de calor. (Nava-Cuellar, C.,

& Díaz-Cruz, A. 2001).

En el caso de rumiantes, el metabolismo se lleva a cabo en un 90% en el rumen,

produciendo ácidos grasos volátiles como acético, propiónico y butírico. El 10% restante se

metaboliza en el intestino delgado por acción directa de la lipasa y bilis. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-

Cruz, A. 2001).

Cuando la dieta del rumiante consiste principalmente de forrajes, los lípidos que se

encuentran en mayor proporción son los galactoglicéridos, pero si el nivel de granos o

concentrados es elevado, los triacilglicéridos son más abundantes. Se ha observado que la mayoría

de los ácidos grasos presentes en la dieta de los rumiantes son insaturados. En el rumen tanto los

galactoglicéridos como los trigliacilglicéridos y fosfolípidos son hidrolizados por las bacterias, el

resultado son ácidos grasos libres y glicerol. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).

El glicerol derivado de la hidrólisis de los trigliacilglicéridos es fermentado hasta

propionato y posteriormente absorbido junto con los otros AGV. Por otro lado, se sabe que los

lípidos que se encuentran en el tejido adiposo del animal y en la leche de las especies rumiantes

son saturados sufriendo poca modificación, por cambios en el aporte de lípidos insaturados de la

dieta. (Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. 2001).

Con lo ante expuesto los productos que se obtienen al final del proceso fermentativo

dependen, en parte, del tipo de microorganismos presentes en un momento dado en el rumen, ya


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que los compuestos que algunas bacterias tienen como productos finales pueden ser utilizados por

otros para su metabolismo. Sin embargo, los que resultan más importantes son el ácido acético, el

propiónico y el butírico, entre los ácidos grasos volátiles, además del láctico, el succínico, el etanol,

el metano, CO2, hidrógeno y ácido sulfhídrico. Todos ellos se obtienen a partir de la glucosa o

fructosa que se liberan de los distintos carbohidratos y que fermentan las bacterias siguiendo la

vía catabó1ica del glucolisis. Uno de los compuestos clave en este proceso degradativo es el ácido

pirúvico que aparece en concentración baja en el líquido ruminal a partir de la cual se obtienen los

distintos ácidos grasos volátiles. El ácido láctico puede producirse en cantidad considerable bajo

ciertas condiciones especiales. Durante la fermentación en el rumen, los ácidos grasos que se

producen sufren procesos de interconversión, lo cual puede explicarse tomando en cuenta que un

ácido determinado, que es producto final de la actividad de algunos microorganismos, es utilizado

a su vez como sustrato para la actividad de otros. (Weston, R. H., & Hogan, J. P. 1968).

Los AGV con número par de carbonos (C2 y C4) pueden ser usados como fuente

energética directa en cualquier tejido, ingresando como acetil-CoA al ciclo de Krebs, o bien ser

empleados para sintetizar ácidos grasos, por lo cual se los considera lipogénicos. El propionato

posee un destino completamente distinto, ya que es el único de los tres AGV que puede ser

convertido en glucosa. Por esta razón se lo considera glucogénico y adquiere gran importancia en

la nutrición de los rumiantes, quienes deben sintetizar la mayor parte de la glucosa que necesitan.

(Relling & Mattioli, 2003).

Los sistemas de alimentación de los rumiantes han ido disminuyendo progresivamente

la proporción de fibra en las raciones con el fin de maximizar los aportes energéticos al animal;

sin embargo, los modelos actuales de alimentación recomiendan un mínimo de fibra para asegurar

un correcto funcionamiento ruminal. (Bach, A., & Calsamiglia, S. 2006).

La fibra engloba un conjunto de compuestos que son indigestibles por los enzimas del

tubo digestivo secretados por los mamíferos. Sin embargo, algunos de los componentes de la fibra
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son digestibles por enzimas producidos por bacterias del tubo digestivo. En concreto, la fibra está

integrada por glucanos ramnoglalacturanos, arabinanos, arabinogalactanos, glucomananos,

galactoglucomananos, xylanos, glucuronomanos, ácidos fenólicos y lignina. La lignina es el único

compuesto de la fibra que es totalmente indigestible en el tracto digestivo de los rumiantes, puesto

que su digestión necesita la presencia de oxígeno. (Bach, A., & Calsamiglia, S. 2006).

También las vitaminas y los minerales, juegan un papel determinante dentro de esta

dinámica, pues se ha demostrado que éstos pueden afectar no sólo a las respuestas de tipo humoral

sino también a distintos factores humorales inespecíficos como enzimas (lisozima) y hormonas

(glucocorticoides, timulina) que regulan la respuesta inmune (Weber, 1995). Además, los

micronutrientes son factores determinantes de la inmunocompetencia, y la falta de éstos puede

estar implicada en la reducción de las respuestas inmunes mediadas por células, así como la

función de las células NK (asesinas naturales, por sus siglas en inglés), producción de anticuerpos,

funcionamiento de los macrófagos, entre otras. (Ravaglia et al., 2000).

Los micronutrientes Son nutrientes requeridos por el organismo en muy pequeñas

cantidades, pero que no por eso dejan de ser esenciales y de vital importancia para el buen

funcionamiento del mismo. Según su naturaleza química se clasifican en minerales (sustancias

inorgánicas) y vitaminas (sustancias orgánicas) y estas últimas a su vez se clasifican en base a su

solubilidad en hidrosolubles y liposolubles (Vargas et al., 2001). Estos nutrientes participan en

muchas rutas metabólicas, por lo que de no haber un aporte adecuado a través de la dieta se van a

ver afectadas diversas funciones biológicas

Los micronutrientes son esenciales tanto para animales rumiantes (vacas, cabras, ovejas,

búfalos), como para animales monogástricos (cerdos, aves de corral, peces); muchas de las

funciones inmunes y fisiológicas dependen de éstos nutrientes, los cuales tienen su acción,

principalmente, a través de enzimas y coenzimas, las cuales son críticas en todas las áreas de la

fisiología y ayudan sobre todo en las transformaciones químicas que permiten que las reacciones
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bioquímicas se produzcan, y por lo tanto, que el animal tenga un adecuado balance de nutrientes,

que desencadene en buenas tasas de crecimiento y buenos parámetros reproductivos (Fisher,

2008).

Como se mencionó antes, los micronutrientes pueden dividirse en dos grandes grupos,

vitaminas y minerales.

Las vitaminas son compuestos orgánicos que se necesitan en pequeñas cantidades y

que cumplen múltiples funciones por su participación en reacciones químicas en el cuerpo

(Erickson et al., 2000).

Los minerales constituyen entre el 4-5% del peso vivo del animal, y su presencia es

necesaria para la vida y salud de todas las especies. Se habla de 21 elementos esenciales o

probablemente esenciales, que cumplen múltiples funciones en el organismo del animal y por esto

existe la posibilidad, tanto de presentarse deficiencia como toxicidad. (Erickson et al., 2000).

Las alteraciones del metabolismo energético más relevantes son dos: Síndrome mo-

vilización grasa (síndrome de la vaca gorda, hígado graso) y cetosis o ketosis. Estos dos cuadros

clínicos (o subclínicos) son la expresión de un mismo fenómeno, obedecen a las mismas causas y

los cambios bioquímicos en el medio interno son similares; sin embargo, tomándolas como entida-

des separadas, se presentan en tiempos diferentes y los cuadros clínicos tienen un pronóstico

diferente. En efecto, la movilización grasa ocurre más cercana al parto y el cuadro clínico (toxemia

de la preñez o coma puerperal hepático), es grave y de mal pronóstico, pero poco frecuente. La

cetosis se presenta asociada al inicio del peak de lactancia y es más frecuente entre la 1 a y 6a

semana de lactancia. El pronóstico es más favorable y las vacas afectadas, generalmente,

responden a diferentes protocolos terapéuticos. (Moraga B., Luis.2000).


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Conclusiones

En la nutrición animal se requiere de gran energía para toda la producción. En los

alimentos aportan energía de la proteína, los carbohidratos y los lípidos, pero se considera que son

los glúcidos los que son mejor utilizados por el animal sin causar trastornos metabólicos.

La mayoría de las vitaminas y minerales aumentan la respuesta inmune de los animales

de interés zootécnico frente a una gran variedad de antígenos, así como su resistencia a

enfermedades infecciosas. Los niveles de inclusión de estos micronutrientes en las dietas de los

animales deben ser adecuados, para evitar la aparición de deficiencias y todos los impactos

negativos que esto conlleva.

Referncias Bibliografia

Bach, A., & Calsamiglia, S. (2006). La fibra en los rumiantes: ¿Química o física? XXII Curso

especialización FEDNA. Barcelona, España, 99-112.

Campos-Granados, C. (2015). El impacto de los micronutrientes en la inmunidad de los

animales. Nutrición animal tropical, 9(1), 1-23.

INATEC, (2016). Instituto Nacional Tecnológico. Manual del protagonista. Nutrición Animal.

Nicaragua. 14-14

Moraga B., Luis. (2000). Enfermedades metabólicas del bovino. Monografías de Medicina

Veterinaria, Vol.20(1), julio 2000.

Nava-Cuellar, C., & Díaz-Cruz, A. (2001). Introducción a la Digestión Ruminal. [Internet]. México:

Departamento de Nutrición Animal Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia

UNAM.[Citado 2013 junio 10].

Relling, A. E., & Mattioli, G. (2003). Fisioligia digestiva y metabolica de los rumiantes. Buenos

Aire: EDULP
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Vargas, A., González, R., Vargas, R. Y Blanco, F. 2001. Concentración de minerales disueltos,

calidad y respuesta a enmiendas del agua para la aplicación de agroquímicos en zonas

productoras de banano (Musa sp.) de Costa Rica. Revista CORBANA. 24(54): 105-118.

Weston, R. H., & Hogan, J. P. (1968). The digestion of pasture plants by sheep. I. Ruminal

production of volatile fatty acids by sheep offered diets of ryegrass and forage

oats. Australian Journal of Agricultural Research, 19(3), 419-432

Weber, G. 1995. Micronutrientes e inmunidad. II. Vitaminas. En: XI Curso de Especialización

FEDNA. Barcelona, España. p 15.

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