Está en la página 1de 3

El enriquecimiento ambiental alimentario incluye todas aquellas formas de modificación del entorno

que estén referidas al ofrecimiento y presentación del alimento.

Hay que tener en cuenta que las psitácidas en libertad pasan alrededor del 60% del tiempo que
están en vigilia (según especie, población e individuo) forrajeando, es decir, buscando y
seleccionando los alimentos, y expresando conductas alimentarias, lo cual significa: obteniendo,
manipulando y consumiendo esos alimentos.

En cautiverio, tenemos que tratar de fomentar esas conductas de forrajeo y alimentarias, jugando
con la variedad de alimentos ofrecidos, con la forma de presentación de los mismos y con los
horarios de servicio. La aplicación de enriquecimiento ambiental alimenticio ayuda a los animales a
ganar control sobre su entorno, ofreciendo estímulos, novedad y variedad en su día a día, así como
fomentando la expresión de un catálogo de conductas más amplio y normal en ellos.

Tiempo de alimentación
Los loros pasan gran parte de su tiempo en libertad forrajeando y alimentándose. La mayoría,
realizan estas actividades principalmente durante las primeras y las últimas horas del día, después
del amanecer y antes del atardecer, aunque a veces, realizan otra comida en medio.
Es importante entonces que ofrezcamos a nuestras aves entre 2 y 3 tomas de comida al día, de
forma que nos aproximemos a lo observado en vida libre. Así, conseguiremos provocar varios picos
de estimulación en los animales a lo largo del día, lo cual les resultará sumamente enriquecedor.

Variedad y novedad de alimentos


En vida silvestre las psitácidas se alimentan de un gran número de ítems alimentarios de muchas
especies vegetales o, incluso, animales. Hay especies que son más generalistas, con una dieta muy
variada, y especies más especialistas, las cuales tienen una dieta más estricta, con menos variedad.
Asimismo, muchas especies de loros tienen una dieta estacional en libertad, alimentándose de unos
u otros alimentos a lo largo del año, según la disponibilidad de los mismos.
En cautiverio, es nuestra responsabilidad ocuparnos de ofrecer a nuestras aves una alimentación
variada, que incluya periódicamente algunas novedades. De esta forma, les daremos la posibilidad
de seleccionar los alimentos en cada momento -cuáles comer antes, cuáles comer más tarde-, así
como de experimentar una gran diversidad de colores, sabores, tamaños, consistencias y texturas
en su alimentación diaria. De hecho, se ha demostrado que los primates, los cuales son muy
similares cognitivamente a las psitácidas, prefieren tener variedad en su dieta, incluso si ésta incluye
alimentos poco preferidos, a disponer de una dieta monótona que solo incluya los alimentos que
más les gustan.

Así pues, ofrecer una dieta con variedad en el


mismo día y también en día sucesivos,
enriquecerá muchísimo la vida de los
emplumados. La inclusión de alimentos
estacionales en su dieta es una herramienta muy
valiosa, ya que tendrán alimentos con una cierta
estacionalidad, tal y como sucede en vida
silvestre, y novedosos a lo largo del año, ya que
cada temporada tiene los alimentos que le son
propios.

Presentación y colocación del alimento


Ya hemos mencionado que los loros en libertad pasan mucho tiempo forrajeando y alimentándose.
Por ello, es importante ofrecerles en cautiverio la posibilidad de llevar a cabo, si no las mismas
conductas, otras muy similares. Por ejemplo, en cautiverio es imposible proveerles de la posibilidad
de volar decenas de kilómetros para encontrar alimento, pero sí podemos esconderles el alimento
de ciertas formas para que ocupen mucho tiempo de su día tratando de encontrarlo y acceder a él.
De hecho, se ha demostrado que la mayoría de animales en cautiverio prefiere “trabajar” por su
alimento a simplemente recibirlo de forma gratuita, un concepto conocido como contrafreeloading.

Así, para fomentar estas conductas, podemos jugar con la presentación de los alimentos ofrecidos:
alimentos enteros, en pedazos de distintos tamaños, cocinados, crudos, congelados, licuados,
etcétera. Así, propiciaremos la expresión de una variedad de conductas alimentarias que no suele
expresarse en loros cautivos.
Por otra parte, podemos tratar de fomentar el
forrajeo en nuestras aves. Esto lo pondremos
conseguir colocando o escondiendo el alimento en
distintos emplazamientos de la instalación e
introduciéndolos en ítems de enriquecimiento
ambiental, con los cuales el loro tenga que
interactuar para tratar de acceder a él: juguetes,
dispensadores, recipientes distintos, etcétera. De
esta forma, conseguiremos que el animal ocupe su
tiempo buscando, seleccionando y tratando de
acceder al alimento.

En conclusión, desde Avetropic os recomendamos


que ofrezcáis a vuestras aves toda la variedad de
alimentos y de presentaciones que os sea posible
dentro de su dieta. Repartidlos en 2 o 3 tomas
diarias y tratad de colocarlos en distintos puntos de
s u r e c i n t o , a p o d e r s e r, e s c o n d i d o s e n
dispensadores, juguetes u otros elementos similares.
Sólo así conseguiremos que nuestros emplumados
ocupen su tiempo en conductas de forrajeo y
alimentarias normales, algo que es de vital
importancia para su bienestar.

Roger Valls Martínez


También podría gustarte