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“Ética como amor propio”

Fernando Savater es un catedrático español de ética muy conocido en su país sobre todo por
sus colaboraciones en los medios de comunicación. No es, desde luego, ningún ignorante, y
en sus numerosos libros (entre ellos, algunos de ficción y muchas recopilaciones de
artículos de prensa) Su obra posee un carácter particular, una ideología, y es como portavoz
de esta ideología como hemos de valorar su posicionamiento ético. A fin de resaltar más su
compromiso ideológico, gusta de declararse ateo, egoísta y pesimista

ETICA DE SAVATER

 Savater nos pone ante una ética basada en el amor propio que lejos de ser una
salida ocurrente al grave problema que representa la acción humana en toda
sociedad, avanza las pinceladas más coloridas del pensamiento ético a través
de la historia y logra impresionar con un cuadro en el que destaca el individuo
como origen y término, principio y fin de su actuar sobre el mundo.
 la ética como amor propio debería ser la preocupación por el bien del otro; pero
en este tiempo es lo contrario, nos interesa mucho más nuestro propio bien –
egoístas-, pero como va tan ligada a nosotros no es que renunciemos a nada
sino tratar de sacarla de ese círculo del YO y preocuparnos un poco por los
demás; pero no hacerlo basados bajo otros conceptos o esperando una
recompensa: si hago algo bueno me gano el cielo, pero , si hago algo malo me
gano el infierno.

 Savater define la ética como arte de vivir, como el arte de darle un sentido
racional a la libertad, el arte de poder manejar, orientar y justificar de un modo
más o menos plausible el uso de nuestra libertad. Nuestra libertad que, según
el mito del jardín del edén, es una carga de la cual debemos avergonzarnos
porque desde sus inicios se dio como una trasgresión a la norma, el primer
acto libre, en el que se podía escoger entre dos acciones, fue una
autoafirmación del deseo propio sobre el deber ser.
LO MÁS IMPORTANTE

El altruismo o desinterés suelen considerarse sinónimos de actitud moral, mientras


que la acción egoísta o interesada es ejemplo de inmoralidad. Pero siempre ha
existido otra inspiración, basada en la ilustración del egoísmo y en el apasionado
interés de una ética como amor propio, la cual no es menos social sino sólo menos
hipócrita que la anterior. Dentro de esa corriente Fernando Savater se plantea
cuestiones como la vinculación entre individuo y sociedad y el sentido cultural de la
inmortalidad.

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